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Ramo de Flores por Abyss

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Hay toda una algarabía a su alrededor, Lilycove city está de fiesta y toda la gente lo sabe. El museo está cerrado, pero hay una exhibición de pinturas aparte totalmente libre y gratis de ver, expuestas en la calle junto a varios lienzos en blanco, hay una sola lista de precios a un lado de los, muchos, pintores que han asistido personalmente a la fiesta que se genera en tal ciudad, solo se pintan coordinares Pokémon y sus preciados ganadores de listones, este día, la fiesta es exclusivamente para ellos, con invitados especiales que pueden disfrutar junto a ellos de la celebración que se realizaba para darles esa sensación de importancia que no siempre les daban.

Lamentablemente, no todos podían disfrutar de la tan bien preparada ocasión.

—¡Harley! ¿Pero qué te paso?

Él, por ejemplo, que se encuentra asentado fuera del centro Pokémon, celular en su mano derecha, un walkie talkie en la izquierda, solo por si ese día tenían una repentina mala suerte y alguno de los decidía fallar, aunque siempre estaba esa opción donde fallaban los dos al mismo tiempo, mientras que colgando de su cuello aunque escondidos en el interior de la chaqueta que usaba ese día, tenía uno binoculares por si necesitaba ver más allá del pobre rango de visión que ya tenía, mismo que estaba desgatando lentamente mientras observaba a todas partes de la manera más paranoica posible, el estrés haciendo estragos, haciendo un esfuerzo por distinguir al resto de gente que estaba junto a él en esta locura llamada "El maravilloso e infalible plan de Wallace para tener a Steven y Drew juntos en la apertura de remodelación y la gente quede encanta con la presencia de todos nosotros en el escenario."

Una locura, si le preguntaban a más de tres personas involucradas en todo el plan.

—Tierra llamando a Harley, ¿nos escuchas? —vestida de manera más casual que otros días, Solidad se acomodó al otro lado del recién nombrado, intercalando una mirada de preocupación con su compañero, el cual parecía estar analizando la actitud de su ¿amigo? Igual que ella.

—Creo que algo muy malo le ha pasado... Su rostro se ve tan descuidado. —comento Robert, mientras se cruzaba de brazos, vestido de forma tan elegante como siempre, aunque la celebración realmente no lo requería así en ese momento.

—¡Haber! Que a mi nada me ha pasado, únicamente estaba demasiado ocupado, Wallace hablo conmigo y pidió MI ayuda, para... —estaba a punto de soltar la sopa completamente cuando, a lo lejos, vio a la manzana verde de la discordia caminar por el lugar, recordando exactamente lo que debía de hacer, justo como lo querían ese día—. ¡Manzana verde a la vista, repito, manzana verde a la vista! —grito al aparato negro, dejando sorprendidos a sus dos amigos, hasta que, del otro lado, una cómplice femenina contesto.

—¡Avisando! Diamante llegando, repito, estoy llegando con el diamante.

—¡Todos a sus puestos, justo como lo tenemos planeado!

Wallace no dio ninguna clase de explicación mientras se alejaba rápidamente de la entrada del centro Pokémon, dejando de pie a los otros dos coordinadores que ni siquiera habían alcanzado a formular una sola pregunta antes de que su amigo se hubiera esfumado de su lado.

Solo para volver unos segundos después.

—¿Saben qué? Sera muy sospechoso si hago esto solo, ustedes vienen conmigo. —comento el de cabello morado con una sonrisa de oreja a oreja, parándose en medio de ellos dos y tomar a cada uno de un brazo, antes de arrastrarlos hacia donde Drew estaba caminando.

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Observo el ambiente festivo desde las alturas, antes de notar el lugar donde Sapphire se encontraba, haciéndole señas, un lugar perfecto donde Metagross podía descender sin problema o miedo de golpear a alguien, para que su entrenador pudiera estar en tierra firme y el, regresar a su Poké ball correspondiente, debido a que, a pesar de que el ambiente festivo estaba por todas partes y muchos Pokémon estaban a fuera, el tamaño de Metagross, lamentablemente, no parecer ser el idóneo para estar caminando por ahí.

