Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

~ Casado con un hombre ~ por Monnyca16

[Reviews - 604]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno. Muchas gracias por todo TODO. Por sus comentarios en el cap anterior. Aquí les dejo el último cap de este primer libro (podría considerarse así)  

Capítulo 40

“Aún conservo el inadmisible hábito de regalarte mi último pensamiento antes de dormir”

Esa noche Tomás escuchó todo lo que su mejor amigo le contó, aunque en cada oración se atragantara con su propio llanto, el rubio logró entender lo que su amigo decía. No era difícil. Nicolás lloraba y gritaba el nombre de Oliver muy alto, y sin escatimar en conversar, le platicó a detalle todo lo que había sucedido, añadiendo la causa del rasguño que tenía en su brazo. Tomás lo curó mientras escuchaba al pelirrojo, pero Nicolás no había sentido que su herida ya se encontraba limpia y con un vendaje.

Por la noche, Tomás había abrazado a Nicolás para obligarlo a dormir. Sin embargo éste no pudo conciliar el sueño, diciendo que los fantasmas de la soledad lo acorralaban y que le daba miedo ser atrapado por ellos. Inclusive el lugar no era adecuado. La habitación de Tomás traía varios recuerdos. Como aquella vez que el pelirrojo recató al gato y que justo frente a la casa de Tomás, Oliver y él le habían puesto nombre al  pequeño animal… Y, que justo si se asomaba por la ventana podía dar vuelco a las diapositivas en las cuales se difuminaban dos hombres bailando lentamente y besándose con amor.  

La casa de Tomás era acogedora y linda, pero acarreaba bastantes recuerdos que destrozaban los sueños del pequeño pecoso. Para muchas personas era hermoso poder recordar las buenas cosas, pero a Nico se le dificultaba. Era evidente  y horrible cuando su corazón se estrujaba cada vez que las vivencias previas le consumían poco a poco la cabeza. Además de sentirse mal por no haber podido defender su relación ante tan buenos fundamentos por parte de Oliver.

Su esposo tenía razón. Más de la que debería. Y quizá no fue demasiado bueno hacer explotar la bomba aquella noche, en la cual, Nicolás había estado a punto de morir y por ende, el miedo le presionaba hasta el aliento. Pero Oliver estaba seguro que si esa noche apoyaba a Nicolás y lo consolaba como deseaba hacerlo, entonces todo lo  que necesitaba sacar hubiera sido destruido.

Si Oliver no cortaba la relación esa misma noche, era probable que la situación fuera peor. Era cierto que Nicolás necesitaba un abrazo, apoyo y un hermoso beso en los labios, pero si Oliver le daba tales cosas, volvería a caer en el hoyo y sería más difícil salir de éste. Inclusive era mucho mejor usar ese momento doloroso para que Nicolás entrara en conflicto consigo mismo. Era riesgoso también. Sin embargo, Oliver sabía que Nicolás buscaría a su mejor amigo y en segunda instancia, a su padre.

Quizá para muchas personas podía ser mala idea dejar solo y desconsolado a un chico con problemas de adicción, pero si no lo dejaba totalmente solo para que cargara con ese problema, entonces nunca reventaría la burbuja que lo alejaba del mundo real. Oliver necesitaba dejarlo solo, y obligarlo de esa manera a que aprendiera a pedir ayuda. En el fondo, era imposible que Nicolás estuviera totalmente solo, Oliver sabía que Salomón pondría manos a la obra y que Tomás no se quedaría atrás. En todo caso,  Nicolás no estaría abandonado, pero sí tendría un ambiente diferente, en el que siempre debió aprender a levantar su autoestima. Porque la familia era la primera base. Tomás podía  verse como un hermano para Nicolás y tenía a su padre para que éste lo apoyara como siempre debió hacer. Esta no sólo era oportunidad de Nicolás, también de Salomón. Y Oliver les estaba ofreciendo con ese acto doloroso que padre e hijo se complementaran como familia, lo que nunca antes hicieron juntos. Nicolás era menor de edad y merecía sentirse como un adolescente amado por su padre. Aún había tiempo para eso.

