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Perdido en tu sonrisa por Aphrodita

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.Bueno, vamos a ver si la termino de una vez “Perdido en tu sonrisa”

CAPITULO IV:

Ikki se fue... Uno, dos, tres días pasaron. Tanto Shun como Seiya sabían a donde, pues ni siquiera mudas nuevas llevaba consigo... Seguro que en lo de Shaka tenia todo lo que necesitaba: Ropa, comida, dinero, sexo... ¿Amor?.
El Pegasus parecía no recuperarse, Andrómeda no sabia como hacer para ayudarlo... ¡Y cuanto quería ayudarlo!... Pero si el morocho no lo permitía, si no aceptaba la ayuda... Nada podía hacer el peliverde.

--Seiya... Seiya—Llamaba Shun a su amigo quien estaba acostado en la cama desde la partida del Phoenix –Seiya... ¿Comerás algo?
--Ikki... Ikki ¿Volvió?.
--No... Aun no... —Cuanto le dolía a Andrómeda tener que ser el mensajero de tan triste noticia para su amigo.--¿Por qué no te levantas de la cama? Te enfermaras si sigues allí.
--No tengo hambre, no tengo ganas de levantarme...
--Dale Seiya... Haremos lo que tu quieras...
--Basta Shun... Dejame solo.

Esas palabras fueron dagas al corazón herido del peliverde, decidió dejarlo solo... Llorando solo... “Los hombres no lloran”... Le escucho decir un montón de veces a su Niisan... “Los hombres no lloran”...

Shun siguió con sus quehaceres... La casa era también de el y alguien tenia que limpiarla... ¿Cómo harían para sobrevivir?... Necesitaba conseguir urgente un empleo. Por suerte habían comenzado las vacaciones cortas en el Instituto... Por que a decir verdad, Andrómeda no tenia ganas de ir. Mientras se encontraba ordenando su cuarto, escucha el ruido de la ducha... Alguien se estaba bañando y ese alguien sin duda era Seiya. Se acerco a la puerta y golpeo...

--Si Shun ¿Qué necesitas?
--Ehee... ¿Te preparo algo de comer?—El peliverde seguía con lo mismo.
Viendo que su amigo no cesaría en el pedido accede:
--Bueno... Pero algo liviano.

Por fin, Pensaba Shun... Era hora de que su amigo intentara salir adelante. Nunca había odiado a nadie, nunca se había enojado profundamente con su niisan... Pero este ultimo tiempo, a Andrómeda le sorprendía y hasta asustaba el profundo odio que por él anidaba en su corazón.

Tres días sin bañarse, tres días sin comer. Seiya sentía renacer de sus cenizas... El Phoenix... Cuanto le dolía pensar donde estaba y que estaba haciendo.

--Mañana tengo que levantarme temprano –Comento el peliverde.
--Ah ¿Sí?... ¿Y como harás?...—Pregunto entre divertido y nostálgico. Los ojos hinchados de tanto llorar.
A Shun le tranquilizaba el corazón ver a su amigo haciendo bromas.
--Ja-ja... Muy gracioso... Mira quien lo dice...
--¿Y por que?
--Bueno... Pues... Tengo una entrevista... Tal vez consiga empleo.
--¡Pero Shun!...—Exclamo el Pegasus.--¡Tu debes estudiar, no trabajar!
--Pero Seiya... —No quería decirlo –Mi niisan no esta y... Bueno... ¡Tenemos que comer!
--¡Hey!... Te olvidas de mí... Te conté que conseguí empleo...
--Sí, pero... Hace cuatro días...
El morocho interrumpió:
--No te preocupes Shun... La empresa a la que iba a ir es de un compañero de la facultad... Puedo hablar con él.
--¿Seguro?—Ante la afirmativa de su amigo recordó: --Seiya... ¿Qué piensas hacer con tus estudios?
--Bueno... Estuve pensando... Y... Voy a abandonar.
--¡¿Por qué?!... ¡No hagas eso! –Reprendió Andrómeda apenado.
--Si Shun... Desaprobé el examen y además... además, el trabajo es a tiempo completo... Prefiero trabajar.
Ambos sabían, que sin la ayuda económica de Ikki necesitaban urgente de un empleo.
--Es injusto... Si tu abandonas los estudios por trabajo... Yo también, entonces, deberé trabajar.
--No, no, no... Tu estudias, yo trabajo—Dijo Seiya imponiendo su decisión.—Debes estudiar.
--Es injusto que tu me mantengas... Ikki es comprensible, hasta aceptable, pero tu...
--Pero yo nada Shun... En parte, también soy tu hermano.
--Mi otouto... —Comento el peliverde divertido.
--Por favor... Dame el gusto, aunque sea... De ayudarte a ti... De devolverte un poco todo lo que hiciste por mí...

