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Novilunio por Rukkiaa

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A tres bandas

 

POV. Jacob

 

-¿No te lo crees?-preguntó haciéndose la dolida.

-No. La última vez que nos vimos, montaste un numerito.

-Pero el tiempo pasa, Jake. Ya está olvidado.

Seguía sin confiar en ella y a cada paso que daba hacia mi, yo daba los mismos hacia detrás. No me tragaba su nueva pose de amiga del alma y se dio cuenta.

-Piensa lo que quieras, Jacob -dijo cruzándose de brazos y marchándose molesta.

 

POV. Alec

 

Era aburrido y desagradable eso de la universidad. Cuatro horas sin ver a E.J. y para colmo, tener que sentir la enojada mirada del repelente lobo sobre mi. Allí, en su coche, en el aparcamiento. Como si no fuera bastante pesado ya de por si saber que existía.

La piedra en mi zapato. El ratón al que no podía dar caza. El problema que no podía resolver de la mejor manera que yo sabía.

Muchas veces me había planteado asesinarlo. Mi forma de matar era un arte. Suave, lento, pero despiadado. No llamaba la atención y podría desaparecer de la misma forma en la que había hecho acto de presencia. Pero si el perro caía, las culpas recaerían sobre mi. Lástima.

Preferí esconderme entre los árboles que rodeaban el complejo. No me gustaba estar cerca de seres humanos a los que no podía matar y de los cuales alimentarme, con lo cual era mejor ni mirarlos. Aunque como quedaban escasos minutos para que E.J. saliera, quería estar lo suficientemente cerca como para ir tras él.

Sonreí al ver en lo que me había convertido. Un esclavo de mis más bajas pasiones. Un sentimiento mortal. Un sentimiento poderoso.

-Estoy triste, hermanito.

La voz dulce como canto de sirena llegó a mis oídos. Tan familiar, que creí estar dormido, a pesar de ser una imposibilidad.

-Jane...

La tuve a mi lado en menos de lo que dura un segundo. Mirando al frente, en la misma dirección que yo, pero rozando mi brazo con su hombro. Vestida con la túnica negra de los nuestros y la capucha puesta tapándole el cabello.

-Aunque estoy muy enfadada, te echaba de menos.

-Y has venido.

-He venido...a ver la razón por la que no has vuelto.

-¿Cómo sabes que hay una razón?, puedo estar aquí por gusto.

-Te conozco mejor que nadie. Hay una razón. El pequeño Cullen, ¿me equivoco?

-Me tiene fascinado, Jane -reconocí sin dejar de sonreír de medio lado. La presencia de mi hermana siempre me había gustado. Siempre habíamos estado juntos. Y tenía razón, me conocía mejor que nadie.

Poco faltó para que E.J. saliera de clases y corrió a reunirse con Seth que le esperaba fuera del vehículo. Yo tensé la mandíbula y Jane se dio cuenta.

-¿Ese es el hijo de Edward?

-Ese es.

-No es para tanto, Alec.

-No le conoces.

-Aún así. No vale la pena para que te quedes aquí tanto tiempo. Vuelve conmigo.

-No.

-¡Alec! -me miró furiosa. Los ojos le relampaguearon de la ira.

-No hasta que no lo consiga.

-¿Quieres...?¿quieres estar con ese...híbrido?

-Quiero su corazón, Jane.

-Pues mátale y arráncaselo.

Ahora fui yo el que la miró con rabia.

-¿Quieres que lo haga yo por ti?-preguntó.

-Ni le toques.

-¿Tanto te interesa?-eso le sorprendió.

-Más de lo que creía.

Muerto, jamás. Sentía que no sería capaz de soportarlo.

-Pero si parece...humano...-apreció Jane mirándolo detenidamente.

E.J. se subió en el coche y Seth le imitó. Entonces puso el motor en marcha y desaparecieron de nuestro ángulo de visión.

-Y se ha ido con el cachorro -continuó-¿vas a dejar que te lo quite?

