Capítulo 4. Escapatoria.
-…en la cena siempre se debe utilizar el cubierto adecuado para la comida…nunca se deben poner las dos manos en la mesa, solo la derecha mientras que la izquierda se pone en el regazo.
-¿No es más sencillo comer solo con un tenedor y una cuchara? –pregunto Sasuke algo molesto.
Llevaba ya dos semanas en ese castillo y ya se sentía encerrado, no había podido salir a ningún lado por sus lecciones por lo que aún no podía ir a comprar su piano y no podía desahogarse con él.
-Por supuesto que no lo es –dijo Naruto –cada platillo tiene su forma exacta de comer y su cubierto, no es igual comer con una cuchara de plata que con una de bronce, o con un tenedor de carne a uno de ensalada, ni mucho menos una cuchara sopera a una para te.
-Sabes que me estás hablando en chino Naruto, ¡Estoy harto!
-Esto es todo lo que tienes que aprender para poder ser un buen príncipe.
-Y dime, ¿Cómo le sirve a un príncipe saber que después de ser rechazado por una mujer en un baile se debe dar tiempo para solicitarse a otra o puede sentirse ofendida, o como llamar correctamente a un mesero, o que a la hora de comer cuando se tiene pareja se debe pasar del brazo de otra persona? ¡¿De qué demonios sirve eso para gobernar un país?! Un príncipe debe saber de la historia de su pueblo, de su cultura, de sus tradiciones, de su gente. Desde que llegue aquí no he conocido otro lugar que no sea el castillo, no he visto la universidad donde voy a estudiar, ni la ciudad, ni a los ciudadanos. Me han dado cientos de libros y ninguno ha sido de historia de Arianza, o de geografía o del clima.
-Es que eso no es importante –dijo Naruto –eso se aprende con el tiempo que se pasa aquí
-¿Donde? ¡¿En este castillo?! ¡En mi habitación aburriéndome peor que una ostra! Maldita sea, estoy harto, me voy de aquí.
-No puedes –dijo Naruto mirándolo asustado –No puedes irte, el país se sumiría en la guerra y…
-Nunca dije que me iría del país, pero si de este lugar, ¡Quiero respirar aire puro!
-El príncipe debe estar en el castillo…
-Sí, pero no soy un prisionero ¡está bien! Ahora me voy
-Espera…no puedes…
El joven se dirigió a la salida del castillo ignorando completamente al rubio y ya en los jardines fue a la cochera
-Alteza –dijo el hombre que estaba ahí – ¿Le puedo ayudar en algo?
-¿Podría darme las llaves de un carro?
-¿Las llaves?
-Si –dijo el – ¿Me da unas?
-Claro, dígame que auto quiere
-El que sea, solo deme uno
-Está bien, acompáñeme.
Lo guio hasta un Ferrari amarillo
-Es un…-Sasuke se quedó asombrado.
-Si –dijo –es un Ferrari de carreras, se lo regalaron a la reina hace tres meses
-¿La reina utiliza estos carros? –dijo sorprendido
-No, solo son regalos que le dan, ella solo viaja en limosinas y con chofer, quien los utiliza a veces es el duque Uzumaki, pero este nadie lo ha utilizado…
-¿Naruto? –el hombre asintió –¿Cuánto tiempo tiene Naruto viviendo aquí?
-Diez años
-¿Y porque vive aquí?
-Bueno, no se mucho de eso la verdad, tengo cuatro años aquí, pero Kakashi-san o Shizune-san podrían decirle, ellos ya estaban aquí cuando el llego, aunque sé que sus padres murieron.
-Shizune-san es la dama de compañía de la reina ¿No?
-Sí, así es.
-Ahh, bueno, ¿Y todos aquí tienen damas de compañía?
-Solo las nobles y los nobles donceles.
-¿En serio? ¿Entonces Naruto también?
-Él es un caso especial, la reina le deja a el más libertad, aunque tal vez se deba a que no tiene amigos varones, todos son donceles o mujeres
-En serio, entonces estaba en lo cierto, bueno entonces ¿Me lo puedo llevar?
