Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Regret por IchirinNoHana

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tell me a lie: Dime una mentira.

Una semana exacta, eran los días que llevaba escapando de Tezuka. Cada vez que el timbre del receso sonaba, Fuji desaparecía del salón como alma que lleva el diablo. Quería evitar a toda costa encontrarse con el de anteojos, ya que, a pesar de la llegada de éste último a Osaka, su relación con Shiraishi parecía no haber sufrido grandes cambios y temía que el sólo hecho de hacer contacto con Tezuka pudiese arruinar el rumbo de las cosas.

Había comenzado a construir la barrera que se había derrumbado aquel día frente a Seigaku y no estaba en sus planes dejar que su ex capitán invadiera su mente.

 

Sin embargo, que el muchacho invadiera su mente o no era sólo una parte del iceberg. La duda que rondaba en su cabeza desde hacía una semana no lo dejaba tranquilo. ¿De quién estaba realmente enamorado?

¿Cómo era posible que esa duda existiese en su mente? Su novio era Shiraishi, y supuestamente, Tezuka ya debería haberle dejado de gustar. ¿Entonces qué? ¿Por qué dudaba tanto?

 

El primer timbre del día lunes sonó y él salió rápidamente del salón. En esos momentos tampoco quería ver a su novio, por lo que se escabulló hasta el cuarto piso. Caminó lentamente a través del pasillo hasta llegar al final. Se detuvo frente a la ventana y se sorprendió al percatarse de que el lugar tenía canchas de tenis.

¿Habría un club?

 

-          Fuji, ¿por qué me estás evitando?

 

El castaño volteó sorprendido. Kunimitsu estaba detrás de él. ¿Cuándo…? Cerró los ojos e inspiró despacio, intentando calmarse. No importaba. Volteó hacia el vidrio.

 

-          ¿Estás enojado?

-          Esa es una pregunta bastante inútil, Tezuka.

-          Puedo imaginarlo –el de anteojos acercó a la ventana, quedando a su lado –Es por eso que quiero hablar contigo.

-          Pero yo no.

-          Ya veo, pero, puedo explicar por qué no respondí tus llamadas estos últimos meses.

-          Ya no importa Tezuka – Lo miró con una sonrisa. Se alejó de la ventana y se encaminó hacia las escaleras – Además, ¿qué es lo que quieres explicar? Tú te fuiste, yo me quedé. Fin de la historia.

-          Pero volví – alzó la voz, haciendo que Fuji se detuviese – Estoy aquí, en Osaka.

-          Dijiste que me amabas, y luego te fuiste sin darme siquiera una explicación – negó con la cabeza - ¿cómo querías que me sintiera? ¿Cómo crees que me siento?

-          Mis sentimientos no han cambiado.

 

Fuji frunció el ceño, caminó lentamente hasta desaparecer de la vista del otro.

Tezuka pudo notar, cómo sus pasos se volvían cada vez más rápidos.

 

 

Shiraishi se asomó en la puerta, buscando a Fuji. Enseguida notó que no estaba, y de inmediato supo que Tezuka tampoco. El receso estaba por acabar y él no había podido dar con su novio. Pensó en el cuarto piso y reprochándose el por qué no había ido allí antes, corrió escaleras arriba con el corazón palpitándole con fuerza.

Sin embargo, su corazón se relajó al ver que sólo estaba Tezuka en el lugar, mirando por la ventana. Se detuvo y el otro volteó para mirarlo con una sonrisa ladina. Kuranosuke frunció el ceño y continuó su camino hasta llegar a la azotea.

Pero Fuji tampoco se encontraba allí.

 

Se acercó hasta el borde del edificio, apretando los papeles que sostenía en la mano. No era muy probable que se hubiese ido a casa, ya que le hubiera avisado. ¿Dónde estaba Fuji?  Bajó la mirada y casi por arte de magia, lo vio paseando por las canchas de tenis.

Sonrió, devolviéndose por dónde había llegado. Pero al detenerse en el cuarto piso Tezuka ya no estaba. La sonrisa que le había dedicado apareció en su mente, mientras se acercaba al lugar donde había visto al ex capitán.

Abrió los ojos, sorprendido, al ver que desde ese lugar veía con claridad al castaño.

Apretó los labios, maldiciéndose interiormente. Volvió a las escaleras y continuó bajando hasta llegar al patio.

 

-          ¡Fuji!

El castaño, quien estaba a punto de entrar a una de las canchas, se detuvo.

-          ¿Shiraishi?

-          El receso está por acabar – mencionó deteniéndose a su lado, tratando de recuperar el oxígeno que había perdido bajando las escaleras.

-          ¿Estuviste corriendo?

-          Si, no te encontraba en ninguna parte.

-          Deberías hacer más ejercicio – Shiraishi sonrió.

-          Mira esto – le entregó un papel.

-          ¿Club de tenis?

-          Si, quiero entrar, pero contigo – hizo un puchero.  Fuji sonrió.