Shun se quedo helado al escuchar a su amigo (Su otouto... ^_^... ¡je!). No podía negar que sus palabras lo hicieron sentir feliz, como si volviese un poco de todo lo que había hecho por amor hacia su cuñado. Solo pudo asentir, avergonzado, completamente sonrojado... Aun más, cuando al levantar la vista se encontró con aquella dichosa sonrisa.

--¿Cómo estas?—Pregunto sorpresivamente el Pegasus quebrando el incomodo silencio.
--¿Tu me haces esa pregunta?
--No es para menos... Tu sabes como estoy yo... Quiero saber como estas... Ikki es tu niisan y todo lo que paso te debe haber afectado.

¿Por qué estaba haciendo eso? ¿Por que Seiya preguntaba eso? ¿Por qué tenia que utilizar esas palabras?... ¡Eso lo enamoraba aun más!... ¿Por que sé tenia que preocupar?... Cuanto rogaba el peliverde por descubrir algo que lo ayudase a desprenderse de el... Algún horrible y obscuro secreto, alguna maña espantosa... Algo, en su persona... Algo turbio... Pero no... parecía mentira... Hasta las cosas molesta que tenia el Pegasus, Shun adoraba... Todas su mañas, sus caprichos... Su carácter infantil.

Fin de semana... Sin tener que trabajar, sin tener que estudiar... Cuanto odiaba Seiya el fin de semana... No estar ocupado inevitablemente lo hacia pensar en Ikki mas de lo que sus ojos y corazón soportaban y eso Shun lo sabia. Sentados en el sillón mirando televisión para perder el tiempo, el Pegasus con el control remoto en la mano y cambiando sin cesar de canal susurra dando por descubierto que sus pensamientos estaban dedicados, como la mayor parte del tiempo, al Phoenix:

--Tu niisan es una basura... Ni siquiera llama para saber como estas... Para saber si estas vivo, si necesitas algo—Se censuro de golpe al darse cuenta de lo que había dicho—Perdón Shun...
--No Seiya... Deja de pedir perdón... —Lo frenó Andrómeda --Dime todo lo que piensas... De Ikki de todo... No me molesta... —Lo miró fijamente --Quiero saber como piensas... Lo que piensas... No te censures por el simple echo de que soy su otouto.
--Quiero emborracharme... —Soltó el Pegasus.
--¿Qué?...—El peliverde creía haber oído mal... ¿Emborracharse?
Divertido lo mira de soslayo y le dice:
--Para calmar las penas... Quiero emborracharme...
--Estas loco...
--Me dices que tu nunca has bebido... —Exclama el morocho desafiante.
--No digo lo contrario... A la salida del instituto, a veces me quedo tomando con los chicos en la esquina...
--¡Ah! ¡Míralo tú al niño!... ¡Mocoso insolente!...—Exclamo Seiya divertido y con las manos en su cintura –Tan inocente que aparentabas...
--Tampoco me emborracho... —Se defendió Andrómeda.
--Bueno... Pero hoy quiero emborrachar mi corazón... —Dijo el Pegasus en tono de poesía.
Shun veía el esfuerzo de su amigo por salir adelante, por sonreír, por estar de buen humor, por hacer bromas... Por intentar que las cosas salgan bien o estén mejores.
--Si tu quieres... Siempre y cuando después no te dediques a la bebida.—Finalizo el peliverde... Total... Era fin de semana y a sus compañeros les había dicho que no por no dejarlo solo a Seiya con su depresión.

