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Placer puertas adentro por Mero-Mero-San

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Cuando era pequeño solía jugar con alguien…sus manos, sus manos era lo único que recordaba, nada más, el porqué olvido a una persona le resultaba extraño, el nunca olvidaba, pero esta vez sí olvido y le resulto muy extraño…

-Dígame General ¿Qué me quiso decir con amor perdido?-

El mayor seguía caminando ignorando al rubio que parecía bastante intrigado con sus palabras, necesitaba un buen lugar para platicar sin ser interrumpidos, pero por donde mirara había algunos cabos y sargentos, eso no era bueno ¡¿Cómo carajos iban a tener una conversación privada si había gente alrededor?

-General ¿pasa algo?- miro a la izquierda por donde miraba su superior que se había detenido, que sorpresa ver al pelirrojo disfrutar de una plática con un superior distinto, se reía, sonreía y además, lo peor de todo, dejo que ese hombre le tocara el hombro ¡Era imperdonable! Avanzo unos pasos, pero hasta allí llego, la mano de Sanji sujetaba con fuerza su muñeca, se volteo a verlo -¿Qué haces?- pregunto a lo bajo con un claro enfadado

-No lo haga- apretó con más fuerza –acéptelo, ya lo ah perdido- el pelinegro pareció confundirse -¿aun se seguirá haciendo el tonto? El ya eligió estar lejos de usted- de repente tuvo todo claro, así que el que había confundido con sus palabras al lavandero, el hizo que el pelirrojo lo evadiera y lo dejara –déjelo en paz-

Miro de nuevo a Akagami, se lo veía bien y ahora que lo pensaba, nunca lo había visto de esa manera, estaba realmente feliz frente a ese hombre, apretó sus dientes y ahora era él quien sujetaba al rubio, se lo llevaba a la fuerza sin importarle que el resto lo mirara; llegaron hasta lo que parecía, la habitación del General y de golpe el rubio fue arrojado sobre su litera

-¡Oiga! ¡¿Qué hace tan repentinamente?!- el rubio se levanto realmente molesto, pero no duro mucho, Mihawk lo empotro contra su escritorio -¿Qu-?-

-Tú lo hiciste ¿verdad?- Sanji parpadeo sin comprender –tú hiciste que el pelirrojo me odiara ¿no es así?- cierto, había sido él quien hablo sinceramente con ese hombre, le dijo lo que debía hacer por su bien, eso al parecer molestaba al mayor -¡Contesta!-

Bufo mirando hacia un costado, ignorándolo por un momento y luego lo miro de reojo –si, fui yo- sus ojos estaban completamente fríos, era una mirada que nunca antes había mostrado –era lo mejor ¿usted sabe cuánto estuvo sufriendo ese pobre hombre? Le dije que lo ignore- Mihawk se veía más molesto, apretaba más su cuerpo contra el rubio, pero a este no parecía importarle –a pesar de que le costaba, me hizo caso…- se rio a lo bajo -me hizo caso- repitió sonriente mostrándole que fue un éxito –fui amable en decirle la verdad, es difícil encontrar a alguien que te ayude ¿no lo cree?-

No podía soportar eso, ese mocoso de porquería no tenia porque decirle eso de una manera burlona, esa mierda no tenía razón por interferir.

Enfadado tomo de los brazos al rubio y lo aventó contra la pared, le dio un puñetazo en la mejilla y sin esperar mucho lo arrojo al suelo

-No tienes derecho- se sentó a horcajadas sobre su cuerpo y comenzó a tironear su camisa con la intensión clara de deshacerse de ella, los botones que estaban sujetados a la prenda salieron disparando por diversos lados

El rubio comenzó a mover las manos tratando de apartarlo, el pelinegro molesto por aquellas palmas que lo golpeaban con fuerza, lo azoto contra el suelo tres veces dejándolo embobado. Esa fue su chance para hacer lo que su enfado le dijera, lo violaría, lo violaría para que aprenda a no meterse en asuntos ajenos, que su opinión y acciones no eran, ni serán tomadas en cuenta.

