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Desliz por MinychanMisheta

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Notas del capitulo:

In your face...

No hay dolor más grande que acordarse del tiempo dichoso, en la desgracia.-La Divina Comedia. Dante Aligheri

 

Despertó fresco como una rosa, no se encontraba mal. Vió al lobo dormitar a su lado y sonrió. Su esposo. Fue a levantarse cuando este tiró de él y lo puso sobre su pecho.

-¿Donde te crees que vas, cachorro?

-Ya ha amanecido, me encuentro bien, no tengo fiebre.

Se alzó y con él a Inuyasha, que lo había estrechado entre sus brazos. Miró a través de la puerta corredera por donde se filtraba la luz de la mañana. Vió que su cachorro lo miraba. Y lo besó. Suyo, suyo, suyo. Contempló las marcas que poblaban su cuerpo, marcas que indicaban que era de su propiedad. Había una bandeja con desayuno, comieron entre mimos y risas.

-Esa puerta da al baño, lávate, hueles demasiado a mí.-Vió al otro sonrojarse.

-¿No te gusta eso?

Sonrió y le besó.-Me encanta eso, pero, hoy viene mi hermano y quiero darle una sorpresa. Cuando sepa que va a ser tío saltará de alegría.-Le tocó el vientre y le besó con cuidado. Le entraban ganas de chillar de la emoción al pensar en tener un pequeño cachorrillo con su cachorro, valga la redundancia.

Inuyasha lo vió levantarse. Estaba desnudo y se estaba poniendo una yukata marrón oscura. Tenía cuerpo de escándalo, con la tez morena y los músculos fuertes, tenía un pelo tan bonito, y que decir de sus preciosos ojos azules, ¿lo había elegido su demónio doncel por eso? ¿por que podía proteger a las crías? Ya conocía lo poderoso y fuerte que era, así que no el extrañaba que fuera por eso. Quizás por eso él lo eligió también. No era débil y era fértil, quizás tanto que sus impurezas de medio demónio poco importaban. De solo pensar que le quería, las cosas que hacían por las noches. Como le hacía gozar, disfrutar.

-¿Podrías dejar de atraerme así? Intento salir de la habitación, y no me dejas.

-Lo siento.-Inuyasha se levantó y avanzó hacía la puerta del baño.-Solo pensaba en las cosas que me haces en la cama...pero como te tienes que ir, no la podremos repetir en la bañera...una lástima ¿no crees?

Lo vió cerrar la puerta, maldito cachorro seductor. Ya lo pillaría esa noche, ya. Abrió la puerta que daba al jardín trasero. Metió la cabeza bajo la cascada y al poco salió. Vió a Inuyasha con un kimono rojo acercarse a él.

-Vaya, mi madre tiene un gusto exquisito para la ropa.

Inuyasha se sonrojó.-Me siento un poco mujer, la verdad.

-No digas eso, te queda muy bien.- Se acercó e iba a darle un beso cuando notó su olor.-Disculpa cachorro...

Se puso como a dos metros de él e iba apreguntarle que hacía cuando un pequeño cachorro de lobo se lanzó encima de él, este lo atrapó al vuelo y lo estrechó entre sus brazos. Tenía el pelo negro corto con algún reflejo castaño, los ojos tan azules como los de Koga y vestía con una pequeña armadura encima de un pelaje azulado.

-¡Nii-sama! ¡Nii-sama! ¡Has vuelto nii-sama!

-¡Pues claro que he vuelto, te lo prometí! Y yo siempre cumplo mis promesas.

Siempre cumplo mis promesas. Esas palabras retumbaron en los oídos de Inuyasha que instintivamente puso su mano mordida en su vientre. Vió bajar al niño al suelo y acariciarle el cabello.

-¡Estás enorme, ya eres todo un hombre! ¿Que tal tu entrenamiento en la montaña de la playa?

-¡Genial, he aprendido mucho en el clan de mamá! ¿Y tú donde has estado? ¿Has hecho muchas cosas?

-Así es. He luchado mucho y he matado a muchos demónios. Pero lo más importante que he hecho esta ahí.-Dijo señalando al peliplata.

-¿Y quién es él? ¿Por que es tan importante?

El moreno lo llevó de la mano hacia el semidemónio. ambos se agacharon a la altura del pequeño.

-Sora-chan, él es Inuyasha, es tu cuñado, mi esposo. Y en su vientre crece tu futuro sobrino.

El pequeño abrió los ojos sorprendido y luego sonrió.

-¿De verdad? ¿Vas a tener un bebé de nii-sama?

-De verdad.

-¿Y podré jugar con él? ¿Me dejarás?

Inuyasha rió. ¡Como le recordaba ese enérgico pequeño a su dulce sobrino!-Pues claro. Necesitará un tío mayor que le ayude a entrenar y a hacerse fuerte.

-¡Que bien! ¡Que divertido! ¡Un bebé! ¡Un bebé! ¡Haha-ue! ¡Haha-ue!-El pequeño salió corriendo a los brazos de su madre que se acercaba a ellos.-Haha-ue que alegría verte, que guapa estás.

-Muchas gracias mi valeroso guerrero. Mamá te ha echado de menos.

-Y yo a ti haha-ue. ¿Lo has oído haha-ue? ¿Lo has oído? ¡Voy a ser tío! ¿A que es muy guay?

