Cuando se encontró en su cama, con los doseles verdes corridos, no pudo evitar pensar en la mentira que le había dicho al Gryffindor. Ya que sí que tenía pensado, que haría cuando terminara el colegio. Una vez graduado de Hogwarts, se especializaría en pociones y se llevaría a su madre muy lejos de las garras de su padre; solo era cuestión de tiempo para que pudiera llevar a cabo sus planes.
Sin embargo, el hecho de que James le pidiera ser Auror junto con él, le causaba un sentimiento extraño. La sola implicación de que su ahora novio le digiera esas palabras significaba que este imaginaba un futuro en el que aun después de dejar el colegio siguieran juntos. Y eso le era complicado, estaba enamorado, eso lo sabía muy bien. No obstante, no se había detenido a pensar en un futuro más allá, simplemente se dejó llevar por la relación que mantenían.
Aunque si lo pensaba bien la idea de formar una vida con James a futuro no sonaba inverosímil; pensando en eso, cerró los ojos y se dejó inundar por un cálido sueño en el que James Potter era el protagonista.
*****
Caminaba junto con Sirius hacia los invernaderos, cuando vieron a unos chicos probablemente del cuarto curso, dejando flotando de cabeza a cualquier incauto que se dejara.
Por lo que tuvo que ir a poner un poco de orden, antes de poder continuar su camino junto con su amigo.
—Es la sexta vez en el día que tengo que poner orden por culpa de ese hechizo. ¿de dónde salió? ¿por qué todos lo utilizan? —soltó agobiado.
—Ni idea, yo lo escuche por primera vez de Cornamenta, el día que esos Ravenclaw estaban molestando a quejicus y le salvamos el trasero.
—¿Entonces… Cornamenta lo invento?
—Tal vez, preguntémosle en clase.
A pesar de que perdió tiempo por su trabajo de prefecto, llego más puntual que Peter y James e incluso Lily la cual llego muy contenta, mostrándose después un poco sorprendida al no ver a Snape esperándola, como en la mayoría de las clases que compartían. Sin embargo, a los pocos minutos el Slytherin llego, con el rostro ligeramente rojo, como si hubiera corrido a todo pulmón.
Y justo cuando la profesora iba a dar inicio con la clase, James que faltaba en hacer acto de presencia, apareció con una traviesa sonrisa en su rostro. Y por un momento le pareció ver que este miraba hacia donde se encontraba Lily con una cariñosa mirada.
—Donde te metiste Cornamenta, creí que te saltarías la clase—dijo Sirius una vez que su amigo llegó a ellos.
—Por ahí—fue lo único que James respondió mientras se encogía de hombros y sonreía, a lo cual Sirius pareció comprender a la perfección.
—¿Que se traen entre ustedes he? —inquirió curioso.
—Nada—dijeron al unísono sus amigos con una mirada de inocencia fingida. Que decidió ignorar, para mejor poner atención en la clase.
—Por cierto, Cornamenta… ¿Tú de donde escuchaste el Levicorpus, ese hechizo ha estado muy de moda los últimos días? —pregunto, unos minutos después recordando su plática con Sirius.
—Ummm no lo recuerdo bien… creo que de unos Slytherin.
—Serpientes tenían que ser—dijo Sirius frunciendo el ceño.
—Relájate Canuto es un hechizo muy ingenioso y siendo sincero me parece genial.
—¿Lo dices enserio? —cuestiono Sirius incrédulo.
—Por supuesto.
—Viéndolo bien sí que tiene su gracia.
—Aunque eso no le quita lo problemático—opinó antes de añadir—Oigan y ¿Peter? —notando que su amigo no llego a la clase.
—Me parece que otra vez le dio indigestión—soltó James, recordando que en el desayuno Peter comió nuevamente mucho.
—Es lo más probable—afirmó Sirius.