-Claro que sí, espéreme un poco mientras le pongo gasolina y lo llevo a la entrada.
-Está bien, una cosa más, ¿No tendrán un mapa de la ciudad?
-Sí, hay varios en la biblioteca.
-Entonces iré por ellos.
-Bien.
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-Haber, mapas, mapas -Sasuke revisaba las estanterías de la biblioteca.
-¿Buscas algo Sasuke? –escucho una voz femenina
El chico se volvió y miro a la reina
-Un mapa de la ciudad majestad –le dijo
-Deberías decirme abuela ¿Para qué quieres eso?
-Porque voy a ir.
-No puedes –dijo con severidad
-¿Perdón? –Sasuke la miro extrañada
-Tienes lecciones, no puedes ir.
Sasuke suspiro.
-Mire majestad, no sé qué edad cree que tengo pero hace mucho que nadie me dice lo que debo hacer.
-Eres un príncipe y tienes que cumplir con tu deber y tu deber es quedarte en el castillo tomando tus lecciones, ¡¿Entiendes?!
-Pues no, yo no soy un príncipe todavía y aun cuando ya lo fuera voy a hacer lo que yo quiera, no lo que me ordenen, además, creía que el deber de un príncipe era conocer a su pueblo y resulta que yo no conozco nada de Arianza porque en todo el tiempo que he estado aquí no he leído ni un libro de este ni he salido del palacio –dijo tratando de contener su enojo.
-¡Pues no puedes salir! ¡No tienes permitido salir! ¡¿Entiendes Irshim?!
En los ojos de Sasuke brillo el entendimiento.
La reina tenía los ojos cubiertos de lágrimas y con las manos en la boca.
El muchacho se acercó a tiempo para sostener a la reina y sentarla en una butaca cercana y se puso a su altura.
-¿Se da cuenta que yo no soy mi padre verdad? –dijo suavemente.
-Sí, pero yo –la reina se veía nerviosa y con los ojos llorosos.
-Entiendo cómo se siente, mi padre no debió de haberse ido, pero ya no puede cambiar eso majestad.
-Lo sé, lo lamento Sasuke, puedes hacer lo que quieras.
-Gracias ¿Pero estará bien? –dijo preocupado
-Sí, anda, vete ya –dijo queriendo estar sola
Sasuke miro a la reina un poco más antes de salir.
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Sasuke ya se había subido al auto cuando la puerta del copiloto se abrió.
-¿Eh? ¿Qué haces aquí? –dijo mirando a Naruto entrando en el coche.
-La reina me pidió que te acompañara.
-No necesito un guardaespaldas –dijo Sasuke molesto.
-No soy un guardaespaldas, te serviré de guía –dijo Naruto con una sonrisa.
Sasuke entrecerró los ojos pero suspiro.
-Da igual –dijo al final, arranco el auto y se dirigió a la ciudad – ¿Y tú dama de compañía?
-¿Disculpa?
-Eres un doncel ¿No? Se supone que deberías tener una dama de compañía.
-Conmigo eso no aplica.
-¿Porque?
-Porque odio que me vigilen, además, conozco lo que es bueno.
-¿El palacio esta tan alejado de la ciudad? –dijo Sasuke después de quince minutos conduciendo por carretera.
-Solo el residencial.
-¿Eh?
-La reina tiene otro en la ciudad, en invierno se traslada ahí y en verano al de la playa…ahora cuando no hace ni frio ni calor se queda en el residencial…y de vez en cuando se va al de las montañas.
-¡¿Cuantos castillos tiene?! –dijo Sasuke sorprendido
-Solo esos –dijo Naruto simplemente.
-¿Solo esos? –lo miro
-No son tantos
-Yo con trabajo tengo un departamento y mi cuarto en la casa de New York y ella tiene cuatro castillos, pero no me imagino para que quieren tantos.
-¿Entonces falta mucho para llegar a la ciudad?
