Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

How To Save A Life por Sabaku No Ferchis

[Reviews - 140]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola!

Gomen por el retraso... tanto tiempo sin actualizar no es de dios xDD. Pero bueno, ya salí de vacaciones así que espero no tardarme con el próximo capi. Además... Tengo la fiebre SasuGaa... Kyyah esque no puedo dejar de pensar en ellos ¡Son la pareja perfecta! Etto... ya sé que soy fan del GaaNaru, pero por el momento no puedo dejar de pensar en estos dos [SasuGaa]

Y esa es la razón por la que les traigo este capi tan.... ¡Cursi! xP... Eso me pasa por escuchar canciones tristes mientras escribo... jojojo, además este fic es medio triste, ¿no? xDD Bueno...

Muchas a gracias a todas por sus reviews, en verdad que las adoro jaja, me motivan a continuar :3

Así que sin mas....

¡A leer!

Capítulo 7

 

 

All The Things He Said.

 

 


—Así que por fin decidiste aparecer.

 



Gaara sonrió sutilmente al escuchar un gruñido espectral desde los confines de su mente. Se acomodó en su posición y abrió con lentitud sus ojos turquesa, tratando de buscar algo dentro de la espesa oscuridad.

 



¿Me extrañaste?

 



La voz feroz perforó los oídos del pelirrojo dejando un potente zumbido dentro de estos; sin embargo, a Gaara no le importó. Realmente se alegraba de que Shukaku volviera a visitarlo. Así podría despejar su mente un poco; abandonar todos los estúpidos pensamientos que involucraban a cierto pelinegro de mirada ónix, y someterse al dolor que su demonio interno estaba a punto de brindarle.

 



—Apúrate, ¿Quieres?— masculló Gaara frunciendo levemente el entrecejo. Extendió sus manos a ambos lados y echó la cabeza para atrás.

 


Un gruñido salvaje perturbó triunfante el espeso silencio, haciendo que un escalofrío helado recorriera las entrañas del pelirrojo.

 



La garra comenzó a rasguñar.

 


Gaara cerró los ojos con fuerza y trató de no gritar, pero las heridas eran profundas y muy repetitivas. Se comenzaron a dibujar finas cortadas por todo su cuello, provocando que su piel adquiriera una tonalidad rojiza. Supuso que Shukaku estaría bastante ansioso por empezar a torturarlo, pues hacía un poco más de dos meses que el mapache asesino se encontraba dormido. Así que se esforzaba por soportar los desgarres de su piel, apretando los párpados y mordiéndose los labios fuertemente.

 



Se maldijo.

 



¡Pero claro que sentía dolor! Con cada rasguño que parecía arrancarle el pellejo a su cuerpo, con cada gruñido que le destruía los tímpanos; sentía la sangre caliente resbalar y actuar como un ácido potente sobre sus heridas.

 


Dolor... Sufrimiento.

 



Esto es lo que necesito...

 



Intentó dejase a la merced del demonio, pero algo no estaba funcionando como él quería. Sasuke seguía pegado a su mente como chicle sobre el zapato. Ahí estaba el azabache, mirándolo fijamente con los ojos encantadores y relajados. De sus labios se extendía una perfecta sonrisa que provocaba en Gaara un ligero rubor...

 



¿Por qué?

 


Soltó un quejido al sentir la garra de Shukaku hundirse sobre la herida más grande de su cuello.

 



— ¿¡POR QUÉ NO DEJO DE PENSAR EN TI!?— gritó con todas sus fuerzas, sintiendo como si su garganta se desgarrara por la intensidad de las palabras.

 



Sólo quería olvidarlo... ¿Por qué era tan difícil? ¿Por qué el rostro del otro estaba tan grabado en su mente? Si él lo odiaba, ¿O no? Sasuke había sido una molestia desde el principio. Siempre lo acosaba, lo miraba con esos ojos tan suyos que le producían aquellas extrañas cosquillas en el estómago. Cuando le hablaba, sentía su rostro arder como las mismísimas llamas del infierno. Y, cuando sentía hasta el más mínimo contacto con el cuerpo del Uchiha, un torbellino de emociones desconocidas lo atacaba a diestra y siniestra.

 


No quería sentirse así... Él no necesitaba eso.

 



Gaara sabía que aquello no era real, que Sasuke sólo jugaba con él; porque así eran los chicos como él. Se aprovechaban de la gente y luego terminaban lastimándola de la peor manera posible. Así era Sasuke. Es decir, el azabache podía tener a cualquiera, tanto a chicas como chicos, y simplemente se le hacía imposible creer que el Uchiha haya desarrollado sentimientos específicamente hacia él; una persona que desde siempre había sido excluida y catalogada como un "monstruo", que había estado solo desde que tenía memoria y nadie se preocupaba por él... Eran nulas sus posibilidades de que Sasuke Uchiha se sintiera atraído hacia él.

