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Si, Rivaille sama por RAMSIN

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Mi primer fic de Shingeki no kyojin wwwiiii!, eerr… déjenme ponerme seria, porque esto será muy serio y con dos capítulos nada mas, un fic algo extraño, lleno de violento amor, ilógicas situaciones y un poco de humor casi casi negro, tengo tiempo sin escribir humor, así que decidí comenzar con algo ligero en este fic, después hare un Rivaille x Eren a mi verdadero y puro estilo de romance, drama, mpreg y muchos capítulos, por ahora disfruten de este engendro que nació con un rato de pervertir mentes.


Capitulo 2


Podía sentir muchas cosas al mismo tiempo, como la respiración rítmica, sin alteración o sobresalto del heichou, su casi inhumana actuación para con él, sintiendo el dolor de sus toques, lo toscas de su caricias sobre una de las correas de sus muslos, era como si le clavara los dedos en el mismísimo musculo, causándole unos corrientosos desagradables.


- pídeme disculpas soldado. - mascullo roncamente al oído de Eren, con un tono lascivo en sobre medida -


- no... - sus labios temblaban de un modo irracional, todo su cuerpo temblaba ante el suceso -


- tienes agallas, pero pronto te las arrancare con mis propias manos.


Lo siguiente a ese desafiante comentario fue un tirón salvaje sobre parte del vestido, los botones que estaban en el pecho del mismo salieron disparados al suelo, tintineando a su contacto. Rivaille le había desgarrado la ropa dejando su pecho juvenil a descubierto, sudoroso y moviéndose brutalmente por su respiración rápida y atorada. Eren no quería ver, ni se quería imaginar que sucedería con su cuerpo, cerró los ojos fuertemente ladeando su cabeza, como tratando de olvidar que el pequeño superior estaba acercando su mano libre sobre la piel expuesta, tocando con aplomo sus pectorales contorneados y subiendo a su yugular, donde la vena más importante en su cuello parecía punzar salvaje y rápido.


Rivaille rio entre dientes, observando cómo su soldado se resignaba a ser castigado, tembloroso y asustado sin si quiera haber recibido la verdadera amonestación, eso lo emociono, Eren estaba a un punto tal de terror que dominarlo era tarea de niños, eso lo excito, sentir el poder absoluto sobre aquel cuerpo, jugar con su autoridad sin límites, pero de algo si debía estar seguro Eren, que la sumisión no le salvaría del dolor.


- ¡aahhh! - sintió un pinchazo desagradable en su cuello, un dolor incomodo y húmedo, el castaño intento ver que sucedía notando inmediatamente que el heichou estaba clavando sus dientes en el, mordiéndole y lamiendo la herida hecha -


- silencio mocoso. - su mano libre tapo la boca del chico bruscamente, no quería oírle lloriquear mientras disfrutaba de aquel manjar, mordisqueando a placer el cuello joven y tierno, surcando con su lengua húmeda todo el contorno de la clavícula hasta bajar en un recorrido suave directo a uno de los pezones de Eren -


Dio un gemido gutural al sentir la sensación extraña en su pecho, un cosquilleo distinto, abrió de golpe sus orbes verdes al sacar la conclusión que Rivaille estaba pasando su lengua y labios por sus pezones, un rubor intenso le golpeo el rostro y le causo un corrientaso en toda su columna vertebral en forma de placer dudoso.


- se acabaron las ternuras Eren. - su lengua se deslizo una última vez por el erecto botón rosado para ahora morderlo sin piedad, deleitándose ante otros gemidos ahogados que dio el menor -


Sus piernas temblaron, quería llorar, tenía un terror inaudito que le pedía a gritos que corriera, que intentara escapar de Rivaille, pero era arriesgado, una tarea casi suicida y temeraria sin duda alguna. No tenía un plan en mente y con el moreno encima de él torturándolo del modo más extraño posible tampoco podía pensar bien.


Su cerebro había quedado en piloto automático hasta que sintió como Rivaille se ponía mas intenso en sus contactos, mordiéndole el pecho, succionando con maldad pura su piel, causándole unos evidentes moretones rojo intenso, ni gemir podía, su boca estaba tapada por la mano del moreno, intento abrirla pero lo único que consiguió fue chocar su lengua contra la palma extendida de su captor.


- ¿quieres jugar también Eren? - la cara del cabo fue de un morbo más grande aun al sentir lo tibia y dulce que fue esa extremidad -


- ¡No... Suélteme! - al fin le había liberado la boca pero solo fue un instante de seguridad en un mar de dominación -


- usaras esa boca para algo muy importante.


