Capítulo 5: Milagro de salvación
>>Minutos eternos me molestaban en el trayecto, hasta que por fin se coló una tenue luz rojiza por la salida que tenía enfrente, creí que me sorprendería pero fue lo contrario el bosque era el mismo que había dejado unos minutos atrás, solo poseían un extraño azul helado y rojos vino sangre. Bien estaba ya del otro lado de la cascada pero no tenía ni la más minia idea de a dónde ir.
Comencé a caminar por el bosque, atento a cualquier cosa que ocurriera, el viento comenzó a soplar moviendo las copas de los árboles que me rodeaban junto al cielo teñido de negro y una luna roja sobre todo, ¿Dónde estaba Sanji? Deteste en verdad haber actuado sin pensarlo, me seguí derecho o eso intente hasta que en media hora estaba fuera del bosque, una ciudad sombría aún más que Underworld estaba a un par de kilómetros.
-Yohohohoho –Me exalte un poco al escuchar su risa tan repentinamente, deseaba cortarlo por la mitad pero me enfocaría en Sanji.
-¿Qué haces aquí Zoro? Es algo extraño… -Ladeo su cabeza frente a mí, seguí con mi misma expresión en el rostro él podía darme las respuestas que quisiera o al menos me ayudaría un poco.
-Ya vez pasaba por aquí. Necesito tu ayuda ¿Dónde está Sanji? –
-¿Tú le seguiste hasta aquí? ¿Por qué? –
-Solo quiero que me digas… –Me interrumpió haciéndome nuevamente una pregunta.
-¿Por qué? –Decidí responderle parecía empeñado en saber la respuesta.
-Es el destino, debo ayudar al cejillas, porque así me lo dice mi corazón tsk –Me moleste al decir aquello porque era la verdad, Brook se acercó a mi quedando a escasos centímetros de distancia.
-Bien, te ayudaré pero antes necesito que vengas conmigo para contarte un poco más y de en donde estas, es algo curioso… -Comenzó a caminar rumbo a la ciudad; el lugar no distaba de lo normal en muchas cosas era como Underworld, de un ambiente color rojizo escarlata y oscuro, nadie parecía percatarse de que era yo ajeno a todos ellos y de este extraño lugar que según yo era el inframundo. Caminamos por las calles entre las personas que transitaban, aquí si había personas por las calles sin temer salir de sus casas, una ciudad con más vida que de la que venía. A un par de cuadras dimos vuelta a la derecha y justo allí estaba una casa muy elegante, la mayoría de las viviendas eran de madera pero esta destacaba por ser totalmente victoriana, llena de detalles mínimos y místicos.
-Esta es mi casa, y él te está listo, ven siéntate – Cerro la puerta y me ofreció asiento en la mesa rustica color chocolate.
-Que sea rápido no quiero perder el tiempo tomando él te, necesito encontrar a Sanji –
-no perderás el tiempo, ¿Quieres saber lo que ocurrió con Sanji?- Esas palabras lograron captar mi atención, le mire atento esperando que prosiguiera con lo que me diría.
-Eso tendrás que averiguarlo por ti mismo yohohoho – Me sentí enojado así que estaba ya levantado de la silla para largarme más su mano me detuvo, su voz era seria y me hizo regresar a mi lugar.
-No te contare sobre lo que le ocurrió pero si puedo contarte sobre el Dark knight. Su historia ya data desde hace muchísimo tiempo, desde la creación de aquella ciudad llamada Underworld, el Dark Knight nunca ha sido una sola persona, el primero gano ese título gracias a Kumi uno de los seres más detestados incluso aquí en el inframundo; Kumi es maldad pura alguien que no le interesa nada más que si mismo, él le lanzo un maleficio haciéndole obedecer sus órdenes cuando quisiera, jamás podría liberarse de aquella maldición, sin embargo fue enviado para detener el surgimiento de Underworld, esa ciudad no podía existir, ese lugar tenía que estar oculto, una puerta oculta que conducía hacia ambos lugares, el mundo humano y el inframundo. La muerte del caballero fue unos días después de que Underworld nació como ciudad, eso no se pudo evitar. Cuando un caballero oscuro muere su maldición cae sobre uno de sus descendientes; la prioridad del caballero oscuro siempre serán los deseos de Kumi, mantener el sobre nombre de la ciudad del mal presagio, por eso nadie viene allí porque tiene miedo a lo desconocido, sobre las extrañas cosas que pasan y son contadas. Antes de Sanji el caballero fue su padre Zeff, atendía uno de los mejores restaurantes del mundo, no quiso hacerse cargo de su título como caballero, aun así la ciudad siguió teniendo esa reputación hasta que un día Zeff regreso para salvar a su hijo que había sido capturado por uno de los “Shichibukais” de Kumi, Doflamingo Donquixote.
No había escapatoria o cumplía su obligación o su único hijo sufriría las consecuencias, así el gran restaurante Baratie cerro repentinamente sin aviso alguno y jamás se volvió a ver a Zeff más que la ciudad del mal presagio allí vivía con su hijo, Zeff desapareció misteriosamente cuando su hijo estaba por cumplir los 8 años.
Todo aquello es parte del pasado de Sanji, y su destino de servir a Kumi -
-¿No se supone que Kumi desapareció hace dos mil años? -
-Eso es verdad pero Doflamingo tiene su negocio, sus planes y no le conviene que Underworld cambie por eso el hace obedecer las ordenes de Kumi cuando a el le conviene. Ya que casi la mayoría de los seguidores de Kumi tienen a alguien nuevo a quien seguír apenas hace un par de años y es a quien llaman la diosa del sol, Doflamingo no se mete con ella no por ahora.- Me quede pensando en todo aquello, Sanji ¿Era su destino servir a Kumi? No entendía bien sobre aquella maldición, así que pregunte, mientras él me servia un poco de sake y tomaba aquel recipiente entre mis manos dándole un trago.
