Capítulo 2: Fuera de mis brazos.
Sentía como si estuviese entregando su alma al mismísimo diablo y probablemente la sensación de hacerlo no debía ser muy diferente a lo que estaba sucediendo aquella mañana.
Muy temprano, casi rozando la madrugada Hatori se había visto en la obligación de llamar a su peor enemigo, se había pasado la noche dando vueltas en la cama acomplejado por su situación, él quería quedarse cuidando a su amor, quien se encontraba enfermo desde la noche anterior, pero le era imposible, tenía una importante reunión a media mañana.
Obligado por su conciencia protectora acudió a Yanase…
-¿Hatori? ¿Tienes idea de la hora que es y me estas llamando?-Hablo con voz adormilada el rubio al otro lado de la línea.
-Tengo un favor que pedirte, no pude llamar a nadie más-Confeso el pelicastaño, aun sintiéndose culpable con lo que pronto haría-Necesito que mañana cuides a Yoshino por mi…
-¿Chiaki? ¿Le paso algo? ¿Está bien?-De pronto se la había espantado el sueño, a su interlocutor, quien comenzó a hacer preguntas sobre el estado del joven.
-Hoy vine a su departamento, había estado lleno de trabajo así que no le había visitado mucho últimamente, pero cuando llegue, aun no comía nada le cocine, apenas comió la mitad y lo vomito todo, hace poco estuvo con algo de temperatura y me preocupa que algo le pueda suceder estando solo en el departamento.
Muchas veces Yoshino había cuidado el mismo de sus resfriados, Tori solía visitarle en las tardes, darle algo de comer y luego marcharse para dejarle descansar, pero esta vez era diferente, Yoshino parecía no estar en sus 5 sentidos, y ayer apenas podía con el peso de su cuerpo al caminar, a eso súmele la pequeña pero no menos importante elevación de su temperatura, definitivamente no podría salir de ese departamento y dejarle solo así como así.
-Está bien yo estaré temprano con él, déjamelo a mí, pero necesito que llegues temprano por la tarde, Mutou-sensei esta con sus fechas límites y debería estar mañana temprano con ella, si logras llegar antes de las 7pm no habría problema-contesto el rubio al otro lado, con un tono más calmado pero internamente alterado de saber que su amor no correspondido estaba enfermo.
Así fue como Aquella mañana tuvo que dejarle…
-Yoshino, Yoshino-Susurraba, remeciendo un poco el cuerpo de su amante, tendido en la cama.
-¿Tori?-Fue lo único que dijo el pequeño castaño, abriendo sus ojos con dificultad.
-Yoshino, yo debo ir al trabajo, pero he llamado a Yanase, él se quedara contigo durante el día, y yo te vendré a ver más tarde ¿Esta bien?-El pequeño solo escucho atento y luego asintió a todo lo que su amado le había dicho.
Tori se alzó sobre su cabeza y deposito un suave beso en su frente, para luego rozar sus labios, Chiaki se dejó ser correspondiendo ambos besos, dejando que con su cariño reconfortara su cansado cuerpo, Tori rozo sus cabellos antes de dejarle.
Chiaki observo como el otro se despedía y salía de la habitación, volvió a cerrar sus ojos y para cuando lo noto estaba nuevamente dormido.
-¿Mejora?-Pregunto el rubio al ingresar en la morada.
-Ya no tiene temperatura, pero esta extrañamente adormilado, déjale descansar un poco-dicho esto, tomo su saco, maletín y salió de nueva cuenta-no vemos más tarde, llámame si sucede algo.
-Sí, lo hare-contesto Yuu, cuando vio la puerta ya cerrada se fue al cuarto del ojiazul, pero al abrir la puerta este estaba durmiendo tranquilamente, se acercó a él y por fortuna comprobó que su temperatura estaba bastante bien.
Así paso el resto de la mañana, aquel revoltoso chiquillo no había despertado en ningún momento, Yanase había preparado algo de comer sin embargo cuando fue a la recamara para dárselo.
-Chiaki, despierta, debes comer algo para recuperar fuerzas-Le movía un poco, tratando de sacar suavemente a su amigo del sueño en el que estaba preso.
-Déjame dormir Yuu, es muy temprano para comer-Fue su escueta respuesta acompañado de un cambio de posición, le dio la espalda al ojimiel.
-Chiaki…-Susurro, pero decidió no insistir, pues el chico no se veía con ganas de moverse.
Yuu comió algo de lo que había preparado, si se la paso el resto del día completando algunas páginas de trabajo pendientes, cuando cayó la tarde, se sentó en sofá a ver un poco de televisión mientras esperaba al novio de Chiaki, quien aún no despertaba.
Hatori por su parte sabía que estaba mal darle dulces a los enfermos, pero aun así se había escapado temprano del trabajo y le había comprado un trozo de pastel al castaño, de camino a casa se apresuró en verlo, y al llegar al departamento se encontró con total silencio y parsimonia.
-¿Tuviste algún problema?-pregunto a Yanase que estaba en el sofá.
El aludido comenzó a juntar sus cosas y se levantó.
-la verdad es que no, aunque se hubiese quedado solo no cambiaría mucho la situación, pues estuvo durmiendo todo el día-
Pronto se retiró y Tori se aproximó al cuarto de su enfermo.
Estuvo observándole unos momentos desde el borde de la cama, unos momentos bastante largos, que al rato se transformaron en una hora…
-¿Qué haces?-pregunto, abriendo sus grandes ojos azules.
-Te observaba.
-pervertido-Susurro risueño.
-No lo soy-Contesto el otro, y luego de un rato toco su mejillas con las manos-¿Te sientes mejor?-Pregunto.
-Creo que recupere todas las horas de sueño que me hacían falta-Dijo Sonriente-Pero tengo un poco de hambre.
-yo te tengo una sorpresa, pero solo te la daré si me prometes que entregaras tu manuscrito a tiempo- Jugo un rato.
-Lo juro, este mes si lo conseguiré-contesto-¿Qué sorpresa?
-Espera aquí.
Tori se levantó y fue en busca del pastelillo, preparo una taza de té y los coloco en una bandeja.
-Esto, es todo tuyo-Dejo la bandeja en las piernas del ojiazul, quien miraba baboso el trozo de pastel, trago grueso, y comenzó lentamente a comer, tenía tantas ganas de devorarlo todo, pero la experiencia de la noche anterior le había dejado un mal sabor en la boca, y esta vez intento comer con paciencia y evitar echarlo todo por el W.C esta vez.
Después de haber comido todo, Tori observaba contento como su amigo había dejado limpio el plato y seca la taza.
-¿Estas bien?-pregunto, por la experiencia vivida hace poco.
-Sip, Muy bien, gracias tori, eres el mejor.
Ambos sonreían, y se miraban calurosamente, pronto unieron sus labios en un casto beso lleno de amor.
-no me preocupes más-Susurro Hatori en el odio del menor.
Chiaki solo acaricio el rostro de su Hatori, tenía bolsas oscuras bajo los ojos, él tampoco había logrado descansar bien.
-Intentare cuidarme mejor-Sonrío intentando darle calma y beso sus labios por última vez, antes de volver a dormir, mientras Tori abandonaba su morada para dirigirse a su propio departamento.