Primer calor tardío.
Muchas veces lo comparaban con un águila, pero en ese momento no se sentía como una, en ese momento se sentía más bien como un pequeño y asustado pajarito, su corazón latía desbocado contra su pecho, sus músculos ardían mientras corría a prisa, aferrándose a la mano que le sujetaba con fuerza tratando de sacarlo de ahí, atrás suyo podía escuchar la encarnizada pelea que hacía que su estómago se anudara y que quisiera vomitar y llorar de miedo.
Shun Izuki tenía 17 años y era un omega, hasta ahí todo bien y normal, hasta ahora nunca había sufrido su primer golpe de calor, su primer celo, sus papás estaban asustados pensando que tal vez había algo mal con él y lo habían llevado a montones de médicos. El primer celo solía golpear a los omegas más o menos a los trece años, pero el medico les había dicho que no se preocuparan, que si bien habían omegas a los que el celo golpeaba más pronto había omegas que se tardaban más, pero que no había nada malo en el sistema de Shun. A pesar de la preocupación de sus padres a Shun no le preocupaba en lo más mínimo, él era un joven normal y feliz, acudía a la preparatoria mixta Seirin y era parte del equipo de baloncesto mixto alfa-omega de la escuela, era base en el equipo y no sólo era base, era un titular, tres de los cinco titulares eran omega, todo un orgullo para ellos. Sus otros amigos omegas si habían tenido su primer golpe de calor y los subsecuentes cada seis meses, duraban una semana y siempre se ausentaban en esos días dado que todo omega controlaba por calendario sus fechas, nadie era tan idiota como para querer estar en pleno calor en la escuela, eso podría ser un desastre.
Y justamente eso le había pasado a Shun, después de 17 años su primer calor le había llegado de forma inesperada en el momento más inesperado, en la clase de historia, se había doblado sobre sí mismo sintiéndose sofocado por la sensación que por primera vez sentía en carne propia y los alfas del salón de segundo año donde tomaba clase, en su mayoría habían vuelto su cabeza hacia él con los ojos llenos de hambre de golpe, soltando gruñidos, ese fue el momento en que su corazón empezó a latir agitado, sólo Kiyoshi Teppei no parecía alterado, claro que esto se debía a que él estaba enlazado y casado desde el año pasado con el capitán del equipo de baloncesto, Hyuga Jumpei, los alfas enlazados no respondían al celo de otro omega que no fuera el suyo, pero en todo el salón Teppei era el único alfa enlazado, sólo él y Hyuga estaban lo suficientemente locos para haberse casado tan jóvenes.
La atmosfera en el salón de clase casi se podía cortar con un cuchillo todos los territoriales alfas querían algo, sólo que ese algo era lo mismo, Shun Izuki. Era como la calma antes de la tormenta, nadie se movía, pero todos estaban en guardia y entonces sucedió, el primero de los alfas se movió lanzándose sobre Izuki, el pelinegro de privilegiada visión gritó, pero el alfa nunca llegó sobre él, sólo escucho un fuerte choque y al abrir sus ojos vio la espalda de Teppei, parado frente a él gruñendo mientras arrojaba al otro alfa todo el camino hasta el otro lado del salón, pero eran muchos alfas y Teppei sólo uno. Bueno, Teppei y el maestro, lo que hacía dos, todos los maestros tenían que estar enlazados para así ser inmune al celo de sus jóvenes alumnos en caso de alguna emergencia. Hyuga tomó la mano de Shun y lo jaló corriendo hacia la salida, los alfas sintiendo a su presa escapar se movieron, pero el profesor se puso en una puerta Teppei en la otra y no dejaron salir a nadie, mientras los dos omegas corrían por sus vidas… bueno por la virginidad de Shun en realidad, podían escuchar atrás suyo la pelea en el salón de los alfas que trataban de ir en pos de ellos y de Teppei y el profesor que hacían lo imposible por no dejarles salir y darle ventaja a los omegas.
Shun estaba abrumado, su parte baja dolía mucho, sus músculos dolían, sentía demasiado calor y sofoco, pero sobre todo sentía miedo, sólo se dejó guiar por Hyuga que corrió hasta el gimnasio de baloncesto donde el equipo entrenaba atracando la puerta con desesperación.
-A los vestuarios vamos a los vestuarios -decía agitado, tenían que encerrarse ahí donde el olor de Shun no volviera locos a todo el mundo, pero al voltearse para ir a los vestuarios se encontraron con todos los jugadores de la academia Too que los miraban en shock y a la propia Aida Riko, la entrenadora de Seirin que se le había caído la agenda de la mano y tenía la boca abierta.
Hyuga había olvidado que ese día, luego de su última clase que era en la que estaban, tendrían entrenamiento conjunto con la academia Too, que al parecer había llegado temprano y no eran los únicos, los de primer año de Seirin salían más temprano así que ya estaban ahí dándole la bienvenida a los visitantes junto a Riko.