 

Lo que deseaba Oliver era que frente a la horrorosa situación, Nicolás buscara apoyo en otros y no en él. Noah debía hacer las paces con su padre. Contarle lo que había pasado y verlo como lo que era, como su joven papá. En todo caso, Nicolás debía aprovechar el momento de su separación para poder tener más contacto con su familia y cumplir sus sueños: seguir bailando como tanto le gustaba. Seguir instruyéndose con los instrumentos musicales y seguir aprendiendo a cantar. Nicolás tenía tantas cosas que quería hacer, pero no las hacía por estar junto a Oliver. ¿Dónde habían quedado todos esos sueños? Nicolás esa noche pensó en eso.

Justo antes de que conociera a Oliver, Nico deseaba ser un gran coreógrafo y cantante. Había soñado tanto con cosas hermosas, con viajes, con fama, y con mucha gente apoyándolo y viéndolo como un ejemplo. Pero inmediatamente después de aferrarse a Oliver, todos sus sueños se olvidaron. Nicolás hizo a un lado todos sus anhelos y se protegió estando con su esposo. Oliver muchas veces lo notaba y era por eso que  disfrutaba las pocas veces en las cuales Nicolás sacaba la guitarra y tocaba al menos una canción. En su matrimonio sólo bailó tres veces. La ardiente, justo después del campamento, en la fiesta del amigo de Oliver y luego después en la fiesta de Tomás. Habían sido tan pocas veces a comparación con la vida pasada de Nico.  Y qué decir de cantar. Eran también pocas veces en las cuales Nicolás le mostró su bonita voz a Oliver. Y nuevamente esas habilidades se quedaban estancadas y no se aprovechaban al máximo.

Oliver deseaba que todo fuera diferente. Quería que Nicolás hiciera y disfrutara de lo que hacía. Necesitaba verlo ejercer sus habilidades como tanto había querido hacerlo. Porque eran los sueños del chiquillo, y Oliver los respetaría y apoyaría. De hecho esa fue una de las razones por las cuales Nicolás se tranquilizó y accedió a la idea de casarse con un hombre. Y mientras que Oliver fuera a trabajar y disfrutara de ello, Nicolás disfrutara de sus capacidades. 

Eso era una verdadera familia.

Eso era lo que Oliver quería. Vivir juntos, amarse y disfrutar de todos sus sueños. Porque aparte de los sueños individuales, también estaban los de relación. Oliver, como toda persona, también tenía sueños en donde Nicolás estaba incluido. Uno de sus sueños era formar una familia: alquilar un vientre, educar y enseñarle a Nicolás lo que era una unión familiar. Pero era injusto trabajar para hacer realidad los sueños grupales, si todavía no llevaban a cabo los individuales.

Por otro lado, Nicolás tenía sueños individuales que eran aislados por la dependencia que sentía por Oliver. Era por esa simple razón por la que su autoestima bajo no lo ayudaba a luchar y trabajar para hacer realidad todos sus proyectos. Y en su caso, era más difícil inclusive tratar de realizar los sueños grupales que quería cumplir junto a Oliver, porque se sentía poca cosa para él y no se sentía seguro cuando Oliver hablaba de alquilar un vientre. A Nicolás se le habían metido muchas cosas en la cabeza y se sentía frustrado por no poder darle un hijo a su esposo. Se sentía incapaz y fastidiado. Se odiaba por no poder darle un bebé  y por no tener ni la mínima oportunidad para dárselo.

