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.:Decírtelo Todo:. por Hagen Anfallen Sixx

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Notas del capitulo:

bueno, despues de mucho tiempo les dejo el lemon, casi termino con esto... que bueno, ya sé

Gracias a todos los lectores, especialmente a quienes dejan revs

Las vacaciones de verano nunca le habían parecido tan cortas al muchacho de rojo que acababa de secuestrar a su novio prácticamente, tenían solo un par de semanas para irse juntos a donde quisieran para entrenar… o lo que quisieran. Dos semanas sin embargo parecían de pronto un tiempo tremendamente corto.

-        Aún te ves muy molesto – dijo Ryoga en un comentario mientras caminaba al lado del irritable muchacho, hacía ya mucho que habían dejado el pueblo atrás y ahora solo quedaban los verdes paisajes

-        Es toda tu culpa… si no hubieras aceptado dar el curso de verano tendríamos más tiempo y no habría necesidad de fruncir el ceño – dijo Ranma de lo más infantil. Ryoga solo pudo sonreír

-        Al menos tenemos dos semanas, gruñón…trata de disfrutarlo ¿sí? – pidió el chico de amarillo mientras seguía caminando.

Pronto se hizo de noche, ambos decidieron poner el campamento, comieron un poco en la fogata y después de eso Ryoga fue el primero en irse a dormir, a veces se preguntaba si después de los besos y las caricias intimas a las que habían llegado debería tomar él la iniciativa y dejar a Ranma tomar el lado pasivo… quizás debía intentarlo pero en su mente no parecía natural, él pesaba que tenían una especie de acuerdo. Ranma era pasivo en su forma femenina y Ryoga cuando el otro estaba en su forma masculina….al menos para él eso tenía sentido en su mente.

Ryoga ya estaba cayendo dormido cuando sintió los brazos de Ranma a su alrededor, sintió el beso que le dejó en la nuca y el suspiro que dio antes de acomodarse a dormir, el mismo estaba lo bastante cansado como para no tener humor de nada así que cerró sus ojos y en cuanto eso pasó todo el resto del mundo dejó de existir.

El viaje al día siguiente inició temprano, Ranma canturreaba que sabía de un buen lugar donde podrían pasar el poco tiempo que tenían el uno para el otro y por la tarde mientras entraban al lugar Ryoga tuvo que admitir que su novio tenía algo de razón. Aquel era un pequeño hotel a la mitad de la nada, justo como estaban todos los hoteles que buscaban discreción para sus clientes y que contaban con la dicha de una fuente de aguas termales en sus instalaciones.

Ryoga y Ranma tomaron una de las habitaciones, el chico de amarillo se dejó desplomar sobre la cama, se encontraba cómodo con no tener que hacer la tienda de campaña o preparar la cena, de eso se encargaría el hotel y al menos podría decir que por primera vez en la vida estaba teniendo verdaderas vacaciones… o eso fue lo que pensó antes de sentir como las manos de su novio le buscaban la cara y la sujetaban para darle un tierno beso.

-        Me alegra que ahora estemos solos al fin… - dijo el chico de rojo mientras lo miraba a los ojos, Ryoga se sonrojó un poco, no esperaba que las cosas de pronto se tornaran tan directas

-        ¿ah, si? – preguntó nervioso tratando de no hacerlo notar

-        Si, claro…  - contestó Ranma sabiendo que el nerviosismo su pareja era normal, después de todo estaban a punto de hacer algo que aunque ambos deseaban ninguno estaba en verdad seguro de cómo debía hacerse y solo se dejaban guiar por el instinto.

Ryoga ya no contestó, solo buscó los labios de Ranma con un poco de necesidad, deseaba probarlos, ansiaba llegar a ese momento desde hacía mucho tiempo, sentía como todas las dudas de pronto volvían a su cabeza pero aun así no quiso detenerse, se sentía seguro estando entre los brazos del chico.

-        Pienso… que deberíamos esperar a la noche… -dijo de pronto la voz de Ryoga ahogada por el deseo que lo consumía de tener el cuerpo del otro para él

-        No quiero esperar… -sugirió la voz de Ranma mientras las manos de aquel lentamente se deshacían de la ropa amarilla y negra, de la ropa roja, pronto todo eso estuvo en el piso y solo estaban sobre la cama dos chicos besándose muertos de deseo y casi sin aire en los pulmones

-        Anda Ranma… - gimió mientras llevaba su mano a la espalda baja de su novio y lo apretaba contra él

Ranma podía sentirlo con toda claridad, bajo su abdomen y al lado de su propio miembro erecto se encontraba el miembro erecto del chico debajo de su cuerpo, llevaba ya buen rato moviendo las caderas y frotando aquel miembro tratando de lograr que de alguna manera el placer fuera mayor, pero ahora… Ryoga lo había dicho y él también lo deseaba, nada deseaba más en el mundo que penetrar con fuerza el cuerpo del otro chico, nada deseaba más que hacerse el dueño absoluto de aquel… pero no era tan simple, sabía bien que Ryoga no había estado con nadie antes, simplemente lo sabía… y no quería que su primera vez acabara como una experiencia sumamente dolorosa que sería mejor no recordar nunca jamás.