 

POV. Edward

 

Leer un buen libro en la tranquilidad de mi hogar era uno de los grandes placeres de mi vida. Era raro de un tiempo a esta parte, el encontrarme completamente solo en aquella cabaña, pero puesto que lo estaba, me había acomodado en uno de los sillones y había disfrutado de la calma que tan poco me duró en cuanto Jacob cruzó la puerta.

-¡Fuiste a ver a Bella a mis espaldas!-exclamó cerrando con un portazo.

-¿Qué...?-la voz me salió sin fuerzas por la conmoción. Los ojos de Jacob mostraban tristeza y decepción. Y por su mente pasaron imágenes que me perturbaron. No era posible-¿Bella fue a decírtelo?

-Pues claro, ¿qué esperabas?, es una maldita...

-No quería que te pusieras así. Solo fui a pedirle disculpas por como terminaron las cosas.

-Pues no debiste. No se las merecía.

-Jacob, sí se lo merecía. Era nuestra amiga y le hicimos daño.

-Lo que más me duele, es que pretendieras ocultármelo- Jacob seguía junto a la puerta y con esa profunda pena en la mirada.

-Vi en la mente de E.J. que Bella había vuelto a Forks. Estaba convencido de que no querrías venir conmigo a pedirle perdón. Lo siento, Jacob, no quería herirte-me puse en pie y le abracé-no esperaba que ella te lo contara, le dije que...

-Pues claro que si-él me devolvió el abrazo con fuerza-nos odia, Edward. Es rencorosa. Haría cualquier cosa para hacernos daño. Esto lo ha hecho para que discutamos.

-Bella no es así- Jacob se echó hacia atrás para mirarme. A pesar de que era más que evidente, yo me negaba a creérmelo.

-¿Aún la defiendes?, te demostraré que esa no vale la pena.

Me cogió de la mano y me hizo subir en su coche. Al poco rato, estuvimos frente a la casa de Bella. Charlie seguía sin llegar.

-¡Bella!-gritó Jacob con ira contenida. Debía estar pendiente de él, porque podría hacer un daño irreparable si perdía los estribos.

La mencionada no tardó demasiado en aparecer. Abrió la puerta con calma y nos miró a ambos con sorpresa, como si no entendiera por qué estábamos allí.

-Admite que has hecho esto para fastidiarnos-espetó Jacob acercándose a ella.

-¿Yo?¿qué he hecho, Jake?

-Bella-ahora hablé yo-te dije que Jacob no sabía que había venido a verte. ¿Por qué fuiste a la reserva a decírselo?-me dolía su traición. A pesar de todo, la consideraba una buena persona.

-Se me olvidó que Jacob no debía saberlo.

-Eres una mentirosa, Bella- Jacob estaba muy tenso, giró sobre si mismo y anduvo de vuelta al coche. Pude leer en su mente, que intentaba controlarse para no golpearla.

Ella se rió-está bien. Supongo que quería...que os pelearais.

La miré incrédulo.

-¿Para qué?, Bella tú...

-¡¿Para qué?!-abrió mucho los ojos y la voz le salió chillona-para haceros daño, Edward. Os odio a los dos-admitió por fin-por vuestra culpa viví los peores meses de mi vida. ¡Te amaba Edward y tú me dejaste por este!-señaló a Jacob que la miraba estupefacto porque por fin mostraba su verdadera cara.

-Esto es...

-Tu hijo, Edward...-siguió Bella. Sus facciones se habían relajado y parecía de pronto feliz-se parece tanto a ti...

Algo en mi cabeza hizo clic, Bella iba a pisar terreno peligroso.

-No te acerques a mi hijo-por primera vez en mi existencia, sentí algo que creí imposible. Odio por Bella. La rabia me invadió al pensar en sus intenciones y maldije mi suerte por no poder leer en su mente.

-¿Por qué no?. Podría estar con él...seré su amiga, su mejor amiga y quizás puede que llegue a sentir algo por mi, quién sabe. Y cuando eso ocurra...le romperé el corazón como tú me hiciste a mi.

