Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ZOMBIE por kawai13

[Reviews - 63]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

HOLIUUUU :’D Acabé el ciclo de la U, y quise volver con fics para ustedes mis amores hermosos bellos preciosos. :’3 Me fue bien en la U… menos en un curso… :’c Pero fue por temas de horario que no pude asistir las últimas semanas y por ende entregar un trabajo. Fue triste porque el resto del ciclo me fue muy bien u.u Era de las mejores, pero no se puede llorar por leche derramada. EN FIN~!!!!

Acá el cap desde la perspectiva de Sasukito :3

Disclamer: Los personajes de Naruto Manga/Anime no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, solo los uso, para darle vida a mis historias SIN FINES DE LUCRO.

 

SASUKE


 


Todo pasó de forma borrosa, siento mis recuerdos mesclados y confusos. Al inicio estábamos seguros en la embajada de China en Estados Unidos. Perdimos la comunicación con nuestros padres al poco tiempo de que la pandemia se expandiera por todo el mundo. Un par de meses después, un socio de nuestra familia nos comunicó sobre su fallecimiento y que en este momento la embajada en dónde nos encontrábamos era una de las más seguras y que era preferible que nos quedáramos en este lugar.


No mintieron. La nuestra fue una de las últimas en quedar en pie, pero al final tuvo la misma suerte que cada simple refugio.


Nuestros muros eran fuertes y el armamento escondido en el subsuelo era tal que los simples guardias de seguridad se convirtieron en miembros de fuerzas especiales, o eso se intentó.


Los meses pasaron, las noticias por radiodifusión no era muy alentadora y las embajadas iban cayendo como un castillo de naipes.


Pero cuando la comida empezó a escasear, fue que la cuenta regresiva para nuestro fin inició. La tierra donde habitábamos era árida en infértil, poco útil para la agricultura que con tantos esfuerzos y pocos recursos se intentó. Por lo que nuestros supuestos hombres aguerridos, tuvieron que salir al infierno para conseguir comida.


Se abrieron las puertas y el primer escuadrón nunca regresó. Luego de una semana de espera otro escuadrón más armado y no tan confiado volvió a salir, de los diez hombres, solo volvieron dos. Y uno infectado.


No lo supimos hasta que el terror también se desató en el interior de la edificación. Todos los guardias y trabajadores de la embajada nos cuidaban y protegían, éramos de las familias más nobles y queridas en China, por lo que su prioridad era resguardar y proteger nuestra existencia para que en un futuro, un tanto utópico, nosotros seamos los dirigentes, cuando el caos reinó en la embajada fuimos los primeros en subir al helicóptero; mientras otros cinco hombres protegían el despegue de deformes bestias que cada vez entraban más y más a la embajada.


La energía colapsó y una granada creó una abertura en nuestros muros. Con nosotros subieron dos personas más a parte del piloto y despegó mostrándonos un panorama para nada bello de como los cinco últimos soldados se despedían de nosotros y se disparaban en la cabeza para no convertirse en esas bestias. Mi deber como un miembro de familia noble, era no despegar la vista del sacrificio que hacían por y para nosotros.


Viajamos en calma por menos de veinte minutos cuando nuestro sudoroso piloto calló por completo estrellando su rostro en el panel de control. Inabi Uchiha, mi guardaespaldas personal, rápidamente corrió hacia él a verificar su estado, solo para recibir una mordida en el hombro y batallar con un hambriento monstruo. Intentó dispararles pero solo le dio a uno de los motores de nuestro helicóptero; nuestro otro guardia fue en su ayuda y con una bala en el cráneo todo en el interior se calmó.


Dejó que Inabi se encargara del cadáver y fue a ver que podía hacer con el inestable transporte aéreo, aquel que empezaba a moverse cada vez con más brusquedad. Inabi tenía un par de mordidas en el brazo y un pequeño hundimiento en su hombro donde le faltaba un pedazo de su carne y se le notaban los músculos y tendones.


