La noche se hacia más profunda llenando de oscuridad toda aquella habitación en la que aquel muchacho de ojos negros trataba de descansar sin conseguir conciliar el sueño, a pesar de que su cuerpo y mente estaban realmente agotados le era imposible dormir un segundo pues cada que cerraba sus ojos aquel rostro se proyectaba en su mente, los ojos azulados con esa mirada arrogante, los gruesos labios con aquella expresión de burla, su cabello trenzado que colgaba siempre a la par de cualquiera de sus movimientos, fue capaz de ver a aquella persona en muchas etapas de su vida, momentos que ni siquiera él recordaba que habían compartido. Todas esas imágenes aparecían fugazmente como una pequeña filmación desde la más antigua cuando ambos eran aun unos niños hasta aquel ultimo momento que lo marco realmente, aquel momento en que lo tuvo tan cerca de si como nunca antes y en el que sus labios se unieron en un cálido beso lleno de mil sensaciones diferentes .
Algo dentro de Ryoga no le permitía estar en paz, una ultima imagen en la que los ojos azules se tornaban suplicantes y deprimidos justo después de haberlo golpeado, siendo una expresión que no denotaba otra cosa que derrota o ternura haciéndolo sentir desesperado y ansioso por tenerlo de nuevo frente a él, ser capaz de abrazarlo, enterrarse en su pecho e impregnarse de aquel perfume que siempre lo bañaba y poder decirle <<No te preocupes. No ha sido malo>>
Este pensamiento le taladro la mente en solo unos instantes llegando a lo profundo de su conciencia preguntándose ¿Realmente no ha sido malo? ¿Qué había sido realmente lo que había ocurrido entre ambos en ese momento? Y sobre todo ¿ Por que sentía aquella extraña necesidad de estar al lado de Ranma otra vez?
La desesperación de no dormir lo lleno completamente, fastidiado salto de la cama para arrodillarse en el suelo y agacharse buscando algo debajo del colchón. De debajo saco una pequeña caja negra del tamaño de las cajas de zapatos, la sostuvo unos momentos con ambas manos contemplándola como si fuera el mayor de sus tesoros y realmente así era. La abrió con cuidado y se rio quedamente al observar el sin fin de cositas que se encontraban apretadas en el interior, metió la mano y saco un pequeño cochecito de plástico cuyo estado era realmente lamentable pues estaba golpeado y le faltaban todas las llantas <<Siempre fuiste él mas veloz>> pensó como un pequeño dialogo dirigido al pequeño objeto. Continuo revolviendo el interior de la caja y se topo con objetos inservibles pero impregnados de un sinfín de maravillosos recuerdos, los observo por unos segundos pero su intención no era pasar la noche rememorando cosas pasadas a detalle, el estaba concentrado buscando algo diferente un objeto en especial. Vacío por completo el contenido de la caja y casi al fondo se topo con un pequeño sobre de papel azul, jalo el cordón que lo mantenía sellado y lo agito para vaciar su interior. Collerón 5 o 6 tarjetas postales, fotografías de su infancia, las observo buscando una en especial. Tomo una fotografía del centro y la vio con mas nostalgia que cualquiera de los otros objetos, en ella se podía ver claramente aun par de niño de unos 6 años que vestían uniformes idénticos de artes marciales , un traje de dos piezas color azul marino ceñido con una cinta amarilla en la cintura. El niño que era ligeramente más alto de los dos mantenía una mirada despreocupada atenta en el cuerpo de du adversario, ligeramente agachado con una mano dispuesta a atacar y la otra ubicada en posición de defensa, todo su cuerpo tenia un porte muy elegante, sus labios dibujaban una sonrisa confiada y su cabello largo estaba sujetado por una conocida trenza corta. El otro niño mantenía una pose más tensa con los ojos invadidos por la ira y sus labios limitados por sus pequeños colmillos que asomaban en las comisuras laterales, su cuerpo estaba más descuidado pero igualmente parecía ser un guerrero muy fuerte dispuesto a atacar.