La clase transcurrió más rápida de lo que espero y cuando se dio cuenta, James ya se había desaparecido y Sirius lo arrastraba hacia los jardines.
*****
Surcaba apresuradamente el cielo sobre su escoba, mientras perseguía la Snitch. Pronto sería el primer partido de la temporada y no estaba dispuesto a perder una vez más contra el engreído de Potter.
Estuvo un largo tiempo, perfeccionando su vuelo y agudizando su visión. Hasta que inevitablemente el hambre le llego; así que velozmente se dirigió a los vestidores y se dio una rápida ducha, antes de ir a cenar al gran comedor. Donde espero encontrar a su amigo, aunque curiosamente este no apareció.
Una vez que se sintió satisfecho, fue a su sala común junto con sus compañeros de dormitorio y espero encontrar ahí a Severus, sin embargo, su amigo tampoco se encontró en aquel lugar. Por lo que fue a su habitación, pero no lo encontró, ahí solo estaban Mulciber y Avery, así que fue a su propia habitación por su mochila y regreso a la sala común a sentarse en uno de los escritorios y estudiar un poco en lo que Severus llegaba.
Poco a poco, cada uno de sus compañeros de casa empezaron a abandonar la sala y para cuando se dio cuenta, ya era el único que quedaba y Severus aún no aparecía.
Justo cuando iba a ir a buscarlo preocupado por lo que había visto en Potter el día anterior, su amigo llego a la sala común con una ligera coloración rojiza en sus mejillas, nada característica en él, que lo desconcertó un poco.
—Sev… te encuentras bien ¿Por qué llegas tan tarde? —inquirió.
—Me sentí un poco mal, así que estuve un tiempo en la enfermería.
—¿Seguro que ya te encuentras mejor? estas un poco rojo.
—Sí, descuida. Solo debo dormir un poco—dijo Severus antes de empezar a caminar hacia su habitación.
—Espera Sev… ¿no estuviste en la enfermería por culpa de Potter verdad?
—No.
—Seguro, no he tenido oportunidad de decírtelo, pero ayer en el desayuno, ese tonto te estaba mirando un poco extraño, estoy casi seguro que planea hacerte una de sus tontas bromas. Sirius dijo que el cretino ese está madurando, pero yo no lo creo.
Por un momento la expresión de Severus se mostró sorprendida por sus palabras, pero esta rápidamente cambio a una de ligero enojo y dijo—Reg, seguramente te confundiste, detesto tener que estar de acuerdo con tu hermano, pero Potter si está cambiando.
—No lo sé, su comportamiento es muy extraño, no me convence su repentino cambio de actitud.
—Puede ser, pero no ganas nada sobre analizándolo Reg, mejor vamos ya a dormir.
*****
Lo que le dijo Regulus lo dejo pensativo, ya que, si James seguía mirándolo tan indiscretamente, su amigo pronto se daría cuenta que estaban manteniendo una relación romántica. Y aquello no le sentaría nada bien al menor; no cuando aún albergaba resentimiento hacia este y no podía culparlo él mismo había sentido ese sentimiento por James antes de empezar a conocerlo un poco más y perdonarlo por todo lo que le había hecho en el pasado.
Pensando en que el momento en que Regulus descubriera su relación con James era un hecho inminente, sus ojos se cerraron hasta que su reloj biológico lo despertó y tranquilamente se preparó.
Después busco en su baúl un libro en particular y guardándolo en su mochila salió de su habitación para ir a desayunar.
Ya en la mesa de Slytherin con Regulus a su lado vio cómo su amigo veía por momentos curioso en dirección a la mesa de Gryffindor; afortunadamente James se dio cuenta y no lo miro como acostumbraba, cuando creía que nadie lo veía.
Después de un rápido desayuno, se despidió de Regulus y se encamino a su clase de defensa contra las artes oscuras; la cual secretamente le gustaba casi igual que la de pociones, la magia en todas sus diversas ramas en general le resultaba fascinante, sin embargo, pociones y defensa contra las artes oscuras tenían un encanto que le resultaba sumamente atractivo. Aunque no lo suficiente como para querer ser un Auror.
