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El Pago por la libertad de Mi Hijo por yaoistamoon

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Notas del capitulo:

ok a este capi le meti muchas ganas, espero que sea de su agrado!!! de cualquier forma se va a poner mas intenso y emocionante un poquitin mas adelante pero ahora espero que disfruten :3

 

Madara salió de sus cavilaciones cuando el rubio mantuvo su perfecta mirada azul cielo en los orbes oscuros del mayor. El silencio no era incomodo para Madara pero si para Deidara que no sabia a donde se dirigían.

-no deberías al menos agradecerme belleza? –decidió romper el hielo molestando un poco a su acompañante.

-agradecerte? Puedo agradecerte el que hayas asesinado a mi marido y hayas arruinado mi vida y la de mi hijo por consiguiente. –comenzó a sentir un nudo en la garganta y se aguanto las inmensas ganas de llorar que tenia. Madara lo miraba estupefacto, cuanta osadía tenia ese joven.

-tienes razón… no debí haber matado a Itachi, debí haberle hecho lo mismo que el me hiso a mi –dijo cambiándose de lado para quedar junto al ojiazul. –aun no he probado mi mercancía –levanto un poco el mentón del rubio para que sus labios quedaran a la par –lo único que espero es que Itachi se revuelque en su tumba con todo esto.

Deidara no pronuncio palabra alguna, y no se resistió cuando el azabache rompió la distancia en la unión de sus labios, esos delicioso labios, rosados y carnosos que poseía el doncel, sin embargo este no correspondió. Al ver que el rubio no cedía, lo sujeto de la cintura para atraerlo mas hacia él y comenzar a morder el labio inferior para que abriera a boca y el fin pudiera adentrar su lengua. Pero al no ver resultados, Madara le jalo del cabello y mirándolo con rabia en sus ojos le advirtió.

-así es como pretendes besarme?, recuerda que  así como pude tener piedad de tu hijo puedo con la misma facilidad deshacerme de él –Deidara abrió los ojos de sobremanera y se arrojó a los labios del Uchiha con desesperación.

Un beso lo suficientemente pasional como para demostrarle de todo lo que era capaz por su hijo. Sus lenguas disputaban en una batalla campal una a la otra, Madara degustaba el sabor de la saliva del mas joven y se perdía en la calidez de su lengua. Por dios, como deseaba Deidara que al que le estuviera dando ese beso hubiera sido a su marido, por ello cerro los ojos imaginando que el portador de esos candentes labios fuera Itachi, se sentía como Itachi, cuando ambos hacían el amor, algo que con ese sujeto no tendría, no sería nada más que simple sexo carente de sentimientos. Toda la fantasía del momento se acabó por la simple falta de aire, como deseaba seguir probando de la boca de ese rubio que lo estaba enloqueciendo.

Se separaron y se miraron por un buen rato, y todo se llenó de un completo silencio. Madara creyó que sería suficiente tortura para el joven durante lo que le quedaba de viaje y se fue a sentar cerca de la ventanilla. Durante el resto del camino no cruzaron palabra alguna. Deidara estaba hasta los nervios de no saber nada sobre su hijo, si realmente venía con ellos o como estaría, cómo lo estarían tratando o si estaba asustado o llorando. Una traicionera lágrima se escurrió sobre su mejilla, la cual no pasó desapercibida por el ojinergro.  Al cabo de una hora y media el carruaje se detuvo frente a una gran mansión en los dominios del clan Uchiha.

La puerta se abrió, dejando verse a un doncel albino; éste hiso una reverencia como gesto de bienvenida, y se paro a un lado de la puerta. Luego reparo en el sublime rubio que aun abordaba el carruaje. Agacho la mirada y se dirigió con todo respeto debido al Uchiha.

-mi señor no me había dicho que vendría acompañado

-no es necesario que prepares ninguna habitación Hidan, el joven aquí presente será mi concubino desde ahora –dijo dirigido al rubio.

-mi hijo.. –Deidara miraba insistentemente hacia los carruajes esperando ver a su pequeño –donde… -hasta que lo vio bajando tras una peliazul con una flor en el cabello –Sasuke! –grito de alegría y corrió a abrazar a su hijo.

-papi… dónde estamos? –pregunto mirando la gran mansión.

-en el clan Uchiha –le contesto con orgullo Madara al pequeño –su nuevo hogar desde ahora.

-que va a ser de nosotros? –volvió a preguntar con ingenuidad el niño, esta vez dirigido a su papi que lo miraba avergonzado.

-desde ahora vas a ocupar el lugar que le correspondía a tu padre desde hace diez malditos años –anuncio fastidiado, pero al ver la irada de incomprensión del menor y la cara de temor del rubio, reunió toda la calma que pudo y aclaro –serás mi aprendiz, te convertirás en un guerrero; pero tu papi… el destino de él será diferente –enseguida una sonrisa perversa se asomó en sus labios y tomo al rubio de la mano para conducirlos al interior de la mansión.

