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Chang Ai por N3K0-Ch4N

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El sol salió, un nuevo día comenzó en el Templo Aire del Oeste y un día diferente para algunos. Esa mañana, Aang y Zuko se dirigieron a una plataforma ubicada a cierta distancia del resto del equipo Avatar luego de tomar un rápido desayuno, el joven Avatar simplemente lo siguió sin cuestionar y ahora estaba allí con Zuko, atemorizado y ansioso, finalmente aprendería fuego-control, un elemento que (según él) era tan peligroso que se había prometido a si mismo que nunca más volvería a aprender hace unos meses, pero ahora las cosas eran diferentes y tenía a Zuko a su lado para enseñarle como hacer fuego-control sin correr el riesgo de herir a alguien nuevamente.

Antes de comenzar con el entrenamiento, Zuko trató de tranquilizarlo diciéndole que el fuego-control no era algo a lo que temer si se usaba correctamente pero que debía aprender a respetarlo o podía perder el control, Aang volvió a recordar el momento en que hirió a Katara practicando fuego-control con Jeong-Jeong.

-Ahora, enséñame lo que tienes. Controla la mayor cantidad de fuego que puedas hacer-dijo Zuko viendo a Aang con ojos suaves, Aang se sintió incómodo por un momento; sin embargo, esa mirada lograba reconfortarlo o al menos eso era lo que sentía hasta que Zuko sacudió la cabeza ligeramente saliendo de su trance y se tranquilizó. Aang respiró profundo, cerró los ojos y giró las caderas extendiendo la mano pero todo lo que obtuvo por su esfuerzo fue una nube de humo. Se sonrojó y miró tímidamente a su maestro fuego antes de volver la vista hacia otro lado, frotándose la nuca.

-Tal vez necesito un poco más de instrucción ¿una demostración, quizás?-murmuró viendo con esperanza a su atractivo maestro fuego-control... espera ¿qué? ¿de dónde vino ese pensamiento? en lugar de enfadarse con él, Zuko pareció entender lo que Aang quiso decirle y accedió diciendo que era una buena idea.

-Quizás quieras retroceder un par de pasos-dijo el príncipe, respiró profundo, posicionó su cuerpo y estiró las manos gruñendo al tiempo que se preparaba para realizar un ataque de fuego-control.

PUFF

Aang quiso reírse de tan mal desempeño, tal vez Zuko estaba jugándole una broma porque, si debía ser honesto con él, esa fue una llama muy débil o quizás le estaba enseñando que estaba bien tener un fuego-control débil y que no era un gran problema.

-¿Qué fue eso? ese es el peor fuego-control que haya visto en mi vida-murmuró Zuko a sí mismo y Aang tuvo la clara impresión de que no había sido para nada una broma.

-Creo que eso fue… agradable-comentó el maestro aire un poco preocupado pero trato de mantenerse positivo. Zuko trató una y otra vez obteniendo el mismo resultado, el príncipe estaba molesto y a Aang no le gustaba eso, si tan solo pudiera hacer algo para ayudarlo pero ¿qué podía hacer? no sabía fuego-control y no podía encontrar una solución adecuada al problema de Zuko sea cual fuese.

-¿Por qué me está pasando esto?-preguntó Zuko enojado mirando sus manos, Aang también miró sus manos, sus manos eran callosas y ásperas, comenzó a preguntarse cómo se sentirían esas manos explorando su cuerpo, deslizando sus dedos por su abdomen y ombligo, rozando hasta llegar más abajo, tocando regiones que ni el joven Avatar sabía que tenía antes. Se sonrojó fuertemente y sacudió la cabeza un poco apenas esa esa fantasía erótica desapareció tan pronto como llegó.

-¿Quizás es la altitud?-sugirió Aang con la esperanza de animar a Zuko, pero eso no ayudó mucho porque la única respuesta lógica que tenía era que Zuko ya no podía hacer fuego-control, lo que implicaba que ya no tenía un maestro que le enseñara a controlar este elemento.

Paso un rato donde Zuko intentó hacer fuego-control sin éxito, comenzó a molestarse un poco porque no había pasado nada durante ese lapso de tiempo y Aang estaba comenzando a aburrirse.

-Esa se sintió un poco más caliente-comentó el joven maestro aire.

-No me hables así, no tienes idea de cómo se supone que debe ser-respondió Zuko molesto.

-Lo siento, Sifu Hotman.

-¡Y deja de llamarme así!

Sokka, que casualmente caminaba por allí, vio la escena y no se le ocurrió mejor cosa que burlarse de Aang y Zuko.

-Hey, bobos-los saludó a ambos-¿les molesta si los veo a ambos practicar bobo-control?-

-¡Vete de aquí!-le gritó Zuko.

-Ok, tómalo con calma. Solo estaba bromeando.


La noche había caído, Zuko se apartó del grupo y se apoyó al costado de Appa, pasó los dedos por el suave pelaje del bisonte. Lo había intentado todo, volvió a lo básico, intentó con otros movimientos que no fueran complicados pero todo lo que conseguía eran chispas y humo, nada de fuego. Se había ido y tenía la sospecha de saber porque, elevó la mirada hacia la fogata donde el grupo estaba cenando, hablando y divirtiéndose. Zuko no estaba muy seguro de cómo explicar esto, tenía que decirles, el cometa de Sozin se acercaba y Aang necesitaba estar listo con o sin su ayuda. Enderezó los hombros y camino hacia el grupo, llegando a la conclusión de que debía decirles lo que le estaba pasando.

-Escuchen todos, tengo malas noticias-dijo manteniendo una voz tan firme como pudo tratando de no demostrar cuánto le estaba afectando la situación-he perdido mis cosas-

-No me mires a mí, no toqué tus cosas-dijo Toph con ligereza levantando las manos para mostrar su inocencia.

-Estoy hablando de mi fuego-control-continuó viendo hacia la fogata encendida-se fue…-

-Pero ¿cómo es eso posible? Hace un par de días estabas usando bien tu fuego-control contra el hombre combustión ¿cómo pudiste perderlo?-preguntó Katara suavemente mirándolo, tratando de descubrir la razón, intentando ayudarlo de alguna forma como era parte de su naturaleza.