Jacob dio un paso al frente-eres una auténtica zo...

-Bella-en un visto y no visto estaba delante de ella, mirándola sin parpadear siquiera. La máscara de humanidad que había en mi se había roto. Ahora era el monstruo. La criatura dispuesta a proteger a su progenie de cualquier amenaza-no te acerques a mi hijo-repetí.

-Es lo que te duele, ¿no Edward?, que alguien toque a tu querido E.J.

-Bella, si le haces sufrir te mataré.

La sentí temblar ante mis palabras. Ella jamás me había visto de ese modo, ni yo mismo me había sentido así nunca. Jacob estaba paralizado e igual de atónito que Bella.

-Es lo que te mereces. Los dos. Pagar por lo que me hicisteis-se dio media vuelta y corriendo volvió a entrar en la casa.

Yo me quedé allí unos segundos, estático, mirando por donde se había ido y sopesando lo que había dicho. No mentía. Si se atrevía a jugar con E.J. la mataría sin remordimientos.

 

POV. Alec

 

El perro conducía bastante lento y llegué a la cabaña mucho antes de que ellos lo hicieran. Jane se había quedado en Port Angeles para no llamar la atención de los Cullen y sentí su ausencia después de haberla tenido de nuevo conmigo.

Dentro de la casa estaban Edward y el chucho que tenía la rabia, así que me quedé fuera hasta que viese aparecer el coche en el que llegaría E.J., pero dentro parecía que la feliz pareja mantenía una discusión. Sin poder evitarlo, presté atención a lo que hablaban.

-No puedo creer esto de Bella-ese era Edward, enfadado aparentemente.

-Te lo advertí, es mala-el perro.

-Pero decir eso, como se atreva a acercarse a E.J. te juro que...

-Lo sé, y cuentas con mi apoyo.

Me asomé a la ventana con curiosidad y vi al Cullen paseándose de un lado al otro de la sala, inquieto, mientras el otro estaba sentado en un sofá viendo sus idas y venidas.

-Esto es una venganza, absurda por otro lado.

-Siempre te lo he dicho.

-Perdóname Jacob, siento no haberte creído. Me negaba a pensar que ella pudiera ser así.

-¿Crees que Ed...?

-No. Claro que no. Bella no tiene nada que ganar, pero no quiero que haga algo en contra de nuestro hijo. ¿Y si se hacen amigos?¿y si ella finge amor y se le declara?. E.J. se sentiría mal al rechazarla, cuando tú y yo sabemos que sería una declaración de lo más falsa. No puedo decirle a E.J. que Bella pretende jugar con él. ¿O si?

Las ruedas del vehículo sobre la gravilla llamaron mi atención y perdí el hilo de la conversación que tenía lugar dentro. Lamentablemente, la presencia de E.J. me hizo ignorar la charla de sus padres y centrarme en su persona.

 

POV. E.J.

 

Aquella situación era de lo más extraña. Sentía como si todos los de mi alrededor me colmaran de más atenciones que de costumbre.

Mi padre me sirvió el almuerzo con el plato tan lleno que los granos de arroz se desbordaban sobre la mesa. Seth insistía en acompañarme mientras hacía uno de los trabajos que me habían encargado para la universidad. Alec, muy interesado, no dejaba de preguntarme cómo me había ido el día. Y mi otro padre me animaba para que, juntos, viéramos el partido que tendría lugar por la noche, diciendo que sería divertido, una y otra vez.

Prestarle atención a todos y cumplir con sus deseos y peticiones me dejó agotado y antes de que terminara el partido caí rendido en el sofá, pero como siempre que eso me pasaba, desperté en mi cama ya de día.

Por la mañana fui a la universidad con Seth, que me dejó en la puerta puntual y disfruté de mis clases. Aunque en uno de los intercambios, pasó algo de lo más curioso.

En un pasillo choqué con una chica, y la carpeta y el par de libros que llevaba en la mano cayeron al suelo. Entonces cuando me agaché a recogerlos, ella me habló.

-Hola Edward Jacob.