- ¡Que tiempos aquellos! - dijo para sí mismo
Se tiro nuevamente sobre el colchón sosteniendo entre sus manos la pequeña imagen, prendo sus ojos en el chico más alto sintiendo como sus latidos se salían de control, una extraña sensación que nacía en la boca del estomago se fue propagando hasta invadir todo su cuerpo con nauseas y a su vez su mente iba transformando esa imagen infantil en la viva presencia del joven Saotome que conocía en ese momento, el chico de mirada profunda y labios seguros, el más fuerte dentro de la categoría de combate libre y el que por encima de todo tenia una larga historia que compartirán. Mentalmente sus ojos recorrieron esa imagen haciéndolo notar que conocía perfectamente cada parte de él pues después de tantos años inconscientemente había memorizado su perfecto cuerpo.
- Ranma - se dijo casi renegando de sus propios pensamientos - Acaso … será que tu … - no fue necesario terminar aquella frase en voz alta pues las siguientes palabras rebotaban en su cabeza insistentemente como demandando toda su atención … <<¿Tu me quieres?>>
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- Ranma me haces tan feliz - comenta la chica de cabello castaño que se encuentra pegada al pecho del chico que la mira realmente confundido, un rubor inocente le cubre por completo el rostro a Ukyo que no consigue creerse de todo la fortuna que tiene al encontrase en esa situación con su amado Ranma.
En esta posición el joven observa el rostro níveo de su acompañante se da cuenta de que es realmente hermosa , sus ojos castaños sobresalen en aquel pálido rostro; el aliento de la joven cumbre completamente su ser poniéndolo muy nervioso pero aprovecha para saborearlo. Completamente lleno de aquel aroma cierra los ojos y siente al momento el roce de los fríos labios de la mujer, por unos instantes se queda pasmado ante la situación, ella comienza a dar mayor intensidad a aquel beso aferrándose al trozo de felicidad que tiene ahí , en ese momento, el corazón de Ranma comienza a acelerarse pero por las razones "equivocadas", conforme el tacto se hace más insistente su mente se ve gobernada por la presencia del chico de ojos felinos, el palpitar se vuelve desenfrenado y su cuerpo comienza a reaccionar ante aquel contacto. Ukyo se siente realmente afortunada de despertar aquella pasión en el chico de la trenza pero tristemente no es ella si no el recuerdo vivido de Ryoga el que le hace perder la razón.
Las manos inquietas del muchacho comienzan a explorar terrenos prohibidos lleno de aquel éxtasis espontaneo, aferra sus manos a la espalda de su acompañante pero el momento en que sus cuerpos se unen con fuerza lo hace despertar de aquel embrujo, la sensación del pecho esponjoso y suave de la chica le recuerda que en ese momento no se encuentra con la persona que realmente ama. Abre los ojos de golpe solo para corroborar lo que sus otros sentidos ya se habían encargado de informarle. Su entrega fue un error pues no se trataba de Ryoga. Lentamente el joven deshace aquella unión con un poco de brusquedad lo que llena de temor a su compañera (Ukyo*) "¿Qué paso? Todo estaba saliendo muy bien ¿O no?" La chica levanta la mirada solo para encontrarse con unos ojos llenos de arrepentimiento.
- Lo siento Ukyo - dice el chico y sin más explicaciones se aleja dejando a la joven congelada por esa ruptura inexplicable.
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La cabeza de Ranma se encuentra hecha un completo lio pues era evidente que la solución a sus problemas no estaba en los brazos de aquella mujer. Se sentía realmente estúpido al hacer creído que solucionaría algo corriendo a los brazos de la primera mujer que encontrara, en especial si se trataba de una mujer tan simple como Ukyo, tenia claro que lo que sentía por Ryoga era algo muy intenso que no cambiaria ni con la entrega una chica cualquiera, pero tal vez en ese punto estaba su error. Ukyo era una chica muy simple que no desbordaba la pasión correcta que lo llenara al punto de deshacerse de todas aquellas emociones prohibidas por el chico Hibiki, por lo que debía probar con otra opción.
Sus pasos cambiaron de dirección en cuanto esta idea lleno su mente, acelero el paso completamente decidido a encontrar a aquella persona que realmente podría ayudarlo. Su agilidad y velocidad para surcar los techos del barrio lo hicieron llegar a su destino en cuestión de segundos. Detuvo su marcha frente a un conocido restaurante de comida china.
