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Chang Ai por N3K0-Ch4N

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Notas del capitulo: https://www.youtube.com/watch?v=rK4j0G7qI5I
 
Antes de comenzar a leer el capítulo, me disculpo si encuentran cosas que están fuera de lugar en este capítulo y en los que siguen, es que... tomé como fuente de inspiración una canción que me regresó a la mente hace poco y la quise usar para darle más seriedad, dolor y drama a la situación de los personajes. 
 
En fin, también recomiendo que antes de comenzar a leer el capítulo escuchen la canción, dejaré el link a continuación arriba de esta nota.
 
No se preocupen, pronto subiré el capítulo diez de mi fanfic "Miraculous Dragon Ball: detrás de escenas [segunda temporada]" pero me está llevando más tiempo del que pensaba escribirlo y encontrar las ideas adecuadas para continuar. 
 
Ya que, no digo nada más, disfruten el capítulo, aunque sea breve ^^

Habían pasado tres semanas desde la caída de Ba Sing Se y desde que se separó de Aang, otra vez, Zuko estaba dentro de su habitación en el barco de su hermana mirando la luna a través de la ventana, tocando las bandas que rodeaban sus brazos y piernas, cada una bloqueando su fuego-control pero no le impedían moverse, aparentemente fue un nuevo dispositivo que diseñó Azula, obviamente sacando puntos del método de pelea de Ty Lee que consistía en bloquear el chi de un maestro elemento-control o un luchador, sus ojos en lugar de mostrar felicidad por volver a la Nación del Fuego, a su hogar, con su hermana y sus amigas, mostraban decepción y tristeza, por su culpa había lastimado a las dos personas que más le importaban: su tío y Aang.

Luego de ser puesto en una celda en el barco, Zuko no había visto a su tío en días desde que dejaron Ba Sing Se atrás, y eso es lo que más le dolía porque incluso si fuera a la celda de su barco para verlo, el hombre probablemente no querría hablar con él, no después de la traición que había cometido, si tan solo pudiera explicarle a Iroh la razón por la que había hecho lo que había hecho mientras estaban en las catacumbas de cristal, por qué tuvo que fingir que había elegido unirse a Azula en lugar del equipo Avatar. Ahora que pensaba en ellos, probablemente estarían viajando a otra parte, lejos de donde él y su hermana se encontraban, esperando el momento adecuado para encontrarse con ellos y pelear nuevamente, por lo que él entendía, había estado escuchando a Azula hablando de una invasión que la Tribu Agua del Sur y el Reino Tierra estaban planeando para derrotar a la Nación del Fuego durante el día del sol negro, pero para eso tenían que pasar algunas semanas antes de que pudieran llevar a cabo el ataque.

Salió de sus pensamientos al escuchar la puerta de metal de su habitación abrirse, pudo ver a Mai acercándose a él con una manta en sus manos, Zuko la miró por unos segundos antes de darle la espalda a la chica sombría que alguna vez considero su amiga más cercana.

-Déjame en paz, no quiero ver a nadie-le dijo Zuko sin mirarla siquiera, pero Mai no pensaba irse solo porque su amigo (y amor de la infancia) se lo ordenaba, desplegó la manta y la colocó alrededor de sus hombros.

-No me voy a ir, solo vine a ver si tenías frío-respondió Mai mientras se paraba cerca de él.

-Lamento haberte gritado, pero tengo muchas cosas en mente-le dijo Zuko-no puedo creer que esto esté pasando, han pasado más de tres años desde que me fui de casa, me pregunto qué cosas han cambiado, si yo he cambiado-

-Solo te pregunté si tenías frío, no te pedí que me contaras la dramática historia de tu vida-dijo Mai mientras intentaba reprimir un bostezo, pero no funcionó, Zuko pudo escucharla, lo que lo llevó a pensar que estaba aburrida-por cierto, no te preocupes por eso-sonrió levemente-finalmente podrás volver a casa, tu papá estará feliz de verte-

-No lo creo, él nunca está feliz de verme-le dijo Zuko, la sonrisa de Mai se desvaneció al instante ante la perspectiva tan pesimista de su amigo, tomó la mejilla de Zuko y giró su rostro haciendo que la mirara de frente.

