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Si el plan A no funciona por HeartBreakerGirl

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Notas del capitulo:

¡¡Hola!! Aquí me tienen después de dos semanas. Lo sé, pero primero tenía que cumplir un par de promesas pasadas y lo hice. En el trancurso de esas dos semanas ocupadas, me las arreglé para subir dos one-shots que eran regalos para mis lectores de este fic. Fueron el review 50 y 100. Unas buenas escritoras y amigas mías fueron las ganadoras MisuzuBlack y ChoiGuis respectivamente ^^

¡Felicidades! También quiero decir que este capítulo está muy largooo... y espero que lo disfruten. Eso es todo. ¡¡A leer!!

 

"Me gusta la gente capaz de entender,

 que el mayor error del ser humano es

 intentar sacarse del cabeza aquello

 que no sale del corazón"

 

Mario Benedetti 

-¿Ves las estrellas más brillantes?- Ji Yong señalaba con su dedo algunas.

-Sí- ambos se encontraban recostados mirando el firmamento. Se las habían arreglado para caber en la manta que había traído el menor.

-Yo tengo una creencia que he mantenido al pasar los años- el rubio había dejado de señalarlas y sus manos, ahora, reposaban sobre su tórax- Creo que esas estrellas son las almas de las personas buenas que ya no se encuentran aquí. Creo que ellas desde ahí nos acompañan para protegernos y no estar solos.

-¿De verdad…..?-el pelinegro se tensó por un momento. Por un momento creyó que se había quedado sin habla. Haciendo uso de todo su esfuerzo con un tono ahogado se atrevió a terminar la pregunta-… ¿Lo crees?

-¿No me acabas de escuchar?-el menor sabía que él se pondría en guardia, pero aún elevó un poco de las comisuras de sus labios- Sí. Creo firmemente. Llámame loco.

-Suena…-Seung buscaba la palabra exacta, pero no sabía cuál usar. Optó por decir la más aproximada a lo que quería expresar- ¿Fantasioso?

-¿Inocente?- ambos habían hablado al mismo tiempo. Ji Yong rió entre dientes.

-¡Exacto!-Seung chasqueó sus dedos dándole la razón- Viniendo de ti, no me encuentro sorprendido.

-¿Por qué?- se mostró curioso.

-Siempre he pensado que tienes un alma y un corazón puro, Ji Yong… es parte de ti- al escuchar aquella frase se sonrojó, no pudo evitarlo.

 Definitivamente era un idiota y encima lo había dicho en un tono tan suave y un poco ronco, que salía bonito escucharlo de sus labios. Era un alivio que Seung mirara el cielo y no estuviera pendiente de él. En cuanto a su corazón, se había resignado a calmarlo, siempre actuaba atolondrado cuando estaba junto al pelinegro.

-Eishh… ¿Qué dices, hyung? Soy G-Dragon- la arrogancia destilaba en su voz. Como siempre era un experto en aparentar otras cosas.

-No me engañas, Ji Yong- Seung volteó a verlo- Eres el mismo Kwon Ji Yong que conozco hace muchos años. Uno que ha madurado mucho, por cierto.

-Las estrellas te vuelven pensativo- murmuró en respuesta. Odiaba cuando Seung le decía ese tipo de cosas.

-Puede ser….

 

Creo que esas estrellas son las almas de las personas buenas que ya no se encuentran aquí.” Seung se encontró a si mismo suspirando. Estaba sentado en una mecedora amplia que tenía a su disposición en los jardines de su villa. Balanceaba sus piernas distraídamente. No sabía cómo había terminado pensando en la conversación que tuvo con Ji Yong esa noche en el techo de su casa. ¿Tal vez era la culpa de la revista que había traído Young Bae? Lo había visto en el sofá de la sala, en su camino para pasear por el área verde de su hogar. Si no hubiese visto, esa foto de una constelación. Tal vez su subconsciente no terminaría orillándolo, en ese momento, a pensar en ello. Sabía que Ji Yong no lo había dicho para consolarlo, verdaderamente era algo en lo que tenía fe. Cierto o no, aquella frase lo había hecho pensar. Se deba cuenta que no pensaba en ella, hace una semana, incluso el último fin de semana que había pasado con Ji Yong. Su conciencia no la evocó. Era tan raro, más aún si tomaba consciencia que la última vez que lo había hecho, se refería a pensar en ella… fuera un poco menos. ¡Y todo había sido por Ji Yong! Alguien que por cierto, no pasaría el fin de semana con él. Por eso Young Bae estaba reemplazándolo. Según el menor por teléfono le explicó que tenía que grabar un comercial en Jeju el fin de semana. Así… que esta semana no vería a su mejor amigo.

-Aquí estás, hyung- sintió como el moreno se sentaba a su lado.

-¿En dónde más iba a estar?- le respondió con acidez. Era inevitable, pero cuando se dio cuenta su rostro se contrarió y decidió cambiar su manera de hablar- Solo quería… caminar un poco.

-Ya veo -respondió. A él no le había afectado su tono al hablar. Era perfectamente entendible- Te ves muy pensativo, hyung.

-Estoy consciente que ha pasado mucho tiempo- le contestó a sabiendas que era un respuesta vaga-Estuve por aquí y por allá. El periodo de sequía sigue aquí, tal vez deba buscar a la lluvia antes que venga a mí.

-A veces…. Una gota es suficiente, hyung- era muy cauteloso al hablar- Nunca sabes dónde la podrías encontrar- lo último lo comentó con intención. Él sabía perfectamente a lo que se refería, Seung nunca tendría conocimiento de lo que hacía alusión.

¡Aigoo! No entendía como las cosas se había vuelto complicadas para su mejor amigo.

-Eso es cierto- el pelinegro le dio la razón sin mirarlo- Solo tengo que mirar en una dirección y seguir mi camino.

-Lo conseguirás, hyung- el moreno sonrió- ¿Quieres un café caliente? La mañana está un poco fría.

-¿No quieres dejarme por nada del mundo, eh?- Seung Hyun alzó su rostro y entrecerró sus ojos- ¿Él te pidió el favor, no?

-Ya sabes él es el que más te cuida- rió un poco al terminar la oración.

-Lo sé- susurrándole le respondió.

Teniendo a Seung Hyun caminando detrás de él, Young Bae tuvo constancia de cuán caótico el mayor volvía a Ji Yong. Sabía perfectamente que el líder de BIGBANG no estaba grabando un comercial, ni mucho menos estaba en Jeju. Como lo conocía, intuía que ahora mismo estaba lidiando con algunas cosas emocionales y todo era por Seung Hyun. ¡Era increíble la contradicción misma que su mejor amigo manifestaba en su comportamiento! Otra vez era por su hyung. Él no quería ver al mayor del grupo, pero se preocupaba tanto por él que le había dado explícitamente una lista de cosas a tener en cuenta para la comodidad de Seung Hyun. Como si él nunca lo cuidara, era gracioso en ese sentido. A pesar de todo accedió hacerlo para su tranquilidad.

Nunca, en todos los años que lo conocía, vislumbró ese tipo de fervor en su mirada. Por la conversación que tuvieron el fin de semana pasado era de su conocimiento que él estaba muy enamorado de Seung Hyun y se atrevía a decir que lo amaba, no obstante ver ese fervor era como la re-confirmación de que lo que sentía por Seung Hyun… estaba más allá de lo explicable, no se podría traducir en palabras exactas, tal vez no era suficiente lo que pensaba con respecto al amor unilateral de Ji Yong. Estaba preocupado por su mejor amigo, de eso no tenía duda. Solo quedaba en apoyarlo, siempre lo iba hacer. Rogaba que entre esos dos pudiesen sanar sus almas rotas y si no fuera mucho pedir que el milagro llamado amor los envolviera en sus brazos.

