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Entre Sombras por Vegeta II

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Capítulo 4

 

‘’ Amistad  ’’

 

 

 La confusión y la mala impresión taladraban en la cabeza de Neville. Desde aquel día, el cual pasó hace varios meses. No logró entender el porqué de la actitud del medimago, este le había preguntado: ‘’ ¿Para quién trabajaba?’’  ‘’ ¿Para qué diario?’’ ¿Acaso pensaba que él era una especie de espía? Sin duda estaba muy equivocado y mal interpretado, quería aclararlo todo, pero tenía miedo, mucho miedo. No quería arriesgarse y acercarse para que el otro lo atacara y se desquitara con él.

 

Al menos había conocido una faceta que jamás, desde que lo conocía, pudo ver. Fue algo sorprendente ya que estaba acostumbrado a ver al tipo tranquilo y pacífico de siempre y luego ver aquellos ojos llenos de ira y rencor, le sorprendió mucho. Esa persona si sabía cómo intimidar y transmitir temor si se lo proponía, un verdadero matón sin duda.

 

La intención de Neville nunca fue la de provocar aquel mal entendido entre ellos dos, eso nunca, no sabía cómo se le había escapado de las manos aquello y quería solucionarlo pronto, no quería que Theodore Nott lo odiara por algo que no era cierto. Tenía entendido que no sería simple aclarar las cosas en ese momento. Lo iba a hacer, tenía que hablar nuevamente con Theodore y disculparse. Aunque esto le costara una imperdonable por parte del medimago.

 

Antes que eso tenía que aclarar otras cosas, primero hablaría con McGonagall y obtendría las respuestas que le carcomían el cerebro.

 

 

Theodore Nott  se encontraba sumergido en  sus pensamientos, parado junto a la ventana, mirando nada en especial. Pensaba en lo que había pasado con ese profesor de herbología que lo había estado persiguiendo. No lo volvió a ver desde aquel día, tal vez ya terminó de recolectar toda la información que necesitaba y ya se había marchado, eso suponía él.

Estaba enojado, tanto que de sus poros emanaba un fuego chispeante que quemaría todo a su paso. ¿Cómo se atrevía ese Longbottom a irrumpir su intimidad de esa manera? ¡…l no iba a ser noticia de nadie!

 

McGonagall tenía la culpa de todo esto, ella le prometió que durante su estancia en ese lugar nadie trataría      entrevistarlo, como lo hicieron con Malfoy. No quería que le preguntaran nada referido a… Ese día. No quería recordarlo, ni siquiera pensar en eso, por lo que había tenido que pasar. Nunca.

 

Ah, y si volvía a encontrarse con ese Longbottom — que era lo menos probable — esta vez no duraría en partirle la cara.

 

 

— Primero hablar con McGonagall y luego tratar de razonar con Nott,  claro, si lo encuentro y no me mata antes… — Neville caminaba con total parsimonia por los pasillos del castillo, aunque sin darse cuenta ya se encontraba en frente de la puerta del despacho de la directora.  Era el momento, tenía que entrar ahora o nunca. — Es hora…— Pero cuando estaba a punto de tocar la puerta, unos pasos acerarse le llamó más la atención. Y ¿A qué no se imaginan a quien tenía enfrente el pobre Neville? Si señores, Theodore Nott estaba ahí parado a escasos centímetros de Nev.

 

— ¿Qué haces tú aquí? — Preguntaron al unísono.

 

—Responde Longbottom — El aludido no respondió, sino que se quedó más tieso que una piedra, observándolo, y si, ya se había puesto muy nervioso. — Bien, si no tienes una razón justa, mejor apártate que quiero pasar. — Dijo Theo, de una manera amenazante.

 

— ¿Qué? ¡No! Yo llegué primero — Neville reaccionó de golpe, agarrando el picaporte antes de que el otro lo hiciera, pero antes de que pudiera empujar la puerta y entrar fue apartado fuertemente.

 

— De ninguna manera, tú solo estabas ahí parado con cara de bobo. — Nott  estaba a punto de abrir la puerta, pero fue empujado por parte de Neville.

 

— ¡Tú eres el bobo! — Insultó Neville. Y la pelea comenzó, empujones por aquí, empujones por allá, uno que otro insulto y más riñas. Una competencia en el cual consistía en que: el que lograba abrir la puerta primero gana. Estos dos estaban tan concentrados en su pelea que no se dieron cuenta de que la puerta frente a ellos se había abierto, un último empujón hizo que los dos magos cayeran al suelo, aunque esto no impidió que continuaran peleando. Neville tenía a Theodore agarrado del cuello, mientras que este trataba de zafarse del agarre del profesor. Un hechizo lanzado por una mujer mayor lo hizo separarse, terminando con aquella pelea infantil.

 

— ¿SE PUEDE SABER POR QU… ESTÁN PELEANDO? — Les regañó McGonagall, con una cara de total enfado. El tono que utilizó la mujer logro hacer reaccionar a los dos provocándoles un estremecimiento en  la espalda.

