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Perdido en tu sonrisa por Aphrodita

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Perdón por tardarme tanto en traerles el nuevo capitulo de Perdido en tu sonrisa... Después de tanto tiempo: ¡Tengo monitor!... Aquí va... Se arma el kilombo:

Aphrodita

CAPITULO V:

Mientras el peliazul se bañaba para darle fin al día, pues a la mañana siguiente tendría que trabajar, el Pegasus aprovecho para ir a investigar como se encontraba el peliverde.
En su cuarto, Shun lloraba lo que se había prometido, no lloraría nunca más. Reticente a todo y a todos se negó una y otra vez... Diversas excusas, pero nunca estaba disponible. Fuera de su cuarto, el sabia, que aquellos dos seres que amaban casi con la misma intensidad solo que con distinto amor jugaban a un juego que venían haciéndolo hacia tiempo... Jugaban a amarse, a respetarse y valorarse. Cuanto hipocresía... O eso quería creer Andrómeda, que Seiya jugaba a ser feliz con su niisan... Sin darse cuenta que con los sentimientos no se juega.
Cuanto dolía amarlo, pero aun así no cambiaria la rutina de sentirse terriblemente mal por hacerlo... Llorar las noches... No, no cambiaria eso por nada... Por que ese amor al que se aferraba tanto, tan inútilmente, era lo mejor de lo peor que le había pasado. Tal vez todo había sido un gran error... ¿Pero podía cambiarlo? De todos modos no quería aunque pudiera.
Seiya se mantenía firme e insistente... Le preocupaba su cuñado, sabia que en ese momento estaba llorando, pero lo que no sabia el Pegasus era que su, ahora cuñado, había tomado la sabia decisión de no luchar mas... Sabia decisión, por que sabía lo terco que era luchar contra la necedad de Seiya cuando de Ikki se trataba... No podía luchar contra la siempre presente figura, imponente de su niisan. Todo lo que el peliverde construía con lagrimas y sangre, en un segundo, como si de un tifón se tratase, el Phoenix lo destruía todo con una o dos caricias.
Shun salió de su cuarto decidido a hacerle frente a la vida, con su mejor sonrisa impostora se presento en la cocina como “el Shun” de siempre:

--Otouto... Era hora...—Pronuncio Ikki doblando el diario que leía mientras tomaba un café –Hace dos días que estas encerrado... No has comido nada.
--Me sentía engripado—Contesto sin importancia a la vez que colocaba la tetera para calentar el agua.
--¿Y por eso cierras la puerta con llave?—Pregunto situándose en el rol de hermano mayor.
--Quería privacidad—Volvió a contestar Andrómeda con el mismo tono de voz. Comenzó a prepararse el té, no quería preguntar. Quería no querer... Pero la verdad, Seiya aun le importaba tanto como antes, aun más:--Seiya... ¿Donde esta?.
--Fue a trabajar... Han pasado cosas desde tu encierro...—En las palabras del peliazul había cierto reproche.
--Solo estuve dos días...—Se defendió el peliverde... Su niisan exageraba, no había sido tanto tiempo.
--Bueno. Pero lo cierto es que Seiya esta trabajando a tiempo completo... Lunes, miércoles y viernes... Hoy tuvo que ir para cubrir el franco de un compañero—Contó Ikki con cierta... ¿Alegría?
--¿Hasta que hora?—Demonios... Era un problema para Shun, mas intentaba despreocuparse del Pegasus menos lo conseguía.
--Hasta tu entrada en la facultad.—El Phoenix dijo esto y dio un sorbo rápido a su café para terminarlo... Andrómeda recién se sentaba a la mesa con su té.
--¿Te iras niisan?—Pregunto el peliverde, no quería quedarse solo, aunque la presencia de su hermano le producía cierto... Rechazo.

No podía mirarlo a los ojos tan solo de pensar que había hecho el amor con Seiya y ahora ahí, se debatía su corazón y mente entre el amor de su niisan y el amor de su vida... Entre el respeto y lo prohibido, entre el odio y el amor. Decidir si quería ser cuñado o amante ¿Qué demonios era lo que quería? Ni siquiera el mismo Shun lo sabia... Solo quería ser feliz pero aparentemente la felicidad no era para el, o había errado al fijarse en el Pegasus... Si, seguro que era esto ultimo, si es que enamorarse se puede considerar un error.