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Todo estaba oscuro, incluso las cortinas estaban cerradas, parecía que se había recluido en una maldita celda de castigo dónde ni siquiera un halo de luz pudiese entrar. No se estaba castigando o destruyendo todo a su paso. Las cosas seguían en su lugar y ni siquiera una ralladura contra alguna cosa o algún objeto roto se encontrada desperdigado por el suelo. Todo era perfecto e irritablemente calmante, dejando de fuera en el ambiente tenebroso en el que se encontraba. Vestía ropas desaliñadas y caminaba con una sabana sobre su cabeza. Había cerrado el contacto con todo el mundo exterior. No sentía la necesidad de tener luz, no se le daba la gana. Lo sabía, estaba en un estado de apatía total. Aún así, no había derramado ni una gota de lágrima, no había llorado, ni siquiera gritado. Estaba tranquilo aparentemente y sí, decía aparentemente era porque no era más que la verdad. ¿Cómo definía esa angustia que sentía emerger en su interior? No había palabras para expresarlas. No las había y nunca las habría, ni siquiera en futuro lejano existiría tal explicación. Tenía que pensar muchas cosas, demasiadas para su maldito gusto. ¿CÓMO? Hasta ahora no le cabía en la cabeza. Lo transparente que podía ser. Porque él… estúpidamente creyó que lo tenía escondido MUY BIEN. ¿Desde CUÁNDO la gente se estaba empezando a dar cuenta? Oh, sí… GENTE. ¡¡Era inaudito que de una persona habían pasado a TRES!! ¡¡A TRES!! Lo podía contar con sus dedos y tenía miedo. A este paso… ¿todos se enterarían? Una risa amarga brotó de sus labios, el eco se escuchó en todo su departamento. Era consciente que era el primer sonido que escuchaba en el día, muy aparte de sus arrastrados pasos que daba cada vez que caminaba como si estuviera en un parque. Apretó sus puños con frustración. No se contenía para nada. Sus nudillos crujían con fuerza. No le importó y la razón de ellos era que SABÍA que la causa de su miedo no era que todos se enterarán. No. Todo al final de cuentas se reducía a ÉL. Sintió sus uñas incrustarse en su piel y lentamente aflojó su agarre. Sentía que sus manos ardían. ¿Qué esperaba? Tan absorto estaba en sus pensamientos, que no era sorprendente.

Él podía pasar de SeungRi, el mocoso tenía una habilidad sorprendente para fijarse en las cosas. Incluso contra todo pronóstico mantuvo su boca cerrada, solo le mandaba indirectas a él. Nada más. Hasta ahí todo bien. ¿Pero la segunda vez? No tanto….

 

FLASHBACK

Un olor delicioso se perdía en el sentido olfativo del rubio. No había nada mejor que la comida en casa. Su madre solía cocinar delicioso, pero la señora Choi también lo hacía. Desde niño supo la razón por la cual Seung Hyun era aquel niño regordete y adorable, todo era por la sazón de la señora Choi. Sin perder su ritmo al andar, entró a la cocina. Inmediatamente vio a la madre del hombre que amaba a espaldas de él, cocinando. Sonrió ante la escena.

-¡¡Annyeong, señora Choi!!-saludó con su usual alegría acompañado de una reverencia en señal de respeto-Buenos días.

-Ohh… Ji Yong, aquí estás- le respondió volteándose a verlo por unos segundos. Luego regresó su vista a lo que estaba preparando- Te levantaste temprano por lo visto.

-No solo yo, también Seung- el rubio tenía sus manos unidas en su espalda- Lo dejé para que se cambiara. Vine a ayudarla.

-Siempre has sido un encanto- las mejillas de Ji Yong enrojecieron ante el halago. Él recibía constantemente halagos, estaba habituado y siempre había sido humilde al recibirlos. Sin embargo una cosa era recibirlo del mundo artístico y otra muy diferente de la madre de Seung Hyun- Ya casi termino con esto. Creo que me podrías ayudar con la mesa, ¿te parece?

-Por supuesto que sí.- caballerosamente le dio una respuesta- Es su casa. Usted manda- la mujer se echó a reír al escuchar la última frase.

-Termino con esto y luego te alcanzaré- con amabilidad le habló.

Ji Yong alcanzó a dar un leve asentimiento y rápidamente se puso manos a la obra. Sabía muy bien dónde se encontraba cada cosa. No por nada había pisado esa casa innumerable veces a lo largo de su vida. Con soltura se movió por toda la cocina a la par que ponía la mesa con cuidado. Estaba muy concentrado en lo que hacía, que en menos de lo que pensó tuvo a la señora Choi a su lado mientras ponía los platos en la mesa.

-¿Ji Yong?

-¿Puedo decirte algo?- el rubio prestaba atención a dos cosas. A ella y a lo que hacía.

-Claro, señora Choi- seguro que le diría algo con respecto a Seung Hyun. Tal vez preguntar cómo había logrado traerlo.

-Gracias.

-¿Por qué?- preguntó desconcertado por unos segundos. Luego cayó en cuenta que lo decía por cuidar de su hijo. Ahora no sonaba extraño. Así que esperó pacientemente la respuesta que ya sabía.

-Por amar a mi hijo.

Ni en su más grandes sueños, él se imaginó que le diría eso en un momento tan cotidiano y mucho menos de aquella manera. ¿Cómo había sido tan franca e ir directo al punto? Aquello le turbó por completo.

-Este… este….-balbuceó atontado. ¡Perfecto lo que le faltaba!- ¿Qué me dijo?

-Sé que lo amas- le respondió con tranquilidad- Discúlpame si te asusté. Me di cuenta cuando vi el anhelo en tus ojos cuando lo mirabas, apuesto que ni siquiera te diste cuenta o cuando te mostrabas orgulloso del esfuerzo que estaba haciendo Seung por las cosas. Tu brillo en tu mirada es distinto.

-¿Qué se supone que debo decir?-susurró Ji Yong aturdido. Estaba pálido.

 -Nada- la dulzura estaba impregnada en la voz de aquella mujer- No es necesario decirme nada. Sé que lo estás ayudando con el fin de que él se recupere, no buscas nada más allá de eso. Me gustaría que mi hijo algún día se enamore de ti- Paren todo ¿Acababa de escuchar bien? ¿No era una locura, verdad? Aquello hizo que inconscientemente sus mejillas se tiñeran ligeramente de carmín- Serías perfecto para él.

Bien. Esto no estaba sucediendo bajo ni un concepto. No era posible. No. Simplemente no.

-¿Sabe que soy hombre, verdad?- estúpidamente eso fue la primera cosa que salió de su boca. Definitivamente la sinapsis entre sus neuronas habían sufrido un corto circuito. Su cabeza se negaba en rotundo en procesar algo irreal.

-Claro que lo sé- la señora Choi se rió por lo bajo. Veía a Ji Yong perdido y se apiadó de él- No tengas miedo- le susurró a la vez que ponía su mano sobre la del rubio- Todo estará bien.

-Eso… no lo sé….- musitó tan bajo que a las justas la madre de Seung le entendió.

Le iba a replicar con algo positivo cuando se dio cuenta de la presencia de su hijo y por lo levemente tenso que se puso Ji Yong, supo que él también se había dado cuenta. El líder sabía que él estaba ahí, aunque estaba de espaldas, había escuchado sus últimos pasos. Estaba nervioso, demasiado agitado. Internamente supo que tenía que serenarse.

-Buenos días, mamá- escuchó esa voz ronca que tan bien conocía. ¡Maldita sea!

-Buenos días, hijo- al ser consciente del estado de Ji Yong, a modo de ayuda, decidió caminar hacia su hijo y saludarlo con toda la alegría posible. El líder de BIGBANG respiró profundamente para serenarse antes de girarse a encarar a Seung. Uno… dos….- ¿Dormiste bien?- tres. En ese momento se giró. Al escuchar la pregunta de la señora Choi supo que era mala idea. Vio de reojo que ella se dio cuenta de lo que había hecho y sintió la aflicción emanando por parte de ella.

-Inesperadamente bien- A pesar de la pose pensativa del mayor, no evitó que los dos se sorprendieran.

-¿De verdad? ¿Dormiste bien?- le acribilló a preguntas aún pasmado. ¿Lo qué había sucedido antes? Se fue al fondo de su mente en un segundo.

-Sí.

-Eso es bueno creo- fue la única respuesta coherente que se le ocurrió decir. Vio que Seung Hyun se encogió de hombros.

-¡Es fantástico!- percibió la emoción de la madre de Seung Hyun y aquello le contagió.

-Ciertamente lo es- Ji Yong sonrió. No podía creer como la señora Choi había logrado cambiar su estado de ánimo de un momento al otro… y es ahí cuando tomó en cuenta la conversación anterior. Tenía que ir a calmarse para poder pasar el resto del día con más grande. Así que en un torbellino brotó de sus labios las excusas con facilidad- Bueno… iré a bañarme, cambiarme rápidamente y luego bajo a desayunar con ustedes.