 


Shukaku gruñó con la potencia de mil demonios y lanzó su pesada garra contra el sometido cuerpo del pelirrojo, arrebatándole más sangre y extendiendo una de sus heridas. El dolor fue extremadamente horrible y Gaara soltó un grito desgarrador.

 



Ya no quiero sentirme así...

 


Y volvió a pelear contra el demonio.

 


En el exterior, Gaara apretaba las sábanas desesperadamente y su espalda se curveaba hasta un ángulo imposible. Gemía de dolor. Su cuerpo estaba más pálido que de costumbre, brillando sólo por el contraste que hacía su piel con el cálido sudor. Su cuello estaba rojo.

 



Yo no te quiero... Pero me lastimas más de lo que lo hace Shukaku…

 



Pudo sentir de nuevo la herida extenderse hasta su pecho, haciéndolo soltar gritos ahogados.

 



Yo te odio, lo único que quiero es que desaparezcas de mi vida, de mi mente; porque me hace daño el estar cerca de ti. Eres como una droga que hace que me sienta extraño, como si algo en mi interior no funcionara bien. De repente, siento la necesidad de mirarte, de estar junto a ti y abrazarte... Pero eso está mal y siento que pierdo la cordura.

 


Pataleaba contra el demonio, trataba de enterrarle las uñas y rasguñarlo para lograr zafarse de él. Después de todo, no tenía caso seguir soportando esa tortura si no podía sacarse a Sasuke de la cabeza. Por desgracia, aunque lo intentara, Shukaku seguía siendo más fuerte que él y le era fácil retener el cuerpo del pelirrojo e inmovilizarlo para seguir divirtiéndose con él, como si fuera una muñeca de trapo.

 


Gaara sentía que ya no podía más, que su cuerpo no lo soportaría, porque esta vez el demonio estaba excediendo sus límites. Los latidos de su corazón eran tan pesados, rápidos y sonoros; y el dolor llenaba por completo todo su ser. Ya no se podía mover, sólo soltaba gemidos ahogados y una fina lágrima que resbalaba temerosa por su mejilla ardiente.

 



Entonces suspiró y esperó resignado el ataque final...

 



Uno...

 


... Dos...

 


Y una sensación cálida enrolló su cuerpo súbitamente.

 


Los gruñidos de Sukaku ahora se escuchaban como un aullido lejano y fantasmal.

 



Sus oscuros párpados se abrieron de golpe y se encontró a sí mismo en su habitación, sentado sobre las desordenadas sábanas blancas.

 



Sus pupilas temblorosas descendieron y se encontraron con aquellas manos morenas, que estaban enrolladas alrededor de su cuerpo, transmitiéndole un calor increíble.

 



—Lo siento—lo escuchó murmurar con su voz tan profunda y enigmática. Y fue hasta entonces cuando se dio cuenta de que su cuerpo estaba aferrado al de Sasuke en un abrazo posesivo y tembloroso.

 



¿Por qué?...

 



Simplemente porque Sasuke no lo soportó; porque sentía su corazón desgarrarse al escuchar a Gaara gritar de esa manera. No quería verlo sufrir, y dejó todo su orgullo atrás por él. Salió corriendo de su habitación a la de Gaara y atrapó entre sus brazos el pequeño cuerpecito desnudo del pelirrojo que se encontraba sufriendo internamente. Lo sintió temblar y posó su rostro en el hombro del otro, susurrándole una vez más "Lo siento"

 



Sus manos se aferraron más a Gaara y lo acomodó sobre sus piernas.

 



—Lo siento... Es que no puedo soportarlo— agregó hundiendo su rostro en la ardiente piel de Gaara, quien por su parte, mantenía sus ojos aguamarina abiertos como platos, sorprendidos, con el iris bailando dentro de ellos. Sus labios temblaban con timidez.

 



—S-Sa..

 


—No puedo soportar verte así, yo... No puedo— interrumpió. Tragó saliva y entrecerró sus ojos del color de la noche, que para ese momento se encontraban cubiertos por una capa cristalina —. Me importas, Gaara... Y no quiero verte sufrir de esta manera. Por favor, para de lastimarme y déjame estar junto a ti.

 



...

 


— ¿Qué?