 

— ¡Nott empezó todo! — Se apresuró en acusar Neville. Theo solo bufó, pero por dentro solo podía reírse ante la actitud infantil de su rival, obviamente no lo demostraba.

 

— Y ¿Qué me tiene que decir señor Nott? — Indagó McGonagall, a lo que Theodore no supo que decir.

 

—  Nada, Longbottom me provocó… — Dijo, observando a Neville y esperando una reacción de las suyas, a lo que no esperó mucho porque inmediatamente Neville se quejó:

 

— ¡Pero que mentiroso! — En ese momento Theo solo podía sonreír mentalmente, pues le hacía mucha gracia ese momento, su némesis era en verdad un niño chiquito. Se veía tan tierno con ese puchero en la boca y sus cejas fruncidas que… ¡Ejem! Cambiemos de tema.

 

— Bueno, será mejor que nos calmemos — Dijo la directora, les indicó que se pararan y tomaran asiento a lo que ellos hicieron sin problemas, claramente a una distancia considerables de los cuellos de uno del otro. — No tienen que decirme nada, se porque están aquí…

 

— ¿Ah sí? — Preguntó Neville

 

— Sí, señor Longbottom — Respondió la mujer mayor.

 

— Bueno, y según usted ‘’ ¿Qué venimos a hacer aquí? ’’ —  Desafió Theo con tono sarcástico.

 

— Respuestas — Respondió simplemente McGonagall — Pero yo no seré la que se las dé…

 

— ¿Por qué? — Preguntó Neville, algo triste por no recibir lo que quería…

 

— Ahora pueden irse — Más que un pedido, fue una orden, pero antes de que estos dos se retiraran McGonagall volvió a hablar.  Pero en sus ojos ya no se notaba la misma mirada de siempre, si no que era otra que hizo que los dos magos se preocuparan. — Sin embargo, no voy a dejar que se vallan así como si nada.. Están castigados…

 

— ¡¿Qué?! — Se quejaron los dos al mismo tiempo.

 

— Pe… Pero… — Tartamudeaba Neville, eso era cosa de no creerlo ¿Castigados? ¡Pero si no eran alumnos como para que les castigaran!

 

— ¡No somos unos niños! — Se quejó Theo.

 

— Estaban peleando en frente mío, tal vez así, castigándolos, puedan madurar un poco y hacerse responsable de sus actitudes — Tanto Neville como Theodore la miraban con los ojos desorbitados, esa anciana estaba loca ¿o qué? — Los quiero a los dos, aquí, esta noche después de la cena. Pueden irse ahora — Y los dos sin poner queja alguna, salieron tranquilos y en silencio, sin mirarse y sin hablarse.

 

La tarde había transcurrido más rápido de lo que neville estaba acostumbrado, la cena estaba siendo un tanto molesta, Draco no paraba de reírse en su cara, y Harry, bueno, el solo trataba de hacer callar al rubio por las buenas y consolar a Neville de alguna forma. Todo el personal de Hogwarts se había enterado de su castigo, y ni hablar delos alumnos, uno que otro no despegaba la vista hacía Neville y reírse por lo bajo, ¿Dónde se ha visto a un hombre adulto ser castigado? Y eso no era lo peor ¡…l era un profesor! Qué vergüenza más grande…

Al finalizar la cena y ver como todos se retiraban a sus aposentos (¿?)  Neville tomaba su camino de regreso al despacho de McGonagall, pero no contó que esta vez fuera acompañado por nadie, en una esquina lo estaba ‘’esperando’’ cierto medimago.

 

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó Neville, a los que el otro solo pudo mirarlo con una ceja enarcada.

 

— Te esperaba. — Dijo al fin, Neville no pudo evitar abrir los ojos asombrado ¿Por qué lo esperaba? Bueno, eso no importaba ahora, solo que tenía que pasar su castigo con él y era mejor no hacerlo enojar…

 

— Esto es increíble… — Dijo Neville en un suspiro comenzando a caminar a la par del otro. — Un hombre adulto castigado.

 

— Es tu culpa después de todo. — Neville resopló ante ese comentario, los dos tenían la culpa en cierto modo.

 

Llegaron al despacho donde ese mismo día se había desatado una riña, con el par que en ese momento entra. McGonagall los estaba esperando sentada en su escritorio. Neville no podía evitar que tipo de castigo les metiera esa mujer, que aunque esta se viera como una anciana buena, más allá de esa apariencia dulce se escondía una bruja castigadora (con buenas intenciones) y carácter firme.

 

— Pueden tomar sus herramientas de trabajo… — Les señaló unas cubetas, escobas y trapos — Van a limpiar algunas aulas, más les vale que para el día siguiente estén listas y limpias o no duraré en repetir el castigo…

 

Y como buenos niños que eran, tomaron las cubetas y demás para salir de ahí. Claro que McGonaball los acompañó a sus áreas de trabajo, en total eran tres salones los que tenían que limpiar.

