Pasada la media tarde, después de estar todo el día buscando, Yuuri, Conrat y Willien volvieron al castillo. El pelinegro y el castaño decidieron esperar a que Gwendal y Lord Waltorana volvieran practicando con la espada. Willien dijo que se quería ir a arreglar ya que probablemente esa noche su padre haría preparar una cena especial por la presencia del Maou en el Castillo.
- Conrat.- Dijo Yuuri cuando ya llevaban cerca de una hora de entreno.- Estoy cansado ya.
- Majestad, realmente ha mejorado.- Elogió el castaño.- Tomemos un descanso, de aquí a poco nosotros también tendremos que irnos a preparar para la cena.
- Es Yuuri, Conrat.- Repitió como tantas veces el pelinegro. Después hizo una breve pausa antes de hablar.- Oye. ¿Tú sabes por qué Wolfram no se lleva muy bien con sus primos y por qué no habla nunca de ellos?- Preguntó curioso.
- Realmente yo no sé prácticamente nada de la familia Bielefeld.- Contesto el castaño.- Sí que es cierto que soy hermano de Wolfram pero pasé gran parte de mi infancia y juventud con mi padre y cuando estaba en casa de mi madre estaba en Spitzberg, no en Bielefeld.
- Entiendo.- Dijo el pelinegro algo decepcionado.- Realmente no entiendo el por qué.
- Estas cosas pasan entre familia.- Comentó Conrat.- Recuerda que, por ejemplo, al principio mi padre y Gwendal no se llevaban precisamente muy bien ya que éste último no aceptaba que mi padre fuera un simple humano.
- Entiendo… Quieres decir que no puedo comprenderlo todo… Tengo ganas de encontrar a Wolfram y poderle preguntar este tipo de cosas.- Contaba nostálgico el pelinegro.
- Eso quiere decir que te empiezas a interesar aún más por él.- Dijo el castaño con una sonrisa en sus labios.- Bueno Yuuri, vayamos a arreglarnos para la cena. Esperemos que Waltorana y Gwendal vuelvan pronto.
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- ¿Y cómo fue la búsqueda de Wolfram con el Maou?- Preguntó Helena a su hermano con una mirada retadora. Realmente a ella le hubiese gustado haber ido y haber podido acercarse más a Yuuri.
- Pues bien, me contó un poco de su vida.- Decía con prepotencia Willien.
- ¿Se le veía preocupado por Wolfram?- Preguntó ya con curiosidad la rubia.
- Realmente si… Yo creo que quiere recuperarlo pero también creo que tengo alguna oportunidad con él.- Contaba el rubio.- Hoy por la noche me volveré a acercar a él.
- Ni lo sueñes, ahora es mi turno.- Dijo algo exaltada Helena.- Me acercaré yo.
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Yuuri ya se había arreglado para la cena en honor de la presencia del Maou. Gwendal le había contado que era una tradición del país celebrar la venida del Maou al castillo de algún otro noble y le había obligado a ponerse la corona. Bajó junto a Conrat hasta el gran salón principal. Allí ya estaba Waltorana, sus hijos y Gwendal. Todos hicieron una leve reverencia cuando el pelinegro hizo aparición.
- Como ya le habrán contado es tradición realizar una celebración cuando el Maou viene a visitar a alguna de las diez nobles familias.- Decía Waltorana.- Así que he decidido que se preparara una cena especial. Por favor, seguidme.- Terminó diciendo dirigiéndose a los jardines.
- ¿Cenaremos fuera padre?- Preguntó Willien.
- Sí, he hecho que preparen una mesa en el jardín de detrás.
La cena transcurrió entre agradables conversaciones. La comida era abundante y de calidad y esta vez era Helena quien se interesaba por Yuuri mientras Conrat, Waltorana y Gwendal se explicaban los últimos sucesos de sus vidas.
Yuuri se levantó, realmente tenía ganas de encontrar a Wolfram. Tenía claro que le quería tener cerca de él. También sabía que aún no sabría que decirle cuando le encontrara, ¿Sería capaz de reconocer algún sentimiento? No podía responder a eso aún, lo que si tenía claro es que le diría que se había convertido en una persona extremadamente importante para él.- ¿Dónde debe estar ahora? ¿Qué debe estar haciendo?- Pensaba mientras observaba la luna ya alejado de los demás.
Se mantuvo así cerca de cinco minutos hasta que sintió unos pasos acercándose a él.- ¿En qué pensabas?- Preguntó Helena.
- Bueno…- Empezó a decir el pelinegro algo cohibido.- Pues pensaba en tu primo.- Hizo una breve pausa.- En dónde debe estar, si está bien y que estará haciendo.
- No te preocupes, mi primo siempre ha sabido cuidar muy bien de sí mismo.- Dijo situándose al lado de Yuuri y también mirando hacia el cielo.- Se ven muchas estrellas hoy.- Comentó la rubia.
- Realmente sí… El cielo está muy limpio.- Contestó el ojinegro sin apartar la mirada del cielo. Un minuto más tarde movió su mirada para poder observar a la rubia.- Realmente es hermosa.- Pensó sintiéndose culpable.- ¿Te puedo hacer una pregunta? Me gustaría saber la respuesta.- Intentó tantear el terreno Yuuri.
- Dime, creo que te respondería a casi todo. Y más si es algo que te inquiete.- Dijo la ojiverde con una sonrisa dulce en sus labios.
