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Simplemente Humano por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

One Piece es propiedad de Eiichiro Oda, si no quien sabe...

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas y otras mil disculpas por mi retraso en mis fics _ _lll la verdad, no se me ocurria como seguir estas contis pero de seguir asi tendria que terminar este fic primero y luego los demas _ _ll intentare hacer lo mejor que pueda, se los prometo QwQ

Un saludo especial para: Julie_chawnCattivaRagazza, yuki_chan, anime-kun, Neko, DarchuBloody_Kat y Temari-swan; especialmente a mi nichan, ReiTa-Sensei, a quien le dedicare este fic n.n/

Sin mas preambulos, les dejo con el cap de hoy:

Zoro se acercó rápidamente hacia donde se encontraba el cocinero, tomándole en sus brazos con toda la delicadeza que podía dada la ocasión. Ahogo un gemido de miedo en su garganta, fijándose más detalladamente en el cocinero y apoyando su oído en su pecho, se dio cuenta de que su corazón ya no latía.

-¡¡SANJI!!- grito aterrado  el espadachín, sin poder creerse lo que veían sus ojos-

Xxxxx

El espadachín tardo solo unos segundos en reaccionar, volviendo a recostar en cuerpo de Sanji en el suelo, intentando reanimarle. Luego de un par de minutos de intentos, sintió como el cocinero tosía fuertemente, volviendo a respirar algo agitado, pero constantemente.

Recargo su cuerpo contra su pecho, al sentirle tiritar de frio, viendo como su cuerpo tenia claras marcas de deshidratación y desnutrición. Su cabello estaba muchísimo más largo de lo habitual, tanto así que podía incluso cubrir por completo su rostro.

Su barba también estaba más espesa, además de que el cuerpo del cocinero estaba aún más ligero que antes, logrando asustarle por ello. Finas lágrimas se deslizaron desde su ojo al ver a su amado en tan deplorable estado, intentando recordar algún indicio que le indicara que era lo que le había ocurrido.

-“yo...yo lo recuerdo, lo recuerdo perfectamente…”-pensó el peli verde desesperado, sin darse cuenta de que el rubio había empezado a abrir sus ojos-“la última vez que lo vi estaba en perfectas condiciones, sin ninguna herida, ni siquiera la de su brazo…”-mordió sus labios con fuerza, forzando a su mente a buscar alguna pista, por mínima que fuera, para poder salvar a su cocinero- “se nota a lenguas que Sanji ha pasado mucha hambre, y ni siquiera yo, que recibí una bolsa de comida más pequeña, acabe en tan malas condiciones …”-sus propios pensamientos le hacían estremecerse de pura y llana  impotencia, sin siquiera sentir que el chico, haciendo uso de su brazo bueno, había correspondido su abrazo-“¿será que le paso lo mismo que a mí y parte de sus provisiones se estropearon? Entonces ¿Por qué no me pidió ayuda?”-su cuerpo comenzó a temblar, entendiendo poco a poco que era lo que pasaba, sin poder acabar de creer la estupidez que Sanji había hecho por el-“¿o será…será que él ya lo sabía y por eso no me lo quiso decir?”-

-ma...marimo…-le llamo el rubio con voz rasposa, escupiendo un poco de sangre por el esfuerzo que hacia al hablar con la garganta seca-¿Qué…Que tú..?-

-Shh calla, cocinero. No sigas hablando-le corto el espadachín, limpiando con suavidad los rastros de sangre de su barbilla-bebe despacio, lo necesitas-comento mientras le acercaba la petaca a la boca, ayudándole a beber pequeños sorbos, frunciendo el ceño al ver sus gestos de dolor-

El espadachín estaba cada vez más asustado, no podía soportar ver al rubio en ese estado. Miro desesperado a su alrededor, hasta que cierto bulto escondido en la pared de roca llamo su atención.

Dejo al cocinero con cuidado en el suelo, acercándose lentamente y tambaleante. Grande fue su sorpresa al encontrar el mismo saco de comida que con el que se había encontrado Sanji, completamente intacto y lleno.

Tomo el saco entre sus manos, sintiéndolo algo más pesado de lo que debería ser y, curioso, lo abrió, viendo con horror al descubrir que su contenido no era más ni menos que una pequeña parte del tesoro que habían ido a recuperar aquella noche de tormenta en la que él había caído al mar.

Y ahí, en ese instante, fue cuando Zoro comprendió todo de sopetón. La actitud de Sanji, su calma, el verdadero motivo de porque le había entregado el saco más pequeño, su estado…y quizás también, la herida de su hombro…

Zoro estaba desesperado, dándose cuenta que de seguir en aquellas condiciones, el cocinero perdería la vida en tan solo un par de horas. Sabía que Sanji era fuerte, muy fuerte, y que era el único calificado en el barco para haber podido soportar aquella situación y en tales condiciones.

Así como sabia de sus fortalezas, también sabia de sus debilidades. Y por ello estaba consciente y tenía más que claro que el rubio era mortal y que su tiempo estaba por acabarse. No solo por la falta de comida, sino que también por la misteriosa herida en su hombro.

Repentinamente diviso en el horizonte una silueta familiar y, dándose cuenta de que aquella era la única oportunidad que tendría para salvar a su rubio y salir de allí, desenfundo una de sus katanas y la alzo sobre su cabeza, ayudándose del reflejo del sol, para llamar la atención de algún tripulante del navío.

Sonrió alegre al ver que habían captado su señal, cargando al rubio con cuidado en uno de sus brazos y, muy a su pesar, anudando la bolsa llena de aquellos tesoros en su faja roja.

Apenas vio que el barco estaba lo suficientemente cerca tomo algo de impulso, valiéndose de sus últimas fuerzas, para sujetarse a la barandilla y subir a cubierta, desfalleciendo casi al instante al ver que, finalmente, tanto el cómo su rubio se encontraban finalmente a salvo.

Despertó algo desorientado, sintiendo bajo su cuerpo el tacto cálido de las sabanas. Abrió sus ojos, enfocando con dificultad el techo de la habitación de las chicas. Aquello era lo más lógico ya que, después de todo, era el único lugar que contaba con camas además de la enfermería.

Intento incorporarse en la cama, viendo como tenia conectado en su brazo una vía de suero y algún que otro medicamento más, y antes de que pudiese sentarse siquiera, la arqueóloga y la navegante entraron en la habitación con un semblante serio e inquieto, pero sonriendo ampliamente al ver al moreno nuevamente consiente.

Ambas se lanzaron a sus brazos, estrechándolo con fuerza sin dejar de reír. El peli verde por su parte correspondió el abrazo, hasta que su cara fue cambiando gradualmente hasta convertirse en una mueca de terror y miedo.

-¿Zoro, que sucede?-se aventuro a preguntar la pelirroja al ver el cambio de semblante que había sufrido su compañero- ¿te duele algo? ¿te sientes bien?- la preocupación dominaba a la chica, nunca había visto al espadachín temblar de ese modo, mostrándose tan vulnerable-

-¿Dónde…donde esta Sanji…?-logro decir el aludido en un susurro, mientras el recuerdo de su rubio y la última vez que le había visto al borde la muerte nublaban su mente…-

Tsusuku (o tal vez no xD)

Notas finales:

Espero les haya gustado y sus rew. Intentare subir el fin de semana o el martes quiza XD cuidense mucho mis lectores >u<!!!

Nos Leemos!!! x33

Kuro-Chan!!!


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