Epilogo parte II
Luego de la visita de su madre, todos se marcharon, la hora de visita termino y Hatsumi fue devuelta a los cuneros con regularidad, dejando a la agotada madre descansar el resto de tiempo que le quedaba hasta el inicio de un nuevo día.
Cuando el cielo volvió a aclarar, Hatori llego impecablemente puntual, Hatsumi del mismo modo fue llevada a la habitación, pues había sido alimentada muy temprano en la mañana, aquel día no esperaban visitas, pero claro este tipo de cosas nunca son predecibles en la pareja domestica…
Cerca de las 10:00 am un muchacho de precioso cabellos rubios asomo por el umbral de la puerta, desde allí observo a su mejor amigo y a su pareja, desayunando con parsimonia.
-Hola a todos- Saludo con cortesía, a pesar de que uno de los allí presente, era su mayor enemigo desde tiempos inmemorables, y aunque ya había terminado la carrera por conseguir a Chiaki, carrera la cual perdió, su odio por Hatori no había disminuido en lo más mínimo.
-¡Yuu! ¿Cómo supiste? ¿Te dijo algo mi madre?- Pregunto sorprendido el pelimarron, dejando a un lado la bandeja a de comida a medio terminar, pero sin ser regañado por Hatori, cosa rara.
-¿Yoshino-san?- Repitió el rubio- No ella no me dijo nada, tengo otros medios para enterarme- Confeso con aires de misterio.
La pareja se miró durante unos segundos, pensando en las posibles personas que podrían haber avisado a -La pareja se miró durante unos segundos, pensando en las posibles personas que podrían haber avisado Yanase sobre el nacimiento de Hatsumi, la primera persona estaba descartada y con ella también su hermana Chinatsu, entonces solo quedaban dos personas, la madre de Hatori, la cual también descartaba pues ella no conocía a Yuu y Takano-san, el jefe de Hatori, quien conocía toda la historia, pues él era quien autorizaba cada salida y permisos de Yoshiyuki.
-¿Fue Takano-san?- Dijo Chiaki para sí mismo dudoso, a lo que Hatori reacciono confundido, mientras que Yuu estallo en risas.
-No, no fue Takano-san, me lo dijo otra persona, buen en realidad no me lo dijo, pero yo lo deduje- Confeso riendo a carcajadas- Pero bueno, no vine aquí a verlos a ustedes par de feos, vengo a ver a la criaturita ¿Dónde está ella?- Pregunto alzando una de sus cejas y recorriendo el lugar con la vista, para encontrarse con el cunero completamente vacío.
Chiaki observo a su amigo, y ahora fue el turno de la pareja para reír, pues la pequeña había estado frente a él todo ese tiempo.
Hatori movió las sábanas blancas de la camilla de Chiaki, las cuales cubrían medio cuerpo de su hija, Yuu entonces abrió los ojos, al ver una pequeña bolita, acurrucada junto al torso de Chiaki, La pequeña con su piel de porcelana y vestida enteramente de blanco se había camuflado perfectamente con la camilla y sus correspondientes sabanas, jugandole la primera broma de su vida a su tío Yanase.
El joven de profundos ojos azules miro a su retoña con ternura y la acuno entre sus brazos durante unos minutos frente a la impresionada vista de Yuu.
-Esta nena se va hoy a casa, mientras yo me tengo que quedar aquí por lo menos una semana mas- Reprocho a su hija, quien dormía plácidamente ignorante de los reclamos de su padre- Me dejara solo en el hospital- Expreso haciendo un infantil puchero.
- Chiaki, no puedes pelear con Hatsumi, si ella no puede siquiera defenderse contra ti- Regaño su pareja.
Probablemente en otra ocasión Yanase se hubiera sentido molesto he incluso desplazado o ignorado, pero justamente en ese momento no sucedió nada de aquello, pues estaba completamente embelesado con la imagen de una pequeña nenita, preciosa criatura vestida de blanco.
-Deja de mirarla así- Dijo Chiaki casi riendo- ¿Quieres cargarla?-propuso luego extendiendo a la bebe en sus brazos, para que su amigo la tomara entre los suyos.
-Pero se va a despertar- Dijo un tanto contrariado, pues realmente no quería interrumpir el placentero sueño de la preciosa bebita.
-No lo hará, simplemente la cargaras, si lo haces con cuidado no tendría por qué dejar de dormir- Dijo Chiaki sin retirar la oferta.
Yanase estaba por acepar y justo en el momento cuando sus manos rozaron la suave tela alba que vestía a la nena, Chiaki retiro la oferta, pegando a la niña a su cuerpo.
-Pero tendrás que decirme con quien estas saliendo- Impuso infantilmente, al ver la oportunidad de sacarle esa información a Yanase de una vez por todas.
El rubio me miro sorprendido, pero luego suspiro derrotado, al parecer Chiaki le había vencido en su propio juego.
-Está bien te lo diré- Suspiro rendido.
