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ZOMBIE por kawai13

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Notas del capitulo:

Lamento mucho la demora de mis actualizaciones, ;3; pero acabo de salir hace menos de una semana de vagaciones, por lo que espero estar más activa *w*.

 

Sin ganas de poner muchas disculpas o excusas (porque tengo sueño :’v) Los dejo leer.

 

Disclamer: Los personajes de Naruto Manga/Anime no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, solo los uso, para darle vida a mis historias SIN FINES DE LUCRO.

 

 

El elaborar el plan nos tomó menos de media hora, pero en ese corto lapso de tiempo, todos aportamos ideas, vimos los problemas y tratamos de buscar soluciones prácticas.

 

Nadie quería perder a un ser querido, y entre todos nosotros, ya nos considerábamos una familia.

 

Aunque Temari camuflara efectivamente su lado serio y preocupado la mayoría de las veces, era como una mamá gallina con todos los integrantes de este grupo, pero más que nada con Gaara y el que ahora lo tuviera bien abrazado mientras recostaba su mentón en la roja cabellera, solo nos hacía ver lo preocupada que estaba.

 

Al final, y sin que nadie pudiera objetar, tomé el puesto más peligroso. Puesto por el que todos lucharon inconscientemente, intentando ser ellos las víctimas y no los que lo rodeaban, pero Temari era la Doctora, fue fácil persuadirla. Neji y Gaara debían trabajar en equipo, por lo que tampoco fue problema el convencerlos. Si no estaban juntos, tendríamos que hacer arreglos en el plan y no había tiempo para eso.

 

Estábamos esperando ahora, que la luna subiera un poco más al cielo y nos diera una perfecta iluminación nocturna. En inconscientemente, estábamos más juntos los unos a los otros que nunca antes.

 

El plan era sencillo. Y si todo salía bien, no tendría la necesidad de ponerme en colosal peligro, pero nunca nada sale como se espera y yo era el cebo en esa ocasión.

 

El tiempo pasó y antes de darnos cuenta de la situación el fuego del helicóptero se estaba extinguiendo y los cuerpo ahora eran guiados por el aroma de los jóvenes atrapados sobre el árbol más cercano.

 

El transporte fue detenido a unos cuantos metros, lejos del prado, oculto  entre los arbustos tan frondosos como altos, y con Temari de piloto. Una chica temeraria, que en sus años de juventud y rebeldía disfrutó de carreras callejeras y salía victoriosa con un enorme fajo de billetes en su bolsillo derecho y el orgullo de los hombres derrotados en el izquierdo.

 

No fue hasta el día en que Gaara, siguiendo sus pasos con solo 15 años casi muere accidentado, que tanto ella como su primo dejaron esa vida. Pero la experiencia siempre queda y ahora cada vez que  Temari se sienta tras un volante, es peligrosa, temeraria e intrépida.

 

Neji y Gaara Ahora embarraban su ropa, sin importarles que más adelante tuvieran que botar otra de sus escasas mudas y conjuntos. Mi caso era similar y diferente a la vez, habíamos usado la única manta de repuesto que poseíamos para cubrirme con ella y la usaba como un poncho o saco, realmente era la mitad de la enorme manta, así tampoco la arrastraría y no me sería un impedimento en mis futuros movimientos

 

Le habíamos hecho un hueco en la parte central para mi cabeza y yo mismo me embarraba toda la superficie con órganos pútridos y viscosos.

 

Mi rostro también fue cubierto de suciedad al igual que las pálidas mejillas de los dos jóvenes a mi costado. Todo para al menos ocultar nuestros olores hasta el momento indicado.

 

Los lentes que poco antes habíamos limpiado y guardado, fueron nuevamente reutilizados y los sillones de la parte posterior fueron cubiertos por las telas de las carpas extendidas. Debido a que ya no poseíamos algo más con que cubrir el asiento delantero. Pusimos un par de mis prendas. Todos me veían un poco preocupados de que estuviera gastando de esa forma mi escasa ropa, pero solo les sonreía y los incitaba a seguir.

 

Me acerqué a Neji y sujeté sus mejillas con unas tres líneas de sangre.

 

— ¿Acaso tu eres el kitzune ahora? — Un gorgoteo cual risa salió de sus labios, como una avecilla herida.

 

— Tú siempre serás el único kitzune en este grupo.

