Cuando despertó se estiró sintiendo con agrado el calor del fuego, miró el reloj que estaba colgado en la pared viendo que eran las tres de la mañana, miró a su lado y vio a Archie durmiendo; se recargo en su codo y comenzó a mirarlo más detenidamente, vio su suave respiración acompasada y sonrió recordando las caricias recibidas, era cierto que algunas veces se corría con sus clientes pero esta vez había sido distinto, había hecho el amor con la persona que amaba cuando llegó a pensar que nunca se atrevería a confiar en nadie.
Suspiró satisfecho abrazándolo sintiendo como Harry sin despertar por completo lo abrazaba también, así que sin más se volvió a dormir.
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Este vez quien despertó primero fue Harry, miró el reloj viendo que ya eran las seis de la mañana, el fuego de la chimenea seguía encendido sin necesidad de poner más leña, era un servicio de la cabaña, así que miró a su lado a Draco dormir recargado en su brazo y tocándole la mejilla le besó la frente.
-Mmm…
No quería despertarlo, deseaba alargar ese momento lo mas que pudiera, deseaba que saliendo de ahí todo fuera normal, que solo tuvieran que irse a casa sin que hubiera todo un cuerpo de aurores vigilándolos, que no hubiera un misión en donde estuviera encubierto, que no hubiera nada de eso… pero no, había un mundo nada agradable esperándolos y sabia que los segundos avanzaban inexorablemente, así que comenzó a besarlo para despertarlo y poder hacer el amor de nuevo una última vez.
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Miércoles
-Ah… -Gemía mientras miraba a Draco encima de él, moviéndose mientras permanecía tirado en la alfombra con el chico ondulando su cadera sobre su miembro, subiendo y bajando- si Draco… así…
Las manos de Draco permanecían en su pecho, acariciándolo, pellizcando sus pezones haciéndolo suspirar, así estuvieron un rato hasta que ambos se corrieron por segunda vez esa mañana.
-Ahora si muero de hambre –dijo Draco bajándose de Harry y acostándose a su lado en la alfombra.
Harry botó el condón y luego dándole un beso en los labios se levanto diciendo:
-Pediré el desayuno.
Comieron entre una amena platica, nadaron un rato y finalmente se alistaron para partir.
-Me la pase muy bien, gracias –dijo Draco mientras salían de la cabaña.
-Me alegro, me hace feliz que te haya gustado.
Draco se acerco para darle un beso y después de eso partieron.
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Llegaron al hotel cerca de las nueve de la mañana y en cuanto pusieron un pie dentro del edificio llegó Birdie.
-Qué bueno que te veo –dijo cuando vio a Draco- ven a mi oficina, hay varios clientes para ti esta noche.
-No iré con Lucas, te lo advierto.
-No se trata de Lucas –respondio rodando los ojos mientras comenzaba a caminar directo a una habitación que estaba en el primer piso.
-Koby -dijo Harry poniéndole una mano en un hombro.
-¿Sí?
-Hoy quedamos en…
Draco lo miro quedarse callado, por lo que sonriendo dijo:
-No lo he olvidado.
-¿Entonces si iremos?
-Ya habíamos quedado ¿no?
-No te voy a esperar todo el día –exclamó Birdie a unos metros de él.
-¿Te parece bien a las once? –Dijo a Harry mientras caminaba tras su chulo- también debo cambiarme.
-Claro –respondió viéndolo caminar hasta desaparecer en su oficina, por lo que aprovechó para ir a ver a Ron.
-¿Cómo te fue?
-Bien –respondio sin dar más detalles.
-¿Irte con Malfoy a una cabaña los dos solos en que ayuda a la misión? –preguntó Ethan.
-Cállate Ethan –exclamó Noah sirviéndose un café- Harry hizo investigación de campo ¿no es así Harry?
Harry ni siquiera hizo intento de contestarle, sabía que cualquier explicación con ellos era inútil y agradecía mas que nunca el Obliviate que les había hecho olvidar su confesión de hace unos días aunque eso no quitara la maledicencia en sus comentarios.
