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Desliz por MinychanMisheta

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Notas del capitulo:

Dedicado al Destino. Al azar. Eso que nos trae todo el mal y todo el bien. Eso. Eso que no tiene nombre concreto, pero tampoco abstracto. Eso. Eso que nos empuja. Dedicado a Eso, y a los que odian el Eso. Y a los que lo aman. Y a los que se oponen. Y al Eso.

 

"Somos los hijos medianos de Dios" - Tyler Durden. El club de la lucha. (The figth club)

 

Koga inspiró fuertemente asimilando la información. No iba en broma.

-Por favor Koga-Kagome hacía esfuerzos titánicos por no echarse a llorar-Debes encontrarle antes de que sea demaiado tarde.

-Está bien, traéme la nota. Rastrearé su olor. Yo me quedaré vigilando a tu cachorro.

Kagome asintió y salió corriendo. Mientras ella volvía, Koga se comía la cabeza. Inuyasha había sufrido mucho siempre, le habían contado su historia, pero siempre salía adelante. Le costaba admitirlo, pero el chucho le echaba agallas. Era un inconsciente y un cabezota, pero era valiente y audaz. ¿Que cosa tan grave estaría pasando para huír de esa manera? Mientras divagaba y esperaba a Kagome, el pequeño Inuyasha subía la colina y se paraba frente a Koga que le sonreía.

-¿Donde fue mi madre Sr.Koga?

-Puedes llamarme solo Koga-el niño asintió con energía.-Tú madre fue a buscar algo que necesito, no tardará en volver.

-Es sobre mi padrino, ¿verdad? Mamá intenta ocultarlo, pero sus músculos tensos y el tono de su voz me lo dicen claramente. Sobretodo cada vez que pronuncia mi nombre, a su vez, el suyo. Simple deducción.-El niño habló todo el tiempo mirando al frente (más o menos la cintura de Koga) y arrugando su nariz y su frente como si pensará. Como si sacará recuerdos de un cajón, los analizará metódicamente y los volviera a depositar y clasificar.

-Eres tan listo como decía tú madre.-Koga se bajó a la altura del pequeño, le acarició el cabello, era tan suave como el de Kagome. Desprendía un olor fuerte pero dulzón, mezclado con sudor y barro.-El chucho ha desaparecido y no sabemos donde está.

El pequeño abrió los ojos, se imaginaba que era algo grave, pero no de esa magnitud.-Por favor, debes encontrárle.-El niño dudó durante un par de segundos, pero al final continuó hablando.-Mamá no lo sabe, pero yo vengo a ver al tío Inuyasha a menudo. Mamá no quiere que venga, se que ella hubiera querido una vida normal, y se que padre también. Pero yo no, yo me siento a gusto aquí. Como...como si fuera mi hogar...Y tío Inuyasha lo notó. Vengo aquí para estar con él, en el pueblo, es un sitio tranquilo, aquí me siento...real,me siento vivo y en paz...Por favor...-el niño aguantó las lágrimas, aunque se le escapó una traicionera.-Encuéntralo, encuentra a mi tío...

Koga recogió la lágrima con su dedo y lo deslizó por todo el reguero de la lágrima hasta sus ojos marrones tan pequeños e inocentes. Tan puros.-El chucho ya te habrá dicho que los hombres no lloran. Tranquilo, lo encontraré y lo traeré a rastras.

El niño asintió y sonrió, al minuto apareció su madre papel en mano. Le sonrió a su hijo, pero él le devolvió la sonrisa en un claro: lo se todo. Kagome se agachó a su altura y le abrazó, le susurraba que todo iría bien, que le encontrarían, más las palabras eran más para sí mismas que para los demás. Koga cogió la nota. Su nariz, y su cerebro clasificaron y descartaron olores. Papel, suciedad, barro, polvo, arena; olía a demónio e incienso, a Miroku y su família, a ungüentos de Kaede, comida, un poco de Shippo y algo de Kirara, al champú de Kagome, sangre...lágrimas...a Inuyasha...

-Le tengo...hacía tiempo que no recordaba el olor a chucho mojado que tiene.-Koga puso una medio sonrisa de arrogancia.

-¿Crees que le encontrarás?-ambos pelimorenos le miraban. Él asintió con firmeza aunque muy en el fondo temía que pasaría si llegara demasiado tarde. El olor de la carta, aunque inconfundible cuando los recuerdos le asaltaron, era ténue, débil. Debía haber pasado entre 3 días o una semana desde que se escribió.-¿Inuyasha, donde estás? ¿Por que lo has hecho? ¿Tienes que darme dolores de cabeza aún ni luchando juntos?

-A lo mejor...es por la Luna.

-¿La Luna?-preguntaron ambos adultos mirándose y luego mirando al cielo sintiéndose idiotas.

-Sí, hasta yo noto su influencia en mí.-Dijo el niño mientras hacía el cielo.- He venido otras veces con mamá-tuvo cuidado de que su madre no se enterase de nada-pero la Luna nunca tuvo esa influencia en mí. Ah, ¡miradla!, aunque sea de día como ya queda poco para la noche se ve en el cielo, auque un poco mal por las nubes.

Los tres la miraron la Luna, Kagome no notó nada raro. Era la Luna, la de siempre, la de cada noche. Pero Koga si lo notó; como la jeringuilla que te inyectan cuando te van a sacar sangre. Primero, notas el roce del inicio de la aguja; luego, la punta entrando en tu piel, y por último, el resto del frío metal. Y al mirarla durante unos segundos, el demónio notó como la punta de la aguja de la Luna se paseaba por su cuerpo.

-Tsk, mierda, es hoy. Joder, lo había olvidado.

-¿Que es hoy?

-Cada dos años, a media noche, algunas estrellas se alinean, la Luna está llena, y el Sol pega fuerte y hace calor, mucho calor. Eso es para que los humanos decidan esconderse en sus casas y descansar y no salir esa noche. Esta noche es la noche del apareamiento de los demónios.

-Pero Inuyasha...

-Tranquila, pienso ir a buscarle igualmente, seguramente esta noche saldrá como todos los demónios a buscar pareja.-Kagome iba a añadir algo, pero el joven la interrumpió-Tsk, tranquila, soy lo suficiente poderoso para aguantar, llevo haciéndolo muchos años, para mi no hay problema. Pero para el chucho no será lo mismo. Es un semidemonio, fuerte o no, no podrá con ello. Está acostumbrado a ser él o ser humano, no a ser demónio. Esta noche ese yo le irá dominando...Bueno, me voy a buscarlo, volveré pronto.

Koga salió en su remolino en dirección al bosque. En su mente solo pasaban dos frases: Puta Luna. Puto chucho.

 

Notas finales:

Poco a poco gira la rueda del destino, ¿que le pasa a la Luna? Da la vuelta a la Tierra, sube y baja la marea. La Luna. La Luna.

Estoy llorando, estoy herido. 

Mañana, u hoy si no consigo conciliar el sueño a las 3:18 (España) otro más.


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