Por unos segundos su mente dudo si entrar o retirarse antes de cometer una tontería, pero la imagen que no lograba desvanecerse de su mente lo incito a continuar con su tonto plan. De un salto se coloco en la entrada principal y comenzó a caminar sin dudas, una vez dentro se percato que el lugar estaba vacío, busco con la mirada señales de aquella chica pero no la vio por ninguna parte y tampoco se encontraba su bisabuela. Un ruido proveniente de la concina lo invito a adentrarse en aquel cuarto del fondo, al cruzar la cortina que cubría la entrada la vio allí estaba de espaldas friendo algunas verduras en un gran sartén. Aprecio la figura de su espalda moverse al compas que volteaba el contenido para que no se quemara, su larga cabellera azul estaba sujetada en una coleta muy gruesa. La joven se percato de que estaba siendo observada y giro un poco molesta pero el enojo se desvaneció en cuanto se dio cuenta de que su espectador no era otro que el chico del que vivía descaradamente enamorada.
- ¡¡Ni Hao Ranma !! - grito la chica llena de alegría mientras se arrojaba literalmente a sus brazos - ¿Qué te trae por aquí?
- Yo … yo … quería verte - contesto bastante nervioso por la proximidad del cuerpo de la joven
- ¿Querías verme? - sus pupilas azul cielo se expandieron cubiertas por un brillo angelical - ¡Kyaaaa que felicidad! - Grito al tiempo que se aferraba con más fuerza a su caballero.
El joven sabia perfectamente que no tendría mejor oportunidad que esa para continuar con su plan. Tomo a la pequeña chica por los hombros y la coloco justo al frente de él, sin dudar centro su mirada en aquellos lindos ojos y de golpe la beso con bastante torpeza. El corazón de la chica estuvo a punto de estallar al sentirse dueña de tan anhelados labios. Aquel beso estuvo lleno de más pasión que el anterior por lo que las sensaciones que despertó en el también fueron diferentes y más intensas.
Shampoo aprovecho el momento que parecía tan poco real para obtener algo más que un simple beso, valiéndose de su fuerza empujo al joven contra una mesa que estaba muy cerca a sus espaldas, comenzó a cubrirlo de caricias seductoras por toda la espalda mientras lo recostaba sobre la mesa. Sin duda aquella experiencia tan intensa consiguió poner la mente de Ranma en blanco. La chica se monto sobre Ranma y comenzó a besarlo con más insistencia mientras pegaba su cuerpo al de él. Viendo que la reacción del chico en ningún momento fue negativa ella misma comenzó a desabrochar su blusa japonesa dejando al descubierto su pecho adornado con un lindo sujetador rosado lleno de encajes por doquier. Aquella imagen más que excitar a Ranma lo único que le produjo fue recordar su propio cuerpo en los momentos en que se convertía en mujer, extrañamente los encajes rosados que rosaban la piel del busto de Shampoo le recordaron aquel día que por primera (y única vez) se puso una pieza de lencería como esa, un dolor lo invadió en lo más profundo de su ser cuando recordó el motivo que lo llevo a tener que usar uno de esos. Una ligera lagrima rodo por su mejilla reflejando lo difícil que le era recordar el que tal vez había sido el peor error de su vida, dejar el momento más importante en manos de Ranko. Shampoo tan seductora como es siempre trato de llevar una mano de Ranma a uno de sus senos aun cubiertos pero el simple contacto con la piel caliente y suave hizo que este sintiera repulsión no por aquella mujer si no por el recuerdo de la chica pelirroja que lo había llevado a encontrarse en tan atroz situación.
Saliendo de su trance el chico de la Trenza empujo a la peliazul separándola completamente de él. Se puso de pie y en esta ocasión sin dar ninguna explicación o disculpa salió corriendo de aquella cocina dejando a la chica semidesnuda llena de ira por interrumpir aquel momento que parecía marcar por fin su triunfo por encima de todas las mujeres que estaban tras el amor de su vida. La chica salió de la cocina hasta la calle apenas cubierta por la blusa desabrochada, lo que no le importo en lo mínimo, viendo como él se alejaba.
- ¡¡¡RANMA SAOTOME TU NO PUEDES HACERME ESTO!!!- grito enfurecida pero fue completamente ignorada por el joven de la trenza.
"No puede ser ¿Por qué nada de lo que hago puede sacarlo de mis pensamientos? Es algo imposible entonces… ¿Por qué demonios me aferro a pensar en él?" se regaña a si mismo mientras huye de todo lo que acaba de pasar. Sin tener otro lugar al que ir termina por regresar al Dojo Tendo y con la esperanza de que nadie lo vea llegar entra por la ventana, en su cuarto cierra la puerta por dentro y se deja caer sobre el colchón mientras deja correr todo el llanto que reprimió antes de encontrarse seguro de estar solo.