No podía comprender por qué se sentía de esa manera, era como si algo le dijera que él podía cumplirle ese sueño a Oliver, pero que algo estaba frustrando todo. Su cuerpo sentía la esperanza y era extraño. Se sentía confundido y su sexto sentido lo hacía ilusionarse y aferrarse a situaciones imposibles. No obstante, no se lo había dicho a Oliver. Y menos ahora que su relación estaba destruida. Porque lo estaba. Algo en Nicolás deseaba odiar a Oliver y era lógico. Se sentía desplazado por él. Se sentía engañado y abandonado. No estaba seguro de perdonar a Oliver y algo muy en el fondo lo hacía odiarlo. Sabía que estaba mal aborrecerlo y guardarle rencor, pero su lucha interior sería dura. Se enfrentaría su amor y realidad contra el coraje. Y eso era desgastante emocionalmente y horrendo para ambos.

Estaba seguro que pocos días lo odiaría, pero luego le agradecería por ese espacio personal que le estaba dando. No desperdiciaría las oportunidades que Oliver le ofrecía. Y tardaría algunos días para comprender que todo era por su bien, pero lo haría. Tomás lo sabía y aunque lo pensó justo cuando Nicolás logró dormirse, no se lo dijo. Nicolás lo descubriría con sus acciones y entonces estaría su padre y su mejor amigo para apoyarlo. Al igual que lo apoyaría Oliver cuando sus caminos se volverán a cruzar.

*

El descanso no duró demasiado. Nicolás se levantó bastante temprano, durmiendo sólo 2 horas. Ocupó todo ese tiempo para vestirse con ropa de Tomás y no desayunó, ansiando hacerlo junto a su padre. Nunca lo buscaba, pero deseaba contarle todo lo que había sucedido con Oliver, necesitaba sacarlo y aunque en el pasado fuera la última persona a la que le pediría ayuda, en ese momento la consideró el segundo. No el primero, pero sí el segundo. Tenía sólo a dos  personas a su lado, aparte de Oliver, pero descartando a éste, su padre cabía en su vida.

Eso lo hizo reconocer que Oliver y sus malditos actos tenían buenos resultados. Aunque estos fueran dolorosos también, seguían teniendo buenas consecuencias.  

Al llegar con su padre, éste abrió los ojos como platos. Su viejo todavía no salía de casa y estaba seguro que estaba a punto de ir a la empresa para checar los asuntos, como cada sábado lo hacía. Pero esa mañana, Nicolás apareció frente a sus ojos, deteniéndolo antes de que desactivara la alarma del coche.

—Nicolás —musitó aquel, sonriendo en grande. Su hijo no había llegado a casa y jamás lo buscaba, así que su sonrisa se ensanchó al doble cuando Nico también le sonrió. El pelirrojo no lloraba, estaba neutro y había logrado sonreír de manera natural, a pesar de su ya depresión —. Te extrañé —pronunció, acercándose a su pequeño para apretarle los hombros y estrecharlo entre sus brazos.

A Noah le pareció extraño, y no lo abrazó, sólo dejó que su padre  le abrazara con fuerzas. El abrazo duró lo suficiente para que Nico levantara temblorosamente las manos y las instalara en la ancha espalda de su progenitor. Lo tocó, experimentando lo que en mucho tiempo no hizo.

En pocas ocasiones abrazó a su viejo, pero no había sentido tan bonito como ahora. La causa era porque lo necesitaba en demasía y estaba decidido a explotar lo que realmente era tener un padre. Anhelaba ser como los otros y hablar con su padre como los niños de 5 años lo hacían. ¿Cómo era que había desperdiciado estos 16 años de su vida de esa manera? No sabía nada acerca de su padre y por primera vez quería conocerlo.

—Quiero hablar —espetó el crío, separándose del pelirrojo mayor. Salomón ensanchó otra sonrisa, logrando que de ese modo sus dientes blancos, como perlas, se lucieran —. ¿Cómo era mamá?

No mí mamá, sólo mamá. Cosa entendible; Noah no estaba preparado para unirla de tal modo.

