Capítulo 7: Ahora somos tres…
El día siguiente fue completamente diferente, los rayos de luz se colaron temprano tras las cortinas, no había salido el sol debido al invierno implacable que se posaba en dicho mes, Tori despertó temprano, pero no hizo más que observar el dulce rostro de su Chiaki quien pronto amaneció siendo cobijado por los fuertes brazos de su amado.
-Buenos días mis amores-Tori sonreía feliz.
Chiaki sorprendido por las palabras de Tori y su expresión de felicidad se vio sonrojado a si mismo, bajo la vista y saludo tímidamente.
-Buenos días Tori…
-¿Te sientes bien?-Hatori siempre preocupado observo el rostro pálido de su pareja.
Chiaki asintió, solo tenía un poco de nauseas matutina, pero en cierto modo ahora ya no eran más una molestia, aquella nauseas solo le hacían recordar a ese pequeño infante que crecía en su interior y bueno al fin y al cabo si tenía que sufrir un par de molestias, lo haría pues según el su hijo merecía aquello.
-Tengo el estómago un poco molesto-contesto Chiaki.
-¡Te acompaño al baño!-Hatori siempre atento y sobreprotector con su pequeño revoltoso acudió rápidamente a él.
-No seas exagerado Tori, solo está algo revuelto, tu hijo es muy revoltoso y le gusta darme nauseas en la mañana-Chiaki le miraba haciendo un puchero de molestia.
Luego de esto ambos rieron, y el resto del dia transcurrió del mismo modo, no se sacaron los pijamas durante toda la jornada, tan solo se levantaron para comer y Hatori llevo la televisión hasta la pieza del pelimarron y vieron una película durante la tarde…
La semana siguiente acudieron a la cita con el medico…
-Hemos decidido no realizar el aborto-Hatori dio una respuesta concisa, el medico les vio asombrado, pero en cierta forma comprendía el sentimiento de aquellos hombres que deseaban ver el nacimiento de su hijo.
-correcto si esa es su decisión entonces solo me queda felicitarle, y debido a que se pude considerar un embarazo de alto riesgo quisiera ver al joven Yoshino cada dos semanas en mi consulta para realizar los chequeos pertinentes, pero me gustaría que mi esposa que es obstetra siguiera el caso, si no les molesta.
La pareja recibió gustosa todas las indicaciones del médico, se retiraron luego de aquello.
-Tori, al fin puedo salir después de casi un mes en la casa enfermo, asi que quiero comer afuera-Chiaki expuso de pronto.
-Esta bien ¿A dónde quieres ir?-pregunto Tori.
-¡Vamos a comer allí!- chiaki apunto un café.
-Pero tu no puedes beber café Chiaki-Tori miraba a su pareja con algo de lastima por no poder cumplirle sus caprichos.
-Pero yo no quiero café-Chiaki miraba con los ojos aguados a Tori- pediré un te.
-¿Un te? ¿Estas seguro? Podríamos ir a comer algo mas rico a otro lugar.
Chiaki bajo la vista cada vez mas triste.
-Pero… yo quiero esa tarta de fresas con chocolate que esta en el mostrador…-Chiaki casi hipaba de pena, levanto la visa hasta Tori, quien le vio sorprendido…
Ahora todo quedaba claro, el porque Chiaki deseaba con tanto ímpetu comer en ese lugar…
-Esta bien, vamos al café y pediremos un trozo grande de tarta ¿si?-Hatori intento mejorar la situación.
Chiaki de inmediato salto de felicidad.
-Vamos, tori vamos…-Tiraba con fuerza de la camisa de Tori guiándole hacia el café.
Chiaki pidió lo que había anunciado antes quiso una taza de te y un trozo de tarta, mientras que Tori pidió un café y un sándwich.
El castaño de ojos celeste observaba con felicidad la alegría de su pareja cada vez que llevaba una cucharada de torta a su boca, bebía te con impaciencia y volví a comer de aquel dulce.
-No comas tan rápido, te vas a atorar-Mencionaba Tori a la vez que se acercaba la taza de café parar beber un nuevo sorbo.
-Mo..pahana nafa- decía Chiaki.
-Y no hables con la boca llena, Yoshino es de mala educación.
El pequeño llevo la taza de te a su boca para pasar más rápidamente aquel trozo gigante de torta que se había llevado a la boca.
-No seas exagerado tori, es que está muy buena la torta de fresas-Se excusaba el ojiazul.
-Comprendo, pero come tranquilo, tu tarta no se ira a ningún lugar ¿Esta bien?-Hatori sonrió a su pequeño, para que este supiera que no estaba molesto, simplemente se ponía nervioso al verle comer tan rápido.
-¡Hai!- Chiaki intento controlarse el resto de tiempo que les quedaba.
Después de comer aquello ambos se fueron camino a casa, a pesar de que llevaban el auto chiaki pidió dar una vuelta antes de volver al departamento, y Hatori incapaz de decirle que no a su niño, entonces ambos caminaban muy juntos pero sin muestras de afecto, solo acompañándose el uno al otro…
De pronto Tori sintió que caminaba solo, Chiaki se había quedado atrás observando un mostrador, se acercó a el viendo aquello que había cautivado a su pareja.
En el mostrador habían pequeñas ropitas de bebe, de muchos colores tos ellas maravillosas para el recién anunciado padre…
-¿Podríamos comprar una?-Hatori propuso al ver como brillaban los ojos del pequeño.
-Eh… -Yoshino no sabía que decir.
-Vamos a comprar uno sabes que quieres uno de ellos-Hatori intento convencer a Chiaki de que Compraran su capricho.
-Que dices, no, no es necesario, además ni siquiera sabemos que sexo tiene el bebe, no sabría si comprar rosado o celeste-Dijo el mas pequeño.
-Te propongo algo compramos esa ropita blanca y ambos nos vamos felices a casa ¿si?-Chiaki observo al más alto con los ojos brillantes y asintió.
Ambos entraron y compraron aquella ropita de color blanco, pequeñísima con un bordado de osito en el pechito que en unos meses mas utilizaría su pequeño angelito.
Cuando subieron al auto no lograron evitar expresar sus sentimientos, Hatori busco son sus manos el rostro del pequeño y con las palmas sosteniendo a ambas mejillas beso suavemente los labios rosado del menor.
De camino a casa Chiaki se quedó dormido en el auto, el que siempre había sido un chico energético, no paraba nunca de pequeño, cuando llego a la secundaria era todo un revoltoso y ya ahora que estaba trabajando solo le hacía falta la energía cuando era momento de ponerse serio para trabajar, pero ahora con el embarazo pasaba mas del 50% del tiempo durmiendo.
Tori subió a Chiaki hasta cuarto le recostó en su cama y luego se fue a cocinar algo para cuando el otro despertara, ya la otra semana entraría de vuelta al trabajo y solo quería disfrutar el tiempo que tenía con sus dos amores.