Apresurando sus pasos salió de la cocina a trompicones. Seguro que Seung Hyun pensaría que quería hacer las cosas rápido, cuando no estaba más alejado de la verdad. Concluyentemente creía que hace minutos había sucedido lo más raro de toda su vida. Lo más extraño e impredecible que jamás creyó que experimentaría.

FIN DEL FLASHBACK

 

Aún recordaba como el fin de semana pasado le había costado trabajoso salir de la cama e ir a ver a Seung Hyun para seguir con la dichosa letra G. Era un alivio que él ya a mitad de semana tuviera claro sobre que se trataría y mandara a comprar ese par de mandiles. Incluso él mismo llamó para reservar la clase particular. Si había llegado tarde había sido precisamente por eso, por pelear contra su miedo a perderlo a él. Lo reconocía, ese día todo transcurría de maravilla hasta que Young Bae le había tomado desprevenido con al soltar aquellas palabras de su boca. Desde que lo escuchó, supo que debía alarmarse y no era precisamente por la conversación tendría con él. No, mejor dicho…. que ya la había tenido.

 

FLASHBACK

 Ji Yong al entrar en la cocina, de frente fue al lavadero y dejó ahí el servicio que había traído. Sabía que Young Bae traería el resto, por lo que se dispuso a lavar. El moreno entró a la cocina y dejó el servicio en la pequeña mesa, que había en el lugar, por un momento y decidió hablar.

-¿Ji?

-Hmmm… –respondió el mencionado.

-¿Podemos hablar después de qué termines de lavar?

-¡Claro!-respondió alegre, ignorante de lo que verdaderamente sucedía- Pero podríamos hablar aquí si quieres…

-No. Prefiero hablar en un lugar más privado.

-¿Por qué tanto secretismo, Bae?- el líder habló divertido.

-No es eso. Me parece apropiado para la ocasión- le respondió con cautela.

-¿Ocasión?- el rubio se extrañó.

-Sí- el moreno sonó seguro luego susurró- Tenemos que hablar de lo que sientes por hyung.

 Al escuchar aquello, Ji Yong perdió la sonrisa que adornaba su rostro. Se encontraba lavando un vaso y por el shock de aquella frase, sin querer, dejó caer el vaso. Causando un ruido estruendoso en la cocina. En ese momento el mundo dejó de existir para él, no veía, sentía u oía algo. Su mente solo le decía, una y otra vez: Tenemos que hablar de lo que sientes por hyung, tenemos que hablar de lo que sientes por hyung, tenemos que hablar de lo que sientes por hyung…. como un disco rayado escuchaba esa frase y en el fondo lo supo: Había sido un día demasiado perfecto para su gusto.

¡Mierda ya eran tres! ¡Tres, tres… tres! Ni siquiera notaba que tenía una pequeña herida sangrante en su mano.

-¡¡No se preocupen, Ji Yong está bien!!- el bailarín tenía el ceño arrugado de la preocupación. Aún así habló en voz alta para que el resto de miembros lo escucharan.

Estaba decidido a ayudarlo. Cuando sintió que alguien pasó a la carrera a su lado, rozando sin querer su hombro.

-¡Ya… te dijo que está bien, hyung!-escuchó como SeungRi entraba detrás del pelinegro pronunciando aquellas palabras con tono cansando. Seguir rápidamente sus pasos le había dejado exhausto. No es que hubiera una distancia muy grande entre la sala y la cocina, pero la agilidad del pelinegro le había asombrado.

Ji Yong tomó consciencia que estaba en el planeta tierra cuando reconoció una mano sobre la suya y sabía perfectamente quién era. Parpadeó los ojos inconscientemente para aclarar su vista. Podía sentir el calor que transmitía Seung Hyun y se le quedó mirándole con una cara extraña, como si no supiera que hacia ahí. Luego suavizó sus facciones para él, siendo consciente que era observado por todos. Lo hacía para no notara su dolor y pudiese el mayor marcharse de ahí. Estaba determinado a curarse las heridas él mismo.

-Estoy bien, hyung. No es nada-su voz sonó seca. Sentía que necesitaba agua.

-¡¿Bien?!- le respondió enojado. Él se mantuvo tranquilo. Vio de reojo que SeungRi sonreía burlonamente y su mejor amigo le observaba con atención. El único calmado era Daesung, quien no sabía la razón por la que los tres se encontraban parados ahí como espectadores. ¡Maldita sea! Exclamó internamente el rubio.- Tonterías. Ven. Siéntate aquí- Ni siquiera fue una invitación. Seung Hyun lo arrastró suavemente a una silla cercana y le instó a sentarse. Él resopló frustrado y le hizo caso- Dae… ¿puedes traer un botiquín?-preguntó el mayor sin quitar la mirada de la herida del rubio.

-¡Claro!- se mostró dispuesto hacerlo. Le parecía raro quedarse ahí parado.

-No te preocupes, hyung- por fin el bailarín del grupo habló- Yo puedo cuidarlo.

-No. Lo haré yo- Seung Hyun estaba decidido- Quiero ver por mi mismo que tan grave es el corte. Si no le llevaremos al hospital.

-Estás exagerando, Seung- habló Ji Yong rodando los ojos. No quería estar en ese momento con él. ¿Por qué sucedía lo contrario?

-Tú… mantén la boca cerrada- el pelinegro entrecerró los ojos. El menor no hizo más que suspirar.

-Bien. Haz lo quieras- el mayor le dirigió una mirada severa- Me callaré- con su mano restante hizo el amago que se cosía la boca. Al mismo tiempo Daesung entraba con el botiquín.

-Aquí está, hyung- le entregó la pequeña cajita blanca de emergencias.

-Gracias, Dae.

-Bueno… ya que hyung cuidará a Ji Yong hyung vayamos a la sala a seguir viendo la película-anunció SeungRi alegremente.

¡Maldito maknae!-pensó el líder.

Daesung fue el primero en abandonar la sala. Young Bae se mostraba dudoso. Parecía que Ji Yong no quería estar con Seung Hyun y ni tampoco con ellos, no sabía cómo ayudarlo.

-¿Hyung? ¿Vamos?- el maknae tomó su brazo dispuesto a tirar de él hacia la salida de la cocina.

-Pero…-musitó queriendo darle la contra- Tengo que hablar con Ji Yong.

-¿Pero qué? –inquirió el menor- Después hablas con hyung cuando terminen de curarlo.

El moreno rechinó los dientes resignado. No podía hace nada más, todo por culpa del maknae que obraba de celestino, quería darle un golpe ahí mismo; sin embargo terminó dejándose llevar por el menor. Al llegar fuera de la cocina le dio un golpe en la cabeza, su deseo pudo más y se sentía satisfecho por hacerlo.

-¡Hyung! ¿Por qué me atacas?- se quejó SeungRi. Le había dolido y no le entendía. Esta vez tenía derecho a ser la víctima.

-¿Encima me preguntas? ¡Eres increíble!- utilizando el sarcasmo le dio un respuesta. Luego bufó burlonamente- Te lo merecías- con resolución desapareció dejándolo atrás

SeungRi por primera vez en su vida no tenía ni una maldita idea del algo. Murmurando improperios contra su hyung lo siguió.

 

En la cocina se encontraba otro tipo de ambiente. Ambos habían escuchado los gritos del maknae, pero no le habían tomado importancia. Seung Hyun con cuidado le lavó su mano para despejar la sangre. Ji Yong solo se limitaba a observarlo, mentiría si le dijera que no le agradaba la situación. Le gustaba, pero también le ponía nervioso debido a que ahora Young Bae sabía las cosas y quería estar solo rápidamente.

-Te echaré alcohol. Arderá un poco, ¿vale?- la voz de Seung Hyun se hizo presente.

- Adelante- con la ayuda de un poco algodón el mayor empezó a desinfectar la herida- Aishhh…- era inevitable que no se quejase.

-Ya falta poco, es bueno que la herida sea pequeña y no profunda por lo que veo- murmuró Seung Hyun mientras terminaba de pasar el algodón por las últimas partes- ¿En qué estabas pensando? No sucedió nada con el pastel y te descuidas con un vaso- sonaba a reproche.

-Se me resbaló, Seung- con el ceño fruncido le dio una respuesta- Además exageraste hace unos minutos.

-Ten más cuidado la próxima vez- le aconsejó ignorando la última oración del menor- Listo. Te pondré un curita y eres hombre libre, ¿de acuerdo?

