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Regret por IchirinNoHana

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Notas del capitulo:

Distance: Distancia.

Fuji estuvo internado dos días en el hospital. El estrés se había sumado a la mala alimentación, el insomnio y por supuesto, a la reciente ruptura con su novio; causándole un colapso tanto físico como mental.

No era nada demasiado grave. El doctor le advirtió que debía descansar y estuvo una semana sin ir a clases.

Y a pesar de que Kuranosuke ya no era su novio, estuvo toda esa semana cuidándolo en el departamento. Sin embargo, en cuanto Fuji se encontró mejor, supo que ya no había ninguna necesidad de seguir al lado del castaño.

No dijo nada. Dejó una nota sobre la mesa y se fue.

 

“Pasaré unos días con mi familia. Necesito pensar.

Shiraishi”

 

Listo. Ya estaba. Finnito. Por su culpa había arruinado una relación que le había costado la mayor parte de sus sentimientos.

El castaño suspiró con fuerza, mordiéndose los labios para que las lágrimas no se escaparan de sus ojos cuando leyó aquella nota.

 

-          Demonios… ¿Qué voy a hacer ahora?

 

Desde que habían comenzado las clases, no había hablado con ninguno de sus compañeros. Su día era básicamente: estar en clases, durante el receso estar con Shiraishi, volver juntos a casa, y así. Claro que aún había varias opciones para remediar la situación. Podía volver a hablarle a Tezuka para no sentirse tan solo, o huir cobardemente de vuelta a Tokio. También existía la posibilidad de cambiarse de preparatoria. O quizá, buscarse otro novio... Podía intentarlo con Tezuka.

Sacudió su cabeza en forma de negación ante aquel pensamiento. ¿Por qué iba a intentarlo con Tezuka? Él y su gran boca habían sido el detonador del problema que estaba atravesando. Pero, había sido sólo el detonador, la bomba, en primer lugar, siempre había sido él mismo.

 

Al volver a clases, parecía que nadie había notado su ausencia, excepto Kunimitsu, quien dudó todo el tiempo que duró el primer bloque de la mañana, preguntándose si debía acercarse a Fuji. Debía  estar enojado, y no tenía idea qué era lo que había pasado durante esa semana de ausencia, tanto del castaño como de su novio.

Cuando el timbre del receso sonó, se  levantó de un salto pensando que el otro iba a huir como siempre. Sin embargo, éste se mantuvo en su asiento, mirando a través de la ventana distraídamente. Ocupó el asiento que estaba frente a él pero éste ni siquiera le dirigió la mirada.

 

-          Oye… ¿Estás bien?

-          Sí.

-          Me alegro.

 

A pesar de que en el salón aún había varias personas que conversaban fuertemente, creando un murmullo insoportable, el muchacho de anteojos sintió que todo se sumía en un silencio incómodo.

Fuji ladeó su cabeza. Se volteó y lo miró. Alzó la mano, tocando su mejilla.

 

-          ¿Por qué… no desapareces, Tezuka?

Éste se sorprendió. Los ojos del otro tenían una expresión de dolor.

-          Una y otra vez, ¿por qué te acercas a mí?

-          Fuji… - tomó su mano – Perdóname

-          Ahora no importa Tezuka, ya no importa nada – sonrió.

-          Ustedes… ¿Terminaron? – el castaño asintió – Ya veo… lo lamento.

-          Ambos sabemos que no lo lamentas del todo.

Tezuka suspiró y sonrió.

-          A decir verdad, no demasiado, pero lo hago – apretó su mano – no quiero verte así.

-          Estoy cansado de esto – apoyó su mejilla en la mesa.

-          ¿De qué?

-          De que cada vez que te veo, no puedo evitar reaccionar de cierta manera contigo.

-          No entiendo.