Lo que creyó que podía ser alguna solución lo llevo únicamente a torturarse más mentalmente, en su cabeza se proyectan una secuencia de imágenes sin mucho sentido. Ve a Ukyo aferrada a su cintura, su rostro pequeño y pálido inundado por el amor, la sensación de sus tibios labios se proyecta de nuevo en su cuerpo dejando salir nuevamente aquel inexplicable vacío y la necesidad de tener a Ryoga. Su cuerpo comienza a demostrar todo el cansancio y sus ojos se quedan secos aunque lo único que quiere es seguir llorando hasta conseguir vaciar su cuerpo y su alma, limpiarlos de toda la confusión y el dolor.
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-¡¡No puede ser este mocoso insensato me dejo afuera!! - Reclama el mayor de los Saotome. Mientras golpea la puerta sin obtener ninguna respuesta.
Algunos de los miembros de la familia Tendo se acercan al escuchar el escandalo producido por Henma. El primero en llegar es Shoun que en un principio se burla del infortunio que sucedió a su viejo amigo, seguidas de el llegan las dos hermanas mayores, Nabiki observa con desenfado aquella escena mientras que Kasumi siente un poco de pena por el señor de karategi. Después de un rato la burla y el desinterés de los presentes se va convirtiendo en preocupación pues continúan sin recibir ninguna respuesta del joven que esta dentro de la habitación.
- ¿Muchacho, te encuentras bien?- Shoun fue el primero en hablar.
- ¿De verdad estará ahí dentro? - Comento Nabiki un poco enfadada.
- Si no esta ahí dentro ¿cómo explicas que se haya cerrado la puerta? - refunfuña Henma
- No se Tío a veces eres un poco torpe….- Alega la mediana de las hermanas
- ¡¡¿Qué dijiste?!! -
- Solo digo la verdad-
- No seas tan honesta con tu tío Henma, Nabiki- le "regaña" su padre y esta sale de la habitación bastante cansada de la situación.
Aunque Nabiki se mostrara fría y desinteresada en el fondo se sentía un poco responsable por la ausencia de Ranma, pues al parecer era la única que estaba al tanto de sus recientes tormentos amorosos, así que si algo había salido mal en todo ese asunto, sin dudas un poco de culpa era de ella. Bajo las escaleras bastante pensativa (*Nabiki)" Estúpido Ranma ¿Qué hiciste mal en esta ocasión?... ¿Cómo puedes ser uno de lo luchadores del combate libre más fuertes de Japón pero no puedes afrontar un rechazo amoroso? Bueno la verdad es que no se si fue un rechazo o que demonios te paso. ¡Rayos! No es mi asunto. No tengo que preocuparme por ese bobo, a demás quien si debería preocuparme es mi hermana pequeña pero… parece extrañamente tranquila. ¿Sera acaso que…?" Pero antes de formular su nueva teoría la puerta de la cocina se abrió haciéndola girar involuntariamente. Frente a ella se encontraba Akane que llevaba una sombrilla escurriendo, la chica de cabellos azules dirigió una alegre mirada a su hermana mientras se quitaba un grueso impermeable amarillo que llevaba encima.
- Buenas noches Nabiki - Saludo despreocupada.
- Buenas noches… eto… ¿Te encuentras bien Akane? - indago mientras la observaba de arriba abajo llena de curiosidad
- ¡Claro! ¿Por que no habría de estarlo?
- ¿¿Humm?? Si tienes razón- respondió la mayor con una sonrisa fingida en los labios.
(*Nabiki) "Esto solo puede significar una cosa. La persona que esta atormentando a Ranma … no puede ser mi pequeña hermana Akane" Pensó completando la teoría de instantes atrás.
- Oye Akane ¿No has notado un poco extraño a Ranma?-
- ¿Ranma extraño? Pues a decir verdad no lo he visto mucho últimamente… creo que ha estado entrenado o algo así-
- Ya veo … pero ¿Acaso no ha asistido a clases? -
- Ya sabes que cuando se ocupa de entrenar se vuelve muy irresponsable - contesto molesta la peliazul - Ese tonto no se que traiga entre manos y la verdad no me interesa -
- ¿Ah no? Pues debería. Después de todo es tu prometido- Ante esta frase todos los colores se subieron al rostro de la mas pequeña.