-No cambias desde niños me has cuidado, Seung- el líder rió entre dientes- No tenías que hacerlo ahora, sabes que perfectamente puedo cuidarme.

-Tenía que hacerlo- susurró terminando de ponerle la curita.

-¿Por qué?

-Es lo mínimo que puedo hacer por ti, después de todo lo que he recibido de ti- seriamente le contestó mirándolo a los ojos. Aquello le hizo ponerse nervioso por dentro. ¿Cómo ese hombre le podía mirar de esa manera? No lo entendía. Era imposible no sucumbir ante sus encantos. Prueba numero uno de ello. Él, había resultado idiotamente enamorado de Seung.

-No lo hagas por compromiso- no sabía la razón que le hablaba en tono bajo como si fuera confidencial o un secreto.

-¿No me lo dijiste antes? Te cuido desde niños. Ahí tienes tu respuesta. De alguna manera u otra… -el mayor se explicó- Se llegará a esa conclusión.

-¡Idiota!- el rubio no hizo más que reír de nuevo. Seung frunció el ceño.

-Ahora puedes irte. ¿Hablarás con Young Bae, cierto?

Ji Yong decidió que en ese preciso instante la tierra se lo tragara. ¿Por qué Seung le hizo recordar nuevamente aquella conversación pendiente? ¿No podría haber mantenido su boca cerrada? ¡¡Aishhh… maldito, Seung!!

-Ojalá no tuviera….-murmuró en tono demasiado bajo que Seung no le escuchó.

-¿Qué has dicho?

-Tienes razón- Ji Yong se forzó a sonreír- Vamos.

Arrastrando los pies se paró y siguió a Seung. ¡¡No quería hablar con Young Bae!! De hecho con nadie. ¿Pero qué iba hacer? No podía huir siempre que le presentase la oportunidad. Si lo hacía hoy, sabía que el moreno era capaz de buscar cualquier momento para hablar con él y eso incluía interrumpir sus horarios. ¿Qué más daba? Las cartas estaban sobre la mesa y tenía que afrontarlas de algún modo. Suspiró con pesadez. Que suceda lo que tendría que pasar y no había vuelta atrás.

-¿Estás bien?-preocupado el mayor preguntó.

-Lo estoy. No te preocupes.

-¿Y ese suspiro?-Seung enarcó una ceja.

-Era por la comida. Espero que llegue rápido- no supo como dio una mentira tan propicia para la ocasión, pero agradeció silenciosamente a su ingenio.

-Seguro que en quince o veinte minutos llega.

-Eso espero- realmente rogaba que fuese así. No quería quedarse encerrado con Young Bae mucho tiempo.

-¿Ya terminaron?- el moreno fue el primero de pararse del sofá.

Evidentemente sentía urgencia de hablar con su mejor amigo. Ni siquiera había prestado atención a la película que los menores estaban viendo. Lo bueno es que se había sentado al lado extremo y teniendo a su derecha a Daesung. Se había cuidado de no estar cerca del maknae para que no ocurrieran roces accidentales.

-Sí. Todo está bien- respondió Ji Yong con voz cansina- Ahora podemos hablar… sígueme.

El líder de BIGBANG no esperó respuesta, dio una mirada agradecida a Seung y luego se dio la vuelta dispuesto a caminar hacia su habitación. Sabía que nadie ahí los molestaría. En el momento que estuvo dentro de ella, lo primero que hizo fue echarse a su cama, dejó la puerta abierta porque sabía que Young Bae la cerraría. Al escuchar sonido que produjo la puerta al cerrarse sabía lo que sucedería.

-Puedes comenzar, Ji- Young Bae se sentó en uno de los puffs que había en la habitación. Desde ahí podía ver a su mejor amigo recostado con las manos detrás de la cabeza y mirando al techo.

-No sé por dónde comenzar…- arrastró las palabras con reticencia.

-Bien- Young Bae estaba cruzado de brazos, a espaldas de la pared y sus piernas extendidas. Estaba cómodo. Decidió ayudar a su mejor amigo- Podemos empezar con lo que te he dicho en la cocina ¿Qué sientes por Seung hyung?

-Muchas cosas. No te lo podría explicar- Ji Yong le dio una respuesta general.

-Me refiero al nombre del sentimiento, Ji.-tranquilamente sin alterarse por un momento decidió decirle algo específico- Lo sabes.

-¿Tengo que hacerlo?- se quejó el menor. Nunca había admitido a nadie lo que sentía por Seung, ni con SeungRi lo hizo y pensó si con alguien tenía que sacar el peso que llevaba encima, Young Bae sería el indicado- Estoy enamorado de él. Listo. Ahí lo tienes- Young Bae rió ante su tono hosco.

-¿Qué tanto lo estás?- le preguntó curioso. Había posibilidad que se le pasara cuando menos se lo esperase. No juzgaba el tipo de amor de Ji Yong. Al contrario siempre lo apoyaría.

-¿En resumidas cuentas?- el rubio suspiró profundamente- Estoy realmente jodido, Bae.

-¡Vaya que manera elegante de decirlo!- el moreno se rió. Enseguida un cojín fue tirado en su dirección. A la justas lo esquivó. Ahora estaba preocupado. Las implicaciones de lo que le había dicho Ji Yong deberían tomarse en cuenta- ¿Por qué lo dices? ¿Por qué es un hombre?

-No. Ojalá fuera eso- bufó Ji Yong. Aunque reconocía que en su momento tuvo su crisis de ello, ahora aquello carecía de importancia- Porque esto es más fuerte que yo mismo.

-Creo que tengo que darte la razón. Estás en problemas, Ji Yong- el moreno fue sincero- Y créeme que no es porque sea Seung, si no… debido a su situación.

-¡No me digas!- el rubio fue sarcástico.

-Ya te enamoraste de él. ¿Cuándo sucedió eso?-murmuró la pregunta en tono bajo más para sí mismo que para Ji Yong, no obstante este lo escuchó.

-Te refieres a… ¿cuándo empecé a sentir algo o cuándo lo acepté?-recordar lo hería. Hablar de esto también, pero sabía que era bueno sacarlo todo. Él que tanto le había insistido a Seung sacar sus sentimientos y emociones guardados; y él no estaba cumpliendo eso. ¡Cuán irónico era eso!

-Lo segundo.

-Hace un año, cinco meses y tres semanas.

Los ojos del bailarín del grupo se desorbitaron de la impresión de la confesión. La cosa…. estaba muy grave. ¿Cómo no se había dado cuenta? ¿Todo ese tiempo estuvo soportándolo Ji Yong? Y si sacaba las cuentas….

-Nonna….-eso fue lo único que pudo musitar.

-Sí. No me digas nada más. Sé que soy un idiota. Gracias- una sonrisa irónica se le formó en el rostro del rubio.

-¿Por qué no me dijiste nada? Te hubiese ayudado- Bae le reprochaba- Cuántas veces te insistí que fueras a salir con ellos. Si me lo hubieras dicho… no te hubiese mandado- sonaba tan arrepentido.

-No los podía evitar toda la vida, Bae- la voz de Ji Yong sonó melancólica- No es que se pudiera hacer mucho. Esto sucedió y ya.

-Hmmm…. Tienes razón. ¿Y ahora?

-¿Ahora qué?-preguntó el menor.

-Tienes una oportunidad…

-No. Nada de eso. Solo lo sacaré de su depresión. No me aprovecharé de él- Ji Yong fue tajante.

-No me refería a eso. Sé que no eres así- el moreno se explicó- Nunca se sabe siempre hay posibilidades…

Una risa amarga salió de los labios del rubio.

-¡Qué gracioso, Bae! No se puede luchar contra un fantasma. Es imposible. Sé que siempre la va amar a ella.

-¿Acaso estás en su mente o sabes exactamente lo que dice su corazón? Él saldrá adelante.- Young Bae le decía cosas perfectamente sensatas- Puede enamorarse nuevamente.

-Él no es ese tipo de persona, Bae. Seguiré mi vida como siempre. En todo caso tengo a la música. No me voy a morir, solo sobreviviré Bae.

-Sé que te duele-sabía que lo que decía no era una alucinación. Era algo obvio y cierto. Iba a continuar con sus palabras, pero fue interrumpido.

-No tienes idea como un infierno- había dolor en su tono de voz- Aunque nada se compara a lo que pasa él. Lo de Seung es más profundo, demasiado diría.

