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Cerca de ti por Mero-Mero-San

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

¡Eh vuelto! Lo se,eh tardado mucho pero los estudios me asfixian, gracias al cielo se me dio tiempo a terminar este capitulo.

 

Los reviews me han alentado bastante y con tiempo me eh puesto a arreglar errores del capitulo 1 y ahora veo el dos.

Si dios internet me lo permite publicare mañana.

 

A lee se ah dicho y disfrutenlo

 

Nos vemos abajo

-A veces amar es doloroso cocinero- aun seguía sobre él y pudo entender perfectamente que le sucedía luego de las últimas palabras que salieron sin vacilación -Tu…amas mucho a Nami ¿Verdad?- no recibió respuesta del que estaba abajo, se levanto un poco y acaricio su mejilla limpiando el camino de lagrimas que caía –Zoro ama a Nami así que por favor…quítala de tu corazón- le dolió más que nada oír eso, las lagrimas fluyeron peor que antes así que como consuelo se levanto un poco y se aferro a la muchacha, el abrazo era tan fuerte que no podía zafarse, sabía que fue cruel y arrogante pero no tuvo opción, para hacerlo sentir mejor abrazo su cabeza que estaba en su pecho, su lado femenino era muy amable así que comenzó a tararear una canción para calmarlo, desde un punto de vista parecían una pareja que acababa de romper y estaban sufriendo por aquello, Sanji dejo de llorar en silencio en aquel pecho así que se abrió al llanto más fuerte que pudo, pero no se oía mucho ya que Sora lo estrechaba en sí, la canción no funciono así que acaricio su cabello, era más suave de lo que pensó y eso le causo gracia a pesar de la situación; el temblor y las lagrimas iban cesando lentamente, la calidez que ella soltaba lo envolvía, se sentía bastante bien, así que levanto la cabeza para mirarla, parecía un ángel caído del cielo, ella lo miro fijamente –A pesar de que duela uno debe seguir adelante ¿No lo crees Sanji?- el sin pronunciar nada se volvió a acurrucar en aquel pecho, por primera vez no reaccionaria agresivamente ya que el cocinero no estaba bien, por una parte tenía miedo de que el rubio se enamorara de su lado femenino pero no se lo permitiría aunque lo hiriera, detrás de un árbol estaba cierto espectador que había presenciado todo
 
No se sabe cuento estuvieron así porque el atardecer estaba dejándose ver.
El cocinero se había dormido en los brazos de la espadachín y ella tenía apoyado su mentón en los cabellos del chico, estaba bastante cómoda y se sentía algo adormilada por lo que abrió lentamente sus ojos y sintió los suspiros del chico en su torso, aun estaba a horcajadas en él, lo recostó en el césped con delicadeza, se quito de encima y sentó a su lado –Maldito Ero-Cook, mira lo que me has hecho hacer- se quejaba por la situación que vivió junto a él –Ya sería hora de irnos- comenzó a moverlo para que se despertara –Sanji, oye Ero-Cook- al ver que no reaccionaba se molesto -¡Despierta maldito vago!- abrió sus ojos lentamente, al ver que era Sora quien le dio ese hermoso grito sonrió
 
-Lo siento, me dormir…- se sentó y continuo hablando -gracias Sora-Chan, me siento mejor gracias a ti- le desconcertó el agradecimiento además de que se sonrojo sin razón alguna -¿Vamos?- se levanto y tomo las bolsas, se inclino ante ella en muestra de gratitud; no soporto eso así que toco su mejilla haciendo que vuelva a su posición, se alejo rápidamente ya que algo la había empujado a hacerlo
 
-No hagas eso, somos amigos ¿no?- le dedico unas palabras halagadoras y la abrazo con los ojos en forma de corazón, era maravillosa, se puso feliz y triste al estar así con ella, desde sus adentros deseaba haberse enamorado de una dama como lo era ella -Gracias- no lo alejo de un golpe, solo puso sus manos en su pecho para que tomara distancia, lo hizo lentamente para que no se sintiera mal –Vamos, nos deben estar esperando-
 
