~12~
Había dormido muy bien, hacía mucho que no descansaba de esa manera, no recordaba que había soñado pero seguramente había sido algo agradable porque en esos momentos no se sentía incómodo o enfadado por el hecho de despertar, estaba plenamente descansado en este punto satisfecho con su despertar.
Al abrir los ojos aún estaba oscuro pero noto algo extraño, ese no parecía su techo y ahora que se percataba mejor esa no se sentía como su cama, parpadeo unas cuantas veces y los recuerdos empezaron a llegar.
Ah, era verdad, estaba en la sede de plomeros y en una de las habitaciones de los oficiales residentes, la de su compañero Rook, y hablando de este, volteo la cabeza y miro a su lado, si, ahí estaba el revoniano aun dormido.
Para Ben Rook siempre le había parecido alguna especie de felino con sus características y ahora como lo veía con sus facciones dormido de cerca le parecía aún más, no se sorprendería si en cualquier momento su amigo empezaría a ronronear, a pesar de la casi nula luz a excepción por la del reloj despertador de su amigo podía ver aquellas facciones serenas enmarcadas por esas líneas negras de pelaje en su rostro, si, un gato azul.
Quizás había visto demasiados videos de gatos anoche. Cielos, el internet tenía una increíble cantidad de videos de felinos.
Parpadeo un par de veces más, era realmente cómodo este momento, en este lugar, era tentadora la idea de regresar a dormir en esta cama junto a su amigo, por unos momentos más ignorar a aquellas preocupaciones que aquejaban su vida, un pequeño egoísta auto engañarse por unos momentos más en lugar de pensar que la situación actual explotaría en cualquier momento en su cara, o más bien el mismo explotaría en cualquier momento.
Cerro los ojos aun adormilado, él no era el más rápido en despertar, en este sopor se da cuenta que hay un aroma que predomina en la habitación, en esta cama y sabanas, huele a Rook, un olor almizclado y salvaje, le gusta, le relaja y reconforta hasta el punto en que se encuentra nuevamente a un paso del mundo de los sueños.
Nuevamente ambos jóvenes plomeros en estado de inconciencia sobre el lecho descansaban, el castaño en cierto momento se acercó más a su compañero alienígena en atraído por su calor quedando pegado más uno del otro, en lugar de parecer incomodo en su descanso el joven revoniano encontró agradable la cercanía de la fuente de calor en su lecho hasta el punto de estirar su brazo para envolverla.
Así continúo su descanso, más cerca uno del otro cómodamente, Rook abrazando la figura pequeña del joven héroe castaño ajeno de los problemas que se avecinaban a sus vidas.
*+*+*
La rutina en la sede de los plomeros corría con relativa calma, el turno nocturno como siempre no era el más movido por lo que laboraba el personal necesario.
Se supone que en estos momentos el personal que no laboraba debería estar descansando para reponer fuerzas para el día siguiente, la mayoría lo hacía pero otros no podían conciliar el sueño tan fácilmente, este era el caso de Max Tennison.
Cuando su ex mujer y familia se fueron de la sede a excepción de Ben por obvias razones, Max decidió ir a su camper que mantenía en la sede para remover algunas cajas y también viejos recuerdos, es increíble lo que puedes acumular en toda una vida y que cada objeto por insignificante que parezca pueda guardar detrás de él una gran historia vivida, así era el viejo brazalete que alguna vez Verdona tenia puesto, tantos pesares que le trajo a ella para luego al fin conocerlo a él, y siendo sinceros en este punto de su vida, en un momento ambos pensaron que uno y él otro era lo que necesitaban, lo mejor para el uno y el otro, pero ahora a veces se preguntaba si él fue lo mejor para ella.
La amaba, aun lo hacía, pero hubo momentos que no supo apreciar los sacrificios que hiso por él o agradecer las bendiciones que trajo a su vida como sus hijos, hubo promesas que no cumplió, momentos en los que no estuvo ahí, estaba orgulloso de su trabajo, de los logros que había logrado en su vida, pero había sacrificios que le avergonzaban como ser humano y como hombre.
A veces se preguntaba si pudiera volver en el tiempo, ¿haría lo mismo o haría las cosas diferentes?
Ya sabía que los viajes en el tiempo eran posibles pero tenían sus consecuencias, y el único ser que conocía que podía realizar esos viajes con éxito era un tal Dr. Paradox que solo venía a su nieto Ben cuando la situación era realmente critica, y dudaba que remediar sus errores como padre y esposo fueran de interés de ese sujeto como para ayudarle.
