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El precio del amor por Shamita

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Notas del capitulo:

¡Wii! despues de mucho tiempo y andar días con un parche y alejada de la computado por fin pude subir la continuacion...

GRACIAS POR LEER!!! :D

No sabía cuánto tiempo había pasado con exactitud, lo único que estaba seguro es que debía ser el período de tiempo suficiente para que su cuerpo comenzase a pedirle algo de alimento, si bien gracias a la meditación había logrado no pensar en la comida eso su cuerpo no lo había logrado olvidar, sobre todo porque no había tomado ni siquiera un poco de agua en todo ese tiempo y ya comenzaba a hacer meya en su cuerpo ya que cada vez sentía más la necesidad de alimentarse y descansar de verdad esto debido a que no podía dormir debido a que las palabras de Saga aun estaban presentes y no podía dejar que lo tomara desprevenido.


­ – Pronto necesitare algo de comida ­–se dijo el rubio mientras estaba recargado nuevamente en la pared–­, puedo pasar días sin comer pero es necesario para el cuerpo humano tomar agua.


Se paro unos momentos de su asiento necesitaba estirar las piernas, al ser un cuarto pequeño lo único que podía hacer era caminar en círculos, pero como en otros días llamo a la puerta.


­ – Señor Albiore –­llamo el rubio–­, ¿está ahí?


­ – Joven Shaka ­–le contestaron desde afuera–­, no podemos hablar ya se lo he dicho.


­ – Pero solo quiero escuchar una voz aparte de la mía ­–dijo Shaka–­, anda Albiore tu jefe no se enterara.


­ – Joven… ­–comenzó a hablar el mayor pero se detuvo al ver llegar a su hija– ¿Pasa algo June? –­cuestiono a la joven.


­ – Solo venia a ver si no se te ofrecía algo padre. –­contesto la rubia, mientras observaba detenidamente al mayor­– ¿Qué hacías padre?


­ – Eh pues veras solo le decía al joven Shaka que no podemos hablar ­–dijo en voz alta la última parte para que el rubio que cuidaba lo escuchara claramente.


­ – ¿El joven está despierto? –­cuestiono la menor–­ ¿puedo hablar con él? Se debe sentir muy solo ­–continuo poniendo la carita más tierna que tenia para lograr que su padre le diera permiso.


­ – June, que te dije acerca de ayudar al joven Shaka ­–hablo el mayor en tono serio­–, nadie debe de ayudarle, no quiero que te pase nada mi niña


­ – Pero padre ­–dijo la rubia–­ sólo hablare con él, lo prometo.


Shaka que había estado escuchando la conversación entre padre e hija, creyó poder tener una oportunidad de saber que pasaba afuera pero no podía mentirse al confirmar que estaban siendo amenazados o se encontraban contra la pared y no lo podrían ayudar, pero por lo menos si la joven detrás de la puerta lograba que Albiore le permitiera hablar podría obtener información acerca de cómo estaban las cosas en esa mansión.


­ – Albiore –­llamo el prisionero–­, prometo que no convenceré a tu hija de hacer nada en contra de tu jefe o a que me ayude a salir de aquí, solo quiero hablar –­continuo diciendo en busca de obtener una respuesta afirmativa de parte del mayor­–, mira que me volveré loco sino platico con alguien más.


Estuvieron por unos momentos ambos rubios cada uno desde su lugar insistiendo para lograr que el mayor les permitiera hablar y prometiendo que solo hablarían que ni la rubia trataría de darle alimento ni el rubio la incitaría a ayudarlo para salir, después de muchos argumentos los más jóvenes lograron su cometido.


­ – ¡Ah! –­suspiro rendido el mayor ya que entre ambos rubios menores parecía haber un acuerde desde antes para no dejarle en paz hasta que lograran su cometido­–. Bien, pero solamente hablaran y nada más –­por fin accedió Albiore­– pero nada de tratar de forzar la entrada June, te lo advierto ­–hablo firme–­ los dejare solos para que conversen.


­ – ¡Sí! –­contestaron ambos rubios, uno enfrente del mayor y el otro dentro del cuarto con su cuerpo apoyado en la puerta.