--Si... Tengo que trabajar.—Respondió el peliazul.

¡Ja!... El mismo discurso de siempre... “Tengo que trabajar”... Si, claro ¿Cómo no?... Analizaba Shun para luego obligarse a dejar de pensar en ellos dos, sabia que seria difícil, sobre todo si tenían que convivir bajo el mismo techo. De alguna manera tenia que conseguirlo... No podía seguir torturándose con aquellos dos que iban y venían; que “si”, que “no”; Te odio, te amo... Estaba harto de siempre lo mismo.

****
Shun fue ese día a la facultad con desgano, a la vuelta sabia se encontraría con Seiya. Mejor era enfrentar ese momento de una buena vez y listo. Camino a paso lento hasta el departamento, disfrutando de una hermosa noche, inconscientemente trataba de retrasar el inevitable encuentro con esos ojos, con esa sonrisa. Llegó a la puerta y busco sus llaves, sin embargo no las necesito por que del otro lado el Pegasus le abría. Un frío saludo y una sencilla pregunta:

--¿Comerás algo Shun?

Andrómeda solo asintió quitándose su mochila para luego arrojarla sobre la cama. Con un amor fraternal, Seiya sirvió la cena para su cuñado.

--¿Mi niisan?—Pregunto sentándose a la mesa para cenar.
--Trabajando.
Que extraño y a la vez conocido sonó eso. Ninguno de los dos acoto nada por unos segundos hasta que la temida e inevitable pregunta se hizo escuchar:
--¿C-Como... Como estas?—Balbuceo el Pegasus nervioso e incomodo.
--Bien.—Fue la seca respuesta.

Cuanto odiaba Seiya eso... Extrañaba la amistad con Shun, extrañaba a su antiguo cuñado. No le gustaba estar en esa situación, mas sabia que era su culpa. Sin preámbulos, pues era la oportunidad para aclarar todo dice.

--Shun... Yo... Quería hablarte.
--Mañana ¿Si?... Hoy tengo sueño—Mintió el peliverde.
--No Shun... Ahora. Necesito saber como estas.—Insistió el morocho.
--Ya te conteste: Bien.—Dijo con cierto fastidio.
--No me huyas...
--No te huyo Seiya...
El clima estaba tenso.
--No seas así Shun... Se que te molesta pero quiero que entiendas que yo...
--Eres un idiota...—Interrumpió Andrómeda. El Pegasus se quedo de piedra—Quieres que entienda que eres un idiota.
--Si amar a tu niisan es ser idiota... Bueno, pues si...—Contesto ofendido.
--Mira Seiya—Nuevamente Shun estaba fastidiado –Si tu quieres seguir en la misma es tu problema...
--Las cosas con Ikki las resuelvo yo... Y el.—Interrumpió dando a entender lo poco que quería que se metiera en ese asunto –Contigo solo quiero aclarar las cosas... ¿Quiero saber como estas?—Finalizo mas tranquilo.
--¿Te importa?—Pregunto Andrómeda con tono hiriente arqueando una ceja.
--Shun... No seas así... No me castigues... Te juro que si pudiera cambiar las cosas, lo haría—Pronuncio Seiya dolido por todo el daño que había causado, arrepentido no se sentía, pues amaba al Phoenix.
--Yo no lo haría...—El peliverde dejando en claro que no se arrepentía de todo lo sucedido—No cambiara un solo segundo contigo.
--Perdón... Se que te estoy lastimando...—Dijo apenado al darse cuenta del dolor de su amigo, pero nada podía hacer por el... No podía amarlo, y sabia que eso era lo que Shun necesitaba para ser feliz... Pero el no podía, no... Y cuanto le dolía eso.
--No me pidas perdón... La culpa la tengo yo por permitir todo... Sabia desde un principio que solo era venganza, y quien mejor que yo... Que soy su otouto ¿No?

Aquellas palabras fueron una daga para el confundido corazón del Pegasus. Quería hacerle entender a su amigo que nunca tuvo intenciones de utilizarlo, pero no sabia que decir... Cada vez que hablaba parecía peor.

