Cap. 7: El tiempo pasó para mí...
— ¡Felicidades Mikey! — Los ojos brillosos de Gerard eran su mayor gratificación, la abuela los miraba desde lejos, Gerard sostenía con orgullo el reconocimiento dado a Mikey — Eres un hermano para presumir.
— Deberías de dar tu mayor esfuerzo, como Mikey, Gee. — Un reproche teñido de amor — No entiendo, si eras tan bueno, no ser por qué...
— La escuela no es para mí, abuela, te dije que quería dejarla.
— Por favor, no peleen hoy — Mikey se abrazó a Gee, le susurró al oído — Tú sí eres un hermano para presumir.
— Bien — Gee nervioso, tomó su saquito viejo entre manos y una gorra para el frío — Regreso al anochecer.
— ¿A dónde vas? — Cuestionaron la abuela y el hermano menor, habían pensado que podrían pasar el resto de la tarde juntos.
— Por ahí...— Apenas al cerrar la puerta gritó — Regreso al anochecer.
Gerard siguió con pasos directos, ahora ya no era un niño; la vida le había cambiado, el tiempo pasaba de una forma cruel. Salió de casa y caminó hacia un antiguo negocio. Entró "al bar", saludó a algunas personas, chocó con otras, tantas que ni siquiera notó rostros, un estremecimiento de repente, un hombre sólo un poco más alto que él, le miraba desde una de las mesas.
—Otro de "esos" — pensó.
Por el pueblo había muchos "de ellos" y difícilmente se daban a notar, tan temerosos de ser descubiertos y juzgados, que con mirar se conformaban. Gee les detestaba; luego llegaron más hombres junto a aquel extraño, diferentes todos, pero con algo de similitud a aquel sujeto que le miraba.
Hubo bromas gritos y él pudo seguir con su trabajo, hacía muchos años que había abandonado el negocio de las cajas... desde que el dueño del lugar descubrió lo buen mozo que era, desde que los quilos de más le abandonaron por falta de dinero y desde que dio a notar que tenía talento para "otras cosas".
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Sus ojos de gato se reflejaban en el cristal, los árboles y sus sombras, ya había estado en ese sitio antes, un mal recuerdo, no se había despedido "aquella vez". Al final los esfuerzos y los escapes habían servido de nada, recordaba a cada momento su última noche de libertad.
Y ahora, siguiendo órdenes de nuevo, decidía callar a disgusto, viajar y malacostumbrarse al silencio, otra vez.
— No te vez muy animado — Murmuró un chico de rizos a su lado —
— Nunca me anima demasiado esto, el estar con ustedes — Contestó cortante y se puso de pie. — Nunca me va a gustar esta porquería.
Caminó con calma hacia su camarote, los otros dos sujetos, "sus compañeros" le miraron alejarse, se encogieron de hombros,
— Seguro odia este lugar porque aquí le atrapamos siempre ¿No?
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En cuanto la puerta se azotó, la abuela cayó llorando en el sillón, el dinero que tenían nunca fue mucho, hoy de vez en cuando les sobraba un poco para uno que otro gusto... pero...
Ideas equivocadas...
— Mickey ¿Qué le ocurrió a tu hermano? — Cuestionó la abuela a su nieto rubio — Esto es todos los días... va a llegar oliendo a alcohol, de madrugada, Mickey ¿Por qué se Gee a cambiado tanto?
— "Gee trabaja para nosotros abuela" Gerard es bueno, abuela — Mikey mordió su labio inferior, Gerard tenía sus secretos — " Es tan magnifico y bueno"
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En cuanto llegaron al pueblo decidieron inspeccionar; buscar "al hombre" pero encontraron a sus amantes, sus compañeros.
Mataron a todos.
Alimentarse de algo bueno, procedieron a buscar alimento.
Dean recordó... un lugar para tener una buena cena, Robert, Marshall y Marc le siguieron.
— ¡Este lugar apesta! — Se quejó, Robert, un rubio conservador y critico — Un prostíbulo sería más decente que esto.
— Robert es éste un prostíbulo. — Entonces el rubio se sonrojó
— Robert cállate ya, si sigues gritando nos echarán.
— ¡Cállense los tres! — Dean reprobaba aquella actitud, su mirada era peligrosa. Enojado, adelantó su camino, justó cuando iba a sentarse, chocó con alguien, un olor indescriptible, conocido y casi olvidado.
Aroma antes más cerca de lo fétido, ahora el recuerdo: el olor de la ternura y el amor.
Levanto la vista, allá a lo lejos; con el cabello negro ya más largo, con el cuerpo extraño, tan distinto, se sentó y siguió mirando... y los recuerdos volvieron tan rápido, como si de un soplido todo se hubiese desempolvado.
— "Sigues siendo un niño, la vida tampoco te cambia a ti, el tiempo te pasa de lado".
— Dean ¿A quién vez? — Cuestionó Robert, mientras se sentaba a su lado...
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«. ·°·~*~' De vuelta a ti '~*~·°·. »
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|¤°.¸¸. ·´¯`» Doki Amare Peccavi «´¯`·. ¸¸. °¤|