-          Supongo que lo que tienes en la mano son las solicitudes, ¿verdad?

-          Exacto – rió – Tú y yo seríamos una pareja de dobles.

El otro no respondió.

-          ¿No estás de acuerdo?

-          ¿Por qué no? Aunque no estemos en el mismo curso, no es mala idea estar en el mismo club – le sonrió.

-          ¿Por qué sería mala idea estar juntos? – Syusuke no supo si interpretar eso como una broma, por lo que mantuvo silencio.

-          ¿A quién hay que entregarle las solicitudes?

-          Al capitán del equipo.

-          Ya veo.

-          Completa tus datos y me lo entregas en el próximo receso.

-          Está bien.

 

 

El ex tensai de Seigaku volvió a su salón. Se había hecho habitual que al poner un pie dentro del lugar, Tezuka inmediatamente posara su mirada en él. Se mordió el labio inferior en el momento en que las palabras de Shiraishi se hacían presentes al mismo tiempo en el que sentía la mirada del ex capitán sobre su persona: “¿Por qué sería mala idea estar juntos?”

Se sentó, tomó un lápiz y comenzó a llenar la solicitud. ¿Por qué le había preguntado eso? Si quería que realmente le respondiese aquella pregunta no iba a conseguir una respuesta. ¿Estaría buscando romper con él? ¿O simplemente estaba celoso?

Y aunque Fuji no tuviese la menor idea de lo que le pasaba a el ex capitán del Shitenhouji, éste también tenía un caos en su cabeza.

 

No podía competir con un amor que había durado tres años. Es decir, puede sonar poco, pero tres años no era poco. No era un período de tiempo corto. Día tras día, alimentando una ilusión, manteniendo siempre viva la esperanza de que el otro correspondiese sus sentimientos. No era capaz de entender a Fuji ya que, de la única persona por la cual él sentía que estaba enamorado era de su actual novio, y a pesar de conocerse hacía casi un año, eso no era nada comparado con los casi cuatro años desde que conocía a Tezuka.

Confiaba en Fuji, y se repetía incansablemente que confiaba y confiaría en él porque el otro lo quería. Sin embargo, había una sensación en el ambiente que no lo dejaba tranquilo. Las dos veces que había “enfrentado” a Tezuka no habían sido nada más que el inicio de una tormenta. La cual estaba a punto de estallar.

 

 

Las clases terminaron, y Fuji, por tercera vez en el día había salido corriendo del salón. Afuera estaba su novio, esperándolo con una sonrisa en el rostro.

 

-          Ya hablé con el capitán del club.

-          ¿Te dijo algo?

-          Dijo que se alegraba mucho de tenernos en el club de tenis, dijo que había oído hablar de nosotros gracias al nacional del año pasado.

-          ¿Cuándo empiezan las prácticas?

-          Hoy mismo.

-          ¿De verdad?

-          Si, vamos a casa a cambiarnos, el entrenamiento comenzará dentro de una hora, tenemos tiempo suficiente para ir y volver.

-          Está bien.

 

Salieron del edificio en silencio. Fuji miró sobre su hombro, en dirección a su salón, y ahí pudo ver a Kunimitsu de brazos cruzados, mirando fijamente a ambos. Shiraishi suspiró al notar la situación.

 

-          ¿Te ha dicho algo?

-          No – mintió.

-          Ya veo.

 

Ninguno abrió la boca hasta llegar a su departamento, ni después. Llegaron a la práctica tan callados como habían salido de clases.

En las canchas, el capitán del club de tenis, Masaomi Takeshi los esperaba con una sonrisa.

 

-          ¡Fuji-kun! Es un honor tenerte como miembro del club – dijo acercándose. Le dio una palmadita en el hombro – Y por  supuesto que a Shiraishi-kun también, por favor siéntanse libres de ocupar cuanto deseen las canchas de tenis.

-          Muchas gracias – dijo Fuji.

-          Muy bien – hizo una mueca – falta alguien más.

-          ¿Quién? – preguntó Shiraishi.

-          Supongo que ya deben conocerlo.

-          Capitán, lamento la demora.

-          ¡Tezuka-kun! Acércate por favor.

Los novios voltearon al mismo tiempo. Kunimitsu llevaba un uniforme deportivo. Y en su mano izquierda llevaba su raqueta.

-          Te estábamos esperando. Ellos son los otros miembros de los que te hablé.

-          Si, ya nos conocemos.

-          Bien, eso facilitará las cosas. Como este es el primer entrenamiento, y – miró a Shiraishi y a Tezuka – en vista de que ambos fueron capitanes en sus antiguos clubes, me gustaría que jugaran un partido.

 

Ninguno articuló alguna palabra. Incluso el estoico Tezuka se veía bastante afectado con la idea de jugar un single.

Fuji agarró el meñique de Shiraishi, apretándolo con delicadeza. El otro estaba temblando.

-          ¿Y bien?

-          Acepto – dijeron al unísono.

-          Entonces, que comience el entrenamiento.