--Perdón Shun... Yo, no lo sabia...
--¿No sabias que yo te amaba?—Había cierto enojo en las palabras del peliverde –Seiya ¿Me dirás que no te dabas cuenta de?... ¿De que todo lo que hacia, lo hacia por ti?.
--Yo...
--Igual no te preocupes—Interrumpió Andrómeda –Nos soy masoquista como tu... A mi no me agrada que me lastimen, por lo tanto, no se como, pero me olvidare de ti.
Aquello fue un golpe bajo para Seiya.
--No digas esas cosas...—Pidió el Pegasus dolido –Tu niisan cambio...
--¡Ja!...—Soltó una risa irónica--¿Cuántas veces ya, ha cambiado mi niisan?
Haciendo caso omiso al veraz comentario continuo hablando:
--Me prometió que de ahora en mas hará las cosas como corresponden...
--¿Cuántas veces ya, te prometió eso mi niisan?.
--Shun... Créeme, lo conozco a Ikki y se que hablaba en serio. Cuando vino a hablarme llego llorando, pidiéndome el perdón...—Contó asombrado --Nunca lo había visto así. Hablaba muy en serio. Además, me eligió a mi.—Finalizo triunfante.
--¿A ti y a cuantos mas?
Aquello había sido suficiente
--¡Shun ya basta!... Estoy tratando de hacerte entender que...—Pero Seiya se censuro de golpe, sin embargo su amigo concluyo la idea:
--¿Hacerme entender que todo sigue igual?... ¿Que mi lugar es y será siempre el de hermano y cuñado?... Pues si, Seiya... No se si no lo has notado: jamás luche por ti como realmente debi hacerlo... Siempre, durante estos años vivi ocupando el lugar que me corresponde: Como cuñado. No me vengas a decir, ahora, como quedaran las cosas...—Finalizo realmente molesto para luego levantarse de la silla.
--Shun, espera...—Lo freno Seiya –No pueden quedar las cosas así... Tenemos que arreglar este asunto.
--No hay nada que arreglar Seiya. Sigamos con todo este circo, con toda esta farsa. Tu: el novio complaciente y cornudo... Ikki: el hermano ausente y amante ocasional... Y yo: el estúpido enamorado... Cuñado y hermano...
Nunca lo había visto a Shun tan enojado, sin embargo el asombro dio paso para el enojo: Entre dolido y molesto, el Pegasus exalto su voz:
--¡¿Y te crees que para mi todo es fácil?!... ¿¡Te piensas que yo busque esto!?... ¿¡Que busque enamorarme de un bastardo y tener como cuñado a un ángel!?... ¡¡NO!!... ¡Yo no quería esto en mi vida!... ¡Nunca busque lastimarte, nunca busque lastimar a nadie!... Menos a ti Shun... Solo... Solo quiero ser feliz...—Finalizo triste.
Las palabras en ves de molestar u ofender le provocaron a Andrómeda cierta ternura, la forma en que dijo aquello. Una pequeña sonrisa surco su rostro.
--Seiya...—La voz del peliverde era tranquila –Dejemos que todo siga su curso... Al fin y al cabo los dos sabemos en que terminara esto...

Seiya comprendió perfectamente a lo que se refería su amigo. En algún determinado momento todo volvería a ser lo mismo... La falsa felicidad duraría poco: Ikki volvería a sus andanzas, lagrimas, enojos, reproches y perdones... En su interior, aunque no quiso reconocerlo, el Pegasus lo sabia.
Shun continuo hablando:

--Esta en ti seguir con lo mismo. Yo por mi cuenta tratare de ser feliz... Solo; si es necesario, pero lo intentare.
--Yo... Mi problema... Bueno, no es un problema... Pero tus sentimientos... Eeeh...—Le costaba a Seiya preguntarle... No quería sonar frío e indiferente a los sentimientos de su amigo, pero necesitaba saber si algún día dejaría de sentir lo que sentía: Que tan fuerte era su amor.
--No te preocupes Seiya...—Adivino Andrómeda –Ikki es mi niisan y jamás, por mas que crea que es un bastardo, me interpondría en su felicidad, no después de todo lo que hizo por mi.
--Es... Algo muy noble de tu parte...—No sabia los motivos, pero una rebelde lagrima se escurría por su mejilla.