Era fría como el hielo esa voz, pero dulce como un arrullo.

Cuando alcé la cabeza y pude ver su rostro, dos ojos como rubíes me miraban curiosos. Un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies.

-Jane...

-Buena memoria.

Me cogió por el mentón. Su tacto era amable, pero firme. Obligándome a que me pusiera en pie de nuevo sin soltarme. Los libros y la carpeta volvieron a caer al suelo.

-Yo...-su dedo pulgar se posó sobre mis labios, haciendo que me callara.

-Shhh, sólo quiero verte.

Era tan menuda y parecía tan frágil que costaba creer que fuera capaz de las atrocidades que había escuchado. Sabía que Jane era la antítesis de Alec. Que ella disfrutaba con la muerte y el sufrimiento ajenos y que por ello tenía el poder que poseía.

Me miró a los ojos fijamente, como si así pudiera leer en mi alma y entonces me volteó el rostro a ambos lados y chasqueó la lengua.

-Corriente-musitó-y hueles extraño. No sirves ni como alimento.

Rompió el contacto conmigo. Realmente enfadada, pero siguió mirándome.

-¿Qué haces aquí?-me atreví a preguntar-¿tu hermano ya se va?¿viniste por él?

-Me gustaría decir que si, pero lamentablemente, eso no será posible aún. No mientras tú sigas jugando al crío inocente.

-¿Disculpa?-me acusaba de algo que no era capaz de comprender.

-Mi hermano vino a verte por petición de nuestro maestro, pero no ha vuelto por tu culpa. Le espera una reprimenda por ello.

-¿Mi culpa?, no sé qué te habrá contado, pero en ningún momento le he pedido que se quede.

Enfadado, me agaché para recoger de nuevo mis cosas del suelo.

-Entonces eres más estúpido de lo que pensaba.

-Si has venido a insultarme, ya puedes marcharte por donde has venido. No tengo tiempo para ti.

Si seguía charlando con aquella vampira en el pasillo, llegaría tarde a la siguiente clase.

-Tienes agallas, niño, para hablarme a mi de ese modo-a diferencia de su tono ofendido, sonreía. Cuando volví a ponerme en pie, decidí que aquello se había terminado.

-Ha sido un placer-le di la espalda, dispuesto a seguir mi camino, pero su voz me detuvo a los pocos pasos.

-Mi hermano se ha enamorado de ti.

¿Qué?

Sentí el roce de su mano en mi nuca, y ascendió por mi cabello. Como si me estuviera acariciando.

-¿Mis palabras te afectaron?...tan tierno...tan humano...¿no te habías dado cuenta?. Las señales estaban ahí. Sus ojos dorados por ejemplo.

-Eso...eso es imposible. Alec acaba de aparecer, no me conoce. No puede ser.

-¿Sabes lo que significa: amor a primera vista?¿crees en eso?

Cómo no creer después de que mi padre se hubiera imprimado de mi otro padre de esa manera. A primera vista.

-¿Por qué me lo cuentas, Jane?

Se puso frente a mi, seria-para que dejes de marear la perdiz y elijas. El perrito, o mi hermano. Sea lo que sea, Alec podrá volver a casa, conmigo.

 

POV. Seth

 

Podía ver a la perfección a aquel vampiro asesinándome con la mirada. Allí, plantado entre la vegetación. Consciente de que a cada segundo que pasaba él deseaba mi muerte del mismo modo que yo anhelaba la suya.

Y sentía que no era justo. El universo me la estaba jugando porque había puesto a E.J. en mi camino y ahora metía un rival también.

Lo tenía todo hacía unos días y ahora debía cuidar cada uno de mis pasos para que Alec no tomara ventaja sobre mi.

¿Debía aceptar que E.J. se fuera con Alec si así era feliz?, sí, pero sólo de imaginarlo dolía infinitamente. No quería imaginar si se diera el caso en la vida real. Sería insoportable saberle lejos de mi, lejos de Forks y en un lugar en el que jamás podría volver a verle. Se me hacía un nudo en la garganta con aquellos pensamientos y dejé caer mi cabeza sobre el volante. Hundido.