-No digas eso, él va a estar feliz de verte otra vez, vas a recuperar todo lo que siempre deseaste-le dijo la chica sombría e intentó acercarse para besarlo, pero Zuko solo desvió su mirada de la de ella-¿y ahora qué sucede?-

-Lo siento, Mai. Pero no puedo hacerte esto-respondió Zuko-no sabiendo que no siento lo mismo por ti, yo… estoy enamorado de alguien más-

-Oh, es por eso que no quisiste besarme. Está bien, no estoy celosa, entiendo si te gusta otra chica, tal vez podemos seguir siendo amigos…

-¡Ese es el problema! no es una chica de la que estoy enamorado, de quien estoy enamorado es… es de un chico-respondió Zuko, de pronto, algunas imágenes de Aang aparecieron en su mente, recordó el momento en el que se abrazaron y besaron en las catacumbas de cristal, las lágrimas humedecieron sus ojos de solo pensarlo-he conocido a este chico por un largo tiempo y no sé porque, pero siento que estamos destinados a estar juntos y ahora, debido a mi estupidez, es probable que nunca lo vuelva a ver-

Mai permaneció en silencio por un momento mientras veía al adolescente sollozar, no tenía idea de qué decirle a Zuko para animarlo, así que trató de ser positiva y dijo lo primero que le vino a la mente.

-Esta bien, tal vez no todo este perdido ¿sabes? quizás este chico esté por ahí en alguna parte, y cuando lo encuentres, tú y él estarán juntos.

-¿Lo dices en serio? no estás bromeando ¿verdad?

-Nunca bromearía con algo así, no puedo hacer nada para ayudarte, todo lo que puedo decirte es que debes esperar y ser paciente, tarde o temprano ese chico estará contigo.

Con esas últimas palabras, Mai retiró su mano del hombro de Zuko y salió de la habitación dejando al príncipe... no, ex príncipe (porque Zuko no merecía ser llamado así después de lo que había hecho) solo.


Mientras tanto, Aang y el resto del equipo Avatar estaban viajando a través de la Nación del Fuego, usando una combinación de agua-control y aire-control para ocultar a Appa en las nubes. Después de algunos minutos trabajando en la formación de las nubes para mantener oculto al bisonte volador, el grupo llegó a una llanura desértica.

-¡Al fin! ya estamos aquí-exclamó Aang luego de que Appa aterrizara en el suelo, él y sus amigos bajaron de un salto del bisonte volador.

El joven Avatar caminó un poco para apreciar el paisaje frente a él, hoy era el primer día del equipo Avatar en la capital de la Nación del Fuego, optaron por refugiarse temporalmente en una cueva, y mientras desempacaban sus cosas para montar un campamento improvisado, pudo ver a Katara parada en la entrada de la cueva, mirando hacia el horizonte, por un segundo, quiso acercarse a ella y preguntarle qué estaba pasando, pero Sokka se le adelantó y se acercó a la maestra agua.

-¿En qué estás pensando, Katara?-preguntó Sokka mientras colocaba una mano en el hombro de su hermana sacándola de su trance, Aang se escondió detrás de una roca y escuchó su conversación.

-Solo estaba pensando en Zuko… realmente esperaba que él pudiera decidir unirse a nosotros y no a su perversa hermana-respondió Katara-aún no puedo creer que me haya hecho daño a mí, a Aang, a su tío, a todos nosotros-

-Bueno, yo aún no soy capaz de creer que él esté de su lado ahora… o que al menos pretenda estarlo-le dijo Sokka, Aang no entendió eso último ¿a qué se estaba refiriendo Sokka? ¿quizás la traición de Zuko en Ba Sing Se no fue más que una fachada para que pudieran escapar y luego él intentaría traicionar a su propia hermana cuando fuera el momento adecuado? no, imposible, Aang había visto con claridad que Zuko estaba más que decidido a unirse a su hermana antes que a él.

-Ya te lo expliqué antes, Sokka. Él todavía está de nuestro lado, tal vez lo que hizo en Ba Sing Se fue solo un truco para tratar de ganarse la confianza de su hermana-especuló Katara-no estabas allí cuando eso sucedió, yo sí-

-Lo que sea que hayas visto, y me hayas dicho solo me hizo llegar a la conclusión de que Zuko es malvado y que nunca va a cambiar-le dijo Sokka, Aang bajó la mirada para dejar de ver a sus dos amigos discutiendo sobre el comportamiento de Zuko-¿sabes? hay una frase que dice "un villano siempre será un villano"-

-¿No sabes que es descortés espiar a las personas, pies ligeros?-preguntó una voz, Aang desvió la mirada y se sobresaltó al ver a Toph parada detrás de él.

