- Wolfram aún no ha salido de su cuarto, deberíamos ir a verlo.- Comentó Shinou.- Ya es casi mediodía.
- Creo que si…- Contestó Murata algo deprimido.- Sabes que lo está pasando muy mal por lo de Yuuri y necesita nuestro apoyo. Debemos intentar ayudarle. También me gustaría ir a ver a Yuuri. No me gusta para nada que no haya sido capaz de tratar bien a Wolfram, ni tan siquiera ha sido capaz de dejarle las cosas claras.
- Si, aún quería que Wolfram continuara a su lado sin que él pusiera nada de su parte.- Contestó el rubio.- Pues ves a despertarle o a decirle que salga ya de su habitación.
Murata asintió y se dirigió hacia la habitación de Wolfram. Le habían asignado una habitación bastante alejada del resto ya que no era normal que hubiese hombres viviendo en el templo de Shinou, solo vivía Murata, el gran sabio.
Llegó y llamó a la puerta. No obtuvo respuesta.- ¿Wolfram?- Dijo antes de entrar finalmente.
Al entrar pudo observar cómo el rubio aún permanecía tumbado en la cama. Sabía que estaba despierto porque se le oía suspirar.- Wolfram, ¿Está bien? Estamos preocupados por ti.
Lentamente el rubio se giró hacia la puerta. Aún tenía claras marcas en los ojos de haber estado llorando toda la noche. El pelinegro se acercó a su amigo y se sentó en el borde de la cama.- Siento que estés pasando por esto.- Dijo.
- No ha pasado ni un día y ya pienso todo el rato que debería estar con él.- Dijo el ojiverde con una expresión triste en la mirada.- No sé qué hacer.
- Bajemos y hablemos en el salón, con Shinou. Necesitas comer algo que ya es mediodía y no has bajado a desayunar.- Propuso el pelinegro.
- Tienes razón. Me cambiaré y ahora te veré en el comedor.- Dijo poniéndose de pie. Realmente Wolfram no tenía ganas de hacer nada pero sabía que debía intentar seguir adelante y ser fuerte en su decisión.- Tal vez si me consigo mantener alejado se dará cuenta de lo importante que puedo ser para él.- Pensaba. Con estos pensamientos simplemente determinaba que realmente estaba tontamente enamorado de ese pelinegro.
Un rato más tarde, la comida ya estaba servida y Shinou y Murata vieron a Wolfram entrar en el comedor.- ¿Cómo te encuentras?- Preguntó el ojiazul.
- Bueno, mejor, supongo.- Contesto Wolfram mientras tomaba asiento y miraba su plato, realmente no tenía mucha hambre, tenía el estómago cerrado.
- ¿Y qué planeas hacer Wolfram?- Preguntó el pelinegro curioso.- ¿Piensas seguir lamentándote? ¿O prefieres intentar algo?
- Tendré que hacer algo.- Contestó el rubio algo cohibido.- No es propio de mi estar en esta situación. Aún con todo, soy un soldado, no puedo dejar que esto me afecte tanto.
- Oh, Wolfram. Un soldado está entrenado para resistir muchas cosas pero no lo está para resistir los problemas del corazón.- Dijo Shinou con su típica sonrisa enigmática en el rostro.- Y bien, ¿Qué quieres hacer? ¿Pasar página? ¿O intentar un último toque de atención a Yuuri?- Terminó preguntando sin cambiar su expresión.- Te queremos ayudar.
- Hmph. Realmente no sé si se dará cuenta de algo ese henachoko.- Contesto Wolfram.- Yo realmente querría estar con él, pero si no hay posibilidad de que se aclare, tendré que intentar pasar página, por eso me he ido.
- ¿Y no crees que al haberte ido tal vez se dé cuenta de lo importante que eres para él?- Preguntó el pelinegro serio.- Hoy por la mañana vino Yuuri y me dijo que él y tus hermanos se ausentarían por un tiempo para buscarte.- Terminó diciendo.
- ¿Me van a buscar? Ya le dejé escrito a Yuuri que no lo intentaran…
- Jaja, pues parece que no te han hecho caso.- Dijo riéndose Shinou.- Creo que les importas mucho para que te hagan caso.- Dijo ya más serio.
- Cuando Yuuri vuelva deja que yo hable con él. Tal vez, después de haber notado tu ausencia, sea capaz de reconocer lo que siente.- Dijo Murata convencido.
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Pasaron dos días y no sabían nada de Yuuri. Wolfram había mejorado notoriamente y ahora se encontraba muy cómodo entre esos dos locos (N/A: Shinou y Murata XD). Nunca antes había tenido tantas conversaciones con el pelinegro, se podría decir que lo empezaba a conocer bien.
Wolfram ya se había vestido. Como cada día, una vez listo, se le preparaba el reto de no aburrirse y hacer algo para no pensar en Yuuri. Había pasado los dos últimos días leyendo libros, ayudando en los jardines del templo y hablando con todo el mundo. Después de todo, la gente de dentro del templo no diría nada de que él estaba allí.
Bajó las escaleras hasta la fuente central del templo, de dónde solía salir Yuuri de su mundo. Realmente quería verle pero debía ser fuerte y esperar a que volviese a Pacto de Sangre para que Murata le informara de como Yuuri había llevado su ausencia.
- Buenos días Wolfram.- Dijo el pelinegro detrás suyo.- Me alegra ver que estás mejor.- Ya hacía dos días que Murata había dejado de llamar Lord Von Bielefeld a Wolfram, ya no era tan formal.
- Hola, Murata. ¿Cómo va todo?- Preguntó el rubio.