En el supermercado compraron todo lo necesario para la casa, la cena, y algunas bebidas alcohólicas, no muchas... Pues eran ellos dos y el dinero escaseaba... Tampoco era cuestión de llegar al coma etílico... Aunque eso era lo que realmente, inconscientemente se proponía el Pegasus. Parecían una parejita feliz comprando todo lo necesario, algún que otro comentario sobre que Shun era su “hijo”... “Hijo bobo” decía Seiya para molestarlo... Nuevamente su gran esfuerzo por darle ánimos al ambiente. Aun así, en su rostro, en su sonrisa, estaba pintado el dolor y la angustia.

--¿Necesitas esto?...—Seiya levantaba su brazo tratando de alcanzar un desodorante.
--Pues... Aun tengo... —A Shun le daba profunda vergüenza tener que depender económicamente de su amigo.
--Suficiente... Lo llevamos—decidió el Pegasus al ver la reacción de su “niisan”. Para cortar un poco la situación incomoda en la que estaba Andrómeda, añade burlonamente–No quiero tener que soportar tus olores.
--¡Hey!... Que huelo a rosas... —Se defendió el peliverde.
--¿Esto?—Esta vez era crema de afeitar.
--No gracias... —Nuevamente Shun, volvía a sentirse incomodo.
El morocho lo comprendió:
--Shun... No tengas vergüenza de pedirme... Estamos aquí para comprar lo que necesitamos.
--Vinimos aquí por alcohol... —Contradijo divertido... Era cierto.
--Bueno, pero ya que estamos... Hagamos las compra—Rápidamente acoto a la vez que lanzaba al carrito de compras la crema de afeitar—Quítate esa idea absurda de la cabeza... El día de mañana cuando yo necesite, sé que tu estarás ahí para ayudarme... Esto es un “ida y vuelta”.
Accediendo a las palabras de su amigo le dice en son de broma:
--Bueno, necesito tampones...
--Jajaja...
Cuanto le gustaba a Shun verlo reír... Hacia tiempo que no lo veía reír, era música para sus oídos.
--¿Y esto?...—Pregunto Seiya siguiendo el hilo de la broma mientras en su mano sacudía una caja de preservativos (Condones).

Shun no pudo evitar sonrojarse y hasta sentirse incomodo... Que la persona con la quien más fantaseaba y añoraba haga algún comentario de ese tipo... Le subía la temperatura de la vergüenza. Viendo la reacción de su peliverde amigo rompe a reír y con una mirada picara le dice.

--¡Vamos Shun!... ¿Me dirás que no sabes lo que es?... Si debes haber abierto mas de uno.
--Pues... Ehhee... Eto... Sí...
--¿Por qué te pones nervioso?... Si es algo natural...—Espeto muy resuelto --¡Hey!... Soy Seiya, no tu niisan... Puedes hablar conmigo de esa “forma”.
Cuanta verdad en esas palabras... Y era cierto... Seiya... El hombre con quien pasaría el resto de su vida en perpetuo y eterno amor incondicional.
--Nunca te pregunte pero... ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando te enteraste que tu niisan era... Era... Le gustaban los hombres?—Pregunto Seiya natural mientras cargaban las bolsas a la salida del supermercado.
--Pues... No me acuerdo... ¡Qué sé yo!... Me sorprendí, como la mayoría, pero nunca lo vi mal...
--Yo me acuerdo de aquella época en la Mansión... Cuando nos enteramos de la relación que tenia Ikki con Shaka...—Caminaban rumbo a la casa... No estaban a mas de diez cuadras.
--¡Sí... Fue toda una sorpresa!...—Recordaba Shun.
--¡Si... Y que celoso me sentí!
--¿Que?... Tu ya... ¿Tu ya sentías algo por mi niisan?...
--Si te digo que me hice gay por él... Por que tu niisan es bisexual, en cambio yo, a su lado... Me puedo declarar completamente gay...—Bajo la vista con profunda nostalgia, una sonrisa melancólica surcaba su rostro.
--Nunca me había dado cuenta de tus intenciones para con él, en la Mansión...
--Pues... Por que yo me di cuenta recién, cuando vi que lo perdía... Sin embargo, con el tiempo conseguí enamorarlo... Y bueno, el resto es historia... Acá estoy—Finalizo soltando una carcajada triste.
Un breve silencio incomodo se produjo entre los dos, hasta que Seiya quebró ese silencio:

--¿Alguna vez te enamoraste Shun?—Pregunto inocentemente... Muy resuelto, ya que para él era normal hablar de esas cosas con un amigo, sin conocer sus sentimientos.
Shun lo observo, fijo sus ojos en su rostro. El Pegasus noto como lo penetraba con la mirada... Pero Andrómeda no se atrevió:
--Pues... Si... Pero no quiero hablar de ello...—Soltó rápidamente, rogando que la conversación finalizara allí.
--Bien... No te pregunto...—Dijo el morocho asombrado de la reacción.
Sin embargo, la curiosidad le podía mas:
--Y dime... ¿Eres correspondido?
--Seiya...
--¡Esta bien, esta bien!... No entiendo por que no confías en mi.
Shun se le quedo mirando y exhaló un suspiro, esperando a que su amigo abriera con la llave la puerta.

Una vez dentro, dejaron las bolsas sobre la mesada y se desprendieron de las camperas. Seiya arrojo las llaves sobre la mesa y se dirigió a su cuarto. Shun noto que su amigo se tardaba demasiado, se acerco a la puerta y lo encontró sentado en la cama... Sus ojos ya no lloraban, pero sin embargo aun dolía.

--Seiya...—Susurro sin saber que hacer o como reaccionar.
--Estuvo aquí...
--¿Quién?...—Comprendiendo lo que le quiso decir acota --¿Mi niisan?
--Estuvo aquí—Reafirmo el Pegasus levantando la vista... Su rostro pura tristeza.
--¿Co-Como... Como lo sabes?—Pregunto Andrómeda y reaccionando se sitúa a sus pies en cuclillas.
--Por que su ropa no está...
Automáticamente, al escuchar eso, el peliverde abrazo a su amigo.
--N-No... No quiero llorar—Dijo Seiya con cierta dificultad... A pesar del esfuerzo comenzaba a sollozar.
--¿Qué quieres hacer?—Pregunto Shun desesperado por ayudarlo.
“Morirme” Fue lo primero que pensó Seiya, sin embargo contesto decidido:
--Vamos... Vamos que tenemos que prepara la cena...— Poniéndose de pie rumbo a la cocina, seguido por un preocupado Andrómeda.

Luego de la silenciosa cena, las actitudes de Seiya dejaron al descubierto su profunda angustia: Sin siquiera hacer sobremesa, una cerveza ya estaba abierta, su contenido servido en un vaso mientras era bebido por un triste Pegasus. El peliverde observaba el proceder de su amigo, como este, buscaba emborracharse.