Con su acostumbrada brusquedad Rivaille le jaloneo las muñecas tirándolo así sobre su cama, Eren en seguida se intento levantar pero el moreno subió también sentándose encima de su pecho, mirándolo mas lujurioso aun, mas frio y mas terrorífico que antes. Eren intento escabullirse fuera de esa cama moviendo sus piernas para arrastrarse hacia arriba, lo malo fue cuando su espalda golpeo la cabecera de la cama, no había salida.


- que amable eres soldado, me facilitaste el arrastrarte hasta aquí. - el moreno le tomo de las muñecas fuertemente para después medio desatarlas, subirlas sobre la cabeza del pobre chico y amarrarlas nuevamente contra la madera de la cabecera, ya eren no tenia como escapar -


- suélteme heichou, no volveré a desobedecerle, ¡pero suélteme!


- shsss... - le tapo la boca otra vez con su mano - silencio, usare tu gran bocota para algo más útil Eren.


Sus orbes verdes se desorbitaron en un segundo, no supo en que instante el heichou estaba otra vez sobre él, con sus caderas en alto dándole casi que en el rostro, sintiendo un terror impresionante al Rivaille acercarse desabrochando sus pantalones, sintiendo como al bajarlos una nueva bestia había sido liberada. Las mejillas del mejor se exaltaron en color carmín, tragando audiblemente al verle de cerca, como ese pequeño cuerpo albergaba una extremidad de calibres morbosos.


- ¿jamás había visto algo así? - tomo entre sus manos aquel erguido falo, húmedo y cálido por la necesidad de sentir -


- ... - no podía ni hablar, que decir ante esa escena de tener el erecto miembro de su heichou dándole de lleno en el rostro, su perturbada psique no se repondría jamás de tal escena -


- abre la boca soldado. - inclino su cadera más aun del rostro del menor -


- no... - susurro entre dientes, temía que al simple instante que la medio abriera, esa cosa horrorosa entraría en ella -


- lo repetiré amablemente una sola vez Eren, abre la boca. - jaloneo sin compasión el cabello del castaño para que levantara su cabeza - se dulce.


¿Dulce?, ese pervertido le pedía dulzura ante un trato así, desde que lo conoció solo había obtenido violencia de su parte, la dulzura podía metérsela bien hondo en el cu..., esos pensamientos se revolvían como huracán en la cabeza de Eren, no podía negarse a hacerle una felación a su superior, pero si podría "lastimarlo" accidentalmente, una maravillosa mordida no le vendría nada mal al erecto miembro que parecía saludarlo con leves inclinaciones por su palpitar.


Finalmente cerró los ojos, mando al diablo su orgullo y abrió grande la boca, medio sacando la lengua para evitar que el moreno le lastimara, estaba seguro que Rivaille sería un completo bruto para esto también. Espero con los ojos fuertemente cerrados a que aquel miembro ingresara en su boca pero lo que sintió fue muy distinto, otros labios, otra lengua cálida, otra parte de la anatomía de su heichou estaba devorándole con soberbia, le robaba un beso sucio, salivoso y lleno de una furia que lastimaba, sentía los dientes chocar, la lengua de Rivaille enredada entre la suya, tan demandante, tan tibia y húmeda, robándole el aire a pasos agigantados, sintiendo que se moriría en un asfixiante beso.


- si te atreves a morderme te ira muy mal. - el beso fue roto por la repentina intromisión de su miembro - diviértete...


Rivaille dio un ronco gemido, bajito y casi inaudible, su expresión era indescifrable, tenía los ojos semi cerrados, mirando con soberbia como Eren intentaba contener dentro de su boca a aquella bestia erguida, saboreándose las sensaciones arropadoras de calor y humedad, como la lengua del chiquillo se movía por su miembro torpemente, como un ciego tocando el rostro de alguien para identificarlo bien.