- Bien. He recibido noticias de Yuuri.- Dijo expectante el pelinegro. Observó que la cara de Wolfram denotaba una clara curiosidad.- Dice que al no encontrarte con tu madre han decidido ir a Bielefeld y que han llegado bien pero tú no estabas allí.- El pelinegro hizo una breve pausa.- Y dice que ha conocido a los hijos de Waltorana y que se quedarán unos días para buscarte por todo Bielefeld.
- ¿Quéee? – Exclamó sorprendido el rubio.- No, no puede ser… ¿Ha conocido a mis primos?
- Eso parece…- Dijo pensativo el pelinegro.- Aunque tú nunca has mencionado que tuvieses primos. ¿Puedo preguntar por qué?
- Bueno…- Dijo algo cohibido el rubio.- Pues realmente nunca nos hemos llevado muy bien… Desde mi punto de vista creo que siempre se han aprovechado un poco de mi.- Contaba apenado.- Aparte, nunca se lo dije a Yuuri porque tenía miedo de que intentaran algo con él… Ambos son muy guapos, tanto mi primo como mi prima. Pero ahora les ha conocido, y encima no está comprometido. Seguro que intentarán algo, son muy ambiciosos.
- Probablemente.- Dijo Shinou el cual prácticamente sabía cómo eran todas las personas de Shin Makoku.- ¿Y qué quieres hacer?
- ¡No puedo dejarle con ellos! Tenemos que ir.- Dijo el rubio realmente exaltado.- Nunca me he llevado realmente bien con ellos… Y Yuuri no sabe nada…
- Pues vayamos.- Propuso el pelinegro.- Me presentaré yo con la excusa de tener que anunciar un mensaje importante de Shinou y según como estén las cosas veremos cómo actuamos.- Concluyó Murata.
- Vale, me parece bien, vayamos cuanto antes mejor.
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Yuuri se levantó, después de haber descansado toda la noche tras el viaje. Una vez listo bajó a desayunar. En el salón se encontró a Waltorana, sus dos hijos, Conrat y Gwendal.
- Buenos días majestad.- Dijo el castaño con su típica media sonrisa amigable.
- Es Yuuri, Conrat.- Contestó el pelinegro.- Buenos días a todos.
- Buenos días.- Respondió Waltorana.- Hoy iniciaremos la búsqueda de Wolfram por Bielefeld. Si lo deseas te puedes quedar aquí.
- Prefiero venir.- Contestó rápidamente Yuuri.- Quiero formar parte.
- Me parece bien. Haremos dos grupos de búsqueda para intentar ir lo más rápido posible.- Explicó Lord Von Bielefeld.- Ves con Conrat y mi hijo Willien. Os acompañarán algunos de los soldados de Bielefeld para hacer más fácil la búsqueda en las ciudades. Gwendal y yo dirigiremos otro grupo de soldados.
- Me parece bien. Por mi partamos cuanto antes.- Dijo Yuuri. Realmente quería conocer más a los hijos de Waltorana y se seguía preguntando por qué Wolfram no le había dicho nada de ellos.
- Mi hija se quedará en el castillo por si apareciese Wolfram mientras estamos buscándole.
Poco después de desayunar salieron a buscar a Wolfram. Yuuri jamás había estado en las tierras de Bielefeld, había venido una vez anteriormente pero solo había visitado el castillo. Realmente tenía ganas de conocer más sitios de su reino. Esta vez ya salía directamente sin el pelo teñido y sin lentillas ya que Gwendal consideró que la escolta que llevaba era suficiente para protegerle. También dijo que sería bueno para el reino que la gente de Bielefeld observara que el Maou se encontraba en las tierras y se preocupaba por el estado de la gente.
- Majestad, Cuénteme más de usted.- Preguntó Willen Von Bielefeld poco después de haber salido del castillo. Yuuri, con Willen a su izquierda y Conrat a su derecha cabalgaba liderando el grupo de búsqueda.
- No hace falta que seas tan formal, llámame Yuuri.- Contestó con su inocencia habitual el pelinegro.- Pues bueno, como ya debes saber, vengo de otro mundo aunque cada vez paso más tiempo en este. Y bueno, ya hace algo más de tres años que vine por primera vez.- Fue contando.
Yuuri le contó un poco acerca de su vida, tanto en Shin Makoku como alguna cosa de su mundo. Willien realmente sentía curiosidad por saber más del otro mundo y también quería escuchar lo que Yuuri le contaba sobre Wolfram.
- ¿Y tú Willien?- Preguntó el pelinegro.- Realmente no sabía ni que existías. Wolfram nunca me habló de que tenía primos.
- Bueno… Mi vida realmente no es tan interesante como la tuya.- Dijo el rubio.- Y pues veras… Nunca nos hemos llevado muy bien con Wolfram. Seguimos siendo primos pero hace ya muchos años que no nos vemos.- Terminó diciendo. A los ojos de Yuuri parecía algo desanimado.
- ¿No os llevabais bien? Bueno, si quieres ya me contarás más adelante.- Dijo el pelinegro algo dubitativo.- Lo cierto es que os parecéis mucho. Salvo en los ojos.
- Realmente si nos parecemos, tanto físicamente como en carácter. Y mis ojos son como los de mi madre, no como los de la familia Bielefeld.- Aclaró el rubio.
La conversación siguió mientras iban haciendo paradas en diferentes aldeas. Por todas partes la gente se acercaba extrañada al ver a una persona con el pelo negro. Cada vez que se acercaban, Yuuri saludaba amigablemente. Realmente se sentía querido por su pueblo.