—¡Steven, bienvenido! —grito Sapphire, escondiendo su walkie talkie dentro de una bolsa que Ruby le había confeccionado junto al vestido que estaba usando.

—Sapphire, buenas tardes —saludo como todo caballero, acercándose a la joven con una sonrisa—. Cuanta emoción de tu parte.

—Bueno, es que no esperaba que realmente aceptaras acompañarme, ya sabes, creí que estarías ocupado —puso los brazos tras su espalda, comenzó a balancearse con la punta de sus dedos como una niña pequeña—. En fin, ya que estas aquí, ¡hay que dar una vuelta por el lugar!

—Claro, claro, pero, ¿Dónde esta Ruby? —pregunto tras darse cuenta que el coordinador no parecía llegar por ningún lugar, algo extraño, ya que, al ser un evento dedicado a la rama de él, tenía casi la certeza de que al final iban a pasear los tres por el lugar, lo que le iba a dar mejores oportunidades de separarse de ellos e irse en cualquier momento.

—¡Oh! Él está ocupado en otras cosas, creo que Norman vino con el —miro hacia cualquier lado que no fueran los ojos de Steven, mintiendo lo mejor posible mientras hacía señas extrañas con las manos—. ¡Eso es lo de menos! De seguro lo vemos después, anda, vamos, hay muchas cosas que quiero ver.

Pensando en el elaborado plan de Wallace, donde los segundos estaban mas que contados, tomo del brazo al mayor antes de empezar a jalarlo, segura de que a una distancia prudente estaban siendo vigilados por mas gente que estaba totalmente de acuerdo con el plan.

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Había poca gente reunida en ese lugar, aunque los pocos que se encuentran ahí se encargaban de ir y venir de lado a otro, trayendo y llevando infinidad de cosas consigo, mientras intentan ponerse de acuerdo en los últimos arreglos a dar al laborioso escenario que estaban montando fuera del edificio donde se realizaban los concursos de coordinación, la idea, en realidad, era aprovechar uno de los lugares del interior y ahí montar todo, pero, lamentablemente, resulto ser demasiado pequeño para la cantidad de gente que poco a poco habían ido enterando del evento y aseguraban su asistencia al lugar, por lo que al final habían decidido, de última hora, mover todo hacia el exterior, lo que realmente no significaba un problema verdadera, excepto, claro, que él dueño de la idea quería que todo se viera exactamente como ya lo había planeado desde hace quien sabe cuánto tiempo, según él, justo como lo soñó.

—¡Carlos! ¡¿Cuántas veces debo decirte donde va eso?! —exclamo Wallace, claramente furioso mientras ayudaba a acomodar una de las cortinas de los costados, girándose al momento de ver al pobre hombre de cabello castaño intentando acomodar una bocina negra en una esquina.

—Pe-pero usted me dijo...

—¡Te dije que tres centímetros a la derecha!

—¡Son tres centímetros a la derecha!

Claramente el organizador del evento está ya harto de todo, soltando la cortina y dejándola a merced de otra persona, antes de girarse y levantar su brazo derecho, mirando directamente el hombre que claramente estaba más que asustado de su posible regaño.

—¡¿Cuál es la mano derecha?! —pregunto, con su propia mano derecha alzada mientras esperaba una respuesta.

—¿Esta? —respondió con más duda que seguridad, levantando su propia mano, que, para Wallace, vendría siendo la izquierda.

—.... Carlos...

—¿Si?

—Tres centímetros a MI izquierda.

—Oh... ¡Entendido señor!

El líder de gimnasio suspiro, antes de arreglar las tiras delanteras de su traje, portando su exuberante prenda con los colores de un Milotic shiny, tan elegante como debería de ser, pero igualmente discreto para no opacar a tanta gente como tenía planeado, sobre todo, por aquellos a los que tenía pensado subir a su glorioso y bien pensado escenario.

—¿Wallace?