- !muévete! - alzo su mano atajando un puñado de los cabellos de Eren, los tomo con brusquedad para hacer que se moviera a su gusto, delante y detrás en un vaivén lento y provocativo -


no podía evitar las arcadas, la saliva se le acumulaba en el paladar, chorreando por la comisura de sus labios, intentando no tragar, porque si lo hacía seguramente se iría en nauseas, es que el miembro del heichou llegaba a tocar su paladar al fondo, con esos movimientos bruscos, jaloneándole sin piedad el cabello, sintiéndole respirar agitadamente, en un instante se volvió un simple objeto donde su superior desfogaba el deseo, intento abrir sus ojos llorosos y ver que tanto cambiaba el rostro de Rivaille, una curiosidad mal sana que podría ser su perdición. quedo atónito, con un leve rubor invadiendo sus mejillas, ¡el heichou estaba sonriendo!, con su cabeza echada atrás, sus cabellos negros pegados a su frente por el sudor perlado, sus mejillas rojas y sus labios entre abiertos dando unos inaudibles gemidos. esa escena solo le causo algo extraño en su interior, una nueva y peculiar sensación que creció en su estomago y viajo a la velocidad de la luz a su bajo vientre, se perdió en la expresión de Rivaille, no supo cuando estaba moviendo su cabeza y boca sin que le jaloneara, tratando al mismo tiempo de escuchar si quiera como gemía el mayor, pero todo eso acabo en un segundo, el moreno le aparto de un empujón suave, sudando y apoyando una de sus manos sobre el hombro de eren, estaba como sin aire, respirando entrecortado al tiempo que su miembro aun mas erecto latía dolorosamente.


- no pienso correrme en ti... aun. - hablo suavemente, deslizando su mano por la mejilla teñida de rojo de Eren -


- hei..heicho yo... - no sabía que decirle, aquella imagen de un Rivaille extasiado pareció clavársele entre ceja y ceja, hasta llego a desear ver un poco mas su acto, que cara pondría al llegar al orgasmo. Ese sucio pensamiento fue cortado por un abrupto jalón que le dio el moreno para abrirle las piernas - ¡no... no... no!


- ¡sí! - sus manos forzaron las rodillas temblorosas del castaño hasta que pudo ubicarse entre ellas, haciendo de cuña con sus propias caderas. - el negarte solo te causara sufrimiento.


Otra vez la hostilidad era marca de Rivaille, sus manos destazaron salvajemente los pliegues del vestido, capa por capa como lo haría un niño pequeño para destapar su regalo deseado, pero este regalo era de carne y hueso, virginal y puro. El heichou llego a su destino, dejando un camino de ropa desgarrada, mirando con una ceja levemente arqueada, alzo la mano hasta el bajo vientre de Eren, deslizando solo su dedo índice por aquel recóndito lugar, surcando toda la hombría del chico, encontrándose con una gratificante pero confusa sorpresa.


- ¿te excito lo anterior? - su dedo presiono levemente la punta de la semi erecta masculinidad de su presa -


- ¡no! - desvió la mirada mordiéndose los labios, deseando evitar soltar el gemido que nacía en su garganta, el dedo tibio de Rivaille hizo un contacto inaudito en su piel sensible -


- eres demasiado evidente pequeño pervertido. - de un dedo, paso a tomar el miembro en la palma de su mano, apretándole con una magistral firmeza pero sin violencia - ¿te gustan mis tratos, Eren?


- hei… heichou no siga... ahhh... - lloriqueo con unas diminutas lagrimillas a punto de correr por sus mejillas, las sensaciones eran demasiado fuertes para el que nunca había tenido un contacto de ese calibre -


- ni te atrevas a correrte, es una orden. - apretó mas aun la masculinidad del pobre chico, moviendo su mano una y otra vez, viendo el rostro de dolor y placer ligados, la lucha encarnizada que tenia Eren para no desobedecer su orden -


- ¡duele! - jaloneo sus brazos, quería soltarse, salir de esa tortura, necesita sujetarse de algo, su alma se lo pedía, su cuerpo se lo pedía, gemir no bastaba, erguir sus caderas tampoco, era una verdadera agonía, el calor y la presión lo sofocaban cada vez más, viendo a Rivaille con su frialdad recuperada, serio y metódico como si estuviese cumpliendo alguna orden marcial -


- calla y aguanta... - su mano libre viajo por los muslos del menor, soltando las correas una a una, dándole un pequeño respiro a los músculos ya demasiado tensos -


Hecho su cabeza tan atrás como podía, chorreando de sudor, gimiendo impúdicamente al sentir como el heichou terminaba de desnudarle, soltándole totalmente de las correas y el vestido destazado. Al fin tuvo un respiro, la presión del venidero orgasmo lo tenía angustiado así que fue un alivio ver como Rivaille se detuvo, lo malo fue ver que ahora su atención radicaba en deshacerse de sus propias ropas también. Tembló, preocupado totalmente por el cuerpo que estaba oculto entre esa vestimenta militar, un torso tonificado, estomago plano y con una musculatura envidiable, también eren logro ver las marcas de viejas heridas, de los tirones de las correas dispuestas como líneas mas oscuras marcadas sobre la piel, el cuerpo del heichou Rivaille podría ser comparado con el de un caballo de carreras, pura fibra y musculo.