-Son distintos dolores, cierto-retomó el rumbo de su conversación a pesar que sentía la agonía de su mejor amigo- Ni sé cómo te sientes, pero deberías saber algo Ji Yong y tenlo en cuenta. La relación de ustedes siempre ha sido en otro plano. No se compara a la nuestra. Como decirlo…. es especial. Su amistad siempre lo ha sido así.

-La nuestra también es especial. De años- le replicó Ji Yong- No veo nada diferente.

-No entiendes. Siempre he creído que ustedes dos vivían sincronizados como dos gemelos. El nivel de compresión de ustedes es increíble. Incluso en el plano profesional. Siempre he admirado como él saca los raps de la canción después de ver tus composiciones y luego al juntarlos salen perfectos como si  hubiesen escrito juntos la canción. 

-Bien. Entiendo tu punto y tal vez tengas razón, quizá es en otro plano- Ji Yong hizo una pausa- Sin embargo siempre seremos amigos. Solo eso. Nada más. Yo fui el idiota que me enamoré sin quererlo, él no. No me ve de esa forma y ni me verá.

-Solo te presentaba mis puntos de vista. Al final tú eres el que decide, Ji. No yo. Sabes que siempre te apoyaré Ji Yong.

-Lo sé, Bae te lo agradezco- el líder esbozó una ligera sonrisa. Se sentía un poco más liberado, pero tenía miedo y sabía las razones de ello- ¿Supongo que aquí acaba la pequeña charla?

-Me parece justo- el bailarín rió entre dientes- Ahh… casi me olvido. ¿Desde cuándo lo sabe el maknae?

-¿El maknae?- preguntó extrañado. ¡Increíble, no solo se había dado cuenta de sus sentimientos por Seung, si no también que el estúpido de SeungRi sabía su secreto! ¡Maravilloso!- Si no me equivoco hace un mes y medio. Se lo negué. No me creyó.

-¡¡Este pillo!!- rió entre dientes Young Bae- Creo que debemos salir, no tardará en venir el pedido.

-Estoy de acuerdo- Ji Yong se paró de la cama.

Le dedicó una sonrisa a Young Bae y caminaron juntos hacia el comedor del departamento mientras el moreno rodeó sus brazos sobre sus hombros del menor. Quería darle calidez y coraje al rubio. Este se sintió agradecido por el gesto.

FIN DEL FLASHBACK

 

Entonces la tercera vez se había convertido en su punto de quiebre emocional, que no lo aguantó. Todo era por Seung Hyun.  El pavor que tenía no era otra cosa que el maldito miedo de perderlo. Ese era el verdadero problema. Podría vivir con su odio, con su desprecio o cualquier cosa, pero si le pedía que se alejara eso sería abusar de su estado anímico completamente porque simplemente había desarrollado la adición Choi Seung Hyun.  No lo podía dejar así no más como si nada, era su respirar. No hablaba como una obsesión de poseerlo, no… solo quería estar a su lado. No importaba cómo fuera, pero eso era lo único que pedía. Nada más. No era mucho. Por supuesto no es que fuera un arrastrado o fuera un pordiosero conformándose con las migajas que recibía. Definitivamente no era eso. Sencillamente lo amaba. Cada día lo hacía más… que no entendía cómo es en su corazón albergaba tanto amor para dar. Hace mucho tiempo tenía claro que era el amor de su vida. Seung Hyun se había llegado a convertir en eso. Se había colado por todos los poros de su piel, invadiendo su cuerpo por completo hasta las mismísimas entrañas. Cada vez que lo veía sentía nacer un fuego de su pecho que se expandía por todo su ser y ocasionaba que sus palpitaciones se tornaran aceleradas. Sudaba, le crispaba de nervios, le hacía ridículamente feliz incluso con pequeñas cosas, le hacía desdichado, lo odiaba, lo carcomía por dentro, se llevaba su alma con él. Amarlo equivaldría a una vorágine de emociones, era como si se subiera a una montaña rusa y una, que no tenía final. Y lo aceptaba. No odiaba el amor que sentía por él. No le hacía arrepentirse de amarlo. Él, sabía perfectamente que era bendecido por el hecho sentir un amor tan intenso como él sentía por Seung Hyun. ¿Dolía? Sí, pero todo amor del bueno producía aquello. Podría sobrevivir con un poco de dolor. Por más que sus ojos lo miraban y él no podía verlo. Por más que sus labios lo llamaban con desesperación y solo quedaba en eso, en un vano deseo. Seung Hyun era el dueño de su corazón, nadie más iba a ocuparlo, siempre ardería por él. Por más que él no lo sintiera. No lo esperaría porque nunca lo haría. Su vida no se iba a paralizar por él. Solo lo amaría, a nadie más y no veía la necesidad de plantearse una relación con otra persona, que sabía muy bien que no llevaría a nada bueno. Era consciente que tenía un buen amor y que amaba a Seung Hyun por su corazón…. y por su alma. No negaba que el hombre tenía una belleza imparable, pero eso no era lo más importante.  Él orgullosamente podría decir si ha amado a una persona tan intensamente como la vida se lo permitía. Eso era más que suficiente para él.  Aunque eso no quitaba que estaba en un jodido lío. Bueno… era el tipo de amor que le había tocado. Rió con sarcasmo de lo ridícula que a veces era la vida. Ni modo, todo tenía su camino.

Ahora lo más importante era que debería cuidarse muy bien con Seung Hyun para que no se diera cuenta y también el resto de amigos cercanos. Aunque de eso se preocuparía cuando fuera el momento, ya que por ahora solo frecuentaba a los miembros y a Seung, cuidar de él era su mayor prioridad. Seguro que era muy probable que Daesung no tardaría en darse cuenta. Su único consuelo era que él no le iba a dar un dolor de cabeza.

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Seung Hyun estaba literalmente aburrido y era la primera vez que en meses tomaba consciencia de ello.  Lo que le hacía preguntarse… ¿cómo había sobrevivido sin hacer nada? Aún estaba en estado depresión y le costaba hilar un par de oraciones juntas para hablar con el resto de sus compañeros del grupo, incluso un poco con Ji Yong. Sin embargo desde que el menor le había manifestado su plan y le había hecho partícipe del él, obvio con bajas y altas, el pelinegro se había acostumbrado a salir o hacer algo los fines de semana. El resto de días a pesar que no hacía muchas cosas, no se aburría para nada. Era tan raro… no saber qué hacer. Es por eso que se encontraba por primera vez. Sí, otra vez primera vez. Al parecer hoy era un día de primeras veces. Rodó sus ojos. ¿En qué estaba? Ahh… si estaba por primera vez viendo tratando de ver televisión por decisión propia. Cambiaba los canales una y otra vez, ningún programa captaba su atención hasta que sin querer un rostro conocido le hizo detenerse en uno. Sabía quién era dueña de ese rostro. Era su maestra de la clase de repostería que tomó con Ji Yong el fin de semana pasado, Park Haneul.

 

FLASHBACK

Él no quería comer helado, pero Ji Yong se  le había adelantado. De nada le había servido reprocharle con la mirada porque su mejor amigo se había limitado a ignorarle y encoger sus hombros. Siempre saliéndose con la suya. Siguiendo los pasos de la profesora se encontró en menos tiempo de lo esperado en una especie de sala privada, que tenía unos muebles estratégicamente posicionados para dar más viabilidad y espacio, las paredes tenían un tono crema, pero interesantes cuadros colgaban sobre ellas. Había una chimenea digital, profesora encendió ni bien entró y sobre todo destacaba una especie de barra de madera. Miró a Ji Yong y este también al mismo tiempo. Sus miradas eran escépticas. El lugar era bello, elegante e interesante. Algo que resaltaba era la barra de madera, es como si estuvieran en un bar. Podían ver los distintos licores, pero también otras cosas de repostería incluso un mini-refrigerador ocupaba el lugar.

-Siéntense- les instó la mujer y ellos no hicieron más que obedecer. La señora Park se dirigió al mini-refrigerador y sacó de ahí un par de potes de helados.

-Este lugar es muy bonito-comentó Ji Yong. Era raro quedarse en silencio, suficiente tenía con un Seung algo parco al hablar para sumar otra ocasión incómoda. Le dio un ligero codazo. El mayor frunció el ceño al recibirlo- ¿Cierto, hyung?