Una vez que entraron, se quedaron maravillados por el tamaño y la belleza de aquel lugar, cuánto lujo; Sasuke iba detrás de su padre y miraba hacia todos lado sin perder detalle del nada. Estaba tan ensimismado en contemplar aquella mansión que no advirtió un pequeño rubio que se estrellaba contra él.

-maldito… dobe –dijo empujando al rubio sobre él, hasta que miro más detenidamente al pequeño que contaba con la misma edad que él. Lo había cautivado con una sola mirada, esos enormes orbes azules que lo hipnotizaron, esa piel dorada que contrastaba con su cabello rubio despeinado, lo miraba con una adorable mueca de fastidio.

-cállate teme dattebayo, te atravesaste en mi camino, y todavía me insultas –le contesto indignado por la falta de cortesía del azabache hacia un doncel.

-NARUTO!, cuantas veces te he dicho que no corras por la mansión? –reprocho Madara al pequeño rubio

-tío dattebayo… es que, estaba escapando de papi que.. –en ese mismo momento entra un tercer rubio igual al pequeño Naruto pero en versión adulta, delgado y alto, con el cabello un poquito más largo y sin las marquitas como bigotes que son tan características en Naruto, se lo veía con cara de enfado.

-Naruto… porque saliste corriendo?... Madara –se exalto al ver al moreno molesto con su pequeño, luego vio al pequeño azabache que era idéntico al hermano desterrado de su marido, y junto al líder del clan un sublime doncel de cabellera larga que lo miraba –amm… mucho gusto?

-Minato… este es Deidara, será mi concubino desde ahora, te ayudara con las tareas del hogar, y el pequeño es mi nuevo alumno, su nombre es Sasuke, Uchiha Sasuke –el blondo lo miro con sorpresa, era evidente que Sasuke era un varón, ni siquiera su pequeño Naruto podía llevar el apellido del clan por ser un doncel, después de lo que había pasado con Uchiha Izuna, Madara decidió que ya no podría correr más riesgo el honor de su familia –porque no lo llevas a conocer lo que desde ahora será su nuevo hogar? –más que una petición aquello fue una orden.

-por supuesto, el pequeño vendrá con nosotros? –le dedico una adorable sonrisa maternal a Sasuke

-no, el vendrá conmigo… le enseñare lo que será desde ahora su deber, lo que consiste ser mi aprendiz –miro a Sasuke y éste entendió claramente, se acerco a su papi y se inclino en puntillas para que el mayor se inclinara para quedar su mejilla al alcance del beso que su hijo deposito en él; quería demostrarle al rubio que era valiente y no tenia miedo, que no haría nada que los perjudicara.

Ambos rubios se miraron, el rubio mayor lo miro, comprensivo, con cierto dolor hacia el más joven que tenia una mirada perdida y triste. 

-te encuentras bien? –dijo acariciándole el rostro con la intención de transmitirle confianza.

-estaré bien mientras mi hijo este bien –contesto con una forzada sonrisa

-acompáñame –dijo dedicándole una animada sonrisa, y se dirigieron a la cocina donde Minato le comenzó a preparar un té –tienes un pequeño adorable… se ve el gran gusto de los Uchihas por los rubios –y rio por el comentario

-es usted un Uchiha también? –pregunto, aceptando el té que el otro le ofrecía

-no querido, mi marido lo es, Uchiha Fugaku –al escuchar ese nombre Deidara se paralizo –está todo bien? –pregunto preocupado tomando la mano del blondo

-el.. el, hermano de mi marido –dijo con tristeza –mi marido esta muerto –dijo como no creyendo la cruel realidad 

-o por dios… -dijo levantándose de la silla donde se encontraba y dirigiéndose al rubio que derramaba lastimosas lagrimas –lo lamento tanto –Deidara recibió ese abrazo tan agradecido, se sintió tan protegido; era el abrazo que necesitaba desde la tarde que Madara asesino cruelmente al amor de su vida y que no recibió.

-no quiero ser débil Minato… mi hijo me necesita –sollozo en el hombro de su amigo

-amor, me dijeron que estabas por… aquí –llamo un moreno a su esposo, y se detuvo cuando lo vio abrazado de otro rubio que lloraba desconsoladamente –esta bien, puedo volver después

-amor… hay algo que debes saber –detuvo el andar de su marido que estaba con ánimos de marcharse por donde vino. De pronto el moreno lo miro.