- abre la boca. - la orden del mayor fue seguida de tres dedos ingresando en Eren -


No pudo protestar, solo sentir como aquellos dígitos se movían dentro de él casi que estrujando su lengua.


- te conviene humedecerlos bien. - apretó la quijada del chico con su otra mano mientras seguía dándole órdenes -


Fue demasiado rápido para Eren, esos dedos viajaron sin si quiera notarlo de su boca a su entrepierna, sus orbes verdes miraron con horror cuando Rivaille separo sus muslos bruscamente, como buscando algo en especifico, sintiendo un par de dedos acariciando el lugar mas recóndito de su cuerpo, la cara del mayor fue un poema al erotismo, su lengua se relamió solo un segundo antes de introducir sin piedad alguna aquellos dos dígitos en Eren.


El grito de dolor no se hizo esperar, sintió tal intromisión que sus piernas temblaron descontroladamente, dando bocanadas para coger el aire perdido en el grito, solo sentía que dolía, sus movimientos fueron extraños, incómodos, como buscando algo en sus entrañas, el pobre Eren solo deseaba que terminara su tortura, que Rivaille no tardara tanto en cumplir sus caprichos morbosos o su castigo o lo que fuera que estuviese haciéndole.


- deja de gritar o te daré verdaderos motivos para que lo hagas. - la frialdad de su voz distaba mucho de lo apasionado que se veía, esforzándose en mover sus dedos para algún propósito extraño -


- pare... pare por fav... aaahhh... - sus suplicas se vieron interrumpidas por una sensación nueva, sintió un corrientaso placentero que lo descoloco -


- no me detendré soldado. Encontré lo que buscaba - lascivamente se inclino un poco más sobre Eren, lamiendo su vientre, pecho y subiendo a su boca de labios carnosos y enrojecidos de excitación -


- ¡Rivaille sama! - no supo porque demonios le grito así, lo único que su aturdido cerebro percibía eran los dedos del moreno adentrándose y saliendo incontables veces, tocando algún punto diabólico dentro suyo que le robaba la poca cordura que tenia -


- repítelo. - su voz autoritaria fue seguida de un empujón nada dulce de sus dedos -


- ¡aahhh... Ri...Rivaille sama! - su espalda se arqueo brutalmente, el calor en su bajo vientre regreso multiplicado por mil, el dolor desapareció en un pozo de placer caliente, respirando agitado, temblando mientras su esencia se derramaba sobre su propio vientre desnudo, esa última estocada del heichou lo hizo correrse de puro placer -


- Eren. - estaba asombrado, ni el mismo se espero esa reacción al maltrato con sus dedos, el chiquillo bajo el comenzaba a adaptarse a sus tratos bruscos, y lo que era peor, el estaba bajando el ritmo de la tortura por culpa del placer culposo -


- ... - su cabeza le daba vueltas, sintió una debilidad indescriptible, tan atontado quedo que no percibió cuando Rivaille le desato de la cama y pasó sus manos anudadas aun tras su cuello, apoyado sobre sus hombros solamente -


Muy pocas veces estaba en esta condición, sudoroso, deseoso de seguir adelante con la "tortura sexual" a su soldado, la acostumbrada frialdad se derretía entre el calor de los besos, los gemidos con su nombre, el placer de un cuerpo cálido y evidentemente virgen, lo noto desde el principio, eren era un chico inexperto, sin manchas en su cuerpo, sin experiencias. Inquieto por la evidencia se pensó el continuar, marcarlo para siempre era un riesgo, estaba perdido en decidirse cuando sintió como Eren le jalaba hacia el robándole un beso, fue un asalto inesperado, su boca cálida en contacto de otra, la torpeza de su inexperiencia brillaba totalmente, y todo eso decidió el destino.