-¿Y entonces? –volvió a preguntar Ron viéndolo sentarse a su lado.
-Nos vamos a las once.
Ron asintió aliviado al escuchar que Draco no se había echado para atrás, así que miró a los demás aurores para decirles:
-Listo chicos, esto está a punto de llegar al nivel mas critico, ustedes cinco váyanse a Malfoy Manor y ocúltense lo mejor que puedan, estaremos cuidando la entrada hasta que Harry y Malfoy entren a la mansión.
-¿Te quedarás con ellos? –pregunto Ethan.
-Al menos hasta que se vayan, iré tras ellos.
-Bien, pero apenas son las nueve de la mañana, tenemos tiempo de desayunar.
-Es cierto, no hemos comido –concordó el pelirrojo.
-Voy a comprar algo –ofreció Noah- no tardaré.
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Percy miró su reloj de pulsera e impaciente miró a su compañero de trabajo, quien ensimismado en sus documentos no prestaba atención a nadie, así que decidido se levantó y salió de su oficina dirigiéndose al piso superior en donde se encontraba la oficina del gerente general; cerciorándose de que nadie le viera, le apunto con su varita a la secretaria lanzándole un encantamiento Confundus, acto seguido pasó sin decir nada entrando a la oficina y cerrando tras él.
Ya el corazón le latía acelerado pues nunca imagino tener que hacer eso para entrar a la oficina de su jefe una vez más pero sabía que no había habido otro remedio pues la mujer casi nunca dejaba su lugar; ya dentro de la oficina procedió a aplicarse el encantamiento desilusionador encima y aspirando profundo para darse valor tomó un puñado de polvos flú y los arrojo a la chimenea recitando la dirección que le había escuchado al medimago.
En cuanto puso un pie fuera, se lanzó a un lado de la chimenea sintiendo la sangre retumbar en sus sienes debido a la adrenalina, sin embargo para su buena fortuna el lugar en donde llego estaba solo, así que cautelosamente se puso de pie examinando el lugar.
Estaba en una amplia oficina decorada con un gusto sobrio, con aroma a madera inundando el ambiente, había un escritorio a un lado que a diferencia del gerente general, estaba libre de documentos esparcidos, había solo una carpeta y varias estatuillas adornando el mueble, miró a su alrededor y vio que la habitación era grande y estaba libre de cuadros, solo había pinturas de paisajes colgando de la pared, una alfombra cubría parte de la duela amortiguando aun mas sus pasos, había un pequeño bar en una esquina de la oficina la cual tenía las paredes cubiertas con enormes libreros; había un hermoso biombo chino en otro extremo del cuarto, fue así que notó la tendencia de esta cultura en las demás figuras que estaban esparcidas por la habitación.
Pegó la oreja en la puerta sin escuchar nada afuera, así que sin más demora fue hasta el escritorio y comenzó a revisar lo que había en los cajones encontrando recetarios y expedientes médicos sin ninguna información útil.
-Demonios… -masculló enderezándose y paseando la vista por la oficina, entonces vio uno de los libreros y decidió buscar ahí- veamos…
Pero ahí solo había libros y más libros de temas médicos haciéndolo exasperarse más a cada momento, fue entonces que sus ojos toparon con un libro que desentonaba con los demás y no era por el título, pues de hecho el lomo del libro no tenía nada, era más bien su apariencia pues esta era vieja y maltratada a diferencia de las demás colecciones con pastas lustrosas y elegantes.
Sacó el grueso libro viendo que estaba empastado en cuero negro y viejo, lo miró antes de abrirlo en medio debido a que se notaba que había algo entre esas páginas y lo que vio lo dejó literalmente con la boca abierta.
-¿Qué es esto? –Pensó tomando una vieja fotografía que había ahí- ¿Qué hace el ministro con estos hombres?
Tenía entre sus dedos una fotografía con Thomas Wilson, Lucius Malfoy y Evan Hughes sentados en un sofá bebiendo una copa y sonriendo entre sí, miró el fondo de la fotografía dándose cuenta de que estaban en esa misma oficina; entonces miró el libro notando que era un libro de hechizos, propiamente de magia oscura pues bastó leer los ingredientes de varias pociones para darse cuenta que no era simples encantamientos.
