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El amor nace en invierno por girlutena

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Notas del capitulo:

>.< 

Prometo contestar sus reviews en este mismo instante............si esque no me distraigo con otras cosas >....<

Después de  discutir una gran parte del camino, el moreno termino de subir las escaleras del templo con el rubio sobre su espalda. Sintiendo el fuerte soplido del aire caliente que soltaba el menor en su oído.


-¡Esto es hermoso-ttebayo! –El gran patio estaba cubierto de un manto blanco, las ramas desnudas de los cerezos brillaban por los pequeños copos de nieve que empezaban a caer, un pequeño fuego llamo la atención de los zafiros. -¿Un templo?


-Después que mis padres murieran, mi hermano lo mando a construir. – El moreno sintió como el delgado cuerpo del doncel se removía incómodo.


-…tus padres…yo…lo lamento -Pero el moreno intento hacer caso omiso a los gritos en su cabeza, caminando lentamente, sintiendo como sus pies se hundían en la nieve.  Colocó al doncel sobre el pequeño tatami, mientras este se arrodillaba, juntando sus manos. -rezándoles a sus padres-


Unos fuertes golpes se empezaron a escuchar desde lo lejos, más precisos desde el interior de la casa, los jóvenes entraron, escuchando un fuerte golpe en la cocina. Sasuke se acercó rápidamente hasta el lugar, viendo a su hermano rodeado de utensilios de repostería


-¿Itachi?  –El nombrado se volteó y sus ojos carbones se abrieron enormemente, corriendo para abrazar a su pequeño hermano.


Naruto veía la escena desde el umbral de la puerta, Itachi, era un doncel sumamente hermoso, con ese delantal blanco y sucio, sus cabellos brunos, amarrados en una coleta baja, sus ojos negros y brillantes, rodeados de unas marcas de ojeras que lo hacía ver simpático.


Itachi era mayor por 4 años, pero aun así Sasuke con sus veintiún años lo pasaba en altura. Los dos hermanos eran idénticos, pero al mismo tiempo diferentes.


Sin percatarse, el rubio era observado por los ojos analizadores del mayor, recorriendo el fino y delgado cuerpo del menor, sonriendo pícaramente, mirando a su hermano.


Cuando terminaron de cenar, naruto tomo sus pastillas, mientras seguía al varón hasta el dormitorio.


-Nee…Sasuke…yo… ¿Cuándo regresare…a mi casa? – La voz del doncel sonaba parca y un poco deprimida, deteniéndose de golpe intentando no chocar con la amplia espalda del mayor.


Sasuke volteo a verlo, con unos ojos tan fríos pero a la vez llamativos.


-Tú no te iras…al menos si es para recoger tus cosas y mudarte con nosotros. –El mayor siguió caminando con pasos tranquilos por el amplio pasillo, mostrando una pequeña sonrisa al escuchar el pequeño – susurro- apelativo.


-Eres un…teme.


La habitación era enorme, las paredes vestían un color de marfil, con un closet empotrado, las cortinas de color negro, las puertas mostraban un diseño de época medieval, una mesa con una silla reclinable, al costado de la ventana estaba la cama de dos plazas, cubierto por un cobertor negro con círculos jugando con las tonalidades de los grises.


Naruto se había quedado de pie en el umbral, admirando toda la magnitud de la habitación, mientras que Sasuke había prendido la calefacción, ingresando al baño poniendo toallas limpias y una muda de ropa nueva por parte de Itachi.


-sa…Sasuke…esto es demasiado-ttebayo


-Naru…solo…aprovéchate de mí. –El menor se sonrojo inmediatamente, cuando el moreno se le acercó para susurrarle esas palabras, ocultando su rostro sonrojado en el pecho del mayor.


-…pero yo…tengo que regresar a mi trabajo…y a la escuela…


-Y yo no pienso permitir que la dejes.


-Ya, pero…tú…no sabes nada sobre mí. –El mayor levanto delicadamente el mentón del menor, para mirarlo fijamente. Le encantaba ver aquellas dos gemas azules brillar.


-¿Y eso es necesario?


 


Aun con las dudas del doncel se quedó unos días con los morenos. Sorprendiéndose de las grandes cantidades de tomate que podía comer el varón, conociendo su lado sarcástico hacia Hidan, el esposo de Itachi y su lado más tierno hacia la pequeña Chiyo, su pequeña sobrina. 