-¡¿Q-qué?! n-no, no los estaba espiando, solo estaba... estaba...-intentó explicarle Aang trató de explicarle a la maestra tierra.

-Sabes que no puedes mentirme ¿verdad? puedo sentir los latidos de tu corazón.

-Ok, tienes razón, los estaba espiando-le dijo el joven Avatar sintiéndose mal por no tener la capacidad de ocultarle cosas a su amiga ciega-¡pero no lo hice con malas intenciones! solo quiero escuchar de qué están hablando-

-Y ¿crees que lo que Katara dice es verdad?-le preguntó ella mientras cruzaba los brazos alrededor de su torso.

-No estoy seguro, tal vez necesito salir a caminar un rato para despejar mis dudas. Estoy un poco confundido acerca de lo que escuché-le dijo Aang.

-Está bien, ve si quieres pero vuelve pronto, tenemos que buscar ropa nueva para poder mezclarnos con los ciudadanos de la Nación del Fuego.

Aang le agradeció y comenzó a alejarse del campamento improvisado que sus amigos habían instalado, intentando aclarar sus pensamientos y sentimientos hacia cierto príncipe de la Nación del Fuego, pudo sentir su corazón estrujarse al escuchar lo que había dicho el chico de la Tribu Agua del Sur porque una parte de él sabía que eso no era verdad, pero ahora solo quería negarlo y seguirle la corriente a Sokka, quería olvidar a Zuko, olvidar que podían compartir un vínculo más allá de ser solo enemigos, olvidar que podían dejar de odiarse pero también quería olvidar el amor incondicional que el maestro aire sentía por él y solo por él, pero por mucho que lo intentara, sus pensamientos lo terminaban llevando a los momentos vividos con el príncipe una y otra vez, recordó el último beso que compartieron luego de separarse en las catacumbas de cristal.

Luego de caminar por varios minutos, termino llegando a una playa que no estaba muy lejos del campamento donde se encontraban sus amigos, una vez allí, se sentó en la blanca arena, luego se recostó boca arriba, cerró los ojos y suspiró con tristeza.

-Zuko…-susurró Aang al viento, tal vez su mente estaba intentando hacer que olvidara a su amor pero su corazón le reclamaba desesperadamente por él, deseando poder tenerlo a su lado y besarlo como lo habían hecho antes de que los traicionara en Ba Sing Se. Pudo sentir sus pantalones un poco incómodos y apretados, no sabía lo que estaba le pasando, inconscientemente, Aang llevó una mano a su pecho, luego la deslizó hasta su vientre para finalmente llegar al problema que tenía en los pantalones, no tenía idea de que acababa de tener su primera erección y todo porque estaba pensando en Zuko, tampoco tenía idea de cómo deshacerse de eso y lo mejor que podía pensar para deshacerse de este problema, era explorar dicha zona. Tocó, apretó, luego lo frotó, se sintió realmente bien, pero también un poco extraño cuando lo frotó, así que continuó, hasta que comenzó a sentir que sus pantalones se tornaban una molestia y se los quitó junto con su ropa interior desnudándose de la cintura para abajo. Aang se recostó nuevamente en la arena y volvió a frotar su miembro imaginando que era Zuko quien lo estaba tocando, jadeos suaves y gemidos junto con el nombre del maestro fuego escaparon de sus labios, la sensación de tocarse mientras pensaba en Zuko lo hizo sentir tan bien, pero a su vez era una sensación placentera, continuó hasta que pudo sentir una ligera ola de calor golpear su estómago-Z-Zuko... ¡ah! gh... Zuko~-gimió mientras movía su mano aún más rápido, fue entonces cuando en ese momento en que llegó a su límite, manchando su abdomen con su propio semen. Luego de alcanzar su orgasmo, Aang permaneció allí recostado en la arena con un suave sonrojo tiñendo sus mejillas tratando de calmar su respiración, luego de unos minutos, se calmó y fue a lavarse, ninguno de sus amigos tenía que saber lo que había hecho, porque todo había sido por simple impulso y nada más.

