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Los dueños de mi corazón. por niky-cham

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Notas del capitulo:

Listo, este un capitulo un poquito mas largo, por que es muy intenso, con mucho drama, arto avance, lo digo siempre pero es por que es verda, falta poquito, ya debemos estar atentos >.< unos 3 o 4 capitulos mas :)

Capitulo 18: Por favor perdóname, Noticia de familia.

Se encontraba en la misma posición hace más de una hora, hecho un ovillo entre las mantas de su gigantesca y solitaria cama, hace media hora había dejado de llorar y hace unos veinte minutos un molesto dolor había vuelto a alojarse en su bajo vientre.

Fuertes oleadas recorrían su cuerpo, sentía la temperatura elevada, y su habitación había comenzado a dar vueltas hace unos minutos.

Cerraba sus ojos con fuerza constantemente, intentando olvidar el dolor, o por lo menos soportarlo, decidió levantarse he ir al baño a buscar agua fría y compresas para bajar su propia fiebre.

No siendo capaz de salir de la habitación para no ser descubierto por Hatori, solo utilizo el baño contiguo a su habitación puso agua en una pequeña fuente de vidrio, en la que antes habían un par de jabones, y saco un pañuelo de su propio buro, el cual humedeció con el agua fría y lo puso en su frente.

Se recostó decidido a sentirse mejor, y tomo una de las tantas medicinas que le había dado el médico para esos casos, cerro sus ojos dispuesto a hacer lo que Hatori le había indicado antes de irse “Descansar”.

Pasada la media noche, mucho después de las 3:00 am por fin el otro castaño se sentía más calmado, comprendía que no había reaccionado de la mejor forma con respecto a su pareja, Chiaki vivía cometiendo errores, y aunque este fuera un error garrafal, el mismo se sentía culpable de haberle dejado solo en cuanto más le necesitaba.

Entro en la habitación encontrándose con la imagen de Chiaki dormido, tenía un paño húmedo en su frente, la temperatura le había disminuido, y parecía estar durmiendo tranquilo, al perecer había comido la mitad de su cena, lo cual no era bueno, pero tampoco era una fatalidad.

-Lo siento mucho, perdóname por favor- susurro, dando una caricia a la mejilla del más pequeño.

-No tienes que disculparte, todo esto fue mi culpa, debí decírtelo hace tiempo-musito con voz adormilada.

-No sabes cuánto los amo a ustedes dos, que si alguno de ustedes se marcha de mi lado, creo que moriría- susurro besando la frente de Chiaki, antes habiendo retirado el paño frio que cubría su frente.

-No digas eso, te necesitamos- susurro sonriendo- ¿Sin ti quien nos cocinaría?-pregunto intentando alivianar el corazón de su amado, con una blanca broma.

-Tú eres imposible- Dijo Tori riendo ante las palabras antes dichas por su pareja.

Hatori se recostó junto a Chiaki abrazando su cuerpo al del menor, acariciando con suavidad el vientre abultado, gracias al crecimiento de su dulce nena.

-¿Cómo te sientes?-pregunto aun con un deje de preocupación.

-Mucho mejor- Susurro Chiaki- Pero estoy cansado, y aun me duele un poco el estómago, me tome la medicina, espero que el dolor ceda después de dormir un poco más- explico.

-¿No quieres tomarte otra?-pregunto Hatori, ilusionado con que otra porción del medicamento erradicaría por completo el dolor.

-No, no creo que sea bueno abusar de los analgésicos- sus ojos se cerraron y termino por caer nuevamente dormido.

Hatori volvió a pegar su cuerpo al otro, y continúo el resto de la noche dándole un tierno masaje a su nena.

Temprano por la mañana el primero en despertar fue Chiaki, el efecto de los medicamentos se había ido, y aunque no tenía fiebre, el dolor parecía haber aumentado, él se mecía con delicadeza sobre la cama, en busca de que aquello calmara su reciente dolor.

-¿Chiaki?-pregunto Tori al sentir el movimiento a su lado-¿Quieres ir al baño?-pregunto suponiendo que aquellos movimientos se debían a eso.

-Duele un poco, eso es todo- contesto Chiaki con la voz rota.