El clic de su cinturón se oyó, Sanji aun con el dolor en su cabeza movió sus manos lentamente como empujones para poder detenerlo, pero lo estaba sintiendo…el cómo mordía su cuello y sus manos habilidosas bajaban lentamente su pantalón…no…él no era Zoro, no era ese chico, no era el Capitán por el cual su corazón daba vuelcos inesperados…a pesar de traicionar a quien le tomaba las manos cuando era pequeño, no podía evitar sentirse completamente feliz junto a ese bastardo, a pesar de simularlo bastante bien…con enojo, con vergüenza…lo quería y ahora más que nada, no quería que Mihawk lo manosee, que lo poseyera.

-Ayuda…ayúdame- balbuceo, estiro su mano hacia la puerta buscando una ayuda que nunca llegaría -Zoro- podía sentir el miembro del pelinegro abriéndose paso en su interior -Zoro- apretó su puño y las lagrimas se deslizaron, dolía…dolía que no fuera el Marimo.

Su invasión fue dolorosa y sus movimientos bruscos, se sentía horrible, ese hombre no podía ser más repulsivo, entraba y salía sin cuidado. La cabeza le daba giros, no podía soportar eso, su cuerpo se ah mancillado con la esencia de ese hombre que todavía no terminaba, ese castigo no terminaría…

Mihawk se quito de encima y el rubio totalmente confundido trato de incorporarse, lo que apenas veía era a una figura frente a él, sus ojos llenos de lagrimas apenas le dejaban ver, esa persona, esos movimientos eran reconocibles a sus ojos… -Zoro- susurro sin detener su llanto y aun confundido le extendió su mano, quería asegurarse de que no era un engaño, quería sentir su agradable mano

-Sanji ¿estás bien?- apretó su mano y luego, inesperadamente Sanji se aferro a él pegando un grito junto con un llanto, el peli verde lo apretó contra si, ese llanto no le agradaba, le calaba en el fondo de su pecho, dolía… -no llores- le dio unas palmadas suaves para relajarlo y pareció haber funcionado, Sanji respiraba con dificultad pero no gritaba, ni se aferraba con tanta fuerza, podía escuchar como aspiraba su liquido nasal -¿te duele?- apenas asintió y luego con su ayuda se puso de pie, le dolía su cadera y sus huesos, estaba temblando -Quiero matarlo- susurro mientas miraba al pelinegro que estaba en el suelo, le había dado un fuerte golpe con un nudillo de acero –quiero matarlo- Sanji lo abrazo y negó, no quería ver a Zoro de esa manera

-E-Estoy bien…- trago la saliva que se acumulaba en su boca –v-vísteme- así lo hizo el peli verde, le subió los interiores y el pantalón, luego abrocho el saco verde ya que la camisa se veía mal, el rubio se aferro a Zoro y sin nada más que decir, dejo que este lo cargara como una bolsa de papa, Mihawk se quedo en su habitación, solo y con una herida en su cabeza.

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-Dime Robin- Luffy masticaba una manzana que le trajo la pelinegro –me preguntaba varias veces ¿Por qué muchas veces fingiste que no me conocías? Si te conozco desde varios años- inflo sus mejillas y frunció el ceño, la morena se rio y solo acaricio su cabello, era verdad, ella lo conocía desde los 15 años, pero nadie debía saber que tenía una relación cercana con el chico ¿Por qué? La mayoría de los jóvenes allí adentro no saben nada y ella consideraba irrespetuoso que conocieran que tenía esa relación con el menor, incluso ante Zoro y Garp lo hizo, dejando a ambos confundidos

-Luffy-ya, no deberías comer…y tu- miro a la mujer –no le traigas comida a mi paciente-

-Vaya, no seas cruel- le arrojo una fruta –también te traje una para ti- el ojeroso la atrapo, pero solo la miro dudosa ¿una fruta de parte de Robin?... –no está envenenada, así que tranquilo- se levanto de en junto de Luffy y fue hasta la puerta

-¿Ya te vas Robin?-

Se volteo a verlo –si, no puedo dejar a Garp-san solo mucho tiempo, me necesita- reviso su bolsillo y saco una cajita –te envía esto, pero dice que no abuses- saludo con un ademan de mano a ambos chicos