--¿Tu no tomaras?
--No si tu sigues así... Te lo terminaras todo...
--¡Hey!... No me trates de alcohólico...—Se defendió el morocho –Hace falta algo de música...
Levantándose de la silla llego hasta el aparato electrónico:
--Algo triste no... Romántico menos... En estos casos tiene que ser algo alegre...
--Nirvana...—Propuso Andrómeda.
--¿Quieres que me suicide Shun?—Pregunto divertido.
--Evanescens...
--Nuevamente... ¿Quieres que me suicide?... No hay casi nada... ¿Radio?
Luego de que Shun asintiera, se desplomo en el sillón. Andrómeda lo siguió con su vaso recién cargado.
En el aparato finalizaba una canción para dar comienzo a otra pop, típica romanticona de esas que nos gustan a las mujeres... Tristes y reales como Olvidarte de Ricardo Arjona....
--Maldición... Ahora entiendo por que a las mujeres les gustan estos cantantes...—Seiya vaciaba su vaso de un sorbo para luego servirse mas --Nunca había prestado atención a la letra.

Shun bebía lentamente, observándolo... Conocía los efectos del alcohol, sabia... Sabia de las consecuencias y no quería, o tal vez si... Pero si su intuición no le fallaba... Esa noche algo pasaría con Seiya... Hasta donde llegarían... No lo podía saber... Solo rogaba que el alcohol no lo hiciera hablar de mas... Confesar, seguro, sus sentimientos... No quería lastimarlo, ni lastimarse.

--¿Qué sucede Shun?... Estas muy callado...
--Pensaba...—Contesto.
--Pensabas...—Reafirmo el Pegasus --¿En que?
--Cosas... Cosas que no comprendo...
--Explícate...
--No soy quien realmente soy...—Soltó Andrómeda sintiendo que no era tan buenito e inocente como todos opinaban de el... Era una mala persona... Eso creía el... No debió nunca haberse enamorado de su hermano del alma, de su amigo de batallas, de su cuñado.
--No te entiendo...
--Deja... No tiene importancia...—El peliverde estaba hablando de mas y no era él, el borracho.
El morocho no insistió mas y guardo silencio... Una nueva canción, parecida a la anterior sonaba en el aparato:
--Maldición...—Se quejaba Seiya con lagrimas en sus ojos—Que radio de mierda... ¿Por que no pasan otra música.
--¿La apago?...—Pregunto servicialmente el peliverde. Ante la negativa de su amigo volvió a sentarse a su lado.
--Todo esto es mi culpa...—Soltó el Pegasus sin que nadie le preguntara –Por mi carácter, por ser quien soy.
--¿A que te refieres?
--Soy un pendejo... Nadie me soporta, por eso siempre me quedo solo.
--No digas esas cosas... Eres la persona...—Shun dudaba de hablar—Eres la persona mas maravillosa en esta Tierra.—Tragando saliva añadió—Y no estas solo...
El morocho giro la vista para enfrentar su mirada... Aquellas palabras estaban funcionando... Se lo estaba creyendo realmente:
--Detente Shun... O me lo creeré.—Bebiendo de su vaso y sonriendo tristemente acota—Soy infantil y caprichoso... Tu niisan tiene razón, es el único que me soporta.
“¡Heeeey! ¿No me ves, aquí, a tu lado?” Se preguntaba Shun.
--Yo soy tu amigo por quien eres...
recién ahí el Pegasus cayo en la cuenta... No estaba solo, aun alguien lo soportaba:
--Si, pero a la larga te cansaras de mi y te iras...
--Nunca... No podría... Eres demasiado importante, especial...—Andrómeda se interrumpió... Nuevamente hablando de mas.
--¿Por que Ikki y tu son tan distintos?—Eso era algo, que el morocho hacia tiempo pensaba –Los juntaría a los dos... Haría una fusión... Seria perfecto.
El peliverde sonrió frente al comentario ocurrente de su semi-alcoholizado amigo.
--No eres un pendejo... A veces resuelves las cosas mejor que los demás. Positivamente, de buen humor y con la mejor cara afrontas tus problemas... Eso no es ser infantil.—Shun comenzó a enumerar todo lo que el había podido vislumbrar en Seiya --Eres un buen amigo... Siempre estas cuando te necesitan y lo mejor de ello, es que a ti no te importa el crédito o el que dirán... Pues en muchas ocasiones has intercedido sin que nadie se enterase...

