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¿Amarse? ¿Odiarse? ¿O las dos? - Shizaya por BlueFoxDevil

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-¿¡En donde estas, pedazo de mierda!? – Shizuo comienza a patear las bancas, haciéndolas volar en pedazos y astillas contra las paredes. – Ven aquí…..I-za-ya – Canturrea apretando los puños.

 

-Sorpresa, sorpresa. – Izaya se avienta desde detrás de un escritorio entre risas, para colgarse de la espalda de Shizuo, aferrándose a su cuello. – Vamos, vamos, camina. – Izaya le da unos golpes en las costillas con los pies, como si fuera un caballo.

 

-Para… - Los brazos de Izaya le apretaban con fuerza la garganta, impidiéndole respirar. Echó los brazos para atrás, tomando a Izaya por la espalda, y, haciendo una llave pasándoselo por encima de la cabeza, lo tumbó con fuerza contra el escritorio.

 

Izaya tosió cubriéndose la boca con una mano, pero sin para de reír.

 

-Así me gusta.- Masculló sacando su navaja del bolsillo.

 

-No- Shizuo se adelantó y, dándole un fuerte manotazo en la muñeca, le arrebató la navaja. – Ya me canse de ti, pequeña mierda. Ya es hora de enseñarte modales.

 

-¿Cómo piensas hacerlo? ¿Eh? Por favor

 

-Tsss

 

La mirada de Shizuo se ensombreció aun más. Izaya apretó los dientes, intentando incorporarse; pero Shizuo le puso una mano en el pecho, y lo empujo con brusquedad para que se recostara de nuevo.

-Así estas bien, princesa. Para lo que te voy a hacer, acostado estas perfecto – Le tomó de las muñecas con una sola mano, y se las acomodó por encima de la cabeza, y, con la navaja, clavo ambas mangas al escritorio.

-¿Qué vas a hacer?  - Izaya sonrió, curioso.

Pero antes de recibir una respuesta, Shizuo  se puso a horcajadas sobre él, y de un segundo a otro, ya le estaba mordiendo los labios, con fuerza. Izaya soltó una exclamación de sorpresa, y, soltando un gruñido aun con sus labios siendo torturados por los del rubio, flexiono la pierna derecha, dispuesto a empujarlo de una patada.

El impacto nunca llegó. Shizuo atrapó su pie en el aire, y pasaba sus dedos por su muslo, acariciando hasta llegar a la entrepierna. Pellizcó con brusquedad el miembro del otro, quien gruñía, maldecía y forcejeaba.

 

-No, no, no. Mientras más te resistas, más va a doler.

 

-Jajajajaja. – Izaya reía como histérico, con su mirada penetrante atravesando a Shizuo, como retándolo. “Esto es nuevo” Pensó. Con la rodilla que aun tenía apresada entre las piernas de Shizuo, Izaya presionó el pene del rubio. – El perro tiene hambre.

Shizuo le desabrocho a toda prisa los pantalones al chico, quien ya, en vez de forcejear, lo provocaba lamiéndose los labios y moviendo la rodilla con movimientos circulares, y sentía como el miembro de Shizuo crecía bajo sus acciones. “Quiero ver que tan lejos llegas con este nuevo juego tuyo”

Tanto los pantalones como la ropa interior de Izaya terminaron en el suelo, y, Shizuo, complacido con la parte desnuda de piel que ahora se encontraba vulnerable ante él, presionó su mano contra el miembro de Izaya, masajeándolo y jugueteando con sus dedos, mientras que con la otra mano levantaba su camisa, al tiempo que lamía su abdomen, formando un camino húmedo con su lengua hasta sus pezones.

-No puedo creer que ya estés tan duro. – Izaya se burlaba sin dejar de mover la rodilla, y acariciándole la espalda a Shizuo con su otro pie. – Si no estoy haciendo nada.

-¡Callate, imbécil! – Shizuo apretó con fuerza su pene, y una ola de satisfacción lo recorrió al notar un ligero estremecimiento del contrario. Comenzó a mover la mano, bombeando su miembro; arriba, abajo, arriba, abajo. A un ritmo lento y tortuoso; mientras mordía, lamía, y succionaba un pezón y pellizcaba el otro con los dedos.

“¿Qué demonios?” Izaya se sorprendió a sí mismo reaccionando a los movimientos del otro. Quiso levantar las manos y apartarlo, esto ya estaba llegando muy lejos para su gusto, pero recordó que estaba clavado al escritorio.

-Esto si que es nuevo. – Exclamó chasqueando la lengua.

Izaya empezó a desesperarse, pero procuró mantener su rostro impasible y burlón. Shizuo no lo dejaría correrse.

-¿Duele? – Preguntó Shizuo con sus labios rosando su pezón. – Si quieres que vaya más rápido, solo pídelo. – Las puntas de sus dedos recorrían su miembro sin piedad.

“Eso es, quiere que le ruegue” Izaya sonrío para sí mismo “Vaya criatura interesante”

-Eres todo un pervertido, Shizuo. Siempre aprendo algo nuevo de ti…- No pudo evitar soltar un gemido ahogado al sentir como Shizuo lo masturbaba con mayor rapidez.

-¿Así te gusta?

Izaya no dijo nada.

-¿No? Necesito que me digas. – Cuando Izaya estaba a punto de correrse, volvió a sus movimientos lentos, para luego volver a acelerar, y así, siguiendo esta rutina enloquecedora. Izaya soltó un quejido.

-Sádico de mierda. – Izaya rió por lo bajo - ¿Quién lo hubiera dicho?