Regresó al campamento tras terminar de lavarse el semen en su cuerpo y vestirse, cuando llegó, sus amigos lo estaban esperando. Tal como Toph le había dicho, fueron buscar ropa nueva para que pudieran mezclarse con los ciudadanos de la Nación del Fuego, eliminando así la necesidad de esconderse. Encontraron un tendedero desatendido y roban algunos conjuntos, Toph tuvo que modificar sus zapatos quitándole las suelas para que pudiera ver y sentir las vibraciones de la tierra con sus pies.

-Chicos ¿cómo me veo?-preguntó Katara mientras aparecía en su nuevo atuendo, Aang se sonrojó tímidamente al verla, no podía negar que la maestra agua lucía deslumbrante con su atuendo de la Nación del Fuego, pero rápidamente le señaló que debía quitarse el collar de su madre si quería permanecer de incógnito.

Luego fueron a un bazar para comprar algunos accesorios y un collar nuevo para Katara, ya en la ciudad, el grupo intentó mezclarse entre la multitud, actuar de forma natural y evitar llamar la atención, plan que se ve obstruido por Aang, quien, tras haber viajado por la Nación del Fuego un siglo antes, afirma ser un experto en sus costumbres, llama a las personas que ve en la calle "hotman" y usa otras expresiones que están obviamente desactualizadas. Cuando los demás van a comprar comida en un puesto de carne, Aang se abstiene debido a su vegetarianismo y se aleja por un momento; sin embargo, es atrapado por un grupo de soldados que lo escoltan a un salón de clases, aparentemente su ropa robada es un uniforme de una escuela local y los soldados supusieron que se trataba de un estudiante ausente.

Una vez dentro del aula, Aang pudo sentir que todos los demás chicos y chicas lo miraban confundidos, hasta que la profesora habló.

-Oh… ¿eres una nueva mente lista para ser moldeada?-le preguntó la profesora.

-Así es. Que comience la moldura-respondió el Avatar disfrazado.

-Espera un minuto-dijo la mujer mientras lo miraba con sospecha-tú no eres de la Nación del Fuego-se acercó a Aang y comenzó a caminar a su alrededor observándolo-claramente vienes de las colonias-

-S-sí, de las colonias, por supuesto-dijo Aang sintiéndose un poco aliviado de que su identidad no haya sido descubierta, al menos no por ahora-las colonias de la Nación del Fuego en el Reino Tierra-

-Tu etiqueta es terrible-comentó la profesora-en la tierra patria, nosotros nos inclinamos ante nuestros mayores, te lo demostraré-

Se alejó de Aang y realizó una breve demostración del saludo al que se refería.

-Lo siento, señora-se disculpó Aang mientras imitaba el saludo, pero al ver a una de las chicas corregirlo, lo hizo bien la segunda vez.

-Además no usamos bandas en la cabeza en interiores.

-Uh, tengo una cicatriz y es algo vergonzoso-le respondió Aang.

-Está bien, y ¿cuál es tu nombre?-le preguntó la profesora al Avatar disfrazado-¿o deberíamos decirte o deberíamos llamarte bastardo de colonia sin modales?-

Aang se rió un poco por la pregunta de la mujer, pero luego se recompuso y se puso serio otra vez.

-Oh, bastardo suena bien… o simplemente llámenme Kuzon.

Tras esa presentación, al terminar la primera jornada de clases durante el receso, Aang conoció a una chica amigable llamada Onji, así como al supuesto novio de Onji, Hide, un estudiante popular con una personalidad mucho más agresiva. Luego de una pequeña confrontación, Aang termina haciendo nuevos amigos y juega un juego conocido como "esconder y explotar" con un niño llamado Shoji y otos chicos más de la misma escuela.


Mientras tanto, se ve a los soldados de la Nación del Fuego marchando por las calles y pelotones de tanques de metal rodando hacia el palacio real del Reino Tierra. Entre los ciudadanos del Reino Tierra que están en la casa de té de Pao, se puede ver al antiguo empleado de Iroh y Zuko, Pao, Jin, Ying y Than con su bebé, Hope llorando en sus brazos, todos ellos asustados por lo que estaba sucediendo. En la plaza real del palacio de la Nación del Fuego, dos ancianas, Lo y Li que parecen ser gemelas debido a que ambas llevan las mismas túnicas, el mismo peinado y tienen rostros casi idénticos, aparecieron en el balcón de la plaza para dar un anuncio público.