Él nos miró con pena y se lo encargó todo a su compañero. Se despidió de mí con un beso en el dorso de mi mano y al borde del helicóptero se dio un tiro para no convertirse cuando callera al abismo.


Mis nervios estaban destrozados pero no hubo ni un mísero segundo para llorar la muerte de quien me vio crecer y, recién me entero, estaba enamorado de mí.


El piloto hizo todo lo posible por intentar mantenernos en el aire y buscar un lugar despejado para aterrizar, pero aun así el choque ya cerca de la tierra fue inminente y su muerte al recibir todo el impacto una más de nuestras perdidas.


Mi hermano Itachi se lastimó el hombro protegiéndome con su cuerpo de la caída y aun con nuestras pocas fuerzas corrimos fuera del vehículo a uno de los enormes árboles que rodeaban el pequeño claro y poco antes de que una horda de ellos llegaran nos las arreglamos para estar los tres sobre una enorme rama.


Sai tenía muchos golpes en su cuerpo, pero nada grabe. Itachi tenía el hombro herido y no podía moverlo mientras que yo me encontraba en un pequeño estado de shock viendo como el helicóptero hacía una enorme fogata que solo atraía a más de los seres monstruosos.


Las horas pasaron y me sentía tan inútil como hace cerca de un año cuando inició todo este holocausto. Como doncel cuidado en una familia tradicional de China, era tratado como una rosa que solo se debía dedicar a las bellas artes y la delicadeza en cada uno de mis movimientos. Mi padre era muy estricto conmigo y nunca me dejó inmiscuirme ni en los negocios ni las artes marciales que tanto mi hermano como mi primo practicaron desde jóvenes. Y debo recalcar que lo intenté un centenar de veces.


Por mi mente solo pasaban las escenas de la gente que se sacrificó por mi causa en menos de un día. Como se disparaban por honor y orgullosos al haber podido proteger a los miembros de una familia tan prestigiosa, como gente era mordida intentando alejarnos de los seres monstruosos. Como mi hermano y Sai podían protegerse a sí mismo y se arriesgaban por mí, el inútil de la familia.


Lo odiaba, odiaba todo lo que había pasado ante mis ojos sin yo poder hacer nada para cambiarlo.


La noche llegó a su pleno apogeo, la luna estaba en lo más alto del cielo y el fuego estaba extinguiéndose. Según Sai, esperaríamos a que se apagara y todos los de abajo se dispersaran por falta de algo a lo que cazar, oler u oír, en resumen. Nuestro plan era “esperar”


Cuando todo estaba tranquilo. Itachi dormitaba apoyado al grueso tronco y yo intentaba hacer lo mismo recostado en su pecho y rodeado por su brazo bueno, mientras Sai hacía guardia, fue en ese momento cuando las cosas empezaron a suceder.


El sonido de las hojas del árbol moviéndose y de las ramas crujiendo un poco se empezó a intensificar, no era un ruido ensordecedor ni uno que hiciera que los de abajo nos prestaran atención, pero si algo que oídos humanos que esperaban calma pudieron distinguir.


Con asombro, tanto Sai como yo, vimos como dos donceles estaban llegando al árbol junto al nuestro con solo unas cuerdas, un equilibrio extraordinario y saltos que nos dejaron con la boca abierta. Sutilmente desperté a Itachi cuando el sonido de ulular fue respondido, pero nosotros solo estábamos expectantes de lo que dos donceles, seres como yo que supuestamente solo debían ser protegidos intentaban salvarnos.


Entiendo que en muchos países, en especial en USA y gran parte de Europa, la igualdad era normal y la destreza era bella de admirar en ambas partes, pero debo de admitir que me daba un poco de vergüenza por sentirme tan insignificante y celos por verlos a ellos tan intrépidos.


Aun así veía tanto a Itachi como a Sai preocupado de lo que dos jovencitos pudieran hacer por salvarnos, mientras yo anhelaba que les demostraran que no somos indefensos, también estaba un poco dudoso, lo quisiera o no, mis crianzas aun gobernaban mucho mi mentalidad.