 

Sus manos en cambio cubiertas no respetaron los trazos con los dedos que yo me había hecho y embarró por completo mis mejillas, ocultando mis marcas pero lejos de mi boca. Trataba de ocultar mi olor todo lo que se pudiera.

 

— Te amo — Le susurro agachando mi rostro y viendo sus vidriosos ojos — Sin llorar mi príncipe, que esto no es una despedida, y tu maquillaje espectral se puede correr con tus cristalinas lágrimas.

 

— Idiota — De sus labios solo salió otra risa herida y lo escuché inhalar fuertemente conteniendo su tristeza — Si no vuelves en a mis brazos para la noche, te juro que te patearé en las bolas por poco hombre y te cortaré eso de lo que estás tan orgulloso.

 

— Lo prometo, pequeño gruñón.

 

Su amenaza fue tonta, absurda en muchos sentidos, pero ambos sentíamos que tal vez esta sería la nuestra despedida. Sería triste e irónico que fuera justo en el momento en que decidimos avanzar en este loco mundo apocalíptico.

 

Junté mis labios con los de él, sus cálidos belfos rojizos como siempre han estado y siempre he amado respondieron a mi suave toque, mientras sentía sus manos arrugar un poco la manta sobre mi pecho.

 

Gaara se acercó justo cuando nos habíamos separado, le di un beso en parte de su frente limpia a mi querido primo y me retiré lentamente sin mirar atrás. No quería alargar más esta despedida, no quería que se sintiera como un hasta nunca, en vez de un hasta pronto.

 

Mis pasos eran lentos y mi cabeza gacha, poco a poco me iba metiendo entre los seres sin vida. Aquellos que me olían un poco y luego seguían caminando a mi costado, reconociéndome como uno de los suyos, solo era uno más siendo guiado  por el supuesto calor de la fogata casi extinta.

 

Atravesar el mar de muertos, era algo aterrador en muchos sentidos. Si uno no se mantenía neutro y sereno, el sudor quitaría la sangre reseca en tu piel o ropas pegadas y haría más intenso el aroma de humano vivo, carne fresca para ellos.

 

Un ruido o algo raro ante la horda de esos inmundos seres, los alteraría y activarían su sentido del olfato mucho más fuerte y desarrollados que poseían cual animales famélicos.

 

Caminé lentamente, tratando de serenarme y no pensar en que Gaara y mi precioso Neji estaban en una situación similar a la mía.

 

Llegué al centro y seguía actuando como ellos, una caminata torpe y lenta, los brazos: o pegados a mi cuerpo mientras mi mirada seguía gacha o a veces alzados en dirección a la fuente de atracción

 

Sabía que la mayoría de ellos no podían verme, perdían la capacidad visual en unos cuantos meses después de la transformación, pero podían haber algunos recientes, o el mismo hecho de que el helicóptero estrellado fuera a causa de un recién convertido me ponía en peligro si no actuaba de forma al menos semi-realista.

 

Cuando estuve a unos pasos del árbol, puede apreciar mejor a los habitantes superiores. Parecían cansados y alterados, y el ser antes desmayado ya se encontraba recostado en el tronco con el único doncel en su regazo.

 

Los tres tenían rasgos similares. Piel pálida, cabello negro, ojos rasgados y esas ropas clásicas que usaban las familias adineradas pero apegadas aun a su cultura.

 

No sabría decir con certeza de que país de Asia eran, pero sus rasgos orientales eran demasiado notorios para ignorarlos. Neji ya los habría reconocido por el emblema dibujado en las vestimentas azuladas que poseían.

 

El joven recostado en el tronco parecía el mayor y lo veía poseer una mueca de dolor mientras su mano sutilmente pasaba por el hombro.

 

Fácilmente recibió el impacto de la caída en esa parte de su cuerpo, pero para que el menor estuviera recostado en él, no debía ser muy grave. Aun así Temari se encargaría de revisarlo apenas nos alejemos de la horda enorme por la que seremos rodeados en breves momentos con intenciones de matarnos para saciar su sed de sangre y hambre de carne.

 

Como si fuera uno de ellos, rodeaba el árbol buscando una forma para subir. Todos se amontonaban, pero yo no podía darme el lujo de que se me acercaran tanto o la capa de pútrida sangre no me serviría.

 

Cuando sentía a uno de ellos acercárseme por atrás, sutilmente daba un par de pasos hacia un costado y me alejaba otro par fingiendo que seguía buscando la forma de buscar como subir.

