- Esto es estúpido, admítelo de una buena vez - Mencionó el senin ante el rostro inexpresivo de Orochimaru.
- Recuérdame que estamos debatiendo, no tengo todo el tiempo del mundo para ti.
- Admite que me salvaste porque me amas, no hay de otra - La traviesa sonrisa rivalizó con la mirada asesina del otro.
- No, no te amo - Volteó su cuerpo, no iba a vislumbrarlo siendo un total idiota.
- Entonces, ¿Cuáles fueron tus motivos? - Jiraiya ya estaba sentado, con una pierna semi levantada, el brazo apoyado en su rodilla y la palma cubriendo sus mejillas - Nunca fuiste el tipo de persona que hace caridades por otros, menos si dicha caridad involucra tu propia vida en peligro.
Se oyó el suspiro de la serpiente, más que eso pareció un siseo de molestia. Debió suponer que su ex novio sabría su debilidad, o más bien, no tuvo que haberlo subestimado. ¿Salvarlo del mar profundo? ¿Qué estaba pensando? Cierto, lo supo en el mismo instante que recibió el aviso: "Jiraiya va a pelear con sus antiguos alumnos, ya sabes el sitio" de parte de un anónimo. Pensó en aquel momento ignorarlo, pero las punzadas de su corazón prohibieron a sus pies mantener el tiempo parado.
De pronto, estaba alistando sus cosas, viendo si tenía todo, checando el panorama y pensando estrategias en voz alta ante la mirada acusatoria de Kabuto. Si... pudo haberlo dejado pasar, pero el amor que tanto se encargó de ocultar desde la fatídica noche de su deserción tras sus experimentos, siendo revelados ante la autoridad... dicho cariño jamás se fue, estuvo palpable en menor o mayor medida, influenciado por los actos de Jiraiya en cada encuentro obtenido.
Lo amaba.
No, más bien lo ama. Lo de ahora es un tiempo presente, cargado de asqueroso orgullo cuyo antídoto son las palabras provocativas del hombre cuyo ser robó la calma del sereno.
- No tienes pruebas - Fue lo que dijo antes de marcharse, dejándolo con una sonrisa boba en sus labios.
Solo miró la puerta ya cerrada tras la ausencia de Orochimaru.
- SI esta es la oportunidad que deseché para hacerte volver al lado de bien, pienso tomarla. He aprendido un poco de la terquedad de Naruto, si él se empecina en tener a Sasuke, ¿Qué me impide a mi tener a Orochimaru? La prueba está aunque sea tacita. Él me ama aun y yo jamás he podido decirle un adiós eterno.
- Esto es estúpido, admítelo de una buena vez - Mencionó el senin ante el rostro inexpresivo de Orochimaru.
- Recuérdame que estamos debatiendo, no tengo todo el tiempo del mundo para ti.
- Admite que me salvaste porque me amas, no hay de otra - La traviesa sonrisa rivalizó con la mirada asesina del otro.
- No, no te amo - Volteó su cuerpo, no iba a vislumbrarlo siendo un total idiota.
- Entonces, ¿Cuáles fueron tus motivos? - Jiraiya ya estaba sentado, con una pierna semi levantada, el brazo apoyado en su rodilla y la palma cubriendo sus mejillas - Nunca fuiste el tipo de persona que hace caridades por otros, menos si dicha caridad involucra tu propia vida en peligro.