La clase estuvo más interesante que otros días y al final de esta, el profesor les había encargado dos pergaminos sobre el encantamiento Patronus, lo cual solo podía significar que pronto empezarían a aprender dicho hechizo.
Al finalizar su última clase, fue con Lily a la biblioteca para buscar los libros que necesitarían, para los deberes que les dejo el profesor; y cuando tuvo todos los libros que creyó que necesitaría, se despidió con una sonrisa de Lily.
Salió de la biblioteca pensando en si ir a su sala común o a la sala de los menesteres, cuando James lo intercepto antes de que hubiera decidido a donde ir.
Así que finalmente termino con su novio en el aula donde a veces le daba clases, mientras ambos adelantaban los deberes, él muy concentrado en lo que escribía y James escribiendo a regañadientes, debido a que claramente el terminar adelantando trabajo no había estado en sus planes iniciales.
—Te ves muy emocionado por el encantamiento Patronus Sev.
—Por qué no lo estaría, es bien conocido que solo magos excepcionalmente poderosos pueden realizar uno corpóreo. ¿quién no estaría interesado en aprenderlo?
—Tal vez, pero hay hechizos más interesantes que el Patronus.
—Sí, pero eso no le quita su encanto.
—Tus hechizos suenan más interesantes.
—Ja, no se pude comparar el Levicorpus con el Patronus.
—Yo creo que sí, tu hechizo ya es famoso por todo el colegio.
—Eso no significa nada, no deja de ser un hechizo burdo, solo lo invente con la intención de defenderme de tus bromas.
Sus palabras ensombrecieron el semblante del Gryffindor quien se quedó callado antes de preguntar—¿el Sectumsempra, que hace exactamente?
—¿Vas a fingir que no sabes lo que hace? —cuestiono mientras dejaba de escribir y levantaba la cabeza para encontrarse con los ojos avellana de James. Sospecho que este anduvo leyendo su libro cuando lo tomo “prestado”, y lo comprobó, cuando lo escucho usar el Levicorpus contra los Ravenclaw.
—¿Planeabas usarlo contra mí? —soltó su novio con la voz un poco entrecortada.
—Al inicio sí—confeso.
—¿Entonces Por qué…nunca lo usaste, aun cuando paso lo de Remus?
—Le prometí a Lily, que no lo usaría.
El semblante de James se oscureció aún más y en un rápido movimiento se levantó y atrapo su espalda entre sus brazos a la par que decía—Perdóname Sev, en verdad perdóname por todo.
—Hace mucho que lo hice.
—Sev, te amo—declaro James aferrándose más a su cuerpo y enterrado la cabeza en su cuello.
—He….
—Te amo—fue lo único que pronuncio James antes de tomar suavemente con la mano izquierda su barbilla, para girar su rostro y unir sus labios dulcemente; y una vez que termino su beso soltó—tengo celos Sev, tengo muchos celos de Evans, desearía tanto poder regresar en el tiempo, al momento en el que nos conocimos y no haber dicho todo lo que dije. De no haber sido tan tonto… ¿qué tan diferentes hubieran sido todos estos años?
—Acaso importa, el pasado no es el algo que se pueda cambiar.
—Me gustaría poder cambiarlo.
—Deja de lamentarte— dijo y ahora fue él quien busco los labios del Gryffindor.
Cuando terminaron de besarse, aprovecho para sacar el libro que guardo en la mañana en su mochila y notando un poco confundido a James, manifestó una sonrisa antes de decir—Es el libro del que te hable, espero y de verdad lo leas.
—Por supuesto que lo haré—comento el Gryffindor enternecido.
—Bien, ahora sigue con los deberes o practica tus hechizos no verbales. Solo termino este pergamino y hacemos algo más interesante.