-No está perdido, solo se volvió más débil por alguna razón-explicó-supongo que habrá sido porque cambie de bando-

-¡Eso es ridículo!-comentó la maestra agua. Rápidamente se cubrió la boca al darse cuenta de lo que dijo-lo siento-se disculpó sintiéndose mal por él-no… no quise decir eso-

-No estoy seguro, pero tal vez no sea eso-dijo Aang-tal vez tu fuego-control proviene de la ira y simplemente no tienes la ira suficiente para alimentarlo como solías hacerlo-

-Entonces, lo único que tenemos que hacer es enfadar a Zuko. Sencillo-dijo Sokka, comenzó a golpear levemente sus costillas y cadera con su espada envainada en un intento por hacer que el maestro fuego se enfadara.

-¡Está bien! ya basta-gritó sintiendo la decepción y la frustración batallar dentro de él. Sokka siquiera se intimidó por el grito que le dio Zuko, de hecho, le regaló una pequeña sonrisa tímida pero comprensiva y volvió a sentarse en su lugar junto a Toph. Zuko comenzó a pensar que esas personas eran demasiado buenas desde su punto de vista, no podía creer lo aceptables y compasivos que fueron con él cuando en un primer momento lo atacaron al proponerles formar parte del equipo Avatar y no querían tener nada que ver con él. Desvió la mirada hacia Aang y comenzó a preguntarse qué hubiera pasado si hubiera aceptado la oferta de unirse a él para detener la guerra, que tanto podrían haber cambiado las cosas si hubiera aceptado ser su amigo desde un principio-incluso si tuvieras razón-habló refiriéndose a lo que Aang había dicho sobre que su fuego estaba alimentado por la ira-no quiero tener que depender del odio y la ira nunca más, tiene que haber otra forma-

-Tendrás que buscar una fuente diferente, yo recomiendo la fuente original-sugirió Toph.

-Y ¿cómo se supone que debería hacer eso? ¿saltando hacia un volcán?-dijo Sokka riéndose.

-No-dijo la maestra tierra, haciendo que Sokka dejara de reír-Zuko necesita encontrar lo que sea que venga a ser la fuente original del fuego-control-

Sin más interrupciones, ella comenzó a hablar de los tejones-topo, los cuales fueron los primeros maestros tierra-control originales. Zuko comenzó a sentirse melancólico con su relato, dándose cuenta de que ni siquiera podía considerar la sugerencia de Toph como una solución alterna a su problema.

-Bien, eso no me ayuda mucho. Los maestros fuego originales fueron los dragones, pero se extinguieron hace tiempo-dijo con gravedad.

-¿Qué quieres decir?-preguntó Aang incrédulo-Roku tenía un dragón. Y había muchos dragones cuando era niño-

-Bueno, el punto es que ya no están ¿ok?-repitió Zuko molesto y decepcionado.

-Está bien. Está bien, lo siento-dijo el joven maestro aire tratando de calmarlo.

-Pero tal vez haya otra forma-dijo Zuko mientras se alejaba del grupo-algunas de las primeras personas en aprender de los dragones fueron los antiguos Guerreros del Sol-

-¿Los Guerreros del Sol? bueno, no recuerdo que existieran cuando era niño-dijo Aang levantándose y acercándose a él.

-No. Porque murieron hace miles de años, pero su civilización no está demasiado lejos de donde estamos ahora. Quizás podamos aprender algo explorando sus ruinas.

-Es como me decían los monjes, a veces las sombras del pasado se pueden encontrar en el presente.

-Entonces-habló Sokka llamando la atención del Avatar y del maestro fuego-¿tal vez localices una energía súper antigua de Guerrero Solar solo por pararte donde ellos estuvieron hace mil años?-

-Más o menos-respondió Zuko desviando su mirada del guerrero de la Tribu Agua del Sur-o encuentro una nueva forma de hacer fuego-control o el Avatar tendrá que encontrar un nuevo maestro-

Aang se sintió herido con esas palabras, pero de nuevo, no había nada que él pudiera hacer para resolver el problema de Zuko, tenían que encontrar la civilización de los Guerreros del Sol para que pudiera aprender otra forma de recuperar su fuego-control. Solo esperaba que este viaje diera resultado y tal vez, solo tal vez, podría tener la oportunidad de pasar un poco más de tiempo con Zuko.


Al día siguiente, Aang y Zuko abandonaron el Templo Aire del Oeste y se dirigieron a la antigua civilización de los Guerreros del Sol en un intento por encontrar los secretos del verdadero significado del fuego-control. Ambos volaron en Appa durante todo el viaje sin hablar ni intercambiar miradas, podríamos decir que fue un viaje tranquilo y silencioso, completamente aburrido.

-Hemos estado volando durante horas-Zuko finalmente habló-no sé, pero pensé que esto sería mucho más rápido-agregó refiriéndose a Appa. El bisonte volador comenzó a gruñir ante su comentario y su falta de entusiasmo.

-Appa tiene razón. En nuestro grupo, típicamente, comenzamos nuestras misiones con una actitud más optimista.

-No puedo creer esto-se quejó Zuko, no podía encontrar un punto positivo sobre la situación.

-No te preocupes. Te acostumbrarás.

Después de unos minutos más volando sobre el mar, ambos llegaron a una isla donde se encontraban las ruinas de la civilización de los Guerreros del Sol. Una vez que aterrizaron a Appa, los maestros aire y fuego comenzaron a caminar por el lugar, parecía que estaba abandonado desde hace tiempo y no veían a nadie alrededor.