Llamo una voz femenina a sus espaldas, que se acercaba a paso lento y requirió que se diera la vuelta para poder mirarla directamente, sonriendo al momento de notar a su novia con un aparato negro en su mano derecha.

—¿Si, cariño? ¿Paso algo malo? ¿El escenario se ve mal desde la distancia? —cuestiono rápidamente, preocupado por cómo se debía de ver todo debido al cambio de último momento, incluso haciendo el ademan de mirar a la distancia y ver a los hombres que, literalmente, median el suelo con una cinta para ver que todo concordara milimétricamente, quienes alzaron el dedo pulgar al momento de sentirse observados.

—No es eso, es sobre tu plan.

—¿Mi plan? ¿Qué tiene de malo mi plan? ¡¿Ellos se enteraron del plan?!

—No, no, no... En realidad, Wallace, no estoy de acuerdo con este plan. —sentencio Winona, con el walkie talkie negro en su mano diestra, mirando acusadoramente a su novio.

—¿No estas de acuerdo? ¿Por qué no? ¡Es un plan perfecto! —Wallace se levantó de la parte del escenario donde se encontraba agachado, lanzando su walkie talkie hacia atrás, dejando que su maestro, Juan, que decidió acercarse a Carlos para ayudarlo con la bocina, tomara el dichoso aparato en su lugar—. ¡Es a prueba de fallas!

—No puedo creer que llames "plan" el "traerlos directamente a la parte de atrás del escenario y solo dejarlos hablar por dos minutos antes de empujarlos ante el público", ¡ni siquiera sabes porque se alejaron! De seguro se verán incomodos en el escenario. —debatió la entrenadora Pokémon, señalando las partes más importantes de la situación y que no creía, que fuera correcto el involucrarse en lo que sea que les hubiera pasado como pareja.

—¡Claro que no lo harán! —exclamo emocionado Wallace, antes de mirar con una sonrisa a su novia, oscureciendo con su sombrero la parte de sus ojos, haciendo un intento por verse más manipulador de lo que realmente era—. Solo piensa en como son, Winona, ¿En serio crees que dejaran que se vea su incomodad en el escenario?

Winona se quedó en silencio, mirando como Ruby también pasaba por detrás de Wallace, trabajando mientras negaba con la cabeza, obviamente casi todos estaban conscientes del plan que se estaba llevando a cabo, excepto por los principales dos involucrados, al final, no le quedo de otra más que soltar un suspiro cansado, la verdad si podía ver a que se refería su novio, no, ellos no iban a lucir incomodos ante el público. Y eso, Wallace, iba a usarlo totalmente a su favor. 

—Steven se enojara cuando se entere.

—Te equivocas otra vez, me lo agradecerá.

Realmente esperaba que no lo hiciera.

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No quería pensar que todo estaba siendo amañado por alguien más, pero, el hecho de que Harley hubiera ido a verlo hasta su casa, charlas sobre nada en particular hasta poder mencionar el evento y, todavía, pasar casi dos días para convencerlo a asistir a su lado, era realmente sospechoso.

Pero, no quería pensar de esa manera, una pequeña parte de su ser quería pensar que Harley solo estaba siendo un buen, gran, amigo, y que su décimo sentido le había avisado que uno de sus conocidos estaba pasando por un momento y tenía que ayudarlo de alguna manera.

Lamentablemente, no fue así, y sus sospechas crecieron lentamente conforme se acercaban al gran y bien trabajado escenario, el cual se encontraba montado fuera de donde se realizaban los concursos de coordinación, tan bien logrado, que hasta la parte posterior se veía bien, por lo que un solo nombre se pasó por su cabeza conforme se acercaban lentamente a ese lugar.

Wallace.