Sorpresivamente el Pegasus rompió a llorar. Quizás por el alcohol, o por la situación... Quizás por que aquellas palabras le hubiese gustado escuchar salir de la boca de Ikki.
Andrómeda sintiéndose culpable y sin saber que hacer lo toma entre sus brazos.

--perdón Seiya... Yo...
--No estoy llorando por tu culpa...—El morocho levanto su vista para decir esto, quedando frente a frente con su amigo.

Aquella proximidad en lugar de ponerlo nervioso, le produjo un deseo profundo... Tan cerca de aquélla boquita que hacia tanto tiempo deseaba. No podía resistirlo, el peliverde no podía resistir la tentación de juntar sus labios a los de Seiya. Sin embargo, para desviar la situación, apoyo la cabeza del Pegasus sobre su hombro... sentía la respiración caliente y entrecortada en su cuello.

--¿En que piensas?—No quería quebrar el momento mágico que se estaba dando, pero Shun sentía que no era correcto aprovecharse así de su amigo, en su situación tan vulnerable.
--En lo bien que me siento entre tus brazos.

El corazón de Andrómeda comenzó a latir aceleradamente frente aquellas palabras.
“¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?” Comenzó a preguntarse interiormente Andrómeda de manera frenética.
“¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago?” Respirar era un trabajo difícil para el peliverde.

--Seiya...—Se le escapo en un susurro.

Shun tenia pensado decir algo mas para finalizar ese incomodo momento, pero el morocho no se lo permitió... Con un furtivo beso selló sus labios. Un profundo, anhelado y largo beso. Cuando Andrómeda pudo despegase de aquella boca habló:

--Seiya... ¿Estas seguro?
--Tal vez mañana me arrepienta... Pero la venganza es dulce...

Entonces el peliverde comprendió que tan solo era una venganza. Cuanto le dolió... Pero por mas que quisiera no podía negarse.

--Seiya... Soy su otouto...—Dijo Shun refiriéndose a Ikki con el fin de evitar lo que no podía manejar... Aquello que escapaba de sus manos.
--Por eso... Con mas razón...

Sexo... Solo era sexo... Andrómeda quería frenar aquello, pero Seiya nuevamente lo había atrapado con su boca. Cuándo quiso darse cuenta, se encontraban desnudos sobre la alfombra de la sala, a los pies del sillón... ¿En que momento se habían desprendido de sus ropas?.
Como si su vida dependiera de ello, el peliverde comienza a recorrer con su boca aquellos lugares tan secretos y anhelados por el... Su lengua recorría la morena piel del Pegasus, mientras sus manos se movían juguetonas y caprichosas. El morocho se retorcía de placer y gimió al sentir el contacto tibio de los labios de Shun sobre su erguido miembro. Con la cabeza entre las piernas de su amigo, Andrómeda se llevo por primera vez en su vida un miembro a la boca... creía que no lo estaba haciendo mal, pues el Pegasus no dejaba de gemir y suplicar por mas.
El morocho acariciaba la verde melena de su amigo, agradeciendo aquel trato... Pues recién caía en la cuenta del tiempo que llevaba sin acabar, sin recibir ese tipo de atención... Rápidamente e inevitablemente se derramo en la boquita de su ex-cuñado quien se atraganto por el penetrante gusto y olor. Seiya comprendió:

--Shun... Shun ¿Era tu primera vez?—Pregunto entre sorprendido y angustiado de ser tan poco sensible.
--Pues... Si...—Respondió con una sonrisa.