 

Los cuatro se adentraron en una cancha. Fuji aún sostenía la mano de su novio.

-          Shiraishi, no tienes qué hacer esto.

-          Fuji, relájate. Es sólo un partido.

-          Si, pero…

-          Tranquilo – le sonrió – es sólo un partido.

El castaño frunció el ceño.

-          No mezcles las cosas.

-          Lo sé – asintió mientras le daba un pequeño beso en los labios. Tezuka, presenciando la conversación algo cerca, desvió la mirada.

Shiraishi sacó su raqueta al igual que Tezuka, y ambos se ubicaron en los lados correspondientes.

 

-          Deben darse la mano – advirtió el capitán.

A pesar de su disgusto, se acercaron a la red y se estrecharon la mano.

-          Este es…

-          Un partido por Fuji, ¿No, Tezuka?

El otro se ajustó los anteojos y volvió a su posición.

 

Shirashi fue el primero en sacar. La pelota amarilla iba y venía sin cesar. Fuji miraba todo esto con el alma en un hilo. No era buena idea que esos dos tuviesen un partido el uno contra el otro. Se podía malinterpretar. Él lo estaba malinterpretando ya, entonces, ¿Qué quedaba para los que estaban jugando?

 

-          ¡Out!

Shiraishi se limpió el sudor de la comisura de los labios con su camiseta. Volvieron al juego y nuevamente la pelota salió fuera.

 

A medida que avanzó el tiempo, más agresivos se volvieron los golpes de cada uno, y a pesar de que estaban dando todo en la cancha, ninguno había logrado marcar ni siquiera un punto.

 

-          ¡Out!

Exclamó nuevamente el capitán.

-          Chicos, no quiero ser grosero, pero podemos seguir con su partido otro día, deberíamos ir hacia donde está el resto del club.

 

Pero los muchachos no le hicieron caso y continuaron jugando con firmeza. Todo iba “bien” hasta que a Tezuka se le ocurrió abrir la boca.

 

-          Este es el partido que debería decidir todo.

-          No voy a apostar a Fuji en este juego.

-          No me refería a eso – golpeó la pelota – si yo gano, debes dejar que Fuji decida.

-          ¿Quieres hacerlo cambiar de opinión? Él está conmigo, ¿qué parte de eso no entiendes?

-          Está contigo, pero eso no significa que sea tuyo.

-          ¿Y qué se supone que va a decidir? – golpeó la pelota - ¿Irse contigo o quedarse conmigo? ¿Debería aclararte que no fui yo quien desapareció?

-          Eso es algo que sólo hablaré con Syusuke.

-          Pero Syusuke ya no quiere hablar contigo.

-          Porque no quiere arruinar su relación.

Shiraishi enmudeció.

-          Sabe que si habla conmigo más de la cuenta, se confundirá. Y eso es porque aún siente algo por mí.

-          ¿Siente algo por ti? – soltó una risa amarga mientras recibía la pelota y la devolvía con fuerza – Lo dudo mucho.

-          Después de todo, el beso que nos dimos antes de que me fuera me lo confirmó.

-          ¡Out!

Shiraishi miró a Fuji.

-          ¿Beso?

-          ¡Shiraishi…!

-          Beso – murmuró - ¿Lo dices sólo porque te dio un beso? – dijo, tratando de guardar lo que realmente estaba sintiendo por la repentina revelación – No puedes comparar un beso, con el sexo, ¿O si, Tezuka-kun?

-          ¡Shiraishi!

Kunimitsu botó su raqueta, saltó la malla y tomó a Kuranosuke del cuello.

-          Dime que no lo hiciste… ¡Dímelo!

-          ¡Tezuka! – Fuji llegó hasta ambos, deshizo el agarre para llevarse a Shiraishi fuera del lugar, pero antes de poder alejarse, el de anteojos tomó su mano.

-          Fuji…

Ambos se miraron fijamente y pronto, Tezuka lo soltó al ver que sus ojos decían que nada de lo que había dicho el otro era mentira. El castaño se llevó a su novio hacia los vestidores y el ex capitán del Seigaku se quedó de pie en medio de la cancha.

 

-          Vaya – dijo Takeshi – Creo que fue una mala idea haberlos hecho jugar.

 

 

Notas finales:

Yohohoho!

¡Claro que fue una mala idea señor Takeshi! Ay dios, cómo me hacen sufrir.

¿Cómo están? Yo estoy aun convalenciente jaja tuve problemas en las muñecas (tendinitis) y estuve muchos días sin poder escribir, ni siquiera en clases. Aun me duelen mis muñecas, pero no tanto, es algo a lo que estoy acostumbrada xD

¡Y me desgarré la espalda! Estuve en cama un par de días, así que he estado alejada de todo, pero en fin, poco a poco estoy volviendo a la vida.

Espero que les haya gustado^^ Lamento mucho la demora, pero, lamentablemente (? mi salud está primero xD

Jaa Ne!

IchirinNoHana.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).