-A pesar de que estos edificios son antiguos. Hay algo inquietantemente familiar sobre ellos-dijo Zuko mientras caminaba junto a Aang-incluso puedo decir que los templos de los sabios del fuego descienden de alguna manera de esto-

-Ok, estamos aprendiendo algo sobre arquitectura. Con suerte, también aprenderemos algo sobre fuego-control. A veces el pasado puede ser un gran maestro ¿sabes?-comentó Aang mientras caminaban, pero no se dio cuenta de que tropezó ligeramente con una cuerda y algunos picos filosos salieron del piso de piedra, rápidamente uso aire-control para saltar al otro lado, una vez que lo logró, el menor desvió la mirada hacia Zuko-Zuko ¡creo que el pasado está tratando de matarme!-

-No puedo creerlo-habló Zuko mientras tomaba la cuerda en su mano-esta trampa debe tener siglos de antigüedad y aún funciona-

-Probablemente haya muchas más-dijo Aang-tal vez esto significa que no deberíamos estar aquí-

El maestro fuego retrocedió unos pasos, comenzó a correr, llegando a incluso a correr por encima de una pared y en pocos segundos estaba de pie junto al joven maestro aire.

-¿Dónde está esa actitud optimista de la que estabas hablando?-preguntó Zuko-además, la gente no hace trampas a menos que tengan algo que valga la pena proteger-

Dirigieron sus miradas a unas escaleras de piedra construidas como una especie de pirámide y fueron allí. Ambos subieron las escaleras hasta que llegaron a un gran muro de piedra donde pudieron ver grabados de un Guerrero del Sol con llamas en ambas manos y dos dragones a cada lado de él expulsando fuego de sus bocas formando un círculo.

-Mira, esto parece prometedor…-le dijo Aang a Zuko tratando de ver el lado positivo de todo esto-aunque no estoy seguro de lo que está diciendo-

-Se trata de la fuente original del fuego-control-explicó el príncipe observando los grabados de los dragones creando el círculo de fuego alrededor del Guerrero del Sol-parecen bastante enojados-

-Pensé que los dragones eran amigos de los Guerreros del Sol.

-Bueno, tenían una forma divertida de mostrarlo.

-Zuko, algo les sucedió a los dragones en los últimos cien años-dijo Aang notando la leve expresión tristeza en el rostro del maestro fuego-hay algo que no me estás diciendo-sin más interrupciones, Zuko le contó al Avatar lo que sucedió con los dragones hace mucho tiempo. Le dijo que Sozin comenzó la tradición de cazar dragones en la Nación del Fuego por la gloria y porque eran los últimos maestros fuego, también recordó que su tío Iroh mató al último dragón vivo antes de que naciera-pensé que tu tío era, no lo sé, ¿bueno?-

-Tenía un pasado complicado-le dijo el maestro fuego sintiéndose mal haber tenido la oportunidad de sacarlo de la prisión durante la invasión y ahora no tenía idea de dónde podría estar-tradición familiar, supongo...-permaneció en silencio por unos segundos hasta que reaccionó-bien, sigamos-

Luego de caminar por un corto tiempo llegaron a una plaza de piedra con una enorme puerta dorada que Aang intento abrir sin éxito, Zuko volvió la mirada al notar un pilar de piedra con una piedra roja en la parte superior, luego miró hacia el piso y pudo ver un punto de luz rojo marcando una línea grabada en el suelo.

-Es un calendario celestial, como el que los sabios del fuego tienen en sus templos-explicó el maestro fuego-la puerta solo se abrirá cuando el sol alcance la posición correcta en el solsticio-

-¡¿El solsticio, otra vez?!-exclamó Aang-no puedo esperar tanto-

-Tal vez no podemos, pero podemos acelerar el tiempo-Zuko desenfundó una de sus espadas y reflejó la luz del sol contra la hoja de metal. Transcurrieron unos segundos en los que no había pasado nada-vamos...-pasaron unos segundos más y finalmente aquella puerta dorada. En el interior había una cámara de piedra con estatuas ubicadas en diferentes posiciones. Ambos comenzaron a mirar alrededor de la cámara para ver si encontraban algo que fuera de utilidad, Aang vio una de las estatuas, copió la pose y una plataforma de piedra descendió bajo su pie, luego de hacer esto, supo lo que debían hacer.

-¡Zuko, ven!-dijo Aang mientras tomaba el brazo del maestro fuego e intentaba acercarlo más a él-quiero que bailes conmigo-

-¡¿Q-qué?!-Zuko se sonrojó ante lo que dijo el joven maestro del aire.

-Aw, por favor. ¡Solo ven!

Ambos comienzan a ejecutar las poses que las estatuas les mostraron mientras las plataformas de piedra se empujaban bajo sus pies. Mientras realizaban la danza, no se dieron cuenta de que activaron un mecanismo clave, al finalizar la coreografía, un pedestal se levantó en el centro de la cámara y este tenía un huevo dorado. Zuko se acercó e iba a tomarlo, pero Aang lo detuvo.

-¡No lo toques!

-Dime ¿por qué no?

-Porque podría ser una trampa.

Al maestro fuego no le importó la advertencia del Avatar y tomó el huevo dorado sosteniéndolo en sus manos.

-Se siente... cálido, casi vivo-comentó tan pronto como terminó de decir esto, una sustancia pegajosa de color verde oscuro salió del pedestal haciendo que el maestro fuego quedara adherido de espaldas contra las barras de metal en el techo de la cámara. Aang trató de evitarla, pero la sustancia era demasiado pegajosa, así que terminó adherido al lado de Zuko-bueno, al menos tenemos aire. Tal vez si nos mantenemos calmados saldremos de esto-

-Retiro lo que dije antes Zuko... eres un idiota.

-Cállate.

Las horas pasaron y Aang comenzó a darse cuenta de que tan solo teniendo su primera misión con Zuko quedaron atrapados por una sustancia pegajosa ¡y todo porque el ex príncipe no podía tener las manos quietas cuando se trataba de tomar cosas brillantes! primero el pasado casi lo mata, aprendieron sobre arquitectura, aparentemente todos los dragones estaban muertos, Zuko tenía una tradición familiar de pasados complicados, el ex príncipe logró engañar a una piedra solar, bailó con Zuko y por último, su maestro fuego decidió tomar el huevo dorado en el pedestal, algo que Aang le había dicho explícitamente que NO hiciera.