El pelirrojo de enormes ojos exóticos alzó una ballesta y disparó para asombro de todos nosotros, pensamos que nos darían la cuerda pero al ver que pasaba por nuestras cabezas supusimos que había fallado hasta que en el otro árbol contiguo a nosotros por el lado contrario a los donceles, un apuesto varón rubio de ojos azules veía la flecha y la cogía como si estuviera muy confiado de la puntería del joven.


Mi cuerpo tiritó al ver el musculoso cuerpo trepar con total facilidad y atar la cuerda un poco más arriba de nosotros.


El doncel de cabello largo color chocolate y aperlados ojos nos dice que aún no hagamos nada y los vemos alejarse con sus intrépidos movimientos unos cuantos arboles más.


Cuando escuchamos el ulular nuevamente el rubio se colgó de la cuerda con sus fuertes brazos y llegó hasta nosotros como si no se le dificultara para nada moverse de esa manera.


Nos preguntó si entendíamos el inglés y habiendo sido una de las familias más nobles de toda china, sabíamos un mínimo de cinco idiomas. Mi hermano y Sai asintieron, mientras yo me quedaba como un bobo viendo su rostro camuflado con pútrida sangre. Aun así me parecía apuesto y gallardo.


Nos explicó el arriesgado plan que íbamos a realizar y he de decir que el miedo me volvió a embargar y poner los pies sobre la tierra, figurativamente hablando, claro está. Sai cogió las tres cuerdas con nudos que formaban azas y volvimos a ver como el rubio varón volvía a subir con agilidad y destreza por la cuerda.


— Tú vas primero, Sasu — Dijo mi hermano cuando el joven volvía a estar sentado en el árbol opuesto.


Yo no entendía porque tenía que alejarse de nosotros en vez de bajar desde nuestro árbol. Pero escuchar esas palabras de mi hermano me hizo ponerme un poco en contra de sus decisiones.


— Estas herido, Aniki. Tú eres prioridad. — Rebatí sabiendo de su delicado estado.


— No. — Tajante y escueto. — Eres el doncel, tienes que ir primero.


Iba a contradecirlo de nuevo, estaba acostumbrado al hecho de que ser doncel me ponía de una forma u otra en una posición menos ventajosa o más protegida, pero eso no significaba que no lo odiara. Sai calmó todos mis intentos por refutar.


— Mientras más rápido bajes, antes podrá ir Itachi, o sino todos estamos perdiendo tiempo valioso para escapar.


Un poco inconforme pasé la cuerda por la soga sobre mi cabeza y cuando estaba listo volteé mi rostro hacia el rubio. Reconocí su ulular y cerrando mis ojos mientras apretaba fuertemente las asas caí al vacío. Un pequeño gemido de susto escapó de mis labios, por no poder sentir nada bajo mis pies para sostenerme, pero en contra de todos mis pensamientos, me di con la sorpresa de que no estaba bajando rápidamente, sino a una velocidad moderada.


Alguien me sostuvo de la cintura cuando por fin sentí una superficie semi curveada bajo mis zapatos. Al abrir los ojos, el bello doncel de cabellos chocolate me calmó con una caricia y palabras de consuelo mientras el pelirrojo me puso seguro sentado en otra rama.


Luego de ello mi hermano vino, y lo vi haciendo una mueca de dolor por su hombro, los jóvenes solucionaron el problema de su peso de una forma muy eficaz e inteligente. El pelirrojo lo puso a mi costado luego de ponerle a él una capa como la mía de pútridas entrañas y solo pude abrazarlo mientras esperábamos a Sai.


Pero de nuevo el caos emergió, se escuchó el ulular del rubio varón, pero más fuerte rápido, como un animal asustado, y unos segundos después de ello, la cuerda de Sai se rompió, estaba tan cerca de la meta que creí ilusamente que lograría llegar. Vi como su cuerpo colisionó con la gruesa rama, nuestros dos rescatista intentaron agarrarlo, pero fue tarde.