Había pasado varios minutos y ninguno de los dos se dirigía la palabra, solo algunas que otras miradas traviesas por parte de Theo. Cada uno estaba sumergido en lo suyo, solo era el silencio de la noche y ellos. Hasta que un estruendoso ruido sacó se sus cavilaciones a Theo.

 

— ¡¿Qué demonios?! — Se quejó Theodore sobresaltado. Al parecer Neville había tirado accidentalmente una caja llena de… ¿Eran vasos? O lo que haya sido.

 

— Fue… Un accidente… — Se disculpó Neville muy apenado.

 

— Cuando no, tú… — Le reprochó Theo, sin embargo no se veía del todo enfadado, solo que de vez en cuando le frustraba la torpeza del profesor. — Longbottom, ¿Nunca vas a dejar de ser tan torpe, verdad?

 

—  Lo… Lo lamento… — Se volvió a disculpar Neville. Recogiendo los trozos de cristales con cuidado, para no cortarse.

 

— Deja que te ayude. — Theo se acercó para ayudarlo, pero cuando colocó su mano en el suelo tuvo la mala suerte de cortarse con un fragmento del cristal. — Auch, me corté. — Se quejó Theo, de su mano chorreaba un poco de sangre, no era mucho pero si lo suficiente para la impresión de Neville.

 

— ¡Estás sangrando! — Anunció Neville de una manera exageradamente preocupante.

 

— Descuida, no es nada… — Dijo Theo parándose y caminando a la salida. — Voy a buscar unas gasas y a curarme la herida.

 

— ¡Espérame! — Dijo Neville corriendo a su lado, caminando junto a él.

 

— No sé porque te preocupas tanto, soy medimago y ésta herida no es nada a comparación de otras… — Llegaron a la enfermería y ahí Theo se acercó a un armario, donde había una caja de primeros auxilios que siempre estaba preparada.

Primero se quitó el pequeño cristal que estaba incrustado en la palma de su mano, desinfectó la herida  para después envolverla en una gasa. Neville se quedó sorprendido como el medimago se controlaba y se cuidaba prácticamente solo, en cambio si hubiera sido el habría salido corriendo en círculos sin hacer nada.

 

— Increíble… — Dijo asombrado Neville.

 

— Exagerado… — Theo estaba sentado en una silla mientras se acomodaba sus vendajes.

 

— No exagero, es cierto, yo no podría ni siquiera saber qué hacer en esos momentos… En cambio tú, simplemente te vales por ti mismo. — Le dijo Neville acercándose y sentándose en una de las camas de en frente.

 

 — Es obvio, Estuve en Azkavan. — Neville se sorprendió ante aquella revelación — Pero eso tú ya lo sabes…

 

— ¡Claro que no! Yo no… Sé nada de ti — Confesó Neville, a lo que Theodore se sorprendió, eso quería decir que él profesor no era quien él creía que era.

 

— Bueno, ahora ya lo sabes.

 

— ¿Y por qué? Digo… ¿Por qué estuviste en Azkavan?  — Preguntó Neville, obviamente no iba a esperar que le respondiera, era decisión de él, sin embargo y algo reticente. Theo comenzó:

 

— Yo… Fui parte del lado oscuro, es decir, fui un mortifago… — Dijo, este esperaba alguna reacción de terror o sorpresa, ante lo que había dicho. Pero lo que vio en los ojos de Neville fue otra cosa, era como si él… Lo entendiera y eso lo hizo sentirse más seguro.

 

— Y ¿Por eso te ocultas en las sombras? — Esta fue una pregunta un poco más personal de lo que se estaban dando, pero era necesaria para Neville, para tratar de entender un poco más el comportamiento de su némesis.

 

— Supongo que, toda mi vida fue así, pasar desapercibido por todos lados para que nadie me note. — Fue una respuesta sincera, y por una vez en la vida. Theodore se sintió cómodo al lado del profesor, se sentía agradable hablar con él y este parecía entenderlo, era algo así como los muggles llamaban psicólogo.

 

— Pues, no estás solo me tienes a mí, yo puedo ser tu amigo. — Le decía Neville acercándose hasta él y extendiéndole la mano. — ¿Amigos? —Theodore se sorprendió ante la invitación del profesor y con reticencia estrechó su mano. Un amigo, no lo podía creer que aquella persona, a la que hace meses había tratado mal y que en ese mismo día hayan tenido una pelea, le ofrezca su amistad Y es más, que el aceptara.

Pero se sentía feliz, ya no estaba tan solo como antes.

Notas finales:

Lamentamos haber tardado tanto pero es que, Lin estuvo muy ocupada y yo, como ella no escribía yo tampoco lo hacía. 

Ok, espero que les guste este capítulo, que no es tan largo, sin embargo, disfrutenlo mucho. 

Ya pronto las cosas se van a poner más hard (???)


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