Ansioso Luffy comenzó a quitarle el moñito a la cajita -¡Oh! ¡Chocolate!- eran mini chocolates para el pequeño, que parecía ansioso por devorarlo, pero al tomar uno entre sus dedos una morena mano se lo arrebato -¡¿Qué haces?!-

-No comas dulces, tu estomago no está bien-

-¡No te metas! ¡Estoy bien!- se movió abruptamente ganándose una puntada en la zona operada -¡¿Hasta cuando me seguirá doliendo?!-

-Si sigues moviéndote de ese modo nunca te dejara de doler- bufo mientras desviaba la cabeza hacia la ventana, el día estaba bonito, escuchaba las quejas del pequeño y lo miro de reojo, estaba hecho ovillo y claramente molesto

Quería chocolate, su abuelo se lo obsequio, pero el cirujano amargado no se lo permitía, comenzó a girar y decir cosas intangibles. Law sonrió levemente, en verdad que ese chico era un niño malcriado

Se sentó en los pies de la cama y abrió la cajita, tomo uno de los chocolates; Luffy completamente atento observo el dulce, se acerco y lo miro como si fuera lo más maravilloso, Law se lo extendió y el pelinegro abrió la boca, dando una mordida, pero el chocolate no estaba, Trafalgar lo había retirado rápidamente y se lo había metido a su boca

-¡Oye! ¡Son míos!- le aclaro bastante molesto, el ojeroso saco otro y lo mostro, esta vez Luffy sujeto su muñeca y se lo metió a la boca con dedos y todo, eso provoco un escalofrió en la espina dorsal del cirujano que observaba con fascinación como ese chico lamia sus dedos con resto de chocolate ¡¿A dónde se fue aquella inocencia que vio hace un momento?! Retiro los dedos violentamente de aquella cavidad, con un ligero sonrojo se levanto de la cama –Torao ¿Qué pasa?-

-N-Nada, voy a firmar algunas cosas- le arrojo la caja a su regazo y cruzo el umbral de la habitación, tal vez dentro de tres horas regresaría

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En el almacén de comida, Sanji no podía dejar de llorar, se sentía pésimo y más ante Zoro, ese chico en aquel momento lo estaba mirando mientras a lloraba desconsoladamente por lo sucedido ¡Maldecía a ese hombre!

-¡Es un bas-bastardo…!- golpeo con su puño el suelo –m-mi estúpido cuerpo- no paraba de temblar –esto es vergonzoso-

-Tranquilízate- la voz de Zoro apaciguaba su dolor, pero su indiferencia ante ese momento le dolía –no deberías estar así-

Era una obvia toma de pelo ¡¿Qué acaso no entiende cuanto está sufriendo?! Acababa de ser violado ¡¿Qué no lo ve?!

Tosió varias veces para poder obedecer las palabras de su superior, pero las lagrimas no podían detenerse, simplemente fue humillado, se sentía sucio, indigno, se cubrió el rostro con sus manos, no podía resistirlo, quería morirse en ese mismo momento.

Con sorpresa sintió su cuerpo envuelto en calidez, le resulto reconfortante, sintió que nadie más podría herirlo, alejo levemente sus manos y al levantar la cabeza se encontró con aquel rostro, sus ojos reflejaban preocupación y culpa, nunca lo vio de ese modo y aun así se sintió aliviado; sonrió con pena al ver como ese idiota se sentía por él, y pensar que su cabeza le decía que ese cabeza de lechuga no sentía nada por su persona en ese momento.

Verlo tan vulnerable le rompía el alma, por esa razón lo abrazo, lo trataba a su manera, consolarlo y funcionaba, su rostro completamente rojo no era lo que deseaba. Lentamente se inclino y deposito un dulce y largo beso que le decía “aquí estoy”…se sentía bien, no todo lo que pasaba entre ellos tenía que ser sexo, podía ser algo más, pensaba…

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La cabeza le ardía bastante, le ardía de tal manera que dio un codazo al aire, oyó un quejido y un ruido. Sus parpados con lentitud fueron dándole paso a la vista, estaba en su habitación, boca abajo ¿Qué le había pasado? Con un dolor agudo se sentó en su colchón

-No debería sentarse, aun esta herido-

Al mirar al piso vio al pelirrojo recostado con la mejilla roja, este con tranquilidad se puso de pie y fue hasta el escritorio, de la cual tomo una botella, empapo un trapo con agua y lo llevo a la cabeza del peli negro, el mayor se quejo por el dolor, ahora recordaba, había violado a Kuroashi y no se sentía orgulloso precisamente, sentía asco de si mismo ¿Cómo se había atrevido a tocar a alguien por quien no tenía el menor interés? Tapo su vista con su derecha ¡¿Por qué hizo algo así?! ¡Era vergonzoso!