 



Gaara miró sus manos entumidas, su cuerpo maltratado. Había mucho que no lograba entender... ¿Por qué Sasuke estaba abrazándolo? ¿Qué había pasado con Shukaku? Quería escapar del agarre del pelinegro; él era a quien menos quería ver, a quien menos quería que lo viera así. ¿Por qué no podía apartarse?, ¿Por qué se sentía tan bien estando en contacto con él? Lo único que pudo hacer fue dejar caer su cabeza a un lado para que el otro se acomodara mejor sobre su hombro.

 


—Te amo, Gaara— sus palabras, murmuradas como plegarias, tan profundas y sinceras que provocaron en el pelirrojo un extraño escalofrío.

 


Sólo eso; sólo ese pequeño conjunto de palabras: "Te amo" hizo que Gaara cerrara los ojos con fuerza y se mordiera el labio hasta hacerlo sangrar.

 



No lo necesito...

 



Porque Gaara había sido tratado tan mal, durante tanto tiempo. A su alrededor sólo había silencio, oscuridad, soledad. Un pequeño que se aislaba de todos los que lo maltrataron, de quienes lo consideraban escoria y lo único que esperaban para él era su muerte. Que, sumido en el desprecio, se acostumbró al silencio; se aferró a la oscuridad, con finos hilos entrelazados que estrangulaban su marchito corazón. Tanto tiempo creyendo que había nacido para estar solo, para no tener a nadie que le quisiera, y ahora ahí estaba Sasuke, diciéndole aquello que creía imposible para él... "Te amo..."

 


No necesitaba sus mentiras.

 



Yo necesito la oscuridad, la dulzura, la tristeza, la debilidad; pero no te necesito a ti... No juegues conmigo.

 


—Mentiroso— susurró apretando los puños.

 



—Gaara...

 


—Mejor cierra la boca. Deja de mentir y decir cosas como esas— habló entrecortadamente—. Te dije que te alejaras de mí, ¡Maldición! ¿Por qué carajos no lo entiendes? ¿Por qué vienes y me dices que me amas? ¿Por qué no dejas de joderme y te alejas de mí?

 


Se estremeció cuando Sasuke apretó el abrazo. Sintió como los latidos del corazón del pelinegro chocaban contra su espalda.

 



— Porque yo te amo. Intenté alejarme de ti, pero no puedo...

 



— ¡Para de mentir!— gritó rompiendo el contacto con el Uchiha, volteándose y mirándolo fijamente, con el ceño fruncido; desafiándolo con la mirada —. ¿¡Quién querría a alguien como yo!? ¡Mírame! ¡Dime qué ves de atractivo en mí!

 



Sasuke bajó la mirada y suspiró pesadamente. Nunca se imaginó que algún día se mostraría de esa manera -tan débil- frente a alguien más.

 



—No lo sé— contestó en voz baja. Realmente encontraba a Gaara bastante atractivo, pero sabía que no era buena idea decírselo en ese momento, porque sólo empeoraría las cosas —. Pero yo te quiero, no me importa lo que digan los demás... Tú eres...

 



— ¿¡Yo soy qué!?

 


Una cálida sonrisa se extendió por los delgados labios de Sasuke y su mirada se volvió a centrar en el pelirrojo.

 


—La persona más importante para mí.

 



Y lo volvió a atrapar en sus brazos, sorprendiendo al más pequeño. Los corazones de ambos latían a su máxima potencia mientras el calor aumentaba en los cuerpos desnudos que se mantenían unidos.

 



—No mientas...— susurró Gaara suavemente.

 


No quiero creer que te quiero, no quiero que me ilusiones y luego me abandones... No quiero caer de nuevo en la soledad. Pero... Quiero estar junto a ti, porque me haces sentir bien, yo... ¿Te quiero?

 



Sasuke posó su mano derecha sobre el mentón del pelirrojo y lo obligó a mirarlo. Le sonrió y Gaara sólo miró asustado aquel fino rostro acercarse lentamente al suyo. Entrecerró los ojos.

 


Sí te quiero...

 


Aceptó sus sentimientos cuando esos labios inundaron sus sentidos. Tan suaves y delgados, acariciando los suyos con ternura. Sí. Quería a Sasuke, y se sentía como un idiota por eso; pero... ¿Qué más daba?

 


El azabache coló sus manos por la cintura de Gaara, lo que hizo que el pelirrojo se estremeciera un poco. Sus cuerpos rompieron todo espacio que los dividía y ahora parecían uno solo. Los labios de Sasuke se movían tranquilos sobre la boca del otro, como si temiera hacerle daño o que Gaara se sintiera incómodo. En cambio, los de Gaara no paraban de temblar, pues nunca antes habían experimentado el contacto de un beso. Además estaba confundido, sorprendido, no sabía cómo actuar. Se quedó en blanco.