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-¿Dónde estarán?- Nami estaba con las manos apoyadas en sus mejillas y los codos en la barandilla esperando a que Sora y Sanji regresaran, había quedado muy preocupada luego del comportamiento de la muchacha -¿Tan malo fue lo que dije?- Robin se paro por detrás en silencio
 
-Sora defiende mucho a los hombres, no entiendo la razón pero no le agrado como trataste a Sanji- Nami no le dijo nada y solo siguió mirando para adelante –Quieres navegar ¿verdad?-
 
-Desde que Zoro decidió alejarse temporalmente hemos tenido que esperar por él desde ayer, aun no sabemos si regresara- eso era cierto, ya que no sabrían cuando el espadachín volvería para poder zarpar hacia el mar, se dio la vuelta y se encamino a la cocina para comer algo que hubiera en la heladera –Luffy ¿Qué estás haciendo?- el capitán se encontraba forcejeando con la clave del refrigerador, tenía mucha hambre y no podía esperar por mucho tiempo más a Sanji, dio un suspiro y se encamino a su lado para dar con el código y darle algo de allí -¿No podías esperar a Sanji?- con la boca llena negó varias veces, el hambre como siempre le había ganado
 
-¿Qué pasa Nami? ¿Te duele el estomago?- el reno toco la pierna de su compañera llamándole la atención, tenía una expresión de decaimiento y malestar por esa razón se dirigió a ella repentinamente, solo se dio una media sonrisa demostrando que no tenía nada, que estaba muy bien, no lo dejo muy convencido por lo que insistió, Usopp le toco el hombro diciéndole que se resignara, Franky entro por la puerta anunciando que los dos desaparecidos habían regresado, Nami se volteo de inmediato para recibirlos, abrazo a Sora ya que estaba muy preocupada por ella, la muchacha no acepto muy bien el contacto, lo sintió frio, no fue como cuando abrazo a Sanji ¡¿En que estaba pensado?! Se suponía que estaba enamorado de la navegante ¡¿Por qué lo tomo así?! ¿Por qué se sentía distante a ella? Nunca correspondió al abrazo por lo que Nami lo deshizo y la miro, aun se veía en sus ojos el enfado y algo más… ¿Le estaba diciendo que debía pedir disculpas? Dudo por unos momentos pero si quería llevarse bien con ella debía demostrarle que era capaz de decir algo tan simple pero importante
 
-Sanji-Kun me disculpo contigo, hoy te trate mal- Sanji movió sus manos negando y se disculpo con ella, no tenía razón pero sentía que debía hacerlo, Sora cruzo sus brazos más molesta que antes y se retiro, todos clavaron sus miradas a la recién retirada.
Llego hasta el camarote y golpeo la pared lastimándose su puño, la sangre que escurría caía al suelo, ser una mujer era difícil ya que su cuerpo era más delicado, no le agradaba eso, se puso de cuclillas y comenzó a pensar de que sería mejor regresar a su verdadero ser, unas lagrimas traicioneras amenazaban con escaparse de sus ojos y de inmediato se llevo su mano a la cara, no podía entender la razón de aquello, podía ser que Nami no era lo que él creía o solo el hecho de que Sanji era un idiota al dejarse tratar de ese modo. Ahora de rodillas en el suelo y con ambas manos en su rostro dejo que sus preocupaciones y molestias salieran, no daría el gusto de que alguien la vea llorar pero por lo menos se dejaría ver en ese estado tan bajo; ya no lo soportaba, la desilusión hacia Nami era enorme, sentía que algo de a poco se despedazaba, se dio cuenta que no le gustaba su comportamiento, su obsesión por el dinero ni su carácter, comenzó a odiarlo
 