No sabía nada sobre los sentimientos de Eddy hacia mi. Era consciente de que me quería, pero como a su mejor amigo. Como su hermano mayor. Como aquel que le había cuidado y velado por él desde que había llegado al mundo. Pero quizás la cosa no pasara de ahí.

Cerré los ojos y sentí como las lágrimas se acumulaban, pero se evaporaban antes de llegar a mis mejillas.

-Hola, Seth.

La voz de Bella me sobresaltó y como si hubieran tirado de mi cuerpo, pegué la espalda al asiento. Ella me miraba sonriente, apoyada en la ventanilla.

-Bella...¿qué haces aquí?

-Estaba en Port Angeles de compras y recordé que E.J. estudiaba aquí, así que vine a saludarle. ¿Estás bien?

-Si, claro.

-Pareces...

-Estoy bien.

-¿E.J. todavía no ha salido?

-No, quedan unos minutos.

Bella dio la vuelta al coche, abrió la puerta del copiloto y se sentó a mi lado.

-Oye, Seth. Tú eres el mejor amigo de E.J.

-Si.

-Entonces sabrás todo de él...en fin, E.J. es muy lindo y simpático. Debe ser muy popular como buen Cullen que es. ¿Sabes si tiene novia?¿le gusta alguna chica?

¿A qué venía aquello?. No pude sino mirarla sorprendido por las preguntas. ¿Acaso Bella estaba interesada también en Eddy?...no podía ser posible.

-No tiene novia y tampoco sé si le gusta alguna chica. Si es así, a mi no me lo ha dicho. ¿Por qué el interés?

-¿No es obvio?-empezó a jugar con un mechón de su cabello-me gusta E.J. ¿A quién en su sano juicio no le gustaría?. Por eso quería saber si tenía posibilidades.

-No las tienes-dije con rabia. Otra broma pesada del cosmos.

-Pero has dicho que...

-Bella, Eddy es mi imprimación.

Ella parecía asimilar el peso de mis palabras. Su actitud despreocupada e incluso coqueta se había enfriado.

-Tu imprimación, vale. Pero no estáis juntos. El otro día en la playa él dijo que eres su mejor amigo. Sólo eso-recalcó las últimas palabras haciendo que me enojase más todavía.

-A pesar de todo, sabes lo que eso significa. Tarde o temprano...

-¡No!, ya estoy harta de la imprimación y de que os creáis con derecho de quedaros con alguien sólo porque vuestro lado lobo así lo exige. Ya un estúpido licántropo me arrebató al amor de mi vida. Si alguien tiene que sufrir ahora, prefiero que seas tú, Seth.

Me dejó mudo. Se bajó del coche con rapidez dejando la puerta abierta y la perdí de vista.

 

POV. Alec

 

Aquella tipa de aspecto ridículo salió airada del coche. La curiosidad me había vencido y me había acercado lo suficiente como para escuchar lo que Seth y ella hablaban, quedándome de piedra ante las intenciones de la chica.

El nombre de Bella llegó a mis recuerdos, y la situé como antigua pareja de Edward, por la que vino a Volterra a suplicar por su muerte pensando que ella se había suicidado.

Ironías del destino. Ella seguía viva, y para colmo, ahora quería quitarme un bien muy preciado a mi.

La seguí hasta Forks sin dejar de pensar en la charla del vehículo y en la conversación que había oído de Jacob y Edward el día anterior en el salón de su casa. Aquella chica era una molestia. Pero era una pequeña hormiga fácil de quemar con una simple lupa.

Era escandalosa. Escuché sus pasos subir unas escaleras, una puerta cerrada con fuerza e incluso como dejó caer su cuerpo sobre el colchón del dormitorio en el piso superior.

La ventana no estaba cerrada y sonreí por lo sencillo que iba a ser.

El cuarto estaba casi vacío, salvo por la cama, un escritorio y el armario. Pero en el suelo había una maleta abierta y algunas prendas de ropa colgadas de una silla. La chica no parecía llevar mucho tiempo viviendo allí.