 



Cuando Sasuke se separó de Gaara, abrió los ojos con lentitud, temiendo la reacción del otro. ¿Qué tal si Gaara se había molestado? ¿Y si le soltaba una patada en los bajos? ¡Dios, lo dejaría sin descendencia! Pero no. Se quedó plenamente sorprendido y con los ojos bien abiertos.

 



Sonrió.

 



Gaara aún no abría los ojos. Estaba en su misma posición, como si Sasuke nunca se hubiera separado de él. Su barbilla estaba alzada, sus labios salidos y las mejillas ardiendo al rojo vivo. Se veía precioso.

 



Y seguía temblando.

 


—No miento— dijo suavemente mientras tomaba la mano del pelirrojo.

 


Gaara abrió los ojos de golpe, dando un saltito. Sus iris estaban temblando dentro de sus ojos y eso provocó que Sasuke ampliara su sonrisa. El azabache se inclinó hacia el más pequeño, haciendo chocar sus cabezas. Luego se le quedó mirando, de una manera tan profunda y sincera que expresaba todos sus sentimientos. Gaara desvió la mirada.

 


—Te amo, Gaara— susurró firmemente.

 


El pelirrojo tragó saliva. Ahí estaba de nuevo. Sasuke se acercaba hacia él con los ojos cerrados. Iba a besarlo de nuevo...

 



¿Ahora que hacía?... ¿Correspondía? ¿O lo sacaba a patadas de su habitación?

 



Sasuke...

 



El chico más popular de la escuela, el hermano menor del gran Itachi Uchiha, aquel por el que se peleaban tanto alumnos como maestros; le estaba diciendo que lo amaba... Y, desde el fondo de su corazón, se alegraba por ello. Sasuke, que era prácticamente inalcanzable para él, le estaba diciendo que lo amaba...

 



¿Y saben qué era lo peor?

 



Que Gaara también lo amaba. ¡Mierda! ¡Ya no lo podía negar! Se había enamorado de aquel que odiaba tanto, de ese chico que lo hostigaba a cada momento y lo sacaba de quicio... De Sasuke Uchiha.

 


Ya no iba a resistirse, aunque tirara su orgullo a la basura, iba a corresponder el beso; iba a corresponder sus sentimientos...

 



Soltó un profundo suspiro y dejó que sus oscuros párpados ocultaran sus ojos. Sus labios se abrieron lentamente y esperó por Sasuke.

 


Cuando sintió el beso, volvió a estremecerse. Eso era algo completamente nuevo para él y realmente no sabía cómo actuar. Creyó que sólo era cuestión de juntar los labios, permanecer un rato así, y luego despegarse. Así que cuando sintió algo húmedo tratar de invadir su boca, se despegó bruscamente.

 



— ¿Qué pasa?— preguntó Sasuke.

 



Gaara se llevó una mano a la boca y dobló la mirada a un costado.

 


— ¿Qué... Qué fue eso?— dijo, tratando de sonar calmado.

 


—Un beso.

 



—Pero sentí húmedo— su voz se escuchaba temblorosa; sin embargo, él intentaba hacerse sonar indiferente. Pero Sasuke sólo escuchaba aquella pizca de ternura tallada en aquellas palabras.

 


Así que se acercó, y sin preguntar, se adueñó de los labios del pelirrojo, sorprendiéndolo. Mordió su labio levemente y Gaara quiso despegarse, pero Sasuke se lo impidió y lo encerró en sus brazos. La mordida había hecho que Gaara abriera la boca involuntariamente, y Sasuke aprovechó para introducir su lengua. La sacó y chupó el labio inferior de Gaara como si fuera una paletita. Después se separó.

 


—Eso es un beso simple— informó sonriendo ante el rostro descompuesto del pelirrojo —. ¿Nunca has besado a nadie?

 



...

 


Gaara bajó la mirada con las mejillas ardiendo y Sasuke lo comprendió. Gaara nunca antes había intimidado con alguien más, ni siquiera de la manera más inocente como un beso. Eso, de alguna manera, hizo que Sasuke cayera en una felicidad embriagante, y sintió la desesperante necesidad de atrapar al pelirrojo entre sus brazos y nunca dejarlo ir.

 



— Está bien— dijo cuando sintió la cabeza pelirroja pegarse a su pecho desnudo—. Me alegro de ser yo la primera persona que probó tus labios.

