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Regret por IchirinNoHana

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Notas del capitulo:

Bittersweet kiss: Beso agridulce.

 

Todo el mundo, exceptuando  Fuji, había escuchado la declaración de guerra que Tezuka y Shiraishi se habían hecho la noche anterior. Desde ese momento el campamento sería un verdadero desastre, así que la mayoría dio gracias al cielo porque una fuerte tormenta estalló, obligándolos a irse ese mismo día.

El ex capitán de Seigaku había decidido no renunciar al castaño. El problema ahora era cómo acercarse a éste sin que Shiraishi lo descubriera, ni se le adelantara más de lo que ya había hecho.

 

Ahí se percató de que no sabía nada sobre Fuji. Le gustaba la fotografía, los jugos de Inui, la comida condimentada y el tenis, pero, ¿qué otras cosas? ¿Qué hacía en su tiempo libre? ¿Qué cosas lo ponían triste? ¿Qué lo hacía feliz?

Probablemente, en esos momentos, Shiraishi lo estaba haciendo feliz.

 

-          ¡Ah, demonios!

 

Había escuchado de alguno de los chicos que Fuji había conseguido trabajo, y pensándolo bien, sería una buena idea visitarlo.

Sin embargo, esperaba cualquier trabajo, menos ése.

 

-          Hola Tezuka – lo saludó con una sonrisa, haciéndolo entrar en la casa.

-          Me contaron que estabas trabajando, pero…

-          ¡Fuji-san! – un niño pequeño salió de una sala contigua y se detuvo al ver al de anteojos. Se acercó rápidamente al castaño – Fuji-san… ¿quién es él?

-          Un amigo – le acarició la cabeza.

-          Soy Tezuka – estiró su mano y el niño se la estrechó tímidamente.

 

Entraron a una sala de estar, donde había juguetes multicolores desperdigados en el suelo. El pequeño se arrodilló a jugar con un avión. Ambos muchachos se sentaron en el sofá.

 

-          Entonces, ¿qué te trae por aquí Tezuka?

-          Quería verte – el otro lo miró sorprendido - ¿Ya decidiste dónde vas a estudiar? – se apresuró a agregar.

-          Ah, si. Iré a una escuela en Osaka. ¿Y tú?

-          Alemania, supongo.

-          Ah, es verdad. El día de la graduación dijiste que estabas dudando, ¿por qué?

 

Kunimitsu no respondió. ¿Cómo reaccionaría Fuji si le dijese que estaba dudando por él?

 

-          Creo que ya he estado mucho tiempo fuera y…

-          ¡Fuji-san! El timbre está sonando otra vez.

-          Ya lo oí Tetsu-chan – se levantó del sofá.

-          ¿Sus padres? – preguntó Tezuka.

-          Lo dudo. Debe ser Shiraishi.

 

El de anteojos tragó saliva. Al mismo tiempo, el niño rubio al cual Fuji había llamado como Tetsu comenzó a saltar de alegría.

 

-          ¡Shira-chan, Shira-chan! – corrió tras el castaño hacia la puerta – ¡Shira-chan!

-          ¡Tetsu-chan! ¿Cómo has estado? ¿Cómo se ha portado Syu-chan?

-          ¡Bien, estuvo jugando conmigo!

-          Eso es bueno.

 

Tezuka vio a Tetsu volver, y detrás de éste venía Fuji. Se estaba preparando mentalmente para hacerle frente al novio de quién amaba, sin embargo, de pronto el castaño fue jalado hacia atrás.

 

-          ¿No me vas a saludar? – escuchó.

-          Es que está… mhgn…

 

¡Podía escuchar el sonido de sus besos! Enojado y aturdido, se levantó y caminó hasta la puerta. Fuji estaba acorralado en la pared, con las manos sobre su cabeza, siendo besado con insistencia.

 

-          ¿Debería recordarte que hay un niño presente? – espetó con dureza, acomodándose los lentes. Shiraishi se separó del castaño lentamente.

-          Oh, Tezuka, que sorpresa – lo miró indiferente - ¿Qué haces aquí?

-          Nada que pueda interesarte.

-          Me interesa. Que estés en un lugar cerrado junto a mi adorable novio – sonrió – es algo que debería interesarme… y preocuparme.

-          Fuji, te llamaré.

-          Ah, si – se apartó del otro y le abrió la puerta. Tezuka le dedicó una mirada de despreció a su rival antes de salir.