-Bella-dije para llamar su atención. Ella estaba tumbada boca abajo sobre la cama y tenía un libro entre las manos. Se sobresaltó al oírme y se sentó. Entornó los ojos como intentando recordar si me había visto antes, pero eso no era posible.

-¿Quién eres?¿qué haces aquí?-parecía tener miedo de repente y eso me sentó bien. Se puso en pie con lentitud, pero no podría huir aunque quisiera.

-Te escuché hablando con Seth. Aunque sé algunas cosas más sobre ti.

-¿Quién eres?-le tembló la voz mientras daba pasos hacia atrás, sin dejar de mirarme.

-Eso no te incumbe. Pero por lo que he podido concluir, quieres jugar con alguien que me importa. Y no te lo permitiré.

-No sé de qué estás hablando, pero será mejor que te marches. Mi padre es el jefe de policía y si llega y te ve aquí...

-Oh, vamos. Sabes perfectamente lo que soy. Tu padre no podría hacer nada si yo decidiera...matarte-saboreé las palabras. Realmente aquella humana olía muy bien. Era una pena no poder alimentarme de ella y zanjar el asunto de la mejor manera.

-¿Qué quieres?-su pulso se aceleraba. El corazón le latía a un ritmo frenético.

-Que te vayas. Coge esa maleta y lárgate de Forks.

-¿Por qué iba a obedecerte?

En un instante la sostuve del cuello, irritado por su osadía. Sus manos intentaban liberarse de mi agarre, pero era inútil.

-Que no te engañen mis iris dorados. Si quisiera, podría matarte ahora mismo.

Sus ojos se colmaron de lágrimas que comenzaron a salir a borbotones. Sabía que le costaba respirar, pero no pensaba asesinarla. Esa no era mi intención. Al menos, no todavía.

-¿Por qué...haces...esto?-preguntó con dificultad.

-Olvídate de E.J.

Sus ojos me miraron sin comprender.

-Seth...

-No es por ese. Es por mi. E.J. será mío. No vas a vengarte o lo que sea que tienes planeado. Haz el equipaje y vete a donde quieras. Lejos. Y no vuelvas, porque si de nuevo te veo cerca de E.J. no seré tan compasivo.

-Hazle caso-Jane había entrado por la ventana y miraba la escena divertida. Solté a Bella que cayó al suelo de rodillas y empezó a toser tocando su garganta.

-¿Me has seguido?-pregunté a mi hermana.

-Pues claro-echó un vistazo a la habitación y puso cara de asco, manteniéndola así incluso cuando miró a la humana-¿acabando con la competencia?

-¿Lo dices por esta?, no es rival alguna. Pero ya es bastante molestia el lobo como para lidiar con otra cosa insignificante.

-Huele bien.

-Toda tuya-Bella ahogó un grito cuando escuchó mi comentario. No le di importancia-debo irme. E.J. estará a punto de llegar a casa si es que no lo ha hecho ya-fui hacia la ventana, pero antes de saltar miré a mi hermana-hagas lo que hagas, se discreta.

 

POV. E.J.

 

Me sentía nervioso. Era extraño que Alec no estuviera en la cabaña cuando llegué, pero más raro aún era lo que me había dicho su hermana. ¿Alec enamorado de mi?. No sabía si creérmelo o no. Atracción, posible. Amor, improbable.

Apenas había probado la ensalada y Seth, a mi lado, parecía igual de consternado que yo. Aunque lo suyo desconocía porqué era. Lo había encontrado así desde que salí de la universidad y temía preguntarle y que él me preguntara a mi. Sabía que Alec no era de su agrado y podía enfadarse si le contaba. Antes tendría que confirmarlo con el vampiro y me alteraba plantarle cara y preguntarle si aquello era verdad o no.

Cuando le escuché cruzar la puerta, contuve la respiración por un instante. Jamás me había visto en una situación similar. Ni pude mirarle cuando apareció en la cocina.