-Llamare a un doctor- el pelirrojo miro a su superior, sabía lo que había hecho y por esa razón estaba actuando lo más distante posible, tenía que castigarlo a su manera, pero su pecho le dolía con tan solo verlo así, pero ya no más, ya no más esos ojos y ese cuerpo, ya no más de Mihawk.

Salió en busca de un doctor que atendiera a ese oscura y adolorida cabeza.

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Sonata se encontraba frente a aquel sujeto que mantenía entre sus dedos un puro

-No hay duda de que es el Señor- agacho su cabeza intimidado por los ojos de aquel hombre –averigüe durante estos días y di con que es la misma persona- dio algunos pasos dejando una carpetilla frente al hombre -¿Qué desea que haga?-

El peli verde suspiro, con solo ver aquella fotografía en la tapa de la carpeta se dio cuenta que nada sirvió –quiero que te deshagas de el-

El rubio se acomodo sus lentes –s-si, como ordene ¿Cuándo?-

-Cuando quieras, pero que él no te vea ¿de acuerdo?-

Sonata asintió y giro sobre sus talones para retirarse de aquella fría oficina, el señor siempre le causaba mucho temor y escalofríos, lo respetaba mucho ya que este lo acogió cuando era un joven perdido, pero sentía pena por su amigo. Bajo por las escaleras hasta encontrarse con la peli azul

-Sonata-san ¿ocurre algo malo? Esta pálido- la muchacha toco la mejilla del muchacho. Se sintió tranquilo, sujeto aquella mano, era pequeña y cálida -¿Sonata-san?-

-No ocurre nada Señorita Tashigi- retiro con cuidado la mano –sígame por favor- paso por paso avanzaron hasta una habitación.

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Llegada a la noche cada persona se encontraba durmiendo en sus respectivos lugares; Luffy se aferraba con fuerza a su almohada en la cama del hospital, Trafalgar se encontraba estirado en el sillón de aquella habitación.

En el cuartel Kid hacia flexiones de brazos, iba por las 100. Shanks entre quejidos dormía, al parecer no estaba teniendo un buen sueño.

Robin estaba completando un papeleo con la luz de su escritorio encendida. Mihawk con sus manos tras su cabeza no dejaba de pensar en lo que paso y en el pelirrojo, a pesar de mirar durante un buen rato el techo no podía conciliar el sueño.

Sanji se encontraba en la habitación de Zoro siendo abrazado, siendo refugiado de aquella horrible pesadilla que sufrió, por primera vez ambos compartían la cama, no para tener relaciones, simplemente para descansar.

-Zoro ¿estás despierto?- el peli verde solo dio un quejido –tengo frio-

Lo único que hizo Roronoa fue apretarlo con más fuerza contra su cuerpo, dio un ligero beso en su cabellera y suspiro, Sanji era realmente suave y cálido.

“-¡¿De qué lloras?! ¡Se un hombre!- le dio otro golpe en la cabeza, el rubio solo continuo llorando –que débil- revoloteo su cabello para que dejara de lloriquear –vamos, ya es suficiente-

-¡Eso debo decir yo!- grito el pequeño –deja de hacerlo-

-Tu haz comenzado, no soportas nada- se cruzo de brazos viendo como el chico se ponía de pie –¿ya estas mejor?-

Negó inflando las mejillas –no, ahora como castigo debes animarme- reclamo

-¿Animarte? ¿Y que se supone que haga?- el rubio levanto sus hombros dejándole en claro que eso dependía de él –está bien- guio sus manos hasta sostener las del pequeño -¿está bien esto?-

-S-Si- vio los pulgares moverse sobre el reverso de su mano como una caricia, entrecerró sus ojos –eres cálido…-”

Entreabrió sus ojos, el cuerpo de Zoro era cálido como ese recuerdo, se movió ligeramente entrelazando las piernas con las del peli verde, quería estar cerca lo más posible de él, sus ásperas manos le recordaban a la maldad de ese niño.