Shizuo se llevó la mano que antes había estado ocupada con su pezón a la boca, y se lamió los dedos con descaro. Izaya se tensó al sentir uno de sus dedos rosarle la entrada. “Este tipo va en serio”

-Te vas a venir hasta que yo quiera ¿Entendido? – Y, de golpe, metió de lleno su dedo índice.

Izaya dejo escapar un gemido quejumbroso.

-Muy bien. – El segundo dedo vino.

Izaya sentía un sudor frío resbalarle por la frente, y cada dos por tres un escalofrío le recorría la espalda.

-¡Espera un poco! Vaya, pues ¿hace cuanto que no lo haces que estas tan urgido? – La piernas de Izaya temblaban, pero su humor seguía intacto.

-Bueno, alguien tiene que saciar el hambre de este perro. – Le susurró al oído. Shizuo sacó ambos dedos, y comenzó a desabotonarse el pantalón. – Iba a ser amable, y esperar a que te acostumbraras un poco ¿Sabes? – El miembro de Shizuo ya estaba completamente ansioso y a la vista. – Pero, después de todo, me da igual si te duele o no. – Tomó las piernas de Izaya, y las acomodó sobre sus hombros. - ¿Ves? Así puedo tener un mejor ángulo. – Y, en menos de una exhalación, se hundió completamente dentro de Izaya, quien gritó entre maldiciones.

-Perfecto. – Shizuo comenzó a mover las caderas en círculos. Lo sacó ligeramente, para dar luego una profunda estocada. –Si, me temo que entre perfecto, Izaya. 

-Bien por ti... mmmh…– El pecho de Izaya subía y bajaba al compas de su inquita respiración.

Shizuo se movía con lentitud, sin dejar de masturbarlo. Izaya hundía las uñas en la madera del escritorio, estremeciéndose y gruñendo a cada mínimo movimiento.

Unas gotitas rojas cayeron en su abdomen; sangre.

-Se te abrió la herida de la cabeza, Shizuo. – Izaya sonrió de lado. – Si te desmayas, será todo un espectáculo.

Shizuo aceleró el ritmo, aumentando también la fuerza.

-¡Ah! Eso duele Shizuo- chan ¿Así piensas conseguir una novia? Ah…

Shizuo lo besó con brusquedad, metiendo su lengua casi hasta la garganta, mordiendo los labios aun más fuerte que la primera vez.

-Mmmh…Pervertido. – Se burló Izaya cuando separaron sus bocas, dejando un hilito de saliva tras el beso, pero sin poder reprimir los gemidos. – Esa fuerza bruta tuya hace que des miedo ¿Por eso estas tan solo? ¿Por eso nadie te quiere? ¡Ah!

Shizuo lo embistió con salvajismo. “Lo hice enojar.” Izaya reprimió una risilla.

Shizuo le lamió el cuello hasta la barbilla, succionando y dejando chupetones y mordidas en su camino.

-Eres mmmh… un monstruo.

Shizuo se quedo en silencio. Se limitaba a embestir con fuerza y a lamerlo, e Izaya lo único que podía escuchar eran sus acelerados jadeos.

“Di algo”

Shizuo le pellizco uno de sus pezones al tiempo que golpeaba aun más rápido su miembro contra la pelvis de Izaya, y lo masturbaba con destreza.

-¡Ah! –Izaya sintió como se le tensaban los músculos del abdomen. Y, arqueando la espalda, se corrió con un gruñido. –Shizuo, eres un agresivo sin carisma.

-Cállate de una vez, cabrón. – Y, penetrándolo por última vez, Shizuo se corrió por igual en silencio.

-Debo de admitir que pensé que serías mejor en este tipo de cosas. Que decepcionante.

Sin decir una sola palabra, Shizuo salió de Izaya. Se subió los pantalones, le quito la navaja a Izaya, y se hizo a un lado, quitándose de encima del chico.

Izaya se sentó moviendo los hombros adelante y atrás, para desentumecerlos.

-Bueno, fue interesante. – Se agacho por sus pantalones y su ropa interior. – Demonios…

-¿Qué es? ¿T e duele al agacharte? Pobre. – Shizuo se llevó una mano a la frente, que aun sangraba.

-Me manchaste todo de sangre.

-Lastima.

Izaya se vistió lo más rápido posible, haciendo una mueca de dolor. “Este tipo…”

-Bueno, ya fue mucho por hoy. – Izaya se acercó a Shizuo, quien se encontraba mirando distraído por la ventana, girando entre sus manos la navaja de Izaya. – Si no te molesta…- Izaya le dobló la muñeca y la tomó antes de que repiqueteara contra el piso. – Esto es mío.

-Si, si, anda, largo.

Izaya lo miró unos segundos con una ceja arqueada “¿Y ahora a este que le pasa?”

-Antes, quiero que sepas, Shizuo- chan, que me vengare. – Le susurró al oído, pegando el frío metal de su navaja a la nuca del rubio.

 

Shizuo se giró intentado asestarle un golpe en la cara, pero Izaya se echó entre risas para atrás, y corrió hasta la puerta.

-Bye, bye, Shizuo-chan. Espero nos reunamos más seguido.

 

“Amo a los humanos. Pero no entiendo para nada a este tipo. Por eso te odio, Shizuo-chan. Porque no eres humano.”

-Monstruo. – Izaya soltó una risilla mientras salía del instituto. – Uno muy interesante.

 

Izaya sintió un golpe en la espalda, y, soltando un quejido, se giró. Al levantar la vista, vio a Shizuo en la ventana, con un puñado de piedras en la mano.

 

-Olvidaste tus piedras, pedazo de mierda.


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