-Finalmente los héroes han regresado a casa-anunciaron ambas mujeres.

-Su princesa, Azula-exclamó Li presentando a la chica quien avanzó hacia el balcón luciendo sus mejores ropas formales, la gente comenzó a aclamar y a gritar entusiasmada al verla aparecer desde el balcón de la plaza.

-Y después de tres largos años, su príncipe ha regresado-anunció Lo-Zuko-exclamaron ambas, el príncipe, corrección, ex príncipe de la Nación del Fuego apareció usando ropa diferente a la que llevaba cuando viajaba en el barco de su hermana de regreso a casa. La gente también aplaudió y gritó con entusiasmo al verlo aparecer en el balcón, a pesar de todas las personas allí presentes aclamándolo, Zuko sintió que estaba fuera de lugar, que no merecía estar allí, no se merecía nada de todo eso y tampoco se merecía ser tratado como un héroe ¿para qué? si a fin de cuentas la persona que más amaba ya no estaría nunca más con él.

Al terminar el anuncio público, Zuko se encontraba en el jardín del palacio alimentando a los patos tortuga como solía hacerlo con su madre hace tiempo atrás, hasta que Azula apareció y se paró a su lado, al verla, los patos tortuga se alejaron nadando de allí dejando a ambos hermanos solos.

-Te ves tan deprimido-comentó Azula viendo a su hermano-¿Mai se ha puesto en contacto contigo? Porque últimamente ha estado de muy buen humor, eso es extraño viniendo de ella-

-Aún no he visto a papá-respondió Zuko y desvió la mirada de su hermana-no lo he visto en tres años, desde que fui desterrado-

-¿Y qué con eso?

-No capturé al Avatar.

-¿A quién le importa? el Avatar está muerto ahora-dijo la princesa de la Nación del Fuego despreocupadamente, pero se percató de que la mirada de su hermano había cambiado así que decidió aprovecharse de la situación-a menos que pienses que de alguna forma, milagrosamente haya sobrevivido ¿no es así? pero ambos sabemos que eso es imposible, nadie puede sobrevivir al ataque de un rayo y menos de uno tan poderoso como lo fue el mío-

Y ahí estaba otra vez, presumiendo lo talentosa que era como maestra fuego, Zuko quería hacer algo, quería decirle que se callara y que lo dejara solo con sus pensamientos y su culpabilidad pero, desafortunadamente, eso no iba a suceder, al menos no ese día. Cautelosamente, recordó el agua del oasis del Polo Norte que Katara le había mostrado, además de revelarle sus propiedades curativas.

-No-respondió Zuko-no hay forma de haya sobrevivido-

Ambos se miraron el uno al otro con una mirada desafiante, Azula además pudo deducir que algo estaba mal con su hermano; sin embargo, era incapaz de descifrar que era lo que lo tenía tan abatido.

-Bueno, entonces estoy segura de que no tienes nada de que preocuparte-le dijo la princesa dejando de lado su pequeña competencia de miradas, con esas últimas palabras giró sobre sus propios pasos y regresó al palacio.

Más tarde, Zuko fue llamado a ir a la sala del trono para encontrarse con el Señor del Fuego Ozai, el adolescente estaba de pie frente a la entrada que estaba oculta con una cortina que tenía estampado el símbolo de la Nación del Fuego. Respiró hondo y entró en la habitación, pudo ver la sombra de su padre arrodillado sobre una pagoda colocada en una plataforma en la sala y el fuego envolvía los alrededores de la pagoda, Zuko caminó lentamente y una vez que estuvo a unos metros delante de su padre, se inclinó de rodillas ante él como muestra de respeto.

-Has estado fuera por mucho tiempo-dijo Ozai desde la plataforma donde estaba sentado-veo que el peso de tus viajes te ha cambiado, te has redimido, hijo mío-se levantó de la plataforma y caminó hacia Zuko, quien levantó la mirada hacia él-bienvenido a casa-


Aang, regresó a la cueva al anochecer, cubierto de hollín como resultado del juego, para alivio de Katara, Sokka y Toph quienes habían estado preocupados por su larga ausencia.