Un grato y oxidado recuerdo, bien, recordó la voz, era bastante varonil, pero solo eso, esas manos tan pequeñas era lo único que allí había.

Suspiro con pesadez, Zoro era lindo, luego de lo sucedido lo llevo a ducharse, incluso se baño con el acariciando cada rincón de su cuerpo con una esponja y luego vino un abrazo como el que estaba sintiendo ahora, Zoro no era cruel, todo lo contrario, era una persona realmente maravillosa con la que le divertía estar, pero no quería olvidar al niño de su infancia, no sabía porque, pero no quería.

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Garp tamborileaba sus dedos en su escritorio, Robin luego de tanto mirar dejo frente a él varios archivos, cada uno era de los superiores que tenían su mandato en aquel lugar.

-¿Qué sucede Garp-san?-

El mayor se tocaba la frente mirando la fotografía de cada uno -¿Por qué no los separaste?- Robin ligeramente sorprendida entendió, se estaba refiriendo a aquel par que desde un inicio prohibió su cercanía

-Era inevitable, ellos se sienten atraídos desde el primer momento, tú sabe la respuesta-

-Le prometí a su padre que sería un hombre, pero mira esto-

La pelinegro sonrió y se paró a su lado –no es una enfermedad, es un deseo, una necesidad, no lo juzgue por favor, ellos, en este mismo momento disfrutan de la compañía mutua ¿no es eso maravilloso? Son felices-

El canoso entrecerró sus ojos, ella tenía mucha razón; Zoro ah sido un chico fantástico, desde pequeño se ah mostrado respetable y jamás le oculto que estaba enamorado de un niño rubio, al principio lo golpeo y castigo, pero a pesar de ello el peli verde seguía firme a aquello y no tuvo más opción que aceptarlo y tratarlo normalmente, con el tiempo lo llevo bastante bien e incluso lo había olvidado y lo tomaba con gracia.

-El es como un hijo para mí y lo que más deseo es su felicidad-

-Como esperaba de su abuelo, por cierto, Law llamo, dijo que Luffy sería libre el hospital hoy a la tarde-

-Eso es una gran noticia- volvió a mirar las carpetas, comenzó a señalar algunas –y esta también-

Robin incrédula miro la fotografía -¡Pero Garp-san, ese es-!-

-Haz caso-

La mujer guardo silencio y agacho la cabeza, frunció sus labios molesta y asustada, no entendía a que venía eso después de lo que hablaron.

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-¡Buen día Torao!- Luffy se colgó del ojeroso y le beso la boca

-Estamos en un hospital- se quejo –deja de hacer eso-

El pelinegro inflo sus mejillas –Zoro me besaba ¿tu porque no?-

Esa era una pregunta bastante estúpida, era obvio el porqué, desenredo las manos del chico de su nuca y lo dejo caer al suelo, noto desde hace rato que se había recuperado notablemente, pero Luffy seguía estando allí como una excusa

-Soy distinto a Roronoa-ya ¿lo entiendes?-

-Entiendo que seas diferente- camino a su cama y se sentó –entonces ¿Cómo besas tu?-

El moreno camino hasta la cama parándose frente al menor -¿Por qué preguntas eso?- parecía molesto, Luffy miro esos ojos, eran grises y frio, pero aun así le agradaban, estiro sus brazos ante la mirada incrédula del mayor.

-Ven Torao-

Con dudas se acerco a Luffy y se inclino ligeramente permitiendo que las manos del chico se posaran en sus hombros, lo vio venir, pero no le resulto incomodo, es más, lo quiso, Luffy lo beso y él lo acepto.
Notas finales: Si, me ausente por un largo periodo en este fic, lo que sucedio es que la inspiración me traiciono, pero bueno, aquí lo tienen, espero que lo hyan disfrutado y disculpen, un beso

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