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Desliz por MinychanMisheta

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Notas del capitulo:

Y tengo sueño, y tengo hambre.

Cuando era joven, podía recordárlo todo aunque no hubiese ocurrido. Pero ahora estoy perdiendo facultades, y dentro de poco, ya no podré recordar nada, salvo las cosas que nunca han pasado.- Mark Twain.

 

Inuyasha estaba esa tarde en el jardín con su hijo de ocho meses. Ya era primavera y hacía buena temperatura y sol, las flores estaban crecidas, por lo que el pequeño se entretenía gateando por el césped intentando coger pequeños bichos y flores. Llevaba pantalones oscuros y su hitoe desatado encima de un kosode también oscuro, su pequeño cachorro llevaba un kosode largo verde oscuro.

-Ryoga, ven, vamos a buscar a papá, lo acabo de oír llegar.

-¿Papapa?

-Exacto a papá, ¿lo has echado de menos? Hace dos días que no le vemos.-El pequeño gateó hacia su madre que lo cogió en brazos.-A ver di: ¡ah!-El pequeño abrió la boca y su madre pudo ver sus colmillitos.-¿Te duele mi amor? Venga, vamos a ver que está trasteando tu padre.

Lo encontró en las afueras de la casa hablando con guerreros de su clan, estos al verlos pasar se hicieron una reverencia, él les saludó con la cabeza y se mantuvo alejado jugueteando con su hijo que se entretenía con su pelo. Cuando su esposo acabó la conversación y se despidió de sus guerreros, se acercó a ellos.

-¿Como están mis dos cachorros?-Koga besó suavemente a su esposo y cogió a su hijo en brazos.-¿Como está mi campeón? ¿Aún te duelen los dientes?

-Si, aún le duelen, no veas que noches me ha dado, no he dormido nada.-Inuyasha se rascó el puente de la nariz y los ojos en señal de cansancio.-Y luego él se pasa la mitad de la mañana durmiendo.

-Pues voy a hacer la cena y nos vamos a dor...

-De eso nada. Tú y tu hijo os vais a bañar mientras yo hago la cena.

-Pero...

-No hay peros que valgan lobo, obedece y calla.

-¡Se supone que tú me obedeces a mi! ¡Eres el doncel!

Inuyasha que ya había iniciado el camino hasta la puerta se giró hacia él y levantó una ceja.-Si estás insinuando que por el hecho de ser un doncel voy a obedecerte sin rechistar, dormirás por tercera noche consecutiva sin mí lobo idiota.-Se giró y continuó su camino ante la risa de su esposo.

Estaba acabando de hacer la cena cuando los oyó llegar. Koga estaba agachado cogiendo las manos de su hijo ayudandole a andar.-Vamos Ryoga, poco a poco, ahora ve con mamá.

Inuyasha se agachó a la altura de su hijo, el pequeño se soltó de las manos de su padre y en tres pasos corriendo, llegó hasta el medio demonio.

-Muy bien mi amor, ese es mi chico.-Inuyasha se alzó con su hijo en brazos.-Ahora vamos a cenar.

Se sentaron a cenar mientras Inuyasha le contaba lo que había sucedido en la aldea los días que él no había estado. Mientras él fregaba, Koga sentó a su hijo en la mesa para tenerlo a su altura mientras él estaba sentado, y le contó lo que él había hecho en forma de cuento. Inuyasha los miraba divertidos, estas escenas eran por las que valía la pena seguir vivo.

-Y entones el príncipe entró en la cueva, y había un monstruo enorme.-Koga estiró su brazo lo más arriba que pudo.

-¿Dada?-El pequeño le imitó con sus dos manos.

-Exacto, así de grande. Pero como era tan grande, era muy lento y papá, digo el príncipe, le dió por la espalda y lo mató, salvando así a todo el poblado de un futuro ataque de monstruos.-El pequeño aplaudió risueño.

Inuyasha se sentó detrás de su esposo y lo abrazó apoyando su cabeza en su hombro.-Continua con el cuento.

Su esposo sonrió y pasó una de sus manos por su cabellera.-Entonces, el príncipe volvió a su palacio.-Cogió a su hijo en sus brazos que comenzó a bostezar y restregarse sus ojos.-En el palacio, le esperaban su esposo, el príncipe refunfuñón.-Inuyasha se rió levemente, bostezó y apretó más el abrazo.-Y su pequeño hijo, el joven príncipe. Y allí, el príncipe valiente tuvo que cumplir su misión más importante. Hacerlos felices para siempre.-Sonrió. En menos de un minuto, ambos cachorros se habían dormido.-Inuyasha...Cariño, despierta...

-Mhhhggg...¿que?

-Te has quedado dormido. Corrijo, os habéis dormido.