-Mucho.-Se acecó a ambos jóvenes.-Me alegra conocerte, ¿te encuentras mejor?

-Así es.-Inuyasha hizo una pequeña reverencia.-Arigato etto...

-Sayaka.

Sonrió.-Arigato Sayaka-sama.

La mujer sonrió. Su cantarina risa le hizo sonrojar. Se acercó a él y le acarició la mejilla.-Noto mucho poder en ti, pero también mucha confusión.

-No conocí a mi padre, y mi madre murió cuando yo era niño, así que desconozco todo lo que me pasa.

-Mi pobre pequeño. Ven.-Le alargó la mano. Al dársela vió las marcas en su muñeca.-Vaya...ya tardaba mi hijo...-Volvió a reír. Inuyasha pensó que quería tener una hija con una risa como la suya.-Con lo posesivo que es, al igual que su padre, lo raro era que no vinieras encadenado a él.

-¡Pero haha-ue! ¡No digas esas cosas!

Ella sonrió. Alargó su otra mano a su hijo pequeño y se marcharon.-¡Vamos Koga, no te quedes atrás! Tú padre nos espera...

-¿Chichi-ue está aquí? Pensé que vendría mañana.

-Le envié un mensaje diciéndole que habías llegado. Y bueno, decidió volver. Ah, y se lo he contado todo.-Notó como su hijo se tensaba.

Fueron a la parte delantera. Allí un hombre que aparentaba unos treinta años, igual que Koga, con su piel morena, su pelo negro con coleta y los ojos rojos hablaba con varias personas. Se parecían tanto, que se le subieron los colores.

-¡Chichi-ue! ¡Chichi-ue!

El pequeño Sora salió corriendo hacia su padre que lo alzó en el aire.

-Jajaja, ¡Mi guerrero! Como has crecido estos meses, y que fuerte estás.-Lo cogió con su brazo derecho.-¿No le dices nada a tu padre, Koga?-Dijo haciéndole señas con el brazo izquierdo para que se acercara.

Este se acercó.-Chichi-ue, me alegra verte. Yo, lo siento si te he decepcionado.

Su padre echó media sonrisa.-No lo has hecho. Has elegido. Has asumido tus consecuencias y has actuado de manera noble, no se por que debería estar decepcionado. Es lo que siempre te he dicho, los hombres se equivocan...

-...pero solo se les considera hombres de verdad si asumen las consecuencias de sus actos. Lo se. Arigato Chichi-ue.

-Y ahora preséntame a tu pareja.

-Ahora ya es esposo.-Se iban acercándo hacia los dos que se habían quedado atrás.

-Vaya, ya tardabas.

-Es tan impulsivo como tú.-Dijo Sayaka-sama tras darle un beso en la mejilla a su esposo y coger a su hijo pequeño que se apoyó en su hombro.

-De eso nada guapa, en eso se parece a ti. La arrogancia es cosa mía, la impulsividad es cosa tuya.

-Kaito. Ni tú mismo te crees tus propias palabras.-Vió que el otro no iba a ceder, con esa estúpida media sonrisa. Suspiró.-Piensa lo que te de la gana.

-Chichi-ue. Te presento a Inuyasha. Inuyasha, él es mi padre, Kaito-sama.

Inuyasha hizo una pequeña reverencia. Toda una belleza, su hijo tenía buen gusto. Algo musculoso, no era débil.

-Vaya un medio demónio. Pensé que...

-Todos sabemos lo que he dicho sobre los medio demónios. Creo que eso es contraproducente repetirlo.

Su padre rió.-Y cuéntame Inuyasha, ¿que puedes decir de esta situación?

-Seré un medio demónio, pero su hijo tiene suerte de tenerme Kaito-sama. No soy precisamente una princesa en apuros.

El hombre rió.-Vaya, vaya...Me gusta esa chulería y arrogancia. Sabrás mantener a raya a este chico.-Dijo poniendo la mano en el hombro de su hijo.-Me gustas hijo, pero ¿sabrás todo lo que eso conlleva?

-Soy capaz de aguantar lo que sea, soy medio demónio, no me he criado precisamente entre paz. Haría lo que sea por él...-Dijo mirando a su esposo.-...y por él.-Dijo poniendo las manos en su vientre.

-Así me gusta. Sayaka, me ha dicho que no sabes nada de donceles. ¿Es así?

-Mi madre era humana y no sabía mucho. A mi padre no lo conocí.

-¿Quién era? ¿A que clan pertenecía?

-Clan de los demónios perro del Oeste. Mi...mi padre era Inu no Taisho.

Ambos adultos se giraron a mirarlo sorprendidos.

-¿Inu no Taisho? ¿El gran demónio perro?-Vió como este asentía algo avergonzado y como su hijo se aguantaba la risa.-Eres un príncipe entónces.

El otro negó.-Mi padre no se casó con mi madre. Él ya estaba casado con Irasue-sama, así que no pertenzco a la familia principal.

-¿Eres hermano de Seshomaru-sama? Te pareces un poco a él.

-Hermanastro. Pero él jamás admitiría que compartimos sangre, se lo aseguro.

-Cambiemos de tema. Vayamos a la sala principal, allí hablaremos de todos los cambios que notarás.

Y así partieron los cinco.

Notas finales:

No debería jugar al League of Legends


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