-Ohh… sí.- respondió el pelinegro y no iba hablar más. Ji Yong rodó los ojos y le dio otro codazo más. La expresión del rostro del mayor era ¿Qué diablos pasa contigo Ji Yong? El líder sabía lo que pensaba le dio igual y con la mirada le dio a entender que hablase un poco más. Seung lo captó. Ocultando su fastidio al hacerlo se obligó a decir una frase acorde a la ocasión- Claro, me gusta la chimenea.

-Gracias- les contestó la profesora con una amable sonrisa- Es algo que siempre quise tener y lo cumplí. Tengo helado de fresa y de menta. Se me acabó el de chocolate. ¿Qué sabor desean?

-Fresa para mí y menta para él- respondió Ji Yong rápidamente. Conocía perfectamente los gustos de Seung.  Este frunció el ceño, ni le había dejado hablar.

-Realmente se conocen bien- la mujer rió entre dientes- En un rato les acompaño.

-Son muchos años de amistad- le respondió Ji Yong en medio de una sonrisa avergonzada.

-Es verdad- el pelinegro secundó lo que decía el menor.

-Ya veo-con una bandeja en mano. La señora Park llegó a ellos, ya había terminado de servir- Fresa para usted- le entregó la copa a Ji Yong- Menta para usted- también le dio una copa a Seung Hyun- Y de esto es para mí. Disfrútenlo.

-Gracias- los dos hablaron al mismo tiempo. Al quedarse por un par de minutos en silencio, Ji Yong buscó una forma de entablar una conversación- ¿Siempre ha querido ser repostera?- hizo una pregunta al azar.

-Sí. Desde niña me encantaba hacer postres- respondió alegremente- Todo lo que tengo ahora es porque cumplí mi sueño y el de mis padres.

-¿El de sus padres?- la curiosidad de Seung salió a relucir. Estaba disfrutando su helado de menta.

-Sí. El de ellos-la señora Park tomó un poco de su helado- Verá cómo llegué hasta aquí tiene una historia. ¿Quieren escucharla?- los dos asintieron muy interesados- Yo solía vivir en Japón cuando era niña.

-¿En Japón?- el rubio preguntó.

-Sí. Mi padre era japonés y mi madre coreana. Como verán… soy mestiza- aquello les dejó sorprendido a los dos raperos. No parecía tener las facciones de aquella mezcla- En esos tiempos sabrán que ser hija de un matrimonio mestizo no era bueno, pero a mí no me importó. Era feliz con mis padres en el pueblo que vivíamos. Se llamaba Koi. Era un pueblo pequeño y tenía muchos campos de arroz. Amaba el área verde del lugar. Hubiera seguido viviendo ahí si no fuera que algo sucedió que nos dejó marcados para siempre- mientras la profesora hablaba se sentían transportados al lugar que les describía-Koi quedaba a tres kilómetros de Hiroshima- con una sonrisa triste explicó. Ellos entendieron la situación en menos de un segundo y tuvieron un nudo en la garganta- Sí. Yo estuve ese 6 de Agosto de 1945 viviendo uno de los las atrocidades más aterradoras de la humanidad. Recuerdo muy bien que ese día le había pedido a mi madre que me permitiera ayudarla en hacer una torta de chocolate. Ella gustosa accedió y me dijo que me llamaría cuando me necesitase. A veces los pocos vecinos que nos apreciaban le hacían pedidos atraídos por el olor de sus pasteles. Entonces salí a jugar a la entrada de mi casa. En esos tiempos y por ser un pueblo, era de tierra. Me encantaba recolectar ramitas y hacer figuras con ellas en el suelo. Adoraba dibujar pájaros. Estaba haciendo eso, cuando de pronto sentí un temblor sobre mis rodillas. Me puse de pie. Me asusté y de inmediato me invadió una ráfaga de calor que se impregnó en mi piel. Un calor que nunca más volví a sentir en mi vida. Como si recibieras un baño de fuego desde los pies hasta la cabeza-Ji Yong y Seung Hyun, atentos al relato se horrorizaban con los hechos y eso que solo estaban escuchando el principio de la historia. Imaginar ese tipo de escenario era terrible. ¿Qué estaban pensando cuándo lanzaron esa bomba? ¿Cuántos inocentes murieron por ese acto despiadado? Jamás entenderían a la humanidad. La señora Park estaba sumergida en su relato que incluso había dejado de comer-Corrí para entrar a mi casa y los vidrios de las ventanas estallaron en mi mil pedazos e impactaron en mi rostro. Quedé… bañada en sangre- Ji Yong inconscientemente dio un respingo y también tomó la mano de Seung Hyun. Sintió como este la apretaba en respuesta. Como si fuera a tranquilizarlo. La visión de una niña de seis años bañada en sangre pasaba más allá de cruel posible- Aún conservo algunas pequeñas cicatrices, no se notan mucho. Así, en ese estado entré a ver a mi madre y a mi hermana. Nos abrazamos entre las tres y, entre gritos y llantos desesperados, esperamos lo peor. Creímos que era el fin del mundo. ¿Qué otra cosa más podría haber? Esa era la única explicación que hallábamos.

La sala se sumió en silencio. Solo se escuchaban las respiraciones de aquellas tres personas. Los corazones de un par latían alocados paralizados por aquella sangrienta historia. Solo imaginarse a ellos en ese tipo de escenario hacía que se estremecieran interiormente.  No podían decir ni una palabra consoladora porque era algo que había sucedido en el pasado y no podían cambiar nada, como que tampoco un lo siento no era suficiente.

-Todos, ese día no vivimos miedo, si no terror. Viví en carne propia el terror en primera fila- la profesora retomó su relato- Una oscuridad absoluta. A pesar que de que estaba sangrando, yo seguía sintiendo ese  fuego infernal. Más adelante me enteré que llegamos a 5000 mil grados por la radiación que ocasionó la bomba.  Entonces… alguien empezó a correr el rumor de que las bombas iban a seguir cayendo. Todos los sobrevivientes empezaron a escapar hacia el oeste. Mi pueblo, Koi, quedaba al oeste. La primera vez que los vi grité de lo aterrada que estaba. Mi casa y mi barrio se llenaron de fantasmas. Ni en las películas he visto fantasmas tan terroríficos como aquellos del 6 de Agosto.

-¿Fantasmas?- musitó Ji Yong con la voz ahogada.

-Yo los veía así. Eran seres humanos desnudos. Sus pieles colgaban por todos lados y chorreaban sangre a montones. Sus carnes estaban al rojo vivo- Las cuencas de los ojos del mayor se abrieron desmesuradamente, su garganta se secó y fue consciente que Ji Yong le apretó la mano, podía percibir su miedo y su turbación, lo entendía porque se encontraba de la misma manera-Las encías de sus bocas se desmembraban y sus dientes caían al suelo como si fueran granos de arroz. No éramos conscientes de la magnitud de lo que había causado una sola bomba. Una sola bomba cambió mi vida en un minuto. Hicimos un hospital improvisado en la escuela. Luego nos dimos cuenta que no tenía sentido y solo había que buscar un lugar para que ellos muriesen.

Escuchar aquello era triste y desolador. Seung Hyun sentía que los ojos le picaban, pero lo aguantó. A Ji Yong se le escapó un par de lágrimas traicioneras, que se las limpió con la mano restante rápidamente. La señora Park miraba a un punto vacío.

-Mis padres siempre tuvieron el sueño de abrir una pastelería. Mi madre trabajaba duro ahorrando, mi  padre también antes que se lo llevaran a la guerra. Felizmente él sobrevivió. Después de tres años nos mudamos a Corea y empezamos poco a poco. Con lo que ahorraron mis padres lo gastaron en mi cirugía de reconstrucción. Tuvieron que dejar su sueño atrás. Al contar con la mayoría de edad,  ahorré lo suficiente para alquilar un pequeño local. También saqué préstamo. Mis padres tenían trabajos dignos y también colaboraron. Entre los tres sacamos adelante la pequeña pastelería. Entre mis estudios y todo… se pudo lograr mi sueño poco a poco. Mis padres ya murieron, pero me siento agradecida de haber cumplido mi sueño y el de ellos. Me siento bendecida que al menos pudieron ver los inicios del florecimiento del negocio- al terminar de decir eso tomó conciencia que había estado demasiado abstraída en lo que decía y sonrió. Alzó la mirada y vio a los dos raperos- Costó sangre, sudor y lágrimas, pero todo al final valió la pena. A veces dicen que los sueños difíciles se verán recompensados más adelante con creces. Yo creo que es verdad.