 

Lentamente llegué a un árbol contiguo de nuestro objetivo, y esperando a que los únicos caminantes que se encontraban merodeando esa zona más oscura avanzaran más hasta dejarme solo, saqué con sigilo y cuidado ambos cuchillos de mi bolsillo. Cuchillos de casa con la hoja filuda por un lado y dentada por el otro. No muy largos y que me serían muy útiles para mi objetivo.

 

Retrocedí unos cuantos pasos tratando de no llamar la atención de ninguno que se encontrara cerca, y con el mismo cuidado inicié una carrera hasta el árbol.

 

Mis pasos fueron rápidos y me dieron el impulso necesario para saltar fuertemente sobre una roca, luego un salto sobre la vertical corteza que me impulsó más de un metro, así al final logré clavar mis cuchillos sobre la superficie de madera fuertemente.

 

Utilicé ambos cuchillos como soporte y con ambos brazos me impulsé para que mi torso quedara por encima del nivel de donde se quedaron clavados. Los brazos estirados y los cuchillos ahora debajo de mis manos.

 

Contando el salto de la roca a la corteza, la distancia que ese impulso en la superficie del tronco me dio, y todo lo alto en lo que pude clavar los cuchillos, ya me encontraba a dos metros de altura de la superficie de la húmeda tierra.

 

Viendo hacia mis lados y ubicando la rama más cercana que pudiera soportar mi peso sin ningún contratiempo,  busqué la forma de llegar a ella. Se encontraba a la izquierda a medio metro sobre mí.

 

Probando un par de veces la resistencia de mis cuchillos con balanceos de mi cuerpo, me di por satisfecho al apreciar que no se movieron ni un milímetro, no a menos que hiciera amago de sacarlos.

 

La capa me dificultaba un poco mi siguiente movimiento, pero lentamente pude poner la suela de mi bota sobre el mango del cuchillo derecho

 

Mi diestra se deslizaba lentamente por la corteza para no perder el equilibrio, y después de respirar profundamente por un par de veces, me impulsé con mi pierna hacia la rama con las dos manos estiradas.

 

La sujeté con fuerza y sentí la corteza dañar las palmas de mis manos. La adrenalina invadía mi cuerpo y sin sentir dolor de las recientes heridas me impulsé hacia arriba con la fuerza de mis brazos hasta que por fin me pude sentar y apoyarme en la rama.

 

Respiré un par de veces mientras veía como el chuchillo que fue mi base de impulso caía hacia la húmeda tierra.  Tal vez si pudiera recuperar al menos una de las armas después de todo.

 

Viendo que mis manos solo estaban rojas y resentidas, sin heridas abiertas, me dispuse a trepar más el enorme árbol hasta encontrarme a la altura de los jóvenes atrapados.

 

Pude apreciar como las ramas de un árbol un poco alejado se agitaba.

 

Neji y Gaara ya habían subido y ahora se trasladaban mediante ramas y cuerdas hasta acercarse a nosotros.

 

Ambos fueron amigos desde jóvenes y lo que estaban haciendo ahora era saltar de árbol en árbol con cuerdas sujetas a las cinturas de cada uno. Uno saltaba, el otro se quedaba de ancla y salvavidas en el árbol anterior.  Llegaba a apoyarse firmemente en el árbol contiguo y el saltador pasaba a ser el ancla.

 

No se podía hacer esa maniobra a menos que fueran dos personas, porque el equilibrio a veces escaseaba y si el que saltaba calculaba mal o la superficie de la rama era muy resbalosa  siempre intentaría caerse hacia adelante. Para que el que se encontraba alejado equilibrara el peso del que caía con el suyo mismo, trepaba la cuerda y se podía mantener en el árbol contiguo. En cambio, si caía hacia atrás, la longitud de la cuerda por la cual se balancearían sería mucho mayor y se quedarían en el mismo árbol, no avanzarían.

 

A Gaara y Neji, lo primero que se les enseñó fue a soportar el peso del contrario. Lo segundo, siempre caer hacia adelante. Perder el miedo era el paso cero.

 

Ni yo ni Temari podríamos hacer este tipo de maniobra, ninguno de los dos posee un miembro en el equipo con fisionomía similar y era un arte que se practicaba con alguien de mucha confianza y años de experiencia.

 

Gaara y Neji llevaban aprendiendo eso 5 años antes de que todo este apocalipsis pasara.