Shun camino con paso lento y firme hasta el lugar donde estaba de pie su morocho amigo, levantándole la barbilla descubrió que cerraba fuertemente los ojos. Con las yema de sus dedos seco aquella lagrima.
Por la puerta alguien entraba, era Ikki quien supuestamente volvía de “trabajar”. Al verlo ambos se distanciaron prudencialmente y se quedaron en silencio, sin embargo sus rostros hablaban por si mismos... No podían ocultar la angustia.

--¿Qué sucede?—Pregunto el Phoenix al ver la extraña actitud de aquellos dos.
Ambos negaron con su cabeza indicando que nada había pasado. El peliazul escudriñó la mirada y dejo su saco sobre el sillón.—Están raros... ¿Pelearon?—Pregunto con tono de reproche.
--No niisan ¿Por que motivos vamos a pelearnos?—Respondió Andrómeda.
Nuevamente Seiya ocultaba su vista.
--¿Comerás algo amor?—Pregunto el Pegasus casi en un susurro.
--Si.—Respondió sin seguir insistiendo.

Sin embargo esa sensación no lo abandonaba... La sensación de que “algo” entre ellos dos había pasado... Y el no saber, el mantenerse ajeno, lo enloquecía. No era que Ikki suponía que ellos dos se habían acostado... No era adivino, además se podría decir que tenia cierta inocencia con respecto a eso: Por su mente en ningún momento se le cruzo la idea de su otouto con Seiya. Pero sin duda algo le ocultaban: Shun encerrándose, Seiya reticente de a ratos... ¿¡Que pasaba en esa casa!?

***
La rutina, el circo, la farsa continuo. Con el tiempo los sentimientos se aquietaban aunque estaban ahí, siempre presentes. Ikki cumplió el primer tiempo, luego de una semana volvió a ser el mismo de siempre. La relación entre Seiya y Shun era forzadamente pasable. El Pegasus harto de todo, de extrañar a su amigo, lo busco una mañana para tomar el te. Depositando un fraternal beso en su frente lo despertó. Aquello provoco una sincera sonrisa en Andrómeda, notaba el esfuerzo de su amigo por que todo volviera a ser como antes, y a decir verdad, el peliverde también extrañaba aquello, por lo que se levanto dispuesto a no “castigarlo” mas con su indiferencia.
Mientras el morocho preparaba el desayuno con extrema felicidad, Shun no podía quitar la vista de aquel cuerpo que en una noche de locura fue suyo, su preciada posesión. Cuanto lo deseaba. Por un momento la idea surco su mente, pero con la misma rapidez con la que surgió Andrómeda desistió... Pero ¿Qué tan malo seria ocupar el lugar de amante?. Aun así, no lo seria. El peliverde no era así.
Seiya, por su lado, observaba la hermosa sonrisa que ese día portaba su amigo... Tantas ganas tenia de abrazarlo, pero no... Seria jugar con sus sentimientos. Se sintió feliz de ver a Andrómeda con mejor animo. Las palabras del peliverde, aquellos días, aun seguían dando vuelta en su cabeza, y el Pegasus quería que allí se quedaran... Pues era mas que reconfortante sentir que en el mundo había alguien que pensaba así de el... Lo hacia sentirse menos solo, menos desprotegido.