-          Por más que trate de alejarte de mis pensamientos, no puedo. A pesar que hayas pisoteado mis esperanzas, siempre siguieron ahí. Por más que quisiera no podía dejar de sentir cosas por ti. Me odio, porque sabía que a pesar de que me hicieras daño siempre iba a estar ahí para ti, y que siempre reaccionaría de cierta forma contigo. Siempre… a pesar de todo. Y por culpa de esto terminé lastimando a Shiraishi, mucho más de lo que imaginé.

 

Tezuka recordó aquel día frente a Seigaku.

“- Esperé tres años, por ti, Tezuka. Tres largos años”

 

 

-          ¿Por qué no me dijiste que sentías algo por mí?

-          ¿Cómo querías que te lo dijera? Me costó mucho acercarme a ti, y me costó otro poco más el hecho de que llegaras a considerarme como un amigo.

-          Eso no es cierto – le acarició su cabello – yo también te amé durante tres años. Aún lo hago y sé que te lo he dicho.

-          ¿Por qué ahora? – murmuró - ¿Por qué no podía haber sido un par de meses atrás? Un par de años…

Fuji lo miró, apenado.

-          Perdóname – continuó apretando su mano y acariciando su cabello – Pero estoy aquí, y no pienso irme a ningún lado.

-          Lo siento.

Dijo poniéndose de pie y caminando hacia la salida.

 

Salió del salón con un sentimiento extraño recorriendo su cuerpo. Por primera vez en mucho tiempo se sintió aliviado al poner al descubierto sentimientos que llevaba guardando mucho tiempo. Pero esa sensación no duró lo suficiente, porque inmediatamente, Shiraishi apareció en sus pensamientos. Un clavo saca al otro. Eso había dicho el ex capitán del Shitenhouji una vez. Quizá fuese cierto. O Quizá, había dos clavos en su corazón. Dos heridas de una misma profundidad, que dolían de una misma forma.

 

 

 

Fuji era un miembro oficial del club de tenis, y ya que estaba bastante recuperado físicamente, aquel día se preparó y asistió a las prácticas. Al llegar a las canchas vio al capitán junto a Tezuka, pero no vio en ningún lado a Shiraishi. Se preguntó si es que el muchacho seguiría asistiendo. Un sentimiento de culpa se apoderó de su mente, al pensar que éste ya no iría porque estaba él ahí.

 

-          ¡Fuji-kun! Me alegra verte, supe que estuviste enfermo.

-          Si – sonrió – pero ya estoy bien.

-          Me alegro. Es hora de que nos pongamos serios. ¿Vamos a entrenar?

Fuji y Tezuka asintieron.

 

 

 

El cielo comenzaba a oscurecerse cuando las prácticas finalizaron. Durante los dos partidos que jugó con los otros miembros del club, se sintió en paz con el mundo y consigo mismo. Llevaba mucho tiempo sin sentirse así de tranquilo. Además, sus habilidades para el tenis no se habían ido a pesar de que había practicado en escasas ocasiones durante el verano.

Se enjugó el sudor de la frente con la mano izquierda al mismo tiempo que con la derecha le daba la mano a uno de sus compañeros.

Tomó su bolso de la banca y caminó hasta la salida. Se sentía agotado y sólo quería llegar a dormir.

Antes de salir del lugar, Tezuka lo alcanzó.

 

-          ¿Vas a tu departamento?

-          Sí.

-          Te acompaño – el castaño negó con la cabeza.

-          No es necesario.

-          Lo haré de todas formas.

 

Lo miró con una ceja arqueada y suspiró. De todas formas, no llegaría a ningún lado si comenzaba a discutir con él.

Caminaron en silencio durante un rato. Kunimitsu estaba sorprendido de que Fuji no hubiese salido corriendo cuando lo había alcanzado. Ya se había mentalizado en que, el castaño no cedería tan fácil, y que tendría que comenzar de nuevo. Lo miró de reojo, lucía cansado pero llevaba una pequeña sonrisa esbozada en los labios. Supo inmediatamente que era otra de su sonrisa-máscara.

Miró de un lado a otro y se detuvo.

 

-          ¿Quieres… esperarme aquí un momento?

-          No quiero – Fuji lo miró – pero lo haré.