 

La familia Hyuga siempre enseñaba esto a sus mujeres y donceles, pues los hombres tenían una contextura más gruesa y pesada por lo que no resultaban muy efectivos en este arte familiar. Cuando se le dijo a mi príncipe que debería buscar a alguien de plena confianza con quien entrenar, no dudó ni un segundo en preguntarle a Gaara.

 

Lentamente, veía como el movimiento de las ramas se acercaba y cuando estaban a dos árboles de su objetivo, veo como ahora el que salta es Gaara al siguiente árbol y se resbala de la rama hacia adelante.

 

Me tenso sentado en mi rama, mientras veo el sereno rostro de ambos. Neji con ambas manos sujetando la cuerda amarrada a su cintura, en ambas cinturas, se tira hacia atrás, haciendo contrapeso cuando Gaara cae.

 

El pelirrojo usa su fuerza y el freno que es Neji, de impulso para que su cuerda de una vuelta junto con el mismo y se sujeta de la rama cuando su cuerda da la vuelta entera y  cae nuevamente a ella.

 

Cada vez que los veo realizando esas maniobras siento que el corazón se me detiene del susto o impresión, pero debo de admitir que siempre es hermoso ver la sincronización con la que realizan cada movimiento.

 

Gaara se sienta en la gruesa rama y usa sus rodillas para sujetarse a ella con el cuerpo un poco caído hacia atrás.

 

Ahora es el turno de saltar de Neji, que se muda a otra rama  que se encuentra de forma transversal a la anterior, se apoya en el tronco y corre todo lo largo de la superficie como carrera de impulso; mientras mi príncipe salta, Gaara va recogiendo la cuerda con movimientos veloces. Si Neji cae, no tendrá que escalar mucho y Gaara se tiraría hacia atrás, para volver a hacer contrapeso. Afortunadamente no pasa.

 

No hago ni un solo movimiento hasta que ambos llegan al árbol indicado y mi corazón deja de retumbar fuertemente por la preocupación.

 

Claramente ellos tienen años haciendo ese tipo de cosas, pero me sigue asombrando y preocupando el verlos haciéndolo.

 

Escuché su señal como el ulular de un búho y respondí de la misma forma solo que con sonidos más agudos y rápidos, indicando que estaba en mi posición. Gaara abrió la pequeña mochila que cargaba Neji en su espalda y de ella sacó otra cuerda más gruesa y larga, mientras que la ballesta seguía doblada en la espalda de Gaara en caso de emergencia.   

 

Veía como Neji, mientras Gaara amarraba la cuerda a una de sus flechas, les hacía señales a los jóvenes de cabellera negra, dándoles indicaciones de que se mantuvieran tranquilos y en silencio que esperaran pacientes, pero yo ya los veía en estado de alerta, erguidos en sus posiciones, expectante de lo que dos donceles podrían hacer para ayudarlos.

 

Para asombro de esos tres pares de ojos negros, cuando Gaara terminó de atar la cuerda al árbol donde los donceles se encuentran, no la lanza hacia los extraños, sino que pasa sobre ellos con la punta de una de las flechas de su carcaj hasta encajarse a unos centímetros a mi izquierda.

 

Es ahí cuando los jóvenes se dan cuenta de mi presencia, en ese mismo momento es cuando empiezo a trepar más en el árbol hasta darle a la cuerda un buen ángulo de inclinación.  La cuerda queda justo en la cabeza de ellos cuando empiezo a amarrarla a todo el contorno del tronco.

 

Neji les hace nuevamente señales de que aún no se pueden mover y Gaara con el otro borde de la enorme cuerda amarrada a su mochila. Se pone de ancla en el árbol, Neji salta de rama en rama hasta encontrar una que le va a dar los pasos necesarios que necesita de carrera y se impulsa hasta un árbol más lejos de los jóvenes.

 

Nosotros no queremos que pasen solo de un árbol al contiguo, sino que vamos a intentar usar toda la extensión de la cuerda para que de un rápido movimiento alejarlos todo lo posible y acercarlos al piso.

 

Apenas los tres jóvenes lleguen al suelo, aun rodeados de zombies y protegidos por los dos miembros de mi equipo correrán hasta Temari. Si todo sale bien, yo me deslizaré por la misma cuerda, solo que tendré más velocidad y una caída un poco más fuerte.