Sin aire y semi inconsciente se calló hasta el verde pasto. El sonido fue fuerte y atrajo a muchos de esos entes. Tanto el pelirrojo como el de cabellos largos, bajaron rápidamente. EL ultimo empezó a matar a todo aquel que se acercara con una destreza inimaginable, mientras el más bajo me ayudaba a mí y a Itachi a bajar y con toda la celeridad posible y le ponía a Sai otra capa con sangre e intestinos; rápidamente los monstruos dejaron de venir como olas a nosotros, solo pocos se daban cuenta de nosotros.


Me impresionó que ellos sepan que cubriéndonos con su sangre no nos reconocerían tan fácilmente, se nota que saben tantas cosas por experiencia, de verdad todos ellos son seres dignos de admiración.


Era algo nuevo para mí pero sé que se me quedara grabado para la posteridad, no tenía idea de que eran guiados no solo por el sonido, sino también por nuestro olor. ¿Qué más los atraerían? ¿Cómo sabían que seguíamos vivos? ¿Por nuestro olor que tenía algo peculiar?, ¿cuál era la diferencia que apreciaban?, ¿por qué apenas uno moría dejaban de ir a tropel hacia esa persona? En tan solo un instante ya no eras lo que ellos más deseaban y eso debía tener alguna explicación.


Solo fueron cinco segundos mientras nosotros caminábamos, cuando apareció una enorme camioneta al final del claro, también cubierta te tripas y sangre podrida.


El pelirrojo estaba detrás de nosotros, si una bestia se acercaba lo suficiente para reconocernos aun con el camuflaje de olor, le metía un enorme cuchillo en la sien. Mientras que el joven adelante tenía más destreza con esas Dagas. Eran delgadas, y se notaban mortalmente filosas, pero llenas de sangre.


Avanzábamos a paso seguro, ellos no dudaban mientras que yo, aun en contra de mi orgullo, temblaba de miedo. Ellos eran donceles, como yo. Y eran tan temerarios que sentía el asombro y respeto emanar de mis familiares.


Llegamos en menos de un minuto a la camioneta. Solo sé que había escuchado dos explosiones en ese corto lapso de tiempo en donde poco a poco los monstruos dejaban de venir hacia nosotros y cuando finalmente ingresé a la camioneta, un suspiro de alivio invadió mí ser, tan corto que se rompió con el grito de Sai.


— ¡AVANCEN!* — Dijo mi primo en Inglés — ¡Se están acercando por el ruido, nos cerrarán!


La mujer rubia que conducía lo calló y mandó a sentarse.


— ¡¿NO SABES MANEJAR MUJER!? — Sai no era irrespetuoso, pero supongo que todo el estrés lo hacían un ser irracional.


EL pelirrojo se subió por la puerta encima del capot, de la cual no me había percatado, no sabía qué hacía, pero me aterre al pensar que su olor (se había quitado la enorme remera con sangre) los atrajera. Me apretujé a Itachi que intentaba calmar a Sai, pero sabía tenía el mismo pensamiento que él. Yo también deseaba que arrancara.


— ¡A CALLAR!— Dijo el de cabellos marrones.


Pero Sai dentro de la histeria vio el cuchillo de caza que el pelirrojo dejo descuidadamente en el sillón e intentó pasar por el doncel.


El de ojos perla se dio cuenta apenas el cuchillo ya estaba en la mano de mi primo. Por lo que se abalanzó a él, le dobló la mano hasta que lo soltó y le dio un golpe en la nariz con el codo.


Fue muy rápido y efectivo, mi primo terminó casi noqueado con su nariz chorreando de sangre. El de ojos perla. Nos miraba ahora seriamente. Alejando el cuchillo de nuestro alcance y con dos dagas en sus manos.


De pronto el pelirrojo dio un par de golpes sobre el carro y señaló algo mientras gritaba.


La chica. Movió la palanca de cambios, pisó el freno y ya nos encontrábamos casi derrapando, no sé qué hizo pero dio una vuelta de 360 grados donde golpeaba con el frente de la camioneta a todos aquellos que nos hubieran dificultado avanzar y arrancamos a una dirección exacta, aun paralelos al claro.