No tenía que ser un gran amigo de el para sospechar de esa persona en particular, recordaba que días antes de irse del departamento, había estado visitándolos un poco seguido, o hablando por teléfono para asegurarse de que ellos se encontraran en el mismo lugar, a una hora en específico, si en aquel entonces ya sospechaba de él, ahora que lo podía ver a la distancia, dando lo que parecían ser los últimos arreglos al lugar, ahora sospechaba todavía más, aunque no podía conectar todos los puntos, mínimo, estaba junto a tres personas conocidas, así que en teoría, incluso si lo subía al escenario para simplemente ser un florero bajo un reflector, estaría bien. Si estaría bien, ¿verdad?

—Harley... ¿De qué va todo esto? —cuestiono conforme se acercaban cada vez más, con su amigo a sus espaldas, claramente asegurándose de que caminara y no tuviera como detenerse. Si, debería de haber sospechado desde hace rato.

—No es nada importante Drew, solamente miraremos de cerca. —alzo las manos, sonriendo al ver que todo le había salido bien, para tomar al de cabello verde por los hombros y guiarlo en la dirección correcta.

—Creo que estamos yendo demasiado cerca. —miro a su derecha, donde Solidad intentaba sonreír, a su izquierda, Robert caminaba sin entender realmente que estaba pasando, y aunque claramente se veía que no quería formar parte de alguna cosa de Harley, tampoco es como si pudiera moverse mucho.

—Nunca se es lo suficientemente cerca.

Soltó un suspiro, mientras regresaba su verde mirada hacia el camino, mirando a la gente que poco a poco se iba aglomerando en el lugar. Al menos, parecía que se iba a presentar al escenario junto a personas que conocía o mínimo, había visto a la distancia, como a algunos pertenecientes al frente de batalla que ya había visto caminar por el festival y parecieron tomar un desvió para llegar antes que ellos. Bueno, al menos no parecía ser algo de que preocuparse realmente.

Hasta que creyó ver a alguien de cabello plateado pasearse junto a las demás personas en la parte trasera del escenario. Sus hombros se tensaron involuntariamente, algo que el mismo Harley debió de haber sentido por la forma en que sus manos se aflojaron.

Esto no podía ser verdad.

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Todos se reunieron en circulo detrás del escenario, con Wallace un poco más alejado mientras se aseguraba que la gente podía acomodarse sin problema y el equipo de sonido comenzaba a hacer algunas pruebas, los demás, por su parte, simplemente se encargaban de ser un juzgado totalmente imparcial que veían al excampeón de la región con ojos no muy amables. Aunque no era el único al que veían de esa manera.

—Buen trabajo Sapphire —felicito Ruby, intentando sonar lo menos enojado posible—. ¡Por hacer que se diera cuenta de todo a los pocos minutos de llegar!

—¡Eso no hubiera pasado, si tu no hubieras llamado por el walkie tolkie! —grito enojada, defendiéndose, antes de cruzarse de brazos y desviar la mirada de su amigo.

—Muchachos, muchachos, no es momento para pelear por algo así —Phoebe fue quien se paró en medio de ellos dos, con Steven sentado encima de una caja de utilería que habían encontrado por ahí—. No estamos aquí para eso, sino para aprovechar el poco tiempo que nos queda...

—Para interrogar a Steven —completo Winona, segundos antes de ser acompañada por un muy sonriente Wallace, quien simplemente se paso por alto la mirada de pocos amigos que Steven le lanzo repentinamente.

Hubo un extraño silencio entre ellos, a pesar de que en el exterior se podía escuchar el murmullo de la gente que poco a poco se iba incrementando conforme todos se ponían en sus lugares, esperando a que las estrellas principales estuvieran en sus lugares para poder empezar con todo el show que Wallace mismo había planeado.

—Pero no hay nada que investigar, es demasiado obvio. —señalo Sapphire, aun en su lugar de brazos cruzados, pero girando el rostro para mirar directamente a Steven.

—¿Demasiado obvio? ¿Para quién?

Sería poco decir que Ruby era la única persona que miraba a la entrenadora Pokémon, quien simplemente no entendía esa parte del plan, ni siquiera el mismo Wallace parecía darse por enterado de que pasaba ahí, mientras la misma Sapphire les regresaba la mirada como si no creyera que realmente solo ella se había dado cuenta de eso.