-Por Merlín ¿será que el ministro conoce e estos hombres ignorando que eran mortífagos?
Aunque su propio comentario le pareció ingenuo, tampoco estaba dispuesto a admitir que su jefe estuviera metido en algo incorrecto, no cuando había sido uno de los mejores ministros de magia, pero entonces escuchó voces acercándose dándole el tiempo suficiente de correr hacia el biombo.
-¿Algo mas amo? –pregunto un elfo al hombre que abrió la puerta.
-Ten listas las lechuzas, voy a mandar unas cartas.
-Lo que ordene amo.
Thomas Wilson entró a la oficina sentándose tras su escritorio, sacó unos pergaminos y comenzó a escribir en tanto Percy permanecía quieto tras el biombo con el sudor corriendo por su frente aferrado al libro con fuerza en un acto reflejo de miedo.
Entonces escuchó el crepitar de la chimenea, señal que alguien estaba a punto de salir.
-Buenos días Thomas.
En cuando escuchó esa voz, Percy literalmente quedó paralizado.
-Buen día Evan ¿listo para hoy?
-Más listo que nunca –respondio el ministro Evan Hughes sentándose en uno de los sofás.
-¿Gustas una copa?
-Es temprano pero esto merece un brindis.
-Concuerdo con eso ¡Tinny!
-¿Sí amo? –pregunto el elfo apareciéndose.
-Sírvenos un coñac.
-Enseguida amo.
-¿Y bien? –Dijo Thomas mirando a su viejo amigo- hoy es el gran día, finalmente Draco Malfoy regresará a Malfoy Manor -Percy abrió la boca sorprendido, se suponía que solo el equipo de su hermano y él sabían que Draco Malfoy y Harry entrarían a Malfoy Manor ese día- ¿seguro que la información es confiable?
-¿Con quién crees que estás hablando Thomas? Parece que no me conoces, no he llegado hasta donde estoy dando pasos en falso.
-Así que confías en el jefe Walsh.
-Obvio no, yo no confío en nadie, ni siquiera en ti… pero ese imbécil tiene un Imperius encima, no puede mentirme, además le ordene que hechizara a uno de los aurores designados al caso Malfoy y fue de éste de quien recibió esta información, de hecho le dijo que hoy a las 11:00 am partirán a Malfoy Manor -Percy se atrevió a mirar por entre las rendijas del biombo para constatar que sus oídos no estuviesen jugándole una mala broma, fue entonces que lo vio claramente… el hombre en el que tanto confiaba y del cual estaba tan orgulloso de prestarle sus servicios era un mortífago- y mira… -añadió Hughes mostrándole un frasquito con pastillas dentro- me dio la multijugos con el disfraz de Potter, en cuanto la tome pareceré un chico veinteañero de nuevo y seré yo quien entre con el chico Malfoy a la mansión.
Percy cerró los ojos sintiendo la boca seca, un mareo estuvo a punto de hacerle trastabillar, pero se aferró más al libro y abrió los ojos aspirando profundo una y otra vez.
-Ahora no Percy… -Se dijo tragando en seco- aguanta.
-¿Quién vigila Malfoy Manor?
-Nadie, le ordené al jefe Walsh que retirara a todos los aurores ¿están todos los mortífagos en su posición?
-Ahora eres tú quien parece que no me conoce, por supuesto que la mansión está vigilada, solo esperan su llegada, por cierto ya son las 10:30 am ¿no crees que deberías marcharte ya? –dijo viendo su reloj.
-Sí, en verdad –respondio.
Los dos hombres se miraron sabiendo que el día que habían esperado por años por fin había llegado.
-Por el señor Tenebroso –dijo Evan Hughes alzando su copa.
-Por el señor Tenebroso –respondio Wilson alzando la suya y poniéndose de pie.