Albiore se fue dejando a su hija y a Shaka a solas, sabía muy bien que ninguno de los dos rubios tenía la culpa de lo que pasaba y que el espíritu servicial y amable de June la hacía querer ayudar al chico dentro de ese cuarto aunque fuese hablarle para darle ánimos, cosa que sabía que le vendría bien al rubio ya que lo que se le aproximaba no era para nada agradable y no era algo que le desease a nadie.


­ – ¿Ya se fue? ­–cuestiono Shaka desde dentro de su prisión


­ – Si, ¿crees que se dé cuenta de si hago trampa? ­–pregunto esta vez la joven, mientras que aun con la mirada fija en el lugar por donde había desaparecido su padre, sacaba de una de las mangas una llave­– Te traje unas crepas saladas. –­comento mientras que abría con cuidado de no hacer ruido y solo lo suficiente para darle la bolsa que traia escondida.


­ – Gracias June –­dijo el rubio sorprendido al recibir una bolsa donde estaban contenidas las crepas–­, como podre pagarte esto que has hecho por mí.


­– No hay de qué Shaka, mira que lo hago por un amigo –­contesto la rubia–­. Quien iba a decir que uno de mis compañeros de la secundaria acabaría como lo has hecho tú ­–dijo mientras se sentaba en el suelo recargando su cabeza en la pared viendo hacia el pasillo que conducía hacia la cocina de aquella mansión.


­– Si verdad –­comento el rubio que nuevamente se encontraba encerrado por precaución–­, June espero no meterte en problemas por mi culpa –­dijo Shaka mientras pensaba en lo que momentos atrás había confirmado­–, de verdad que espero no te pase nada por ayudarme.


­ – No te preocupes Shaka que mi papa no dejara que el Señor Saga me ponga una mano encima –­contesto June convencida


­ – Espero tengas razón porque June yo no perdonaría si te pasase algo por mi culpa –­hablo el rubio que se había vuelto a sentar apoyando su espalda en la puerta y con los pies estirados en el piso–­ ¡Gracias por la comida! ­–dijo mientras comenzaba a comer las crepas–­ ¿Y dime como han estado las cosas haya afuera?


­ –Bueno pues veras, Kiki ya no ha regresado a la mansión desde lo que ocurrió contigo, el joven Mu y el señor Kanon han pasado unos días fuera de la mansión ­–explico la rubia mientras jugaba con sus manos–­, el joven Afrodita se encuentra aun muy preocupado por ti todos los días me pregunta como estas, el señor Saga se pasa las noches con el joven Alberich y el joven Sorrento a veces es solicitado y cuando no pues se la pasa en la sala o en su cuarto leyendo un libro ­–continuo explicando–­, nosotros estamos seguros que el señor Saga aun estaba molesto y por eso se la pasa con el joven Alberich para calmarse a través de bueno… tu sabes Shaka ­–comento sonrojada la chica.


­ –Comprendo June ­–dijo el rubio pensativo desde dentro del cuarto­–, ¿y dime cuantos días tengo aquí encerrado?


­ – Pues creo que ya son cinco días pequeño Shaka ­–le contesto la rubio con una sonrisa a pesar de no poderlo ver.


­– Hace mucho no me llamaban así –­comento el mencionado con una triste sonrisa–­, además si mal no recuerdo  solo eres mayor que yo por seis meses no es mucho –­se defendió.


­ – Jajaja, ahí Shaka nunca cambias verdad ­–comento sonriendo feliz la rubia–­ desde pequeños que decías eso.


­ – Jajaja, tal parece que no ­–dijo Shaka con un dejo de tristeza–­, mi papa Asmita decía que siempre conservara mi espíritu de niño, así que soy un niño aun June tu ya eres una anciana –­rio el rubio con su comentario a pesar que en su mirada había un brillo de tristeza mal disimulada.


­ – Jajaja, tienes razón Shaka –­concedió la chica mientras se ponía de pie debido a que había escuchado pasos acercarse y pronto pudo comprobar que era su padre quien se acercaba­–. Bueno pequeño Shaka ya viene mi padre, se fuerte pronto saldrás de este encierro –­comenzó a despedirse de su amigo–­, solo trata de no ser tan “rebelde” amigo –­aconsejo antes de que su padre llegara a donde estaba.


