A mi corta edad de 16 años, perdí al miembro más importante de mi familia, claro, mi familia constaba de solo dos integrantes, mi abuelo y yo. ¿Mis padres? Oh si, ellos... Son un par de extraños que cuando terminaron sus peleas, se separaron y me abandonaron con mi abuelo a los 5 años, no llore porque ciertamente, jamás nos vimos como una familia completa. Siempre envueltos en peleas, peleas... Mis padres parece que solo se disfrutaron un par de meses de casados, me concibieron y después vinieron los pleitos y años para separarse.
Ya que se dejaron de su único hijo, cada uno se separo y busco donde rehacer su vida. Igual que yo, mi abuelo me protegió bajo su brazo y me guio por el buen camino, ser educado, comer bien, estudiar mucho, practicar artes, música. Era un ser humano magnifico.
Pero todo termino una mañana que el ya no despertó.
Yo llore angustiado sobre su cuerpo sin vida, llore como nunca en mi vida, desesperado no sabía qué hacer, solo levante el celular y marque el último numero que mi abuelo había marcado.
Era el de su hijo, mi padre. Le llore, le grite que mi abuelo no estaba, su cuerpo no se movía y que no sabía qué hacer. El rápido envió una ambulancia y los paramédicos me separaron como pudieron de mi abuelo, vi con el corazón destrozado como lo metían en una bolsa negra y lo llevaron ala morgue.
Mi abuelo se había ido para siempre.
Al parecer este trágico evento, pudo reunir a mi seudo familia de nuevo, vino mi madre con su pareja y mi padre vino solo, era su padre y no quiso molestar su adiós trayendo a su otra familia.
Sí, mi padre tiene 3 hijos con otra mujer y yo, bueno no sé que soy yo en su vida.
-Loki... Debemos llevar a la iglesia a tu abuelo... Ve en lo que lo terminan de embalsamar.-Dijo mi madre sin soltarse de su flamante novio.
-Si... -Dije de mala gana, era una extraña dándome ordenes.
Salí de la casa y camine con las manos en mis bolsillos, llevaba un smartphone que mi abuelo me regalo en mi cumpleaños y un par de llaves. Nada más. Encima de mi cuerpo llevaba la angustia de estar solo nuevamente en el mundo.
Me detuve.
Levante la vista y mire lo alto de la iglesia, como intentaba tocar a Dios con su edificio, tal vez solo eran ideas mías, pero mi abuelo siempre fue religioso, me quiso traer a oír misa, pero siempre me negué, odiaba la iglesia, enseñaban de amor y en mi caso, no lo conocía.
En realidad si lo conocía, pero me aferre a gente que no me lo daba a manos llenas como mi difunto abuelo.
Aun de pie frente a la iglesia, saque mi reloj para revisar la hora y ni siquiera eran las 7am y yo me andaba paseando en la calle. Resople y camine, no volvería después, era en este momento cuando debía hacer las cosas.
Quise entrar al templo, pero estaba cerrado y pude oír como alguien hacia ejercicio, estaba contando y bufaba. Camine con una ceja arqueada y cuando me asome, no podía creerlo, era el joven sacerdote sin camiseta haciendo abdominales. Su fuerte cuerpo estaba recubierto de sudor y su ceño fruncido.
No pude evitar sonrojarme, abrí la boca con sorpresa, pretendí avanzar para hablarle, pero me quede detrás de un árbol viéndolo con morbo, todo su cuerpo era una obra maestra, estaba levemente bronceado, su ropa deportiva le quedaba totalmente al cuerpo, dejándome verle las bien formadas nalgas. Rayos, trague saliva muy lentamente y me dio una punzada la entrepierna, pero rápido respire y trate de relajarme, no es natural que teniendo un difunto tan amado en casa, me detenga a estar espiando gente con un cuerpo tan exquisito.