Era un día particularmente frío, si se tenia en cuenta que ya había llegado el verano. Los dos amigos en silencio disfrutaban de la mutua compañía, de vez en cuando Seiya daba una ojeada a la ventana de la cocina que tenia frente suyo, daba a una calle poco transitada pero bien vistosa. Shun, por su lado solo observaba su taza de te, sosteniéndola con ambas manos, sintiendo el calor hasta el punto del dolor. Había algo raro en todo aquello... Tal vez la sensación de ocultar un gran secreto, pero a diferencia de lo que suponían, ninguno de los dos se sentía mal o arrepentido de lo sucedido, es mas... Era extrañamente reconfortante la sensación de poseer un gran secreto que solo ellos dos conocían... Sentían que tenían un tesoro compartido. Ante esta idea el Pegasus sonrió mientras que Andrómeda se sonrojaba.
Aparentemente iba a ser un buen día, de echo ya tenían planes. A pesar de ser planes sencillos, era para ambos, gratificante sentarse juntos a mirar una película. Cuanto extrañaban esos momentos, esos acercamientos. Si... Sin duda se habían extrañado.
Fue raro el reencuentro... Como reconocerse nuevamente. Pero sentados en los sillones una simple broma por parte del morocho fue motivo suficiente para comenzar una lucha por demás divertida... Y así, entre carcajadas y miradas se volvieron a encontrar. Sin embargo, inevitablemente no era lo mismo... Eso noto Seiya cuando al intentar darle un almohadazo por la cabeza, sin poder contenerse el peliverde lo toma de la cintura atrayéndolo hacia su cuerpo. Aquel contacto fue placentero pero prohibido, y no llego mas lejos... Todo quedo ahí, en el aire, flotando.
El Pegasus estaba feliz, realmente lo era. Todo volvía a la normalidad, eso quería ver el... El amor de su vida lo correspondía en totalidad, solamente a el... Ikki lo había elegido a el, en lugar de Shaka, y eso si que era amor. Por otro lado volvía a recuperar a su lindo cuñado, a quien, inevitablemente con el tiempo lo había reconocido como a su mejor amigo. El trabajo perfecto, los estudios... Bueno, los estudios mas adelante los retomaría. Todo esto le hacia sentir al morocho que la vida le sonreía como nunca antes.
Por su lado Shun sentía a su alma llorar lagrimas de sangre. La imagen de Seiya le dolía, mas aun cuando estaba en los brazos del ser que mas admiraba: Su niisan... Admiraba, tiempo pasado... Pues todo lo que había echo, lo que había demostrado... Andrómeda se decepciono realmente de el, aun así era Ikki... Su niisan. Y el ahí, entre medio de esos dos seres que amaba con devoción. Metido entre medio de ellos dos... había perdido su identidad. Peor no se podía sentir, pero sin embargo Seiya sonreía... sonreía y se lo veía feliz... ¿Que mas quería Andrómeda que verlo así?... Hacia mucho tiempo que no disfrutaba de esas sonrisas sinceras de niño que portaba el Pegasus. Su corazón dolido, por ese instante brillo con el consuelo de: “Es feliz”... El peliverde creia que le dolía menos el alma cuando su morocho amigo estaba realmente bien.
Pero no todo seria color de rosas para Seiya, Shun ya se lo esperaba... Esperaba algo así, aunque a decir verdad se sorprendió.
habían terminado de almorzar y Andrómeda a duras penas había convencido a su amigo de que lo acompañara a caminar un poco... Para salir del encierro, pues el Pegasus mas que a trabajar no salía a ningún lado. Pero sin embargo la salida se vio interrumpida por una visita inesperada... Mas que inesperada.
El timbre sonó:

--¿Esperamos visitas?—Pregunto el morocho dirigiéndose a su amigo. Ambos preparándose para ir a caminar.
--Que yo sepa... No. Salvo que sea... Shiryu o Hyoga.—Respondió el peliverde tratando de acelerar el trabajo que le costaba ponerse las zapatilla, para abrir cuanto antes la puerta.
--Es cierto... Son los únicos dos que vendrían sin avisar...—Reconoció Seiya alcanzándole las llaves a su cuñado para que abriera la puerta -- Shiryu puede ser... Hyoga se fue a Siberia.
--¿¡Se fue a Siberia y yo ni enterado!?—Se ofendió Andrómeda --¡Nunca me tienen en cuenta!—Dijo esto para luego preguntar quien era.
--No te enojes... Ninguno lo sabíamos, se fue sin aviso por...—Pero se interrumpió al ver la extraña actitud del peliverde--¿Quién es?... Shun, abre la puerta—Ordeno entre asombrado y divertido de ver a su amigo parado frente a la puerta sin mover un músculo.
--Es... Es—Shun volteo para quedar frente a su cuñado—Es Shaka...—Susurro débilmente.
Eso si que lo había sorprendido... ¿Qué hacia Virgo ahí?
--Shun... Ya te escuchó... Abre la puerta—Concedió Seiya el permiso que Andrómeda necesitaba para hacer pasar al rubio.