-No, no esta tan apartado, solo a media hora, por si hay alguna emergencia
-Eso es mucho tiempo en caso de una emergencia grave.
Un cómodo silencio se instaló entre ellos.
El paisaje de camino a la ciudad era hermoso.
Había campos sembrados, lagos, bosquecillos y ríos.
-Arianza es un país muy diverso con respecto a paisajes –dijo el rubio al ver que Sasuke observaba atentamente por la ventana
Sasuke no dijo nada y siguió mirando hacia el exterior.
Al poco rato al fin se divisó la ciudad.
El aeropuerto estaba fuera de la ciudad por lo que no la había visto.
Era una ciudad que mezclaba el estilo medieval con el moderno.
Sasuke entro en las calles adoquinadas.
-¿Aún no han anunciado que yo estoy aquí? –dijo Sasuke mirando al joven.
-Pues la verdad si –dijo –Saben que el príncipe heredero está aquí pero no han puesto ninguna imagen tuya ni nada
-Eso es bueno –dijo Sasuke
-Detén el carro aquí –dijo Naruto cuando llegaron a una plaza muy hermosa –De aquí podremos caminar un poco
-Está bien –dijo –pero… ¿No se lo robaran?
-No –dijo Naruto –de todos modos si lo hacen el carro tiene localizador y los atraparíamos fácilmente, de todos modos cuando vean el sello en el volante –lo señalo –se irán corriendo, nadie le roba a la familia real.
-Ojala todos fueran así –se bajó del carro y tomo la mochila que llevaba – ¿Y que hay por aquí?
-Esta es la zona centro, aquí hay puestos, museos, teatros y tiendas.
-Entonces al fin podre encontrar un piano –dijo feliz.
Los dos se pusieron a caminar mientras Naruto empezaba a contarle la historia de la ciudad
-Esta ciudad, Anwalt, fue construida por el rey Guillermo en 1512, fue tomada por los franceses en 1690 quienes la quemaron hasta los cimientos, después de la expulsión de estos en 1705 fue reconstruida junto con el palacio, hasta que los Morbs, un pueblo guerrero que habitaba las montañas del norte del país la atacaron y produjeron un gran daño, los Morbs fueron exterminados ese mismo año y la ciudad reconquistada y construida otra vez por el rey Richard y se construyó el palacio que aun esta…
-¿Y dónde está el palacio?
-Al norte de la ciudad, ¿Quieres ir a verlo?
-No, ya estoy harto de palacios, solo quiero buscar una tienda donde vendan pianos.
Sasuke estaba fascinado por la ciudad, recorrieron una gran parte del centro
-¡¿Porque demonios no hay una tienda de pianos?! –decía Sasuke.
-Mejor vamos a comer y después seguimos buscando
-Hum, está bien, ¿A dónde?
-Hay un lugar por aquí.
-No es elegante ¿Cierto?
-No…
Ambos entraron al restaurante
-Bienvenidos –dijo un mesero, el lugar era elegante, muy elegante.
-Oye…-le susurro Sasuke mientras el mesero los guiaba a una mesa – ¿Te pregunte que si era elegante?
-Pero no lo es –Naruto lo miro extrañado es un lugar común
-¡Común! ¡¿Cómo puede ser esto un lugar común?! ¡Un lugar común no tiene un candelabro de oro en el techo o una fuente en el medio! ¡Serás tonto!
-No me digas dobe ¡Idiota! –grito y entonces abrió los ojos tapándose la boca –Lo lamento, no debí gritarte
Sasuke rio.
-Debes de dejar de pedirme perdón cada vez que me ofendas o me pegues, ya te lo había dicho ¿No? Para mí solo eres un chico de mi edad, no hay ninguna diferencia de título o nobleza.
Los dos se sentaron y el mesero les trajo la carta
-Haber, ¿Que comeré? – Se quedó en blanco al ver el menú –¿Esto es comida?
-¿Eh? Claro -dijo Naruto – ¿Porque lo dudas?
-Porque nunca he comido “Viande aigre-doux” o “Viande sur le pain” ¡¿Qué demonios es eso?!