Pero el lado que le ponía más nervioso era lo sobreprotector que podía llegar a ser, llevandolo a la escuela todos los días. Encontrándose con Gaara y Shikamaru que siempre paraban discutiendo, si no le creyese a Sasuke, pensaría que esos dos se llevan tan mal como el agua y el aceite.


Ya habían pasado unas semanas, desde que vivía con ellos y al parecer los problemas en la escuela se habían calmado un poco,  pero una mañana tuvo que tomar el metro solo, ya que los hermanos tuvieron que ir a firmar unos papeles sobre su familia.


Naruto iba corriendo, tan solo le quedaban 5 minutos, antes de que tocara el timbre, entro a la escuela, topándose con un grupo de chicas. Una de ellas era la líder de porristas, su cabello era de color rosa, con unos ojos color jades muy hermosos, llevaba el mismo nombre de una de las flores más hermosas de Japón-sakura-


La peli rosa se acercó con una sonrisa altanera, apoyando sus manos en su cintura y con pasos firmes fue acercándose al doncel, este tan solo retrocedía instintivamente.


Fue llevado a uno de los cuartos de deportes, mientras era golpeado por las mismas manos del ojiperla, desahogando toda su furia que él mismo recibió por parte de su padre, por cada golpe que este había recibido por su padre, le golpeaba mas fuerte al menor, las mujeres también ayudaron a golpearlo. Pero este tan solo protegía su vientre, recibiendo todos los golpes en sus brazos y piernas.


-Espero que con esto aprendas tu lección.


-Aléjate de Uchiha-sempai o le diremos toda tu verdad.


Después de que los jóvenes dejaran encerrado al doncel, naruto lloró todo lo que pudo, gritando hasta que su garganta doliera, los golpes ya no le dolían físicamente, pero su única preocupación era que el azabache se alejara de él por carecer de dinero.  Las lágrimas caían fluidamente por su rostro golpeado, sus labios hinchados y ensangrentados. Lentamente fue poniéndose de pie con ayuda de las colchonetas, agarrando su mochila y saliendo de aquel lugar lentamente.


 


Sasuke llegaba con ganas de ver a naruto, entrando con una sonrisa a su salón, bajo la atenta mirada de sus dos mejores amigos, quienes milagrosamente no estaban discutiendo. El salón aún se encontraba casi vacío, se podía escuchar los murmullos de algunos estudiantes.


-¿Has llegado con naruto-chan?


-No…tuve que ir a firmar unos papeles, pero pienso ir a verlo cuando acaben sus clases.


-No te olvides que mi oto-chan desea revisar las heridas de Naru.


Fue lo último que dijo gaara antes de que Iruka, entrara al salón, su rostro estaba un poco mas rojo que lo normal y su respiración agitada. Nadie excepto de los 3 amigos se dieron cuenta de los cambios de su profesor doncel.


El timbre sonó por todos los pasillos dando por finalizadas las clases, los profesores dictaban los trabajos de grupo, mientras que los alumnos sin ya prestar atención, guardaban sus cosas, conversando sobre sus planes de fin de semana.


Los tres chicos ingresaron a la preparatoria, bajo la mirada de los mas jóvenes, escuchando gritos de admiración y de sorpresa.


La mirada bruna del moreno, recorría todo el patio lleno de jóvenes de todo tipo de edades, pero ninguno mostraba aquellos cabellos rubios que tanto le llamaban la atención.


-Tal vez aun no sale. – la voz acompasada de gaara se hizo escuchar ante todo el escándalo, shikamaru acercándose a sus dos amigos, sintiéndose más que incómodo


-Esto es problemático, mejor vallamos a hablar con alguno de sus profesores.


Los chicos pasaron de largo sin hacer caso a los jóvenes que empezaban a rodearlos, entraron a la sala de dirección, encontrando a la secretaria, una mujer joven, con un cabello corto y lacio de color oscuro, recogido en un pequeño moño, su piel blanca, sus ojos oscuros se alzaron al sentir la presencia de los jóvenes, mostrándole una sonrisa sincera, casi maternal.


