Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Shingeki no Yaoi por Downer

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este va sobre Eren y Armin. No sé a vosotras, pero a mí me parecen adorables *w*

Espero que les guste, ciao!

Todo comenzó un día después de los entrenamientos. Armin se había ido antes porque al parecer no se encontraba bien y me dirigía a los dormitorios a verle. Todos los demás habían ido a ducharse. Cuando llegué a la puerta escuché unos extraños sonidos que provenían del interior. Alarmado, entré sin llamar, y me encontré con Armin sentado en su cama en “plena acción”.

—¡Ah!

Al verme se sobresaltó e intentó taparse con una manta. Sus mejillas, que ya de por sí estaban encendidas, se pusieron más rojas aún. Yo me quedé pasmado, no me esperaba eso para nada.

—Vete, vete… —dijo totalmente avergonzado.

—Armin, yo… lo siento, tío… tranquilo, ya me voy —acto seguido salí y cerré de un portazo.  Pobre Armin, es una putada que te interrumpan cuando estás haciendo eso… pensé. Con que a eso se refería cuando decía que no se encontraba bien, ¿eh? No pude evitar reír por lo bajo. Decidí irme rápido de allí por si acaso, además, yo también tenía que ducharme.

No le di mucha importancia a aquel “encuentro” y al cabo de un rato se me había olvidado por completo. Por eso se me hizo extraño cuando llegó la hora del almuerzo y Armin no me hablaba.

—Armin, ¿qué te pasa? ¿Estás enfadado por lo de antes? —me miró con el ceño fruncido y se sonrojó ligeramente— Lo siento, no era mi intención. ¿Cómo iba a saber que estabas…?

—¡Calla! ¡No lo digas! — dijo tapándome la boca.

El día siguió de la misma manera. En los entrenamientos de la tarde Armin apenas me dirigió la palabra. Intenté entablar conversación con él un par de veces, pero siempre encontraba alguna excusa para alejarse. No me habló ni en las duchas aunque él era de los más charlatanes a la hora de ducharnos.

 Supuse que la mejor ocasión para disculparme (por enésima vez) sería cuando fuéramos a dormir. Ahí no podría esquivarme, nuestros colchones estaban pegados el uno al otro. Cuando ya estábamos acostados, esperé a que apagaran las luces para hablar con él.

—Armin…  —susurré tirándole de la camisa.

—¿Qué quieres? —dijo de mala manera.

—¿Por qué sigues enfadado conmigo? Ya te he dicho que lo siento.

Tardó en contestar y por unos instantes sólo se escuchó el murmullo de lo demás chicos charlando en voz baja.

—No estoy enfadado contigo, Eren —dijo al fin.

—¿Entonces qué te pasa? Llevas ignorándome todo el día.

Tiré flojito de su hombro para que se volteara y quedó tumbado de cara a mí.

—Es que…  me siento muy avergonzado. No quería que me vieras haciendo eso…

Aunque había poca luz, pude ver cómo se tapaba el rostro con las manos.

—Tranquilo, somos mejores amigos, ¿no? Además, todos lo hacemos. No tienes por qué avergonzarte.

Armin dejó caer las manos que le cubrían la cara y suspiró. Aunque no lo vi, supe que sonreía.

—Da igual, olvida lo que viste —luego añadió en voz más baja—,  igualmente no lo ibas a entender.

—¿Entender el qué?

—Nada,  yo… es algo que quizás no te guste saber.

—Armin  Arlelt, ya me lo estás contando —dije haciéndole cosquillas en el abdomen,  Armin rio y se revolvió entre las mantas. 

—De acuerdo —dijo aún entre risas— piénsalo detenidamente y si mañana por la noche sigues queriendo que te lo diga, lo haré.

Pasé todo el día siguiente pensando en qué podía ser aquello tan malo, pero no se me ocurrió nada. Joder, solamente se estaba masturbando, ¿qué había de malo en eso? ¿Acaso era ninfómano o algo así?  Esa noche le observé cuidadosamente mientras se ponía el pijama. De vez en cuando me miraba de reojo. Esperé a que apagaran las luces y entonces…

—¿Y bien? —dije.

—Aún quieres saberlo, ¿verdad? —en la semipenumbra pude ver que Armin esbozaba una triste sonrisa.

—Por supuesto.

Armin suspiró.

—Me gustas, Eren.

Me dio un vuelco en corazón.

—¿Qué dices? Pero… pero si soy un chico…

—Sabía que ibas a decir algo así. Lo sé y… lo siento —se le quebró la voz—. No te preocupes por mí, no esperaba que me correspondieras. Pero… necesitaba decirlo… ya está.

Me dio la espalda y se tapó totalmente con la manta. Sentí que algo se rompía en mi interior, como si una pieza de mí se hubiera quedado suelta. Mi cuerpo se movió solo, sin que yo le diera ninguna orden. Me incorporé un poco y estiré la mano hasta sujetar la manta que le cubría. Se la arrebaté de un tirón. Armin, decía una voz en mi cabeza, y sonaba como si fuera la primera vez que escuchaba ese nombre.Tomé su hombro y le obligué a girarse hacia mí, quedando su rostro a pocos centímetros del mío. Noté su respiración chocar contra la mía.

—Armin… —susurré antes de hacer que nuestras bocas entreabiertas se rozaran. Al hacerlo noté cómo algo se encendía dentro de mí. ¿Por qué estaba haciendo eso? Moví suavemente mis labios contra los suyos, esperando que reaccionara, pero al parecer su sorpresa era demasiado grande. La mía también — Armin…

Comencé a acariciar su torso por encima de la ropa. Él entrecerró lo ojos y se estremeció. Al poco tiempo sentí que me rodeaba con los brazos y se agarraba con fuerza a mi espalda. Me incliné para besarle de nuevo y esta vez me correspondió. Sentí su cálida y húmeda lengua introducirse en mi boca y empecé a besarle más apasionadamente.

La postura en la que estábamos era algo forzada, así que me acomodé encima suya. Gracias a Dios su colchón estaba en una zona de sombra y no se nos podía ver bien. Enterré una de mis manos en su pelo y le acaricié mientras nos besábamos. No tardé en notar que mi miembro estaba sobre el suyo, ambos excitados. Presioné mis caderas y ambos nos estremecimos.  Comencé a introducir las manos por debajo de su camiseta. Acaricié su piel, que era muy suave. Notaba el ritmo acelerado de su respiración. No podía creer todas las sensaciones que Armin, mi mejor amigo, me estaba haciendo sentir.  Quería más y más de él.

—Eren… para… vamos a terminar despertando a alguien…

Le miré con el ceño fruncido ¿En serio ahora nos teníamos que quedar “así”? Pero tenía razón, si alguien se despertaba y nos pillaba de esa forma se montaría un follón y no era conveniente.

—Está bien… —dije quitándome de encima y recostándome a su lado. El silencio en la estancia era absoluto, todos debían haberse dormido ya. Deseé con todas mis fuerzas que nadie nos hubiera visto o escuchado.

Cuando me fui a mi colchón a intentar dormirme, lo que acababa de pasar me pareció mentira. A mis quince años de edad, acababa de tener mi primer calentón ni más ni menos que con Armin. Sonreí. Por mí no había ningún problema. 

Notas finales:

¿Qué tal? Muchas gracias por haber leído ^^

Se aceptan reviews!! *3*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).