 

Tezuka sonrió y se adentró en una tienda de convivencia. Fuji se acercó a la pared del lugar, a un lado de la puerta y se afirmó, cruzando los brazos. El sol se había ocultado por completo pero aún había algo de calor en el ambiente.

El muchacho de anteojos salió unos minutos después. Le entregó un helado al castaño y este lo aceptó con duda.

 

-          Masaomi-san me contó que cada año, el club realizaba alguna actividad para darle la bienvenida a los nuevos miembros.

-          ¿Qué actividades?

-          Me contó que el año pasado fueron de campamento. El equipo es bastante famoso, por lo que siempre tienen cómo financiar sus viajes.

-          Ya veo.

-          Me dijo que este fin de semana iremos a esquiar.

Fuji se detuvo.

-          ¿Iremos?

-          ¿No quieres ir?

-          Eh, no lo sé. Además, me lo acabas de preguntar, ¿cómo quieres que responda? – Tezuka soltó una pequeña risita.

-          Sí, tienes razón – Fuji lo miró extrañado. ¿Había sido su imaginación o Kunimitsu había reído?

-          El mundo está cada día más al revés – murmuró. Continuó caminando.

-          ¿Ah?

-          Nada – le sonrió - ¿Piensas ir?

-          Sí, supongo. Aunque si no vas tú no tiene gracia.

-          Ya – dijo frunciendo el ceño mientras comenzaba a avanzar.

-          Fuji…

-          ¿Hm?

-          Te amo.

-          Parece que estás de buen humor.

-          Sí. Me pregunto gracias a quién será.

-          ¿Comiste algo raro? – lo miró.

-          No, ¿por qué?

-          Por nada – dijo desviando la mirada hacia su edificio. La  ventana de su departamento tenía luz – Nos vemos Tezuka – dijo antes de entrar rápidamente al lugar.

-          Nos vemos, Fuji…

El de anteojos también miró hacia la ventana. Soltó un suspiro y siguió su camino.

 

 

El castaño al notar que la puerta no tenía seguro la abrió de golpe. Shiraishi volteó sorprendido.

-          Ho-hola Fuji. Yo solo… vine a buscar un par de cosas.

-          Shiraishi… - se reprendió mentalmente por haber pensado siquiera que el otro, iba a volver así como así. Sonrió – No tuve la oportunidad de darte las gracias por haberme cuidado la semana pasada.

-          ¡Ah! No, no te preocupes.

El ex tensai cerró la puerta y dejó su bolso a un lado. Caminó hasta sentarse en el sofá. Shiraishi estaba en la cocina revolviendo algún cajón.

-          ¿Ya no jugarás más tenis? – preguntó.

-          ¿Cómo dices?

-          ¿Por qué no fuiste hoy al club?

-          Ah, eso. No lo sé.

Shiraishi cerró el cajón que había estado revolviendo y se acercó a la puerta. Llevaba un bolso en la mano.

-          Bueno, me voy.

-          Sí – forzó una pequeña sonrisa.

-          Adi… No – murmuró – nos vemos.

El otro asintió.

Kuranosuke salió cabizbajo del lugar. Fuji respiró hondo y se recostó en el sofá. Quería llorar pero algo se lo impedía. Cerró los ojos, durmiéndose al instante.

 

 

Notas finales:

You!

Buenas tardes! espero que el capítulo haya sido de su agrado. 

He estado bastante ocupada, y apenas me alcanza el tiempo para escribir. Detesto a mi profesor de Filosofía, por su culpa he pasado dos fines de semana seguidos estudiando día y noche, y ya no doy más x.x 

En fin! ya sólo me quedan dos meses para salir de vacaciones de verano! Ah~ no sé qué es peor, las clases o las vacaciones (en las vacaciones desaparezco de la faz de la tierra, y lo detesto. Y cuando estoy en clases a penas me alcanza el tiempo) Podría dividirme en dos...

¡Muchas gracias por leer!

Jaa Ne!

IchirinNoHana. 


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