-¿En qué puedo ayudarles, jóvenes?


-Venimos a pedir información sobre Namikase Naruto.


Tan solo fue un instante pero sus ojos mostraron un brillo de preocupación, en unos segundos tIpeo algo en su computador.


-El joven Namikase no ha venido hoy a clases, con esto es su octava falta.


-¡¿Octava falta?!


-Por casualidad, ¿sabe dónde vive?


-¡Shizune! – La voz gruesa del hombre que se acercó lentamente, hizo que la pobre muchacha saltara en su silla.


-Raikage, los jóvenes están pidiendo información sobre el estudiante Namikase. –Los ojos negros recorrieron la postura prepotente del Uchiha, intentando reconocerlo, acercándose hasta los chicos.


-Uchiha Sasuke


-Sannin Orochimaru


Ninguno de los dos rechazo aquellas miradas, dejando a los demás fuera de su conversación. Después de unos segundos los 3 chicos pasaron al despacho del Raikage, tomando asiento adelante del escritorio del mayor.


-Namikase Naruto, su historial es muy…personal. ¿Para que desean conocerlo?


-Naruto ha sido abusado físicamente por alumnos de su escuela, hoy no ha venido a clases y no se en dónde buscarlo.


-¿Y por qué crees que yo te lo diría, Uchiha?


-Porque estoy seguro que no querrá que hable con el consejo de profesores de la universidad.


El mayor arrugo su ceño, sacando de un cajón un pequeño folder amarillo, tirándolo en la mesa al frente del moreno.


-Ahí tienes tu información, ahora puedes retirarte.


Sasuke salió de la oficina junto con sus amigos sin decir nada, encontrándose con la secretaria en el vestíbulo.


-Joven Uchiha, haga todo lo posible para ayudar a Naruto-kun.


El menor asintió junto con sus amigos, saliendo de la preparatoria.


-Eso fue de lo más raro


-¿Qué es lo que tanto oculta Orochimaru?


-No lo sé, pero ahora es mejor ir a buscar a ese Dobe.


 


La temperatura empezaba a caer, los pequeños copos de nieve no iban a tardar en aparecer, los chicos tomaron el tren, para después caminar cuadras y más cuadras. Las casas ya habían desaparecido, dejando unas cuantas casas en mal estado y otras destruidas, los pequeños parques se encontraban devastados, casi no se podía observar alguna vegetación.


-Tal vez estamos perdidos.


-Kankuro dijo algo de que el alcalde iba a destruir esta parte para construir nuevos edificios departamentales.


Los tres chicos se detuvieron en una esquina para descansar, entrando a uno de los parques, Shikamaru se sentó junto a gaara en los columpios, mientras que sasuke se subió a un pequeño tobogán.


-¡Gaara! ¿Qué dirección dice?


-Edificio Shuriken, departamento 509.


-No hemos ido por aquel lado. –Sasuke salto del tobogán llegando donde sus amigos, señalando un grupo de edificios departamentales en muy mal estado.


-No lo creo. Esos edificios están por destruirse.


-Lo sé, shikamaru, pero es el único lugar al que no hemos ido.


El moreno empezó a caminar entre las malas hierbas que se abrían paso en la gran entrada del complejo, escuchando los pasos de sus amigos detrás de él. Tocó la madera del pasamanos, apenas colocando un pie sobre el escalón este se rompió.


-Entiendo por qué quieren construir nuevos departamentos.


Sasuke hizo caso omiso al comentario de shikamaru, empezando subir con mucho cuidado de no caer, intentando liberar un poco de su peso sobre la madera, subiendo los 5 pisos del edificio, pasando suavemente sus dedos por las paredes llenas de polvo y casi destruidas.


Deteniéndose de golpe, al final del pasillo el número 509 se veía un poco borroso en la madera desgastada.


El pelirrojo le toco levemente el hombro al moreno para llamar su atención.


-Creo que solo deberías entrar tú y hablar con él, después entraremos nosotros. –El moreno intento esbozar una sonrisa, en ese momento sentía un dolor en su pecho, su corazón palpitaba velozmente. En primer lugar no sabía que decirle, muchas cosas pasaban por su mente, pero no podía pronunciar ninguna, tomó todo el aire que pudo caber en sus pulmones y al mismo tiempo que lo iba soltando, dio 3 golpes en la puerta.