­ – Tratare June, no prometo nada ­–contesto el rubio mientras imitaba a su amiga para ir hacia el lado contrario de donde estaban las ventanas y así poder ver aunque fuese un poco del cielo que se mostraba anaranjado o al menos esa era su apreciación­–. Gracias amiga –­dijo antes de escuchar como alguien llegaba y su amiga se iba.


Aquel lugar volvió a quedarse en silencio, mientras que Shaka nuevamente estaba dando vueltas en ese pequeño lugar para tratar de idear una forma en la que salir de esa mansión sin que Albiore o June lo ayudasen, ya que no se sentiría bien el saberse el responsable de algo que les pasara sobre todo a la chica que se había portado tan bien después de tantos años en que no se veían, definitivamente no podía poner en peligro a June así que lo primero sería que ya no fuese a verlo, para descartar que la ligaran con él cuándo lograra huir de ahí, lo segundo era seguir guardando energías para cuando lo dejaran salir a asearse y comer, y por ultimo y lo más importante estaba el cómo salir de esa casa, ya sabía que Albiore haría todo lo que fuera necesario para dejarlo sin posibilidad de alguna oportunidad de escape, también sabía que en la casa habían instaladas en diversos lugares cámaras de seguridad cosa que lo dejaba en desventaja al poder ser captado a la hora del escapa, tenía que tomar en cuenta también que había un equipo de vigilancia y los perros que Albiore le había dicho anteriormente que se encontraban cerca de la caseta de vigilancia al frente de la mansión, eso le daba una pequeña apreciación de cómo estaban las cosas y no eran nada buenas para él.


­ – Viendo las cosas así creo que sería mejor ir hacia el bosque ­–se dijo el rubio mientras miraba desde su lugar la poca luz de la luna que entraba al pequeño cuarto–­ pero para eso tendría que pasar por toda la mansión y eso me quitaría mucho tiempo a demás de que me puedo topar con quien no debo ­–continuo para acostarse en el suelo frio de aquel lugar dejando que la luz iluminase su rostro–­, pero debo tratar si quiero irme de esta mansión de locos.


Siguió perdido en sus pensamientos hasta que el sueño lo venció aunque antes de de cerrar definitivamente sus azules ojos y dejarse llevar por la inconsciencia susurro a la noche y al silencio un deseo, el deseo más profundo de su corazón, aquello que deseaba con todo su ser.


­ – Ser libre… te quiero ver papa –­susurro el peli rubio antes de caer completamente en un profundo sueño y dejando escapar una solitaria lagrima.


Justo en esos momentos en la habitación de Saga se encontraba este junto con Alberich en un encuentra pasional como tantos que habían tenido en esos escasos cinco días, y si había algo que el peli rosa podía reconocer era cuando su señor se encontraba molesto y en esos días su disgusto no había aminorado casi nada prueba de ello era que justo ahora se encontraba penetrándolo fuertemente, es más ni siquiera lo había reparado como generalmente lo hacía.


Saga por su parte aun no se podía sacar de la cabeza a cierto rubio que se encontraba encerrado en la única habitación del personal que se encontraba desocupada y que era la peor ya que en esta solo había espacio para una pequeña cama y un pequeño armario, y con cada estocada que daba a Alberich pensaba en esos ojos color turquesa que lo miraban desafiantes y que a pesar de haberlo golpeado seguían conservando un brillo indomable, y lo sabía bien cuando lo sacara de su encierro vería esa mirada llena de orgullo y fiera pero él se encargaría de darle donde estaba seguro que más le dolería y de paso mataría dos pájaros de un tiro, lo dominaría, le quitaría ese orgullo pero sobretodo lo marcaria como suyo, solamente suyo y de nadie más.


­ – Señor … señor… duele… duele… ­–gemía Alberich debido a las fuertes estocadas que le estaba dando, sentía como comenzaba a bajar algo por sus muslos y estaba seguro que no era la esencia de su señor.