-          Nos vemos.

-          Si.

 

Fuji cerró la puerta, nervioso. Dio media vuelta, Shiraishi estaba de brazos cruzados.

 

-          ¿Hace cuánto que estaba aquí?

-          No mucho, solo intercambiamos un par de palabras.

-          ¿Te dijo algo?

-          No.

-          ¿Por qué vino?

 

El otro no respondió.

 

-          Solo vino a verte, ¿Verdad?

-          Así parecía.

-          Ese desgraciado – murmuró.

-          ¿Qué pasa?

-          Nada – lo abrazó – Olvidemos todo esto.

-          Claro – le sonrió.

 

Casi lo habían arrollado por haber cruzado cuando el semáforo estaba en rojo, ¡pero demonios! No esperaba ver a Shiraishi allí y mucho menos ver aquella escena.

Y sus palabras parecían no tener efecto en él, ya que su relación con el tensai estaba más que consolidada.

¿Fuji correspondería sus sentimientos si se declaraba?

Quizás no, pero, no perdía nada con intentarlo.

 

Un par de horas después lo llamó.

 

-          ¿Tezuka?

-          ¿Aún estás trabajando?

-          No, acabo de salir, ¿Por qué?

-          ¿Estás solo?

-          Si.

-          Te iré a buscar, no te muevas.

-          Ah, está bien.

 

Al llegar, el castaño lo estaba esperando fuera de la casa.

 

-          Vamos – el otro asintió.

 

Caminaron en silencio durante varios minutos. Para ambos, aquello fue como los días de la secundaria que a pesar de haber terminado recientemente, se veían lejanos.

Cuando Tezuka finalmente rompió el silencio, se encontraban cerca de Seigaku.

 

-          Estoy dudando, por ti.

 

Ambos se miraron. Fuji abrió los ojos sorprendido.

 

-          No sé si quiero irme nuevamente a Alemania. Y es por ti. Quiero… No quiero dejar de verte. Yo te amo Fuji – se acercó y tomó sus manos – Te amo.

-          No… mentiroso – murmuró.

-          No te estoy mintiendo Fuji, te amo, y quiero estar contigo – el castaño soltó sus manos.

-          No – dijo en un hilo de voz mientras avanzaba lentamente – es mentira.

Tezuka lo tomó de los hombros.

-          ¡Te amo! ¿Por qué insistes en decir que es mentira? – Fuji sonrió mientras las lágrimas se deslizaban silenciosas por sus mejillas.

-          ¿Por qué me haces esto? No tienes que amarme, no puedes amarme. Yo… Shiraishi…

-          ¿Por qué no puedo amarte?

-          Esperé tres años por ti, Tezuka. Tres largos años. Y tú no hacías más que ignorarme. Sentía que me odiabas.

-          No, te equivocas, eso era… estaba celoso, siempre estuve celoso de nuestros amigos, de la gente que conocimos en las otras escuelas.  Oshitari, Kawamura, Tachibana… ¡Hasta llegué a estar celoso de Kikumaru!

-          No puedes… No, no, no – Agachó su cabeza - ¿Por qué ahora?

-          Fuji, te amo – acarició su mejilla, y tomándolo del mentón rozó sus labios.

-          Estúpido Tezuka – rodeó su cuello con sus brazos, mientras el otro rodeaba su cintura.

 

 Se repitió una y otra vez que aquello estaba mal, y rogó que cuando Shiraishi se enterara de aquello, fuese capaz de perdonarlo. Las lágrimas no se detuvieron, aun cuando ambos estaban compartiendo el beso que tanto habían esperado durante tres años.

 

Notas finales:

You!

Bien, primero que todo, lamento no haber publicado la semana pasada. No recuerdo qué fue lo que hice pero estuve ocupada:(

Odio a Tezuka. Es tan... Tezuka.

¡Y volví con mis melodías existenciales! 

Para quien haya leído "Nuvole Bianche" les traigo una nueva canción, y deberían leer la confesión de Tezuka con ella de fondo. Y para los que no lo han leído, bueno, este es un compositor que realmente me gusta a pesar de llevar poco tiempo escuchándolo, se llama Ludovico Einaudi y sus melodías son mi música de fondo para escribir:)

http://www.youtube.com/watch?v=9-ZVeAKYNLk

Espero que lo hayan disfrutado ^^ 

Jaa Ne!

IchirinNoHana.


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