Por la puerta ingresó un hermoso Shaka jamás visto, traía puesto un pantalón de vestir color marrón clarito que le sentaba muy bien a sus largas piernas y su trasero pequeño pero completamente deseable. Luego de quitarse la campera se pudo apreciar una camisa blanca de excelente calidad que le quedaba exquisitamente bien a su cintura tan finamente femenina. Con razón Seiya tenia complejo de inferioridad.
En completo silencio, el Pegasus observaba cada movimiento de Virgo mientras que este lo miraba con extrema seriedad; Shun luego de aceptar la campera, trata de demostrarle lo poco bienvenido que era en esa casa:

--¿A que has venido Shaka?... Ya nos íbamos...—Aclaro para que el rubio no se acomodara demasiado.
--Tranquilo, no tengo pensado quedarme demasiado...
--¿Qué quieres acá?—Pregunto el morocho con cierto enojo en sus palabras.
--Corroborar si mis sospechas eran ciertas... Y ahora que ya las corrobore, bueno... Vine a hablar contigo.—Dijo Shaka aun de pie junto a la puerta.
--Yo no tengo nada que hablar contigo...—Le espeto molesto Seiya.
Andrómeda no intervenía para nada, los tres se encontraban en el mismo espacio físico.
--Se que mi presencia es una amenaza para ti...—Dijo Virgo entrecerrando sus ojos—Y no lo puedo creer que tu lo seas para mi...—Finalizo resaltando el “tu”.
--¿A dónde quieres llegar con todo esto?—Pregunto el Pegasus mas tranquilo.
--Vine a hacerte un par de preguntas y me gustaría que seas sincero...—El rubio giro su vista para depositarla en el peliverde.
--Bueno... ¿Qué quieres saber?—Concedió el morocho con una mano en su cintura demostrando lo poco cómodo que se sentía.
Shaka jugaba nervioso con su lengua, tomando aire pregunto:
--Tu... Tu y... Tu y el Phoenix... ¿Son algo mas que amigos?—Luego tosió nervioso.

Si la situación hubiera sido otra, Shun y el morocho se estaría descostillando de la risa a mas no poder, revolcados en el suelo... Pero no, a decir verdad aquello los desarmo. Seiya lanzo una risita ahogada un tanto irónica.

--¿Me lo preguntas en serio?...—Pregunto Seiya incrédulo y enojado --Shaka me estas cargando...
--Si no me hubiese venido a vivir a Japón por Ikki, te juro que no estaría aquí preguntándote esto.
--Hace mas de un año y medio... Ya casi dos...—Exclamo el Pegasus con cierta gracia cínica.
--No... Si es un hijo de puta...—Exclamo el rubio tomándose la cabeza, parecía que en cualquier momento perdería la compostura.
--¿Me vas a decir que no lo sabias?—Pregunto el Pegasus incrédulo.
--Es una basura... ¡¿Cómo pude ser tan ciego?!... ¿¡Cómo pude ser tan estúpido!?—Shaka, para sorpresa de los otros dos comenzó a llorar.
--Siéntate...—Le ofreció el Pegasus casi ordenando.
--Y yo... Tan iluso... Claro, como no si...—Comenzó a hablar Virgo consigo mismo mientras se sentaba rendido.
Shun le alcanzo un vaso con agua y casi susurrando dijo:
--Yo... Mejor los dejo solos.
--No, Shun... Quédate...—Pidió el morocho sin quitarle la vista al rubio.
Andrómeda se quedo sintiéndose muy incomodo con la situación.
--Hace un año y medio...—Se reafirmo Shaka --¿Tu vives con el?
--Shaka...—Pronuncio Seiya sin poder creer aun que Virgo no estaba enterado de nada --¿No lo sabias?... ¿No sabias que yo estoy con Ikki?
--Ahora están juntos ¿No?.
El Pegasus afirmo para luego preguntarle.
--¿Tu?... ¿Ikki nunca te contó de lo nuestro?
--Nunca terminamos...—Respondió el rubio molesto --¿¡Como voy a saber de ti si nunca nos separamos!?
Eso si que lo dejo perplejo, no solo al morocho si no también a su amigo.
--¿N-Nunca?
--No Seiya... Nunca... Es mas... ¡Con razón! Cuando yo le hablaba de vivir juntos siempre me esquivaba...
--Hay Shaka—Intervino por primera vez Shun--¿No comenzaste a sospechar cuando dejaste de venir?
--Ikki me dijo que no estaba nunca en su casa, además siempre venia el a visitarme, decía que así era mejor, pues como Shun estaba todo el día aquí no podíamos tener la privacidad que teníamos en mi casa... Yo lo entendí, es mas, por eso comencé a hablarle de vivir juntos...
--¿Y... Y?—Seiya temía preguntar aunque ya sabia la respuesta--¿Y a que hora... En que momentos estaba contigo?.
--Pues... Luego de trabajar, al mediodía almorzábamos juntos y... Después volvía al trabajo hasta las cuatro de la tarde y pasaba el resto del día con migo, a veces también la noche... Nada mas que no se quedaba por Shun... Quería volver para verle... Eso decía.
--¿¡Por Shun!?—Exclamo el Pegasus comenzando a llorar–Nunca le importo si el necesitaba algo o no... Nunca estaba aquí.
--Es una basura...—Shaka también parecía perder la compostura.
--Shaka... Me extraña que siendo tu, no lo hayas notado...—Pronuncio el peliverde.
--No lo se... Tal vez no quería verlo, pero comencé a sospechar... Y quise venir a corroborarlo... Lo encontré a Seiya aquí y...

