Capítulo 2
Draco, permanecía encerrado en su celda, esperando el juicio por revelar el secreto de los vampiros, su existencia, la fragilidad que hay entre permanecer en la tierra, como humanos aparentemente y lo otro, de ser bebedores de sangre cuando enloquecen.
Pansy sabía que él todavía vivía, que podrían buscarle, hizo algo muy estúpido... nadie le creería, aunque sólo en esa tumba está el cajón, no mi cuerpo...
Si que estoy en problemas... graves problemas...
Harry supo que capturaron a Draco y se fue a buscarlo, para presencia su juicio.
Sabía que si convencía a Magdalena cabía conservar la esperanza de que viviera
Pensar que hace un año, mi vida no tenía significado alguno, todo era tener en mente que iba a morir y debía apresurarme en todo, estudiar, trabajar, casarme y morir, era todo lo que me deparaba, pero, apareció Harry, irrumpiendo en mi salón de clases, bebiendo mi sangre, luego me conviertió, cuando creyó que moriría... todo ha pasado tan rápido... tal vez conseguí escapar por un año, una pequeña huida, ahora, el castigo que debo aceptar...
Pensar que un día lo tuve todo, ahora arriesgo hasta esta existencia artificial...
-¿Cómo estás?- pregunta el pelinegro que se afirmaba en los barrotes de fierro.
-¿Qué haces aquí?- pregunta el rubio saliendo de sus pensamientos y acercándose a Harry.
-Vine por ti, estaré en el juicio, ¿recuerdas la promesa?, sólo yo puedo matarte.
-La recuerdo, pero si no puedes impedir que lo hagan, que me sentencien a muerte...
-Lo haré, cree en mi.
Esta piel fría,
es dura, impenetrable,
fuerte, resistente,
pero, fría...
Extraño la calidez,
extraño el sentirme vivo,
el respirar aceleradamente,
el al menos esconder mis emociones.
Ahora todo se reduce a cenizas,
a mis acciones,
ni siquiera mis pecados,
seré juzgado por mi error...
-Cree en mi- le repite el moreno.
Draco sólo lo vio a los ojos y pudo detectar que sus palabras eran sinceras, haría cuanto pudiese para salvarlo...
Magdalena, Albus y Antoine, estaban en sus respectivos puestos, esperando la llegada del imputado y su creador.
Draco es sacado de la celda por la fuerza y llevado ante los ancianos...
Magdalena, quedó altamente impactada cuando Draco entró en la sala... se parecía tanto a él... al humano, al vampiro que aún amaba...
-¿Qué sucede Magdalena?- pregunta Dumbledore extrañado de que la mujer no viera al acusado a los ojos.
-Nada, Albus, no pasa nada- alza la vista- comencemos con el juicio contra el neófito Draco Lucius Malfoy Black- pausa- ¿cuáles son los cargos?
-Revelación sobre la existencia de los vampiros- dice Antoine.
-Eso es muy grave, yo diría que más grave que el caso Zabini/Weasley- dice el anciano.
-Sr, si me permite una palabra, en defensa de los hechos que acusan a mi discípulo- interviene Harry- quiero decir que no fue a propósito, fue un encuentro casual, él estaba cazando, cuando su esposa lo reconoció... además ya me he encargado de ella, le he borrado la memoria.
-¿Alguien más los vio a ellos?- pregunta la mujer.
-Nadie más Srta, Magdalena, ella no alcanzó a decirle a nadie sobre nuestro secreto, así que en virtud de cómo terminó todo, pido que liberen a mi discípulo.
-¿Qué haría Potter si esto vuelve a suceder?, ¿les borraría la memoria de nuevo?- pregunta Magdalena.
-Draco sólo lleva un año convertido, no podemos exigirle que sea tremendamente cuidadoso, todavía está aprendiendo sobre nuestro estilo de vida.
-¿Qué harás Magdalena?- pregunta Antoine- ¿lo perdonarás o lo matarás?
La susodicha guardó silencio por unos momentos... alzó nuevamente la vista.
-Vivirá, no habrá otra oportunidad, a la próxima, yo misma lo mataré- se levanta de la silla y la siguen los dos ancianos.
-Vámonos, Draco- se acerca Harry y se lleva al rubio fuera del lugar... hasta llegar al hotel donde se estaba hospedando.
-¿Por qué me salvaste?- pregunta el rubio luego de sentarse a la orilla de la cama.
-Porque eres mío Draco... porque nadie más puede matarte- le dice el ojiverde sin dejar de mirarlo- porque extrañamente te llevo dentro de mi piel y no puedo concebir una existencia, sea verdadera o falsa, si tú no estás... el día en que tú desaparezcas, también lo haré yo.
-Tú, no digas tantas tonterías... o es que te estás abstiniendo de beber sangre que te terminó por matar todas las neuronas.