-Usted ha luchado mucho y comprendemos de qué habla al decir sobre los sueños- Seung Hyun hiló una frase larga por primera vez a un extraño. Ji Yong se sorprendió por ello- Lo de nosotros no es nada con lo que vivió usted, pero déjeme decirle que es muy valiente.

Aquella historia lo había trastornado, sus ojos se mostraban más melancólicos que antes, aún así se dio el lujo de decirle aquellas palabras sinceras a la mujer que tenía al frente de él.

-Seung Hyun tiene razón. Más bien agradezco la confianza que depositó al contarnos esta historia- Ji Yong fue humilde. Aún no asimilaba del todo la violenta historia, pero se forzó a mostrar su sonrisa más brillante.

-Gracias por sus palabras- modestamente la mujer respondió- Ohh… los helados se van a derretir si no los terminamos- rió al percatarse de ese detalle.

-¿Usted lo ha hecho?-preguntó Ji Yong

-Pues sí. Es fácil de hacerlo….

FIN DEL FLASHBACK

 

Aquella historia que había escuchado de los labios de aquella mujer, que por cierto admiraba, le había hecho mirar las cosas desde otro punto de vista. Nunca en su vida había sentido el terror, había visto los ojos de la profesora y supo que jamás en su vida quisiera experimentar ese tipo de sentimiento. Había experimentado el miedo, la angustia, la depresión… ¿pero el terror? JAMÁS. Ni siquiera podía imaginar si ellos fueran esos niños en ese escenario tan caótico. De solo pensar en él o en algunos de sus compañeros cercanos ahí, se le erizaba la piel. Él sabía que lo que pasaba no era nada comparado con otras cosas. En el mundo sucedía cosas peores, pero ser testigo de primera mano de algo así… era trascendental. Te hacía plantear las cosas de otra manera. Ahora más que nunca sabía que estaba tomando el camino correcto al luchar por salir de esa depresión y aún no tenía idea cómo diablos lo lograría, pero de que salía de ello… era un hecho. Volvió a fijar sus ojos negros en la pantalla. No llevaba ni cinco minutos y se iba a rendir. Tal vez era mejor que leyera un poco. Miró por la ventana vio que la noche se vislumbraba serena y despejada. Desde ahí podía oler el delicioso aroma que se desprendía de la cocina de la villa. Young Bae como siempre estaba preparando algo bueno. Ya comía un poco más, pero no abusaba de su suerte. Aún no sentía mucho apetito para comer, pero se las arreglaba para hacerlo lo mínimo y necesario, por su salud. Volteó nuevamente a ver la televisión y decidió cambiar una vez más de canal. Si no… se iba a leer. Al hacerlo vio un noticiero que le hizo alzar la voz.

-¡YOUNG BAE!- el enorme vozarrón que salió de sus labios, hizo al mencionado alarmarse y salir disparado de la cocina.

-¡¿Qué pasa, hyung?!-en su rostro se dibujaba el vivo nerviosismo. No le había escuchado gritar tan fuerte desde el funeral de Seo Hwa.

-¡ESO!- señaló con el control al televisor. Young Bae hizo caso y vio a las imágenes del noticiero.

¡Mierda! Fue lo primero que pensó. ¡Sabía que era pésima idea haber cubierto a Ji Yong! ¿Y ahora como se salía del lío en el que se acaba de meter? ¿Qué le iba a decir? “Hyung… Ji Yong no te quiere ver porque tiene una crisis existencial” ¡De ninguna manera!

-¡¿Ji Yong fue a grabar con un tifón?! ¡¿Acaso se volvió loco?!-exclamó Seung Hyun preocupado- ¿Lo sabías y no me lo dijiste?

-No te preocupes, hyung- le respondió calmado y decidió decir lo primero que se le viniera a la mente- ¡¡Cancelaron las grabaciones!!

 -Ahh…- Seung Hyun suspiró. Apagó el televisor. Lo encaró cruzándose de brazos- ¿Entonces por qué no vino?

-Es que….-a eso se le llama tener un fallo descomunal a toda regla. Estaba en aprietos- Él no quería preocuparte, hyung.

-¿Preocuparme?-enarcó una ceja evaluando lo que le decían.

-Está enfermo, hyung- el moreno se felicitó había dicho algo ingenioso, sin embargo la dicha no le duró mucho tiempo.

-¿Dijiste enfermo?- aquello no calmó a Seung Hyun. La cara de Young Bae se descompuso más.

-Bueno… no… si- hizo un intento vano de arreglarlo.

-¿Sí o no, Young Bae?- el mayor se estaba impacientando.

-Si lo está.

El moreno suspiró. Se rindió. Todo había salido mal y que sucediera lo que sea. Todo lo ponía en manos de la providencia. Se la había ido de las manos, no había previsto aquella contingencia.

-Eso es lo que quería saber. Gracias.

Seung Hyun desapareció de la sala y caminó rumbo a la salida. Cogió las llaves del vestíbulo dispuesto a manejar. Hace muchos años que no solía hacerlo, aún así se había comprando un carro y lo tenía resguardado en la cochera de la villa. Tendría un itinerario a seguir. Primero pasaría a la farmacia y luego iría al departamento de Ji Yong. Seguro que se encontraba ahí.

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En la sala de la villa un moreno desesperado llamaba a su mejor amigo para avisarle y que no le tomara desprevenido. ¡¡A la mala hora que Seung había prendido el televisor y al mal tiempo que el tifón había decidido manifestarse ese día en Jeju!!

-Contesta, Ji…-se removía los cabellos desesperado mientras sostenía su celular- Contesta…

El celular que ha marcado no se encuentra disponible en este momento llame de nuevo o más tarde.

-¡¡Eishh!! Bueno lo intenté.

Ya había perdido las veces que había intentado comunicarse. Suspiró. La cena ya la veía desperdiciada. Era muy probable que Seung Hyun no regresara a la villa por el resto de la noche. Teniendo un andar pesado se dirigió a la cocina preparado para guardar la cena en recipientes y luego ponerlo en el refrigerador.

Camino al lugar se le prendió el foco y rápidamente sacó su celular. Buscó en su directorio y llamó a una persona en particular.

-¿Ri?- una sonrisa iluminó su rostro.

-¡Hyung! ¡Tanto me extrañas!- con su humor alegre le respondió- ¡¡Sabía que no podías vivir sin mí!!

-Ni eso se me asomó por mi cabeza- le respondió sincero- ¡¡Exageras!!

-¡Hyung! ¿Cómo tú tratas a tu novio así? No es justo- el moreno podría jurar que el maknae estaba haciendo su puchero. Se rió- ¿De qué te ríes? No he dicho nada gracioso-se volvía a quejar. Luego agregó picardía a su tono de voz- ¿Quieres qué te recuerde que sucedió el sábado pasado? Fuiste tú, no yo…

 

FLASHBACK

Hace un par de horas se habían ido las visitas de ese día, de regreso a la villa del mayor.  Young Bae salía de la cocina, mientras lavaba el poco servicio de la cena que acababan de tener, aprovechó para pensar algunas cosas con respecto a Ji Yong. Lo que descubrió esa tarde le hizo darse cuenta de un par de cosas. Una: Apoyaría a su amigo de ahora en adelante. Dos: Tenía que hablar con el menor del grupo.

La primera cosa ya estaba resuelta, pero la segunda no. Al entrar a la sala encontró al dueño de sus pensamientos. Sentado en medio de un televisor apagado y parecía concentrado en sus reflexiones. Pocas veces le había visto de esa manera, por lo que caminando sin ningún tipo de temor se sentó al lado de él. SeungRi percibió su presencia pero no dijo nada. Young Bae tampoco. Ambos se mantuvieron, por un determinado tiempo, callados y serenos. Solo oían las respiraciones de ambos.

-¿Se puede saber qué haces, hyung?- el maknae se volteó a verlo enfadado. Tenía el ceño fruncido- ¿Qué juego es este?

Young Bae al verlo así solo atinó a reírse. Haciendo más notable el enfado del menor.

-Ninguno.

Y tomándole su mejilla con dulzura se fue acercando poco a poco a su rostro. No perdía ni un momento la mirada del maknae. Podía notar el asombro en sus ojos. Podía incluso apostar que por dentro estaba temblando. No sabía de dónde sacaba con seguridad tala afirmación, pero lo sabía y no había nada más que escarbar. Le obsequió una bonita sonrisa. Haciendo que el corazón de SeungRi latiera más fuerte que antes.