 


Naruto había subido al tren bajo la atenta mirada de todas las personas, algunos lo veían con preocupación y otros con asco, pero ninguno se atrevía a cruzar palabras ni mucho menos miradas.


El doncel subió lentamente las escaleras del subterráneo, apretando con su mano un lado de su costilla, la sangre de sus labios ya se había secado. El frío viento del invierno choco en su ardiente rostro, pero no le tomo importancia siguiendo su camino hasta su hogar. Acostándose en el colchón quedándose profundamente dormido.


No supo cuánto tiempo estuvo durmiendo, pero la luz ya se había  ocultado en el horizonte, sintió algo extraño encima de él, no sentía nada de frio, al contrario, sintiendo algo cálido cubriendo su cuerpo, pero aun así sentía pequeños soplidos helados.


Intento abrir poco a poco sus ojos y su vacía habitación se encontraba casi totalmente iluminada y el aroma de canela de las velas llenaba la estancia, un pequeño aroma a ramen le llego hasta él, intento sentarse, pero todo su cuerpo se sentía pesado y adolorido. Abrió sus azules tan grandes al sentir un peso liviano sobre su pecho.


-Tranquilo, pequeño. No te esfuerces. –El moreno había colocado su mano en el pecho del doncel para retener su acción.


 


Sasuke había estado tocando la puerta por unos 5 minutos, pero al ver que no tenía la intención de abrir, tomo el picaporte, dándole vuelta, le extraño que esta abriera con suma facilidad.


La oscuridad invadía la estancia, un olor a humedad junto con el aire helado llenaba el lugar, lo que se podía llamar departamento, se encontraba en muy mal estado, pero aun así intentaba mantenerse ordenado; el moreno ingreso lentamente al lugar, encontrando una pequeña mesa, con sobres vacíos de galletas de soda y en el tacho se podía ver los últimos tazones de ramen instantáneo.


La pequeña vela que alumbraba la única habitación del fondo, iba apagándose poco a poco, Sasuke entro, quedándose de pie en el umbral de la puerta, sintiendo un dolor en su pecho, reteniendo por unos segundos el aire en su interior.


El doncel se encontraba acostado en un viejo colchón sobre el piso, el moreno se acercó lentamente sin hacer el menor ruido posible, agachándose para quedar a la altura del otro, dándose cuenta que el doncel estaba temblando y sus labios tenían un color morado.                             Se sacó su saco poniéndolo sobre el cuerpo del doncel, volviendo a salir del departamento, encontrando a sus amigos en el pasillo.


-Necesito que vallan a comprar un poco de comida, velas y  medicina.


Gaara y shikamaru salieron del complejo apresurados, hiendo a las tiendas y farmacia mas cercanas.


 


-¿Qué…qué haces aquí? –Sasuke pudo ver un pequeño brillo en los zafiros del blondo, acariciando levemente la ardiente mejilla del doncel.


En ese momento Gaara entro a la pequeña habitación con un plato lleno de un humeante ramen.


-Necesitas comer antes de tomar las pastillas, vamos prueba el especial de Shikamaru.


-Un tonkotsu. Te ayudara a recuperar las energías.


El menor vio a Shikamaru que tenía una sonrisa en su rostro, para luego mirar a Sasuke que todavía seguía a lado suyo, tomando con cuidado el plato caliente para ponerlo sobre sus piernas cubiertas por una gruesa frazada. El calor de la sopa le hizo calentar sus piernas, terminándose el ramen en menos de 5 minutos.


Pasando su lengua por sus labios resecos y cortados, sintiendo como los 3 chicos lo miraban con una sonrisa en sus rostros, sintió la mano del azabache pasar por sus rubios cabellos.


-Bien, ahora toma tus pastillas. –El doncel recibió tres clases de pastillas diferentes en su mano, con una taza de té –tibio- de jazmín. -Te harán dormir y cuando despiertes comerás un poco mas del ramen de Shikamaru.


El doncel tan solo asintió, tragando las 3 pastillas, mientras que el moreno lo volvía a acostar con delicadeza en el colchón, cubriéndolo del frío, viendo como aquellos zafiros poco a poco eran cubiertos por  sus pesados párpados.