-Tenías que tomar el huevo brillante ¿no?-preguntó el maestro aire con sarcasmo.

-Al menos hice que algo pasara-le respondió Zuko con el mismo tono pero con la diferencia de que se podía notar que estaba un poco molesto por la respuesta del menor junto a él.

-¡AYUDA!-gritó Aang tan fuerte como pudo.

-¿A quién le gritas?-preguntó el maestro fuego arqueando una ceja mientras miraba al chico a su lado-nadie ha vivido aquí en siglos-

-Bueno, entonces, ¿qué crees que deberíamos hacer?

-¿Pensar en nuestro lugar en el universo?-preguntó Zuko quedándose sin opciones. De pronto, la sustancia pegajosa alrededor de sus piernas comenzó a endurecerse y Aang se congeló con solo pensar que unos monstruos espeluznantes que comían personas se hallaban ocultos en aquella sustancia, lo que lo aterró aún más.

-Zuko…-susurró Aang flexionando sus dedos sobre los barrotes que estaba sujetando-creo que hay algo en esta cosa-

-¿Cómo?

-Hay algo moviéndose debajo de mí.

-Oh, eso es solo mi mano.

Aang abrió enormemente los ojos y giró la cabeza como pudo, desviando la mirada hacia Zuko quien lo miraba con una sonrisa.

-Bueno… ¡tal vez pudiste habérmelo dicho antes de que empezara a imaginar cosas!-dijo sacándole la lengua al ex príncipe de la Nación del Fuego, Zuko solo se rió entre dientes, aquel sonido envió un agradable calor que fluía por todo su cuerpo y Aang desvió la mirada antes de que Zuko notara siquiera su sonrojo. Estuvieron en silencio por un corto minuto y Aang sintió que la mano de Zuko se movía más y ahora sentía curiosidad por saber que era lo que estaba haciendo el ex príncipe, porque lamentablemente no podía moverse del lugar donde se encontraba, ni siquiera un poco-¿qué estás haciendo ahora?-preguntó estirando el cuello lo más que podía, preguntándose si en algún momento vería salir la mano de Zuko.

-Hay una burbuja de aire alrededor de mi mano, creo que si puedo pasarla directamente hacia ti podrías controlarla por dentro y sacarnos de aquí. Estoy intentando moverla usando el limitado fuego-control que tengo, algo así como "estoy quemando un camino a través de esta cosa" y parece que está funcionando-explicó Zuko con la lengua fuera mientras se concentraba en mover su mano para poder pasarle la burbuja de aire a Aang, éste le sonrió a su maestro pensando que la idea era fantástica y que probablemente podría funcionar.

-Está bien, vuelvo a decir lo que dije antes, eres bastante inteligente-dijo el joven Avatar alegremente. Zuko le sonrió brevemente para luego concentrarse otra vez en su tarea, Aang recostó su cabeza contra la casi dura sustancia pegajosa, miró al cielo y comenzó a hacer dibujos con las nubes esperando a que Zuko terminara de pasarle la burbuja de aire, estuvo por varios minutos hasta que sus orbes grises comenzaron a cansarse y pronto se quedó dormido; sin embargo, este momento no duró mucho, sus ojos se abrieron al sentir una ola de calor recorrer su cuerpo… y no específicamente en donde debería estar.

-AH.

-Oh, lo siento… ¿esa fue tu pierna? no puedo saber en donde está mi mano-se disculpó el ex príncipe de la Nación del Fuego.

-No, eso no es mi pierna.

-Entonces ¿qué es lo que estoy tocando?

Ante esa declaración, el ex príncipe apretó la carne bajo la palma de su mano, lo que sea que estuviera tocando, hizo que Aang se sonrojara violentamente, éste trató de alejarse en un intento de evitar el toque de Zuko, pero no tuvo suerte con ello, un escalofrío recorrió su columna vertebral al sentir cómo Zuko comenzó a tocar cierta zona que hizo que el joven Avatar se estremeciera y mordiera su labio inferior en un intento por reprimir sus gemidos.

-Z-Zuko…-dijo Aang mientras reprimía un gemido que amenazaba con escapar de sus labios-tu mano… tu mano está rozando mi…-

-¿Tu qué?-preguntó el ex príncipe de la Nación del Fuego, su mano ahora estaba atrapada contra el cuerpo del joven maestro aire pero no podía moverla o apartarla sin quemarlo accidentalmente en el proceso.

-Rozando mi… olvídalo, no voy a decirlo, es… demasiado vergonzoso-respondió Aang bajando la mirada, Zuko frunció el ceño un poco molesto.

-Oh no, no me vas a dejar así. Ahora dime dónde está mi mano-dijo Zuko esperando una respuesta del joven maestro aire.

-Está bien, puedo decir que tu mano está rozando mi... mi entrada...-dijo Aang quien sintió como un nuevo sonrojo se extendía por sus mejillas, dejándolas en un hermoso color rojo.

La reacción fue casi inmediata, la mano en su trasero dejó de moverse y de explorar con curiosidad, permaneciendo inmóvil contra éste. El ex príncipe lo miró con los ojos muy abiertos antes de apartar la mirada con un leve sonrojo casi invisible tiñendo sus mejillas.

-Oh-fue la única reacción por parte de Zuko. Unos segundos más tarde, Aang pudo sentir a su maestro intentando mover su mano nuevamente, pero estaba claro que la burbuja de aire había desaparecido de alguna forma y ahora la mano de Zuko estaba atrapada allí, acariciando el trasero del menor-lo siento, Aang… parece que no pude hacer que esto funcionara-

El joven maestro aire ya no se sentía incómodo con el toque de Zuko, de hecho, podría decirse que hasta le gustaba tener su mano sobre su trasero. Incluso llegó a pensar que podría llegar a hacer fuego-control con tan solo sonrojarse, porque debido a lo caliente que estaba su rostro, Aang estaba casi seguro de que muy pronto habría fuego bailando en sus mejillas, la mano de Zuko era grande y cálida e hizo que el joven Avatar se sintiera seguro, apoyado y protegido, siempre y cuando tuviera a Zuko cerca de él, sabía que estaría bien, sintió como si todos los problemas con los que debía lidiar (la guerra y el tener que aprender fuego-control) eran problemas insignificantes y sin ninguna clase de importancia. Con Zuko tocándolo de esa manera tan suave y gentilmente, era como si su mente se hubiera liberado de todas las cargas emocionales con las que tenía que lidiar día tras día, que llevaba consigo por un largo tiempo, era… más que nada euforia lo que sentía.

