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Placer puertas adentro por Mero-Mero-San

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L-Luffy- lo llamo al separase de sus labios, pero el menor hizo presión ahora en su nuca y lo atrajo a su boca y sobre él, cayendo en la cama.

Besar al nieto de su superior no estaba en sus planes, pero admitía que no se sentía mal, apoyo sus brazos al costado de su cabeza y continuo degustando su suave lengua, su diminuto espacio, ese mocoso le pareció activo y lindo, pero era mínimo, un amor, incluso un romance era estúpido, solo era un saciar necesidades, solo eso, aunque la sensación decía otra cosa.

Luffy se sentía extraño, tenía un ligero cosquilleo por debajo de su vientre, por eso quería más presión, más de ese cosquilleo, deslizo sus manos con avidez y de improviso fue a la pelvis de Law haciendo presión

-¡¿Q-Que haces?!- corto el contacto labial al reclamarle

-El beso…- dijo a lo bajo el pelinegro que se notaba bastante agitado, eso provoco un temblor en el cuerpo del moreno que se trato de quitar de encima, pero Luffy lo rodeo con sus brazos impidiéndoselo –el beso…me gusta, es diferente al de Zoro…Torao- beso su mejilla y cerró los ojos

-¿Qué pasa contigo?-

Luffy no respondió, se había quedado dormido con una extraña sonrisa; Trafalgar se quito de encima y subió sus piernas a la cama, lo acomodo lo mejor que pudo y acaricio su cabellera, ese niño no tenía nada que ver con su vida y sus planes de cuando saliera de aquel lugar, pero en ese momento se le cruzo en la cabeza ver a Luffy salir de una casa corriendo y recibirlo con un beso, lo vio en un jardín a su lado disfrutando la brisa de verano.

-No me interesan los mocosos, tu no me interesas Luffy-ya- le dio un suave beso en los labios y salió de la habitación, no necesitaba unos delicados y nerviosos brazos, quería unos bruscos y gruesos, como los de Kid…aunque le doliera.

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Daba pasos firmes haciéndolos resonar, los novatos se hacían de costado dándole paso, ese hombre inspiraba miedo. Junto a él se encontraba Portgas que se notaba cansado, llevaba unos papeles en mano y en su cintura una pistola, no era legal llevarla en aquel lugar, pero sabían que el chico nunca sería capaz de hacer nada con ella.

-¿A dónde vamos General?- pregunto el pecoso sin interés alguno por el destino

Yuraquie continuo caminando como si estuviera yendo al lugar más importante del mundo y en parte lo era, pasaron por unos viejos sectores y se detuvo entre medio de uno de ellos.

-Vaya, esos son…- la mirada perezosa de Ace observo aquella escena como la más normal, a unos metros se podía divisar al pelirrojo besándose con un Capitán, si mal no recuerda, ese hombre fue ascendido hace poco tiempo –es el Capitán Ben Beckman-

-Malditos…- iba a gritarles y avanzar, pero las manos del pecoso lo sujetaron y lo obligaron a retroceder lejos de aquel lugar, sin cuidado el pelinegro arrojo a su superior al suelo -¡¿qué crees que haces?!-

-No interfiera- le aclaro, eso no perturbo a Mihawk, lo que realmente le impacto fue la mirada de ese chico, estaba oscura, sin ningún brillo, ese muchacho que era bueno y divertido ¿Dónde estaba? –Ellos son felices ¿Por qué quiere intervenir? No lo entiendo- gracias a sus errores, Ace quería hacer lo correcto.

Se limpio la tierra del pantalón y sin contestar avanzo pasando junto al chico, Portgas se volteo y volvió a seguir sus pasos, no era que le importara la felicidad de Shanks, solo quería realizar “buenas acciones” para eliminar la culpa que lo carcomía.

-Dígame Comandante- el nombrado solo lo miro -¿Qué pasa con usted? Ah cambiado mucho de carácter ¿Acaso se entero de algo que hice?- el menor no respondió -¿o es algo que usted hizo?- su cuerpo se tenso, temía que ese barbudo supiera algo -¿di en algún blanco?-

-No- se mostro inmutable –por favor deje de decir estupideces, al parecer el que cambio fue usted ¿Qué pasa?- sonrió -¿puede ser que no haya tenido el suficiente sexo? ¿El pene le duele? ¿O es que acaso ya no se le levanta?- pregunto fingiendo asombro.

No podía creer lo que oía, era obvio que debía castigarlo, pero ¿Cómo? ¿Cómo a Sanji? Quien debido al malestar que le provoco esta en reposo hasta ahora, claramente siendo cuidado, secretamente por el Capitán, como los envidiaba. Se pregunto, si el pelirrojo enfermara ¿el lo cuidaría? Sin darse cuenta Portgas lo dejo allí parado, ensimismado en sus pensamientos.

