-¿Asta cuando seguirás con esta estupidez?- peguntaba el moreno, que se encontraba recargado en el umbral de la puerta del cuarto. Miraba como el espadachín, estiraba el cobertor sobre un largo sillón blanco.
-Hoy es el ultimo día de la fingida luna de miel…- se sentó en el sillón -… mañana regresaremos y todo será igual que antes, jefe-después de su noche de bodas, se fueron una semana a Francia.
Una vena se le marco en la frente al moreno. Estaba furioso. La actitud del espadachín lo estaba sacando de quicio –Cierto, hoy es el ultimo día…- se le acerco acorralándolo contra el respaldo -… no importa lo que pase hoy, mañana será igual que siempre ¿Verdad?-
-Aléjate- aquella solitaria palabra que salió de la boca del espadachín, sorprendió al moreno, dejándolo pasmado. Desde el día en que se decidió la boda, el espadachín, cambio su forma de ser. Se mostraba frio y eso, molestaba al moreno.
Después de unos segundos, el moreno sonrió altanero -¿Qué? ¿Tienes miedo de perder la virginidad, escoria?-
-¿Quién demonios es virgen?-
Abrió sus ojos carmesí –“¿Que?”- una mezcla entre incredulidad e ira, ebulleron en su interior –Así que ¿Ya te has acostado con un hombre?- apretó los puños que estaban a cada lado de la cabeza del espadachín –Me gustaría saber con que imbécil te revolcaste-
-Eso no es asunto tuyo- se levantó quitando de un manotazo, uno de los brazos del moreno, pero cuando estuvo de pie, una mano alrededor de su muñeca, lo jaló, llevándolo asta el dormitorio y, lo tiró a la cama -¡¿Qué demonios haces?!-
-Ya me aburrí de tu estúpido jueguecito- el moreno se quitaba la camisa –Te haces el ofendido por que dije que solo eras la mejor opción…- la dejó a un lado y dejó a la vista su fornido torso -… ¿Quieres que diga que te amo? Eso es para tontos. Solo los idiotas se enamoran-
El espadachín se sentó –Tienes razón…- cerró los ojos -… solo los idiotas se enamoran- se sacó la polera, los zapatos y los pantalones -Quieres hacérmelo ¿Verdad?- su platinada mirada, se clavó en sus rubís –Hazlo. Abusa de mi cuerpo cuanto quieras, márcame, muérdeme, penétrame, golpéame, o lo que se te ocurra, asta que estés satisfecho-
El moreno golpeó la pared rompiéndola y en el proceso, destruyó casi toda la sala de estar de aquella suite del hotel. Después de eso, se quedó en silencio dándole la espalda al espadachín –Cuando volvamos al castillo, deberás llevar un sillón a mi cuarto para que puedas dormir- se dio la vuelta y recogió su camisa evitando, mirar al hombre sentado en la cama –No dormiré con una puta como tú, pero tenemos que continuar con la farsa- se la coloco y caminó asta la puerta de entrada a la habitación –Tus cosas déjalas en tu cuarto, no quiero que me quites espacio ¿Entendiste, basura?-
-Sí, jefe- después de la respuesta, salió dando un portazo -¡¡Mierda!!- al verse solo, deslizo las manos por su rostro, subiéndolas asta agarrarse el cabello -¿Cuánto tiempo tendré que seguir con esto?-
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Continuara...