La cabeza de Virgo iba a mil... El sospechaba que el Phoenix tenia a alguien, pero no se animaba a descubrirlo, harto se dirigió a su casa y se encontró con el Pegasus... Era obvio que no era tan solo una visita. Pero descubrir que no solo Ikki estaba viviendo con el morocho, si no que además estaban juntos desde hacia un año y medio... Ahora le cerraba todo.
Por su lado Seiya también comprendió muchas cosas... El cansancio de Ikki, su ausencia escudado en el “trabajo”, la llamada telefónica que hicieron aquella vez con Shun. Todo ahora tenia sentido, y comprendió que Shaka era también una victima... Pues nunca había terminado la relación con Ikki.

--A mi... A mi Ikki me dijo que habían terminado...—Dijo Seiya luego de un silencio prolongado e incomodo.
--Nunca... Una vez, justamente hace un año y medio estuvimos mal, pero no... Nunca terminamos con la relación... Quiso dejarme y yo pensé que era por otra persona y parece que estaba en lo cierto... Tu sabias de nosotros, todos en la Mansión lo sabían...
--Pues... Si...
recién ahí, Virgo cayo en la cuenta:
--¿Tu comenzaste una relación con Ikki sabiendo que estaba conmigo o el te mintió diciéndote que habíamos terminado?
Tanto el rubio como Shun esperaron la respuesta que el Pegasus hizo rogar.
--Bueno... Heee...—Tosió nerviosamente –Yo... Lo busque por que... Me di cuenta que lo amaba, cuando comenzó contigo sentí que lo perdía...
--Seiya, responde la pregunta que te hice—Exigió Shaka
--Yo, le insistí... Y el me dijo que si... Que había terminado contigo...
Virgo sentía explotar en su interior.
--¿O sea que lo buscaste sabiendo que estaba conmigo?—Pregunto molesto.
--Era un pendejo en ese momento, no sabia lo que hacia...—Se excuso el Pegasus –En la guerra y en el amor todo se vale...—El morocho sentía en ese momento que todo lo que le pasaba se lo tenia bien merecido... Por haber buscado al Phoenix estando con alguien... Y ahora la vida se lo hacia pagar.
--Así que tu... No lo puedo creer... ¿Qué te vio?... Yo, no lo puedo creer—Comenzó a decir Virgo de forma hiriente, no podía creer que Ikki lo cambiara por ese pendejo... No era competencia para su belleza y el lo sabia.
--Le insistí y el me dijo un día que habían terminado, luego comenzamos la relación de una manera mas formal... Pero de todos modos yo sabia interiormente que aun seguía contigo... Shun muchas veces me lo quiso demostrar y yo no lo quería ver... Cuando me enojaba con el por que sospechaba... ¡Claro! ¡Que estúpido! ¿Quién tiene que trabajar de noche en una oficina?... Si las oficinas cierran—Finalizo el morocho para si mismo.
--Ya se lo que paso...—Comenzó el rubio—Seguro que estaba caliente contigo, te tenia ganas... Veras que una vez que se quite esas ganas volverá conmigo...—Shaka quería creerse que lo de Ikki y Seiya solo era una aventura pasajera, que el Pegasus lo había provocado.
--No hace falta...—Le dijo Seiya—Yo ya no quiero saber nada más de el...—Finalizo con lagrimas en sus ojos.
--¿Dejaras de interponerte entre nosotros?—Pregunto el rubio con tono de enojo.
--Yo nunca... Bueno, si me interpuso en tu camino una vez, pero esto no lo soporto... Es la ultima que Ikki me hace.
--Es una basura...—Pronuncio Shaka.

