Karasuno había ganado. Realmente habían ganado. Kageyama tuvo el impulso de gritar de pura satisfacción por haber vencido en un partido tan difícil como ese. Entre toda esa emoción, volteó a ver a los jugadores de Seijoh, a quienes los rodeaba un aura sombría. Buscó con la mirada a su pareja y vio que se retiraba del lugar lentamente alejándose de sus compañeros hasta que desapareció de su vista.
"¿Kageyama?" El pelinegro volteó a ver a Hinata. "Pensé que ya no estabas preocupado por... ya sabes..."
"No lo estoy. Pero me siento mal por él." Le respondió rápidamente con el ceño fruncido.
"No seas condescendiente, Kageyama..." Los dos muchachos de Karasuno se dieron vuelta para encontrar a Iwaizumi, Matsukawa y Hanamaki. "Ustedes ganaron en buena ley." Terminó diciendo Hajime.
"Sí, felicitaciones." Takahiro se acercó para estrechar su mano con ambos chicos.
"Oye, Kageyama, el siguiente fin de semana haremos una junta en mi casa aprovechando que mis padres no estarán. También vendrá Oikawa, por si quieres unirte." Antes de que el armador pelinegro pudiese responderle a Matsukawa, alguien lo hizo por él.
"No tenemos algo contra ustedes, pero no pensamos que sea bueno para Kageyama que se relacione con Oikawa." Dijo con autoridad el capitán de Karasuno, siendo respaldado por el resto del equipo que se habían reunido junto a él. Tanto Hanamaki como Matsukawa miraron confundidos entre Daichi y Tobio, quien desviaba la mirada, incómodo.
"Pero ellos son-"
"Sí, lo entendemos." Iwaizumi replicó rápidamente, interrumpiendo a Takahiro. "Muy buen juego. Nosotros nos retiramos." Dicho eso, acarreó a sus compañeros fuera de la cancha para alejarlos de Karasuno. Ambos muchachos comprendieron al instante la indirecta y se dejaron guiar en silencio. Cuando ya se habían alejado lo suficiente, el número 3 de Seijoh comenzó a hablar nuevamente.
"Oye, ¿qué le pasa a Karasuno con Oikawa?"
"Digamos que no se ha comportado bien con ellos..."
"Ya, ¿pero tan grave como para que rechacen de esa forma la relación entre él y Kageyama?" Justo después de la pregunta de Hanamaki, Issei se pronunció por primera vez.
"A no ser que Karasuno no sepa que son pareja..."
"¿Qué? ¿Eso es cierto, Iwaizumi?" Dijo incrédulo Takahiro.
"No es de nuestra incumbencia." La respuesta del as de Seijoh dio por finalizada la conversación. Había aclarado sus sospechas del conocimiento de Karasuno sobre el noviazgo de los chicos, pero también dejaba más preguntas sobre qué ocurrió para que todo terminara así. En silencio, llegaron hasta la sala donde estaban sus cosas y el resto de sus compañeros alistándose para irse de ahí. Había un ambiente de tristeza y resignación. Iwaizumi se acercó a su mejor amigo, quien mantenía la cabeza gacha.
"¿Estás bien?" Le preguntó el as de Seijoh.
"Sí." Oikawa respondió sin mirarlo. Pasaron unos segundos cuando volvió a hablar. "No, la verdad no..." Lanzó un suspiro con resignación. "Me siento tan frustrado."
"Vamos al gimnasio a practicar box. Nos servirá para liberar frustración."
"Es un buen plan." Dijo el capitán con una pequeña sonrisa. "Gracias, Iwa-chan."
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Karasuno, con una gran alegría por su triunfo, estaban ordenando sus cosas para también poder retirarse después de quedarse unas horas más en el lugar viendo otros partidos. Mientras partían, Yamaguchi comenzó a hablar algo temeroso.
"Kageyama, ¿tienes una buena relación con Seijoh?" Varios escucharon la pregunta, y voltearon a ver al pelinegro, esperando por su respuesta.
"Normal..." Dijo secamente, sin querer hablar más del asunto. La mayoría decidió no ahondar en el tema, excepto un par de muchachos de segundo.
"Ni te atrevas a ir a esa reunión que te invitaron." Advirtió con seriedad Tanaka.