Por sus errores la relación con sus hijos no era la mejor, al menos ahora que sabían las razones de sus ausencias, el porqué de sus faltas y mentiras, lo comprendían, pero no podía dar por hecho que ya todo estaba enmendado, es más, por el hecho de haber involucrado a sus nietos sin quererlo en todo esto de la lucha de los plomeros y delincuentes espaciales sus hijos no se encontraban muy felices, menos sus nueras, cielos, Samanta era comprensible y amable con él, Lili era cortes, pero cuando se enfadaban, lidiar con mujeres enfadadas no era su fuerte definitivamente y su nueras eran de temer.
Amaba a sus hijos, amaba a todos sus nietos, y cuando sus nietos nacieron pensó que sería como una segunda oportunidad para él, por las veces que no estuvo ahí con sus hijos, por las promesas que rompió, pensó que así podría relacionarse de nuevo con sus hijos, ser parte de sus familias.
Entre sus planes jamás estuvo que ninguno de sus nietos se enteraran de su secretos al igual que sus padres pero el universo como dice Ben tiene a veces un humor algo cruel, en ese viaje de verano marco la vida para siempre de sus dos nietos, en un principio si hubiera encontrado el primero el omnitrix ninguna de estas cosas hubiera pasado, o al menos, Ben y Gwen no se hubieran involucrado y terminado en peligro a tan corta edad con villanos alienígenas sin escrúpulos, ciertamente a Gwen y Ben que en un principio ni se podían ver en foto los volvió más unidos, a él lo volvió más cercano a ellos compartiendo el secreto de su profesión, pero ponerlos en peligro, hacer que enfrentaran villano tras villano a la corta edad de 10, eso felizmente lo cambiaria.
En ese entonces no sabía cómo quitar el omnitrix por lo que trato de ser el mentor de Ben a la hora de usarlo, ahí se dio cuenta que una vez plomero uno nunca deja de serlo, reflexionándolo un poco un abuelo normal, un padre consiente, hubiera tratado de alejar del peligro a un par de niños que apenas sabían de la vida, no darles introducción y cátedra de una vida llena de peligros.
Ciertamente sus hijos como padres estaban orgullosos de Ben y Gwen, también de Ken, pero no por su trabajo como héroes sino por sus propios logros, como sus hijos, y aunque les costó aceptar que sus hijos seguían los pasos de su abuelo comprendieron que en esos momentos eran la única ayuda con la que contaba el mundo contra ciertas fuerzas, especialmente cuando él había desaparecido.
Sus nietos ya no eran los pequeños de diez años que siempre lo buscaban por ayuda o para pasar el rato, ahora eran unos adolescentes que sabían utilizar sus habilidades y poder defenderse sin su guía.
Pasos sus dedos sobre el metal de aquel brazalete que tantos recuerdos le traían.
-Así que un anodite ¿he?-
Max alzo la vista para encontrarse con su amigo cara de pez, sin ofender pero era la verdad, Patelliday tenía cara de pez.
-Así que ya te enteraste, ¿Cómo estuvo tu misión en la base lunar?-
-Bien, los jóvenes cadetes siempre se sorprenden al ver una leyenda como yo en persona, le cae bien a mi viejo orgullo-
-Jajjaa supongo, y ¿Quién te lo dijo?-
-Pase por la área de soporte técnico, ese Bublick y Driba no son los más discretos déjame recordarte-
-Mientras que la información no salga de la sede está bien-
-También me contaron que Verdona estaba por aquí-
-Sí, está por aquí pero en estos momentos salió a alguna parte con unas conocidas-
Patelliday como viejo amigo de Max conocía su historia con la anodita, desde su primer encuentro a su reencuentro y su posterior despedida, sabía que para muchos plomeros era difícil equilibrar la vida laboral con la personal, esta profesión requería de total dedicación así como sacrificio que muchas veces impedía una vida “normal”, el mismo experimento esta presión en su juventud, y a Max le vio también sufrirla, más cuando se es entre los primeros en tu planeta y especie en ser plomero, los humanos en los tiempos de inicio de Max como plomero aun eran una especie primitiva parra muchos en el universo, aun lo eran para varios ojos, por lo que de los pocos humanos seleccionados para integrarse al cuerpo de los plomeros estos tuvieron que esforzarse hasta el límite para mostrar su valía entre las tantas especies de alienígenas que ahora tenían como compañeros.
A Patelliday su amigo humano le pareció uno de los mejores ejemplares de lo que podía ser un humano, ciertamente estos no tenían poderes excepcionales, no eran los más fuertes o listos, pero eran valientes, decididos, leales y tenían un buen sentido del humor que podía contagiar a sus camaradas.