-¡¡¡Cállate Nabiki!!! - grito para terminar la conversación.
(*Nabiki) "Con que entrenando … Ya veo ¿Sera que … ?" Otra nueva idea llegaba a la ágil mente de la chica. Antes de abandonar por completo la cocina, se giro en dirección a su hermana que estaba bastante molesta.
- ¡Akane-
- ¿Qué quieres?-
- ¿Sabes con quién a estado "entrenando" Ranma?-
- No. No lo se- Contesto aun molesta
- Mmm.. Ok -
- ¿Por qué lo preguntas?
- No es por nada … y por cierto, creo que deberías hablar con él. Desde que regreso a casa ha estado encerrado y no quiere ver a nadie. Además lleva unos días portándose muy extraño- giño un ojo en dirección a su hermana pequeña y con un tono coqueto agrego - Después de todo y aunque no te guste … ¡Eres su prometida!
Esta ultima frase llamo la atención de Akane, quien sintió un leve dolor en el pecho pero se mostro indiferente. Nabiki tenía razón la verdad es que no se había preocupado lo suficiente por las repentinas ausencias de Ranma a la escuela y no lo había visto en varios días, además que ahora su hermana viniera a ser quién tuviera que informarle que él no se encontraba bien la preocupaba aún más. No es que fuesen muy unidos pero siempre que algo lo inquietaba o lo mantenía distante ella era la primera y a veces la única que se daba cuenta o que indirectamente lo apoyaba. Pero en esta ocasión no había tenido la oportunidad de darse cuenta por sí misma (*Akane) "¿Qué estará pasando Ranma?"
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El cielo estaba despejado y la luna se encontraba en el punto más alto permitiendo que sus rayos iluminasen toda la habitación de Akane que se mantenía despierta, las palabras de Nabiki la habían preocupado mucho y antes de irse a acostar paso por el cuarto de Ranma y trato de llamarlo pero tal como había dicho el resto de la familia, no había obtenido ninguna respuesta lo que la inquieto mucho más. Por más que se girara sobre la cama no podía conciliar el sueño, por más cansada que estuviera no era capaz de relajarse en lo mínimo.
(*Akane) "No puedo continuar así. Si sigo pensando sin hacer nada lo único que conseguiré será quedarme en vela toda la noche sin obtener ninguna respuesta" Pensó realmente enfadada. Se levanto de la cama y busco sus pantuflas "Si no puedo entrar por la puerta, lo hare por la ventana" Esa no era la primera vez que Akane se aventuraba a salir de su cuarto y caminar por el tejado, aunque si era la primera que lo hacia con el fin de colarse en la habitación de su prometido. Abrió la ventana y coloco una silla para apoyarse y poder salir, el frío de la noche era realmente intenso pero eso no le impidió seguir con su travesía. Camino con cuidado hasta encontrarse frente a la ventana que irónicamente estaba abierta de par en par. "Vaya ¿Cómo puede dormir con tanto frio?" de dijo a sí misma. Entro en la habitación que estaba realmente oscura pero la luz de la luna le permitió ubicarse sin dificultad alguna, camino intentando no hacer el menor ruido, tan solo con dar un par de pasos se percato inmediatamente del lugar en que se encontraba Ranma.
Estaba recostado boca abajo y dormía profundamente. Llevaba puesta su ropa de siempre lo que le indicaba que posiblemente desde que llego se había recostado allí para no moverse, esto sin duda la preocupo aún más. Se acerco con cautela y se arrodillo a su lado, la imagen del joven frente a ella la lleno de ternura, nunca desde que se conocían había podido ver su rostro tan tranquilo y puro. Acerco su mano a la cabeza del chico y retiro un mechón de cabello que le cubría la cara lo que provoco que el joven se moviera ligeramente percatándose del tacto. Akane se ruborizo ante la idea de ser sorprendida pero se calmo enseguida.
- Ranma - Lo llamo quedamente, pero el chico continuo sumido en su profundo sueño - ¿Cómo puedes dormir tan profundo - comento con bastante enojo. Su mirada paseo nuevamente por esa imagen tan linda y recorrió con sus ojos el perfecto cuerpo de su prometido era encantador, guapo y realmente sexy, la tentación la llevo a tocar su rostro delicadamente recorriendo desde sus mejillas hasta la comisura de sus labios, en esta ocasión el joven hizo algo más que moverse.