-Onii-Chan ¿Qué pasa?- Mizaki estaba frente al ella, no le importo que fuera aquel ángel que inicio todo; de inmediato la estrecho entre sus brazos tratando de acallar sus gritos de tristeza. Los oídos de Sanji captaron aquel sonido por lo que a paso rápido se dirigió de donde provenía, se asomo despacio por la puerta y se topo con la escena que le causo mucho pena, Sora abrazando fuertemente a su hermanita mientras que su puño soltaba sangre.
-Onee-Chan ¿Crees que debemos irnos?- ella asintió varias veces entre sus pequeños brazos, Sanji no podía creerlo ¿Tan pronto se irían? Negó con su cabeza, no quería que eso sucediera, no quería se fuera, ella fue la primera persona que lo escucho llorar y a la cual sentía que podía contarle muchas cosas, algo en esa mujer le era muy importante y no la dejaría irse tan fácilmente, de donde estaba escondido se acerco a la puerta captando la atención de ambas hermanas, el silencio que había era tan profundo que se podía escuchar a los demás que estaban en la cocina
 
-¡No te vayas Sora-Chan! ¡Dijiste que somos amigos!- estaba molesto por lo que apretaba sus puños
 
-Sanji-San no debes espiar, es de mala educación- hablo en un tono tan serio que le pareció de lo más extraño, no parecía la adorable Mizaki que conoció, fue muy fría e incluso pudo sentir algo horrible ¿Qué era? no embozo ninguna palabra ya que no tenía ningún argumento –Agradecemos la corta estancia aquí pero nos iremos- tomo su mochila y paso junto al chico, se detuvo junto a este para mirar hacia atrás, Sora aun seguía en el suelo arrodillada –Onee-Chan ¿Qué estas esperando? Vamos-
Tristeza, decepción, miedo, eso sentía al saber que tendría que desparecer después de poner un pie fuera del Sunny, el trato había sido inútil ya que en solo unas pares de horas pudo ver la naturaleza de Nami, se levanto sin muchos ánimos y se acomodo sus Katanas, cuando dio los primeros pasos sintió desesperación. Al abandonar el Sunny todo terminaría, se detuvo en seco y negó con su cabeza, no quería eso ¿Ahora que le esperaba?
-¿Onee-Chan?- Pudo ver las dudas en sus ojos, el temblor en su alma, la tristeza en todo su ser, el dolor en su corazón, estaba siendo destrozada por completo pero no podía apiadarse, un trato es un trato y ya no había marcha atrás. Aun que esa prueba mostraría el resultado, como se esperaba de un ángel, había planeado algo, iba a acercarse para tomarla de la muñeca pero el cocinero se le adelanto y la atrapo en sus brazos, hundió su rostro en el cuello de ella. No quería llorar pero al sentir su acogedor calor no pudo evitarlo, dejo escapar unas lagrimas silenciosas, pensaba que solo había cambiado por fuera pero resulto ser un cambio completo, con un ligero temblor toco su espalda, no quería admitirlo pero se sentía bien así, se sentía bien abrazarlo, el olor a colonia cara que emanaba era exquisito, el traje tan elegante que llevaba era suave, el rostro en su cuello, su piel…lo era aun mas, tenia cerrado sus ojos para disfruta aquello, ni siquiera le importo si alguien más se aparecía y decía algo, solo necesitaba a una sola persona -Onee-Chan- susurro Mizaki entre una sonrisa de oreja a oreja, nadie podía engañar a sus ojos por lo que se quedo atenta mirándolos, ahora no le cavia ninguna duda más y sin decir nada se encamino a la cocina dejando a aquellos que parecían “muy amigos”. En su leve caminata dijo algo mínimo –Dos caminos a elegir…uno es el correcto- las cosas le estaban resultando interesantes más de lo que había esperado y lo mejor…en un tiempo muy record.
Soltaba lentamente al cocinero como si no deseara hacerlo pero no tenia opción, al mirarlo tenía una sonrisa por lo que ella se avergonzó mostrando sus mejillas totalmente rojas
 