-¡Aah!-gimió Aang suavemente cuando sintió que el ex príncipe de la Nación del Fuego comenzaba a rozar nuevamente sus dedos contra su trasero y pellizcándolo-Z-Zuko, n-no hagas eso, por favor-

-¿Por qué no debería hacerlo?-preguntó Zuko deteniendo sus acciones, giró sus ojos dorados hacia el niño a su lado y le sonrió-creí que nos estábamos divirtiendo-

-Zuko, lo digo en serio. Detente, escucho pasos, alguien viene.

-¿Quién está ahí abajo?-preguntó un hombre con una expresión un poco molesta.

Minutos después, más personas vinieron allí y ayudaron a Aang y Zuko a salir de la trampa pegajosa, una especie de animales que parecían ser gigantescos osos hormigueros les quitaron la sustancia con sus grandes y viscosas lenguas. Las personas que los ayudaron a salir de la trampa eran una especie de tribu con sus pieles horneadas por el sol, vestían ropas prehispánicas rojas y adornos dorados.

-Serán castigados por tratar de robar nuestra piedra solar-dijo un hombre que parecía ser el jefe.

-No era nuestro plan robarla-explicó Zuko tratando de justificar lo que sucedió y la verdadera razón de por qué estaban allí-vinimos aquí para encontrar el antiguo origen del fuego-control; sé que mi gente lo distorsionó para que fuera alimentado por la ira, pero ya no quiero seguir ese camino. Quiero aprender el verdadero camino-

-Si desean aprender el significado del fuego-control, entonces deben ver a los maestros Ran y Shaw-dijo el jefe-mañana los llevaremos a las cuevas donde se encontrarán con los maestros y ellos van a juzgar si son dignos de aprender el verdadero significado del fuego-control-

Tras decir eso, el líder de los Guerreros del Sol los condujo a una habitación con dos camas separadas para que pudieran descansar y estar listos para mañana. Zuko y Aang se acostaron en sus respectivas camas, pero el maestro fuego y el maestro aire estaban seguros de que no podrían dormir esa noche. El nerviosismo y la emoción recorrían sus cuerpos, por lo que Aang volvió su mirada hacia Zuko para hablar con él y ver si eso los ayudaba a dormir rápido.

-Zuko…-lo llamó Aang pero el maestro fuego no lo escuchó, su mirada se centró en el techo de la habitación-¡hey, Zuko!-

-¿Qué?-preguntó dirigiendo sus ojos dorados hacia el menor que yacía a unos centímetros lejos de él.

-No puedo dormir. Me siento demasiado emocionado por lo que vaya a pasar mañana, no puedo creer que conoceremos a los maestros fuego.

-Yo tampoco.

-¿Cómo crees que se ven? O ¿qué van a hacer o a decir después de juzgarnos?

-No lo sé, pero si intentan atacarnos, no olvides que podemos protegernos.

Aang asintió ante lo que dijo Zuko y después de esa pequeña conversación, el joven maestro aire rodó hacia el lado opuesto de su cama y trató de dormir; sin embargo, sus pensamientos no lo dejaban tranquilo, no solo porque estaba ansioso de conocer a los maestros fuego-control y cómo serían en apariencia, sino porque además, tenía muchas cosas que resolver con el ex príncipe de la Nación del Fuego, entre ellas estaba la razón de porque había tomado la decisión de unirse a Azula en vez de a él cuando estaban en Ba Sing Se, por un momento creyó que Zuko había elegido estar de su lado y ayudarlos a detener a la perversa princesa de la Nación del Fuego, pero estaba equivocado, lo había engañado todo este tiempo y eso lo afectaba en cierto modo, aunque por fuera intentara demostrar que no era así.

-Zuko…-lo volvió a llamar Aang, no obtuvo respuesta del contrario, supuso que el maestro fuego se había quedado dormido así que intentó despertarlo llamándolo por su nombre-Zuko… ¡Zuko!-

-¿Qué quieres ahora?-preguntó

-Uh, yo… hay algo que tu y yo deberíamos hablar y es sobre lo sucedido en Ba Sing Se-le dijo el joven maestro aire pero fue interrumpido por Zuko.

-No quiero hablar de eso ahora, tenías razón, lo que hice estuvo mal y lo reconozco, les hice creer a ti y a Katara que estaba de su lado y no fue así, terminé uniéndome a Azula antes que ustedes y eso es todo lo que tengo que decir, no hay nada que resolver.

-Pero yo supuse que tú también querrías hablar de eso conmigo, es decir, no podemos seguir evadiendo este tema por siempre y creo que es hora de que lo resolvamos.

-¿Y qué es lo que deberíamos resolver? ya me disculpé contigo aquella vez que nos vimos detrás de la prisión de la Nación del Fuego y hasta te explique las razones por las que había aceptado unirme a Azula antes que a ti pero no quisiste creerme, no sé que más debo hacer para que puedas creerme y que puedas perdonarme-le respondió Zuko molesto.

-Si de verdad quieres que te perdone y ganes mi confianza y también la de mis amigos, entonces debes demostrar que en serio estas arrepentido de todo lo que hiciste-le dijo Aang con un tono de voz serio, demasiado serio, lo que le dio a entender al ex príncipe de la Nación del Fuego que lo que le estaba diciendo no era broma.