—¿Solo yo lo note? La obvia incomodidad en sus ojos cuando todos conversábamos de un tema que él no entendía, o cuando simplemente estábamos invadiendo el tiempo que debería y probablemente quería tener con el —se explicó la de ojos azules, tomando un poco de aire antes de continuar—. Y no me hagas hablar de cuando Steven se hizo repentinamente cercano a Zinnia, después de todo lo que había pasado y lo que vivimos, ¿en serio te vas con otra gente mientras dejas a los que se preocuparon por ti y que no sabían nada, a un lado? ¿Realmente piensan que estaba bien? Nosotros lo vimos Ruby, las horas que se fue a entrenar al fondo de esa cueva y a platicar con la gente, con Zinnia, pero jamás lo llevo, solo... Parecía como si lo hubiera dejado ahí... A un lado.

Hubo un segundo silencio después de eso, con todos mirando al de cabello plateado, quien estaba sorprendido y con la boca abierta, mirando a la chica, como si el mismo nunca se hubiera puesto a pensar en eso hasta que ella misma había venido a decirle las cosas directamente, siendo algo que verdaderamente necesitaba, porque desde su punto de vista, solo había hecho mal el evadir las pláticas que no quería tener, ignorando por completo el punto de vista sobre el cual debería de haber reflexionado.

—¿Qué? ¿Acaso fui la única que se dio cuenta de eso? —se quejó, tratándolos como gente que no podía ser capaz de darse cuenta de algo tan sencillo—. Es algo imposible de pasar por alto, porque yo... Una vez me sentí así.

Un tercer silencio, demasiado pegado al anterior los acompaño de nuevo, el peso de la culpa en el corazón en dos de ellos cortó de inmediato cualquier excusa que pudieran dar antes de tiempo, no fue, sino hasta que el ayudante llamado Carlos se acercó a ellos, que fueron capaces de reaccionar y prepararse para lo que Wallace tenía planeado desde hace quien sabe cuánto tiempo, las ultimas estrellas finalmente habían llegado, era momento de poner todo en marcha. 

Y Steven finalmente fue capaz de encontrar su camino hacia las piedras en el suelo, evitando encontrarse con los ojos de Wallace, quien, en su momento, había intentado preguntar sobre ese tema, pero únicamente lo había evadido, de la misma forma en que lo había hecho con Drew.

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Su cabeza da vueltas mientras intenta pensar, el ambiente a su alrededor es demasiado alegre como para sentirse realmente cómodo entre ellos, así que busca una oportunidad, de la manera más discreta posible se desaparece del rango de vigilancia que, por alguna razón que no entiende totalmente, Harley y Wallace mantienen sobre él, logrando escabullirse detrás de uno de los muchos trabajadores, quien ignora su presencia por completo mientras es utilizado para salir de ahí, porque aunque la parte de atrás del escenario este bien oculto de la gente y no sean tantos los que están ahí, puede sentir como si le faltara aire, sin olvidar, por supuesto, que el realmente no quería estar ahí, aunque el reconocimiento sobre el escenario es algo que le encanta, le hace darse cuenta que su trabajo no ha sido pasado por alto, ya que de no tener su propia fama sabe que Wallace ni siquiera haría el intento por utilizarlo al lado de Steven.

Oh si, Steven...

Steven.

El realmente no quería ver a Steven, no quería encontrarse con él y pudo sentir sus hombros tiesos durante todo el tiempo que tuvo que pararse a su lado, negándose a siquiera pensar en la sonrisa que le mostro a todo el mundo.

Y por eso corrió. Esquivando gente, escondiéndose entre arbustos ante la paranoia de sentirse perseguido, intentando relajarse al sentir como si de repente sus recuerdos de la ultima hora simplemente se habían desvanecido, incapaz de recordar lo que cada alguno de ellos había hecho o dicho sobre el escenario, cubriendo sus ojos al pensar sobre las miradas que habían recibido por parte del resto de invitados, la sensación de dar lastima era casi tan dolorosa como la incapacidad de sí mismo para sobreponerse a la situación.