El pelirrojo bajó y saco el carcaj de su hombro para apuntarnos, había oído todo, mientras que el otro chico guardaba sus armas y se iba a los asientos de adelante.


—No vuelvas a repetir que no se manejar, ¡IDIOTA!— Le dijo con burla a Sai sin despegar la vista del frente.


Se abrió la puerta del copiloto y veo como el joven está casi colgado.


No sé en qué momento nos hemos metido a la hierba y arbustos. Pero nada de eso importa cuando veo al rubio correr en paralelo a nosotros y al llegar nuevamente a la pista se lanza con una magistral exactitud.


Apenas el cuerpo ingresa aun casi levitando en el aire. La chica arranca hacia el frente y por fin nos alejamos de ese lugar.


Me duele el panorama que tengo adelante. Como aquel doncel, que ahora sé que se llama Neji, y el rubio se abrazan y besan. Como comparten caricias y miradas de preocupación.


Se escucha su voz fuerte dando órdenes, coordinando todo. Como se preocupa por nosotros antes de que lo atiendan a él con un estado tan lamentable.


Es ahí cuando noto, al igual que Ita y Sai, que el rubio fue la carnada que atrajo a todos esos seres mientras nosotros escapábamos. Es ahí cuando veo que Sai se siente como basura al ver como el castaño recuesta al rubio y lo asegura en su lugar para al final volver a apuntarnos junto con Gaara.


Por eso el rubio no bajó con nosotros. Por ello de un momento a otro dejaron de acercársenos en masa para ir por él. Él fue el que provocó dos explosiones llamando la atención de ellos y atravesándolos el solo.


Un dolor en el pecho de culpabilidad me invadió al haber tenido el pensamiento de acelerar, de no percatarme de su falta, de que mis deseos hubieran causado su muerte.


— Nombres — Dice el pelirrojo con sus turquesas ojos viéndonos con ira.


Siento que se arrepiente de salvarnos.


— Es descortés pedir nombres sin presentarse. — Dice mi hermano mientras se incorpora con una mueca de dolor en el rostro.


El pelirrojo solo bufa entre enojado y divertido por el descaro que ha tenido y apunta a Itachi concretamente con su ballesta


— También es de mala educación intentar atacar a las personas que te salvan el pellejo. — Dice de forma feroz, pero luego responde la tacita pregunta de mi hermano — Gaara. — Mueve el arma como dándole la palabra a mi Aniki.


— Itachi — Mi hermano sonríe con un poco de dolor aun en sus facciones. — Un placer que alguien tan bello me apunte con un arma.


Veo al pelirrojo rodar los ojos, mientras yo miro un poco sorprendido a mi hermano y escucho un par de ricillas de Neji y la chica Rubia.


— Temari tras el volante, chicos pretenciosos. — Dijo con una alegría renovada y alzando una mano por unos segundos. — Y el que duerme a mi costado y desearon dejar atrás a morir es Naruto. Nuestro Líder.


— Así que para la próxima tengan más cuidado con lo que desean. No miren las cosas de forma egoísta o nosotros los dejaremos a su suerte — El joven de cabellos castaños saca una liga un poco roída y recoge su cabello, bajando por unos segundos sus dagas. — Por cierto, mi nombre es Neji.


Me muerdo el labio al escuchar esas palabras, el pensar en ese panorama, da más miedo de lo que imaginaba. Si bien Sai e Itachi son fuertes. Mi hermano está lastimado y ninguno de nosotros tiene experiencia viviendo en este catastrófico mundo.


Sai se limpia lo poco de sangre que aún queda en su rostro por el golpe en la nariz y entrecierra los ojos viendo detenidamente al que se acaba de presentar.


— ¿Neji Hyuga? — Indaga mientras la sorpresa emerge en mí e Itachi — ¿de la Familia Principal HYUGA?


— El mismo, ahora puedes presumir con uno de esos muertitos que un Hyuga te rompió el tabique. — Dice burlón, mientras vuelve a coger las dagas después de hacerse una cola alta.