-        Yo… -susurró Ranma sin saber cómo hacer que aquello entrara en tan pequeño orificio, nunca se había detenido a pensar en eso

-        Toma… - ofreció de pronto la mano de Ryoga, un frasco de crema sospechosamente parecido a los remedios de la abuela de Shampooh

-        ¿de dónde sacaste esto? – preguntó

-        Lo compre cuando me perdí y acabé en un mercado chino… fueras o no fueras tu no puedo pasar toda mi vida siendo virgen ¿no es verdad? Así que supuse que comprarlo no estaría del todo mal –dijo sonriendo pero de alguna manera aquellas palabras hicieron enfadar demasiado a Ranma

Solo de pensarlo ya era desagradable, imaginar a su novio con otro sujeto, con una mujer, con alguien más, cerca de cualquiera que no fuera él… simplemente pensarlo ya parecía una pesadilla de la que nunca fuera a despertar.

-        Por todos los santos, no –dijo mientras lo veía fijamente a los ojos haciendo que el más bajito se sintiera un poco avergonzado – tu eres mío y de nadie más… de nadie más que mío, te reclamo – dijo el más alto mientras se enterraba en el cuello del chico cerdo clavándole los dientes en la suave piel y no parando hasta estar satisfecho haciendo una marca grande y vistosa

-        Ranma… - fue un jadeo tan suave que no se explicó como la voz suplicante de Ryoga lograba hacer que se le erizara cada vello del cuerpo, aquello no era normal, pero era perfecto

Ranma abrió el bote de extraño contenido encontrando un gel de olor afrutado en su interior, se llenó los dedos con eso y comenzó a mover las piernas de Ryoga dándose espacio para ver esa entrada donde lentamente comenzó a untar aquello, primero por fuera y después metiendo un poco más y un poco más cada uno de los dedos.

Los gemidos de Ryoga eran demasiado deliciosos, si hubiera sabido antes que lo eran probablemente nunca hubiera intentado pelear con él si no someterlo hasta poderle hacer lo que ahora hacía, perdió el tiempo y los minutos mientras sus dedos se sumergían en aquella caliente y estrecha entrada y el ambiente se volvía cada vez más delicioso, lentamente aquellos dos dedos llegaron hasta el fondo y después de unos minutos más un tercero llenado con un poco de aquella sustancia gelosa se introdujo también abriendo un poco más aquel ano que desataba sus ansias de posesión.

-        Ya es bastante… - gimió de pronto Ryoga y Ranma estuvo de acuerdo, no porque sintiera lo suficientemente cedido aquel agujero si no porque sabía que no podía contener su propia erección por más tiempo, ya era bastante dolorosa por si sola.

-        Voy a entrar… -avisó antes de sacar sus dedos, de inmediato ambos resintieron la falta, uno de aquella estrechez y calor y el otro del placer que le proporcionaba aquello

Ranma posicionó la punta de su pene en la entrada virgen de su novio y lentamente aplicando presión constante comenzó a entrar, la entrada cedió despacio, más de lo que le hubiera gustado, y por la expresión en el rostro de Ryoga aquello estaba causándole una extraña sensación de dolor y placer combinado, solo por eso no se detuvo y siguió aplicando la misma presión hasta que se encontró por completo dentro, en el límite al que podía llegar.

-          Eres demasiado estrecho… - se quejó sin poderse contener

-          Y de quien viene siendo la culpa… - se quejó Ryoga mientras se abrazaba con las piernas a la cadera de su amante, aquello fue bastante señal como para que Ranma diera paso a las profundas estocadas que duraron lo que pareció una eternidad, una eternidad de gemidos y berridos y de exclamaciones de los nombres del otro.

La noche cayó sobre aquella habitación de hotel, el olor a sexo debía ser poderoso en la habitación, pero más allá de un respiro aquellos dos no parecían desear parar, no ahora, no pronto en todo caso.  Esta vez era Ryoga quien daba profundas estocadas en el cuerpo de Ranko, estaba complacido llenándola de besos, mordisqueando suavemente ambos senos, apretando con fuerza esas caderas en las que había ya maras rojizas de sus dedos.

La chica estaba jadeando, muriendo por solo un poco más de aire que le estaba siendo arrebatado con cada envestida.

-          ¡RYOGA! -  el nombrado simplemente sonrió mientras se derramaba en el condón, jadeando, cansados, muertos de deseo y de placer ambos se deshicieron sobre la cama

-          Ya no puedo más… - dijo primero el chico una vez se recuperó un poco

-          Tampoco yo, tengo la impresión de que mañana la factura de este día nos va a salir muy cara con todo el dolor y las marcas… -dijo Ranko mientras se acomodaba en la espalda del chico

-          No importa…igual fue lo mejor de la vida para una primera vez – respondió él

-          Te amo ¿lo sabes? –preguntó ella

-          Claro que lo sé… te amo también… espero que nunca lo olvides.

Notas finales:

¿les gustó?

¿rev?


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