-¡Idiota!- lo empujo golpeándole el pecho con su palma, lo hizo para que no pudiera verle su rostro, se puso de costado para que no tenga una imagen directa pero no pudo evitar mirarlo de reojo en el piso, se sorprendió al ver que aún conservaba su sonrisa –E-Eres un idiota, te odio- le dio la espalda para no poder mirar su reacción, no quería ver que aquella sonrisa se borrara por sus crueles palabras, aun que no fueron muy duras pudieron haber dado en algún punto débil al cocinero, de golpe sintió que el rubio la alzo como una novia que se ah casado, trato de golpear su rostro pero él lo esquivo con suma facilidad, aun mantenía aquella sonrisa que le hacía enfadar -¡Sanji! ¡Bájame!- fue lo único que pudo decir ya que necesitaba tapar su sonrojo de alguna manera
 
-Sora-Chan, no te vayas, quédate conmigo- las palabras que soltaron sus labios la dejaron muda, sin ninguna reacción ni siquiera un signo de vida, en verdad que las cosas se le estaba escapando de las manos, estaba completamente segura de que el cocinero planeaba hacer algo con ella, esa seguridad hizo que le diera un fuerte escalofrió por la espalda –Eres mi amiga y no te dejare ir tan fácilmente- la bajo lentamente. Tras dos pasos se alejo del rubio, clavo su mirada hacia el piso por la vergüenza que estaba sufriendo, se maldecía desde sus adentros ya que tenía que estar ligando con este tipo de situaciones, iba a golpearlo cuando sintió el dolor en su extremidad, había olvidado por completo que su puño izquierdo no estaba en condiciones para dar un golpe, además de que la mano derecha estaba dañada, mostro una mueca de dolor, debía hacer algo rápido, el tacto del joven cocinero hacia su mano herida hizo que dejara de fruncir las cejas. Con delicadeza le ato un pañuelo que tenía en el bolsillo, si no detenía el sangrado podría ser que algo malo le sucediera –Esto servirá hasta que Chopper te atienda- otra amable sonrisa hizo que estaba vez le diera una patada y se marchara a paso rápido dejándolo en el suelo, comenzaba a odiarlo aun más y a sentir escalofríos cuando se le acercaba -¿Qué es esto?- se llevo su mano a su pecho sin detenerse en sus pasos…
 
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-No puedo creer que hayas lastimado tu otra mano- Chopper estaba bastante serio vendando su puño, esa mujer era bastante violenta con su cuerpo, luego de terminar con su mano, algunos se centraron en ayudar en los preparativos de la cena, ella quería ayudar pero no se lo permitieron solo podía observar….la espalda de Sanji, era delgada pero cálida, se rasco la cabeza rápidamente ¿Por qué estaba pensando eso? El cocinero la miraba cuando podía, no sabía porque pero le agradaba verla.
El ruido de sus Nakamas en la cena no le molesto, siempre estuvo acostumbrada, Mizaki desde un principio se llevo bien con Luffy, bromeaba con él y se reía, Sanji estaba detrás en la parte de la cocina haciendo otras comidas, Robin podía notar el nerviosismo de Sora así decidió hablar -¿Has dormido bien anoche?- ella solo asintió, no quería que Sanji escuchara su voz y la mirara –Esta será tu segunda noche aquí-
 
-No, yo diría la primera noche, la anterior no cuenta- lo decía para contar sus cinco días allí
 
-¿En serio? Entonces espero que disfrutes desde esta noche la estadía aquí- como siempre Robin hablo en un tono tranquilo así dejando relajada a Sora, como esperaba de la Nakama más astuta de la tripulación –es una pena que Zoro no estuviera aquí, te hubiera gustado platicar con el ¿No?-
 
-No, yo eh averiguado mucho de Zoro así que…- no podía continuar por qué no tenía una buena excusa
 
-Cierto, hoy platicaste un poco y nos contaste sobre ti, los chicos no saben nada así que sería bueno que lo dijeras esos pequeños detalles-
 
-T-Tienes razón- miro a los chicos quienes comían como animales -mi cumpleaños es a fin de año- era claramente una mentira el mes de su cumpleaños -me gusta el Sake, tengo 20 años y- todos se voltearon al escuchar un fuerte ruido, Sanji había soltado un plato que se rompió contra el suelo -¿Qué estás haciendo cocinero? ¿Eres idiota?- lo trato con indiferencia mientras volvía su mirada a la arqueóloga, Franky se levanto para ayudarlo a limpiar -No me gusta las preguntas así que responderé de una vez, me gustan las Katanas, odio que me molesten, odio que me despierten- comenzó a contar con sus dedos por si se olvidaba de algo pero por el momento eso era todo para ella.
 