-Hola.

Escuché a Seth gruñir por lo bajo. Yo no aparté los ojos del plato.

-Hola, Alec- saludé.

Me levanté sin más, eché los restos de ensalada en el plato de Seth, como hacia siempre que me sobraba comida y fui a mi habitación.

No tenía ni idea de cómo afrontar aquello y por un instante me sentí un niño, tal y como me veía mi abuelo Billy. Un niño pequeño y asustado que prefería esconderse bajo la manta hasta que el sol volviera a aparecer por la ventana y las sombras se disiparan.

Y entonces actué como tal. Salí por la ventana y corrí a través del bosque sin rumbo fijo. Durante lo que me parecieron interminables minutos, todo era oscuridad mientras pasaba a través de un laberinto de altos troncos. Hasta que atisbé un brillo por entre las ramas de los árboles más grandes. Crucé un helecho y llegué al borde de aquel remanso de luz.

El lugar más hermoso que había visto en toda mi vida apareció ante mis ojos.

Una pradera llena de flores silvestres: violetas, amarillas y de tenue blanco. Podía escuchar el burbujeo musical de un arrollo que fluía en algún lugar cercano. El sol estaba directamente en lo alto, colmando el redondel de una blanquecina calima luminosa.

Decidí quedarme allí y disfrutar de la soledad y la calma para pensar en lo que ahora me atormentaba. Ese era mi plan, pero...

-¿Qué te pasa?-Alec estaba inmóvil debajo de la inmensa sombra del dosel de ramas, en el mismo borde del claro, mientras me contemplaba con ojos cautelosos. Yo le miraba petrificado, como si hubiera visto un espectro o algo peor. Ante mi falta de respuesta, inspiró hondo y salió al brillante resplandor de la tarde-¿qué te pasa conmigo?-añadió esta vez.

-¿Por qué tiene que pasarme algo contigo?-pregunté ofendido y como si estuviera allí para echar el rato, me dejé caer sobre la hierba.

-Te fuiste de la casa en cuanto llegué. ¿He hecho algo que te molestara?, si es así, te pido disculpas.

-No digas...no digas eso. No me has molestado. Es solo que...-me mordí el labio antes de continuar. Debía pensar bien en las palabras que iba a utilizar. Temía que al decirlas en voz alta, él se riera de mi y me dijera que todo era una broma de mal gusto.

Alec se sentó a mi lado, a una distancia prudente.

-¿Es solo que qué...?

-¿Estás enamorado de mi?-solté a bocajarro. Yo era el primero que odiaba los titubeos y me estaba comportando justo como alguien inseguro.

Su gesto no cambió en lo más mínimo, así que no me era posible averiguar qué pasaba por su cabeza.

-Creo que si-dijo-¿es malo eso?

-¿Malo?¿por qué iba a serlo?

-Huiste de mi.

-No huí de ti...huía del enfrentamiento. Temía preguntártelo-reconocí. Aquello era totalmente un comportamiento infantil.

-Pero aún así lo has hecho.

-La curiosidad me pudo.

-Sé lo que es eso. La curiosidad me trajo hasta Forks e hizo que me quedara.

-Alec...

-Vas a rechazarme.

-No. No...quiero decir...voy a preguntarte, ¿cómo es posible?. Acabamos de conocernos realmente.

-Hay cosas que no soy capaz de definir. Lo que siento es una de esas cosas.

-Entonces no puedes estar seguro de que sea amor. Romántico, quiero decir. ¿Te caigo bien?¿llamo tu atención?, quizás estés confuso. Es normal, a muchos les pasa. Con el detalle de que soy una criatura única...

-No estoy confuso. Tengo claro que he visto muchos rostros en mi vida, pero ninguno me había hipnotizado como el tuyo. Sé que si pudiera dormir, soñaría contigo. Y que si tengo que elegir entre regresar a Volterra o quedarme a tu lado, escojo tu cercanía. ¿Qué significa todo eso?

Continuará...

Notas finales:

Guau, cuantos puntos de vista XD


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