Un gesto de ternura en el rostro del Pegasus y atrajo del brazo al peliverde para atenderlo.
Shun de rodillas sentía y veía como su miembro se perdía dentro de la hábil boca de su amigo... No quería acabar... Aun no... quería sentirlo, quería hacerle el amor. Se lo hizo saber y automáticamente dejo ese acto tortuoso para acostarse boca arriba. Andrómeda que si bien no era virgen, no tenia tanta experiencia. Aun así dejo de lado sus temores y tomando las piernas del morocho y apoyo su miembro duro y palpitante en el orificio... Comenzando a empujar, Seiya acostumbrado a recibir estaba impaciente... Y un vaivén se introduce de lleno el pedazo de carne caliente.
El peliverde comenzó a moverse... comenzó a hacer el amor... Pues para el no era tan solo sexo. Con su miembro introducido y apretado en aquella cavidad, no dejaba de besar y acariciar el cuerpo de su amigo. El Pegasus lo sintió, pero quiso hacer de cuenta que no... Se había dado cuenta de que no era sexo solamente.
Shun descargándose torrencialmente en su interior, suavemente lo deposito en la alfombra, dejando que su espalda descansara sobre sus brazos. Lo observaba, observaba su rostro... Nuevamente Seiya sintió que era observado de una manera distinta.
Sueños e ilusiones renovadas.
Se dedicaron a contemplarse en silencio, a estudiarse... A besarse y acariciarse... Tal vez, con el tiempo, pensaba Andrómeda, tal vez con el tiempo podría ocupar ese lugar tan especial en el corazón del Pegasus... Lugar que ocupaba su niisan.
El morocho se levanto del suelo y llevo de la mano a su amigo al baño para asearlo dulcemente, lentamente. Luego lo condujo en silencio hasta su cuarto, cuarto que ocupaba con el Phoenix. Lo acostó y comenzó a dedicarse a el, con suavidad besaba y acariciaba su cuerpo. El peliverde reconoció las intenciones de su amigo y le pidió que por favor lo haga con delicadeza. Seiya tomo un pote de crema y unto el orificio de Shun con extrema delicadeza y dulzura. Luego de prepararlo con paciencia, le aconsejo sentarse sobre su miembro. Andrómeda obedeciendo se sentó sobre aquel pedazo erguido... Se deslizaba lentamente, introduciéndoselo cada vez mas profundo. Una vez que aquel acto tortuoso llego a su fin... O por lo menos eso creía el peliverde, que lo peor había pasado. Se quedaron quietos unos segundos. El Pegasus abrazaba fuertemente de la cintura a su amigo mientras que este se aferraba como naufrago a su cuello. Dando por finalizado el descanso Shun comienza a subir y bajar a la vez que el morocho ayudaba en la tarea tomándolo de las caderas... Con sus brazos y con su fuerza levantaba al peliverde. Hasta que la situación se volvió insostenible tanto para Seiya como para Shun quien se descargo sobre el abdomen de su ex cuñado al rozar insistentemente su miembro al estomago del mismo. El morocho exhalo un gemido profundo que retumbo en el cuarto, su varonil voz descargaba los últimos quejidos mientras su miembro el semen abundante.
Se desplomaron en la cama y así, abrazados se quedaron profundamente dormidos... En la radio una nueva canción daba comienzo...

Cuando Shun despertó se sorprendió al encontrarse solo. Desnudo se levanto de la cama y busco a su amigo quien se encontraba en la cocina tomando un te con galletitas.

--Buenos días.
--Buenos días...—Respondió Andrómeda
--¿No piensas vestirte?—Pregunto Seiya con una mirada picara bebiendo un sorbo de su te.
--Si... Pero primero me bañare...—Contesto con una sonrisa.

Las ropas que habían dejado sobre la alfombra ya no estaban. Mientras se duchaba, el peliverde no podía dejar de pensar en todo lo ocurrido... Ahora ¿Cómo quedarían las cosas entre ellos?
Sin embargo, tal vez por vergüenza, tal vez por temor al rechazo, del tema no se hablo. Almorzaron como siempre... Como buenos amigos.
Shun no hablaría salvo que su amigo tocase el tema, sin embargo el Pegasus nada comento, nada dijo. Y así se quedo Andrómeda con el “Te amo” guardado.