-Sora, mira esto ¿te gusta?- Nami extendió una revista para mostrarle una pollera, la muchacha miro la prenda como si fuera algo horrible pero solo dijo que no era su estilo, la navegante entendió ya que tal vez el modelo parecía algo viejo, Mizaki miraba desde su asiento a Sanji
 
-Súper listo, ten más cuidado la próxima vez Sanji- el rubio le agradeció y volvió a lo suyo
 
-Así que tienes 20 años- invento una edad para no coincidir con la de Roronoa -que sorpresa, pensé que eras más joven, no se te nota- aquel cumplido la hizo sentir bien, eso quería decir que la notaban como más joven y no podrían relacionarla con su verdadero lado o sea Zoro
 
–Yo me ofrezco para vigilar así que no se preocupen por eso hoy- Nami iba a decirle que le dejara eso a uno de los hombres pero recordó su enfado en la ciudad así que guardo silencio
 
-En ese caso le preparare algo de café en un termo, la noche será fresca- Nami había informado sobre ello así que no lo dudo, la madrugada llego de golpe y Sora ya se encontraba en la Torre, con una taza de café miraba las estrellas desde la ventana, jamás se había centrado en aquello y ahora le parecía placentero, el rostro de Nami llego a su cabeza y le provoco un ligero rubor pero en cuando pensó en el rubio el sonrojo fue completo, soltó la tasa al darse cuenta de esas extrañas sensaciones, chasqueo la lengua molesta por la pérdida de su café así que tomo la toalla que siempre utilizaba para secar su sudor y comenzó a limpiar el piso–“¿en qué diablos estoy pensando? A mi…me gusta Nami”- arrojo el trapo a un rincón y se sentó en el mullido sillón, no sabe cuándo pero se había quedado durmiendo.
 
“Tú morirá sin que te amen” abrió sus ojos de golpe al oír esa fuerte voz, esa voz… ¿fue ella misma? Algunos sueños de ese estilo se le presentaban en sus siestas y cuando dormía definitivamente, tal vez eran palabras del futuro o tal vez simplemente eran sueños. Miro por la ventana, ya había amaneciendo, al parecer no iba a hacer frio así que pensó que para el día sería bueno ir a dar una vuelta por la ciudad sola, trono su cuello y bajo al oír a Luffy que la llamaba
 
-Buen día Sora ¿Cómo has dormido?-
 
-¿Cómo sabes que me dormí Luffy?- el capitán soltó su típica y risa y respondió
 
-Porque te pareces a Zoro- esa respuesta le puso los pelos de punta ¿acaso no era diferente a él? Soltó una risa nerviosa y lo empujo para que caminara hacia la cocina para desayunar.
Sin ningún problema paso el desayuno aun que Sora pudo sentir unas miradas furtivas del cocinero hacia ella, algo que la incomodaba en cierto punto.
Ya había anunciado que se iría a la ciudad así que estaba vez se puso unas zapatillas blancas con el mismo pantalón y musculosa para irse, el llamado de Luffy luego de saltar hacia la orilla de la isla le hizo levantar la mirada -¡Oye Sora! ¡Sanji ira contigo para hacerte compañía!- eso no podía ser posible así que sin preámbulos comenzó a correr ante la mirada de todos -¡Oye Sora, te dije que esperaras!
 