Interiormente todo era contradictorio: Lo amaba a Ikki pero en ese momento quería matarlo. Para Virgo todo era mas difícil ya que el no estaba enterado de nada, a diferencia de Seiya que pudo digerir mejor la sorpresa.
Shun, a decir verdad, aquello no lo sorprendía. Ya nada le sorprendía, podía esperar cualquier cosa de su niisan. Veía la lucha interna que tenia Shaka consigo mismo... Que ciego te puede volver el amor, aunque la prueba la tengas frente a ti, si no quieres ver, no veras nada.
Andrómeda observaba a Seiya como corroboraba una vez mas la clase de hombre que tenia al lado... Tal vez eso era lo que necesitaba para tomar coraje y dejarlo de una buena vez al peliazul.

--Voy a matarlo...—Comenzó a susurrar el rubio negando con su cabeza, las lagrimas surgían solas... No era cierto, el lo sabia. Ikki le podía, y no tendría las fuerzas suficientes para golpearlo como quería... Aquella situación lo devastaba.
--Yo te ayudo...—Acoto Seiya lanzando una risita melancólica.

Que hábil había sido Ikki todo ese tiempo, había echo las cosas de una manera tan perfecta que el quedaba siempre bien frente a los demás. Pero ahora toda la mentira había finalizado, todo había sido descubierto... Sus dos amantes hablando y corroborando las mentiras.
A medida que Seiya y Shaka se preguntaba y contestaban sobre hechos, momentos, situaciones, días... Mas horrorizados quedaban de lo estúpidos e inocentes que habían sido todo ese tiempo. No podían creer que tan lejos llegaban las mentiras del Phoenix y que tan elaboradas y perfectas eran.
Pasaron unas horas, hasta que el ruido metálico de las llaves se hizo escuchar... El único que faltaba era Ikki. Shaka que se encontraba de pie contra la pared comenzó a temblar de la bronca, Seiya se pudo de pie y llego a la puerta. El Phoenix entro sin ver que Virgo se encontraba allí.

--Hola amor... Hoy salí temprano para estar contigo...—Dijo falsamente con ternura, a lo que el Pegasus le contradijo enojado:
--¿No será por que Shaka no estaba?
--¿Otra vez con tus celos?—Exclamo el peliazul fastidiado y sorprendido de la veracidad, pues Shaka no estaba en su casa ya que el venia de allí. Luego al observar el rostro de Seiya le pregunto: --¿Estuviste llorando?
Pero fue interrumpido por un sorpresivo golpe directo a su boca.
--¡SEIYA QUE CARAJO TE PASA!...
--¡ERES UNA MIERDA!—Comenzó a insultar el Pegasus, nunca nadie lo había visto tan desencajado, no paraba de maldecir y gritar un sin fin de repertorios ofensivos.

Ikki tomo a su koibito de los brazos para evitar mas golpes cuando nota la presencia de Shaka que aparece de improviso. El Phoenix se quedo petrificado. Cayó en la cuenta de que la mentira había llegado a su fin...

FIN del capitulo... Gracias por leer.

Ya se que prometí terminarlo, pero bué... Se retraso el asunto. Yo le calculo que falta una parte mas y ya esta, a lo sumo otra para redondear la idea, lo que sucede es que al hacerlo por capítulos uno se distiende mas y alarga las cosas... ya saben, explicas mas los sentimientos y eso. Pero tengo que fe que ya terminara, pues no queda mucho por contar. Volveré cuando finalice el fic dedicado a Alejandra sobre Shun x Shaka, en realidad se los prometí a un montón de personas, así que tendré que ponerme las pilas con eso... Si o si, no puedo fallar, demasiado que prometo y nada cumplo *_*.

Gracias sinceramente por aguantarme. Son encantadores y por eso miles de rosas a todos!!!.

Comentarios que quiero saber que opinan de este fic, ya saben... Seiya no es muy aceptado que digamos, además de cómo lo hice a Ikki y como queda Shun en la historia, ni hablar de Shaka... por eso, díganme que opinan, sin temor.

exclamaciondeathena@hotmail.com

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