I shoot you, in your face.-Jinx. League of Legends
-Tú cuerpo le dejó acercarse por que vió que tenía poder. Que podía cuidarte, protegerte, a ti y a tus futuras crías. Él se acercó a ti por que notó tu disposición y que tenías suficiente fuerza como para engendrar, llevar y parir a sus hijos. Hasta ahí todo claro. ¿Sabes por que? ¿Que es lo que os hizo llamaros?-Sayaka se encontraba de pie dando un discurso básico sobre donceles. Todos la escuchaban atentos, nuca estaba de más.
-¿Las hormonas?
-Exacto Inuyasha. Así es como todas los demónios fértiles, sean hembras o donceles, llaman a los machos. Así es como los machos marcan a sus parejas. Todo se rige por hormonas. Todos sabemos la diferencia entre pareja y esposo.
-Haha-ue, yo no.-Dijo inocentemente Sora-chan.
-Si te casas, haces un pacto de sangre, y dura hasta que te mueres. No puedes tener hijos de alguien que no sea ese demónio.
-¿Y tú y Chichi-ue estáis casados?
-Así es.
-¿Y por que os casásteis? ¿Es por que os queríais mucho?
Sayaka miró a su esposo que miraba hacia otro lado evitando su mirada.-Nos casamos por que tu padre es un celoso, posesivo y cuando vió que otro demónio intentaba cortejarme y comprarme tardó minutos en morderme.
-¿Y por que no se casan todos? No lo entiendo...
-Muchos demónios tienen más de una pareja para asegurarse descendéncia.
-Es complicado.-Dijo el pequeño arrugando la nariz.
-Cuando seas algo más mayor lo entenderás. Seguramente, Inu no Taisho-sama se casaría después de dejar a tu madre embarazada.-Dijo mirando al peliblanco que asintió.-Como hemos dicho todo está regulado por hormonas, hasta los humanos viven a través de ellas. El embarazo durará unos tres meses. En ese tiempo no serás tú mismo, y ya lo habrás notado.
-Me siento más débil y sumiso. Y de normal, yo no lo soy.
-Es verdad.-Añadió Koga.-De normal es malhumorado, chillón, renegón, malcarado, maleducado, impulsivo y muchas otras cosas más.
Inuyasha le miró con una ceja levantada, luego miró a su suegra que se aguantaba la risa.-Continue Sayaka-sama.
-Este tiempo sentirás que le necesitas. Tú cuerpo le llamará. Es normal, es la forma de decir que necesitas protección. Tendrás fiebre y naúseas, por los cambios en tu cuerpo. Aumentarán tus sentidos, es un tipo de defensa, así es más fácil preveer peligros. Dormirás muchísimo, sobre todo ahora, pues tu cuerpo ahorra energía para el parto. Las útimas semanas, sentirás algo llamado Síndrome del Nido, sentirás la necesidad de volver al lugar donde fue engendrado el pequeño para dar a luz allí. Es algo normal, no tienes por que preocuparte. También él sentirá tus hormonas. Querrá estar contigo, sobreprotegerte, se cabreará con cualquiera que intente acercarse a ti. También sentirá la necesidad de hacerte el amor más a menudo, es su forma de marcarte.
-Tranquila haha-ue, sellé la entrada de la cueva y lo preparé todo. Y también he notado lo de la sobreprotección y la lujuría.-Miró a otro lado todo rojo y su madre rió.
-Veo que aprendiste.-La mujer sonrió.- Cuando iba a nacer tu hermana me fui yo sola de aquí, a mi antigua casa en la playa, ya que allí fue donde me casé y la engendré. Tú padre recorrió cielo y tierra para encontrarme y llegó justo a tiempo para verla nacer.
-¿Y por que no se lo dijo? Usted ha dicho que buscamos la protección en momentos así.
-Por que estaba muy enfadada con él. Por una vez, él no tuvo la culpa. Fueron las hormonas, a veces tendrás ganas de matarlo.
-No me hacen falta las hormonas para eso.
La mujer se rió. Era como una campanilla, en serio, era la sonrisa más preciosa del mundo.-Os dejamos solos. ¿Vamos mis dos amados hombres?-Dijo la mujer alargando la mano para hacerlos levantar.
Su hijo se levantó corriendo a los brazos de su madre que lo estrechó en sus brazos.-Yo me voy, quiero ver como están mis lobos.-Y se fue corriendo.
-Oh, entonces, ¿nos vamos mi amado hombre? ¡Ah!-Su esposo la había alzado y cogido como una princesa.-Ka...¡Kaito! ¿Que haces?
-Te he echado de menos mi señora.-La mujer rió y se agarró a su cuello.
-¡Chichi-ue! ¡No hagáis esto aquí delante!
-Está bien, está bien...-Su padre avanzó hasta la puerta y salió.-No hace falta que te pongas así, tú no naciste del aire, y mi futuro nieto creo que tampoco.
Se marchó dejando a su hijo rojo como un tomate. Pudo oír como en la lejanía su madre se reía y le pedía a su padre que no la desnudara en mitad del pasillo. Se giró hacia su esposo, este se estaba riendo detrás de las mangas de su kimono.
-No te rías...-El otro se rió aún más fuerte.
-Es gracioso, os parecéis mucho.
Su esposo se acercó a él y le dió un tierno beso.-¿Que te han parecido?
-Son geniales, me encantan.
-Me alegro. Ahora son tu familia también.
Se besaron despacio. Si que era verdad que le necesitaba, necesitaba estar en sus brazos para estar protegido. Y él otro también notaba sus deseos más animales. Marcarlo, hacerlo suyo, que todos lo oyeran gemir para que supieran que él, y solo él, podía tenerlo. El beso empezó a volverse fogoso. Koga lo llevó hasta la pared, desanudó un poco el obi pero sin deshacerlo, de esta manera podía meter la mano por el kimono. Le besó el hombro y metió la mano hacia los muslos. Lo alzó de las caderas y el otro le rodeó la cintura con las piernas, Restregó su erección contra la del medio demónio, que gimió en un de sus besos.
-Me encanta como te queda este kimono. No te hace parecer una mujer, pero tampoco un hombre. Estás muy sexy con él.
-Pervertido...¡ah!
-Has comentado algo esta mañana, sobre tu...-Le besó.-Y yo...-Otro beso.-Y una bañera, ¿no, mi cachorro?
-Si, algo me suena.
Lo cogió al estilo nupcial.-Pues vamos a probar esa idea.
Aquel día no fueron ni a cenar.