-¿Dónde has estado? Estuvimos buscándote por todas partes, nos tenías terriblemente preocupados-le dijo Katara a su amigo mirándolo con preocupación y regañándolo a la vez como si se tratara de una hermana mayor regañando a su hermanito por escaparse de ella un par de horas.

-Fui a jugar con unos chicos después de la escuela-le respondió el joven Avatar con una sonrisa en el rostro mientras se quitaba la banda que tapaba la flecha tatuada en su frente.

-¿Después de qué?-exclamó Sokka obviamente sobreactuando lo sorprendido que estaba por lo que acababa de oír.

-Me inscribí en una escuela de la Nación del Fuego.

-¡¿Te inscribiste en qué?!-gritó el chico de la Tribu Agua del Sur, al instante sintió que la presión se le bajaba y quedó inconsciente, Katara se acercó a él e intentó reanimarlo y luego de unos minutos, Sokka despertó. Ahora tanto él como Aang y Toph estaban sentados frente a la fogata que habían encendido dentro de la cueva-Aang, estoy intentando ser maduro y no destruir tu idea tan repentinamente-dijo intentando ser razonable con él-pero eso suena… realmente terrible-

-Sí, tenemos nuestros atuendos ¿para qué necesitas ir a una escuela?-le preguntó Toph, quien tampoco parecía convencida con la idea de su amigo.

-Cada minuto que estuve en esa clase, aprendí cosas nuevas sobre la Nación del Fuego. Ya tengo un dibujo del Señor del Fuego Ozai-les dijo Aang mostrándoles un póster del temible Señor del Fuego-y aquí hay un dibujo que hice con fideos-

-Impresionante, lo admito. Pero sigo pensando que es demasiado peligroso-dijo Sokka.

-Entonces supongo que nunca podremos encontrar alguna información sobre el río secreto...-dijo Aang volviendo su mirada un poco decepcionado-va directo al palacio del Señor del Fuego. Se suponía que íbamos a aprender sobre eso en clase mañana-

-Hmm... soy fan de los ríos secretos-dijo Sokka pensativo y luego tomó una decisión-bien, te daré unos días más-

-¡Flameo, hotman!-exclamó Aang con entusiasmo y salió corriendo de allí bajo las confusas miradas de Sokka y Katara.


Zuko regresó a la prisión de la Nación del Fuego, ya había estado allí la primera noche que regreso a casa pero luego se arrepintió y regresó al palacio sin darse siquiera la oportunidad de entrar, visitar a su tío e intentar hablar con él. Mientras caminaba por el corredor, fue confrontado por el guardia de aquella noche, quien lo había observado desde la rampa externa de la prisión.

-¿Tú otra vez?-dijo el hombre mientras sujetaba su lanza-detente donde estás-Zuko levantó la cabeza exponiendo su rostro encapuchado al guardia-¿príncipe Zuko?-

El adolescente tomó al guardia por la parte superior de su uniforme, haciéndolo soltar su lanza y lo estrelló contra la pared.

-Vine a hacer una visita-le dijo Zuko agresivamente-vas a montar guardia aquí y nadie tiene que saber sobre esto-tras decir esto, dejó ir al guardia y procedió a entrar en la celda de Iroh. Iroh se alejó de él, mostrando una gran decepción a su sobrino-tío… soy yo-el ex príncipe de la Nación del Fuego bajó la capucha de su capa revelando su rostro, pero Iroh no lo miró-tú te buscaste esto ¿sabes? podríamos haber regresado juntos, podrías haber sido un héroe-Iroh no respondió y solo se movió un poco en su lugar-no tienes derecho a juzgarme, tío. Solo estaba siguiendo mi propio plan e hice lo que tenía que hacer en Ba Sing Se y eres un tonto por no seguirme-seguía sin obtener respuesta del anciano-¿no vas a decir nada?-la indiferencia de Iroh hacia él causo un ataque de furia en Zuko-estás loco. Eres un anciano loco, y si no estuvieras en la cárcel ¡tal vez estarías durmiendo en una alcantarilla!-

Con esas últimas palabras, giró sobre sus pasos y salió de la celda dejando solo al anciano, dolido y más decepcionado que antes.


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