La pregunta golpeó el pecho de Salomón. Nicolás jamás se había interesado en su madre, pero era justo ahora que deseaba hablar de ella, dado que sentía un pesar enorme y algo le decía que si no hablaba sobre su madre, entonces no podría salir del pozo. Ese era uno de sus primeros pasos. Hablar sobre su madre le ayudaría a pisar la tierra con firmeza, sin odiarla, sólo tomándola como su madre biológica, pero nada más. No le hacía bien guardar rencor y ahora era el momento adecuado, situación que prefirió ponerla al principio para ir sanando su corazón desde el inicio. Su madre había sido su principal problema, luego iría sobre su padre, inconscientemente, sólo atendiendo las peticiones de sus actos.

Salomón invitó a su hijo a desayunar fuera y cuando ambos estaban sentados y alimentándose, la plática comenzó. No hubo necesidad de volver a hacer la misma pregunta, el mayor respondió ya lo suficientemente preparado para contarlo todo. Nicolás sólo sabía que su madre había recibido dinero para que existiera, y que lo dejó así de fácil en manos de su padre, y lo sabía porque cuando su padre se puso ebrio, se lo dio a conocer. No la conocía por fotos, y aunque de pequeño hubiera visto una, no la recordaba. Tampoco conocía cómo sus padres se habían conocido y qué tipo de persona era. Ni siquiera sabía su nombre. Ahora quería saberlo. Deseaba saber sobre una persona que en esos instantes no estaba en el país y que era probable que jamás llegara de visita.

—Ella era sólo una conocida de un viejo amigo mío. Cuando la conocí me enamoré a primera vista de ella. ¿Sabes? Era hermosa en ese tiempo, ahora no lo sé, pero supongo que sigue igual de guapa. Su cabello era rubio y sus ojos verdes. Es totalmente lo opuesto a nosotros, aunque sacaste unos cuantos rasgos que ella poseía, como las orejas y el tamaño y la forma de los ojos. Tus pies también son idénticos y la forma de las uñas también. En lo demás te pareces a mí. A ella le gustaba ser libre, Nicolás. Era tan bonita que se aprovechaba de eso, muchos hombres la perseguían y me sentía afortunado por ello. Porque en ese entonces ella aceptó estar sólo conmigo, aunque en el fondo no era como parecía. Han pasado tantos años, que no recuerdo su nombre, ni siquiera sus iniciales, y sólo puedo nombrarla como “Ella”, aquella mujer que me idiotizó. Sé que no conoces nada de ella, pero no hay otra para contarte. Era simplemente una mujer hermosa y estafadora.

Salomón habló con la verdad. A pesar de todo, no tenía mucho qué contar. Había olvidado todo lo importante y no quería hacer el esfuerzo para recordarlo; no valía la pena hacerlo.

Nicolás asentó con la cabeza, complacido por esa corta  respuesta. A decir verdad, no quería saber mucho, sólo un poco, para no llenarse de información. Así que le sirvió. Después conocería un poco más de ella y su padre y para ese entonces estaría mejor emocionalmente.

—Si la volvieras a encontrar, ¿Qué harías?

—No sigo enamorado de ella —anunció con resequedad —. No la quiero, así que supongo que la vería como a una mujer común y corriente, sin ser su amigo ni su enemigo, sólo tratándola como alguien más.

Su corazón no latía. Estaba tan olvidado de ella que ya no se consideraba como su fan.

—Yo tampoco la quiero —musitó el enano—. ¿Eso está bien?

—Si no la quieres, es porque ella no se lo merece —murmuró Salomón—. La gente se gana el amor, así que no está mal. No la conoces y ella no está contigo, no es obligatorio que la quieras.

Nicolás tragó saliva, luego habló:

—No la quiero tener cerca ¿Está mal si no la quiero a mi lado? —Siguió preguntándole, tratando de ser correcto con sus emociones.

—No está mal, solamente que no es bueno que la gente guarde rencor. Yo guardé mucho y es malo.

Entonces el cuerpo de Noah reaccionó. Levantó la vista y sin mucha fuerza, dibujó una pequeña sonrisa en sus labios.

—Ya no le guardaré rencor —susurró, mirando el plato de frutas—. ¿Estarás ahí cuando necesite de tu ayuda?