 

La soga se extiende hasta dejarlos un par de árboles más lejos de lo que supuse que los azabaches pensaban llegar.

 

Cuando escuché el ulular que me indicaba que la cuerda estaba bien sujeta, era mi turno de indicarles a los jóvenes que es lo que tenían que hacer. Solo esperaba que el idioma no fuera impedimento.

 

Yo no podía llamar la atención de los muertos, no aun, no todavía, aunque esperaba que no fuera necesario. Por lo que no podía comunicarme con ellos a base de gritos y darles a los otros mi ubicación, p tenía que acercarme a los jóvenes. Y mencionárselos, hasta estar completamente seguro de que me entenderían.

 

La soga estaba a la altura de mis pantorrillas, por lo que me senté en la rama y luego coloqué mis dos manos en la soga., sostuve todo mi peso sobre ellas, y luego dejé que colgara mi cuerpo, empecé a avanzar por la soga, con todo mi peso colgando

 

Las manos seguían ardiendo, pero era soportable. Cuando estuve encima de ellos, no bajé sino que usé mis piernas  para abrazar la soga cual koala y de un impulso darme una vuelta quedando  ahora recostado de cuerpo completo  en la cuerda y viendo a los jóvenes.

 

— ¿Hablan inglés?*— Un par de cabezas asintieron, mientras los veía a todos expectantes de lo que iba a hacer  — Perfecto.

 

 De mi bolsillo saqué tres trozos de cuerda  atados de forma que tuvieran dos azas, una en cada extremo.  Es por eso que necesitaba estar recostado en la soga y no colgado, aparte así no perdería tiempo en volverme a subir luego.

 

Le tendí las sogas al joven de cabello corto que parecía el más atento a mis palabras. Las vio interrogante y luego me volvió a mirar, esperando una explicación.

 

—  Van a usar eso para deslizarse por la soga, van a pasarlo por ella  y sujetarse de ambas azas hasta llegar a donde mis compañeros los esperan para amortiguar su llegada. A lo largo de la soga hay pequeños nudos a distancias prudentes, no son tan grandes como para detener el deslizamiento que van a tener, pero sí lo suficientemente notorios como para reducir de vez en cuando la velocidad que van a adquirir.

 

» Solo puede deslizarse uno a la vez, y cuando escuchen un ulular, indicará que el siguiente ya puede movilizarse. Por favor hagan caso a las indicaciones que les van a dar mis compañeros cuando lleguen al árbol lejano y luego al piso. Yo voy a dar el primer ulular como señal de que están listos y el primero va a bajar.

 

Los miré a los tres, el joven herido y recostado en el tronco parecía serio e interesado en todo lo que decía. Mientras el único doncel me mostraba sus enormes ojos rasgados llenos de miedo. Pude notar que era mucho menor que los otros dos, no pasaba de los 15 o 16 años, y esperaba que no hubiera ningún contratiempo.

 

— Si todo sale bien, nos veremos de nuevo muy pronto. — Les dije para cerrar mi bolsillo y evitar que mis otros implementos se cayeran — Suerte.

 

Ahora la soga estaba inclinada hacia arriba  por lo que me sería un poco más difícil llegar de nuevo hasta el otro árbol, pero debía apurarme.

 

Probé subir en la posición en la que me encontraba, pero al ver que me demoraba más, simplemente bajé todo el peso de mi cuerpo y solo con la fuerza de mis brazos empecé a subir de la misma manera en que bajé.

 

Admito que por mi mente pasaron las imágenes de esa película infantil llamada Tarzan. Realmente me parecía ridículo pensar en ello, pero no pude evitar relacionar mi forma de desplazamiento con la de tan pintoresco personaje.

 

Al llegar  a mi rama en el árbol contrario, con los brazos un poco resentidos, vi como los chicos empezaban a discutir por quien iba primero, el joven doncelito parecía que quería que el herido fuera el primero en ponerse a salvo, pero ambos varones decidieron rescatar primero al menor.

 

Cuando el joven resignado estuvo preparado, los tres me miraron a mí, y apenas vi que estaban listos di la señal.

 

El doncel temeroso, cerró los ojos y avanzó un paso hacia adelante, le escuché un suave chillido al sentirse ir hacia el abismo, pero como era ligero y gracias a los nudos de la cuerda, su velocidad fue reducida.