-Son platillos típicos del país y no es más que carne con diferentes guisados, por ejemplo viande aigre-doux es un corte de carne con salsa BBQ acompañado de escalopes fritos y Viande sur le pain es un corte de carne redondo dentro de dos panes con tomates, lechuga, salsa de tomate y mostaza adentro.
Sasuke lo miro con una gota en la cabeza
-En mi país les llaman hamburguesas.
El mesero llego al poco rato
-Entonces ¿Ya saben que van a pedir?
-Si –dijo Sasuke –yo quiero comer una hamburguesa, ¿Cómo se llamaban aquí?
-Viande sur le pain–dijo el mesero –y sí, yo tampoco sé porque los ricos de por aquí le pusieron ese nombre tan raro
Sasuke esbozo una media sonrisa
-Definitivamente, ricos locos.
-Algunos si lo son, disculpe, -se volvió hacia Naruto -¿Usted que va a ordenar?
-Lo mismo que el –dijo Naruto cortante.
-Bien ¿Y de tomar? –dijo mirando al rubio.
“Puede ser lindo pero se nota que es un completo mimado, en cuanto al pelinegro, se nota que es un chico normal”
-No conozco la mayoría de las bebidas que están aquí –dijo Sasuke –así que tu tendrás que elegir –miro al rubio
-En ese caso –miro al mesero –traiga una botella del vino Eiswein.
-Está bien…con permiso –dijo guardando la libreta
Sasuke entonces miro un piano de cola al fondo del salón
-Disculpe –dijo al mesero – ¿Ese piano esta afinado?
-Sí, es para los clientes pero no muchos de los que vienen lo tocan, seguramente creen que es de adorno.
-¿Entonces podría tocarlo?
-Claro que sí, con permiso
Cuando el mesero se fue Sasuke se levanto
-¿Eh? ¿A dónde vas?
No respondió y se dirigió al piano, quito la cubierta de las teclas y se sentó pero no había ninguna partitura así que comenzó a tocar Claro de luna, que se sabía de memoria.
Todos en el restaurante se volvieron a ver a quien tocaba.
Al terminar de tocar todos aplaudieron.
Naruto a lo lejos estaba asombrado, Sasuke era realmente bueno en el piano.
Entonces una joven se le acerco.
-Wow…-dijo ella –tocas excelente –le sonrió.
-Gracias –dijo el
Era una joven muy linda, de cabello verde y ojos azules.
-¿Sabes algún dueto?
-¿Tú también tocas?
-Así es… ¿Quieres probar?
-Claro –le sonrió – ¿Te sabes Canon de Pachelbel?
-¿Bromeas? Claro.
-Entonces siéntate.
La joven así lo hizo y ambos comenzaron a tocarlo.
El rubio miraba la escena con reprobación. Sasuke era todo un conquistador. Ya se lo imaginaba por la conversación que tuvo con Shitose pero ahora lo confirmaba.
Al terminar la melodía Sasuke y la joven se sonrieron.
-Soy Julie por cierto.
-Sasuke -dijo el
-¿Sasuke? Curioso nombre, ¿Eres japonés?
-Mi madre es japonesa, crecí en Estados unidos
-¿Y qué te trajo a Arianza?
-Cuestiones familiares.
-Entiendo, pueden llegar a ser una pesadilla.
-Así es, por cierto de casualidad sabes de un lugar donde vendan pianos.
-Si, a dos cuadras a la derecha de aquí, venden pianos hermosos.
-Gracias –dijo Sasuke –llevo horas buscando una tienda.
-Me alegra poder ayudar, tengo que irme Sasuke.
-Espero volvernos a ver.
-Dalo por hecho –se levantó sonriéndole y se alejó.
Sasuke regreso a la mesa con Naruto.
-Ahh, al fin pude relajarme –dijo.
-No deberías hablar con extraños –dijo Naruto mirando al príncipe molesto.
-Es amable.
-¿Tienes idea de quien es ella?