- Pues verás, intenté preguntárselo a tu hermano pero me respondió de forma muy ambigua.- Contó Yuuri.- ¿Por qué Wolfram y vosotros prácticamente no os habláis?
- Bueno…- Comenzó algo dubitativa Helena.- Realmente cuando éramos niños no le tratamos muy bien. Realmente nos aprovechábamos de él y no solíamos querer jugar con él.- Comentaba triste.
Yuuri reflexionó durante cerca de un minuto.- Ya sé que sólo erais niños y a veces los niños hacen eso… ¿Pero por qué?- Preguntó el pelinegro. Realmente no quería incomodar a la rubia pero quería saber más sobre el tema.
- Bueno, sí que es cierto que solo éramos unos niños.- Comenzó a contar mirando de nuevo al cielo.- Pero teníamos celos, teníamos celos de él. Como no tenía padre, todo el mundo le prestaba mucha atención, incluido nuestro padre, más atención que a nosotros.- Hizo una breve pausa.- Aparte su madre tampoco solía estar, entre sus viajes y que era la Maou…
- Entiendo… Es una reacción normal entre niños.- Intervino el ojinegro.
- Sí que lo es… Pero ahora que lo reflexiono me doy cuenta de que realmente lo único que deseaba Wolfram era tener nuestra atención para que le aceptáramos, y nosotros nos aprovechamos de eso.- Dijo con voz triste la ojiverde.- Cada vez que lo pienso me arrepiento. Cuando Wolfram se hartó, se alistó al ejército y después se fue a Pacto de Sangre con sus hermanos y la Maou.
- ¿Y por qué no habéis intentado ir a hablar con él?- Se interesó Yuuri.
- Realmente no lo sé. Tampoco tenemos mucho que hacer nosotros en Pacto de Sangre y prácticamente no nos hemos visto.- Hizo una breve pausa.- Supongo que algún día se solucionará y se aclarará todo, a no ser que Wolfram aún esté muy dolido.
- Yo creo que sabrá perdonar.- Dijo el pelinegro.
- No lo sé, es muy orgulloso y si le hemos tratado mal no sé si será capaz de perdonarlo aunque lo reconozcamos.- Decía la rubia.
- Creo que Wolfram ha cambiado bastante…- Reflexionó Yuuri.- Por lo menos lo suficiente para que pueda aceptar vuestras disculpas y también las mías, yo tampoco le he tratado demasiado bien.- El pelinegro seguía recordando la dedicación que el rubio le había mostrado durante esos años.- Realmente él ha hecho mucho por mi estando a mi lado y yo jamás he estado pendiente de él.
- Algo habrá cambiado seguro… El jamás había estado pendiente de alguien durante tanto tiempo, era demasiado orgulloso para ir siguiendo a alguien de esta forma después de lo que le hicimos nosotros. Por lo menos así es como yo le recuerdo en el momento en el cual se marchó de Bielefeld, una vez graduado en la academia militar.- Contó Helena.
- Cambiar ha cambiado… También por fin ha aceptado a Conrat como hermano. Según vi cuando llegué, no quería ni que éste le tocara.- Dijo Yuuri mientras reflexionaba las palabras dichas por Helena.- Jamás hubiera estado pendiente de alguien.- Volvió a repetir en su mente.- Hasta que yo llegué.
- Debes haber sido tú.- Dijo la rubia ya mirando a Yuuri.- Según me han dicho puedes cambiar el corazón de las personas, ya esté lastimado o sea frío.- Sonrió hacia el moreno haciendo que Yuuri se sonrojara.
Se hizo un breve silencio.- Ahora me toca preguntar a mí.- Dijo la ojiverde.- Yo también quiero saber sobre Wolfram y tú. ¿Qué es para ti mi primo?- Terminó preguntando.
Yuuri se quedó unos instantes en silencio.- Aún no puedo responder exactamente a esta pregunta.- Contestó apenado.- Solo puedo decir que es una persona muy importante para mí… Y que le echo de menos. Realmente llevo tiempo pensando que es él para mí.
- ¿Entonces aún no has aclarado si le quieres o no? No sabes exactamente si lo que sientes es más que amistad.
- Efectivamente. De donde yo vengo no es habitual que dos hombres estén juntos o comprometidos. Y la verdad, antes de llegar a Shin Makoku jamás me había planteado esa posibilidad.- Contestó Yuuri.- Definitivamente necesito aclarar mis sentimientos. ¡Por qué todo es tan complicado!- Terminó diciendo.
- Siento lo que voy a hacer y crearte más dudas.- Dijo la rubia algo cohibida. Se armó de valor y dio una bofetada en la mejilla derecha del pelinegro.- Piénsalo.- Dijo antes de salir corriendo.
Yuuri se encontraba en estado de shock. Otra vez… Esta vez una persona le pedía compromiso.- Si se puede decir que casi ni nos conocemos.- Se quedó pensando.
En ese momento apareció Conrat el cual había observado la escena.- ¿Estás bien Yuuri? He visto lo que acaba de pasar.- Terminó diciendo.
Yuuri se quedó estático durante un minuto más y después se giró y miró directamente a los ojos de Conrat.- Realmente no entiendo a la gente de Shin Makoku.- Dijo mientras se palpaba la mejilla que acababa de ser abofeteada por la chica.