-Ace- el pecoso miro hacia el frente, su amigo Zoro estaba frente a él -¿Qué pasa contigo? ¿Dónde estabas?-

Mierda, tenia al capitán que beso a Luffy frente a sus ojos, en una parte quería matarlo y enterrarlo en un pozo donde nadie lo encontraría, pero a la vez lo quería y sentía culpa por haberle hecho daño a Luffy, quien era querido por el peli verde. Lo había evitado en reiteradas veces, pero ahora le era completamente imposible.

-Hola Zoro, estaba ocupado con papeleos- se rio -¿qué quieres decir con que pasa conmigo? Estoy bien, soy el de siempre- sus expresiones eran falsas y claramente fueron detectadas por su compañero.

Recibió una palmada en su hombro –no sé qué paso, pero no te esfuerces, cuídate- Zoro paso de largo dejándolo impactado.

¿Ahora que debía hacer? Temía contar lo que hizo, su mente aun estaba borrosa, aunque se afirmaba que había sido él quien había dañado al pequeño Luffy.

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Luego de que el pelinegro se despertara no tardo mucho en reclamar a su doctor favorito, primero charlaron y luego se fueron acercando lenta y disimuladamente.

Sus ásperas manos se pasaban por su delgada espalda, diferentes gemidos salían de aquellos labios que estaban fascinados por la sensación que recibía, hace 20 minutos debían haber salido, pero se detuvieron cerca de la puerta en la parte interna de la habitación.

-Dime Torao- se abrazaba con fuerza a la espalda del moreno quien ahora mordía su cuello -¿no es algo tarde? Nos esperan en el Cuartel- entrecerró sus ojos, el ojeroso no parecía detenerse –si sigues así, terminaremos haciendo algo pervertido-

-Eso te gustaría ¿verdad?-

El pelinegro se sonrojo -¡Claro que no! ¡¿Qué planeas hacerme?! ¡Pervertido!- Law suspiro y se separo de su cuerpo, dejo que el menor se acomodara la ropa –Torao, no te enojes-

-No me enojo, pero esto es extraño-

-¿Que quieres decir?-

El mayor se rasco el cuello, no tenía ni idea como explicar el porqué le agradaba besarlo o lo cómodo que se sentía acariciarlo, no creía en el amor, pero si en el sexo.

No poda explicar algo que no sabía, dio un paso acercándose al chico, lo beso con devoción, Luffy lo recibió gustoso, noto algo de desesperación en el cirujano, pero no le importaba, mientras pudiera ser besado por esos labios todo estaría bien, se aferro a su cuello y dejo que este lo acorralara contra la puerta, quería más saliva, más calor, más contacto.

Una de sus manos descendió por la espalda hasta el pantalón donde metió habilidosamente la traviesa extremidad, apretando con fuerza el bóxer que cubría une de sus nalgas

-¿Qué haces?- pregunto alejándose levemente el ojeroso, ni se había sobresaltado, todo lo contrario lo deseo y le gusto, sonrió de lado al sentir la palma del menor moviéndose circularmente –eres un travieso- le susurro en la oreja para luego morder el lóbulo -¿quieres hacerlo?-

Se sonrojo estando completamente serio, la idea no le disgustaba, pero no podía evitar temer, ansiaba que lo tocaran, que lo besaran, pero ¿sexo? Nunca antes se había metido con un hombre de ese modo ¿dolería? ¿Cómo se sentiría? De solo imaginarse a si mismo rojo, gritando y sudoroso lo excito, quería que un hombre como Trafalgar le hiciera realidad sus más sucias y húmedas fantasías.

Una enfermera abrió la puerta repentinamente empujando al menor hacia Law, quien lo apretó con fuerza -¡Lo siento!- se habían golpeado frente con nariz -¿están bien?- ambos jóvenes solo asintieron –Trafalgar-san, Luffy-kun, están tardando- sonrió y abrió la puerta por completo -vamos-.

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Abrió sus parpados al escuchar un extraño ruido, al mirar hacia el costado vio a Roronoa que se estaba quitando los pantalones, quedándose casi desnudo, dio un salto alterado cayendo de la cama.

-¿Qué estás haciendo Cejas de sushi?- Zoro se había detenido al verlo caer, rodeo la cama hasta estar frente a él y extenderle la mano -¿ya te sientes mejor hoy?-

El rubio se tapo la cara, le causaba vergüenza ver en bóxer al Capitán, el peli verde se percato de ello y tomo una toalla (que estaba por usar luego del baño)- de la silla y la ato a su cintura.

-Oye- quito las manos de su delgado rostro –ya puedes mirarme- sujeto sus pequeñas manos, el rubio tenía los ojos fuertemente apretados –tengo una toalla puesta-

Lo último lo alivio y con lentitud los fue abriendo, encontrándose con el torso desnudo de su superior –lo…lo siento- Zoro suspiro, el cocinero no iba a recuperarse tan pronto de la violación.