Cuando Hughes terminó de un solo trago el licor, le dio la copa al elfo domestico que había permanecido en silencio ahí esperando la mas mínima orden, luego tomó un puñado de polvos flú y desapareció en la chimenea.
Thomas se sentó de nuevo y comenzó a escribir en algunos pergaminos mientras su elfo ponía en orden el pequeño bar en tanto Percy miraba todo aquello ahogándose en su propia angustia.
-¡Debo avisarles!
¿Pero cómo salir de ese lugar? Realmente estaba atrapado pues tal vez podría con el viejo atacándolo por sorpresa, pero con el elfo ahí sería imposible salir ileso pues seguramente éste lo atacaría para defender a su amo.
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-Me voy, yo también debo cambiarme –dijo Harry a Ron mientras se ponía de pie.
Ron miró a su amigo y aunque no dijera nada, le bastaba ver su rostro sombrío para imaginar su sentir.
-Tranquilo amigo, esto está a punto de terminar.
-Eso es justo lo que me mata Ron, al final de este día él estará odiándome.
Y sin más salió de ahí.
Llegó a su cuarto en el viejo hotel y se cambio de ropa, miró a su alrededor sabiendo que ya no regresaría mas a ese lugar y suspiró sintiendo un terrible pesar atenazarle el estomago, miró su reloj y viendo que ya solo faltaban cinco minutos echó un último vistazo y salió de ahí.
-¿Puedo pasar? –preguntó entreabriendo la puerta del cuarto de Draco.
-Claro.
Cuando entró vio a Draco atándose los cordones de sus deportivos, lo miró atentamente grabándose hasta el último detalle, el chico vestía un juego de ropa deportivo de color negro con franjas rojas en la parte exterior de las piernas contrastando bellamente con su piel blanca.
-¿Listo? –pregunto sentándose junto a él.
Draco lo miró y le sonrió diciendo:
-No… -Harry ocultó muy bien la impresión que le causo esa respuesta- pero aun así estoy dispuesto a ir.
-Ah… ya.
-Necesito hacer algo muy importante dentro de la mansión.
-¿Qué cosa?
-Sepultar a mis padres.
-¿Cómo? –exclamó sorprendido.
-Ya te contaré allá, por el momento no quiero hablar de eso.
-De acuerdo.
-Harry necesito que vengas de inmediato –escuchó decir a Ron en su oreja sorprendiéndolo pues estaban a punto de partir- ¿me escuchas Harry? Ven solo un momento, no serán más de cinco minutos.
-Estoy listo –dijo Draco.
-Permíteme un momento –respondio saliendo rápidamente- dejé mi celular conectado -Draco resopló contrariado y volvió a sentarse en la cama- ¿Qué diablos sucede? ¡Estamos a punto de irnos! –respondio ya a solas en su cuarto.
-Es urgente que vengas Harry, solo serán unos minutos.
-De acuerdo –masculló de mala gana.
Con paso rápido salió del hotel y caminó hacia el edificio de enfrente, no se “desaparecían” por precaución de ser observados por muggles; se metió a la sex shop y subió al departamento, abrió la puerta encontrando a Ron atado a su silla.
-¿¡Qué dem…?!
-Bombarda -exclamó alguien a su espalda.
Su cuerpo salió volando estrellándose con las pantallas dejándolo aturdido por unos instantes, tanto así que no pudo evitar que su varita le fuera arrebatada con un encantamiento mas; se enderezó intentando despabilarse para sentir de inmediato unas cuerdas rodeando su cuerpo y un terrible dolor en un costado.
-¡Ah! –gimió adolorido cuando ya no pudo moverse más, sin embargo pudo verse a sí mismo caminando con paso tranquilo hacia él siendo respaldado por Noah.
-Buen día Potter –exclamó la persona disfrazada de Archie Stone- disculpa los malos modos pero era necesario.
-¡¿Quién eres bastardo, que le hiciste a Ron?!
-Estoy bien Harry –respondio Ron desde su asiento- ese bastardo me obligó a llamarte, lo siento.
-Ethan… -dijo mirando a su compañero en el suelo.