Salomón ladeó la cabeza. Por supuesto que sí estaría con Nicolás. Ciertamente, Salomón siempre estaba ahí cuando su hijo tenía algún problema, tanto judicial como académico, y algunas veces buscaba que platicaran y se comunicaran, pero cuando no pudo con él, lo dejó con Oliver. No pensaba decirle todo aquello, sólo quería responder con una simple respuesta, una que no confundiera a Nicolás, que fuera simple y exacta. Un sí.

—Sí.

—¿Siempre? —Insistió, buscando reafirmar la realidad que enfrentaba.

Durante 16 años nunca aceptó que necesitaba ayuda, así como tampoco aceptaba la que su padre le ofrecía. Era sumamente difícil entender que su padre siempre había estado ahí, poco o mucho, pero siempre estuvo. Y no era que desconfiara de la palabra de su padre, era que no podía creer que su padre siguiera estando ahí después de haber cometido muchos errores en esa corta vida. Se creía, nuevamente, poco merecedor de amor.

—Siempre —contestó, viendo fijamente a su hijo —. Porque te quiero, chaparro.  Te quiero mucho.

Esas tres palabras golpearon duro en el interior de Nicolás, clavándose en el fondo. Justo necesitaba escuchar eso y ahora que lo tenía, todas sus emociones se fusionaron, dejándolo mudo. Sus manos comenzaron a temblar y no estaba nervioso, estaba emocionado. Miró a su padre y le volvió a regalar una sonrisa corta, pero llena de significado. Nicolás le había dicho “te quiero” a su papá, pero lo había dicho estando junto a Oliver, ahora era sumamente diferente. Ahora se encontraba solamente con su padre y lo miraba, compartiendo un desayuno, como nunca antes hizo. Sonrió de nuevo.

—Yo también te quiero. Te quiero mucho, papá.

La confesión resultó un éxito. Salomón sonrió y se puso de pie, rodeando la mesa. Se paró, casi al frente de su hijo y esperó a que el chiquillo se pusiera de pie. Noah lo hizo, parándose inmediatamente frente a su padre. Ambos se miraron y Nicolás tardó pocos segundos en lanzarse a sus brazos, pero cuando por fin lo hizo, lo apretó tan fuerte, que sus huesos dolieron.

A ninguno le importó estar en un restaurante  ni que su abrazo durara demasiado, solamente se mantuvieron así, unidos y perdonándose en silencio todas aquellas cosas que habían hecho mal. Y rompieron sus silenciosos lamentos, cuando Nicolás todavía unido a su padre, habló sobre lo sucedido en la madrugada. No dijo muchos detalles, fue directo y contó lo necesario, sin sumar ni restar información. No culpó a Oliver y tampoco a sí mismo. Comentó que estaba enamorado de Yael y que por ahora su relación con él estaba rota. Que ambos se darían un tiempo, separándose para que ambos pudieran lidiar  con sus asuntos. Le dijo a su padre que sería un hombre de bien y que aunque fuera difícil, deseaba lograrlo. No se hizo a la idea de regresar con Oliver, pero reconoció que era dependiente de él, que deseaba cumplir sus sueños y que anhelaba con todo su corazón que su padre no se interpusiera en ellos.

Tenía miedo a que su padre se siguiera oponiendo a verlo bailar y cantar, pero no era momento de echar para atrás todas las promesas y el amor que le confesó a su hijo. Así que para demostrarle que no estaba mintiendo, accedió, diciéndole que lo apoyaría en cualquier decisión que tomara, sólo que no cargara con todos los problemas solo porque su padre estaría en las buenas y en las malas con él.

Salomón por primera vez entendió que debía dejarlo cumplir sus sueños, y el actual suceso le abrió los ojos. Nada ganaba con estar en contra de Nicolás y perdía demasiado cuando se oponía a sus proyectos. Ahora tenía a su hijo consigo y era la oportunidad para ser como siempre debió ser: un buen padre. 