Inuyasha se levantó restregándose los ojos.-Se supone que el que debería de estar cansado eres tú.-Rió.-Dame a Ryoga y vete a la cama.

-No, ve tú, ahora iré yo.

-Pero que...

Koga le calló con un beso.-No hay peros que valgan chucho, obedece y calla.

Inuyasha paró en su habitación y Koga se fue a la contigua. Dejó a su pequeño en la cuna y lo tapó. Atrancó la puertas que daban al jardín exterior y al pasillo; luego, abrió la que unía la habitación con su dormitorio, y la cerró, dejándola abiertas unos tres dedos, suficiente para oír si su hijo se movía o se levantaba. Sonrió con ternura al ver a su esposo sentado pero dormido, esperándole. Se acercó y lo tumbó en la cama. Al meterse en la cama Inuyasha se aferró a él.

-Te echaba de menos...

-Vaya, ¿de verdad?

-Si...Me gusta...dormir contigo...es...-Inuyasha se quedó dormido a mitad de la frase.

-Mi cachorro.

Koga despertó al sentir que alguien le tocaba en el hombro. Abrió los ojos y vió la cabellera de su esposo, que seguía durmiendo, pestañeó, vió la puerta de la habitación de su hijo ligeramente abierta y giró la cabeza, viendo a su hijo, mirándole con la yukata a medio quitar y con los ojos llorosos.

-¿Que pasa Ryoga?-El pequeño se mordía los puños.-¿Te duele? Ven con papá, shhhh, ya cariño, ya, shhh, no llores. No queremos despertar a mamá, ¿a que no? Shhh, duermete, aún es de noche.-Le puso el dedo que su hijo mordía. Entre el arrullo, el ronroneo y el calor de su padre, volvió a quedarse dormido en brazos de su padre. Suspiró. Lo tumbó entre él y su precioso cachorro peliblanco. Durmiendo la verdad es que se parecía más a su madre, que a él. Se acostó él y se quedó dormido de nuevo.

Inuyasha despertó al sentir el calor del sol en su espalda. Abrió los ojos y vió a los dos hombres de su vida durmiendo. Y pensar que hacía unos meses deseaba morirse, y ahora estaba en una cama con la persona con la que había intentado matarse unas cuantas decenas de veces y con un hijo en común. Se quedó mirándolos un buen rato y notó que su esposo abría los ojos. Su esposo. Se había acostumbrado a decírlo, pero a veces se sorpendía a si mismo rojo como un tomate pensando en ello. Se miraron y se sonrieron, deslizaron sus rostros por encima de su hijo para darse un casto pero largo beso. Koga, poco a poco, se levantó poniéndose encima de Inuyasha y haciéndo que este se incorporase ligeramente, de esta manera estar sentados uno frente al otro, besándose y acariciándose. ¿Como podían estar tan locos él uno por el otro? Notaron que su hijo se movía así que bajaron la mirada y lo vieron mirándoles. El pequeño se fijaba en sus gestos y parpadeaba curioso.

-Koga, ¿que crees que pensará cuando nos ve besándonos?

-Sabe que nos queremos, y que los besos que te doy es una de las mil formas que tengo de expresar que te quiero.-Puso su cabeza en el hombro de Inuyasha, que le acarició el pelo.-¿Verdad enano?

Inuyasha sonrió ante los gestos de cariño de su esposo. Acarició la cabeza de su hijo.-¿Es eso, mi amor? ¿Sabes lo que significa, cariño mío? Darse besos significa quererse mucho por eso...-Empezó a besuquear los mofletes de su hijo que reía feliz.-¡Por eso, yo siempre te estoy comiendo a besos, mi lindura!

-Joder, a mi ya no me dices esas cosas ni me das tantos besos...-Koga dijo de broma, mientras deslizó los labios por el cuello de su esposo, tan suave.

Inuyasha sonrió echando la cabeza hacia atrás dándole espacio para que le besase, luego se puso frente contra frente.-¿Celoso de tu propio hijo, mi querido esposo?-Le besó.-¿No te vale con que seas mi amor, mi vida, mi sol?-Le volvió a besar.-Si no fuera por vosotros dos, yo no tendría por que vivir, ¿no te vale?

Koga le dió un beso profundo.-Gracias, mi cachorro.

-No hay que darlas, te digo lo mismo, mi príncipe.-Le iba a besar cuando su hijo se lo impidió.-¡Ey!

-¡Oye! ¡Perdona canijo!-Cogió a su hijo de brazos de su madre.-Pero este cachorro de aquí, es mío, búscate tu uno.-Se levantó dándole la mano a su esposo para que se levantase también.-Y mientras, vamos a hacer el desayuno.

No se podía ser más feliz.

Notas finales:

Tan mono Ryoga-chan ^^


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