Tosí un poco, me relaje y respire para avanzar con cuidado, entre a la cochera y él se sorprendió al verme aparecer. Yo fingí naturalidad. Le pedí que recibieran a mi abuelo y me dijo que le diría al párroco y salió de ahí. Yo me quede mirando como salía y después me fui con mucha prisa, debía informarle a la señora que decía ser mi madre.
Pero en mi prisa, estaba aun presente ese duro cuerpo, bien trabajado y vaya... Para ser un sacerdote estaba muy bien. Durante el resto de la misa y el entierro estaba devastado, pero ya no lloraba, le llore cuando tuve mi oportunidad y sabía que mi abuelo quería que yo fuera fuerte.
Empezó la semana sin novedades, pero mi mente seguía ocupada en el maravilloso cuerpo de ese sensual sacerdote. ¿Sensual? Para mí como un ciudadano normal podría decirlo sin problemas de ninguna índole, claro que si a él lo lograba impresionar, podría hacerlo que piense lo mismo de mi.
¿Qué cosas piensas Loki?
Me cuestione duramente después de pensar en el joven sacerdote de ese modo, pero igual no me arrepentí para nada, yo era un espíritu libre y si su Dios me hizo así, podría hacer lo que yo quisiera…
Estuve una semana acostado en mi cama sin pensar en lo demás, me sentí mas sumergido en mi pena, tenía el celular de mi abuelo en la mano, no lo revise, sería una falta de respeto para el. Pero el domingo temprano, se escucho la alarma y lo revise, era la hora para ir a la iglesia, me arme de valor, me levante y asistí. No de buena gana, ya que en ese momento lo que necesitaba era a alguien que me apoyara y comprendiera el dolor.
Quería que alguien me amara.
Cada domingo asistí esperando que me cayera del cielo esa persona que tanto anhelaba, podía sentir la presencia de mi abuelo ahí en la banca donde me dijo una señora que él se sentaba. Con la mirada perdida intentaba oír al sacerdote, pero era imposible, todo lo que podía oír era como estática.
-¿Cómo te sientes? –De repente esa pregunta me saco de mi ensoñación y busque para ver quién me hablaba, era el mismo joven sacerdote que había visto sin ropa aquel día. Levante la mirada y trate de sonreírle, aunque sentí como de repente la sangre corría a toda velocidad al tenerlo tan cerca, respire tranquilo, debía ser por la emoción de hablar con otro ser humano, alguien que tal vez no era como mis padres, egoístas y sumergidos en su mundo.
Le trate de responder con educación y con la verdad, no pasaba nada si engañaba a alguien más con mis sentimientos, pero siento un hombre de fe, podría ayudarme con algo. Le confesé que mi abuelo gustaba de ir a misa a oírlo hablar, claro, solo cosas que mi abuelo me decía, yo no sabía mucho de él, pero confiando en mi abuelo, podría cambiar
El se sonrió estando hablando conmigo, yo intentaba no llorar al oírlo, me decía ser bueno, pero teniendo tantos problemas en mi vida, no lo podía creer, padres separados tal vez por mi culpa, un abuelo que falleció y ningún amigo en el mundo. ¿Podría considerarme bueno? ¿Deseable?
El sentirme tan mal, tan humillado con mis pensamientos, intente pelearme con él, de contradecir a su Dios todopoderoso, pero el siempre respondía con amabilidad, queriendo tranquilizarme, todo el momento llego a un simple abrazo.
El me abrazo.
Cerré los ojos y me deje envolver en su fragancia, lo escuche decirme que yo era bueno y sonreí tontamente y le dije mi nombre, odie que dijera eso tan azar, a cualquiera le podría decir bueno, pero si sabe mi nombre, podría enfocarse más en mi, nada más en mi.