-¿Qué estás haciendo?-se sonrojó. Aquello le tomó desprevenido porque venía por parte de Young Bae. Ni siquiera recordaba estar enojado.

-¿Qué crees que hago?- su aliento chocó con el de él. Envolviendo al menor en una agradable sensación

-Be…- no terminó de hablar.

Unos labios gruesos y rellenos, perfectamente proporcionados cubrieron los suyos. Invitándole a saborear todo de él y eso es lo que hizo ni corto ni perezoso. Se tomó su tiempo de disfrutar esa boca ajena a la suya, mientras subía su mano a la nuca del bailarín para sostenerse más cómodamente y también para poder profundizar el momento cuando lo requiriera. Young Bae sabía perfectamente lo que estaba haciendo, tenía la noción de que seguiría adelante con las cosas y estaba vez no iba a perder entre tantas implicaciones de una relación con SeungRi.  Iba a darle una oportunidad y la viviría. Sintió que el maknae aceleraba el ritmo e inmediatamente lo siguió. De un segundo a otro sus bocas se devoraban y darían todo lo que pudieran. Sus pulmones al reclamar el aire que necesitaba se separaron.

Ambos se miraban con sus respiraciones agitadas. Sus labios ligeramente enrojecidos ardían y por intuición el bailarín del grupo le dio un dulce beso en su coronilla.

-¿Qué es todo esto?- susurró SeungRi. Sentía que sus mejillas enrojecían más.

-Lo que… ves. Te acabo de besar- con la voz entrecortada le contestaba.

-Tus respuestas me están molestando- se encontraba ligeramente irritado. No le entendía.

-¿Cuánto tiempo llevas?- preguntó Young Bae preocupado. Ignorando la molestia del otro. Le acarició el rostro delicadamente.

-¿Para qué quieres saberlo? ¿Acaso tú….?

-No, pero me gustas.- asumió lo que de verdad sentía. Sin ningún tipo de vergüenza.

-¿Acaso importa?- hubo un ligero reproche en su voz. Aunque le había encantado ese…me gustas. Sus ojos brillaban sin que se diese cuenta.

Young Bae quería saberlo porque al ver el estado de su mejor amigo, se preguntaba si SeungRi había pasado por eso. No es que le tuviese lástima, aquello estaba alejado de la realidad. Si no que tomaba la percepción de que todos en algún momento sufrían. ¿Y si a él le gustaba SeungRi por qué no le daba una oportunidad? ¿Por qué se encerraba tanto en otras cosas? Podría no funcionar, pero al menos ambos tendrían la certeza de que lo intentaron y no se arrepentirían toda la vida preguntándose… ¿Qué tal sí…? De alguna forma le correspondía y tenía que explorar esa opción.

-No realmente….-su tono era dubitativo y una graciosa mueca se formó en el rostro del bailarín.

-¿Entonces qué somos ahora?- le preguntó. Miraba fijamente a su hyung.

-Una oportunidad. Eso es lo que somos- sonrió Young Bae- ¿La tomas?

-¿Quieres saber mi respuesta?- una sonrisa centellante se formó en el rostro del más pequeño- Es esta…

Enseguida se abalanzó a él, cayendo Young Bae de espaldas y mientras este se reía, aprovechó para besarlo tanto como quisiera.

FIN DEL FLASHBACK

 

-Estuve ahí, Ri- Young Bae rodó los ojos- No es necesario. Quería saber si ya cenaste.

-No. Todavía no… ¿Por qué? ¿Quieres llevarme a cenar?-su voz sonaba emocionada- Soy un hombre ocupado, ¿sabes?

-En este caso tendré que botar la comida que preparé- Young Bae se encogió de hombros- Nos vemos el Lunes, adiós- estaba dispuesto a colgarle el teléfono.

-¡¡Eishhh… hyung!!- le reprochó el maknae- Cortas la diversión. Acepto. ¡¡Dios!!- rodó los ojos en blanco- Ni sé por qué me fijé en ti.

-Eso pregúntaselo a tu corazón- dijo Young Bae entre dientes- No a mí.

-¿Cuál es el plan?

-Iré al departamento. Nos vemos ahí, ¿de acuerdo?

-No. Mejor nos encontramos en el tuyo- el maknae rápidamente sugirió otra opción- Quiero un lugar privado, ¿qué te parece?

-Está bien. Está bien. Nos vemos ahí, ¿feliz?

-Entonces esta es nuestra primera cita. Nos vemos- rápidamente SeungRi colgó.

Provocando que el bailarín del grupo tomara en cuenta que lo que decía su novio era verdad. Se echó a reír nuevamente en medio de los pasillos y sin apresurarse siguió su camino a la cocina.

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Kwon Ji Yong estaba sentado en medio de la sala sin hacer nada. Parecía que estaba en una posición zen y miraba al vacío. Perdido como siempre en sus pensamientos. No le importaba estar en frío piso del parqué o enfermarse por ello. Lo único que quería era estar al menos un minuto de su vida sin sentirse atormentado. Escuchó gruñir a su estómago. Evidentemente le pedía comida, no le haría caso. No se le daba la gana de ir a comer algo, pese a que su cuerpo lo requería. Ni siquiera tenía noción de qué hora era. Hasta que el sonido familiar del timbre lo sacó de su estado de semi-conciencia. Le molestó. No iba a abrir a nadie. No existía para el mundo. Por más que fuese alguien de su agencia o sus compañeros de grupo. Lo más seguro que aquella persona se cansaría de tocar. Así que ni siquiera movió un músculo.

Cinco minutos, diez minutos, quince minutos. Mala idea. Pésima decisión. En pocos minutos su casa estaba llena de sonidos agudos. Aquella persona era muy insistente. Le perturbaba su paz. Molestó se levantó y casi se cae. La sábana que le cubría por un momento se enredó con sus pies. Con cuidado se deshizo de la maraña y con pasos furiosos se dirigió a la puerta. No le importaba presentar ese aspecto deplorable. Tenía que botar a esa persona de ahí. Miró por la pantalla y vio solo una especie de bolsa marrón tapándola por completo. Eso era extraño y más lo irritó. De un jalón abrió la puerta. Encontrándose con la persona que menos deseaba en el mundo y a la vez dueño de su respirar. Sus palpitaciones se volvieron irregulares y su boca se encontraba semi-abierta. No podía creer que él se encontrara frente suyo. Mínimo era una alucinación, una muy bella. Esa era la explicación que encontraba. Ese rostro perfecto, esas cejas pobladas y ese cabello pelinegro no estaban ahí. No. No podía ser. Cerró los ojos y los volvió abrir. Ahí estaba. Él seguía ahí parado. En ese momento tomó en cuenta su realidad.

¡¡Joder!! ¡¡Mil veces joder!!

- ¿Hyung?- musitó con la voz ahogada por la impresión.

-¿Puedo pasar?- escuchar aquella voz ronca le hizo saber que era verdad su presencia.

¿Qué ha pasado? ¡Maldito Young Bae que no avisa! ¡Que se pudran todos!

Fue lo último que pasó por la mente del líder de BIGBANG.

 

Notas finales:

¿Les gustó? Espero que sí. Siendo sincera mientras escribía la historia me llevó por un camino que no había pensado y creo que me gustó. Aquí tienen el resultado. También quiero agradecer a todas ustedes por su apoyo. A los de aquí y a los que me lo hacen llegar en Twitter. Por sus reviews. Los leo, los respondo y me animan mucho. También por sus favoritos. El otro día descubrí como se veía y fue una grata sorpresa ver aque al menos algunos tienen tan buena estima a este sencillo fic que me conmovió. Lo mismo va para los que me tienen como autora favorita. ¡¡Y a las lectoras nuevas, bienvenidas!! Es grato leer que recomienden tu fic

Esto son los one-shot que subí: "Turtle and Shell Forever" y "¡¡Arrivederci Roma mia!! " Si no los han leído, los invito a hacerlo ^^

Por último. La música que acompañó mi inspiración esta vez fueron dos canciones: Farewell de Rihanna. y Dancing On My Own de Pixie Lott ft GD&TOP *-*

Eso es todo. ¡¡Hasta el próximo capítulo!! Las veo en los reviews. Me concentraré ahora en "Fobia de Amor" y luego en la traducción de "Nunca se olvida"


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