Como amigo de años de Max sabia cuanto aun amaba a su ex mujer, su presencia era tanto apreciada como también un poco dolorosa para el hombre, cielos, tal vez las cosas hubieran sido diferente si se hubiera quedado con alguna mujer de su misma especie u otra no tan voluble en su opinión que una anodita, no le caía mal Verdona en verdad, pero era sabido que el carácter de la especie de los anodate podía ser caprichoso.
-¿Y eso en tus manos?-
-Era de Verdona, quizás sea útil para Ben con su actual situación-
-Oh, el famoso inhibidor, ¿aun funciona?-
-No lo sé, pero si no Driba y Bublick podrían repararlo-
-Sí, no me llegaron a explicar muy bien la situación pero puedo hacerme una idea, empezaron a discutir nuevamente en medio de la plática-
-Jajaja así son ellos-
-De alguna manera la discusión termino por saber cuál era el mejor sabor de esos batidos terrícolas que tanto les gusta a ellos y a tu nieto-
-Jajajajaja ese par-
-¿Ya le avisaste a Azmuth?-
-Bueno, se supone que esa tarea se la dejaría a nuestro par de galvan residentes, pero conociéndolos decidí dejarle unos cuantos mensajes a Azmuth de la situación-
Bublick y Driba podrían ser más inteligentes que la mayoría de ese planeta alienígena o no, aun así eran un par que rayaba en lo inmaduro y fastidioso para muchos, así como un par de despistados, llamar a Azmuth aunque lo negaran hasta el día de su muerte podía ser una tarea que se les olvidara o aun peor, discutirían horas y horas por el simple hecho de aplastar el primer botón para llamarle o intercambiar la primera palabra con su héroe científico, por lo que Max decidió hacer esta tarea.
La dichosa mente más brillante del universo conocido era alguien ocupado con sus innumerables investigaciones, inventos y en su inacabable búsqueda de conocimiento, no era difícil localizarlo como plomero pero sí que te atendiera de inmediato por lo que Max le dejo cerca de media docena de mensajes esperando que atendiera pronto a su llamado.
*+*+*+*
Cómodo y cálido, realmente cómodo y cálido, había sido un buen sueño sea cual fuera el que había tenido como para despertar con esa agradable sensación.
Raro de él sentía que se había dormido abrazando una almohada ya que la sentía bajo su brazo, normalmente cuando se dormía en una posición se despertaba en la misma posición, no era alguien que se moviera mucho en sueños, era alguien más bien alguien de sueño tranquilo y pesado.
Al abrir los ojos como era de esperarse encontró su habitación a oscuras, rememoro su rutina al despertar que normalmente hacia cada mañana, debía prender la luz, alistarse, reportarse, salir a patrullar con Ben… momento, algo se le olvidaba.
Lentamente los recuerdos llegaron, la persecución de un par de ladrones, Ben enfermo, conocer a la abuela de este, el ofreciendo su habitación para que su compañero descansara en la sede de plomeros, y hablando de este… lentamente bajo su vista encontrándose con una melena castaña, no era en realidad una almohada lo que tenía abrazando.
Su corazón dio un repentino salto al igual que todo su cuerpo al darse cuenta de este hecho e inevitablemente el joven alienígena de pelaje azulado cayó por la orilla de su propia cama con un fuerte ruido despertando inmediatamente a su compañero.
-¡¿He?! ¡¿Qué pasa?! ¿Nos atacan? ¿Una invasión? ¿De nuevo se escapan los criminales?- Ben realmente no era de muy rápido despertar pero el ruido que hiso Rook al caer lo puso en alerta inmediatamente.
Sentándose rápidamente en la cama noto la falta de su amigo en esta giro para observar a su alrededor buscándolo con la mirada hasta que se guio por el sonido de unos quejidos al lado de la cama, se arrastró por ella hasta llegar al borde y se asomó encontrando a su desaparecido amigo.
-¿Rook?-
Dicho alienígena se encontraba de espaldas en el suelo quejando aun un poco por el repentino susto y golpe.
-¿Qué paso?-
-Yo… me resbale- dijo simplemente Rook, se sentía un poco avergonzado de sus propias reacciones y acciones.
-¿Te empuje mientras dormía? Lo siento amigo, no me di cuenta- Ben sabía que a veces se movía mucho cuando dormía y tal vez esta había sido una de esas ocasiones y el pobre Rook sufrió las consecuencias, no era nada bonito despertarse cayéndose de la cama.
-No, no lo hiciste, yo… simplemente me resbale, eso es todo-
-De acuerdo, entonces buenos días Rook-
-Buenos días Ben-
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