 


Estar estrechado por Sasuke se sentía tan... Bien. Escuchaba los calmados latidos del corazón del azabache y un calor ardiente inundaba sus sentidos. Su primer beso. Acababa de darse su primer beso con Sasuke; y no sólo uno, sino dos. ¿Por qué se sentía tan bien? ¿Por qué sentía que podía confiar en sus palabras? Sí, seguramente había perdido la poca cordura que le quedaba. Pero, no podía dejar de preguntarse si lo que le decía Sasuke era verdad o no. ¿Qué pasaría si aceptaba sus sentimientos y al final de todo Sasuke sólo jugara con él? No podía dejarse humillar de esa manera, ¿O sí?

 


Y se lo volvía a repetir: Sasuke era demasiado para fijarse en alguien como él; y no era correcto que haya desarrollado sentimientos hacia el azabache. Sólo terminaría lastimado, herido, con el corazón hecho añicos. Y Gaara no necesitaba eso, no quería sufrir más de lo necesario.

 



Se separó, empujando indecisamente el pecho del Uchiha.

 



— Aléjate de mí, por favor—pidió, sin estar al cien por ciento seguro de sus palabras. Bajó la mirada y apretó los ojos.

 



Sasuke lo miró sorprendido, sin saber qué decir.

 



Silencio.

 



Desde la ventana, sólo se escuchaban las pesadas gotas de lluvia estrellar contra el suelo.

 



— ¡Aléjate de mí!— repitió gritando. Apretó los puños y se mordió el labio mientras sus ojos se humedecían —. ¡Ojalá nunca te hubiera conocido!

 



—Gaara...— Sasuke trató de levantar su mentón, pero el pelirrojo se apartó bruscamente y enterró sus manos en las blancas sábanas.

 



— ¡Deja de hacer eso! Entiende que me hace daño estar cerca de ti— hablaba pausadamente y no encontraba las palabras adecuadas para expresar cómo se sentía —. Si no te hubiera conocido, mi vida sería mucho más tranquila yo... No quiero sentirme así.

 



—Gaara, yo...

 



— No quiero volver a ser lastimado, no quiero quererte... Pero me lo haces tan difícil— el azabache estaba a punto de hablar, pero Gaara no lo dejó—. Te pedí que te alejaras de mí, pero realmente no lo deseaba sí; porque quería que me hablaras, que me miraras, quería sentirte y... ¡Mierda! Soy un idiota... Yo... Yo...

 



Cuando Gaara alzó la mirada, encarando al otro, hizo que éste se sorprendiera, pues Sasuke miró las lágrimas correr por el rostro del pelirrojo y desprenderse de su mentón para manchar su cuello, llegando hasta su pecho.

 



—Yo...— continuó Gaara, forzándose internamente a soltar todo lo que tenía que decir.

 



Yo...

 


— ¡Te quiero!— gritó, dándole un golpe a su orgullo—. ¡Te quiero!, ¡Mierda! ¿¡Hay algo malo en eso!?

 


Empezó a soltar manotazos contra el otro, desahogándose. Sus ojos estaban cerrados fuertemente y seguía repitiendo lo mismo: "Te quiero"

 


De pronto, las manos de Sasuke atraparon a las de Gaara, y le impidieron seguir golpeando su pecho. El pelirrojo abrió los ojos como platos cuando sintió esos labios apoderarse de él nuevamente.

 


Sin despegarse, Sasuke lo recostó sobre la cama y se acomodó sobre el pelirrojo.

 



—Yo también te quiero— murmuró sin romper el beso.

 



El sonido de la lluvia rompía el silencio.

 



Se acomodó nuevamente sobre el hombro del más pequeño y aspiró el inolvidable aroma de aquellos cabellos sangría.

 



Las manos tímidas de Gaara subieron lentamente y se aferraron a la espalda del pelinegro, provocando que una sonrisa cálida adornara el  fino rostro de Sasuke.

 


Poco a poco le voy conociendo. Tiene rostro de que sabe mucho, pero en el fondo yo sé que hay un mundo entero que le puedo enseñar. Aquí está el punto en donde yo puedo ser el ángel que lo lleve al paraíso, o el demonio que lo lleve a conocer sus más bajas pasiones terrenales…

 



Y se volvieron a besar, por cuarta vez en el día.




Notas finales:

¿Qué tal? ¿Muy cursi? xP Lo sé, lo sé; pero tengo cosas más tristes planeadas para ellos dos... TTwTT

Ueno... Muchisisísimas gracias por leer...!!!

Recibo de todo: Tomatazos, amenazas de muerte xDD

 

Biie (/*u*)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).