-Solo esta desmayado.
Harry ya no dijo nada, miraba desesperado que la situación estaba fuera de su control y al ver la apariencia de aquel mortífago supo de inmediato cual sería la siguiente jugada.
-Déjalo en paz, no te atrevas a tocarlo.
-Hablas del chico Malfoy ¿verdad? –Dijo Evan Hughes sonriendo cínico- tranquilo, no le haré nada siempre y cuando haga lo que tenga que hacer.
-¡Infeliz hijo de puta! ¿¡Quien eres?! ¡Da la cara maldito cobarde! –gritó retorciéndose en el suelo- ¡Noah!... ¿¡Cómo pudiste traicionarnos maldito?!
-Está bajo el influjo de mi Imperius –respondio el mortífago- debe obedecerme, así que como verás no hay nada que puedas hacer, por lo que te sugiero ahorrar energías; en un rato mas vendrá un equipo de mortífagos por ustedes, serán mis invitados de honor… especialmente tú –dijo dirigiéndose a Harry- y ahora me voy, alguien me está esperando.
-¡No, no te atrevas! ¡Maldito suéltame!... ¡Juro que te mataré!
“Archie Stone” solo sonrió viendo a su gemelo retorcerse desesperado en el suelo y sin decir más salió de ahí.
-¡No, no te vayas, espera!
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Percy miraba como el hombre escribía y escribía pergaminos mientras su elfo esperaba delante del escritorio para enviarlas de inmediato.
-Maldito lárgate ya –pensó mirando al elfo- ¡lárgate ya!
-Listo, toma ya sabes que hacer –dijo entonces Thomas Wilson entregándole varias cartas.
-Sí amo –respondio el elfo saliendo de ahí.
Percy miró al hombre sonreír e ir a servirse otra copa, así que armándose de valor empuño con fuerza su varita y en cuanto el medimago le dio la espalda, salió detrás del biombo diciendo:
-¡Desmaius!
Thomas Wilson cayó como bulto de papas al suelo quedando inerte ante un nervioso Percy, quien constatando que el hombre en verdad estuviera inconsciente, lo ató con otro hechizo y lo colocó detrás del biombo, entonces tomó polvos flú y entró a la chimenea.
Cuando llegó a la base de vigilancia de su hermano, se encontró con Noah apuntándole y a Ron y a Harry atados.
-¡Yo… yo vengo de parte del jefe Walsh! –Balbuceó tragando en seco- dijo que los lleves enseguida al ministerio, llámalo vía flú si no me crees.
Noah se le quedó mirando fijo como decidiendo que hacer, entonces para alivio del pelirrojo bajó su varita y se dirigió a la chimenea, entonces Percy le apunto con la suya diciendo:
-Finite Incantatem.
Noah se tambaleó recargándose en la chimenea al tiempo que se tocaba la cabeza.
-¡Libéranos Percy! –exclamó Harry con desesperación.
En cuanto Percy los liberó, Harry corrió fuera en tanto él miraba a su hermano con ojos muy abiertos, dando la impresión de desquiciado.
-Ron… -dijo entonces mostrándole la vieja fotografía- es él…
-¿Quién? –pregunto Ron caminando de prisa a auxiliar a Noah.
-El traidor -Con una mano en la espalda de su compañero a quien ayudo a sentarse y con la otra tomando la fotografía, miró a los hombres que estaban ahí para luego mirar incrédulo a su hermano, quien con voz aun trémula con la sucesión de hechos violentos a los que no estaba acostumbrado, dijo- es el ministro… el ministro Evan Hughes es un mortífago, yo mismo lo vi hablando con el medimago… él tiene bajo un Imperius al jefe Walsh a quien ordenó retirar toda vigilancia de Malfoy Manor, la cual está siendo vigilada ahora por mortífagos en espera de Malfoy.
-Quédate con él –dijo Ron apresurándose hacia la chimenea.
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-¡No, no. no! –masculló Harry encontrando el cuarto de Draco vacío, por lo que sin más demora salió de ahí dirigiéndose a Malfoy Manor.
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