 

Llegó y a lo lejos pude ver a Neji cogiéndolo de la cintura para que llegara a salvo, Gaara lo subió a una rama contigua y lo hizo esperar sentado mientras se le hacían ponerse uno de mis polos que guardaban en una bolsa dentro de la mochila que Neji cargaba, estaba manchado con sangre de ellos. Un ulular se escuchó de nuevo en el ambiente.

 

Fue el momento del chico herido era el más alto de todos, y se notaba mayor. Pero como necesitaba ayuda hasta para alzar el brazo derecho me preocupaba un poco.

 

Sus manos no sostuvieron como azas los laterales de la cuerda, sino que metió ambas muñecas y su compañero ajustó un poco los nudos. La mueca de dolor en el rostro ajeno me mantenía alerta.

 

Entendía que al atarle las manos era la forma de evitar que el hombre de cabello largo se callera aun si se soltaba por el dolor.

 

Aun con el suplicio que su hombro lastimado debía de significar,  vi como el hombre se sostenía de la cuerda y se lanzaba el abismo, la soga se removió un poco debido a que su peso era mayor, y el largo de su cuerpo hizo que sus pies golpearan con algunas ramas, su mano se soltó un par de veces, pero bien atado, regresaba a sujetarse de nuevo.

 

Tanto Neji como Gaara tuvieron que esperar al hombre con una soga en horizontal para amortiguar su llegada, los nudos no sirvieron de mucho en su caso y la velocidad fue acelerada.

 

Luego de que lo tuvieron de forma estable en la rama, lo hicieron sentarse al costado del menor y el joven doncel lo abrazó por la cintura. Aun así Neji los interrumpió y le dio al recién llegado la otra mitad de la manta que yo estaba usando, también cubierta de sangre y tripas.

 

Otro ulular sonó y pude apreciar que el ultimo azabache  ya estaba con las manos listas y rápidamente se lanzó.

 

Fue ahí cuando me di cuenta de que la soga entre mi árbol y el de los jóvenes empezaba a romperse. Estaba sujeta en una rama, al inicio no le había dado importancia, pero parece que al lanzarse cuerpos y ser utilizada con tanto peso, se había ido rosando con la rama y desgarrando. Rápidamente di la señal de emergencia  mientras veía como la soga se rompía céleremente,  cuarteándose fibra tras fibra hasta que finalmente cedió, rogué por que llegara antes a su destino. El ultimo chico estaba cerca, pero no llegó su cuerpo chocó con una rama inferior y el impacto le quitó toda fuerza de sujetarse.

 

Mientras el caía yo descendía por mi árbol y sacaba de mi bolsillo derecho, el más hondo una botella con gasolina con aceite de motor en el interior y una larga cuerda mojada con en la boca de la misma que me serviría como mecha.  Apenas la encendí. La lancé lo más lejos que pude dando justo donde antes el helicóptero estaba encendido. El calor atrajo a la horda de zombies que estaban rodeando a los demás y yo seguí bajando lo más rápido que pude.

 

Llegué hasta la rama inicial que me dio el pie a subir por todo el árbol y de un salto bajé del árbol cogiendo de camino el cuchillo que todavía seguía clavado y sacándolo con la fuerza de mi caída y el peso de todo mi cuerpo. Llegué al suelo aparatosamente, atrayendo un par de ellos.

 

Yo solo guardé el cuchillo recién rescatado y recogí el que estaba en el piso.

 

Empujé al par que venían hacia mí y le clavé un cuchillo en la cien al que estaba a la derecha para finalmente colocarlo en su funda que se encontraba en mi cinturón. Me saqué la manta que tenía para camuflar mi olor y el motivo por el cual ellos no habían  empezado a gritar; debajo de ella tenía mi katana, la desenvainé y corté la cabeza del otro a la mitad.

 

Saqué la otra única botella que tenía y vi la situación en la que se encontraban mis compañeros, Neji y Gaara mataban a los que se acercaban a los jóvenes de cabello negro mientras se dirigían a la camioneta que acababa de emerger de los arbustos. Pero aun así más de ellos se dirigían hacia el grupo. Por lo que prendí la cuerda sujeta a la botella y la lancé más cerca de mí, tal vez demasiado cerca.  colocándome de tras de un árbol como protección.

 

La onda expansiva** chocó contra mi resguardo e hizo retumbar todo a mi alrededor. Haciéndome ver borroso mientras un par de los caminante se empezaban a dirigir hacia mí y gritaban al olerme.