-Explícame mas sobre esa maldición-Le pedí, el me sirvió un poco mas de sake y a su taza mas te.
-Lo siento, es lo único que puedo decir, no contare cosas personales de mi amigo, tendrás que preguntarle a él - No iba a poder sacarle mas información con respecto a Sanji pero sabia que podía lograr que me contara el cejillas, bebi de un trago todo el sake, no disfrutaba de la bebida con el pendiente de Sanji.
-Te acompañaré a encontrarle, porque veo que eres sincero aun que yo no tengo ojos yohohoho. Sanji debe de estar en su casa, no nos esta permitido estar de dia en el otro lado- Me tendio con su mano una capucha negra que enseguida me puse; con su violín y comenzó a tocar una melodía. Así con aquella tonada emprendimos el viaje.
"Cruce del aroma de flores muertas
que inundan la noche....
cruce de palabras de magia negra
que alaban mi imagen"
Parecía una noche eterna mientras sentía como nos perdíamos entre las calles, en menos de 15 minutos estábamos frente a una mansión victoriana sumida en la oscuridad, una reja con detalles góticos, desde cruces y pequeños dragones, Brook poso su mano en la reja abriéndola invitándome a pasar, si esta era la casa de Sanji sí que era lujosa. Al entrar el recibidor era enorme, el músico me condujo por el pasillo derecho, la alfombra era café chocolate y a la habitación donde entrabamos se encontraba una mesa redonda de vidrio y herrería junto a 2 sillas, un sillón de tela negra con bordados grises en conjunto de algunos muebles llenos de libros antiguos y pesados.
Una clara voz se coló por el cuarto y Brook seguía tocando aquella tonada de toque oscuro y no era su voz la que cantaba sino la del dueño de esta mansión extraña.
"cruce laberintos en sueños rotos
aullando a la luna...
no tiene sentido seguir huyendo
ha llegado el fin a que seguir”
Justo allí estaba en la puerta el hombre que estaba en mi destino, a quien tenía que salvar; su rostro estaba sorprendido, su boca estaba entre abierta y la musica de Brook se había detenido, solo estaba el frente a mí.
-Sanji –
-¡Zoro idiota! ¿Qué haces aquí? –Camino hacia la mesita redonda sentándose en una de las sillas, me miraba aun preguntándose lo que pasaba.
-Te lo dije, que te ayudaría –
-No tienes que hacerlo, yo estoy perfectamente bien –Saco un cigarrillo con su mano izquierda, encendiéndolo con el encendedor que habia sacado de su bolsillo.
Me acerque a la mesa colocando mis manos sobre ella mientras le miraba de cercas seriamente.
-Aunque no quieras lo hare, porque así lo siento cejillas –Una de mis manos toco su mano, podía sentir el contacto de su piel suave y tibia, no me devolvió el gesto pero a cambio me sonrió.
-No voy a poder detenerte amigo. ¿Pero sabes a qué te enfrentas? –
-No me importa, seré el más grande espadachín que el mundo conozca, así que no tengo porque temerle a las cosas desconocidas y sea lo que sea lo enfrentare porque lo he decidió y así lo quiero. – Nuestras miradas se habían quedado prendidas una a la otra, un color más vivo que el agua y el cielo.
-Yohohoho –El momento fue interrumpido por aquella risa, en verdad que quería golpear a ese estúpido esqueleto ¡Por fin había logrado sacarle una sonrisa y el interrumpe el momento en que mi corazón comenzó a latir fuertemente!
-Estúpido esqueleto de mierda – Mas que pensar aquello se lo dije molesto, en verdad me estaba cabreando.
-Bueno, tranquilos… Si es tu decisión no puedo impedirte nada Marimo –Me mostro nuevamente una sonrisa una que no le había visto hasta estos momentos, se levantó y salió por la puerta dejándome solo con Brook, el músico a pesar de no poder realizar una expresión como alguien vivo sentí que me miraba penetrantemente como si intentara clavarme aquel extraño bastón en su mano.
-Si te atreves a hacer que aquella expresión que ha hecho por primera vez desde que lo conozco desaparezca convirtiéndose en una de decepción, me encargaré de que jamás regreses a tu mundo ni a este. –Sonreí aceptando aquellas palabras, no haría que aquella hermosa sonrisa en su rostro se esfumara sé que apenas y lo conocía pero con aquella sonrisa me había dejado entrar en su mundo.
-Siento haberme ido así, traigo unos bocadillos, no deben faltar nunca con el té - Colocó en la mesa una bandeja de plata con galletas y pastelillos diferentes, sirvió elegantemente el te en las tres tazas que habia sacado de la vitrina de madera haciéndonos la invitación de beber un poco.
-Brook, toca, quiero terminar la canción - Sanji no se sento en la silla, comenzó a caminar rumbo a la ventana que daba hacia la calle, el violín de aquel esqueleto con afro estaba sonando, música que parecía brotar de su alma junto a aquella voz perteneciente al rubio que miraba por la ventana, la canción debía terminar y su voz como siempre era solo un susurro, susurros llenos de recuerdos y sentimientos.
"será un milagro...
que cruces por aquí
después mirarme
será un milagro...
si aún estas aquí
y así salvarme"
To Be Continued...