-¡No esperare nada!- corría hacia la otra orilla, tenía pocas posibilidades de perder al cocinero pero al menos lo intentaría, corrió y corrió hasta llegar a la entrada de su destino, se sintió aliviada al ver que no la había podido alcanzar –Le gane, no pudo alcanzarme- decía mientras jadeaba por el esfuerzo, alguien le lanzo una botella así que por reflejo la tomo con su mano derecha herida
 
-Te tardaste Sora-Chan- era Sanji que al parecer llevaba rato esperando 
 
-¡¿Por qué?! ¡Estaba segura de que no me alcanzaste!- el solo le sonrió con gracia -¡Vete!- comenzó a correr hacia dentro y para evitar que la siguiera le golpeo el estomago con la botella, no sabía por qué no quería que le siguiera pero su cuerpo reaccionaba así, al meterse entre tantas personas la perdió de vista.
Al ver que realmente lo había perdido camino tranquilamente, tomo su ritmo y se relajo, al fin podría estar sola sin que nadie la estorbara ni le molestara, aun que levemente deseaba la compañía de la navegante pero no quería pasar el día comprando estupideces que no usaría por mucho tiempo.
Sanji corría por todos lados durante varios minutos tratando de encontrarla, a pesar de ser rápido no pudo contra ella tras el golpe, pregunta tras pregunta hacia las personas; estaba por rendirse pero se detuvo el verla mirando una vidriera, no sabía qué era lo que miraba pero se la veía feliz, se quedo a esa distancia para observarla un momento más, en un momento se distrajo con una señorita que le pidió una dirección y al volver a mirar hacia donde estaba la muchacha resulta que se había ido, miro de un lado a otro tratando de encontrarla pero no pudo, camino hacia la vidriera de la tienda en la que estaba parada minutos antes.
 
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Se encontraba frente a una taberna de mala clase, decidió entrar ya que tenía sed, disponía de poco dinero por lo que solo le alcanzo para un tarro de alcohol, trato de beberlo lentamente pero no pudo y en tres tragos se lo termino, se sentía decepcionada, le había durado poco y ya no tenía dinero, se quedo allí sentada hasta que sintió que una mano la tomo y de un tirón brusco se apego a un cuerpo desconocido
 
-Que tal señorita ¿Qué hace una belleza como usted en un lugar como este?- como se había esperado, atrajo la atención de un ebrio, mientras este le decía palabras para nada alegadoras giro su rostro hacia un costado debido al fuerte olor a muerto que soltaba con cada palabra, era peor que cuando Brook eructaba, sentía ganas de vomitar, sintió que esas manos se posaban en su cintura y eso no le agrado nada
 
-Oye, más te vale soltarme, hueles a muerto y eso me repugna- al sujeto no le agrado que le hablara así por lo que solo la apretó más contra si –Me das asco-
 
-Tienes una lengua muy sucia pero puedo sentir que tu cuerpo aun es puro, es extraño que una mujer como tú no haya perdido aquello tan importante hace tiempo- lamio su pecho, subiendo por su cuello hasta su lóbulo, ella solo sonreía –Te prometo que conmigo no te arrepentirás-
 
-Pero conmigo te arrepentirás Onii-San, has cavado tu propia tumba- se soltó de inmediato de aquellas manos tan sucias, tomo su Katana y le dio con el mango de Shuusui haciéndolo volar para luego romper la puerta del lugar, Sanji se encontraba cerca por lo que se acerco luego de oír el escándalo, las personas estaban reunidas alrededor de la taberna, viendo desde una distancia prudente al hombre que había salido por esa puerta violentamente, estaba adolorido y maldecía a la mujer. Un silencio tremendo se hizo haciendo que solo se escuchara los pasos de la persona que estaba dentro del oscuro lugar, al asomarse se vio la cara de la chica quien tenía una sonrisa de felicidad llegando a la locura e ira
 
-¿So-Sora-Chan?-

Notas finales:

Asi me ah quedo y espero que les haya gustado.

Si se quieren entretener publicare dos nuevos Fic que tenia XD

mas despues lo hare...creo


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