 

Medio aturdido empecé a trotar hacia la carretera mientras veía como todos se alejaban de aquellos que no olían a humano y se dirigían hacia mí.

 

Cuando pude enfocar bien la vista, vi al último integrante, sujetándose el estómago, medio doblado hacia adelante, pero con todo su cuerpo cubierto de sangre putrefacta y coagulada.

 

Gracias a Dios los cinco estaban cubiertos.

 

Mi vista se fue recuperando, y el pitido en mis oídos se redujo. Cuando vi a los jóvenes subir al carro, pero a mi aun me faltaba un buen tramo por recorrer para llegar a la pista.

 

Con la katana me hacía espacio libre  de aquellos que se me acercaban mucho y reducían aun más mi velocidad.

 

De reojo pude apreciar que todos ingresaron al carro, mientras yo pateaba a un par a mi derecha y me adentraba un poco al bosque.  Todo aquel que estaba en el claro siguió mi olor.

 

Finalmente salí de los árboles, alejándome de la horda y empujando a los pocos que se me cruzaban o con un movimiento atravesar mi arma por sus pútridos cerebros.

 

Estaba cansado, y me faltaban unos cuantos metros, pero a lo lejos pude apreciar la camioneta con Gaara saliendo del techo, estaban más atrás intentando ver por donde salía. Y luego Gaara me señaló.

 

Vi como el carro retrocedía arrollando a unos cuantos que se encontraba atrás Daba un giro completo de 360 grados haciendo que Gaara se sostuviera de la parte superior. Aprecié como la parte delantera chocaba con varios cuerpos de ellos y luego avanzaba a una velocidad apabullante. Mientras el pelirrojo se metía en el carro apenas terminó de dar la vuelta.

 

Destrocé los cráneos del último par que se encontraban delante mío y corrí lo más fuerte que pude.

 

Temari iba a una gran velocidad  y dudaba de que yo llegara antes que ella. Me rebasó y aplastó a unos tres caminantes que venían directo hacia mí por entre los arbustos.

 

La puerta del copiloto se abre y veo a Neji sacando la mitad de su cuerpo.

 

— ¡Sigue hacia la carretera! — Me grita mientras se sienta sujetándose del aza en la parte superior del carro y el borde lateral con su diestra.

 

Le hago caso y corro hacia delante aun teniéndolos a mi derecha, mientras guardo la katana en su funda aun colgada en mi espalda.

 

Las maniobras que Temari hace, son sorprendentes, maneja hacia atrás subiendo la pendiente que atravesó cuando arroyó a los caminantes y apenas llego a pisar el asfalto doy un último impulso y salto a la puerta  abierta del carro que ya se encuentra frente mío.

 

Apenas mi cuerpo se encuentra dentro, sin haber caído a la superficie del asiento o en el regazo de mi Neji, el carro se pone en Marcha y dejamos atrás a la horda de malditos.

 

Mi príncipe me ayuda a subir por completo mientras el carro sigue en movimiento. No podemos detenernos ni ir lento, debido a que las últimas explosiones causadas por mí y todo el ruido que hemos hecho, sigue atrayéndolos como moscas y en la carretera siguen habiendo pocos habitantes que se dirigen al lugar del caos.

 

Cuando por fin estuve por completo adentro, Neji cierra la puerta y Temari acelera un poco más.

 

El silencio en el carro solo es roto por lo trabajosa de mi respiración.

 

Neji me ayuda a acomodarme y sentarme correctamente.

 

— ¿Estas bien? ¿Qué te duele? — Me dice sosteniendo mi rostro — ¿Te hiciste daño? ¿Dónde te has lastimado? ¿Respóndeme por favor?

 

Le agarré sus suaves manos y le di un beso a cada una, sus palabras las escuchaba tan bajas, pero era hermoso volver a oírlo. Veo su rostro congestionado de dolor, y solo puedo acercarme a darle un casto beso en los labios.

 

— Estoy bien, solo... — Pero cuando veo la palma de sus manos encuentro sangre fresca y sé que es mía.

 

Él también se da cuenta y mira mi oído izquierdo, un hilillo de sangre debe de estar cayendo por ahí.

 

—Debe ser por la explosión cercana a ti, cuando lleguemos al rio te reviso. — Dice Temari que sigue manejando, pero fácilmente ha visto de reojo mi estado. —¿Qué tan mal escuchas?