- gritaras mi nombre, es una orden Eren. - sin piedad alguna tomo su erecto miembro hasta el sitio indicado, presionando en una sola y brutal estocada, sin avisos previos -


El menor se retorció en un agónico gemido, el dolor se apodero de su cuerpo sin misericordia, podía sentir su piel tensada al máximo, el calor de su superior atorándose dentro suyo, como sus caderas comenzaban a avanzar firmemente dentro, mas y mas, sin fijarse en el dolor que causaban, en los temblores descontrolados de su cuerpo, agradeció que Rivaille le soltara de la cama y pasara a ser el soporte, sin pensarlo aferro sus manos al cuello del moreno, fuerte, jaloneándole al mismo ritmo en que comenzaba a ser embestido. Grito, varias veces grito desde su alma, hasta quedarse afónico, con las lágrimas recorriendo sus mejillas, adolorido en todo el sentido de la palabra, tan distinto al paraíso que hacía unos minutos atrás le llevo su heichou.


- ¡no te escucho Eren! - Rivaille le penetraba con brusquedad, sometiéndole como a un caballo salvaje, sujetándole de las caderas con saña, clavando sus manos en ella, sintiendo el sudor recorriéndole toda la piel - ¡dilo!


- duele... du ele... - gimió con el rostro descompuesto, las mejillas rojas, su rostro lleno de sudor perlado -


- ¡dolerá más aun!


Y cumplió con su palabra, sin piedad hizo que Eren acabara sentado sobre su miembro, bajándole las caderas totalmente hasta que las pieles de ambos chocaron, los gritos ya no valían nada, gemir tampoco, eren solo resoplaba de dolor, enterrando su cara en el cuello de su superior, reteniéndose de morderlo y liberar el dolor de algún modo.


- ¡Ri...Rivaille sama pare! - le susurro en su oído como mejor pudo ante las embestidas desafiantes que recibía -


- calla y obedece - sin contemplación le volvió a mover de lugar, esta vez se dejo caer de espalda sobre la cama, con un confundido eren encima suyo, aun penetrándole dolorosamente - muévete.


- no... - trato de levantarse pero sus piernas no le daban para ello, temblando medio alzo sus caderas lentamente, en un movimiento menos agresivo que lo experimentado antes -


- me dormiré aquí si no te mueves. - tomo con brusquedad la cintura del menor, alzándole y bajándole de un solo golpe -


- ¡aaahhh! - su cuerpo se estremeció rápidamente, recordaba esa sensación, ese calor culposo que recorrió sus entrañas hacia un rato atrás, esa posición tocaba nuevamente su punto de locura, aun adolorido eren quiso alivio, placer aunque sea un poco, se aprovecharía del mismo Rivaille y su posición. Con total dificultad se acomodo intentando moverse por sí solo, fue la gloria, sintiendo como la bestia del heichou daba de lleno contra él, fue placentero, tan placentero que ya su heichou no le movía, el solo hacia el trabajo sucio, arriba y abajo en un vaivén delirante, gimiendo obscenamente ante las sensaciones.-


por su parte, Rivaille estaba en transe, absorto ante la estampa de un Eren mundano, lujurioso y mezquino que se penetraba a sí mismo, usándole como mera herramienta de placer, no le molesto eso, al contrario, le excito más aun, verle rojo de pasión, sudoroso, con su cuerpo contorsionándose con cada embestida, sintió que su presa pasaba de los limites, algo nuevo nacía en sus emociones, deseo besarlo, acariciarlo con devoción, tomarle entre esas sensaciones y dejarlo libre como el viento.


- heichou... déjeme llegar... - le lloriqueo con emoción, estaba al límite nuevamente, necesitaba liberarse de algún modo -


- no ruegues. - ni pensó cuando su mano se deslizo hasta el erecto y húmedo miembro del menor, sintiendo su calor evidente, la tensión de sus deseos reprimidos, con soltura comenzó a acariciarlo, con sus dedos, tiernamente mientras Eren cabalgaba impetuoso sobre él, moviendo sus caderas groseramente, gimiéndole que siguiera, que le dejara llegar -


- ¡siga por... Favor... siga! - subía y bajaba, apoyando ahora sus manos atadas en el pecho de Rivaille, dándose fuerzas para seguir -


- no me provoques pequeño idiota. - aumento la velocidad de sus caricias, a un punto dolorosamente bueno para el castaño, al mismo tiempo también el sentía que llegaría, necesitaba experimentar las mismas emociones básicas que el castaño - Eren...


- ... - el nombrado se agacho para besarlo en los labios, moviendo su lengua torpemente, sintiendo como Rivaille le correspondía con toscos movimientos - lo... siento heichou.