­ – Mío… solo mío… ­–decía entrecortadamente Saga mientras estocaba las fuerte y estrujaba las caderas de su amante­–  de… nadie… más…  –seguía mientras que salía bruscamente de Alberich para tomar ambas piernas y levantarlas y acomodarlas hacia un lado y volver a penetrar logrando con esto que la entrada del peli rosado se encontrase más estrecha y teniendo así más placer en su miembro.


­ – mmm… señor… más… despacio… duele… mmm… señor –­decía entre gemidos el menor pero pronto olvido el dolor al sentir una de las manos del mayor tomar su miembro entre su mano y comenzar a estimularlo al ritmo de sus estocadas


Estuvieron así unos minutos más aumentando el ritmo de las estocadas por parte del peli azul, cuando este comenzó a sentir que pronto llegaría al clímax volvió a salir de su amante en turno y lo hizo ponerse a gatas sobre su cama y él se paro cerca de esta dejando su endurecido miembro a la altura de la cara del más joven


­ – ¿Quieres… tomar… tu… leche… Alberich? –­pregunto Saga mientras acercaba la cara del mencionado hacia su miembro, como respuesta solo obtuvo un movimiento afirmativo de la cabeza de este mientras se dejaba guiar hacia aquel pedazo de carne sin apartar su mirada lasciva de la del mayor.


Pronto el oji verde se encontraba devorando aquel miembro de arriba hacia abajo pasaba su lengua para después meterse por completo el pene de su señor a la boca y bajar lentamente hasta que las manos de Saga le marcaron un ritmo mucho más acelerado tanto que sentía como se clavaba aquel pedazo de carne en su garganta casi sin dejarlo respirar, el menor se encontraba excitado y deseaba terminar junto con su señor por esto guio una de sus manos hacia su propio miembro para masturbarse pero a medio camino se encontró con la mano de Saga asi que elevo su vista hacia este pero solo sonrió con maldad y le negó con la cabeza mientras seguía marcando el ritmo, unos momentos más Saga se descargo en la boca de su amante que aun no podía hacer lo mismo y  su miembro le dolía debido a que el mayor había impedido con su mano libre que él se masturbara y que acabara junto con su señor.


­ – Vete ­–dijo sacando su miembro de la boca del menor.


­ – Pero señor ­–hablo el otro al no comprender la reacción de su señor–­ ¿hice algo mal?


­ – ¡QUE TE VAYAS! –­grito Saga tomándolo de un brazo y aventándolo rumbo a la puerta–­ ¿¡QUE NO ENTIENDES!?... LARGO NO QUIERO VERTE…


– Si… como diga señor… ­–dijo el peli rosa mientras tomaba su ropa para salir de la habitación, cuando estuvo afuera se quedo viendo unos momentos la puerta sin entender la reacción de Saga­– Todo debe ser culpa del rubio ese –­se dijo al no hallar ninguna explicación sobre lo ocurrido, sin tener más que hacer se dirigió hacia su habitación, ya no tenía ganas de nada y si Saga deseaba estar como un bárbaro pues que le aprovechara mientras a él no le quitase ninguno de sus privilegios en esa casa podía pasar un terremoto y el no se inmutaría.


Mientras dentro de la habitación Saga estaba hecho una fiera, debido a que durante toda la sesión que tuvo con Alberich había estado imaginando a cierto rubio pero lo que le causaba más furia es que aun teniendo al hermoso del peli rosado en sus manos y a su disposición no había podido sacar de su mente por ningún momento a Shaka y vaya que lo había intentado, es más no lo podía sacar de su cabeza desde que lo había encerrado y sabia que no se estaría en paz hasta que lo tuviera debajo suyo gimiendo como una “perra en celo”.


­ – ¡ARGH! SERAS MIO RUBIO –­grito sentenciando la suerte del rubio que se encontraba lejos de él­– serás mi perra ­–dijo decidido mientras se acostaba en la cama en que antes se encontrase Alberich, poco a poco fue cayendo rendido mientras se imaginaba al ojí turquesa a su lado, desnudo y solo a su disposición.


­ – Mío –­dijo antes de cerrar sus ojos para dejarse llevar al mundo de Morfeo con una sonrisa lujuriosa y decidida.


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