Con el correr de los días la situación se le estaba volviendo insostenible al peliverde... Esa mañana se despertó, decidido a pedirle a su amigo que se quedara a su lado eternamente.
El morocho se encontraba muy alegre ordenando su cuarto cuando ve a un extraño Shun parado en su puerta.

--Que bueno que te veo Shun... Tengo que hablar contigo—Dijo adelantándose, pero su amigo lo interrumpió.
--Yo también Seiya quiero hablarte.
Seiya se sentó en la cama y Andrómeda lo imito. Sentados en aquel lugar que habían compartido juntos la semana anterior, el Pegasus comenzó a hablar con cierta tristeza:
--Hable con tu niisan... En realidad el me llamo para saber si había recapacitado.
Aquello le cayo pésimo al peliverde. Creyendo que por eso se sentía mal su amigo busca consolarlo.
--No le hagas caso a mi niisan...
--No Shun... No entiendes—Pero no pudo finalizar la frase.
--No lo necesitas...
--No es eso...
--Me tienes a mi... —Shun estaba decidido --Te amo—Susurro finalmente.
--Nos perdonamos... —Reaccionando exclama --¿¡Que dijiste!?
--¿Qué?...—Si no había escuchado mal... Ellos dos se habían arreglado.
--¿Qué dijiste Shun?... Repite lo ultimo, por favor—Pregunto el morocho nervioso.
--Me oíste... oíste perfectamente lo que dije Seiya... —Repitió poniéndose de pie. Sus ojos empañado y su rostro mezcla de bronca y dolor.
--S-Shun... —Balbucea torpemente.
--Me alegro por ustedes... —Alcanza a decir Andrómeda antes de desaparecer por completo de la casa.

Camino sin rumbo fijo sintiéndose la peor porquería en el mundo por haberse enamorado de la pareja de su niisan. ¿Cuánto tiempo estuvo vagando por las calles?... Solo sabia que había salido a la mañana y que ahora era de noche. Tenia hambre, ni siquiera había desayunado. No conseguía nada escapando. Cansado de dar vueltas sin sentido, con frío y hambriento decide volver a la casa... Se encerraría en su cuarto y se guardaría todo su dolor, todo su amor como siempre hacia, como había aprendido a hacer este ultimo tiempo.
Giro el picaporte y entro con la vista baja, no quería tener que encontrarse con aquellos ojos, o peor aun, con aquella sonrisa que tanto lo hechizaba.

--¡Otouto! Por el amor de Athena ¿Dónde te habías metido?—recién ahora se preocupaba Ikki por su hermano.

El Peliverde levanto su vista y se encontró con una escena a la que estaba acostumbrado, pero que sin embargo, debido a las circunstancias, en ese momento era sumamente dolorosa: Seiya sentado sobre la falda de su niisan, abrazado a su cuello. Automáticamente al ver el rostro y la reacción de su cuñado, el Pegasus desase su abrazo y se levanta.

--Me voy a dormir... —Susurro Shun esquivando las miradas.
--Shun... —Exclamo asombrado el Phoenix –¿Que le ocurre?—Le pregunta a su koibito quien niega con la cabeza desentendiéndose del tema...

Seiya preocupado y culpable busco la manera de acercarse a su cuñado... Pues sabia los motivos de su encierro... Sabia que él, era la razón... La triste razón de Andrómeda.

***

Fin del capitulo... Gracias por leer... Perdón por torturarlos. *_*.

Lemon de Seiya y Shun dedicado pura y exclusivamente a mi amorcito: Lyra_Orfeo.

Comentarios ¿Si? ^_^... Por favor. Hasta el próximo capitulo... Espero terminarlo, pero si sigo en pie con la idea que tengo... ¡No termino mas!... Aun falta la parte de Shaka... ¡Ufff!... Cuando termine el fic que tengo en mente sobre los Santos de Bronce volveré con este... Yo le calculo dos capítulos mas y ya lo termino.

Aphrodita.

10/07/2005 8:31:08 Hs.

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