-sucedió algo con mi hijo? –preguntó escandalizado sacando conclusiones apresuradas –Minato…

-no amor, escucha –se separó un poco del rubio que se sentía apenado de que el otro moreno lo viese en esas condiciones –tranquilo Dei… -lo calmo apartando las delicadas lágrimas de sus sonrosadas mejillas, y le sonrió para transmitirle confianza.

Fugaku se acerco, no comprendiendo a donde iba todo esto, se sentía un poco incomodo ante el rubio que minutos antes de que el llegara estaba desahogando sus penas en el hombro de su esposo.

-que sucede? –pregunto sin rodeos

-Fugaku, él es Deidara… el esposo de tu hermano –presento a quien lo acompañaba –Madara lo trajo esta mañana con su hijo, el hijo de Itachi

-no es cierto.. –dijo sabiendo a lo que se refería el blondo. Madara había dado caza a Itachi y le había matado; pero sin ánimos de conformarse con eso, trajo a su esposo y a su hijo como botín de guerra, el líder del clan no tenía escrúpulos. –yo… -trato de tragarse toda su amargura, pues su orgullo Uchiha no le permitía demostrar debilidad y aun menos ante dos donceles –lo siento tanto –dijo poniendo una mano en el hombro de Deidara en señal de apoyo, él comprendía su dolor –como esta mi sobrino?

-es fuerte… él quiere demostrarme que está todo bien y que no tiene miedo –con todo esto Fugaku pensó con orgullo, “como todo un Uchiha”

En otro lugar no muy lejos de ahí, se encontraban los dos azabaches en un campo de entrenamiento que estaba precisamente detrás de la mansión, el líder del clan Uchiha le explicaba al pequeño Sasuke en lo que consistía ser su aprendiz, que debía ser obediente y dedicado, orgulloso y leal, ya no tendrá nada mas fuera del clan, su única familia eran los Uchiha, y al único que debía profesar respeto y lealtad era a él, el gran Madara Uchiha. Su entrenamiento daría inicio al día siguiente por la mañana y mientras le explicaba todo eso, un moreno pelilargo se acerca a los Uchihas.

-pero miren nada mas, no sabia que tenias un hijo mi viejo amigo –Hashirama Senju, el mejor amigo del azabache –tanto tiempo de no saber nada de ti…

-Sasuke, mas tarde nos vemos, perqué mejor… no vas a buscar a Naruto? –tenia que sacarse al niño de encima, sabia que si el Senju iba al clan a buscarlo debía ser algo muy importante.

Como el niño obediente que era Sasuke asintió a la orden del mayor, y se dirigió a buscar al dobe escandaloso de esta mañana. Lo busco por el patio, si ahí debía de encontrarlo, seguramente estaría haciendo sus doberías afuera.

Hasta que lo encontró trepado en un árbol, en una de las ramas mas altas tratando de alcanzar un pequeño gatito que estaba asustado, con todo su pelito erizado. El rubito en todo su amague de ayudar al pobre gatito casi cae y queda colgado de la rama.

-maldición dattebayo!...ven aquí estúpido gato –le grito al felino mientras intentaba por todo los medios volver a subir a la rama

-dobe, que estas haciendo? Te vas a caer –advirtió alarmado el morenito, intentando pensar en como hacer para ayudar al rubio tonto que aun estaba colgado de la rama.

-teme? No, no estoy haciendo nada, solo es un nuevo método para crecer mas rápido –ironizo

-estúpido dobe, no es momento de bromas, subiré por ti –le grito para comenzar a escalar hasta donde estaba el rubio; mientras lo hacia refunfuñaba a destra y siniestra contra la idiotez del rubito.

-me estoy… resbalando –se asusto el rubio mientras sus manitos sudorosas comenzaba a deslizarse por la rama q no lo sostendría por mucho tiempo –hay no!

Sasuke se alarmo por el alarido que clamo Naruto, aun no se encontraba ni cerca de él, su caída desde donde estaba seria fea. Sin embargo una mano sujeto al pequeño antes de que sucediera la tragedia. Un adulto que había llegado a tiempo, se apresuro a usar sus técnicas ninjas y en un santiamén estaba sujetando la pequeña mano del blondo.

-Naruto, Porque no me sorprende? –pregunto un peligris con una voz muy varonil y animo agobiado, lo miraba con reproche mientras lo subía a la rama de nuevo.

-Kakashi-sensei, yo… es que ese estúpido gatito, y luego el teme.. maldito teme –trato de excusarse molesto y frustrado por no haber podido alcanzar al gatito que aun estaba asustado y el teme que miraba todo con una gran interrogante, ¿Quién era ese sujeto?

Notas finales:

ok, no le puse lemon pero eso ya va a venir y prometo esmerarme mucho!! me hacen muuuy feliz con sus reviews y sabe que  si tienen sujerencias y lo que sean me lo pueden decir!!! bye


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