Los alfas en el equipo de Too e incluso Kagami que era alfa de primero en el equipo de Seirin olfatearon el aire y miraron con ojos de depredadores a Izuki, este tragó saliva temblando de arriba abajo, sosteniendo con más fuerza la mano de Hyuga. Silencio abrumador. Silencio. Nadie hablaba, nadie se movía… nadie respiraba.
-Shun -susurro Aida olfateando el aire, ella era una beta, así que no reaccionaba al celo, pero incluso ella podía oler lo delicioso que olía el número cinco de Seirin en ese momento. Y como si la voz de la castaña hubiese roto el hechizo los Alfas se movieron en pos de Shun, este gritó, Hyuga lo abrazo con un brazo mientras adelantaba la otra mano como si con eso los pudiera detener, los alfas se enredaron a pelear sin discriminación, tanto los de Too como los de Seirin, luchando por la tenencia por el omega, era obvio que el que ganara se lo quedaría.
-Creo que mejor corremos -dijo la voz siempre tranquila de Kuroko Tetsuya, apareciendo de la nada junto a sus sempai, mirando sin inmutarse los golpes que iban y venían de uno y otro lado. Hyuga reaccionó mirando a Kuroko con el corazón agitado y asintió. Kuroko tomó la otra mano de Izuki mientras corean a los vestuarios para encerrarse y que así los ánimos se calmaran y Riko pudiera hacer algo, pero había un alfa más listo que los otros mientras todos desde Wakamatsu, pasando por Aomine, Kagami y los demás se peleaban y los omegas se salían del camino este se había alejado esperando a que el omega corriera, o si el olor del omega nublaba sus sentidos como le pasaba a todos los alfas, pero no le quitaba del todo su inteligencia, él era un cazador. Los dejo avanzar y cuando ya casi estaban en los vestuario cerró su camino agarro a Izuki de la cintura, se lo echó al hombro como un saco de patatas, le gruñó a los otros dos omegas sin atacarlos -después de todo era omegas- para que no se metieran y entró a los vestuarios cerrando la puerta con seguro, todo había pasado en un solo segundo sin darle oportunidad a reaccionar al capitán y al jugador fantasma.
-¡Hijo de puta, bastardo, abre! -gritó Hyuga reaccionando golpeando la pesada puerta sin éxito- ¡Si le haces algo a Shun haré que Teppei te mate! -le juraba- ¡Imayoshi Shoichi, abre esa puerta o te arrepentirás! -le gritaba al capitán de Too a quien no podía importarle menos los gritos del escolta con gafas de Seirin. La puerta de los vestuarios cerrada aislaba el olor de Shun, lo que le permitió a los alfas ahí presente recuperar la cordura, Aomine Daiki miraba su mano confundido, preguntándose de pronto por qué diablos estaba golpeando a Wakamatsu, Yoshinori Susa y Kagami Taiga se miraban cada uno con las manos en el cuello del otro antes de soltarse, todos tardaron unos momento en procesar todo.
-Imayoshi bastardo –susurraron, pero en parte estaban aliviados, todos tenían personas que les importaban, no querían en el fondo haber acabado tomando a Shun frente a esa persona que en realidad querían.
-¡Ayuden, imbéciles! -les gritaba Hyuga cabreado, Kuroko no hablaba o mostraba expresiones, pero estaba pateando la puerta, lo que decía mucho.
-Hyuga-sempai -dijo Kagami incomodo-, creo que ya es tarde -susurró.
-No es tarde, Shun es nuestro amigo no podemos permitir que sólo… -protestó.
-Shun es un omega, Imayoshi un alfa, si sólo abres esa puerta… harás que todos volvamos a perder la cabeza, chico -le dijo Susa de Too-. Para él… aun cuando Imayoshi es un bastardo, es más seguro estar solo con él, que abras esa puerta -le aseguró.
Hyuga gritó de rabia, pero sabía que el de tercer año de Too tenía razón.
- ¡Jumpei, Jumpei! -los gritos de Teppei fuera del gimnasio alertaron todos por fin se había encargado de los del salón. Hyuga corrió a la puerta que había atracado anteriormente y la abrió viendo a su pareja golpeado pero entero, sin duda su macho alfa era el mejor y había ganado a pesar de los golpes, se arrojó sobre él abrazándose a su fuerte pecho.
-¿Y Shun?
-No pude salvarlo, el bastardo sádico de Too… lo tiene -dijo frustrado como capitán omega Hyuga se sentía muy responsable y protector con todos. Teppei miró a los otros omegas que le señalaron con la vista hacia el cuarto cerrado de los vestuarios y suspiró abrazando a su pareja.
Maldición, en que mal sitio golpeó a Izuki su primer celo, ahora sólo podían rogar por que Imayoshi fuera un buen alfa en ese momento con él y por sobre todo que no lo preñara… se podían esperar milagros siempre.
Fin