— Tsk. — Sale un chasquido de la boca de mi primo — Nuestra familia iba a hacer tratos con ustedes antes de que todo esto pasara. — Soy Sai y todos somos de la familia Uchiha.


La rubia de adelante da un silbido de sorpresa. Me llena un poco de orgullo el sabernos reconocidos por nuestro apellido. Pero no por mucho.


— ¿Y como unos principitos pudieron sobrevivir a esto? No, no. No respondan — Dijo cantarina mientras daba vuelta en una adyacente. — Estaban encerraditos como muñequitos de porcelana en una fortaleza que ya no existe — Dio justo en el blanco — Es eso, ¿no? — Pero no respondimos — ¡JA! Lo sabía. No había otra forma.


Gaara afirmó con una sonrisa en sus labios. Él pensaba lo mismo y se regocijaba de vernos con un dolor ubicado justo en nuestro orgullo.


— ¿Y tu pequeño? — Dijo Neji mirándome de forma más cálida que a mi hermano y a mí — ¿Cómo te llamas?


Yo alcé mi rostro hacia Itachi, pidiéndole mudamente permiso para responder. EL solo asintió mientras me acariciaba el hombro.


— Me llamo Sasuke.


— Bueno, Sasuke. — Dijo en tono seco Gaara. — No tienes que pedir permiso para responder algo tan simple. ¿Sabes?


Me mordí el labio. Sé que no se debe, no al menos ante los ojos de ellos. Pero así me han criado. Así se vive en la familia Uchiha y aunque muchas veces de pequeño me intenté rebelar. Mi padre, que en paz descanse, me ponía en mi lugar haciéndome callar.


— La costumbre — Susurré alicaído bajando un poco la mirada hacia mis manos — Así es la vida en la familia Uchiha.


El que dijera todo eso, ya hubiera sido una falta de respeto frente a mi padre, pero Sai e Itachi eran más permisivos.


— Es comprensible, Gaara. Su familia es arraigada a las costumbres, incluso más que la mía. — Neji


— Bueno, supongo que tienes razón. — Respondió el pelirrojo desviando los ojos por un momento — Pero tendrán que adaptarse tarde o temprano, porque sino será un estorbo para nosotros. — El chico no lo dijo con mala intención, su tono de voz indicaba que lo pensaba seriamente — Y estos dos supuestos varones también tendrán que aprender rápido. — Admito que en ese momento si se escuchó su tono de burla— No querrán que unos donceles y una mujer los paren protegiendo.


— Justo en el orgullo de un oriental — Dijo Itachi aun en son de broma — Tienes una boca muy filosa, Rojito.


Neji simplemente soltó una risa cantarina y la rubia una carcajada estruendosa


— Y eso que aún no te ha tomado confianza — Dijo Temari, mientras seguía riéndose. — Te aseguro que este “rojito” tiene un repertorio más grande de groserías que un marinero veterano.


Eso hizo resoplar al pelirrojo mientras se acomodaba unos mechones con un soplo, ya que aún seguía con la ballesta apuntándonos.


De pronto Neji dio un bostezo cual gato. Tapándose la boca con su mano y luego limpiándose la lagrimilla de los ojos.


— Ve a dormir hasta que lleguemos — Dijo Gaara sonriendo de lado — Apuesto que Naruto no te dejó dormir muy bien la noche anterior.


El castaño solo frunció un poco el ceño pero no negó nada. Debo admitir que las palabras de Gaara me abochornaron, pero también me dolieron.


— Aceptaré tu propuesta solo porque si estoy muy cansado. Pero luego me encargo yo de la primera guardia.


Cuando todo se sumió nuevamente en silencio y media hora después de dejar de ver como Neji se acurrucaba junto al rubio que aun en sueños lo abrazaba, fue que me atreví a hablar. No estaba dispuesto a ser un estorbo.


— Y… ¿ustedes me pueden enseñar a defenderme y usar armas?


— ¡Sasuke! — Gritó conteniendo un poco su voz por las personas dormidas al frente — No debes hacer eso.


— Pero quiero hacerlo. Quiero poder defenderme por mí mismo.