-Su nombre es Julie y es muy amable, me dijo donde hay una tienda de piano.
-Ella no es solo una chica –susurro Naruto.
-¿Qué? –dijo Sasuke.
-Nada –dijo el rubio –mejor comamos.
Después de la comida ambos salieron del lugar y Sasuke se dirigió a la tienda de pianos.
-¿Qué tipo de piano quieres?
-Tenía un piano de pared en la casa de mis padres en New york y un piano electrónico en mi habitación de la universidad, este no me gusta mucho, prefiero los clásicos.
-Creo que para el castillo un piano de cola es el indicado.
-¿Un piano de cola? ¿Para mi habitación?
-Sí, quedara perfecto.
Después de conseguir un piano mediano de color negro y que se lo llevaran al castillo Naruto y Sasuke se dirigieron a las afueras de la ciudad.
-¿Y, que más hay por ver aquí? –pregunto a Naruto.
-Podemos ir al mar o bien, a algún café.
Sasuke miro a Naruto.
-¿Y un bar?
-¿Qué?
-Un bar, ¿Ahí alguno por aquí no? –pregunto el
-Un bar no es adecuado –dijo Naruto.
-Por favor Naruto, no me digas que nunca has ido a un bar
-No es adecuado –insistió.
Sasuke lo miro.
-Bien, pues hoy iras
-Sasuke no es correcto
-Sin pretextos, quisiste venir conmigo, bien, vas a venir conmigo.
Sasuke arranco el auto y se dirigió al centro de la ciudad.
La ciudad de noche era muy bulliciosa, Naruto miraba por la ventana con asombro. Jamás había estado en esa parte de la ciudad, mucho menos de noche, era tan diferente al mundo que conocía.
Sasuke estaciono al carro y bajo. Al ver que Naruto no bajaba se asomó por la ventana.
-¿Vienes dobe? –dijo.
-No –Naruto se enfurruño en su asiento.
-Como quieras –dijo el –pero te quedaras aquí solo –comenzó a alejarse del auto cuando Naruto salió rápido del auto.
-¡Espera! ¡No me dejaras solo aquí ¿O sí?!
-Tu eres el que no quiere venir, no voy a forzarte –dijo sonriendo.
Naruto lo fulmino con la mirada y se acercó a él.
-Me vengare.
-Jo, no me das miedo Naruto –dijo el riendo.
Llegaron hasta un bar que no se veía muy lleno.
Se dirigieron a la barra. Naruto miraba a su alrededor cohibido cuando se sentaron.
-Hola –dijo la joven que atendía la barra –soy April, ¿Qué les sirvo?
-A mí una cerveza de barril –dijo Sasuke.
-Bien –dijo ella con una sonrisa, después se volvió al rubio -¿Y tú?
Naruto la miro.
-Agua.
-¿Agua? –Dijo ella sonriendo -¿Quién viene a un bar solo por agua?
-Alguien que no quiere estar aquí –dijo Naruto molesto.
April lo vio de forma despectiva.
-Como quieras –dijo y se alejó.
Sasuke se volteo a Naruto.
-Yo no te obligue a venir.
-¡Si lo hiciste! –le grito, la gente a su alrededor los volteo a ver.
April llego en un momento con la cerveza y el vaso de agua
-Aquí tienen –les sonrió y volteo a ver a Sasuke –No deberías traer a tu novio a la fuerza –le dijo.
Naruto se sonrojo al ver cómo les había llamado la chica.
-Él no es mi novio –dijo Sasuke, Naruto lo volteo a ver sin decir nada.
-Oh, lo siento –dijo ella –solo que se pelean como si fueran una –se rio.
Sasuke sonrió de medio lado mientras veía como el sonrojo de Naruto aumentaba.
Cuando April se fue a atender a otros clientes Sasuke se volvió hacia él.
-Vamos dobe, no te pongas así, no pienso salir contigo –dijo en broma.
Se volvió hacia su bebida por lo que se perdió el destello fugaz que cruzo los ojos de Naruto.