 


Cuando naruto despertó, los tenues rayos del sol ya entraban por las finas cortinas de su habitación, las velas ya se habían agotado, dejando aun el olor a canela en esta, intento moverse un poco, ya no sentía su cuerpo adolorido, pero lo sentía pesado y con mucho sueño, ya sentado  la pequeña colcha cayó sobre sus rodillas, dejando a la vista el abrigo largo y negro de Sasuke.                                                     Naruto cubrió su nariz con este empapándose del aroma varonil, pero unos ruidos le llamaron la atención, luego unos murmullos que parecían reclamos.


Intento ponerse de pie, caminando con pasos lentos y pesados hasta la cocina, deteniéndose abruptamente, chocando con el pecho del mayor, los brazos del moreno lo abrazaron por su fina cintura acercándolo a su pecho.


-¿Los gritos de shikamaru y Gaara, te despertaron? –La voz gruesa de Sasuke le hizo temblar levemente y sin darse cuenta apoyo su rostro, cubriéndolo en el pecho del mayor. El agarre del mayor se hizo mas fuerte, para luego sentir como era levantado sin ningún esfuerzo por los fuertes brazos, llevándolo a una silla que se encontraba junto a la mesa.


Gaara lo miraba con una sonrisa mientras colocaba una taza de leche humeante junto con unos panecillos que le había quitado a shikamaru a base de golpes.


 


El menor había empezado a probar bocado lentamente, escuchando divertido las discusiones entre el pelirrojo y el Nara, cuando el celular de Gaara empezó a sonar  y después de despedirse, se fue junto con shikamaru, dejando a la pareja solos.


Sasuke tomo la mano del doncel, besándole la palma, donde habían marcas de unos rasguños, naruto, retiro su mano con rapidez ocultándola con su otra mano, agachando su rostro cubriéndolo con sus rubios flequillos. El mayor lo tomo entre sus brazos, abrazándolo delicadamente, apoyando su quijada en la cabeza del blondo, sintiéndolo sentir temblar con pequeños espasmos.


-Naru –El moreno no sabía qué hacer, siempre había sido malo con las palabras, tan solo intentaba calmar a su agitado corazón y pensar con la cabeza fría.


-Yo…lo siento mucho


-No, Naru…tú no tienes que pedir perdón de nada.


-Pero, yo…no tengo nada. –El doncel empezó a derramar lágrimas, aun escondiendo su rostro en el pecho del mayor


-Naruto. Mírame. –El varón levanto el rostro del doncel, para ver como las lágrimas caían sobre sus mejillas, pasó tiernamente sus finos dedos desapareciendo aquellas lágrimas.


-No llores. Sabes, aquel día en que te vi en el tren…sé que esto te puede parecer una locura. Pero…no soy muy bueno con las palabras. –El doncel veía como los ojos del varón brillaban con emoción, viendo con deleite los labios del mayor, sonrojándose ante ello.


Los zafiros del doncel empezaron a brotar más lágrimas, siendo limpiadas por los dedos del varón.


-Naru, no llores.


-Yo…tú…me gustas… -El doncel oculto su rostro en el pecho del moreno, aún con su rostro enrojecido y mojado, sintiendo las caricias del mayor sobre su espalda, tranquilizándolo. 


Pasaron unos minutos y el moreno aun sentía el cuerpo del doncel estremecerse con pequeños espasmo. Le levantó el rostro, acariciando sus mejillas, acercando lentamente sus labios, pudo ver como naruto cerraba sus ojos, esperando ese ansiado beso.


Fue un beso lleno de ternura, de amor.


Sasuke aprisiono un poco más sus labios y con su lengua delineo los labios del menor, abriendose paso a aquella pequeña cavidad que deseo probar desde el primer instante en que lo vio.


Sintió como el cuerpo del doncel temblaba, aprisionándolo entre sus brazos, sintiendo los delgados brazos del menor cruzar por su cuello, haciendo mas profundo aquel beso.

Notas finales:

mmm....la verdad no se si esta muy largo ...

asi que si les aburre leer .... avizenme para cortar el proximo en dos partes >.< 

u.u 

matta nee y muchas gracias por leerlo!!!! *-* 

sus reviews me causan alegria al saber que les gusta *-*


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