Mi hermano me miró con preocupación e indecisión. Mientras con su brazo bueno apretaba su agarre en mi hombro.


— Te prohíbo hacerlo — Sai interrumpió mi batalla visual y solo pude fruncir un poco el ceño.


— ¿Le prohíbes poder defenderse en caso de emergencia? — La rubia bufó indignada — ¿Enserio puedes ser tan retrograda?


— Sasuke apenas tiene 16 años. Aun es un niño — Su voz estaba llena de cólera — No pienso exponerlo.


— Para tu comprensión, genio. — Respondió ahora Gaara con burla y un poco de odio en sus palabras — tu Sasu, YA está expuesto. Solo mira tú puto alrededor — Dijo alzando las manos — Que estés en este carro no significa que estemos seguros. Y han tenido suerte de que los encontráramos. — Volvió a coger la ballesta y le apuntó directamente a Sai — Porque sin armas, comida, un doncel que no sabe defenderse y otro miembro herido que con las justas puede moverse . Tsk. Déjame decirte que no hubieran sobrevivido más un día al bajar el árbol


— Sin ser malos chicos — Agregó Temari — Yo les daba horas después de bajar del lugar. Y tuvieron mucha suerte de que Naruto y Neji quisieran ir a rescatarlos. Si el líder nos dice que avancemos, lo hacíamos sin voltear atrás.


— ¿Tan inhumanos podrían llegar a ser? — Dijo con repudio y asombro Sai. — ¿Nos hubieran dejado morir?


— No es ser inhumanos. — Dijo una voz ronca y varonil, captando la atención de todos — Es el instinto de supervivencia. Ahora es así. Ahora si te preocupas por alguien más que no seas tú o tu gente. Mueres. El ser piadosos puede ser una debilidad y a aquellos que salvas se pueden convertir en tus asesinos. — Todos nos quedamos callados — No sé cómo tienen pintado este mundo chicos, pero la gente ya no es lo que antes eran y no se debe confiar tan fácilmente en desconocidos.


— Ustedes son desconocidos — Salió de mis labios sin que yo realmente procesara mis palabras.


Tanto Itachi como Sai se tensaron en verlo desde mi punto de vista. Pero solo pude sacar una fresca risa del hombre que aunque no veo, escucho y sé que está en los asientos de adelante.


— Si, unos estúpidos desconocidos que arriesgaron su vida por personas que no parecen muy agradecidas.


Su voz cargaba un poco de enojo y rencor. No pensé escucharlo de esa forma, cuando estábamos en el árbol se había escuchado tan amable y carismático que realmente pensé que había hecho algo mal.


— ¿Desde hace cuánto escuchas Naru? — Pregunta el pelirrojo un tanto asombrado.


— Sacaron a flote mi tema favorito, así que no me pidas que esté de buen humor.


Temari silbó divertida y luego soltó unas carcajadas.


— Bueno, Sai. Nuestro bombón te va a ver con enojo por un buen tiempo.


Yo miré a Gaara sin entender y el solo negó un tanto divertido, como queriendo quitarme la preocupación que reflejaba mi rostro.


— Tranquilo pequeño. Solo está enojado con el idiota de tu pariente. — Movió la cabeza señalando a Sai.


— ¿Pero yo que hice? — Dijo indignado y cruzándose de brazos.


— ¿Enumero la lista? — Le respondió burlón — ¿O solo te digo lo que hizo enojar a Naruto?


— Oh Dios, la lista, la lista — Dijo divertida Temari.


— Yo no recomiendo la lista — Dijo otra voz adormilada, era Neji, pero el sí asomó su cabeza justo encima del asiento del copiloto. Eso significaba que… estaba sentado en el regazo del otro. — Solo lo harían enojar más.


— Bueno, para ser directos. Menosprecias a los donceles y en más de una ocasión que lo has hecho notar.


— ¡No los menosprecio!


— ¡Donceles Y MUJERES! Que sean mayoría no implica que me ignoren. — Recalcó Temari aun con su sonrisa burlona, aquella que podía ver de costado. — Y lo haces a cada momento querido.