 

 

— Solo los escucho como si estuvieran más lejos de lo que realmente están. — Le digo calmándola a ella y a mi príncipe — Pero nada más. El pitido solo fue al inicio. — Temari asintió a las cosas que le decía.

 

— Continua Tigre, quiero saber que hacer apenas lleguemos.

 

—Apenas lleguemos al río atenderás al joven de cabello largo, su hombro está lesionado, luego una revisión general al chico que se golpeó con el árbol y por último el doncel. — Volteé mi rostro y aprecié que no tenía más que unos cuantos raspones — Lo veo en buen estado, pero más vale asegurarse.

 

— Naru…

 

— Nada de peros Temari, ellos primero. —Digo sin dejar espacio a replica alguna — Como se encuentran ustedes, cerecita — Apreté a Neji entre mis brazos haciéndole entender que les preguntaba a ambos —

 

— Estamos bien, tonto. Atiéndete tú. — Dijo Gaara y recién cuando lo veo, me doy cuenta de que Gaara sigue con su carcaj alzado hacia los tres nuevos chicos.

 

— Gaara baja eso.

 

— No. — Su respuesta me alteró un poco. Algo había pasado en mi ausencia. — No hasta que lleguemos al río.

 

— Tigre, aun seas el último que se atienda, necesito saber que más tienes.

 

Vi por la ventana como el sol estaba saliendo desde el horizonte. Neji llamó mi atención rosando su mano con mi manchada mejilla.

 

— Respóndele. — Y solo pude suspirar agotado mientras comenzaba a enumerar mis dolores a nuestra rubia doctora.

 

Luego de ello me permití cerrar los ojos. Sentí como Neji me acomodaba en el asiento pegado a la ventana y me ponía el cinturón de seguridad mientras me daba otro beso.

 

Luego se iba a los asientos de atrás y aunque no pude escuchar muy bien. Supuse que también les estaba apuntando con un arma a los intrusos. Quería saber que había pasado, pero el cansancio le ganó a mi curiosidad.

 

 

Continuará…

Notas finales:

 

(*) XD Se supone que son de USA, por lo que no puedo poner los diálogos en inglés, a menos que todo el fic esté de esa forma. Tal vez en la perspectiva de Sasu si, ya que no es su lengua materna. Pero cuando Narra Naruto, todo lo que él diga se supone que está en inglés a menos que se aclare lo contrario.

 

(**) Debo ser sincera, estas bombas caseras y fáciles de hacer tienen un par de químicos más de los que he mencionado. Se les llama bombas molotov y realmente no tienen una onda expansiva como he descrito. XD Su función principal es el expandir líquidos inflamables y aumentar las zonas afectadas por el fuego. XD El aceite de motor sirve para que el combustible o químico inflamable (en este caso la gasolina) se adhiera a cualquier superficie.  En conclusión, repito que las bombas molotov no deberían causar ese daño a los tímpanos u oído interno de las personas XD. Solo le aumento el drama al fic.

 

 

Waaaa… *-* Terminé esto a las 7:47 y sentí satisfacción plena. Al inicio pensé que me iba a quedar corto el fic. Al narrar el plan (:’v Que realmente no es muy genialoso y es super simple) pensé que todo lo terminaría en poco mas de mil palabras. Y estaba pensando poner también la perspectiva de Sasu para tener mas contenido… *-* Pero no fue necesario.

 

En fin, aunque terminé de escribir más o menos a tiempo el fic, el beteo fue otra cosa, y sé que se me deben haber escapado algunos errores, pero tengo sueño y mañana me tengo que levantar temprano, so… Me mimiré. Lamento si algo no está muy entendible en la explicación del rescate. Tal vez se esclarezcan las cosas en el siguiente cap que va a ser desde la perspectiva de Sasuke, más genérico todo esto y sobre todo lo pongo porque quiero que sepan cómo es que Sasu ve por primera vez a Naruto.

 

Particularmente eso es lo que no me gusta de las narraciones en primera persona, se pierden muchas cosas si solo se ve desde la perspectiva de un solo personaje, pero eso es lo que quería practicar cuando inicié este fic.  Tampoco me gusta el hecho de poner narradores por capitulo. Así que espero no tenga necesidad de poner a Sasuke de narrador más que en el siguiente capítulo, o al menos que no se repita mucho.

 

Umm ¿qué más?

 

Oh, claro. Los loveo~~

 

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