Fue la última cosa coherente que dijo, su cuerpo se estremeció al sentir el palpitar despótico del miembro del mayor, más caliente, mas fuerte, tan incomodo como el por llegar, sus caderas se movieron mas rápido, gimiendo y gritando el nombre de su superior, temblando extasiado al sentir que llegaba casi igual que Rivaille, sus orgasmos hermosamente acompasados en tiempo y espacio. Los dos hombres cayeron derrumbados, jadeando y agotados, no tenían palabras para describir lo que experimentó, para Rivaille fue un cambio de ideas, deseando en un principio castigar y culmino satisfaciendo a su soldado. Para Eren fue la experiencia más aterradora y al mismo tiempo excitante que haya vivido, sintió dolor, terror y placer, todo de la mano de su perverso heichou.


- Eren... Eren... - la voz fría y despiadada de Rivaille le obligo a abrir sus ojos pesadamente -


- ya... cumplí Rivaille sama... déjeme dormir un poco más. - estaba cálido, sudoroso pero cómodo -


- ¿qué demonios? - en un segundo el moreno jalo brutalmente las mantas de la cama haciendo que el pobre eren rodara del otro lado y cayera al suelo como un costal de papas - ¡levántate en este instante pedazo de basura!


- ¡eh! - asustado se puso de pie y miro a todos lados, con los ojos vidriosos y confundidos - pero... Estábamos... yo...


Miro aterrado a todos lados confundido totalmente por el trato de Rivaille, lo vio parado allí, frente a su cama, con su porte recio y soberbio, en ese instante descubrió el terror de la realidad de que todo había sido una pesadilla, un sueño húmedo o cualquier otra explicación razonable para lo que su mente creo.


- serás castigado mocoso, ¡no llegaste a la hora!- Rivaille le miraba como un perro rabioso, listo para lanzarle una mordida -


- lo... lo lamento Rivaille sama.


- ¿cómo me dijiste? - su ceja se arqueo con notable asombro -


- eh... yo, yo... estaba soñando con usted... y… usted me pedía que le llamara así.- tartamudeaba incontrolado, con el sueño vivido atropellando su mente, quería contárselo pero se dio cuenta muy tarde que no fue la mejor idea -


- ¿soñaba conmigo soldado? - Rivaille zanjo la distancia entre ambos, quedando frente a frente -


- si... - un calor sofocador le subió por todo el cuerpo, inexplicablemente le apretaba el pantalón de su pijama, medio bajo la mirada notando horrorizado que tenía una muy "evidente" erección -


- Eren. - Rivaille clavo su mirada en aquella inoportuna carpa de circo que levanto el menor - el sueño fue conmigo, si fui el causante de eso, asumiré la responsabilidad.


Repentinamente lanzo a Eren sobre la cama, sin cuidado alguno subió sobre el posando su diestra salvajemente en el área afectada, Se miraron por un fugaz momento, como hablando telepáticamente.


- ¿usted hará realidad mi sueño heichou? - Eren le hablo bajito y con el rostro sonrojado totalmente -


- se quedara en tus sueños – apretó con saña la adolorida erección del chico – ¡acaso me crees idiota, levanta tu trasero de la cama y cumple tus responsabilidades!


- ¡si señor! – fuera lo que fuera, este Rivaille no parecía ser tan pervertido como el de sus sueños húmedos, ciertamente esa realidad no supo si tomarla como algo bueno o malo


- y no quiero volver a escucharte hablando de esos estúpidos sueños conmigo. – la mirada del moreno fue digna para causarle una muerte lenta y dolorosa a Eren –


- ¿puedo hacerle una última pregunta heichou? – tartamudeo con vergüenza levantándose cuidadosamente de la cama –


- habla.


- ¿le gusta la ropa de sirvienta?


Fin


Eren es todo un loquillo, le gusto soñar que su heichou lo violaba, JA JA JA JA JA! Creo que Eren no vivirá para contarla, esa pregunta fue la guinda de la torta XD. Espero les gustara este loco, muy loco fic, espero seguir gustándoles, porque me voy metiendo en un pozo sin fondo llamado shingeki no kyojin y pienso hacer un fic serio, digno de mis gustos dramáticos, con una evidente dosis de mi estilo mpreg XD… solo esperen y verán, aun estoy ahorcada con mi fic de no. 6 y debo liberarme de él, pero eso no quita que no vaya escribiendo el de shingeki ji ji ji.


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