— Si los has tratado como menos solo por ser lo que son, ya los menosprecias — Dijo Naruto en tono seco.


— Por el único motivo por el cual Naru dejará el enojo hacia ti, fácilmente en el olvido, será porque es así como te criaron, dentro de una familia exigente, que espera lo mismo de todos sus miembros. ¿No es así, Naru? — Dijo dando un beso a la pequeña mata rubia sobresaliente del sillón.


— Tsk. Tan manipuladores que son y los creen débiles. — Se quejó — Si dejan entrenar al pequeño, mi enojo se va.


Mis ojos se abrieron y la esperanza emergió de mí ser. Vi a mi hermano esperanzado y cuando lanzó un suspiro derrotado supe que por fin había logrado algo.


— Gracias, hermano. Te lo agradezco mucho — Dije en Chino. No pude evitar que mi idioma natal surgiera de mis labios. — No te defraudaré, te prometo que enorgulleceré a toda la familia.


— Pues yo no estoy de acuerdo, Itachi — Dijo Sai, también en Chino. Viendo un poco retador a Itachi. — A parte de ser doncel, lo que me preocupa es su edad.


— Pero estoy seguro de que ustedes entrenaron artes marciales desde los cinco o menos años — Nos sorprendimos al escuchar hablar a Neji en nuestra lengua. — Y no me miren como si ustedes no supieran más de cuatro idiomas.


— Bueno, antes de que Naruto y Temari chillen como niños, vuelvan a hablar en inglés — Dijo Gaara divertido por los quejidos que saco de ambos rubios. — Y sí, yo también los entiendo.


— Si hablamos de edad — Dijo Neji ya en inglés — Se podría decir que Sasuke aún puede aprender un poco de artes marciales, no con tanta rapidez ni facilidad como un infante, pero aún podemos lograr buenos avances con él.


Sai se quedó sin palabra y solo miró enojado como un niño regañado hacia la ventana.


Ya con el tema zanjado. Gaara por fin bajó la ballesta y Neji volvió con nosotros.


— Pueden dormir muchachos, solo necesito al bombón de copiloto para que no me de sueño a mí también.


Silenciosamente todos aceptaron la propuesta de Temari y lentamente mis ojos se cerraron teniendo de panorama a todos somnolientos y por fin el rostro sonriente del rubio mientras conversaba con Temari.


— Les avisaremos cuando lleguemos al lugar. Dulces sueños — Su voz grave solo me sacó una sonrisa mientras me acomodaba de nuevo en el pecho de Itachi.


Iba a poder entrenar, y todo gracias a la intervención del apuesto varón


 


Continuará…

Notas finales:

:B Por favor háganse los locos y piensen que Uchiha es CHINO y no japonés XD.

(*) Ok, lo admito, soy floja, no tengo muchas ganas de poner los textos en inglés y luego la traducción. Entiendo el inglés, puedo leerlo (muy lentamente y me frustra un poco, pero puedo) y me defiendo en el habla, pero para serles sincera, la gramática no es fi fuerte. So… YOLO XP. Amenos que diga: Habló en japonés u otra cosa, las conversaciones siempre van a estar en inglés. Aclarado el punto :v. Seguiré escribiendo.

Ahora ya saben que no es que el bello Gaarita fuera desconfiado por las puras, UwU Tuvo un porqué su accionar.


Y luego de eso todo estuvo un poco calmado pero las cosas ya llegarán. A ponerse interesantes 7u7. Solo nos quedaran un par de caps. COMO Máximo antes de que acelere un poco el tiempo, para que más personajes se integren y para que las cosas pasen.
Ummm… yo solo digo que no se encariñen con nadie que no sea Naru… :’c en un mundo de Zombies el matar personajes será mi “pan de cada día”

PAGINA PARA SEGUIR ACTUALIZACIONES


https://www.facebook.com/groups/168180026717513/


PAGINA PARA SEGUIR ACTUALIZACIONES

~Nos leemos pronto~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).