Sus brazos eran grandes y cálidos, en su pecho religioso pude sentir una cruz que presione contra mi rostro, los latidos de su corazón que me hicieron sentir como en casa, con los ojos aun cerrados, me devore todo su aroma, siendo hombre de fe, no usaba perfumes como la gente normal, solo pude tragar su aroma natural, no era desagradable por cierto, era masculino, un aroma perfecto que encajaba con el sujeto que lo portaba.
Me deje caer en sus brazos un poco más para aferrarme a su cuerpo con más fuerza, quería sentir todo su cuerpo sobre el mío, sentir ese calor para que me diera paz, esa paz que tanto necesito ahora. Necesito alguien que me comprenda y me ame como soy. Pero se que eso es imposible, si el no me conoce, ¿Cómo podría amarme sin conocerme?
Me invito a continuar visitando su iglesia, note un cierto temblor en su pecho y me sonreí, ¿Qué era eso? Fue divertido en cierto punto. Pero como el abrazo ya había durado mas tiempo, decidi soltarme, no quería fastidiarlo y alejarlo de mi.
Lo mire y le sonreí, me retire en ese momento y me sentí un poco mejor, tal vez los brazos de ese sacerdote eran el remedio ideal para calmar mi dolor y mi vacio interno.
Estando en casa, no podía dejar de pensar en el. Me acostaba a ver la televisión, la miraba pero no prestaba atención, pensaba solamente en el rubio de ojos azules que estaba comprometido en cuerpo y alma a un Dios que no conocía.
¿Cómo era eso posible?
Si el adoraba a alguien que no conocía, con mayor facilidad podría amar a alguien como yo… Me sonreí, tal parecía que me había puesto necio con el joven religioso, lo bueno que no lucia muy mayor, aunque los estudios para ser un sacerdote son de carrera larga, no me importo, yo queria tocarlo y estar con él. Me desesperaba que él tuviera otra opinión de mi.
Bueno, solo nos habíamos visto una vez.
Continúe yendo los domingos a verlo, pensaba como acercarme, como platicar con él, note obviamente que él me miraba y me gustaba. Por primera vez me sentí deseado.
¿Deseado?
¡Vamos! Thor no deja de ser hombre… Si, su nombre es Thor, la primera vez que oí al abuelo decirlo, me erizo la piel, es un nombre bastante fuerte, supe que la persona que lo llevaba era alguien digno. Y para mis gustos y el calor de mi vientre ese nombre era ideal.
Además de platicarles de mi afición por este religioso, debo confesar algo, después del día del abrazo, en la noche no pude contenerme, ¿Ustedes podrían? Estando mi casa vacía, se escuchaba solo el ruido de la televisión. Ya la encargada del aseo se había marchado y yo me quede solo.
Como siempre solo.
Cerré los ojos con cuidado, abrí mis labios ansiosos y comencé a imaginar el firme pecho de Thor, su piel sudada del día que lo vi por primera vez. Ese día lleno de contrastes, mi abuelo murió y lo conocí.
¿Será obra de Dios? No tengo ni idea.
Pero sea de quien sea obra, Dios o el diablo, yo comencé a sentir la necesidad en mi cuerpo de sus grandes manos que me abrazaron el otro día, me dieron un apretón en el hombro y pude obtener la medida. ¡Vaya que tenía las manos grandes!
-T-Thor… -Dije en voz baja para mí mismo.
No era de mi completo agrado masturbarme, pero ese día se prestó. Estaba nublado con una lluvia ligera, la casa estaba solo y yo con ansias de sentir a alguien más.
Vestía una camiseta ligera y me había cubierto con una sabana las piernas. Mi pijama constaba de un pantalón ligero que ese día lo sentí más caliente que nunca. Con las piernas me lo fui sacando y me quede en mis ajustados bóxers. Esa noche no me sentí cómodo con ellos, me los saque también y me mordí un labio ansioso de poderme tocar yo solo. Claro, hubiera sido un regalo de su Dios que sus manos temblorosas me tocaran por primera vez.