-¡Y lo estoy! lo dije en el templo Aire del Oeste y lo vuelvo a decir ahora, lo siento ¿de acuerdo? de verdad lo siento, Azula me estaba manipulando para convencerme de unirme a ella y no sabía que hacer, al principio estaba tan confundido sobre cual era mi verdadero destino y cuando finalmente creí encontrar la respuesta, no tuve otra opción más que unirme a mi hermana, necesitaba hacerle creer que quería estar junto a ella, volver a casa y ganarme su confianza, solo así podría lograr traicionarla y unirme a ustedes.

-¿Lo dices en serio? ¿estás seguro de que esa es toda la verdad y que no estás intentando engañarme otra vez?

-Sí, esa es toda la verdad. Jamás te mentiría con algo así, lo digo en serio, solo… solo espero que esta vez seas capaz de creerme.

-A veces no basta solo decirlo con palabras, Zuko. Necesito que me des más tiempo para pensar si debo volver a confiar en tí-respondió el joven maestro aire, desvió la mirada hacia afuera y vio que no faltaba mucho para que se asomara el sol-será mejor que descansemos un poco antes de ir a ver a los maestros-

-Sí, supongo que tienes razón. descansa, Aang.


En la mañana, la tribu de los Guerreros del Sol los condujo a la cima de una pirámide donde hombres y mujeres se reunieron, cuando Aang y Zuko llegaron a la cima de la pirámide, pudieron ver que había un altar y una gran flama en el centro.

-Este fuego es el primero-comenzó a explicar el jefe de los Guerreros del Sol-fue dado a los hombres por los dragones hace mucho tiempo y lo hemos mantenido vivo desde entonces. Si van a conocer a los maestros, deberán llevar una parte del fuego con ustedes-el hombre se acercó a la enorme llama, tomó dos pequeñas llamas y se las dio al maestro fuego y maestro aire que estaban parados frente a él, Zuko lo tomó sin problemas, pero Aang comenzó a dudar acerca de tomar la flama porque él aún no sabía fuego-control-este ritual representa nuestra filosofía, si hacen la flama pequeña se apagará pero si la hacen muy grande podrían perder el control. Cada uno llevará una parte consigo a los maestros para demostrar su compromiso con el sagrado arte del fuego-control-señaló a una montaña a pocos metros de la pirámide donde estaban-la cueva de los maestros está pasando aquella roca-

Mientras viajaban hacia la cueva donde estaban los maestros, Zuko se detuvo en su caminata y desvió la mirada por encima de su hombro para observar a su compañero quien iba unos metros más alejado de él. El joven Avatar subió por la ladera lentamente, pero a su vez tratando de tener cuidado de no apagar la flama que llevaba en la mano, justo cuando Zuko lo miraba desde lejos con ansiedad y preocupación como si temiera que Aang pudiera caer al suelo inconsciente en cualquier momento.

-Date prisa-le dijo Zuko un poco impaciente, intentando no demostrarle a Aang que en parte se estaba preocupando por él.

-No puedo si voy rápido, mi fuego se apagará-respondió el joven maestro aire.

-Tu fuego se va a apagar porque lo estás haciendo pequeño, tienes que darle más potencia.

-Pero ¿y si no puedo controlarlo?

-¡Puedes hacerlo! eres un niño talentoso después de todo.

Aang se sonrojó ligeramente, no podía creer que Zuko pensara algo así de él. Después de una larga caminata, llegaron a una plataforma alta donde se encontrarían con los maestros Ran y Shaw, giró su mirada dorada para ver al Avatar que parecía nervioso y Zuko no pudo evitar tener el impulso de abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien, pero si lo hacía correría el riesgo de perder su llama y no llegaron tan lejos por nada.

-Deben considerar que el juicio de los maestros va a ser peligroso-les dijo el líder de los Guerreros del Sol-si los consideran dignos, les enseñarán, pero si no, no dudarán en destruirlos al instante-

Ambos comienzan a subir escaleras de piedra que los condujeron a una plataforma en medio de dos cuevas.

-Zuko-habló Aang llamando a la atención del maestro fuego-¿qué pasará si nos atacan?-

-Somos el príncipe de la Nación del fuego y el Avatar, siempre puedo protegerte-dijo Zuko sonriendo, pero su sonrisa se desvaneció rápidamente al sentir que su corazón se detuvo por un breve segundo ante estas palabras ¿por qué había dicho eso?

-Jaja, eres tan gracioso-dijo el joven maestro aire sacando al maestro fuego de sus pensamientos-no sabía que sonreías-

-¿De qué hablas? sonrío todo el tiempo.

-No, no lo haces, pero tienes que hacerlo más a menudo. Se ve... bien en ti-cuando llegaron a la cueva, tambores comenzaron a sonar, se les indicó que mostraran sus llamas y ambos maestros (aire y fuego) lo hicieron. Un temblor sacudió el piso y todo lo que los rodea, haciendo que Aang se ponga nervioso, saltó un poco y por impulso tomó la mano libre de Zuko para sujetarlo con fuerza. Ante esa acción repentina, accidentalmente su llama se apaga-¡Zuko, mi flama se apagó!-

-¿Y qué quieres que haga?-preguntó el maestro fuego dirigiendo su mirada hacia el niño.

-¡Dame la tuya!-dijo Aang quien se volteó y se acercó a él tratando de alcanzar la llama, pero lo que no notó es que su cuerpo estaba bastante cerca del de Zuko, lo que hizo que el maestro de fuego se sonrojara ligeramente ante el repentino contacto.

-¡No! eso sería hacer trampa-respondió Zuko tratando de alejar al joven maestro del aire, pero entre la lucha (y sus intentos de alejar a Aang de él) la llama de Zuko también se apagó. En ese momento, dos dragones, uno rojo y otro azul, salieron de las cuevas, empeorando la situación, el maestro fuego retrocedió y presionó la mano de Aang con fuerza contra la suya. El joven volvió su mirada gris hacia Zuko, miró sus manos entrelazadas y levantó la mirada hacia él nuevamente.

-¿Crees que aún tenemos la oportunidad de acabar con ellos?

-Shh... ¡nunca dije eso!

Pero los dragones nunca los atacaron, solo estaban volando alrededor de ellos persiguiéndose entre sí y ese fue el momento en que Aang y Zuko soltaron sus manos y se quedaron allí, esperando el próximo movimiento de los dragones, casi como si fuera...