Al final, termino caminando en la playa, solo, el silencio del mar parecía casi un sueño tomando en cuenta la cantidad de ruido que la gente debía de estar haciendo en el evento masivo, para ese momento tenía la mente en blanco, cansado de absolutamente todo y cayendo en cuenta que había sido una pésima idea el haber aceptado en primer lugar, debería de haber confiado en su propia desconfianza hacia Harley.

—Drew.

Detuvo sus pasos sin muchas ganas, pateando la arena bajo sus pies antes de simplemente suspirar, su paranoia tenía razón de ser, si, debía de confiar en su instinto más seguido.

—Quiero que hablemos, un momento... Por favor.

Aun sin darse la vuelta, porque no sentía la necesidad de hacerlo, la voz de su seguidor era totalmente irreconocible, puso los ojos en blanco en cuanto escucho eso, incapaz de mantenerse callado, pero aun dispuesto a darle la espalda.

—Hablar, tú quieres hablar. Y ahora resulta que yo tengo que decir que si, solo porque eres tú el que lo pide ahora, pero cuando yo lo pedí, en SU maldito momento, no se podía ¿Cierto?

Espera un momento por una respuesta, no pone presión, a esas alturas ya no está seguro de nada, nunca había estado seguro de nada desde un principio, todo al lado de ese hombre era un camino incierto por el cual había andado ya más de cinco años, tantos momentos para arrepentirse, pero era tan incapaz para hacerlo, siempre luchando por algo que quería... El en verdad lo quería, pero ser hecho a un lado, ignorado, tal vez le hubiera molestado menos si hubiera sido la gema principal de la colección, esa de la que Steven no apartaría nunca la mirada y lo mantendría como su razón de ser. Tanto egoísmo del que no sentía culpa.

—Drew... —avanza hasta ponerse a su lado, poniendo su mano sobre uno de sus hombros, mientras la otra mostraba el pequeño presente que había conseguido en su camino hacia la playa—. Ten.

Sus hombros descienden ante el simple tacto, dándose cuenta de lo rígido que se había puesto en cuestión de segundos, observando sin mucho interés la pequeña flor que Steven había traído consigo, antes de levantar la mirada cansado, levantando incluso una de sus cejas ante la incredulidad.

—¿Qué es eso? ¿Ahora crees en la suerte?

—No, pero creo en su significado —tomo la mano del más joven de manera cariñosa, con cuidado entregando el único trébol que traía consigo, a la par que finalmente se ponía frente a él, dispuesto a hablarle cara a cara—. Creo en que me miraras a los ojos, me dirás que eres mío y huiremos de aquí, juntos, sin mirar a nadie más.

Hay un silencio entre los dos, puede sentir sus ojos llenarse de lágrimas y la indecisión se hace presente, porque ya realmente no sabe qué hacer, esto es demasiado para él, irse en este momento literalmente podría sellar su destino y, y... Y realmente no le molestaba, porque si lo pensaba bien, realmente, en verdad, quería hacer lo que acababa de decirle, siente sus palabras como algo "bonito" y que probablemente quería escuchar ese día en que se fue del departamento, o incluso desde antes. Porque ya han vivido como pareja durante varios años, y, siempre que lo piensa, solo puede llegar a la malsana conclusión de que no quiere tirar esa relación a la basura.

—¿Y tú? —empieza, en un susurro, lento mientras sus dedos se enroscaban alrededor del pequeño trébol, aceptándolo, como su destino—. ¿También serás mío? Sin secretos, sin silencios, sin desaparecer de repente por quien sabe cuánto tiempo... ¿Lo serias? Aun si yo te alejara de tus "preciadas" cuevas.

—Si... Totalmente tuyo.

Y ya no había más que decir, ni que hacer en esa playa donde se habían conocido hace casi siete años atrás. 

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Trébol de Cuatro Hojas: Sé mío. 

 

Notas finales:

Creo que es hora... De ponerle un final...


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