Imagine a Thor con su sotana sentado a mi lado, me miraba con deseo y sus labios se abrían poco a poco para sacar un poco su lengua. Se saboreaba mi cuerpo, me deseaba. Y yo lo deseaba a él.
Mucho.
Ese día agradecí por primera vez el vivir solo, así pude desnudarme en el sillón de la sala y poder imaginar las manos de Thor recorrer mi virgen piel. Sus labios temblorosos por el pecado besar mi ombligo y pezones. Todo lo que pude imaginar, Thor me lo hizo en esa noche de fantasías y masturbaciones.
No me importaba hacerlo un par de veces a la semana, más cuando si tenía ganas. Para evitar hacerlo diario, me daba un baño en la tina, pero era peor, imaginar a Thor desnudo enjuagando mi espalda…
Maldita juventud llena de hormonas.
Intente vivir con ese peso de ser un pervertido. Iba al colegio, vaya, extrañamente religioso, intentaba prestar atención en clases, hacia mi esfuerzo por cumplir mis tareas, pero todo el pensamiento se iba al sacerdote.
RAYOS
Mi mente se concentro en el, solo nos veíamos a lo lejos el domingo que el oficiaba misa y nos sonreíamos al final de cada una. Esta relación la llevaba yo solo y él ni en cuenta.
¿Relación?
Eran esas ganas de tenerlo a mi lado en las tardes, comer con él, salir al cine, tantas cosas. Pero claro, su Dios se pondría entre él y yo. Malditas restricciones. Un día que salí temprano de clases, fui a comprar algo de comida rápida, no tenía ganas de tantas sopas que la mujer que atendía mi casa hacia. Camine con la bolsa en mis manos y pase a un lado de la iglesia y lo vi, estaba sentado con un libro en las manos y yo me excite.
Claro, es mi amor platónico, esa reacción tiene mi cuerpo.
Camine nervioso hasta él y lo salude. Parecía estar en meditación, pero no importo, me miro y sonrió, tal y como lo soñaba yo cada noche. Esos dientes perfectos y su lengua que bailaba entre ellos. Thor, como te odio. Lo invite a comer y el cortésmente acepto un poco, note que ya había comido y no me hizo un desaire, era lo bueno de su educación religiosa, era increíblemente atento y educado conmigo.
Hablamos un par de horas, Dios, cada que él decía algo, yo lo amaba mas, lo podía sentir como un hombre más que religioso, excepto cuando menciono que Dios era grande y no sé qué tantas cosas más…
Dios, te interpones entre mi deseo carnal y yo.
Para intentar dejar de sonrojarme tanto, me ofrecí a ayudarlo en la iglesia, así podría estar más tiempo con él y así conocerlo mejor, rápido acepto con una cálida sonrisa que ilumino la tarde, hablamos de horarios y días, yo acepte, sea lo que sea que me pusiera a hacer, lo aceptaría, quería verlo y quería estar con él con unas ganas tal vez conducidas por el mismo diablo.
Loki, tal vez tú eres el mismo diablo tentando al Dios cristiano. Me sonreí travieso de pensarlo así.
Ahora sí, debía aplicarme para tratar de llamar su atención, sonreírle, ser atento. Vaya en cierto modo lo hacía para ayudar la iglesia en la que creyó mi abuelo, créanlo o no. Pero por otro lado, ver a Thor todos los días será mi recompensa para saciar mi apetito profano.
Pero solo fui el muchacho que limpia, no me permitió ser su asistente, aunque cuando se negó, lo note nervioso. Eso me dio ánimos, ya que sentí que me estaba notando y su cuerpo también. Es malo, bastante terrible tener este deseo por un hombre consagrado y ver que el no me es indiferente, es... No es malo, el igual no deja de ser hombre y tal vez insistiendo logre que sea mío. Claro con el debido respeto y permiso de Dios.
Ahora resulta que me importaba Dios, yo solo quería tocar y sentir a Thor encima de mí.