- Ryoga … - Musito con tristeza. Akane se sobre salto al escuchar ese nombre provenir de los labios de aquel chico una idea extraña pero muy posible recorrió de pronto su cabeza.
- Ya entiendo … - Dijo con un poco de amargura
(*Akane) " Seguramente Ryoga aprendió una nueva técnica y volvió a vencerte como en aquella ocasión. Pobre Ranma siempre te tomas tan apecho eso de ser el mejor, por eso estas tan ausente, por eso te estas matando entrenando, solo para poder derrotarlo. Mi querido Ranma te vez tan débil y agotado " Mientras estos pensamientos más equivocados que ningún otro pasaban por su cabeza, a peliazul se inclino levemente para colocar un tierno beso en su frente, el contacto y la respiración chocando contra su frente hizo despertar al del la trenza. Abrió lentamente los ojos y se encontró con él rostro de Akane aun muy cerca del suyo lo que le provoco mucha vergüenza.
- ¡Akane! ¿Qué haces aquí? - Grito por lo bajo. Los ojos de la chica se abrieron de golpe y su cara se pinto de un tono rojizo profundo.
- Este… yo .. No es… No es lo que tu crees … yo solo… - Trato de escudarse la chica llena de nervios - Es solo que yo estaba preocupada por ti- Dijo al fin evitando cruzar miradas.
Ranma se sintió realmente bien de escuchar estas palabras viniendo de ella "Akane siento haberte preocupado" pensó al tiempo que observaba la imagen tierna y dulce de la chica que intentaba por todos los medios ocultar su rostro lleno de vergüenza. Esa imagen lo lleno de una mezcla entre alegría y paz, una sensación que no había sentido antes y que sin duda lo hacia sentir muy bien. "Acaso … tu" dejo su pensamiento a medias por el temor de continuar hilando una idea problemática para el en ese momento, pero no se pudo controlar y su mente comenzó a viajar en un sinfín de posibilidades. Un calor comenzó a recorrerle todo su interior despertando en él la seguridad de que esta vez podría ser diferente, creyó que tal vez aquella chica frente a él era la respuesta y solución a sus problemas, antes se había equivocado pero tal vez Akane seria diferente. En lo más profundo de su ser sabía que Akane Tendo era la chica más especial para él aunque siempre se negara a aceptarlo, sabía que la amaba y que hasta hace poco era la única persona que vivía realmente aferrada a su corazón, no había nadie que igualara su belleza, su carácter salvaje y su fuerza física.
Embriagado por esta idea rodeo la cintura de Akane y la pego a su cuerpo, escucho los latidos de la chica salirse de control lo que le animo a continuar. Cerro los ojos y se acerco hasta unir sus labios en un beso intenso y profundo, aquel beso era completamente diferente a cualquier otro, no podía compararse en nada al simple beso de Ukyo, la emoción que despertaba en su interior era enorme en comparación a la que habían provocado los sensuales labios de Shampoo, aquella sensación era realmente única, no había duda que un beso jamás podría compararse a "el beso" con la mujer a la que amaba. Sus labios se rosaron con ternura y lentamente las lenguas de ambos se buscaron hasta unirse en una danza perfecta provocándoles un sentimiento aun más delicioso que el deseo carnal, sin duda entre ellos existía amor de verdad. El aliento se fue desvaneciendo hasta obligarlos a separarse Ranma miro realmente apenado a Akane que no despegaba su vista de él. Ambos permanecieron en silencio por un momento.
- Tengo que irme - Dijo la peliazul sin dejar de mirarlo, se acerco con cautela y le dedico un suave beso en la mejilla. Se levanto y salió por la ventana sin decir nada más.
Ranma se quedo sentado sobre el colchón, la sensación tibia sobre sus labios aun permanecía viva sin duda aquella experiencia lo había llenado mucho y había sido mucho mejor que cualquier otra, pero a pesar de que en ese momento no pensó en nada más que lo que sucedía y se dejo amar por aquella chica como nunca lo había permitido, cuando se separaron el vacío volvió a él. No había duda nadie, ni siquiera Akane podía satisfacer su alma como lo hacia aquel joven, aunque hubiese amor entre ellos no se comparaba en lo mínimo al profundo amor que sentía por Ryoga Hibiki.
CONTINUARA….