-Tranquilo- el rubio se sentó en la cama sin dejar de observar a su superior.

El Marimo se estaba comportando de una manera demasiado dulce, era tan extraño, pero le gustaba, le hacía sentir que realmente lo quería, sonrió ligeramente dejándose seducir por las caricias al reverso de sus manos. Zoro no lo dañaría, ni siquiera la primera vez lo había hecho…

-Zoro- el peli verde lo miro, oír su nombre salir de aquellos labios era un deleite -¿por qué me cuidas?- la pregunta que tenia alojada en la boca desde hace tiempo salió de una patada, la cara del superior era indescifrable –si quieres no respondas- el Capitán estaba pensativo, no tenía muy claro la respuesta.

-No es nada, solo me molesta que mi perra haya pasado por esto-

Sanji aparto sus manos de las contrarias, aquello había dolido mucho, pero no había porque sentirse así, sabía cómo era el asunto, miro hacia un costado tratando de no mostrarse afectado, pero no podía, un ardor estaba en su pecho y sin darse cuenta ya estaba derramando lágrimas.

-¿Sanji?- apoyo su mano en la mejilla del nombrado, este se dio cuenta de su estupidez y alejo su rostro -¿Qué tienes?-

-Déjame, no me toques- la palma del mayor le ardía mucho –me duele- se refería a su corazón, pero Zoro pensaba que era por lo sucedido hace días –duele mucho-

El peli verde se alejo tratando de no dañarlo más de lo que estaba, miro ese torso desnudo, quería acariciarlo y mimarlo, pero no debía, no quería traicionar a su amor de la infancia, ese chico lo seria todo hasta ahora. Esas lagrimas, esos fuertes suspirares le fueron más que su lealtad, se arrojo sobre el rubio acorralándolo contra la cama en un abrazo desesperado, quería que pare, que ya no esté así.

-Me agrada verte enojar, que estés molesto, que cocines- beso su oreja y arrojo su aliento –Sanji, me agradas-

La cara del rubio se enrojeció levemente y sus lagrimas se deslizaron con menos rapidez, es fue hermoso y reconfortante, quería estar así con él, su frio pecho comenzó a llenarse de calor, pecho con pecho, era un peligro, era posible que ardieran.

-Gracias Capitán- susurro mientras pasaba sus manos por su espalda, hundió la carne con la punta de sus dedos con la necesidad de que no lo soltara -Zoro- llamo suplicante, necesitaba una prueba de que lo que dijo era un engaño, quería aunque sea que le mintiera, quería tener esperanza –no me dejes-

Zoro levanto su rostro y lo miro, el cocinero estaba sufriendo, pero no por la violación, pudo ver que sus ojos reflejaban temor, lo acaricio a la altura de la sien y lo beso en la frente, no quería esos ojos, quería esa mirada desafiante burlona, quería que fuera Sanji.

De beso a beso susurraba palabras –cocina- lo volvió a besar -sonríe- de nuevo otro beso -me gustas- tantos besos se volvieron uno en su boca, Sanji se removió para estar perfectamente contra ese buen cuerpo ¿había oído bien? ¿Le gustaba al Capitán? Se emociono de solo creerle, aflojo su cuerpo y dejo que el peli verde lo toqueteara, gimió al sentir dos dedos pellizcando sus tetilla; se separo al oírlo de esa manera, era lindo -¿estás bien?-

-S-Si- sus manos estaban temblando, aun temía el contacto ajeno –estoy bien-

Se enterneció por su valentía –no te esfuerces- beso su mejilla y rodeo su cuerpo con sus brazos –debes descansar y mejorar- el rubio asintió sin reclamar más atención –buen chico- le dio el ultimo y largo beso, cuando se quito de encima lo arropo y le acaricio la cabeza, tomo un montón de ropa y salió por la puerta.

Ambos desde sus lugares, sonreían como enamorados.

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-¡Abuelo!- Luffy abrazo fuertemente al mayor al llegar al cuartel -¡¿Cómo has estado?!-

-Eso es lo que debería preguntarte yo- lo apretaba con tanta fuerza que los ojos del chico estaban sobresaliendo de su lugar –mi lindo nieto-

-Capitán General, yo eh realizado mi deber con Luffy-ya- Garp no parecía estar oyendo, se encontraba centrado en seguir abrazando al chico –así que ya no es necesario estar con él- podía sentir la sangre que se deslizaba con fuerza por su cuerpo –por lo que aquí me despido y regreso a mi deber- dejo la postura firme y bajo el brazo, se dio la vuelta y comenzó a caminar. Era extraño, se sentía malditamente diferente, no era como lo esperaba, dejo a Luffy, listo, pero ¿por qué no podía levantar la cabeza en alto?