La señora que atiende mi casa, me noto diferente y en ciertos momentos quiso hablar conmigo, pero siempre le decía que yo estaba ocupado, no necesitaba consejos o que estaba cansado, acá entre nos, no necesito consejos de ella, yo ahora vivo por mi cuenta, debo convertirme en un adulto de inmediato y eso hago, busco lo que quiero y lo que más anhelo es a Thor.
¿Qué tiene de malo eso?
Cada día esperaba yo acostado en mi sillón a que esta mujer se fuera, apagaba todas las luces y encendía la televisión, como es una televisión inteligente, baja la intensidad de la luz cuando siente falta de luz. Pero no me inspire en la sala.
Ese día quería tocarme, había ayudado a Thor a limpiar y tenerlo tan cerca me hace daño, me lastima todo mi ser. Después de mi abuelo, me aferre al primero que me ofreció cariño y Thor fue el candidato ideal. Varias ancianas me miran raro por ser el único muchacho en ir a la iglesia y estar siempre con Thor, pero ¿Qué? No me importa, que hablen, así se divierten con algo, viejas amargadas que no tienen otro negocio más que atosigar a Thor con sus saludos y pedirle no que tantas oraciones.
Como las detesto.
Fue peor cuando llegaron las vacaciones de primavera o como dicen de semana santa, mi padre tuvo la maravillosa idea de llevarme con su familia a la playa, ¿Que hice? Lo obvio, encerrarme a leer todo el tiempo y solo salía a caminar por la playa cuando los demás estaban encerrados. Estando lejos de Thor me hacía pensar más en el, verlo en el azul del agua o del cielo.
Incluso estando en la casa de playa de mi padre, me di el gusto de masturbarme en ella, nadie podría evitármelo, ni él, ni su mujer o sus 3 escandalosos hijos.
Todo el tiempo intentaron ser mis amigos, pero yo los rechazaba, no puedo tolerarlos, no se... No puedo simplemente.
Y para vacaciones de verano volvió a hacerme la maldad, me llevo de nuevo con su odiosa familia a otra playa, esta vez mas lejos, alegando que así podríamos unirnos todos.
¿Para qué quiere que seamos unidos? Yo no soy parte de esa familia y su mujer se notaba que no le caía bien, que bueno, ella no es de mi agrado.
Una noche de esas vacaciones de verano, salí a caminar por la playa, lleve solo mi celular y comencé una aventura para conocer, no sé, tal vez perderme y no volver, todos serian felices sin mí.
¿Thor también?
Sufrí cuando imagine su rostro angustiado y me senté en la orilla de la playa. Sonreí al ver el reflejo de la luna llena en el agua. Corría una brisa bastante fresca y las olas eran amables, apenas tocaban mis pies y se alejaban con prisa.
Bostece.
Me acosté y cerré los ojos. Comencé a remover la arena con los dedos de mis pies y acaricie todo con ellos. Me comencé a llenar de arena, extendí mis brazos y los enterré también en la ya fría arena. Era bastante fresco estar así.
Iba vestido con un traje de baño tipo bermuda, una camiseta sin cuello y sin mangas blanca y unas sandalias, pero esas las llevaba en la mano. Había comprado un dije del martillo del dios nórdico Thor, no pude evitarlo, es un modo bastante obvio de recordarlo y llevarlo conmigo.
Abrí los ojos y vi la luna sobre mi piel, siendo yo de piel blanca, era bastante malo salir en la mañana, no quería andar al rato como carbón. Comencé a imaginar la piel levemente bronceada del sacerdote, el no tendría problemas para salir al sol y meterse al agua salada, incluso sería interesante enseñarle a surfear. Me reí de la idea, ¿Un sacerdote surfista? Dios no lo permita.
Me quise levantar, pero rápido imagine como seria si Thor apareciera y se acostara a mi lado, que vistiera sensualmente una bermuda y sin camiseta. Su cuerpo sudado, lleno de agua salada y yo le podría poner arena para ensuciarlo más.