-Jeje- Rio Chiaki con malicia victoriosa, dejando que Yuu tomara a la pequeña de entre sus brazos y la cargara con cierta torpeza- Tienes que poner tu mano así y con esta otra solo apoyas su traserito, no está grande Yuu- Comentó su amigo con perfecta experticia, posicionando las manos de su amigo para darle una cómoda y segura posición a su preciosa niñita.
Él rubio siguió atento cada indicación de su amigo, instrucciones que para su sorpresa facilitaron bastante el agarre de la niña.
-Ahora dime ¿Quién es el amante bandido?- Sonrió malicioso el pelimarron, mientras que Hatori se mantenía calmado y silencioso en su lugar sobre la silla.
-Kanade Mino- Murmuro un tanto avergonzado, pues sabía perfectamente que ambos hombres conocían al dueño de dicho nombre.
Para variar Hatori fue el primero en reaccionar, sus ojos se abrieron en gran medida y su mandíbula se separó lentamente, para mostrar una perfecta expresión de completa incredulidad.
Chiaki en su lugar observo como el semblante de su pareja cambiaba drásticamente, por su parte el nombre le sonaba muy conocido y después de unos segundos término por caer en cuenta “Kanade Mino” era uno de los editores de Emerald, nada más y nada menos que uno de los compañeros de su pareja Hatori Yoshiyuki.
-¡Qué bien guardado se lo tenía Kanade-san!- Soltó Chiaki sin una mínima de tacto.
-¡Chiaki!- Exclamo Tori un tanto avergonzado.
-¡Pero es verdad Tori! Nunca pensé en el como pareja de Yuu, esto es toda una revelación- Dijo bastante emocionado.
Hatori por su parte era otra historia, con mino fuera del “closet” se completaba una oficina total y completamente homosexual, su jefe Takano y su compañero Onodera eran pareja, los había descubierto un día al ingresar al baño, cuando estos discutían por quien sabe qué cosa, y el mayor entre ambos tomo sin consideraciones los labios rosados del menor. Kisa otra sus compañeros, siempre recibía mensajes de un sujeto llamado Yukina, después de un tiempo termino por enterarse de que Yukina, no era más que el joven guapo de una de las tiendas que vendía una gran cantidad de mangas de su empresa, y bueno también estaba el mismo, quien tenía una relación con Chiaki, otro hombre…
-Dios, creo que el problema está en ser trabajador de shojou Manga- Susurro para sí mismo, al considerar también que cada una de las personas estaba relacionada con el shoujou, Chiaki- Mangaka, Hatori, Masamune , Onodera y Mino- Editores, el tal Yukina- Vendedor, y por ultimo Yanase- Ayudante de Shoujou manga.
Yuu por su parte no dejaba más que sonrojarse con los comentarios de la pareja, que hablaban como si él ni siquiera estuviese allí.
Después de un tiempo más de molesta charla, Yuu se vio salvado por el pequeño quejidito de un nena consentida, que ponto se tornó un bajo llanto.
-¿Qué hago?-Pregunto viendo casi con terror a la bebe que se removía inquieta entre sus brazos.
Chiaki por su parte soltó una pequeña carcajada.
-Dámela, solo tiene hambre, no seas tan exagerado- Estiro sus brazos cogiendo a la bebe, al mismo tiempo que Hatori sacaba de un pequeño termo el biberón con leche tibia para su hija, el cual estaba preparado hacía ya varios minutos, pues siempre despertaba rondando aquellas horas.
El rubio observo impresionado como Chiaki colocaba el biberón en la pequeña boca de la niña, quien bebió con avidez cada gota de su preciado alimento.
Era un biberón muy pequeño y en pocos minutos la nena término con él, sintiéndose satisfecha y lista para abrir sus preciosas gemas y dejar que su tío Yuu las contemplara.
Como buena recién nacida no hacía mucho, solo abría sus ojitos y chupaba sus manitas de vez en cuando, Chiaki le miraba emocionado, imaginando los momentos en que la pequeña comenzara a caminar, o cuando diera sus primeras palabras, cuando llenara su cuarto de diversos juguetes y los regara por todo el piso, inventando locas historia con cada uno de ellos.
Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, no había bendición más grande que la linda niña.
Pasado el mediodía Yuu se despidió de ellos pues tenía trabajo, y dejo en las manos de Chiaki un precioso vestido color sandia, con múltiples volados y mangas largas, de abrigado algodón.
Cuando la hora de visita se terminaba, Hatori hacia los trámites pertinentes para sacar a la pequeña del hospital, pues ya estaba en condiciones óptimas para dejar el lugar, mientras que Chiaki hacia su típico melodrama.
-No te la lleves- insistía con lágrimas completamente falsas.
-Chiaki no puede estar más tiempo aquí, el doctor dijo que todo había salido bien, además mañana por la mañana la traeré para que este con ella.
-No quiero, quiero quedarme con ella todo el tiempo.
-Entonces asegúrate de salir pronto del hospital- Indico el mayor dejando a Chiaki lloriqueando en su habitación.
Así fue como el Pelimarron decidió poner todos sus ánimos y mejorar lo antes posible.