-¿Te llevo al hospital?-pregunto Hatori, ese día tenían cita con su doctor para ver el estado de Chiaki, y Tori había pedido permiso medio día en la editorial, para así acompañar a su ojiazul a su visita al médico.

Chiaki asintió ante la propuesta de ir al hospital, Hatori algo asustado comenzó a vestirse rápidamente, no se dio el tiempo de tomar una ducha tampoco la necesitaba, en ese momento lo único que necesitaba era hacer sentir bien a Chiaki, y verlos a él y a su hija sanos.

Saco algo de ropa para el más pequeño y lo vistió con mucho cuidado de no dañarle.

-Vamos ya tengo todo listo- Hatori levanto con cuidado a Chiaki, quien había sentido mucha molestia y dolor con el simple movimiento.

Avanzaban a pasillos cortos, y agradeció ya no vivir en un departamento, pues evitaron el paso por el molesto ascensor, y subieron directamente al automóvil.

Hatori observaba atento cada mueca de dolor que producía el menor, parecía que todo iba de mal en peor, al llegar al hospital, pidió una silla de ruedas, Chiaki iba casi desvanecido, solo el dolor era capaz de mantener algo de la conciencia de Chiaki en pie, y aquello era lo que más le asustaba.

-Vamos mi amor, tú tienes que reponerte, todo estará bien, yo te lo prometo cariño, te prometo que te recuperaras-susurraba Hatori  con devoción en su larga carrera hasta que el médico le atendiese.

-¿Qué sucedió Hatori-san?-pregunto el galeno, al ver a uno de sus ya queridos pacientes ingresar de forma tan lamentable a su consulta.

-Por favor doctor revíselo, el necesita su atención.

El Doctor traslado a Chiaki hasta una camilla.

-Doctor, no son cólicos- musito Chiaki casi sin aire, con los ojos anegados el lágrimas, con la respiración entrecortada, con el pulso acelerado, con el abdomen contraído, con un miedo aterrador que le calaba los huesos, al pensar que podría perder a su nena.

El doctor comprendió el mensaje, y echo a Tori de su consultorio, comenzó a revisar a Chiaki, sorprendiéndose.

-¿Te diste cuenta del sangrado?-pregunto el médico, viendo como la ropa interior estaba teñida de rojo, era una mínima hemorragia, que gratificantemente no debía haber comenzado hace mucho.

-Cuando subí al auto- contesto con voz pastosa.

Sabía que debía haberle dicho a Hatori, pero no pudo, lo intento varias veces, y su voz no salía, Tori por los nervios tampoco le había escuchado, y en si el doctor debía poner gran atención en el para conseguir oírle por lo menos un poco.

-Te llevare a cirugía- dijo el médico con voz autoritaria.

Chiaki saco fuerza de donde no tuvo y abrió sus ojos con fuerza, observando con sus cuentas azules a su médico.

-Ella no está lista para nacer- protesto.

-Yo tampoco quiero que nazca- dijo el medico- Quiero detener el sangrado.

Aquellas palabras dieron calma al acelerado corazón de-Chiaki quien se desvaneció sobre la camilla, fue vencido por el cansancio y el dolor.

Hatori quien estaba fuera del consultorio, vio con horror como sacaban a su pareja, palidecido e inconsciente. Hizo un amago por acercarse al médico, pero el galeno le freno, con una sola frase y un gesto con la mano.

-Hablamos luego- fue lo que dijo, y entonces desaparecio por un pabellón, sobre una gran puerta de metal decía “Quirófano”.

Hatori, se sentó en una de las sillas asustado, sin saber bien que hacer, durante  una hora y media de intenso sufrimiento, se culpó a si mismo por no haber puesto más atención en Chiaki, por no haberle llevado al hospital a tiempo…

Cruzaba sus dedos con desespero, y se levantaba una y otra vez de la silla, para luego volver a sentarse, daba vueltas a todo lo largo y ancho de la sala de espera, y observaba la hora, contando cada minuto que tardaba aquella operación, veía con terror el entrar y salir de las enfermeras, algunas llevaban los blancos guantes manchados de sangre, y todo se le antojaba tan terriblemente cruel y desolador.