Y cuando Salomón apenas abrió los ojos, sosteniendo todavía a su hijo, pudo ver que Oliver los observaba. Rudel estaba ahí, a unos cuantos pasos de ellos, viéndolos y sonriendo por tan buena escena familiar. Eso era lo que Oliver buscaba y al parecer estaba dando resultado. El mayor no se enojó con Oliver, de hecho le agradeció en silencio y sonriéndole, antes de que Oliver se diera la media vuelta y se fuera a su trabajo. No dudó,  éste se fue con una gran sonrisa pintada en los labios.

Nicolás sabía que la relación con su padre tenía que pulirse más, pero ese día se conformaría con el logro que ya había hecho. Dio el primer paso, hablando de sus pesares y se sentía listo para ser todo un adolescente. Sería grande y volvería a bailar como antes, valorándose y apoyándose con su padre. Ambos tratarían de disfrutar al máximo sus vidas, queriéndose y formando una pequeña pero verdadera familia.

 

Porque nunca es demasiado tarde.

 

Porque aunque la gente se equivoque, después de darse cuenta, aprende y levanta la cabeza.

 

Rudel le había devuelto a su hijo, pero no para siempre. De eso Oliver Yael Wolff Rudel estaba seguro. Y aunque ellos estuvieran separados, sin importar por cuánto tiempo, seguirían conservando el absurdo hábito de regalarse sus últimos pensamientos antes de dormir.

 

«Espérame, volveré por ti»

 

Notas finales:

Este capítulo es una puerta. Quis e que Nicolás hiciera esto en el último capítulo, porque lo necesitaba. ÉL Y SU PADRE NECESITAN SER PADRE-HIJO. 

Vemos que Salomón está agradecido porque su hijo ya está con él (Lo que siempre quiso), pero Oliver querrá a Nicolás de vuelta, cuando el amor puro que siente por él deje de ser necesidad vital. Ambos tienen que trabajar y aunque suene aburrido PUES NOOOOOOOOOOOO

:3 

Este es el último cap, pero no el final de mi historia. La historia sigue y las invito a todas a las que les gustó esta historia y que quieran embarazo, que esperen a leer el siguiente libro (continuación xD) 

Hay muchas cosas divertidas en el proyecto que sigue. Si piensan que porque hay separación las cosas estarán tranquilas, pues Nope- nopales.  

Las que leyeron esta historia hasta el final y que no les gusto para nada, pues gracias por leer y pues... no tengo nada qué hacer ante eso, sólo decir adiós y gracias. 

 

Todavía faltan muchas cosas ewe y estoy muy emocionada porque Nicolás nos sorprenderá a todos. Como ya les dije, todo seguirá teniendo lenguaje real, incluso el Mpreg. Les tengo algo que uff, hasta mi mamá se sorprende. Pinches ideas locas que tengo. 

 

MUCHAS GRACIAS POR LEER LA HISTORIA. MUCHAS GRACIAS DE VERDAD. ESTA HISTORIA SIGNIFICA MUCHO PARA MÍ. ES UNA DE LAS POCAS QUE ESCRIBO Y QUE TIENE MUCHAS COSAS DE SOCIEDAD. GRACIAS DE VERDAD. 

Y no me disculpo si no les gustó mi historia y siguen leyendola... si no les gusta, no la lean. Así se evitan hacer corajes y todas esas cosas. 

EN FIN. MUCHAS GRACIAS Y LES TRAERÉ (PROMETIDO) EL OTRO FIN DE SEMANA, DOS CAPÍTULOS DE ESTA NUEVA HISTORIA.  

La historia estará en otra entrada, en esta misma página, se llamará "Casado con el mismo hombre" LOL y la encontrarán visitando mi perfil de aquí, pero no se preocupen, igual dejaré el link en la descripción de esta historia y así :) UN BESO Y ESPERO QUE ME CUENTEN ¿QUÉ LES PARECIÓ? 

No busqué un final totalmente rosa, ni uno totalmente amargo. Uno inesperado y abierto está bien.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).