"Estoy de acuerdo con Ryu. No tienes nada que hacer ahí, y si Oikawa estará puede hasta ser peligroso."
"¡Exacto! Ese tipo es un psicótico."
Kageyama se sentía impotente. Quería defender a su pareja, decirles que no era malo, ni tampoco un psicótico... pero hacer eso implicaba dejar expuesta su relación con él. Al ver las reacciones ante una simple reunión donde casualmente estaría Tooru, no quería ni pensar en como reaccionarían si supieran toda la verdad. Pero lo que más le molestaba era esa agobiante y agotadora preocupación que tenían por él ¿Por qué sentía que lo trataban como un niño pequeño? ¿O tal vez pensaban que era demasiado estúpido como para cuidarse solo? ¿Por qué de repente le estaban restringiendo las pocas amistades que podría tener?
Permaneció en silencio, e intentó ignorarlos mientras seguían hablando mal de su novio. Ya en el bus que los llevaría a la escuela, el pelinegro se aisló en uno de los asientos del fondo, poniéndose auriculares para escuchar una de las pistas que le había descargado Oikawa. Miraba su celular de vez en cuando para ver si había llegado algún mensaje del chico de Seijoh, pero cada vez veía con decepción que no había ninguna notificación.
El resto del equipo veía con cierta curiosidad al menor por sus acciones, mientras Hinata, que creía entender el por qué de la lejanía del muchacho, se decidió a ir junto a su amigo para hablar con él y acompañarlo. Sin embargo, fue detenido por Sawamura.
"Se ve molesto, es mejor dejarlo solo."
"No pienso que sea lo mejor." Le respondió con seriedad el pelinaranja, la misma seriedad que de vez en cuando manifestaba cuando sentía que la gente lo menospreciaba en el volley y se determinaba a cambiar su parecer. Siguió su camino hasta el armador frente a las miradas impactadas del resto del equipo. Una vez que llegó, vio que el pelinegro miraba por la ventana con una expresión que lucía como aburrida, pero él podía distinguir que había una mezcla entre tristeza, frustración y enojo en ella. Se sentó a su lado, atrayendo la atención del otro joven. Hinata sonrió suavemente como respuesta, para que después Kageyama se quitara los audífonos mientras mantenía su vista gacha. "Te molesta que hablen así de él, ¿cierto?" Murmuró Hinata viendo sutilmente al resto para asegurarse que no los estuviesen escuchando.
"Me estoy comenzando a acostumbrar..." El pelinegro le respondió ofuscado sin querer entrar en detalles, pero rápidamente fue relajando sus facciones al revisar nuevamente su celular. "Quiero saber cómo está..."
"¿No van a verse hoy?"
"No creo, se veía muy afectado cuando salió de la cancha. Quedamos en que no forzaríamos a quien perdiera... Pero esperaba que me mandara algún mensaje al menos..." Dijo el armador reduciendo su voz progresivamente mientras sentía más y más vergüenza.
"Ah, por eso has estado viendo tu celular a cada rato." Le respondió un pícaro Hinata, haciendo que el pelinegro se frustrara todavía más. "Así que igual puedes ser tierno cuando quieres..." Terminó de forma burlesca mientras las mejillas del otro terminaban de explotar.
"¡Hinata idiota! ¡Cállate!"
"¡Jajaja! ¡Estás todo rojo!"
"¡Cierra tu maldita boca!"
Los gritos llamaron la atención de los otros miembros del equipo, quienes se voltearon para encontrar a Tobio completamente sonrojado zamarreando a Shoyo del cuello de su chaqueta, mientras que este no paraba de reírse de él. De pronto, el extraño comportamiento del pelinegro había desaparecido, y en su lugar estaba jugueteando como siempre con su compañero. No tenían ni la más mínima idea de que hizo Hinata para lograr aquello, pero reforzaba lo cercanos que se estaban volviendo. Varios de ellos dejaron de mirar a los muchachos de primero para luego compartir una mirada de complicidad. Todos coincidían en que la cercanía era clara, sin embargo, desconocían la naturaleza real de ella. En cierta forma, era como la crónica de una muerte anunciada, donde algunos después de molestar al pelinaranja por una supuesta atracción romántica hacia el armador comenzaron a pensar que la posibilidad era menos descabellada cada día, mientras otros se convencían aun más de que había algo entre ellos.