-Zuko... creo que debemos bailar con ellos.

El príncipe miró a Aang y volvió a mirar a los dragones.

-¿E-estás seguro?

-Se supone que debemos hacer algo. Vamos a intentarlo.

Zuko se mostró de acuerdo, no perdían nada con intentarlo. Se volvieron de espaldas para comenzar con la primera posición, copiando la danza del dragón que vieron en las estatuas de piedra el día anterior, realizaron los movimientos acordes a la danza, casi haciéndolo al mismo tiempo como si estuvieran sincronizados, haciendo esto, Aang recordó aquella vez cuando ambos participaron en la danza del sol en el festival de los días del fuego, solo que en ese entonces estaban enmascarados y no se reconocían, pero ahora podían ejecutar una danza libremente sin necesidad de usar máscaras o porque estaban participando en alguna festividad de la Nación del Fuego.

El dragón rojo parecía seguir los movimientos de Zuko al tiempo que el dragón azul seguía los de Aang, una vez más tuvo que reconocer que el Avatar tenía razón, tenía una habilidad especial para tener la razón en todo lo que decía. Terminaron la secuencia chocando los puños firmemente uno contra el otro, Zuko le sonrió a Aang, quien correspondió el gesto, pero el ex príncipe se dio cuenta de que el ambiente se tornó silencioso y el viento ya no corría. Los dragones estaban suspendidos en el aire, mirándolos fijamente, el momento del juicio por fin había llegado, saltaron hacia adelante sujetando la plataforma con sus garras y abrieron la boca expulsando una ola de fuego al mismo tiempo, Zuko y Aang se cubrieron los ojos en un intento por protegerse, pero el fuego nunca los alcanzó, por lo que descubrieron sus ojos y pudieron ver el fuego de los dragones girando a su alrededor, envolviéndolos en una ola protectora de fuego colorido, los colores eran muchos y eran hermosos, revelando la verdadera y armoniosa forma de hacer fuego-control. Ambos maestros quedaron asombrados por la belleza de esa ola de fuego de múltiples colores que los envolvía sin lastimarlos, en ese momento, Zuko salió de su trance al sentir dos pequeñas manos tomar su rostro suavemente y antes de que pudiera decir algo, Aang lo atrajo hacia él y lo besó. El ex príncipe de la Nación del Fuego no pudo entender porque había hecho eso, pero lo dejó pasar y correspondió el beso del joven Avatar, aunque no duró mucho ya que Aang se separó luego de unos segundos con un ligero sonrojo en su rostro.

El ritual concluyó y los dragones volvieron cada uno a sus cuevas, Aang y Zuko comenzaron a bajar completamente emocionados por lo que acababan de ver.

-¡Eso fue increíble!-exclamó Aang quien ya no podía contener más su emoción.

-¡Lo sé!-dijo Zuko quien tampoco podía contener su emoción-¿sabes? todo este tiempo estuve obsesionado con capturarte para derrotar a mi padre y cuando lo hice, perdí mi fuego control... pero ahora creo que he encontrado un nuevo fuego-

-¿En serio?-preguntó Aang con los ojos llenos de ilusión.

-Sí y...-dijo el maestro fuego-control, acercó una mano al hombro del niño y la colocó sobre éste-ese fuego eres tú-

-Z-zuko... yo...-el joven habla un poco nervioso-no sé qué decir...-

¿Zuko? Zuko… ¡hey, Zuko!

Zuko reaccionó al darse cuenta de que se había perdido en sus propios pensamientos y no prestó atención a lo que Aang le estaba diciendo.

-¿Eh?-miró al menor frente a él-lo siento, Aang, e-estaba distraído ¿qué fue lo que dijiste?-

-Dije que lo que sucedió allá arriba fue increíble-respondió el joven Avatar-pude sentir y ver el verdadero significado del fuego-control ¿qué sentiste cuando viste el remolino de fuego que nos rodeaba?-

-Uh... yo... yo también estoy un poco sorprendido por lo que vi-dijo Zuko un poco nervioso-pero... hay algo que no entiendo-Aang lo miró con una ligera expresión de shock-y eso fue el hecho de que me sorprendí cuando tomaste mi mano ¿qué pasó? ¿acaso te asustaste?-

-¡¿Q-qué?! n-no, por supuesto que no-respondió el Avatar intentando esconder el hecho de que sí, se había asustado terriblemente cuando un estruendo resonó en la cueva haciendo temblar la plataforma-estaba... en ese momento estaba nervioso y tomé tu mano porque quería calmarme y funcionó-

-De acuerdo, porque yo también me sentí tranquilo y relajado cuando tomé tu mano. No puedo dudar de que el fuego de los dragones era hermoso y también vi muchos colores.

-Sí, fue como la armonía del fuego-control-dijo Aang apoyando su comentario.

-Veo que los maestros los juzgaron bien-les dijo el líder de los Guerreros del Sol frente a ellos-y les dieron visiones sobre el significado del fuego-control-Zuko y Aang se miraron con una sonrisa de emoción en sus rostros. Probaron algunas técnicas de fuego-control obteniendo buenos resultados y comentaron sobre éstas, el líder de los Guerreros del Sol se sintió un poco orgulloso de ambos y volvió su mirada hacia Zuko-príncipe de la nación del fuego-el adolescente dejó de hablar con Aang y lo miró-¿conoces al general Iroh?-

-Sí, él es mi tío-respondió el adolescente. El líder de los Guerreros del Sol sonrió ante su respuesta.

-Tu tío fue el último en aprender de los maestros y fue bien juzgado.

-Pero él me había dicho que se enfrentó al último dragón hace mucho tiempo y lo mató.

-Quizás solo mintió-supuso Aang.

-De hecho, eso no es mentira-dijo el líder de los Guerreros del Sol-Iroh fue el último en aprender de los maestros. Lo consideraron digno y le pasaron sus secretos-

-Debió haber mentido para protegerlos, para que nadie más los encontrara.