Por un momento llego a pensar ¿Qué pasaría si perdían a su nena? ¿Cómo sería capaz de mirar a Chiaki a la cara? tener que cambiar la preciosa cuna de madera que le habían comprado, por un ataúd, donde su pequeña dormirá eternamente.

Aquel pensamiento produjo escalofríos, sinceramente no sería capaz de llevar a su bebe al cementerio, y luego volver con el alma completa hasta su hogar. Desde que se enteró que sería padre una parte de sí mismo se la había llevado la pequeña criatura.

-Joven Yoshiyuki- Llamo su atención el doctor.

-¿Cómo están?-fue lo primero que atino a preguntar.

-Fuera de riesgo vital gratificantemente- Anuncio el hombre- conseguimos detener la hemorragia, y la bebe podrá estar por lo menos un mes más dentro del vientre, con la cantidad de oxigeno que está recibiendo, sin embargo no podrá completar el tiempo de las 36 semanas- explico- Aunque no hay nada de que temer, ocho meses no es un mal numero para interrumpir el embarazo- anuncio el doctor, sabiendo que podría ser perjudicial dejar a la nena hasta los nueve meses.

Una pausa se realizó en ese momento, Hatori, soltó el aire retenido en sus pulmones, y se relajó un poco.

-Sin embargo de produjo una hipovolemia-Expreso- Que en simples palabras significa que perdió mucha sangre, esta inconsciente, y las malas noticias son que no poseemos su tipo de sangre en los almacenes de nuestro establecimiento, el joven Chiaki es 0Rh- y es bastante complicado de conseguir, por lo que necesitamos un donante.

Hatori abrió sus ojos en demasía, solo había dos personas con las cuales podría hablar en ese momento, y una de ellas seguro estaba preparándose para ir a estudiar “Chinatsu” y la madre de Chiaki eran las únicas personas con las que podía contar en esos momentos.

No lo pensó y llamo a casa de su suegra.

-Residencia Yoshino ¿Quién habla?-pregunto la mujer con voz amable, Hatori desearia que hubiese contestado su cuñada, pero no podía perder el tiempo.

-Hola Yoshino-san, habla Hatori-Quiso seguir hablando pero fue interrumpido.

-Hatori-kun ¿A que debo tu llamada tan temprano por la mañana?-pregunto ella, con voz encantadora, definitivamente adoraba al amigo de su hijo.

-Es Chiaki- con solo mencionar ese nombre, la tensión se cernió sobre la conversación telefónica. El está en el hospital, no puedo explicarle todo, pero necesita una transfusión sanguínea, por favor Yoshino-san ayúdenos.-

-¿En que hospital están?

Después de esa pregunta, Hatori indico la dirección y la mujer corto el teléfono, ella era cruda y ruda con su hijo, pero sobre todo lo hacía porque estaba preocupada por él, ella era su madre y solo deseaba el bien para Chiaki.

Si algo podía hacer ella por su hijo lo haría, tomo su abrigo, sin importar estar en pijama, y le pidió a su hija que la acompañase, tomaron un taxi y fueron los más rápido posible al hospital, cuando llego Hatori la tomo por los brazos y la llevo junto al médico.

-No hay tiempo para retirarle sangre señora, hermosos la transfusión de manera directa-El medico tomo a la mujer y la llevo a una silla junto a la camilla de su hijo, hay estaba Chiaki, tendido pálido sobre la blanca camilla, sus cabellos castaños desordenados sobre la almohada.

El Medico conecto la intravenosa de brazo a brazo, corriendo por esta la sangre de la mujer para llegar al brazo de su hijo.

Cuando todo estuvo más calmado, ella se giró y miro los ojos de Hatori con seriedad.

-¿Qué tiene mi hijo? ¿Por qué su vientre esta tan inflamado?- Ella no había dejado pasar ese detalle, su hijo era delgado, mucho para su gusto, y siempre había sido de la misma contextura, verle de un día a otro con un prominente vientre, no era algo que le pareciera normal.

-Esta embarazado.

Notas finales:

Gracias a tods por leer, les quiero mucho, un abrazo a todos, hoy no dejare ni mi face ni mi pagina por que ando apurada, pero ustedes si no pueden pasar de dejarme un comentario, quiero saber si les gusto, y que me den fuerzas para continuar escribiendo...


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