-Puedes reírte si quieres, me da lo mismo, jamás había hablado tan en serio.
-Estás loco Potter, completamente loco, ¿lo sabías?- le da un beso.
-¿Te irás?- pregunta al ver que se acercaba a la ventana.
-¿Es verdad que le borraste la mente a Pansy?
-Sí, no tenía otra opción... o si no ambos estaríamos hecho polvo.
-¿Estás seguro que no alcanzó a decir nada?
-Sí, estaba tan paralizada por el miedo, que no fue capaz de abrir la boca, ahora descansa en la mansión, no te preocupes, no le hice daño.
-No me interesa.
-Entonces no preguntarías.
-Cállate, nos vemos.
-¿Adónde vas?
-Quiero estar solo, cuando desee verte, yo mismo vendré- salta por la ventana.
-De todas maneras, te encontraría hasta en el infierno- se recuesta en la cama- creo que aunque viva mil años más, no abrirá su corazón con nadie... qué existencia más vacía y deplorable.
Temblando más allá de los rojos, rojos sueños…
¿Cuántas veces nos habremos rendido a esta fuerte presión?
Esos sentimientos que no tenían donde ir,
comienzan a despertar.
Esa sonrisa perfecta es muy cruel.
Sé que ésta es sólo una existencia distante.
Aunque las heridas ocultas están comiéndose mi corazón,
aún ahora, mientras permanezco en la oscuridad,
no puedo dejar de pensar en ti.
-¿Algún día te arrepentiste Ron de convertir a Blaise?- pregunta para si mismo... tal vez lo amaste demasiado como para cargar con ese castigo tan grande.
Draco, caminaba nuevamente por las calles solitarias, perdido en sus pensamientos... todo le resultaba más extraño, no podía evitar que sus sentimientos se agolparan y lo atormentaran...
Si tuvieses la oportunidad de otorgarle la inmortalidad a alguien, ¿a quién se la darías?...
Que Potter lo encontrara, lo convirtiera a pesar de que corría el riesgo de ser odiado por ello, lo enloquecía... se odiaba a si mismo...
Tal vez debió permitir que lo ejecutaran...
Retomó los pasos, se topó con un lago, se sentó en el pasto... ser vampiro es para siempre, no lo puedes revertir, lo mismo pasa con ser humano...
Pensó en Potter, mucho tiempo, en la posiblidad de quedarse con él, aprender más sobre los secretos de los vampiros y sobrellevar esa transformación, ya que lo pidió...
Observar el agua, lo tranquilizó, y eso le hizo, regresar al hotel donde se hospedaba Harry...
Al entrar, el ojiverde veía por la ventana, sentado al borde del ventanal, observando la luna...
-Decidiste volver... bienvenido Draco- dice y se voltea para ver la figura del ojigris en la puerta.
-Enséñame Potter... enséñame a convertirme en invierno en la piel...
-¿Crees que puedo enseñarte?... ya lo eres.
-No, no lo soy.
-Para mí me basta saber que existes, tendrías que enseñarme cómo continuar si no estás.
-Si yo desaparezco, tú también lo harás, ¿no fue eso lo que me prometiste?
-Te enseñaré todo lo que sé- se acerca y lo abraza- no me arrepiento de haberte convertido, debías ser tú, no otro.
-¿Por qué estás tan seguro?
-Porque sólo contigo he deseado ser humano otra vez... porque me hubiese gustado conocerte antes, cuando podría amarte como se debe.
-Me amas ahora, lo se.
-Es distinto... aunque sé que estás aquí, no hace que mi corazón reviva.
-Pero de igual manera estás temblando... no tendremos corazón, pero eso no significa que no podamos desear a alguien.
Temblando más allá de los rojos, rojos sueños
Cuando nos encontramos,
nuestros destinos comenzaron a cambiar.
Un secreto que nadie, nadie sabe.
Cayendo, cayendo, cayendo..
Ya no podemos volver
No importa cuánto arranquemos estos pecados.
Seguramente…
Seguía cayendo con los pétalos rojo sangre, que cubrían mi tumba... extendía mis manos, para que ese ángel de alas negras y colmillos brillantes me salvara... aunque de sus ojos salían lágrimas de sangre... si te hubiese conocido como humano, Potter, siento que podría haberme enamorado de ti igualmente... si yo fuese vampiro y tú un humano ordinario, no habría reparado en arrastrarte a mi mundo de tormentos y dudas existenciales... te necesito, más de lo que crees... no te vayas.
Seguía soñando, al menos eso pensé, pero cuando toqué tu cuerpo, desnudo, y vi que recién abrías los ojos... me di cuenta que sería capaz de dar cualquier cosa para que siempre fueras la persona con la cual despertara... lo último que viera cuando ayera la noche y lo primero al amanecer...
continuará...