En su próximo viaje fueron a Camboya a practicar el arte del Bokator, Trunks decidió que la siguiente técnica de artes marciales que deberían aprender era el Bokator, un arte marcial tradicional de Camboya. Mientras tanto, Gohan estaba más interesado en ver las ruinas de Angor Wat y probar la cocina local, fue un buen acuerdo, por lo que partieron poco después de que Trunks propusiera la idea. El viaje a través de la jungla de Camboya no se parecía en nada al tranquilo y sereno del bosque en la casa Son, hacía calor y humedad, las llamadas de criaturas invisibles ponían a Gohan en espíritu de combate, los humeantes bosques estaban entrelazados con enredaderas de árboles y raíces empinadas que habían convertido su camino en una práctica en parkour, Trunks parecía estar en su elemento en la espeluznante jungla, como un depredador, siempre cauteloso entre los pesados árboles.
Se detuvieron e hicieron una pequeña parada junto a un arroyo y el príncipe aprovechó la oportunidad para recargar su cantimplora.
-Es como un sauna aquí...-exclamó Gohan dejando caer su mochila y se sentó contra una raíz elevada-no es broma ¿a qué distancia estamos de las ruinas?-
-No muy lejos…-Trunks se agachó y examinó el dosel desde arriba mientras se limpiaba la frente con un trapo. Había sido una caminata difícil, pero fue un buen entrenamiento, Gohan pareció reflexionar un poco en sus pensamientos, retorciendo los suaves nudos en la correa de su mochila antes de tener el coraje de decir lo que pensaba-hola Trunks... he... siempre he querido preguntarte... ¿cómo puedes hablar todos estos idiomas? en el futuro...-no pudo terminar, pero el silencio entre ellos pronunció el resto.
"En el futuro ... ¿Mirai Gohan te enseñó a…?"
El príncipe lo miró con ojos casi involuntariamente fríos, la misma pregunta trajo una quietud en su corazón ¿se detuvo solo o acaso era él el que mantenía su ritmo? ¿también estaba luchando por respirar?
-Mi madre... ella me enseñó todo lo que sé... compartíamos comida con muchas personas diferentes, ella... no quería que me malinterpretaran.
Ah, ahí estaba su corazón; adolorido, sangrando en su pecho mientras sus recuerdos lo atormentaban de nuevo, sus dedos temblaron con ganas de apretar su pecho para contener el dolor, Gohan gimió como un bebé ante su entendimiento e inclinó la cabeza.
-Lo siento…-susurró mientras sus ojos buscaban distracción en las larvas que se asomaban por la tierra.
-Vamos-dijo Trunks asintiendo y se puso de pie-no estamos muy lejos de allí-
Gohan no estaba seguro de qué se trataba este estilo de pelea, pero era la primera vez que sentía que realmente era un digno rival para Trunks o tal vez fue porque no se había sentido tan relajado en mucho tiempo, se estaba divirtiendo mucho.
Cuando finalmente llegaron a las ruinas de Angor Wat, miraron a su alrededor y luego se relajaron en las ruinas, extendiéndose sobre las raíces de los árboles, el silencio se había vuelto mucho más pesado que sus mochilas. Se pusieron túnicas tribales de combate e intentaron ignorar las picaduras de mosquitos y la humedad. Practicaron el estilo antiguo hasta que habían agotado los sentimientos, el dolor.
Después de un largo día de aprender y practicar Bokator, Trunks estaba agradecido de que Gohan estuviera poniendo todo de su parte, lo necesitaba en este momento, se recostaron contra un árbol extenso en relajación porque los rigores de ahorrar habían vaciado sus mentes de descontento, los orbes oscuros chocaron con las orbes azules y Gohan sonrió con cansancio.
-Esto... fue una gran idea.
Trunks asintió con una sonrisa, vaya que lo era, el día solo mejoró más cuando exploraron las vastas ruinas y encontraron una aldea, la gente era cautelosa pero amigable, Gohan estaba más que feliz al momento de servirles la cena y ambos se deleitaron con la comida tradicional de aquella gente. El pescado estaba delicioso y sazonado con una especia que Gohan no podía nombrar, le llenó los ojos de lágrimas por el picor y Trunks y varios hombres locales se rieron de él mientras avivaba su lengua.
Así pasaron la noche bebiendo bebidas dulces y escuchando los sonidos de la jungla.
Regresaron de Camboya y se acomodaron nuevamente a la rutina de su entrenamiento y la ayuda habitual en los campos. Cuando tenían algo de tiempo libre, continuaban su entrenamiento secreto en la cámara de gravedad, el entrenamiento en la cámara de gravedad continuó y se hizo más intenso, pero a Gohan le encantaba, le encantaba la sensación de estar cansado después de pelear y poder relajarse con Trunks.
Pero a Gohan también le encantaban las noches tranquilas en su habitación, a veces hablaban de las cosas que veían en su viaje o jugaban a las cartas, el semi-saiyajin estaba mejorando, cuando venció a Trunks, se sorprendió tanto que se miró la mano por un largo rato y Trunks se echó a reír.
Un día, después de un duro día de entrenamiento, había apostado a que quién ganara en las cartas tenía que limpiar sus habitaciones, si Trunks ganaba, limpiaría la habitación de Gohan toda la semana y Gohan se echó a reír, casi había olvidado que el mundo se estaba acabando con Trunks cerca, casi, con una risita le dio un latigazo imaginario a Trunks quien estaba tirando una piedra a sus espaldas, puso los ojos en blanco.
-Cuando esto termine, voy a borrar esa sonrisa de tu cara.
-Claro, claro-dijo Gohan sonriendo-ahora, ¡sigue moviéndote!-
La última vez que jugaron, habían apostado que si Gohan ganaba, cambiaría de lugar con Trunks y sería su entrenador por un todo un día y nuevamente, si Trunks ganaba, tendría que limpiar la habitación de Gohan durante una semana.
Y al final fue Gohan quien ganó la partida.