Su muñeca fue sujetada y jalada hacia un costado, al mirar a la persona su pecho se encogió –Trafalgar, paso tiempo- Kid sonreía como siempre lo hacía y esta vez no provocaba un choque de placer, solo un simple encogimiento y curiosidad -¿Qué te pasa? No pareces feliz de verme-

-¿Debería estarlo?- se suelta de la mano ajena -¿Cómo ah estado usted? ¿Ya ascendió?-

Eso solo provoco un tic en su superior, como odiaba y fascinaba que Law se burlara de él, pero ahora había un tema más importante

-No, no ascendí- palmo su hombro tres veces –es divertido volver a tenerte a mi lado de nuevo, espero poder verte a la noche-

El ojeroso estaba confundido –emm ¿no planea hacerme nada ahora?-

-Por desgracia estoy muy ocupado ahora, así que debo irme, pero antes...- lo sujeto de la nuca y le planto un largo y húmedo beso, Law no se negó a aquello, tenia curiosidad por lo que iba a sentir, sintió calor, un cosquilleo, pero no aquella suavidad; las manos del pelirrojo se fueron hacia sus nalgas, las cuales fueron apretadas, Trafalgar se sobresalto, pero le gustaba eso, le gustaba sentir que era un objeto que se desecharía.

-¡¿Qué crees que le haces a Torao?!- Kid se separo del moreno de un golpe, el ojeroso sorprendido vio como su compañero caía y él de cómo no cayó por que fue soltado, luego observo hacia la izquierda, era el rostro de Luffy, estaba enojado y más que nada lucia triste -¡Torao!- el mayor retrocedió un paso sin comprender -¡¿Por qué?!- las manos del menor se aferraron a su saco -¡Pensé que tu y yo-!- el pelinegro estaba a punto de llorar –realmente pensé que nosotros…teníamos algo-

Law ni siquiera se movió, jamás había pensado en tener algo con ese niño porque solo se besaron dos veces, bueno…la verdad era que lo toco y se lo hubiera hecho, pero…ese chico no era para él.

-Yo pensaba…que sería como en los cuentos-

No comprendía el porqué de esas lagrimas ¿acaso sentía algo por él? No entendía a ese chico ¿o el asunto era que él fue el primero que le hizo esas clases de cosas? Primer beso, toqueteos…Luffy sin duda alguna entonces era primerizo.

-¡Eres un idiota!- le metió un empujón y se fue corriendo como una niña, Law iba a seguirlo pero no lo hizo, se quedo viendo a ese chico partir como un llorón, no tenia sentimientos por el así que no debía interesarle verle llorar de amor o lo que sea.

Observo a Kid quien se levantaba del suelo y decidió que era mejor irse y no involucrarse con ninguno de los dos, se fue por el pasillo donde se encontraba su habitación, se iba a encerrar por un buen rato y tal vez no salga en un par de horas para poder relajar su mente, su cuerpo, sus emociones…

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Robin sellaba como teniente los papeleos de los que se irían de viaje en combate, Eustass Kid, Marco, Monkey D. Garp, Portgas D. Ace, Yuraquie Mihawk, Ben Beckman, entre otros.

Observo una hoja en especial, tener que sellar esa era lo peor que haría, pero no tenia opción, ella debía obedecer –lo siento- apoyo la hoja en el escritorio y la sello, quería echarse a llorar, no le parecía justo que ahora lo enviaran lejos, ella también debía hacer el viaje, pero no le daba importancia a su propia vida, la que realmente importaba era la de los demás, se llevaba tan bien con esas personas que pensar que podrían morir en medio de la batalla y no verlos más era realmente doloroso.

Tomo el papeleo y lo metió en un sobre marrón, con el sello cerró definitivamente aquel papel, suspiro y lo metió en el cajón, se lo entregaría al General cuando este más relajada; apoyo sus codos en la mesa mientras tapaba su rostro y pensó…pensó en anular uno de los viajes, eso sería una salvación y oportunidad, pero no sería justo para aquellos que si tienen que viajar y sacrificar sus vidas por el país.

-No puedo anularlo- se molesto y le metió un manotazo a la lámpara que la iluminaba, no quería ser la mala de la historia sellando como apropiado aquellos con experiencia, aquellos capaces después de tantos años allí adentro, se sintió de lo peor y lo mejor era que no podría quejarse con nadie porque todo estaba decidido –Viaje hacia la batalla para Roronoa Zoro…-
Notas finales: Feliz navidad atrasada, si, eh tardado en actualizar y no tengo excusa, solo vague, aqui les dejo el capi que me costo muuuucho escribir, espero que lo hayan disfrutado, un beso enorme

Por cierto, La casa de atras fue actualizado hace un par de semanas, lo digo por si alguien no lo leyo :3

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