-Todo este tiempo, creí que el fuego-control no era nada más que destrucción-dijo Aang recordando otra vez el momento en que hirió accidentalmente a Katara tratando de aprender a controlar ese elemento, y lo que le había dicho Jeong Jeong cuando quiso aprender fuego-control con él-desde que lastimé a Katara tenía tanto miedo y dudas, pero ahora sé lo que realmente es, el fuego no es destrucción, es… energía y vida-

-Sí, es como el sol pero dentro de ti-comentó Zuko con una leve sonrisa-¿se dan cuenta de eso?-

-Bueno, nuestra civilización se llama los Guerreros del Sol, así que, sí-respondió el líder de aquella tribu oculta.

-Es por eso por lo que mi fuego-control era tan débil antes-murmuró Zuko, desvió su mirada hacia Aang-porque por un tiempo estuve tan obsesionado con capturarte para vencer a mi padre, y cuando me uní a ti perdí mi fuego interno pero ahora tengo un nuevo fuego interno-

-¿En serio?-preguntó el joven maestro aire mirándolo con una sonrisa dibujada en su rostro-¿y cuál es?-

-Ese fuego interno eres tú-pensó Zuko pero rápidamente borró ese pensamiento, nunca iba a admitir algo así, menos en voz alta, sería demasiado vergonzoso-y ese fuego interno es que tengo que ayudarte a derrotar a mi padre y restablecer el equilibrio del mundo-

-Ahora que han aprendido los secretos y conocen la existencia de nuestra tribu, no tenemos más remedio que aprisionarlos aquí para siempre-dijo el líder de los Guerreros del Sol frunciendo el ceño, Aang y Zuko se asustaron un poco ante la idea, pero se tranquilizaron apenas aquel hombre cambió su expresión y sonrió-solo bromeaba. Pero hablo serio, no se lo digan a nadie-

Ambos maestros (fuego y aire) asintieron ante su advertencia, tal vez podían contarles su experiencia a sus amigos al volver al templo y a nadie más, después de todo confiaban en ellos así que no había peligro de correr algún riesgo por revelarles la técnica que habían adquirido recientemente.

Al volver al Templo Aire del Oeste, luego de la intensa experiencia que habían adquirido, Zuko y Aang les muestran a los demás los movimientos de fuego-control que aprendieron en su viaje a la civilización de los Guerreros del Sol.

-Con la técnica que nos mostraron los dragones, Zuko y yo seremos invencibles-les explicó Aang, por supuesto, tuvieron que hacer una demostración de fuego-control para mostrarles lo que habían aprendido. Zuko quiso evitar repetir la danza de los dragones, pero el joven maestro aire insistió y al terminar la danza chocaron puños, ganándose unos cuantos aplausos.

-Wow, sí, increíble. Entonces ¿vamos a realizar una danza para derrotar al Señor del Fuego?-preguntó Sokka entre burla y sarcasmo, algo que molestó un poco a Zuko.

-Es una técnica que tiene miles de años de antigüedad-se defendió el maestro fuego.

-¿Ah, sí? y ¿cómo se llama tu técnica?-preguntó Katara con los brazos cruzados y arqueando una ceja.

-El dragón danzarín-respondió Zuko, quien bajó la mirada ligeramente avergonzado. Los demás miembros del equipo Avatar no pudieron evitar reír ante tan embarazosa respuesta.


Al día siguiente, Zuko y Aang se levantaron temprano para poder comenzar con su práctica de fuego-control, no se detuvieron hasta que Katara vino a buscarlos para almorzar con los demás o para tomar un pequeño descanso. Continuaron practicando hasta que se puso el sol, el cual lentamente le dio paso a la noche, finalmente pudieron relajarse un poco sentándose en el suelo con sus espaldas recostadas en una columna de piedra que yacía justo detrás de ellos.

-¿Como estuvo eso?-le preguntó Aang a su maestro fuego-control mientras se sentaban uno al lado del otro-¿cómo lo hice?-

-Tu fuego-control es excelente, Aang, y estás avanzando rápidamente-dijo Zuko.

-¿En serio?

-Por supuesto. Tu fuego-control se hace más y más fuerte con cada segundo, debo admitir que estoy impresionado.

-Gracias, Zuko-Aang le agradeció mientras sonreía, Zuko correspondió la sonrisa y tras breves segundos sin hablarse, el joven Avatar volvió a hablar-si no te molesta, creo que podría meditar un poco antes de dormir ¿quieres acompañarme?-

-¿Por qué no? aunque no estoy muy familiarizado con la meditación.

-Acércate, déjame mostrarte. Siéntate aquí con las piernas cruzadas, ahora coloca los brazos de esta manera-dijo colocando las manos sobre las rodillas-aclara todo de tu mente excepto en qué vas a meditar-Zuko asintió y despejó su mente, un poco indeciso sobre en qué meditar, pero antes de que pudiera decidir, una imagen del niño junto a él fue último que apareció en su mente. Se concentró en eso, le trajo calor y paz, no entendía muy bien por qué, pero esa sensación le agradaba. Ambos permanecieron sentados en silencio durante varios minutos, Zuko comenzó a moverse fuera de control, extendió la mano y envolvió la cintura de Aang con ella, atrayéndolo hacia a él. Al principio, el joven Avatar no reaccionó, pero apenas Zuko comenzó a acariciar los costados de su cintura, abrió los ojos saliendo de su estado de meditación y desvió la mirada hacia el maestro fuego-Zuko, ¿estás bien?-

-¿Qué? ¿uh? oh… lo siento, no sé qué me pasó.

-Creo que fue suficiente meditación por ahora.

-Sí, seguro-dijo Zuko suspirando. Ambos se levantaron del suelo, regresaron a sus habitaciones y se prepararon para ir a dormir. Aang se durmió pronto, pero Zuko permaneció despierto en su cama durante varias horas, incapaz de dormir, pensando en lo que le había hecho al niño mientras meditaban, pero finalmente, logró quedarse dormido a eso de las cuatro de la mañana.


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