Sonreía solo, yo y mis fantasías.
El tocaría mis pezones por encima de la tela de mi camiseta, y una de sus manos podría bajar para estimular mi miembro que ya estaba endurecido con solo decir su nombre. También se acercaría a respirar encima de mi cuello y depositar besos candentes, sugiriendo que el momento y el lugar eran ideales para el amor.
Pero, ¿Estaría yo listo para entregarme a tener sexo?
En mi fantasía así seria. El se quedara sentado en la arena, yo le bajaría la bermuda y me prendería de su miembro erecto, lo lamería con fuerza, mamaria sin parar y le dejaría pequeñas mordías en la punta del glande, lo tenía que dejar suficientemente duro para que pudiera penetrarme. Pero noté que en mi propia fantasía, como el baja su mano y comenzaba a coquetear con mi pequeña entrada, desea destrozarme y yo soltaba un par de lagrimas de dolor al sentir sus tres dedos dentro de mi virgen entrada.
-P-por favor... -Gemí desesperado por sentirlo en mi.
El con gusto me saco la bermuda, me puso en cuatro y comenzó a mamar mi entrada, con su lengua intentaba convencerme de relajarme, sentir que no había peligro, todo estaba bajo control. Debía relajarme totalmente. Estaba con él y nada podría salir mal.
-E-entra... -Volví a suplicar, era una puta ansiosa por ser tomada por su amo.
El solo sonrió y comenzó a quererse meter en mí, pero sentí el desgarre y lloraba ansioso y desesperado, no quería sentir dolor, pero ese dolor era tan real que comencé a llorar poco a poco, el dolor y el placer eran una mezcla perfecta.
Se movía lentamente, pero firme, comencé a sentir como abría todo dentro de mí, todo lo estrecho en mi cuerpo perdía su forma al tener semejante miembro endurecido metiéndose con fuerza.
Comencé a gemir como puta, me retorcía, todo me dolía y lloraba sin control, sufría, pero no me movía, solo me acople al compas y movía mis caderas con las suyas, era un ir y venir maravilloso, pero todo se derrumbo cuando mi celular comenzó a sonar tan alto que pudo romperme la fantasía.
Lo levante con susto y mire que era mi padre.
-¿D-diga? -Dije balbuceando y temblando.
-Loki ¿Donde estas? Te estoy esperando para cenar, vuelve rápido… mañana ya regresaremos temprano a la ciudad... Apúrate.
-S-si... -No termine de contestarle cuando caí en la realidad, estaba masturbándome en la playa y había eyaculado mientras mi padre me regañaba. Que vergüenza.
Volví todo lleno de arena, y mis "hermanitos" se rieron de mi, dijeron que me había caído, pero yo solo dije la verdad, estaba acostado en la arena y me dormí un rato. No había que darles más explicaciones.
Ya cuando íbamos a salir, camine por unas tiendas y compre varias cosas, llaveros, playeras, cuanta tontera se me puso enfrente, a lo mejor algo le gustaría a Thor y yo con gusto se lo regalare. Espero le dé gusto verme de nuevo allá en su iglesia.
El viaje de regreso me pareció eterno, igual que toda la semana que pase encerrado allá. Pero cuando me dejaron en casa, deje mis maletas, me bañe y salí para ir a saludar a Thor, estaba justo como lo deje, vestido con su sotana negra y atendiendo ancianas.
Lo salude y me atreví a decirle abiertamente que lo había extrañado, ya no quería secretos, quería las cartas sobre la mesa y espero lo mismo de parte de él. Note su sonrisa amable, cálida, me hizo sentir tan amado, yo igualmente le sonreí, la sonrisa de un joven que lo amaba y deseaba su compañía mas que nada en el mundo.
Debía planear una estrategia y así convencerlo de ser más que ser amigos.